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Embarazo Accidental por Menma Lightwood

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Notas del capitulo:

Hola mis amores!

Tengo noticias, me voy de vacaciones a la playa por dos semanas. Así que el fanfic continuará el 15-09 y si es posible con doble capitulo y rumbo al final!

Espero que lo disfruten y comenten! Intentaré responder sus comentarios lo más pronto posible. Se les quiere!

 

Sin más que decir... ¡A leer!

 
El día de la cena en la casa Uchiha finalmente había llegado. Mikoto había organizado la sala central junto con los sirvientes, mientras que Naruto se le había pasado viendo álbumes de la familia Uchiha y aportando en lo que podía, o más bien en lo que se lo permitían, pues entre su hermano, Sasuke y Mikoto lo vigilaban para que no hiciera grandes esfuerzos. Y aunque a Naruto le gustaba, le parecía excesivo. Lo único bueno es que como la mansión estaba patas arriba por la decoración, la comida y demás, tenía muchas cosas para no aburrirse.
 
Eran casi las tres de la tarde, y recién se había comido un pedazo de pan con moras recién hecho que se le había antojado y que la cocinera no pudo negarle. Se balanceaba cuidadosamente en una mecedora y comenzó a recordar los acontecimientos que habían ocurrido el día anterior...
 
                ***Flashback***
 
Estaba Naruto revisando que todo estuviera en orden en el jardín de enfrente, pues eso era lo primero que los invitados verían, pero se detuvo al ver una figura alta cargar a otra más pequeña y delgada que, por la forma en que caían las flácidas las extremidades, parecía como si hace rato fuera perdido la batalla con la consciencia.
 
- ¿Hola? - Tuvo que llamar, pues apenas eran las once y el sol no le dejaba ver - ¿Que es...? - Se acercó un poco más hasta que por fin identificó la marca distintiva del cabello largo de su hermano - ¡Dei! - Corrió lo más rápido que pudo pues ya le empezaba a pesar un poco el vientre. - ¡Dei-niichan!
 
Yahiko al ver a Naruto acercarse decidió colocar delicadamente al rubio en el suelo para que su hermano pudiera abrazarlo de forma protectora y revisarlo por si mismo. Mientras tanto, el personalmente miraba al rubio inconsciente como un padre miraría a su hijo después de descubrir que se había comido todo el tarro de galletas a escondidas.
 
Naruto prosiguió con la rapida revisión.
 
- No tiene fiebre... - Dejó de tocar la frente y tomo la muñeca del mayor y tomo nota mental - Y tampoco nada en la presión... - Miro interrogante al varón - ¿Que pasó?
 
- Está bien, no se preocupe. Creo que solo es una sobredosis de azúcar - E inevitablemente se rió, era tan divertido ver los extremos a los que Deidara estaba dispuesto a llegar, que era imposible no reír.
 
Naruto al ver la actitud despreocupada de Yahiko se tranquilizó un poco, pues sabía que el hombre era uno de los mejores guardias de seguridad, y sabía que si se trataba de algo serio, no se lo hubiera tomado de esa forma. Además, sabía que era un buen amigo de su hermano, y aunque al principio no se sentía cómodo dejando a Dei con un chico desconocido, tuvo que admitir que el hombre se había ganado la confianza a pulso. Le recordaba sus medicinas cuando Mikoto no se le adelantaba, pasaba una vez al día para darle los informes del perímetro aunque no tuviera que hacerlo... Y más importante aún, distraía a su hermano cuando se aislaba en el jardín porque o él tenía cosas que arreglar de su bebé o Itachi lo fastidiaba demás.
 
Ya con eso en mente, y un poco más relajado, el doncel preguntó:
 
- ¿Exactamente qué fue lo que estaba haciendo?
 
- Bueno... - El pelinaranja le dijo que habían estado decorando pasteles, y que cuando Deidara eligió el suyo, es probable que accidentalmente lo haya retado a comérselo todo. Naruto al escuchar esta parte cerró los ojos con dolor e inspiró hondo, pues conocía perfectamente a su hermano, y sabía cómo se ponía cuando alguien se atrevía a poner en duda su palabra. Yahiko luego le dijo que Deidara se comió todo el pastel en menos de quince minutos, y aunque se mostró presumido los primeros dos minutos después de eso, lo siguiente que pasó es que al rubio le empezó a doler el estómago, y antes de que Pain pudiera ofrecerle algo, se desmayó - Lo acosté un rato en los sofás de los empleados, espero que no le moleste Uzumaki-san - Se disculpó algo apenado - Pero temía que si lo movia así comenzaría a vomitar.
 
Aparte del hecho de que si a Deidara le daban ganas de sacar de su intestino todo ese material azucarado por otro tipo de medios, al menos contaba con el sanitario al lado.
 
- Oh no, no - Sacudió la cabeza y le ofreció una bonita sonrisa - Está bien, pero ¿Hace cuánto está asi? 
 
- Como una hora, pero creo que despertará en un rato. - Ojalá fuera así, porque si se enfermaba no podría asistir a la cena - Si no le molesta, Uzumaki-san, creo quedeberíamos llevarlo a su habitación.
 
- Está bien - Suspiró con pesar, no le gustaba ver así su nii-chan, pero entendía  que debía esperar. Ahora, sintiéndose más calmado, algo llamó su atención. - Pero no me digas así, Yahiko, dime Naruto o Naru.
 
- Ah, no podría... - Admitió con vergüenza el varón, y cargo de nuevo al mayor de los Uzumakis en brazos - Usted es pareja del señor Uchiha, además espera a su bebé - Naruto quiso prostestar sobre sobre se la pareja de Sasuke, pero lo siguiente que dijo lo sorprendió - Usted está a la altura de todos los que viven en esta casa, es por es que el servicio se dirige a usted de esa forma.
 
- Pero... - Titubeó, esa declaración lo tomo con la guardia baja - No pensé que fuera así, porque... - ¿De qué forma podía explicarle a Pain que él se daba cuenta de que no lo trataban con ese mismo profundo respeto que a los Uchihas? ¿Cómo podía explicárselo sin darle tanta importancia?  - ... Porque me tratan distinto al teme o a sus padres...
 
Yahiko sonrió.
 
- Lo tratamos con menos formalidad que a ellos porque usted es una muy buena persona - Le explicó cómo si fuera obvio - Con usted es más fácil comunicarse, porque siempre espera lo mejor de todos, eso hace que se sientan cómodos y no tengan miedo de hablarle como a un amigo, más que a solo un jefe. Pero eso no significa que no lo veamos como los demás.
 
Naruto se quedó pensativo al respecto, no era que no se sintiera parte de la familia, claro que no. Pero una cosa era sentirse parte de los Uchiha y otra muy distinta es que todos pensaran que era uno de ellos. 
 
No no. Sacudió la cabeza, eso para después, habías cosas importantes que atender.
 
- De acuerdo... - Respiró hondo y miro de nuevo a su hermano - llevemoslo adentro.
 
Yahiko asintió y ambos entraron a la casa, el varón cargaba al blondo estilo princesa mientras que Naruto, a su lado, le acariciaba el largo cabello con ternura y algo de incredulidad. Todavía no podía creer que Deidara aun pudiera tener la mente para actuar de forma infantil como para caer en esa tan fácil...
 
"Porque el puede..." Se acordó de pronto con algo de nostalgia. No se lamentaba de estar a punto de ser padre, pero si extrañaba el poder hacer cosas ridículas como esas. El comer hasta reventar sin preocuparte de gases, inflamación o sobrepeso. Correr y reír hasta las lágrimas sin tener miedo de lastimarse, asustar o hacerle daño al bebé... Eran cosas tan insignificantes para cualquiera pero a la vez tan valiosas para el, y ahora todo lo había perdido. Y ni se diga de tener oportunidades cuando tuviera la edad de su hermano ya que mucho menos podría hacer esas cosas divertidas considerando que su hijo tendría cinco años, y sería cuando más necesitaría de su atención.
 
Además tendría que buscar trabajo decente, una casa no tan pequeña, una escuela que no estuviera lejos...
 
- Uzumaki-san - Habló Yahiko sacándolo de sus pensamientos. Lucía preocupado - ¿Se encuentra bien?
 
- ¿Hmmm?
 
Naruto había estado tan ensimismado en sus pensamientos estresantes que no se dió cuenta que inconscientemente se había recargado en la barandilla de la escalera. Lo que antes había confundido como la presión de la preocupación ahora se transformaba en un punzante dolor en el vientre.
 
- Estoy... bien - Respondió apenas. Se sentía pesado, jadeante y cansado de mala manera - Aunque ahora que lo pienso... - Hizo una mueca y se sobo el vientre, apenas podía ponerse de pie - C-Creo que necesito recostarme...
 
- Yo le ayudo.
 
Rápidamente Yahiko coloco a Deidara en un mueble y se inclinó hacia Naruto. Pasó un brazo del rubio sobre su hombro, lo rodeo con el suyo por la cintura y lo ayudo a caminar lentamente hasta la cocina.
 
- N-No, lleva a-a mi hermano arriba - Le suplico jadeando. Estaba empezando a sudar frío.
 
- Pero señor... - Yahiko se sorprendió, no podía creer que el rubio siquiera se atreviera a decir eso - Necesito llevarlo a recostarse.
 
- Estaré bien, Yahiko, no te preocupes...
 
- Pero y si...
 
- P-Por favor... - Prácticamente estaba rogando. Se sentía horrible, pero no quería que dejaran a su nii-chan allí inconsciente donde todo el mundo pudiera verlo, sabía que a Dei no le gustaría.
 
El pelinaranja suspiró, jamás había conocido a un par rubios tan problemáticos. Naruto y su hermano eran tal para cual, ambos cabezotas y preocupados por el otro a morir. Era admirable, claro. Pero ahora... Suspiró de nuevo, si Naruto lo quería así, entonces...
 
- ¡Hinata! - Gritó, y una pelinegra ojos claros vestida de sirvienta apareció prácticamente a la carrera, y casi se desmaya al ver a su señor en tan mal estado - El señor Uzumaki no se encuentra bien, llévalo a recostarse y llama al señor Uchiha.
 
"¿Llamar a Sasuke? ¡No no no!" El Uzumaki se asustó, no porque le temiera a Sasuke, si no porque no quería que se preocupara. Además de eso, el ochenta por ciento de las veces que estaban juntos el Uchiha tendía a burlarse de él por lo despistado y despreocupado que solía actuar, y lo último que necesitaba era tener que escuchar al Uchiha regañarlo por hacer que esto pasara.
 
¿Pero no era su culpa... Verdad? Es más, ni siquiera sabía que le estaba pasando.
 
- N-No no, no lo llames - Pero fue en vano, Yahiko ya había tomado una decisión, y era final.
 
- Lo voy a llamar, porque usted necesita que alguien esté con usted, y Deidara... - Echó un vistazo al rubio durmiente - No puede. Pero sé que si estuviera despierto le gustaría que no se quedara solo.
 
