Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Encrucijada por SEMASOLITIA

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Las manos frías de Katja temblaban y por más que trataba de detener ese sentimiento, le era imposible. El ver a una persona importante en su vida después de tantos años, le provocaba aquella sensación de ansiedad y emoción combinadas. No podía apostar en que podría ser la misma persona que una vez conoció; ni siquiera podía apostar en que su aspecto físico actual era el de años atrás. Su corazón latía con gran rapidez, no lo suficiente como para sentir que en cualquier momento estallaría.

Habían pasado alrededor de treinta minutos desde que había llegado a "La ciudad perdida". Era un lugar bastante agradable para cualquiera que quisiera disfrutar de un buen momento y pagar poco dinero. Era un lugar acogedor tipo restaurante y tipo bar, ambientada de una forma juvenil y divertida. La música también le daba un toque agradable.

Katja observaba a las personas conversar y divertirse; parecían pasarla bastante bien. Había leído de aquel lugar semanas atrás y entre sus planes había pensado en ir con la castaña, pero no había encontrado una ocasión para hacerlo. Apenas eran las nueve y si algo conocía del musculoso, era que no se caracterizaba por su puntualidad, a pesar de que la rubia había llegado treinta minutos antes. Aún se preguntaba la razón por la cual no había llamado a la castaña en todo el día o por qué tampoco ella se había animado a llamarla.

Detestaba pensar que estaría enojada con ella por el asunto de su antiguo grupo, pero estaba segura que una vez que estuviera en casa y no la viera allí, la llamaría de inmediato. Katja estaba tan sumida en sus pensamientos y preocupaciones, que ignoró por completo a la persona que había tomado asiento frente a ella.

Varios segundo pasaron hasta que pudo volver en sí. Su vista se fijó en la persona que se encontraba observándola con detenimiento. Se trataba de un sujeto musculoso, de cabellos oscuros y ojos de color marrón. La manera en como observaba a la rubia, era como si la conociera de toda la vida. Una sonrisa se posó en su rostro y solo bastaron unos segundos para que Katja se diera cuenta de quien se trataba; porque si algo reconocía era aquella sonrisa tan característica.

Sus ojos se iluminaron de inmediato ante su presencia. Sintió como su cuerpo se mantenía estático, sin poder reaccionar. Una parte de ella quiso abalanzarse sobre él y abrazarlo, pero otra parte una combinación de miedo y desconfianza impedía hacerlo.

Al notar la falta de respuesta y entusiasmo por parte de Katja , el ahora pelinegro se levantó de su asiento, para que en un rápido movimiento envolviera a la rubia entre sus brazos. El abrazo era tan fuerte que sentía que le faltaba el aliento. Después de varios segundos que parecieron minutos, poco a poco se fue apartando lo suficiente para fijar su mirada en sus verdes ojos. Sus manos tomaron su rostro para impedir romper el contacto entre sus miradas. En ningún momento apartó su mirada y aquella sonrisa seguía firme. Katja se mantuvo en silencio por un rato más.

Ich habe dich vermisst —"Te extrañé" fueron las palabras que salieron de la boca del pelinegro, quien se acercó para besar la frente de la aún anonadada rubia. —Mírate nada más, no has cambiado nada. Sigues siendo la misma de siempre, es como que no pasaron tantos años.

—¿Blaz?

—Ja —Afirmó el musculoso. Depositó dos besos en ambas mejillas y nuevamente sus brazos se aferraron a ella, esta vez con un toque más de protección.

Blaz a pesar de caracterizarse por ser un sujeto rudo, frío y desconfiado, nunca se había cohibido  de demostrar su cariño a Katja. Siempre le había demostrado que la quería y la apreciaba. Lo mismo pasaba con Katja hacía él, solo que en ese momento no sabía como reaccionar o comportarse frente a alguien a quien no había visto en tanto tiempo.

—No lo puedo creer, es tan extraño. —Esta vez correspondió su abrazo —Tu cabello, tus ojos... ¿en serio te teñiste tu cabello y te pusiste lentes de contacto para poder salir de Alemania?

