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'DC - Público {SuperBat} por amourtenttia

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Notas del capitulo:

Pequeño recordatorio. "Nuestro Secreto" y "Público" son historias que básicamente conviven en un mismo universo. Por tanto, algunos capítulos van relacionados.


Aquí se hace referencia al "Especial de Navidad 2016" de "Nuestro Secreto"


No es 100% indispensable leer~ Pero da un poco más de contexto.

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Público

Capítulo 6. Y cómo terminó

 

 

 

 

Bruce lo sabe. Claro que lo sabe. El secreto que Dick ha comenzado a guardarle. Clark no deja de repetirle que debería considerar darle algo de privacidad al menor cada vez que le nota sospechar, pero no puede no hacerlo, es demasiado obvio que incluso piensa que están tomándole el pelo.

Dick está enamorado. A un nivel que nunca antes había presenciado. Piensa que debió darse cuenta antes, desde que los primeros indicios estuvieron frente a él.

—Es joven—recuerda que dijo su pareja en algún momento, varios años atrás, haciendo que el rodara los ojos— Eras justo como él a su edad.

La mirada fría que le dedicó le mandó a callar, antes de sonreír.

—A tu modo particular…

Wayne no quiso responderle. Siempre que el tema salía a relucir terminaban peleándose. Aun cuando Bruce amaba el sexo de reconciliación, no le gustaba demasiado discutir tan seriamente con el otro, por mucho que supiera que se contentarían después.

Identidades heroicas aparte, Bruce odiaba los encontrones que tenían cada vez que diferían de opinión en cuanto a los hijos de ambos. El problema nunca había sido especialmente importante hasta ahora, que Wayne sabe —porque está perfectamente seguro de ello— de que Clark está ocultándoselo también.

—Está siendo descuidado. Se pone en riesgos innecesarios…—le recordó en aquella ocasión.

Fue lo suficientemente desconfiado (aunque Superman preferiría decir que era así de precavido) como para vigilar los pasos de sus pupilos a través de las pantallas de la Atalaya. Tienen sus propios problemas y, con todo y eso, siempre se da tiempo de revisar que todo esté en orden. John estuvo a punto de instalarle micrófonos al armatroste que diseñó para el millonario, pero Kent intervino justo a tiempo, alegando que la privacidad era algo con lo cual no podían meterse. Sobraba decir que a Bruce no le hizo demasiada gracia, pero no insistió.

—No puedes compararlo constantemente con tu forma de hacer las cosas… Tienes años haciendo esto—menciona, tranquilo, mirando también las pantallas

—Y le he enseñado todo lo que aprendí en ese tiempo—replica Batman, y tuerce el gesto cuando Dick se mete entre la pelea de Damián directamente, apartando al tipo que es tres veces más alto que el menor de sus vástagos.

Clark casi puede escuchar la voz iracunda del chico, repitiendo incansablemente que él solo tenía todo controlado. Casi sonríe cuando regresa al ataque, con esa misma sed insaciable de su padre, por demostrar que puede defenderse él mismo. Es un niño de 10 años con la mentalidad de uno de 15… No podía culpar a Grayson por querer protegerlo así cada vez que salían juntos. Como tampoco podía evitar ver como Damián era como Bruce en pequeño…

“Tan parecidos” piensa, mientras observa de reojo a su pareja.

La voz de Diana les saca de sus pensamientos.

—Estamos listos—declara ella, al alcanzarles

—Iremos de inmediato—dice Sups, apartando la mirada de la pantalla.

La ráfaga rojiza pasa a un lado del trío, sacándole una sonrisa a la amazona. Escuchan a Hall quejarse por lo bajo, y pronto las disculpas de Barry llegan hasta sus oídos.

—Está demasiado emocionado—observa ella, divertida.

—Sigue estando a prueba—le corta Batman, serio, mientras se apartan del centro de comandos, siguiendo el camino hasta el hangar.

Wonder Woman solamente suelta una risita.

—Oh, por favor… Has sido tú quien le eligió… Nosotros pensamos que Arrow sería una adición más prudente para el equipo.

Superman se abstiene de secundar aquello. Bruce nunca debía enterarse que fue él quien sugirió eso. Pensando que el tener a un igual dentro de la Liga sería más adecuado para su pareja. Nunca se acordó que, según el magnetismo, los iguales se repelen.

—Es un buen chico—dijo Clark finalmente

La amazona le miró frunciendo el ceño.

—Nunca dije lo contrario…

Y ahí fue donde Batman dejó de prestarles atención. ¿En qué cabeza cabía aquello? Clark, tan imprudente como él solo —tan ingenuo como ningún otro— nunca se medía. No era sorpresa —para Bruce, al menos— que sus poco atinados comentarios siempre terminaran armándole problemas con la única mujer de la Liga. Tenía años viviendo en la tierra, y aunque estaba bastante adaptada a ella nada le preparó para un humano como Clark Kent.

“Aunque no es realmente humano” se recordó con cierta diversión el murciélago, oyéndoles discutir —más bien oyendo a su novio disculparse, intentando enmendar lo dicho sin éxito—.