- Está bien... - Aceptó agachando la cabeza tanto por la resignación como por el dolor.
 
- Bien - Yahiko miro con seriedad a la chica que aún esperaba para poder ayudar - Hinata, has lo que te dije. 
 
- Hai... - Respondió obediente, y tomo con cuidado del brazo del rubio - Por aquí señor, lo llevaré a acostarse...
 
El rubio miro por última vez a su hermano antes de entrar en la cocina, le hubiera gustado que estuviera despierto para apoyarlo, pero por ahora lo único que podía hacer era respirar y rezar porque solo fuera el cansancio...
 
Yahiko por otra parte se encontraba preocupado, había llegado a tenerle mucho cariño a ese par, y le preocupaba ver a un joven tan vital y lleno de vida como Naruto en esas condiciones. Suspiró, ya se le estaba haciendo habitual, pero por ahora lo único que podía hacer para ayudar era no interrumpir y esperar; Aún algo distraído, reaunudo su tarea de llevar al rubio a su habitación, así que lo cargo de nuevo en brazos y subió las escaleras con cuidado.
 
- Mmm... - Se quejó el rubio a mitad de camino, apenas y fue audible, pero el pelinaranja pudo escucharlo.
 
- Shhh... - Le azuzo con suavidad - Te llevaré a recostar, descuida...
 
Y ciertamente lo hubiera hecho sin problemas, de no ser porque a medio pasillo fue interceptado por alguien que detenía su camino; Itachi había estado todo el día encerrado en su habitación como un ermitaño, tomando solo agua y comiendo algunos frijoles de dulce que encontraba regados por ahí en medio del desorden. Se había obligado a si mismo no salir a comer una comida cristiana hasta que no encontrara la forma de pedirle disculpas a su chico. Porque si, ya lo había decidido, Deidara era SU chico, y muy poco le interesaba que ese cabeza de fósforo con patas pensara que le pertenecía, de eso podría arreglárselas después. Sin embargo, cualquier plan macabro o sentimental se le borró al ver a Deidara inconsciente, y más aún en los brazos del guardia... ¿Que demonios?
 
Yahiko si notó que el azabache parecía estar pensativo, pero se apego a sus modales y no preguntó.
 
- Señor Uchiha - E hizo una pequeña reverencia, lo máximo que el peso de su carga se lo permitió.
 
Itachi estaba completamente concentrado en otra cosa, aún le interesaba saber que hacía Yahiko cargando al rubio, claro que sí. Pero al fin y al cabo, lo que le pasaba a Deidara era mucho más importante.
 
- ¿Que le pasó? - Preguntó preocupado, y no era para menos, el rubio estaba algo pálido, pero la azúcar le había teñido las mejillas de rojo. Eso más la inconsciencia era suficiente para asustar a alguien - ¿Esta bien? ¿Se siente mal? ¿Ya lo revisaron?
 
Yahiko sintió ganas de reír por la actitud alarmada de Itachi, pero se contuvo a tiempo. No era momento para esas cosas.
 
- Está algo indispuesto, señor - Contesto serio, no creyendo prudente contarle más detalles - Lo llevo a su habitación, si me disculpa... - Pero Itachi le puso una mano en el hombro impidiéndole ir - ¿Señor?
 
- Yo lo llevaré - Dictaminó el Uchiha, aún seguía con los ojos fijos en el enfermo.
 
El pelinaranja intentó protestar. Eso no era lo que había tenido en mente.
 
- Pero Naruto-kun dijo que...
 
- Yo lo llevaré - Repitió autoritario, más sin embargo un segundo después, recordando que esa actitud ya le había causado problemas, cambio el tono de voz a uno más suave - Por favor.
 
Yahiko suspiró, sabía que Deidara lo mataría después, pero no podía negarse a una orden directa.
 
- De acuerdo.
 
Con sumo cuidado, el guardaespaldas le pasó al Uchiha el rubio durmiente. Se sintió algo más cómodo cuando vio que Itachi parecía tomarse enserio lo de tener cuidado con el enfermo.
 
- Tenga cuidado - Le previno, mirando al rubio por última vez. Y sin más que decir se marchó.
 
- Lo tendré... - Murmuró, aunque nadie pudiera oírlo.
 
Itachi llevo lentamente a Deidara hasta su habitación, y lo recostó con cuidado en la cama. Le quitó los zapatos y también los pantalones, dejándolo solo en la vieja bata negra que se había puesto para cocinar los pasteles, ¿La razón? Quería que se sintiera cómodo, así que también encendió el aire acondicionado, por si le daba calor. Pero dos segundos después decidió también arroparlo, por si le daba frío. No estaba seguro que más hacer en estos casos, usualmente son las sirvientas las que se encargan de esos asuntos, y el particularmente nunca fue de enfermarse. A lo único que atinó fue a servirle un vaso de agua, dejarle unas pastillas para el mareo y un sándwich de jamón y queso, por si al despertar quería comer.
 
Una vez terminado todo Itachi sabía que tenía que irse, pues en vista del estado del rubio no podía disculparse. Eso significaba que tenía que volver a sus quehaceres depresivos y dejarlo en paz como él tan dolorosamente se lo había pedido.
 
Pero... no podía.
 
Lentamente, y sabiendo que quizás no era buena idea, se recostó al lado del rubio y comenzó a acariciarle el cabello.
 
¿Desde cuándo todo se había vuelto de esa forma con el? Sabía que le había parecido atractivo cuando lo conoció, y que cada vez que  insinuaba despojarlo de sus prendas para molestarlo, en su mente realmente pensaba en hacerlo, y no por orgullo, ni por diversión o solo lujuria. Eran esos ojos... Dios, esos ojos. Deidara tenía unos ojos increíblemente inocentes, de ese tipo de inocencia que te empuja a protegerlo al mismo tiempo que deseas intentar corromperlo. Demonios, pensó frustrado ¿Por que era tan difícil? Solo tenía que haber ido hacia él y haberle hablado con normalidad... Pero no toleraba el hecho de que el tuviera que buscarlo, es decir, era Itachi Uchiha, el no tenía que impresionar a ningún rubio, podía tener todos lo que quisiera. Pero Deidara... Él era único, y por más que lo intentaba solo parecía interesado en molestarlo. 
 
Si tan solo el rubio hubiera adivinado que solo quería su atención...
 
- Ah, Dei - Suspiró, mirándolo con ternura - Eres tan tonto...
 
El rubio se acomodó en posición fetal y abrazo a una almohada. Itachi tomo esa señal como muestra de que Deidara había decidido dormir otro rato más, así que con cuidado se levantó de la cama, no sin antes depositar un pequeño beso en la frente del príncipe durmiente. Quería quedarse un rato más, pero ya había durado lo suficiente.
 
Itachi abrió la puerta, pasó a través de ella, y antes de cerrarla, miro una última vez al rubio.
 
- Lo siento mucho, enano.
 
El azabache cerró la puerta tras de sí y se encerró en su habitación. Tenía sueño, hambre, pero ninguna de esas sensaciones fueron suficientes para hacerlo lenvantar de la cama.
 
La verdadera pregunta era ¿Que haría ahora?
 
                      *******
 
Media hora después a un par de kilómetros de distancia mientras que en la mansión un Uchiha se lamentaba de su suerte, en la oficina, más específicamente en el escritorio del sub-jefe, estaba otro Uchiha pensando en lo mismo, solo que desde una perspectiva más positiva.
 
Sasuke estaba muy seguro de que le gustaba Naruto. Era tierno, terco, divertido, y bastante sexy. De la misma manera que sabía que él le gustaba a Naruto. No estaba seguro si era por su forma de mirarlo o por el ligero cambio en su voz cuando le decia "Teme" que a diferencia de antes ya no sonaba como un insulto, si no como un mote cariñoso para él. Fuera cual fueran las razones, se sentía extrañamente feliz como nunca lo había estado, no sabía si era porque ahora podría tener a la familia que tanto quería, o solo porque se trataba de Naruto.
 
Ah, Naruto... Apenas y podía pararse a respirar por estar pensando en cómo sería su futuro juntos. Es decir, sabía que no sería fácil, el tenía veintidós ,ya estaba graduado y listo para tener una familia, pero Naruto era apenas un adolescente. Obviamente hubiera sido más fácil que fuera su hermano el embarazado, por la edad y la madurez. Pero Sasuke sabía que podía hacerlo funcionar, era solo cuestión de paciencia, tranquilidad y...
 
El teléfono sonó interrumpiendo sus pensamientos. Casi maldijo, pero eso le pasaba por no creer en las secretarias y en sus uniformes cortos que solo buscaban seducirlo. Bueno, eso y también porque las últimas tres que había tenido le colocaron viagra en el café y prácticamente intentaron hacer que Sasuke las percutara en pleno escritorio presidencial.
 
Nop, definitivamente no más secretarias.
 
- Uchiha corp, Oficina de Sasuke Uchiha. - Contestó con voz monótona.
 
- ¡Señor Uchiha! - Dijo una voz agitada al otro lado de la línea - ¡Tiene que venir a casa de inmediato!
 
Sasuke se asustó un poco al principio, pero después rodó los ojos.
 
- Si es por la cena de mañana, dile a mi madre que ahora no me moleste con eso... - Y se dispuso a colgar.
 
- ¡Es sobre Naruto-kun!
 
¡Ahí estaban la palabras mágicas! El Uchiha literalmente se levantó tan rápido de su asiento que la silla terminó en el suelo con un estruendo.
 
- ¿Cómo dices? - Preguntó sorprendido y alarmado - ¿Que pasa con el dobe?
 
- Esto... Se ve muy mal, está sudando mucho y dice que no se siente bien - Hizo una pausa y se escucho un pequeño lloriqueo a lo lejos  - Creo que va a desmayarse, señor.
 
- Voy para allá - Y colgó.
 
Sasuke abandonó la oficina dejando a cargo a Neji, se hubiera sentido más cómodo dejando a Itachi, pero el Idiota llevaba tiempo sin aparecerse y en ese momento no tenía tiempo para investigar el porque.
 
Manejó como un loco hasta su casa, pasándose los semáforos y casi atropellando a las ancianitas, pero logró llegar cinco minutos antes de lo planeado. Se bajó sin cerrar las puertas y corrió hasta la cocina en donde Hinata estaba sentada en el suelo usando su regazo como almohada para el doncel que respiraba de forma irregular.
 
- ¿Que sucedió? - Sasuke se arrodilló en el suelo y le puso el dorso en la frente. Estaba helado.
 
- L-Lo siento, señor - Se disculpó la chica casi al borde de las lagrimas - Le di unas pastillas para el dolor y pareció recuperarse pero... D-De repente empeoró. Yo t-trate de cargarlo cuando perdió las fuerzas, p-pero es que pesa mucho...
 