—Ya sabes como son las cosas...es difícil y era la única manera de poder salvar nuestro pellejo y evitar que nos reconocieran.

Katja rompió el abrazo solo para observarlo nueva vez.

—No puedo creer que estés usando camisa con mangas largas, te desconozco. —Bromeó

—Sí, no es lo mío, pero quise lucir diferente para este encuentro —El pelinegro remangó su camisa para dar a mostrar sus característicos tatuajes.

—Veo que te hiciste nuevos —Katja observaba los tatuajes con emoción mientras lo recorría con sus dedos.

—Tuve que cubrirlos con maquillaje, no fue nada fácil

—Lo sé, eres bueno en lo que haces y mucho más ocultándote. Por eso no me sorprende que hayas llegado sin problemas y aún no te hayan atrapado.

Ambos se quedaron en silencio por varios segundos. El intercambio de miradas y sonrisas parecía eterno entre los dos.

—Tenemos tanto de que hablar, Kat; muchas cosas. Ahora que estamos de frente quisiera disculparme como se debe.

—Ya te dije que no tienes que disculparte

—Te equivocas —Reprochó —Debo disculparme y vine más que nada para eso, también para ayudarte en todo lo que necesites. —Katja escuchaba con detenimiento —Quiero compensarte por todo lo sucedido, ya que no estaré en paz hasta que lo haga.

—Ya te lo dije, no fue tu culpa. Yo me descuidé y me atraparon

—Suficiente de tonterías, pequeña. Yo tuve la culpa porque mi trabajo era protegerte y cuidar de ti. Fallé en eso y es algo con lo que viviré por el resto de mi vida. Es algo que no me puedo perdonar

Katja odiaba el hecho de que se culpara a pesar de que le había dicho muchas veces que no había sido su culpa. Colocó sus manos sobre las suyas y las apretó con fuerza.

—Ya basta, Blaz. Lo importante es que ahora estoy libre y que después de tanto tiempo aquí estamos, juntos otra vez. —El pelinegro esbozó media sonrisa al escuchar aquellas palabras. —Deja de culparte y echarte todo el peso encima.

—Aunque quieras que lo olvide, es difícil

—Dejará de serlo si dejas de mencionarlo, ya basta. ¿Cómo están los chicos? La última vez que hablé contigo me dijiste que todos estaban bien. Viniste solo, ¿verdad?

—No. Erich y Tena también están aquí

Katja abrió la boca por la sorpresa que le había generado aquella noticia. 

Chloe terminaba de firmar unos documentos que habían llegado de repente hacía unas cuantas horas atrás. Sabía que su trabajo como vicepresidenta no sería fácil, mucho menos cuando Dylan estaba ausente casi todo el tiempo.

Observó su teléfono y el reloj marcaba las nueve con cincuenta minutos de la noche. Se decepcionó al ver que no había recibido ninguna llamada, ni ningún mensaje por parte de Katja. Se culpaba igual al no haber sacado un tiempo para llamarla. En  ese momento quizo intentar llamarla, pero en ese mismo instante tocaban a la puerta de su oficina.

—Adelante —La puerta se abrió dando entrada a un Leonard bastante enojado.

—No puedo creer que ese imbécil se la pase todo el día fuera, mientras tú te tengas que ocupar de su trabajo. —El rubio tomó asiento frente a la castaña.

—Ya estoy terminando. De todas formas, es algo que lo vine presintiendo desde el inicio. Disculpa el haberte llamado para que me recogieras, te prometo que pronto conseguiré mi propio medio de transporte.

—No te preocupes, me entretiene mucho ser tu chofer privado —Ambos rieron —No tenía nada mejor que hacer

—¿Todavía en guerra con mi hermana?

—¡Ni me lo recuerdes! — Exclamó Leonard con el ceño fruncido —Espero no ande por aquí todavía

—Ya se fue. En serio, ustedes dos no tienen nada mejor que hacer que estar todo el tiempo peleados. No entiendo por qué siguen intentándolo, son los dos un desastre.