Subieron al jet mientras continuaban hablando. John pronto trazó el curso y Hall tuvo que contenerse para no reírse ante el pan de cada día. Algún comentario de Superman había ofuscado a la amazona. Allen, que no había convivido tanto tiempo con los miembros del equipo, parecía bastante inquieto ante la escena.

—Es lo normal—le dijo Bruce por lo bajo, y Barry tuvo que mirarle para asegurarse que no había imaginado que le hablaba.

Batman pocas veces le decía algo directamente. Por eso se sorprendió enormemente cuando continuó.

—No van a agarrarse a golpes, si eso es lo que te preocupa… Quizá Diana deje de dirigirle la palabra un rato, pero en el momento en que sea necesario, no dudes que se protegerán. Somos un equipo… Dentro de la Liga, nadie está realmente solo.

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Ocurrió semanas antes de la fiesta navideña que Thea Queen había organizado. Batman regresaba a casa tras pasar unos días en Francia —donde había comenzado a llevar su empresa, esperando que en algún momento de necesidad aquel fuera un movimiento adecuado—. No comentó nada con Alfred antes de regresar, puesto que él mismo había decidido en último momento en adelantar su vuelo. Ni siquiera llamó a su prometido, que le dijo que iría para allá de inmediato si necesitaba cualquier cosa.

Pasaba de media noche cuando entró. Siendo él quien lo hacía, ninguna alarma saltó. Con el sigilo característico se dirigió a su habitación, y habría llegado directo a dormir si no fuera porque escuchó algo parecido a una maldición.

—¡Tienes que estar bromeando! ¿¡Todo este maldito tiempo?!—esa sin duda era la voz de Dick, cosa que le extrañó.

Alfred había dicho que se iría esa misma tarde. Bruce sabía de antemano que algo tenía que ver con que él llegara a la mañana siguiente —quizá en parte fue por eso que adelantó su regreso—. Se acercó con pasos lentos a la habitación desde donde provino aquel grito bajo. Era imposible que Alfred oyese nada a esas horas que debía estar durmiendo, especialmente por la distancia que habían puesto de por medio.

Algo parecido a un golpe contra el suelo resonó, se puso en alerta.

—¿Has jugado conmigo durante un año entero? No puedo creerlo…

Se tensó. Reconoció inmediatamente la habitación. ¿Qué demonios hacía Dick con Damián a esas horas de la noche, encerrados en el cuarto del menor? Frunció el ceño. Empezaba a armar el rompecabezas en su mente a velocidad vertiginosa.

Habría roto la puerta al entrar si no hubiese distinguido tanto dolor en la voz del mayor.

—Me amas, ¿no era eso lo que siempre decías?

No logró oír demasiado bien la respuesta, pero sintió un nudo en la garganta.

—¿Realmente crees que podría enamorarme de ti?...

Damián estaba mintiendo. Reconocía aquel tinte en su voz. Él mismo había dominado ese arte, tras años de esfuerzo…

—A tu edad, ya deberías saber qué es el placer carnal.

Cobró sentido de pronto. El cambio en Grayson hacia su persona. La razón detrás de que estuviese evitándolo, mirándolo siempre que se cruzaban con la culpa en su apesadumbrado semblante.

—Ahora lárgate. No quiero perder más tiempo contigo…

Se ocultó tan rápido que ni siquiera supo cómo lo hizo. El portazo que dio Richard al salir fue tan fuerte que costaba creer que Alfred no hubiese podido oírlo. Pasados minutos oyó vagamente la motocicleta alejarse.

Esa mirada de arrepentimiento. Esa forma de huir… Ahora parecía tan claro. Bruce era consciente de que nadie podía oponerse demasiado a sus sentimientos —él mismo negó tanto como pudo lo que sentía por Kal-El—. Pero eso no borraba que lo que estaba haciendo era incorrecto. Era mayor que Damián por 10 años. E incluso si fueran solo la mitad, el chico seguía siendo menor de edad. Se llevó una mano al puente de la nariz, repentinamente cansado.

Entonces lo escuchó. Y supo que no movería un solo dedo en contra de su primer discípulo, por muy ilegal que fuera el asunto.

No pudo entrar esa noche, ni las siguientes. Por mucho que aquello partiera su alma. El llanto de su hijo duró hasta entrada el alba, y él solo pudo fingir que no sabía nada.

En el momento en que alguno de los dos supiera que les escuchó, dejaría de verlos. Grayson no le daría oportunidad de decirle que no era nadie para oponerse, y Damián no lo pensaría dos veces antes de irse, de huir de él, y del propio Dick.

No puede consultarlo con Kal-El tampoco. No inmediatamente. Pasa un tiempo antes de que se atreva a dejar entrever que algo está pasando.

—Es lo suficientemente importante como para quitarte el sueño. Y lo suficientemente importante como para que prefieras alejarme de ti…

—Sé que Damián está ocultándome algo—confiesa finalmente, dándole la espalda— Hasta ahora no se ha metido en problemas, pero…

Está lastimado. Y no sé cómo ayudarlo.

Cuando Sups menciona a Jason se siente peor que antes. ¿Qué clase de padre era? Debería estar buscando una solución para todo esto. Luego Superman lo besa, y cuando habla le cree por un instante.

—Digas lo que digas, yo pienso que eres un excelente padre.


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