Parte de Sasuke quería desquitarse con Hinata por no haberlo llevado al hospital en un principio, pero entendía que la muchacha había hecho todo lo que podía. Así que la tranquilizó.
 
- Descuida, lo hiciste bien - Puso ambas manos debajo del rubio y lo levanto en vilo. - Llama a mis padres y dile que vamos al hospital. Avisa también a mi hermano y al suyo - Y sin más salió a paso veloz con el rubio en brazos.
 
Hinata sin perder tiempo corrió hasta el piso de arriba subiendo los escalones de dos en dos hasta que se detuvo en la primera puerta que encontró.
 
- ¡Itachi-san! - Tocó la puerta varias veces. - ¡Abra, por favor!
 
Itachi abrió la puerta al cabo de unos segundos, habia dado como veinte vueltas en la cama sin poder dormir conciliar el sueño. Tenía el pelo alborotado y la pinta de alguien que durmió solo dos horas en toda la noche después de haber bailado la macarena en un bar con lema del orgullo gay.
 
- ¿Que sucede, Hinata? - Bostezó casi sin ganas - Si mi mamá está destruyendo la casa, la verdad es que no...
 
- Sasuke-san acaba de llevar a Naruto-kun al hospital - Dijo rápidamente interrumpiendolo, los pocos meses que llevaba trabajando en la mansión le habían enseñado que los Uchihas no eran buenos escuchando a menos que les lanzara las noticias directamente a la cara.
 
- ¿Cómo dices? - Abrió los ojos, despertando por completo.
 
- Parece que le pasa algo al bebé... - El celular en la planta baja comenzó a sonar - ¡Debe ser la señora! ¡Iré a avisarle! - Corrió escaleras abajo, olvidando terminar de explicarle la situación al azabache.
 
- ¡Maldición! - Exclamó Itachi. Se metió en su recamara y se colocó la primera ropa decente que vio. En cinco minutos ya estuvo listo, con las llaves del auto en el bolsillo y el corazón en la garganta. Puede que no haya estado tan presente en la vida de su sobrino neonato como sus padres o Deidara, pero aún así velaba por su bienestar; Una vez todo listo, estaba dispuesto a irse al hospital, pero... Algo faltaba, o más bien "Alguien" - Tengo que estar loco.
 
Retrocedió y se dirigió a la habitación del final, en donde previamente había estado hace poco. Entró sin tocar pues sabía que su huésped no despertaría tan fácil, y se inclinó sobre la persona que dormía.
 
- Dei... Oye, Dei - Lo sacudía, pero el rubio no daba signos de respuesta - Enano, despierta, tenemos que irnos - Estuvo haciendo lo mismo por cinco minutos, cosa que no era mucho en otra situación, pero justo ese día y en las condiciones de Naruto, sinceramente no había tiempo ni para eso; Itachi cogió aire, si no se podía por las buenas...- ¡DEIDARA!
 
- ¡Wuaaa! - Brincó el rubio del susto y quedó boca arriba con los brazos a los costados como si fuera caído del cielo. - ¿Que...? - Se sentía desorientado.
 
- ¿Deidara? - El azabache le chasqueo los dedos en la cara - ¿Estás despierto?
 
El rubio abrió los ojos por completo al escuchar la voz y miro al azabache con ira.
 
- ¡¿Que clase de pregunta es esa?! - Le recriminó dándole un golpe en la cabeza sacándole un adolorido "Auch" al otro - ¡Así no se puede despertar a alguien, animal! ¡Casi me matas del sus...! - Se llevo una mano a la boca.
 
- ¿Deidara que...? - Se extraño el azabache, pero el rubio le empujo para salir corriendo al baño. - ¡Oe! - Intento seguirlo pero cerró la puerta con seguro - ¿Dei, estás bien? - Pero lo único que se escuchaban eran las arcadas del rubio a través de la puerta. Itachi siguió tocando - ¿Que te pasa, te duele algo? - Sabía que había sido mala idea, pero también sabía que el rubio le fuera cortado los testículos cuando se enterara que el sabía y no le avisó.
 
Siguió tocando.
 
- ¿Dei? ¿Que sucede?
 
- Mucho... - Vómito de nuevo, se escuchaba fuerte la cosa - Mucho dulce... Ugh...
 
- ¿Que fue lo que comiste? - Pregunto curioso Itachi con una oreja pegada a la puerta.
 
- Esto... - Escupió en el lavamanos y se cepillo los dientes - Pastel - Dijo con pesar mirandose al espejo, estaba de un tono verdoso - Mucho, mucho pastel...
 
El Uchiha sonrió, el blondo si que podía ser infantil a veces.
 
- ¿Vas a salir? Necesito hablar contigo...
 
- Un segundo.
 
Deidara se dió un par de segundos para respirar e intentar que su estómago se ubicara en dónde se suponía que tenía que estar. 
 
- ¿Ya estás mejor? - Preguntó el azabache al escuchar el sonido de la cadena al bajar.
 
- Si... - Salió medio tambaleante del baño y miro al Uchiha con los ojos caídos.
 
Al Uchiha no le gustaba verlo en ese estado tan pálido y quebradizo, le daban ganas de abrazarlo y sostenerlo entre sus brazos hasta que se sintiera mejor... Pero no podía desconcentrarse con sus sentimientos, necesitaba ponerlo al tanto de la situación, al fin y al cabo por eso había ido.
 
- Escucha... no quiero que te asustes, pero necesito que vengas conmigo al hospital.
 
- ¿Porque? - Se limpió la boca con el dorso de la mano y se dirigió de nuevo hacia la cama - ¿Vas a operarte el cerebro? - Podía estar enfermo pero aún no se le pasaba que Itachi era un bastardo insensible.
 
- No, pero es que Naruto...
 
- ¿Que le pasó a mí hermano? - Automáticamente reaccionó el Uzumaki. Aún se veía verde, pero sus ojos estaban serios, una cosa eran sus emociones y otra muy diferente el estado de su hermanito. Para Dei, lo segundo era prioridad máxima - ¿Que pasó?
 
- Sasuke lo llevo al hospital, parece que el bebé... - Ni siquiera podía responder a eso porque no lo sabía. Pero no hizo falta, en menos de un segundo Deidara estaba vestido, tambaleante, pero vestido.
 
- ¿A que esperas? - Se lanzó escaleras abajo dejando apenas una nube de humo - ¡Vamos!
 
Dios, ese rubio iba a matarlo algún día...
 
- ¡Deidara, no corras por las escaleras! - Y sin más se lanzó también atrás de él...
 
 
                         *****
 
- Naru-chan... - Decía Sasori en tono de reproche - ¿Que fue lo que acordamos?
 
Naruto se encontraba en una camilla de hospital, su brazo estaba conectado a un suero y le habían colocado también un pequeño conducto para respirar, pues se había negado a usar una mascarilla. Apenas había llegado Sasori lo reconoció enseguida y pidió atenderlo primero que todos, dejando a un Uchiha muy preocupado y muy impaciente en la sala de espera. Al final, tras unos análisis el médico pelirrojo dictaminó que solo había sido un susto, y que el bebé se encontraba en perfecto estado, y aunque tanto Sasuke como un semi drogado Naruto se habían alegrado al escuchar eso, Sasori seguia algo serio gracias al resultado que había arrojado un examen en particular. Así que aprovechando que Sasuke seguia esperando afuera, decidió hablar con su paciente...
 
- Pensé que había sido claro en cuanto a las indicaciones de lo que debías hacer, Naru-chan - Aún seguía hablando en tono suave, pero era más seriamente de lo que se había dirigido a él nunca.
 
Lo que ninguno sabía era que Sasuke se había colado silenciosamente hasta ubicarse detrás de la puerta para poder escuchar. Se suponía que tenía que esperar pero...
 
"Al carajo. Es mi hijo y tengo derecho" 
 
Naruto por otro lado al escuchar las palabras del médico sintió que su corazón se hundía en su pecho, pues aunque Sasori no le estuviera gritando, se sintió regañado y a la defensiva. Era como si el varón pelirrojo le estuviera diciendo que no había hecho lo suficiente por su bebé, y eso le dolía.
 
- Pero te juro que he hecho todo, Sasori, he hecho todo lo que me has mandado, cada medicamento, cada recomendacion... - Comenzó con un tono lastimero y luego aumento a uno de incredulidad, se sentía herido, cansado, pero más que todo, ofendido - Me he tomado las pastillas, la comida de conejo, incluso esos batidos asquerosos con hígado... 
 
- Naruto... - Suspiró Sasori, pero el rubio no lo dejo continuar.
 
- ¿Que es lo que no hice, ah? - La voz cada vez iba en aumento, y el dolor era notable en él - Tome clases de ese fulano yoga extranjero, me obligue a caminar cuando no quería hacerlo, me levanto temprano todos los días para desayunar, prácticamente me memorice todos los libros para bebés...
 
Al pelirrojo le dolía ver al rubio tan desesperado, pero era como si no estuviera escuchando a nadie más que a su propio y cansado corazón.
 
- Naruto...
 
- ¡No, Sasori! - Los ojos se le cristalizaron, y tuvo que hacer un enorme esfuerzo para no largarse a llorar - ¿Que es lo que hice mal? ¿Que es lo que me faltó hacer? He sacrificado toda mi vida en esto, mi casa, mi tranquilidad, mi privacidad, mis estudios, mis amigos, mis...
 
- ¡Naruto! - Tomo al rubio de los hombros, ya no sorportaba verlo castigándose así - Era a esto a lo que me refería: El estrés. Solo eso, ¿De acuerdo? Has hecho todo bien, solo respira... respira tranquilo...
 
El doncel siguió las indicaciones, pero aún así seguia sin entender.
 
- P-Pero d-dijiste - Se limpio las lágrimas, ni siquiera había notado cuando había empezado a llorar - Dijiste que no h-habia seguido las indicaciones.
 
- Exactamente. Recuerda que la primera vez que viniste aquí te advertí sobre la preocupación y el estrés que podrías sufrir por ser tú primer bebé y más al ser tan joven... - Le frotó ambos hombros - Encima de eso eres un doncel así que tú embarazo sería mucho más estresante aún... - Suspiró, pues el rubio tenía la cabeza gacha, así que lo obligó a mirarlo - Lo único que de verdad te pedí, Naruto, fue que te tranquilizaras y lo tomaras con calma, solo eso.
 
Naruto bajo la cabeza de nuevo, se sentía un idiota, lo único que le habían pedido para su bebé además de las pastillas había sido solo relajarse, pero había estado tan concentrado en prepararse y ser bueno en todo lo demás que se olvidó de lo más importante, y su bebé casi pagaba el precio por eso.
 
- ¿Y como puedo hacer eso, Sasori? Cada día desde hace meses lo único que hago es pensar en que voy a hacer... A veces ni siquiera puedo dormir bien, y después me siento tan cansado que me dan pesadillas... - Una solitaria lágrima cayó por su mejilla al mismo tiempo que soltaba el sentimiento que se había guardado por tanto tiempo - Me siento solo...
 