—Gracias, me haces sentir mejor. ¿Alguna novedad?

—Tengo que contarte algunas cosas, pero no será aquí

—Pues perfecto. Vámonos de aquí porque en serio que si este lugar de día me asusta, imagínate a esta hora

Chloe sonrió y cerró su laptop. Se dispuso a organizar todo para luego ambos dirigirse hacia la salida, donde los esperaba el guardia de seguridad del cual se despidieron.

—Por cierto, ¿has hablado con Katja, Leo?

—No, no he pasado por el apartamento. ¿Acaso no se llamaron en todo el día? Me imagino que debió ser un día terrible —Mencionó con sarcasmo

—La mañana estuvo algo ocupada y luego tuve que salir con Daniel

—¿En serio? ¿Daniel? —Leonard se detuvo de repente y observó con desaprobación a su amiga —Escucha, yo que tú no confiaría en él, Chloe. Dylan y él pueden estar conspirando para saber si andas haciendo algo en su contra, sabes lo desconfiado que es.

—Ya lo sé, Leo. Solo quise sacarle alguna que otra información. No pienso inmiscuirlo más de la cuenta en esto —Leonard no estaba convencido, pero confiaba en que Chloe sabía lo que hacía

—Bien, ¿qué era lo que me querías contar?

Durante todo el trayecto, Chloe informó a Leonard sobre todo lo que había descubierto en el transcurso de los días; no había tenido la oportunidad de hacerlo. Leonard al igual que ella al escucharlo la primera vez, quedó impactado por lo que estaba escuchando. No podía creer lo que sus oídos estaban escuchando y mucho menos, que la situación se hubiera tornado más complicada.

—No puedo creer que Amelia hiciera eso o que insinuara que tuviste que ver con la muerte de Dominic Walsh —El rubio seguí atónito tras escuchar todo lo que Chloe le había dicho. Desde su incidente con Amelia hasta la vinculación de su hermano con la mafia. Su amiga había pasado por tantas cosas en esos días y no se había dado cuenta de nada. —Tu hermano sinceramente es una peste, me dan ganas de...—Apretó con fuerte sus manos sobre el volante, al igual que sus dientes.

—Ya lo sé, pero no podemos sacar conclusiones tan a la ligera. Solo son fotos, ni siquiera sabemos exactamente lo que están haciendo juntos

—No sé tú Chloe, pero cuando alguien está unido a la mafia o tiene vínculos con esta, créeme que no es nada bueno.

La castaña se mantuvo en silencio. No sabía qué pensar en ese momento y todo se mantuvo así hasta que habían llegado a su destino. Ambos se mantuvieron en silencio pensando en la actual situación y como harían para enfrentar todo aquello sin que nadie saliera lastimado.

—Antes de que mi madre muriera, le prometí que protegería a mi familia; ya sabes, siendo la mayor, se supone que debo ser la quien guíe a mis hermanos. Mi padre siempre estaba ocupado, lo típico. A pesar de que Dylan y Claire son adultos y pueden tomar sus propias decisiones, siento que fallé; fallé en la promesa que le hice a mi madre.

Chloe tenía en su rostro una expresión de tristeza. Su semblante estaba decaído y Leonard sabía perfectamente que intentaba culparse por todo lo sucedido. Puso su mano sobre su hombro. Ambos se mantuvieron dentro del auto.

—No vayas a culparte, Chloe. Prometiste algo y lo cumpliste. Hiciste todo lo que pudiste hacer y cuando hiciste esa promesa eras solo una niña, no creo que tu madre haya querido que te echaras todo el peso encima. Tu padre tuvo culpa y perdón que te lo diga, pero él simplemente se limitó a construir y mantener su imperio; no fue un buen padre.