Sasuke se sentía sorprendido ante esa revelación ¿Como podía Naruto sentirse abandonado si había hecho todo lo posible para hacerle sentir acompañado? Menos mal que Sasori, aún escuchando, tenía las mismas dudas que el.
 
- ¿Cómo puedes decir eso? - Se sorprendió el médico - Tienes a tu hermano, a la señora Uchiha, al padre de tu hijo...
 
Naruto tomo una gran bocanada de aire, necesitaba soltarlo todo.
 
- No me refiero en el sentido de presencia, todos ellos han estado intentando ayudarme y siempre me preguntan cómo estoy pero... No lo sé, siento que aparte de mi nii-chan, ninguno se ha preocupado realmente por cómo estoy sobrellevando... - Hizo un gesto a su barriga - Esto. Ya sé que es una tontería y que se supone que no es gran cosa estar embarazado y menos ahora, pero para mí lo es. Renuncie a tantas cosas... - Se limpió otra lágrima - Se que no debería quejarme, que ellos me quieren o por lo menos eso creo, pero no es fácil saber que cada vez falta menos para que tengas que ser lo más perfecto posible por alguien que dependerá de ti al cien por ciento, y sé que el que tenga a todos los Uchiha esperándolo es bueno, pero eso también me hace sentir presión porque habrá más gente esperando que lo haga todo bien.
 
Sasori tomo asiento con cuidado en la camilla y cariñosamente tomo de la mano al menor.
 
- Nadie espera que vayas a hacer todo perfecto, Naru-chan, pero eso no significa que también esperen a que te equivoques. - Le dió un suave apretón - Los Uchiha se que pueden intimidar un poco, pero te garantizo que no lo hacen a consciencia, ellos solo intentan ayudarte lo mejor que pueden.
 
- Si... - Sonrió un poco - La señora Uchiha más que todo. Ha sido muy amable.
 
- Y el padre de tu bebé también, o eso me ha dicho tu hermano... ¿Cierto?
 
- Bueno... Sasuke... - Miro hacia un lado. Y Sasuke, aún escondido, pego más la oreja a la puerta - El... ha sido muy bueno conmigo.
 
- ¿Pero? - Pregunto Sasori.
 
- Pero... - Respiró hondo - Pero me he dado cuenta de que todo esté asunto de llegar a conocernos mejor esta impidiendo que se concentre en otras cosas.
 
- ¿A qué te refieres?
 
- Me refiero a que hemos estado tan ocupados en nosotros (Yo en saber si le gusto y el en... no sé, esa parte es confusa) que ya voy a más de la mitad de embarazo y ni siquiera sé cuál es su plan.
 
- Pero Naru ¿No se supone que para eso es el contrato?
 
- El contrato solo habla de salidas y cosas legales, yo me refiero a cosas más personales - Arrugó un poco la cara, no quería llorar de nuevo - Si es cierto que ahora es mas cercano al bebé y siempre lo saluda, pero... no sé qué piensa hacer con el cuando nazca, no sé si quiere inscribirlo en natación, tenis o si quiere que estudie leyes como el, no sé si le gustaría que se pareciera a el, o si prefiere un varón, una niña o un doncel... Demonios Sasori ni siquiera se que clase de nombres tiene en mente para el...
 
- Pero esas cosas las pueden hablar luego - Intentando consolarlo, aunque el rubio tenía un buen punto.
 
- ¿Cuando? ¿Cuando esté dando a luz? - Naruto levantó una ceja - Odio decir esto pero si me sigo concentrando en que podamos tener algo serio no podremos enfocarnos por completo en el bebé.
 
Por un segundo se hizo el silencio, pero luego el pelirrojo tomo la iniciativa.
 
- Déjame que te pregunte algo antes de responderte - Se acomodo un poco mejor - ¿Sasuke te gusta?
 
El menor se sonrojo un poco ¿Que acaso están de moda preguntarle por sus sentimientos sobre Sasuke?
 
- E-Eh... - Oh vamos, ¿A quien engañaba? A Sasori no le podía mentir - Si...
 
- ¿Y crees que a él le gustas?
 
- Yo... Creo que sí, algo, no sé, es confuso.
 
Sasuke quería sentirse ofendido porque el rubio no notará sus sentimientos hacia el, pero para darle crédito a Naruto, ni el mismo lograba entenderse a veces.
 
- ¿Y no crees que, como futuros padres que son, pueden continuar con la idea de tener algo al mismo tiempo que planean el futuro de su hijo?
 
- Serían muchas cosas a la vez, y no nos conocemos tanto como para eso... - Se lamentó el rubio, pero antes de que Sasori pudiera seguir aconsejandolo, una voz a través del autoparlante pidió la presencia del médico en la sala principal para hacer una cirugía.
 
- Me debo ir, pero volveré pronto y seguiremos hablando, ¿De acuerdo? - Depósito un beso en su frente y salió por la puerta. Más una vez que salió de la habitación en vez de ir directo a dónde lo habían llamado se desvió hacia donde Sasuke aparentaba que había estado esperando.
 
Una vez que visualizo al médico se levantó del asiento.
 
- ¿Como está Naru...? - Pero Sasori alzó una mano.
 
- Considerate afortunado de que Naruto estando estresado es lo suficientemente sordo para no escucharte respirar atras de la puerta. Ahora, si me disculpas tengo trabajo, pero no te vendría mal tomar lo que oíste como algo más que los caprichos de un embarazado - Siguio de largo, más se detuvo un momento después - Puedes entrar a verlo. Te diría el número de la habitación, pero creo que no la necesitas - Una enfermera lo llamo al final de pasillo y salió corriendo para atender su deber.
 
El Uchiha se quedó estático un momento ¿Que quería decir con eso? ¿Acaso pensaba que no tomaría a Naruto enserio? El siempre consideraba lo que el doncel tenía que decir, es solo que últimamente se había estado enfocando más en Naruto y el como pareja que Naruto y el como padres...
 
No podía culparse del todo, obviamente le había preocupado tener una relación firme con el otro padre de su bebé, y quería asegurarse de saber que clase de relación sería para antes de que naciera, así su hijo al crecer por lo menos tendría la certeza de que sus dos padres asumieron su compromiso y podían llevarse bien siempre que los necesitara, ya fuera como pareja o solo amigos.
 
Pero ahora...
 
- ¿Naruto? - El rubio se sobresalto, era raro escuchar su nombre viniendo de Sasuke - ¿Puedo pasar?
 
- Am, claro. - Se acomodo mejor en la camilla y miró hacia otro lado con nerviosismo. No había podido terminar de hablar con Sasori... ¿Debería de compartir sus inquietudes con el teme o esperar a terminar de hablar?
 
El azabache se introdujo con cuidado en la habitación antes de que el doncel pudiera decidirse, y tomo asiento en el sillón de al lado. No era muy grande, pero por lo menos era mejor que las sillas plásticas que habían en algunos otros centros médicos.
 
Sasuke carraspeó.
 
- ... ¿Como... Como estás? 
 
- Cansado - Respondió en un suspiro, ese medicamento lo hacía sentir agotado - Pero estamos bien, al parecer solo es el estrés.
 
- ¿Te has sentido estresado? - Por más que el Uchiha lo intentó, la preocupación salió a relucir.
 
- Eh, un poco. Pero no es importante ni nada - Se apresuró a decir - Es solo algo común ya sabes, nada del otro...
 
- Naruto - El Uchiha se sentó recto, llamando la atención del otro de repente. Había tomado una decisión en los escasos segundos de la sala de espera hasta la habitación, y aunque se le hacía algo incómodo, tenía que hacerlo.
 
El rubio por otro lado estaba expectante ¿Que le pasaba al Uchiha?
 
- ¿Que... Que pasa, teme?
 
Transcurrió un minuto entero en el que Sasuke no dijo nada, solamente lo miraba intensamente como si se debatiera internamente sobre algo. Luego de otros segundos más el rubio realmente llegó a pensar que no diría nada y que era mejor cambiar el tema. Ya sé estaba preparando para decir alguna broma que rompiera la tensión cuando...
 
- ¿Te gustaría tener un doncel como tú?
 
- ... ¿Eh? - Parpadeó ¿Que si él... Que?
 
El Uchiha respiro hondo.
 
- ¿Te gustaría que nuestro hijo fuera... un doncel?
 
Naruto seguía sintiéndose más perdido que Santa Claus en marzo, así que respondió sin pensarlo mucho.
 
- Claro, ¿Porque no? - No había pensado que podía existir esa posibilidad, considerando que el mismo tenía problemas en acostumbrarse a ser un doncel en vez de un varón como toda la vida había pensado que era... Bueno, en su primera y única relación fue el pasivo, y nunca antes le llamo la atención una chica. Siempre estuvo claro de que era gay. Seguía siendo hombre, claro, solo que... Gay pues, no había más explicación que esa. Tener un bebé doncel no le molestaria para nada. Claro, no sería como tener una niña, o al menos así lo veía el, lo criaria igual que a un chico, solo que siempre le explicaría que, a diferencia de uno normal, tendría que tener cuidado y ser responsable pues podría salir perjudicado por ambos lados. Personalmente, el no tenía problemas con eso. No obstante, frunció el ceño - No me molestaría, sería diferente claro, pero estaría bien por mi - Ladeó la cabeza - ¿Porque la pregun...?
 
- A mi me gustaría un varón - Le interrumpió Sasuke, tenía una expresión que el blondo podría jurar que era de vergüenza.
 
- ¿Enserio? - El Uchiha asintió un poquito - ¿Porque?
 
El gesto de vergüenza se hizo más obvio y miró hacia otra parte.
 
- Bueno, no sé la verdad, es solo que nunca me imaginé criando a una niña, supongo que porque nunca crecí con una y las únicas chicas de mi edad en mi familia eran bastante mimadas para mí gusto... el asunto de los donceles aún lo estoy digiriendo por lo que nunca estuvo en mi mente tener uno como hijo, así que... No se, supongo que tener un hijo siempre fue mi primera opción.
 
- Oh, ya veo... - Naruto no tenía idea de que hacer con tanta información, o que responder.
 
- Tampoco me gustan mucho los nombres largos y complicados, me parecen innecesarios - Agregó luego de un silencio - Así que mientras sea corto puedes elegir el que quieras. Mi madre eligió los nuestros al nacer, y nunca me he quejado del que escogió para mí, así que... me gustaría... que tu eligieras el suyo.
 
- Teme...
 
Naruto se detuvo un segundo a analizar toda la información que estaba recibiendo antes de continuar, pues se había dado cuenta de que Sasuke le estaba intentando responder a todas las interrogantes que había tenido desde que entró a la casa Uchiha.
 
- ¿Teme...? - Comenzó con algo de incertidumbre - ¿Acaso Sasori te dijo algo o..?
 