Lo que menos buscaba Leonard era echar más leña al fuego, pero sabía que debía decir lo que estaba en su mente, sin importar que tanto doliera. Chloe se limitó a inhalar y espirar profundo. Miró a su amigo por unos segundos antes de decir algo

—Tienes razón, no debo culparme. Solo hay que pensar en resolver todo esto antes de que se vuelva más complicado

—¿Has hablado con él con respecto a esto? —Chloe negó

—Le pregunté indirectamente si tenía algo que contarme, pero es obvio que no lo hará. Ya veré como lo enfrento. Gracias por traerme, te prometo que pronto te quitaré ese peso de encima

—No tienes que preocuparte, no me molesta el trabajo —Ambos se despidieron con un fuerte y rápido abrazo.

—Trata de descansar, encontraremos una solución. Saludas a Katja de mi parte, mañana vendré a visitarla.

Dicho esto, el rubio se retiró, mientras Chloe se apresuró para entrar al apartamento. No había hablado en todo el día con Katja y ambas tenían una conversación pendiente. Chloe no era tonta y sabía de que quería hablar la rubia.

Al entrar al apartamento, todo estaba a oscuras; todo estaba en silencio. Chloe trató de no hacer mucho ruido, pensó que Katja aún seguía despierta y como era usual en ella, lo más probable era que estaba frente a la laptop. Se dirigió hacía su habitación y se aseguró de que la puerta estuviera abierta, quería sorprenderla. Abrió lentamente la puerta, pero para su sorpresa, todo estaba a oscuras y no había señal de que Katja estuviera allí. Chloe se dispuso a prender las luces para asegurarse y todo estaba en perfecto orden.

Chloe sabía que no se encontraba en el apartamento, pero de todas formas gritó su nombre y buscó por todo el lugar para asegurarse de que no le estaba jugando una especie de broma. Lo que más le preocupaba era el hecho de que Katja no acostumbraba a salir por las noches o al menos sin avisarle antes. Tomó su celular y marcó a su número.

Katja y Blaz mantenían una cálida conversación. No hubo pregunta que Katja no le hiciera a Blaz; le interesaba saber todo lo que había pasado en su ausencia con su antiguo grupo.

—No puedo creer que Snox haya muerto —Katja se mostraba afligida luego de enterarse de la muerte de uno de sus antiguos compañeros

—Se confió mucho y pagó por ello, después de eso tuvimos mucho más cuidado . Siempre habrá personas que cometan errores, pero lo hemos hecho muy bien después de que fuiste a prisión y Snox muriera, nadie más se ha metido en problemas.

—Ha de ser difícil tener que vivir así, ¿no lo crees? ¿Por qué siguen allá? Si han podido salir del país sin dejarse atrapar, ¿por qué no irse y ya?

—No es tan fácil como crees, Katja. Tal vez para ti lo sea, pero allá es nuestro hogar y no quisiéramos irnos. Si caemos, entonces caeremos allá, en donde pertenecemos.

Katja sintió un fuerte dolor en su pecho al escuchar aquellas palabras, fue como si un cuchillo la atravesara.

—No creas que no lo sé, Blaz. Créeme que quisiera volver, pero...

—Pero ahora estás con otras personas que no somos nosotros

—Se lo debo, Blaz

—Seguimos siendo tu familia a pesar de todo. No estoy diciendo que no se lo debas, pero no perteneces a este lugar

—Si vuelvo, viejos recuerdos volverán y es algo que no quiero, además, soy libre ahora y ustedes están ocultándose; están huyendo y no quiero volver al comienzo otra vez.

—No te pondría en peligro otra vez. Hemos sabido sobrevivir a las circunstancias. No te estoy pidiendo que vuelvas a tu vida de antes, solo quiero que vuelvas con nosotros, que seas nuestra pequeña otra vez, todos te extrañamos. Estamos tratando de hacer las cosas por el buen camino, dejamos esa vida atrás

Katja le costaba confiar en aquellas palabras palabras. Sabía que lo decía solo para convencerla. 

—Sí es así, ¿cómo sobreviven? ¿Qué hacen para vivir? Si los están buscando, dudo mucho que trabajen honestamente. De verdad quisiera que me dieras una verdadera razón para volver. Una que no sea ponernos en peligro a todos. No quiero volver a esa vida, Blaz.