- Eso no es importante - Alzó una mano - Lo importante ahora es que el bebé esté bien... que tú estés bien - Y tomando coraje, tomo la mano del rubio.
 
- Sasuke... - ¿Porque tenía que ponerse tan rojo? ¿Porque?
 
- Dobe, no puedo prometerte que estaré junto a ti todo el tiempo, pues como sabes tengo la empresa y mucha responsabilidad... - Naruto bajo la cabeza y asintió, era de esperarse - Pero... - Lo obligó a mirarlo - Siempre, y escúchame bien, siempre que tengas dudas sobre algo, te sientas ofuscado o simplemente quieras hablar tonterías, puedes venir y hablar conmigo.
 
Dios ¿Acaso existía algo más adorable que ver a Sasuke Uchiha, sentado frente a él, mirándolo fijamente a los ojos y prometiendole con el corazón en la mano que siempre estaría para apoyarlo?
 
- Sasuke... 
 
- ¿Cualquier cosa, de acuerdo? - Le dió un suave apretón haciéndolo avergonzar - ¿Lo prometes?
 
- Lo prometo - Acepto el doncel con una bonita sonrisa y un adorable sonrojo en las mejillas.
 
"Carajo, se ve adorable" Pensó ensimismado y, sin quererlo se fue acercando más y más hasta que...
 
- ¡Muy bien! - Súbitamente una enfermera que debía tener unos cincuenta años entró a la habitación con un pequeño monitor que llevaba a rastras, haciéndolos sobresaltar y separarse ¿Que demonios? ¿Cuando se habían acercado tanto? - Es hora de que te hagamos el ultrasonido, cariño.
 
Eso llamo la atención de ambos.
 
- Pensé que sería en una semana - Dijo el rubio confundido.
 
- Así era, pero Sasori-kun insistió en que te revisaramos hoy. A ver... - Le levantó la bata de hospital y aplicó el gel, a Naruto le dió un poco de cosquillas pero se contuvo. Unos segundos después comenzó a verse la imagen - Mmmm, veamos que tenemos aquí... ¿De cuánto me dijiste que estabas?
 
- Hoy cumplo cinco meses - Sonrió feliz, y Sasuke que aún sostenía su mano, sonrió un poco también ¿Tanto tiempo había pasado?
 
- Valla, no lo aparenta, tiene un buen tamaño para su edad, será un bebé grande - Les sonrió dulcemente a la parejita.
 
- Eso explica la gran barriga entonces - Miró el monitor con sospecha.
 
- No puedes culparlo - Río la mujer ante el puchero del rubio - Creo que solamente se estaba dando su tiempo para crecer, pero si no te fuera preguntado juraría que estás de seis meses.
 
- ¿Eso no es malo? - Preguntó el Uchiha sin dejar de mirar el monitor.
 
La enfermera lo reconsideró un momento.
 
- Mmmm no, todo en él está donde debe estar. Lo único que si podría jurar es que será alto cuando crezca.
 
- Oh, espero que no sea más alto que yo - Naruto hizo morritos - Porque si no sería raro-ttebayo.
 
La mujer río de nuevo, y siguió revisando un poco más antes de mirar de nuevo a los padres.
 
- No veo ninguna complicación, el útero está en perfecto estado y la placenta no se ha desprendido de su lugar. 
 
Naruto sonrió enorme, entonces su bebé estaba bien después de todo.
 
- Lo último que faltaría es saber si quieren saber el sexo del bebé.
 
- Mmmm - El rubio dudó, se había hecho esa pregunta un par de veces pero nunca se había decidido. Miró a Sasuke en busca de ayuda - ¿Tu qué dices teme?
 
El rubio esperaba recibir una respuesta estoica y típica de un Uchiha, pero fue todo lo contrario.
 
- A mí me gustaría saber... - Contesto con algo de vergüenza. Carraspeó - Pero como tú prefieras está bien.
 
- ¿Enserio?
 
El de ojos oscuros asintió.
 
El doncel lo considero un momento, el también quería saber, pero a la vez quería que su hermano y la señora Uchiha estuvieran para enterarse al mismo tiempo. Mmmm...
 
Y de pronto, se le prendió el foco.
 
- ¿Podría colocar la respuesta en un sobre sellado, por favor? - Le preguntó Naruto a la mujer que sonrió y asintió.
 
- Claro, no hay problema. Ahí en la mesa hay papel para que te limpies, yo volveré en un rato.
 
Una vez la enfermera salió de la habitación con el monitor, Sasuke miró a Naruto con una ceja levantada.
 
- ¿Cual es tu plan?
 
- Ah, tu solo espera teme - Le guiño un ojo - Tengo una gran idea.
 
 
         ***Fin del Flashback***
 
Luego de eso la escena romántica y privada con Sasuke tuvo que suspenderse pues su hermano había llegado corriendo para estrecharlo entre sus brazos y pedirle perdón como cien veces por no haber estado ahí para él. Itachi se quedó al margen y en lo que respecta al señor y la señora Uchiha no pudieron asistir por estar fuera de la ciudad, pero llamaron a Sasuke para asegurarse de que su nieto estuviera bien. Al Uchiha menor le sorprendió un poco que su padre sonará incluso más ansioso y asustado que su madre, pero se dijo que sólo era su imaginación.
 
- ¿En que parte del mundo anda volando esa cabecita tuya? - Escuchó una voz que sonaba algo cansada pero feliz.
 
Naruto volteó un poco y sonrió.
 
- Creo que no es tanto en dónde si no cuando - Sacudió la cabeza y se hizo a un lado para que el otro pudiera sentarse a su lado. Tenían suerte de que los Uchihas fueran tan pretensiosos al punto de comprarse un sofá mecedora. 
 
- Oh, ya veo ¿Que recordabas?
 
- El día de ayer, fue algo aterrador, pero bien al final. Y hablando de ayer... - Una vez que ambos estuvieron sentados lado a la lado, el rubio menor extendió la manta con la que estaba arropado para cubrir también las piernas del mayor - Tu también necesitas entrar en calor, está haciendo mucho frío y si mal no recuerdo tu también estuviste enfermo.
 
- Ugh, no me lo recuerdes - Deidara hizo una mueca - Ayer fue terrible.
 
- Bueno, eso es tu culpa.
 
- ¡Oye!
 
- Pero si es cierto, no debiste comerte todo ese pastel, y menos salir corriendo así después de vomitar - Lo miró ceñudo - Te pudo haber pasado algo.
 
- Ey - Lo empujó un poco - ¿Desde cuando eres tú el responsable aquí, hn? 
 
- He aprendido mucho - Se sobo la pancita con cuidado.
 
- Oh sí, la maternidad cambia a cualquiera... - Sonrió burlón recibiendo a cambio un zape en la cabeza - ...¡Auch!
 
- Te lo mereces - Aseguro el rubio asintiendo - Seré padre Nii-chan, no madre.
 
- Ya ya, solo te estaba tomando el pelo - Y puso una mano en dónde sabía que su sobrino probablemente estaba practicando para cuando tuviera edad de entrenar en las artes marciales, pues siempre a esa misma hora comenzaba con una sesión intensa de puñetazos y patadas al estilo Uchiha/Uzumaki - Vaya, pareciera que tuvieras todo un equipo de baloncesto ahí dentro... ¿Estás seguro que es solo uno?
 
- Sep, solamente es grande y enérgico para su edad - Hizo un gesto como si se lo pensara mejor - Bueno, más o menos, es a esta hora o cuando el teme está cerca que se pone algo inquieto, pero del resto es un niño muy tranquilo.
 
- Bueno, por lo menos reconoce a su papá.
 
- Eso sí... - Y sonrió con amor hacia su vientre, envidiaba a su hijo por tener tan claro sus sentimientos hacia Sasuke siendo tan pequeño mientras que él, con todos sus pocos años de experiencia, no tenía ni idea de que hacer.
 
Deidara noto que su hermanito estaba pensativo, así que intentó bromear.
 
- Por cierto, tuviste suerte de que mi sobrino no te diera náuseas - Se estremeció - Son muy incómodas.
 
- Si - Río un poco - Por cierto, hablando de cosas incómodas - Lo miró con sospecha y Dei trago grueso, sabía lo que se venía - ¿Que paso con Sasori e Itachi ayer? Fue toda una escena y eso que no estuve ahí.
 
- B-Bueno... - Se rasco la nuca con una sonrisa nerviosa - Lo que pasó fue que...
 
                ***Flashback***
 
Ni bien Deidara se hubo asegurado de que su hermano estaba en perfecto estado, salió corriendo hacia el primer baño que encontró para vaciarse por completo... de nuevo.
 
- Ay... - Se limpio las lágrimas que se le habían salido involuntariamente - Odio vomitar...
 
- ¿Dei?
 
"Carajo ¿Que acaso no existe la privacidad ni en el baño?"
 
- ¿Mmmm?
 
- ¿Te encuentras bien? - Le preguntó una voz suave y profunda que reconocería en cualquier parte.
 
El rubio se irguió con cuidado y se asomó inseguro por el resquicio de la puerta del baño.
 
- ¿Sasori? - Salió por completo del cubículo para encontrarse con la mirada avellana del médico pelirrojo - ¿Que...? - Se limpio de nuevo la boca - ¿Que haces aquí?
 
- Bueno, trabajo aquí - Le sonrió - Además una amiga mía me dijo que te vio salir corriendo al baño, y quise ver si estabas bien.
 
- Estoy bien, descuida.
 
- ¿Seguro?
 
- Seguro.
 
- ¿Entonces porque sonaba como si fueras a tirar el estómago por la boca?
 
- Ehh...
 
Deidara ya tenía lista la respuesta ideal a esa cuestión, pero el solo recordar el sabor del pastel, el estómago le rugió furioso de nuevo y sin dar explicaciones se lanzó al suelo mientras volvía a vomitar sobre el sanitario.
 
- ¡Woah! Cuidado - Y se arrodilló atrás de el para sostenerle el largo cabello.
 
- Gracias Saso... Oh dios - Vómito de nuevo y derramó más lágrimas - Maldición...
 
- Necesitas que te inyecten para que dejes de vomitar, Dei-chan. Yo lo haré si quieres, pero tienes que venir.
 
- No puedo - Admitió pálido - No puedo moverme...
 
- Ya te ayudo yo - Y usando la misma técnica que utilizó Yahiko con el rubio inconsciente en su momento, el médico llevó a Deidara a inyectarse. Una vez hecho esto, los vómitos cesaron y el estómago dejo de doler un poco - ¿Mejor?
 
- Mucho mejor - Estaba pálido, despeinado, desparramado en una camilla de hospital y agotado, pero por lo menos ya no vomitaba - Gracias, Sasori - Le sonrió lo más que pudo.
 
- No hay de que, Dei. Sabes que haría cualquier cosa por ti.
 
- Sasori... - El rostro pálido del rubio se tiñó con un suave tono carmesí - No digas tonterías.
 
- Pero es que no lo son, me gustas Deidara, ya te lo he dicho.
 
"Rayos" Pensó avergonzado "¿Que se supone que le diga?"
 
- Se que me pediste tiempo, pero en estos días no he podido dejar de pensar en ti, y de verdad necesito saber... necesito escuchar de tus labios que por lo menos tengo una oportunidad.
 
- Y-Yo...
 
- Se que quizás te estoy presionando de más - Le tomo de la mano - No te estoy pidiendo una respuesta ahora, solamente quiero saber... si es posible que quizás algún día... tu y yo...
 
- ¿No tiene otros pacientes que atender, doctor? - Preguntó una voz que no sonaba para nada amistosa - Digo, el hospital es bastante grande.
 
Deidara pego un bote y miró hacia la puerta con un mal presentimiento, A Sasori se le estrecharon poco un los ojos, pero sonrió de forma forzada.
 
- Señor Uchiha, bienvenido - Hizo una inclinación de cabeza - Déjeme asegurarle que todos los demás pacientes están siendo bien atendidos por mis colegas en este momento, si eso le preocupaba.
 
- No tanto, en realidad, solamente me preguntaba si ya había terminado de atender a Deidara para llevármelo a casa - Resaltando la última palabra con una sutil mirada de desafío. Sasori captó la indirecta, pero no se iba a dejar pisotear.
 
- Deidara podrá irse pronto, cuando esté listo le avisaré a su hermano y les daré de alta para que ambos se vayan juntos. Imagino que su hermano podra hacerle el favor a Dei de firmar los documentos de salida - Itachi bufó bajito, sabía lo que el médico trataba de decir "Tu hermanito tendrá que hacerlo porque él tiene más relación con Deidara que tú" Maldito... - Pero permitame darle la bienvenida a nuestras humildes instalaciones... Honestamente pensé que a los Uchiha les gustaba más los centros lujosos y privados.
 
- Y así es. Allí por lo menos los doctores tienen la decencia de ocuparse de sus asuntos.
 
Deidara sudo frío, estaba enfermo y aplastado en medio de dos hombres que se miraban como si desearan molerse a golpes hasta morir. Prácticamente se podían ver los rayos salir de sus ojos.
 
- Esto, chicos... - Sonrió nervioso mirándolos a ambos - ¿Porque no mejor...?
 
- ¿Estás sugiriendo acaso que no soy profesional? - Inquirió el médico levantando las cejas.
 
- No - El Uchiha se encogió de hombros - Solo que pareces incapaz de enfocarte en tus asuntos.
 
"Ay, mierda"
 
- Puedo perfectamente enfocarme en mis cosas - Contesto con calma, aunque sus ojos estaban fríos - En realidad, lo hago mucho mejor que tú.
 
- ¿Ah sí? - Apretó los puños - ¿Como que?
 
- Como Dei, por ejemplo. Yo, a diferencia de ti, se cual es mi posición.
 
Itachi soltó una carcajada.
 
- ¿Dei? El no es nada tuyo.
 
- Ni tuyo.
 
"Doble mierda..."
 
- Tu no tienes ningún derecho sobre él - La irá del azabache iba en aumento.
 
- Lo conozco desde hace más años que tú - Presumió el otro con una sonrisa petulante - Tiene más confianza en mí de lo que nunca te tendrá a tí.
 
- ¿Y de que te ha servido tanta confianza si en esos años solo conseguiste que te diera un solo beso?
 
"Triple mierda..."
 
- Bueno - El pelirrojo enfureció - Por lo menos a mí me dió uno.
 
- ¡Hijo de pu...!
 
- ¡Oigan, muchachos! - Dei se irguió lo más que pudo en la camilla y miró preocupado la escena - No tienen porque...
 
- Escúchame bien, imbécil. YO voy a ser parte de su familia, y tú solo eres su médico de emergencia - Le escupió el Uchiha en la cara haciendo caso omiso a las súplicas del paciente - Eres reemplazable, acéptalo.
 
- Médico de emergencia reemplazable o no, Uchiha, por lo menos a mí me considero para ser algo más que eso.
 
- No te des aires - El Uchiha sonrió de lado - Porque una vez que seamos familia tendremos todo el tiempo del mundo para estar juntos y discutir porque eso fue un error.
 
- Ah si - Sasori sonrió de forma parecida - El truco de aprovechar tu derecho como cuñado ¿Eh?
 
Itachi frunció el ceño.
 
- ¿Y que con eso?
 
- Nada... pero, aquí entre nos ¿Quien crees que tiene más derecho a que? ¿El futuro cuñadito indeciso o el amigo médico que lo va a ser suyo?
 
"¡MALDICIÓN!" Dei apenas si tuvo tiempo se levantarse de la camilla antes de que el puño del Uchiha golpeara la mandíbula de Sasori mandandolo al suelo. El pelirrojo no se quedó atrás y le devolvió el golpe más otro en las costillas. Itachi recién la había dado a su rival un golpe en el estómago cuando Sasuke, seguido de Yahiko, apareció en la puerta de entrada.
 
- ¿¡Pero qué demonios pasa aquí!? - Exclamó y se lanzó para atrapar a su hermano que se fue hacia atrás cuando Sasori le propinó otro golpe en la cara.
 
Yahiko se interpuso en el medio, pero no hizo falta pues el único que seguía intentando pelear era Itachi, ya que Sasori se había quedado quieto y solo miraba al Uchiha mayor con odio.
 
- ¡Suéltame maldición! - Forcejeaba para liberarse del agarre de su hermano.
 
- Quédate quieto.
 
Sasuke mejoró el agarre, era una suerte que hubiera aprendido a hacer llaves de lucha, porque si no hubiera tenido que noquear a Itachi para que se calmara.
 
- ¡Joder, suéltame!
 
- Cállate.
 
Un muy confundido Naruto atraído por los gritos entro a la habitación ya vestido con su ropa normal y fue junto a su hermano.
 
- Lamento las molestias señor Uchiha - El pelirrojo se limpió con el dorso la gota de sangre que le salía de la nariz - Ha sido un malentendido, no volverá a suceder...
 
- Eso espero, o me va a obligar a tener que cambiar de médico, si no de hospital - Aunque algo en el fondo le decía que toda la culpa no era del doctor.
 
- No va a ser necesario - No podía perder su única oportunidad para estar con Dei - Le prometo que por mi parte no habrán más problemas, y también que ningún otro doctor se va a preocupar tanto por Naruto o Deidara como yo.
 
- ¡JA! - Soltó Itachi.
 
- ¡Cierra la maldita boca de una vez, Itachi! - Sasuke estaba cansado, así que cabeceó hacia al par de rubios - Dígame doc ¿Ya sé pueden ir?
 
- Claro... solo firme los documentos y podrán irse... 
 
- Bien. Naruto, espera aquí, vuelvo en un segundo ¿De acuerdo? - Naruto asintió, y el Uchiha menor saco a rastras a su hermano de la habitación junto a Yahiko.
 
Ahora sólo quedaban Sasori, Naruto y Deidara en un silencio incómodo.
 
- Dei... - El rubio mayor vio que Sasori tenía toda la intención de disculparse, pero ya no podía resistir más drama.
 
- Esta bien, Sasori. Solo ve a trabajar, yo te escribiré luego ¿Quieres?
 
El animo de Sasori decayó un poco, pero asintió. Solo esperaba que esa pelea no cambiará la opinión del Uzumaki sobre él.
 
- ¿Estás seguro?
 
- Muy seguro, descuida.
 
- Bueno... espero que te mejores pronto entonces...
 
Sasori miró a Dei una última vez y salió, ya luego pensaría que hacer para evitar que el Uchiha le quitara a su rubio; Una vez salido el médico de la habitación, Naruto miró a su hermano con la boca abierta.
 
- ¿Pero qué rayos fue lo que pasó?
 
Deidara suspiró, necesitaba con urgencia las horas de dormir que a Naruto le habían quitado.
 
- Te lo contaré luego...
 
 
         ***Fin del Flashback***
 
 
- Te pasaste nii-chan - Naruto negaba con la cabeza.
 
- ¡Oye! - Se cruzó de brazos con aire ofendido - No es mi culpa que comenzaran a pelearse como animales.
 
- No, pero no hubieran peleado si fueras hablado con Itachi o Sasori primero.
 
- ¡Si lo hice! le dije a Sasori que me diera tiempo y le dije al bastardo Uchiha que me dejara en paz - Un segundo más tarde se dió cuenta de que aún no le había contado a su hermanito sobre eso - M-Me refiero a que...
 
Pero Naruto sacudió una mano y sonrió como si nada.
 
- Ah, no te preocupes, Menma me lo contó todo.
 
A Deidara se le cayó la mandíbula directo al suelo "Ese pequeño traidor..."
 
Bueno, si no había de otra.
 
- Está bien, pero si ya sabes de eso ¿Que esperabas que hiciera?
 
- Que te decidieras - Le dijo serio dejando a Dei sorprendido - Sasori no estaría tan confundido si no lo estuvieras mantenimiento en espera, e Itachi no se pondría así si fueran hablado como adultos.
 
- Ya te dije que le había dicho que me dejara en paz...
 
- No, le gritaste en un momento de ira que te dejar en paz - El artista quiso refutar, pero Naru lo tomo de las manos - Escucha, se que lo que hizo Itachi estuvo mal, incluso yo estoy molesto por eso - Puso mala cara - Pero aún así, creo que debiste hablar con el después. A lo mejor solo pensó que estabas enojado y que después hablarían.
 
- .... La verdad no lo creo...
 
- No es tanto que lo creas o no, Dei, es que debes hablarle claro a ambos ahora, porque si no, los dos seguirán pensando que tienen el mismo derecho sobre ti, y se pelearán por ello de nuevo.
 
El rubio de coleta hizo una mueca de disgusto, pero al final aceptó. Naruto tenía un punto dolorosamente válido.
 
- Tienes que ser directo ¿Ok? - Le picó un ojo en broma - Se que podrás con eso.
 
Dei sonrió y correspondió el gesto.
 
- Oh si, esa es la parte fácil.
 
- Y en cuanto a Sasori... - Dei se tensó - Está bien que necesites tiempo para decidirte, pero no lo hagas esperar demasiado si no estás seguro de corresponderle.
 
- Lo se... es mi amigo y no quiero hacerle daño, pero estoy confundido.
 
- Yo tampoco quiero que Sasori sufra, pero eres mi hermano y si decides rechazarlo yo te apoyaré hasta el final.
 
- Insisto, ¿Desde cuando eres tan maduro? - Lo rodeó con sus brazos y dejó que recostara su cabeza en el hombro del mayor.
 
- Desde siempre - Dijo presumido más sin embargo se dejó hacer - Ya estoy grande nii-chan.
 
- Claro que no, antes eras mi bebé adorable.
 
- Pero ya crecí Dei.
 