—Kat... —La mano de Blaz se aferró con fuerza sobre la de ella —Lo único en mi mente es protegerte. Conozco a alguien que puede darte trabajo sin ningún problema; un trabajo honesto. Estarás bien, te lo prometo. Sé que esa mujer te sacó de la cárcel, sé que le debes mucho, eso lo entiendo y le agradezco que te haya dado muchas cosas hasta ahora, pero te sacó por una razón, ¿quién te asegura que será lo mismo cuando ya termines todo? Cumples tu trabajo, ¿luego qué?

—No la conoces, Blaz. Ella es una buena persona y entre nosotras dos hay algo especial

Blaz frunció el ceño

—¿Algo especial? ¿Acaso tan rápido te olvidaste de Tena? —Katja abrió la boca para responder, pero su celular comenzó a sonar. Su expresión era de preocupación al tratarse de Chloe. No estaba segura de si tomar la llamada o no.

—¿Por qué no respondes?

—No es importante —Mintió —¿Por qué mencionas a Tena? Han pasado tantos años, no sé por qué tienes el derecho de mencionarla —Katja comenzaba a sentirse incomoda.

—Erich y Tena vinieron conmigo porque se preocupan por ti y quieren que regreses. Tena más que nadie aún se preocupa por ti, sabes que ella nunca ha dejado de tener sentimientos hacia ti

Katja estaba a punto de reclamarle, pero su celular nuevamente empezó a soñar.

—Por favor, toma la llamada. No querrás hacerla preocupar —Infirió Blaz —Estaré en el bar para darte privacidad.

El musculoso se levantó de su asiento y se dirigió hacia el bar. Katja tomó la llamada a pesar de que seguía pensando en lo ultimo dicho por Blaz.

—Hola Chloe —Katja intentó sonar lo más normal posible. En el fondo no quería que Chloe se enterara con quien estaba.

—¿Katja? ¿Por qué no tomas la llamada? Estuve preocupada por ti, regresé y no te vi en el apartamento, ¿dónde estás?

—Es que...salí a comprar algunas cosas

Chloe sintió duda en su respuesta, lo que le hizo dudar por un segundo.

—¿Sí? ¿Algunas cosas como qué?

—Simplemente cosas. Realmente estaba aburrida y quise despejar mi mente, eso es todo.

—Ya veo... ¿te tomará mucho tiempo? ¿Quieres que vaya a buscarte?

—!No! No es necesario que lo hagas. —Un incomodo silencio se hizo presente.

—Kitty, ¿me estás ocultando algo? Si tienes algo que decirme, solo dímelo... ¿de acuerdo?

—¿Por qué crees que te estoy ocultando algo?

—No lo sé, tal vez es el hecho de que esta mañana querías hablarme sobre el tal Blaz y tu antiguo grupo; de repente regreso a casa y no estás, es raro porque no sueles salir a estas horas.

—Ya te dije, solo salí a comprar algunas cosas y a despejar mi mente, es todo. No tienes que preocuparte tanto, Chloe. Estoy bien.

Chloe sintió enojo en ese momento. Sentía que Katja no estaba siendo sincera con ella. En el fondo sabía que no había salido a comprar nada y que todo se resumía a Blaz.

—¿A qué hora piensas regresar?

—No lo sé —Katja se sentía terrible en esos momentos. Blaz la observaba desde el bar y podía leer todas sus expresiones. —¿Por qué no duermes? Debes estar cansada. No te preocupes por mí, estaré bien.

Chloe frunció el ceño, pero decidió confiar en ella y no alargar más la conversación. Tendría una conversación con ella luego.

—Bien, buenas noches. —La castaña colgó enseguida. Katja sintió que su corazón se rompía. Sabía que Chloe se había enojado, pero estaba dispuesta a contarle todo después. Blaz al ver que había terminado su conversación con la castaña, volvió a reunirse con ella.

—¿Todo bien? —Katja asintió

—¿Por qué no seguimos la conversación? —Expresó la rubia un poco molesta

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).