- Para mi siempre serás mi bebé - Le acarició los caballeros y luego de un rato sin darse cuenta comenzó a tararear suavemente una canción de cuna, mientras que su mente viajaba hacia una época más triste y solitaria, en dónde solo eran el y su pequeño hermanito...
 
               ***Flashback***
 
Deidara llegaba cansado de trabajar, arrastraba los pies y apenas tuvo energía para darle las gracias a la vecina por supervisar a Naruto de vez en cuando, ya que no podían darse el lujo de pagar una niñera con dos padres menos y apenas un tercio de lo que le habían dejado en la cuenta del banco. Trabajaba casi todo el día en un restaurante de mesero. A las tres de la tarde lavaba autos en los semáforos y después de las seis de la noche era asesor de bailarines en un bar. Nunca se exhibía ni nada por el estilo, pero si ayudaba a vestirse a las chicas y chicos que lo hacían. A veces le era difícil permanecer allí, pero aguantaba por su bebé. Regresaba a la una de la madrugada magullado y muerto, así que muy pocas veces podía convivir con su niño.
 
A veces se sentía mal por eso, pero luego lo pensaba mejor
 
"Al menos tengo para darle de comer"
 
El rubio se dió una ducha rápida y se acostó en la cama, ya había cerrado los ojos cuando...
 
- ¿Nii-chan? - Un tierno doncel de ojitos brillantes y una pijama azul apareció en la puerta con un osito de peluche en las manos - Nii-chan ¿Puedo dormir contigo?
 
- Claro... - Bostezo y extendió un brazo para abrazar al pequeño - ¿Que paso? Ya es muy tarde ¿Tuviste pesadillas?
 
- No - Se acurrucó junto a su hermano - Te escuche llegar y... te extraño mucho Nii-chan, ya nunca te veo - Hizo un pucherito.
 
- Lo siento bebé, pero debo trabajar. A mí tampoco me gusta estar lejos de ti, pero tengo que hacerlo...
 
- Ya se... pero todavía me haces mucha falta. Me siento solito.
 
- ¿Sayu-chan no juega contigo? - Frunció el ceño. Era capaz de levantarse justo ahora con todo y cansancio si se enteraba que la vecina de al lado se atrevió a no jugar aunque sea una sola vez con su hermoso hermanito.
 
- Si, ella juega conmigo. Pero yo te quiero a ti, Dei.
 
- Y yo también te quiero a ti - Lo abrazo - ¿Que te parece si vamos a dormir y mañana jugamos todo el día juntos? - Se suponía que su día libre debía ser para lavar y dormir, pero su bebé era prioridad.
 
- ¿Si? - Deidara le pellizco la nariz y afirmó. El pequeño Naruto sonrió grande - ¡Sii! ¿Lo prometes? ¿De verdad lo prometes, Dei?
 
- Lo prometo - Hizo un gesto solemne que al menor le dió risa - Ahora vamos a dormir.
 
- Pero ya se me quitó el sueño...
 
- En ese caso, habrá que usar el plan B... - Desde siempre Naruto había sido sensible a la música, daba igual si no sabías cantar, con solo tararear el pequeño se quedaba dormido en menos de veinte minutos, sin embargo, Deidara tenía una canción especial que lo hacía caer rendido en menos de cinco; Comenzó a cantar suavecito para no perturbar al menor, haciendo que lentamente se entregara a los brazos de Morfeo...
 
- Ay, mi Naru... - Le dió un besito y cerró los ojos - Siempre serás mi bebé...
 
        ***Fin del Flashback***
 
El ronquido de Naruto lo devolvió a la realidad, y casi empezó a reír cuando se dió cuenta de que se había quedado dormido al escucharlo tararear, justo como cuando apenas era un niño...
 
"Bueno, al menos algunas cosas nunca cambian"
 
Deidara miró hacia la ventana y suspiró, estaba caliente y cómodo en ese suave sofá junto a su hermano, pero aún así...
 
"¿Que pasa?" Se sostuvo el pecho, tenía un terrible presentimiento.
 
Miró a Naruto quién aún seguía dormido y lo apretó más fuerte.
 
"Por favor, no permitas que nada malo le pase"
 
                         *****
 
- ¡Te ves bellísimo Naru-chan! - Decía Mikoto vestida con un sencillo vestido de seda negro que caía hasta el suelo.
 
- Gracias - Se sonrojo el rubio - Aunque sigue sin ser mi estilo.
 
Naruto tenía puesto un bello kimono blanco con dragones dorados. No había aceptado maquillarse, pues sostenía que por ser doncel no significaba que debía ser una chica. Además de aclararle a todas las sirvientas que lo veían con ojitos de estrellas, que la única razón por la que aceptaba el kimono era porque ya no tenía mucha ropa que usar y ese traje era muy cómodo, no porque así tuviera que vestirse.
 
- Bueno, sea como sea te ves fabuloso.
 
- Usted también se ve hermosa Mikoto-san.
 
- Dime Mikoto - Le sonrió - Ya estamos en familia, no lo olvides.
 
- De acuerdo - Sonrió igual.
 
Naruto decidió no mirarse más al espejo o terminaría por darle un ataque de vergüenza y no podría salir a cenar.
 
- ¿Ya han llegado los invitados? - Preguntó el doncel nervioso.
 
- Aún no, pero de seguro...
 
- ¡¿PERO QUE CARAJO ES ESTO, JESUCRISTO?! - Se escucho un ofendió grito al final del pasillo sobresaltandolos a ambos.
 
- ¿Dei? - Dijo el rubio confundido y camino hasta la habitación de su hermano solo para encontrarlo a medio vestir y echando humo - ¿Que pasa?
 
Deidara tenía la coleta a medio hacer, estaba descalzo y tenía puesto solo unos shorts gris holgados.
 
- ¡Esto es lo que pasa! - Levantó entre sus manos una bellísima prenda. Era un kimono azul celeste algo traslúcido al final, con pequeñas flores blancas en las mangas.
 
- ¿Que acaso no te gusta? - Preguntó Naruto versión chibi rascandose la barbilla con un signo de interrogación en la cabeza.
 
A Dei le salió tremenda vena en la frente.
 
- ¡El punto no es si me gusta o no! ¡SOY HOMBRE! No soy un doncel ni mucho menos una chica para usar esto.
 
- Oh vamos Dei-chan - Intento razonar la morena - Naruto está usando uno y se ve fabuloso.
 
- Ya sé que se ve increíble - Suspiró y se pellizco la nariz - Pero se le ve bien porque es doncel y está embarazado, yo soy un hombre y no pienso ponerme prendas de niña.
 
- Pero Deidara... - Naruto hizo adorables morritos.
 
- No.
 
- Dei-chan... - Mikoto le hizo ojitos.
 
- No.
 
- Nii-chan... 
 
- ¡QUE NO, MALDICIÓN! Me rehuso, me niego, no me lo voy a poner, y no hay nada que digan o hagan para que cambie de opinión - Se sentó en la cama y se cruzó de brazos.
 
Naruto levantó un ceja ante la terquedad de su hermano.
 
- ¿Estas seguro?
 
- Muy seguro.
 
- ¿Completamente?
 
- Estoy total y absolutamente seguro de que no hay nada en esta tierra que me obligue a usarlo hn.
 
 
                       *****
 
 
- Te odio - Decía Deidara con cascadas en los ojos. Tenía puesto el Kimono y encima de eso Naruto se las había arreglado para soltarle el cabello dejándolo libre. Se veía hermoso y apetecible.
 
El doncel sonrió feliz.
 
- Yo también te amo nii-chan.
 
Deidara estaba a punto de quejarse cuando dos hombres se acercaron a los dos rubios, hasta el momento los invitados solo habían estado hablando con los señores Uchiha. Uno de ellos tenía un largo cabello castaño y el otro una alborotada melena plateada.
 
- Pero si estos deben ser los hermanos Uzumaki - Dijo el primer hombre con una copa en la mano, y el otro a su lado sonrió.
 
- Ciertamente Mikoto no se quedó atrás cuando dijo que eran muy lindos - Esto los hizo sonrojar, pero igual aceptaron el cumplido - Mi nombre es Hashirama, y este que está aquí es mi cuñado Kakashi.
 
- Un placer - Dijeron ambos.
 
- ¿Que tal les ha ido? ¿Se han adaptado a la locura ya?
 
- Más o menos - Naruto se rascó la nuca - Siempre pasa algo todos los días.
 
- Si, es difícil acostumbrarse a algo cuando siempre salen locuras nuevas - Concordó Dei.
 
- Ah, es normal - Tomo un trago de su copa - Cuando conocí a Fugaku pensé que toda su familia eran una cuerda de amargados, pero luego me convenció al par de años de hacer negocios y cuando comencé a pasar más tiempo con ellos y me tomaron confianza... Uff - Se estremeció - se vuelve intenso.
 
- ¿Que tan intenso? - Preguntó Naru.
 
- Bueno, lo cierto es que hace tres navidades termine bailando la conga desnudo en el techo de la limusina presidencial. No sé cómo ni porque, pero digo yo que estaba drogado - Los muchachos se rieron con él, tenía una voz amable y divertida que lo hacía hilarante.
 
Era evidente que Hashirama tenia toda la buena voluntad de hacer sentir cómodos a los chicos, pero desgraciadamente ni Kakashi ni su ojito feliz conocían la sutileza.
 
- ¿Y bien? - Examinó a ambos rubios - ¿Quien de los dos fue el que salió premiado?
 
- ¡No hables así, idiota! - Le regañó la mujer pelinegra que recién llegaba - Mira que hablándole así a los muchachos... - Negó con la cabeza.
 
- Pero Miko-chan, yo solamente quiero saber quién es el afortunado de llevar el futuro de los Uchihas - Dijo el peliplata con gesto inocente haciendo que al castaño le saliera un tic.
 
- Recuérdame porque te invite... - Hashirama negó.
 
- Porque tu hermana está loca y ni tú ni yo queríamos quedarnos solos con ella - Se cruzó de brazos ante la mirada de los rubios que no entendían nada.
 
- Touche - El castaño choco su copa con el otro.
 
- ¿Entonces? - Insistió el de la máscara un segundo después - ¿Quien es?
 
Naruto se sonrojo un poco, pero se adelantó un paso.
 
- Am, yo.
 
- Ya veo... - Kakashi lo miro fijo - ¿Y ya están juntos o lo siguen decidiendo?
 
- ¡Kakashi! - Exclamó la pelinegra - ¿Que acaso ya no se te puede contar nada?
 
- ¿Usted le dijo? - Naruto la miró acusador.
 
- No - Negó rápido la mujer - Yo no, pero creo que otra persona pudo haber sido.
 
- ¿Quien?
 
- Eso es simple - Hashirama sonrió de lado - Solo hay que fijarse en quien falta.
 
Todos miraron la hermosa sala decorada antes de contar los invitados, y luego sacaron cuenta de que además de la familia Uchiha, sin contar a Sasuke e Itachi que aún no llegaban y era obvio que no contarían sus intimidades con otras personas, estaban Hashirama, Madara, y un primo de Fugaku llamado Obito. Eso contando a los rubios, el único que faltaba era...
 
- Izuna - Dijeron todos al mismo tiempo, solo que los mayores con cansancio y los rubios con molestia.
 
- Ugh - Soltó Dei - Insisto en que no debieron invitarlo.
 
- Ya sé que es algo excéntrico pero es parte de la familia - Se excuso Mikoto con algo de pena.
 
- Descuide Mikoto-san, ya lo sabemos.
 
- ¿Y tú eres? - Kakashi fue directo al grano.
 
"Jesús ¿Que acaso este hombre no conoce la discreción?" Pensó Dei con una gotita.
 
- Soy su hermano mayor - Señaló a Naruto - Me quedo para cuidarlo.
 
- ¿No tienes relación con los Uchiha? - Preguntó curioso el castaño.
 
- Mmm no.
 
Kakashi bufó.
 
- Claro claro ¿Y desde cuándo a Itachi le gustas?
 
- ¿¡Ha?! - Abrió los ojos de sobremanera - ¿Y que le hace pensar eso?
 
- Yo lo sé todo - Dijo de forma misteriosa.
 
- ¿A qué se...?
 
El sonido del cristal llamo su atención. Fugaku estaba llamando el orden para que todos se sentarán a comer. Deidara bendijo esa interrupción ya que no quería hablar de Itachi, bastante suerte tenía ya con que aún no llegara. Aunque sin duda no estaba más alegre que Naruto, quien hacia su mejor esfuerzo para no tragarse la comida.
 
La cena estuvo fabulosa, Sasuke se unió un par después y se sentó junto a Naruto mientras una sirvienta corría a traer su plato. Durante la comida se hicieron unas que otras bromas casuales y contaron historias, como cuando Obito se enamoró de una chica pero qué gracias a Fugaku descubrió que eran familia a dos semanas de la boda, como cuando Hashirama socorrio a Mikoto cuando entro en labor de parto mientras Fugaku estaba en Hawaii y el hombre tuvo que pagarle a un vagabundo para que lo trajera en balsa y así ver a Sasuke nacer. Cuando pensaron que Itachi desapareció en el centro comercial a los cinco años y Mikoto entro en crisis hasta que recordó que ese día no había salido con él, cuando en el cumpleaños número veinticinco de Kakashi el hombre se desmayó de la impresión cuando apareció la hermana de Hashirama con una sábana manchada de sangre en la mano y gritando a los cuatro vientos que el peliplata la había percutado...
 
- Yo me acuerdo de esa, tu mamá también se desmayó - Se burló Obito mirando al de la máscara.
 
- Eso no fue divertido - Se quejó.
 
Hashirama río.
 
- ¡Oh, si que lo fue!
 
- Valla... y uno aquí pensando que los Uchiha son gente aburrida - Dijo Dei a modo de broma.
 
- Hey, nosotros somos serios - Hablo Obito - Es solo que la locura nos sigue.
 
Hashirama estuvo de acuerdo.
 
- Cierto, y a medida que pasa el tiempo las cosas cada vez se vuelven más locas, casi rayando en lo imposible.
 
- Dímelo a mi - Naruto se cruzó de brazos - Solo me faltó el ángel para encarnar a la virgen María.
 
- Si bueno, eso y que te puedo asegurar que el espíritu santo no se masturbo en los helechos del baño de María.
 
Sasuke miró mal al peliplata, pero Naruto lo tranquilizó tomándolo de la mano. Eso siempre tenía un efecto positivo en el Uchiha.
 
- ¿Oh? - Se impresionó Kakashi - Si que te tienen bien sujeto, ahijado.
 
- Cierra el pico - Sasuke cambió la mirada amable por un asesina.
 
- Ya ya muchachos... - Mikoto intento hacer la paz.
 
- Sasuke - Hablo Fugaku de pronto - ¿En dónde está tu hermano?
 
Pero antes de que le pudiera contestar, Itachi apareció en la puerta del comedor.
 
- Lo siento, padre, tenía cosas que hacer - Iba a tomar el asiento vacío al lado de Obito, pero para sorpresa de todos, Kakashi se levantó y le ofreció su puesto.
 
- Hoy no estoy de humor para aguantar a mi cuñado - Se excuso, aunque sonaba sospechoso.
 
- ¡Ey! - Exclamó el castaño.
 
- ¿Me das tu asiento, ahijado?
 
Itachi aceptó, pero luego se dió cuenta de que su padrino había estado sentado al lado de...
 
- Hola Dei...
 
- Hola - El artista no quería que fuera muy obvio la tensión, así que sonrió como si nada y miró hacia otro lado.
 
- ¿Que estabas haciendo Itachi?
 
- ¿Oh? ¿Acaso me extrañaste ototo?
 
- No seas idiota, pero su suponía que te recogería en la empresa y nunca llegaste.
 
- Tuve un pequeño accidente, nada importante.
 
Hasta ahora nadie se había dado cuenta de que Itachi tenía un vendaje en el cuello, solo que bien escondido por el traje.
 
Mikoto se adelantó y le tocó el rostro.
 
- ¿Estas bien, tesoro?
 
- Estoy bien mamá, el auto también está bien, fue solo un borracho.
 
- Mmmm - Fugaku miró hacia otra parte, algo en todo eso le daba mala espina.
 
- Y a todas estas... ¿Donde está Izuna? - Preguntó Hashirama.
 
Un estruendo se escuchó en la puerta y un segundo después apareció Izuna, vestido con un traje blanco y una flor en el bolsillo.
 
- Si mencionas al diablo... - Susurro Dei, pero Naruto le metió un disimulado pellizco bajo la mesa - ¡Auch!
 
- Ya llegó por quién lloraban - Dijo el Uchiha galante y se sentó junto a Fugaku - ¿De qué me perdí?
 
- Ah, casi nada... - La pelinegra intento ser cortes.
 
- Además de toda la cena, claro - Kakashi seguia sin ser discreto.
 
Izuna rodo los ojos.
 
- Tenía cosas que hacer, viejo, no me molestes.
 
- Izuna... No se le habla así a la familia, y mucho menos durante la comida.
 
- Lo siento, tia Mikoto, ya sabes cómo es.
 
- Mmmm - La mujer negó - No hay remedio con ustedes los jóvenes.
 
Fugaku, que no había prestado atención por estar distraído, pego un bote cuando volteó a ver a su sobrino.
 
- En el nombre de María Teresa de Calcuta, Izuna... ¿Que traes puesto?
 
- ¿Esto? - El problema no solo era que el traje era tan blanco que brillaba, si no que encima también a había puesto un sombrero del mismo color - ¿Que tiene?
 
- Está lindo, cariño - Era obvio que Mikoto mentía, quizás para no hacerle sentir mal.
 
- Pareces un cura, pero de esos que estafan a la gente.
 
- ¡Fugaku!
 
- ¿Que? - Miró a su mujer - Luce ridículo.
 
Dei tosió para disimular la risa e Izuna lo miro furioso.
 
- ¿Y de que te ríes tu, rubio metiche?
 
- Izuna... - Itachi lo miro serio.
 
- ¿Que?
 
- No vayas a empezar.
 
- ¡El empezó! - Señaló a Dei - ¡Se estaba riendo de mí!
 
- Izuna, todos nos queríamos reír - Dijo Sasuke aún comiendo de su plato.
 
Izuna puso mala cara y eso hizo a Naruto sonreir. 
 
- ¿Y ahora de te ríes tu, mujercita? - Miró mal al doncel.
 
Naruto estaba listo para defenderse, pero no hizo falta pues el insulto del Uchiha encendió las alarmas de mamá gallina de Deidara.
 
- ¿A quien demonios le llamas mujercita, pedazo de afeminado? 
 
- ¿¡Afeminado!? - Izuna se levantó de golpe - ¡Tú estás usando un vestido!
 
Deidara optó por ser lógico.
 
- Se llama Kimono, y es ropa muy elegante. Sabrías eso si tuvieras algo de sentido común.
 
- ¡Tengo sentido común!
 
- ¿Tanto que te vestiste como si fueras a iluminar un campo de fútbol?
 
- ¡Pues eso es mejor que parecer una chica!
 
Y ahí la lógica murió.
 
- ¡DIME ESO A LA CARA, SURIPANTO! - Gritó el rubio siendo detenido por Itachi que lo abrazaba por detrás. 
 
- ¿¡SURIPANTO!? - Izuna se subió a la mesa y Hashirama tuvo que jalarlo - ¡Tu actúas como un lunático!
 
- ¡Y tú cómo una zorra barata! 
 
- ¡Nii-chan! - Naruto intentaba hacer que se sentara.
 
- Dobe, siéntate - Sasuke se metió en medio para separarlo de la pelea.
 
- ¡Quítame las manos de encima! - Se retorcía el Uchiha.
 
- ¡IZUNA, bajate de la me... Ahhhh! - Fugaku fue hacia el pero tropezó con Obito que empujó a Kakashi haciendo que cayera encima de Hashirama soltando así a Izuna quien atravesó la mesa y cayó encima de Itachi.
 
- ¡Salte de encima, anormal! - Gritó Itachi.
 
Era un total desastre, Sasuke estaba sosteniendo a Naruto que a su vez agarraba a Deidara para que no matara al Uchiha. Hashirama estaba en suelo con Kakashi encima, Obito discutía con Fugaku por el tropezón e Itachi e Izuna estaban forcejeando en el piso.
 
Todo era un completo caos hasta que...
 
- ¡BASTAAAA! - El grito enojado hizo que todos se detuvieran para mirar a la mujer Uchiha que cruzaba sus brazos - ¡Por Dios, se supone que todos somos adultos aquí!
 
- Pero mamá... - Itachi miró mal a su primo - No es nuestra cul...
 
- Pero nada. Ahora Izuna ¡vete a cambiar!
 
Aún en el piso, Izuna se indigno.
 
- ¡Pero...!
 
- Estás hecho un desastre vete a cambiar - Y tenía razón, el traje blanco ahora era marrón gracias a que se llenó de comida al atravesar la mesa - ¡Ahora! - Ordenó.
 
- Bien... - Miró mal a Dei una última vez y se fue.
 
Se hizo un pequeño silencio incómodo que fue roto por el castaño.
 
- ¿Que tal... si mejor esperamos el postre en el jardín?
 
Mikoto suspiró.
 
- Me parece bien ¿Y ustedes? - Todos asintieron - Bueno, vengan entonces...
 
Una vez todos estuvieron ubicados en el jardín, Dei se excuso son Naruto pues necesitaba aire y pensar un momento, esa cena había sido intensa.
 
- ¿Estas bien? 
 
"Definitivamente voy a tener que mudarme a las Bahamas si quiero algo de paz" Pensó derrotado.
 
- Por favor, ahora no - Miró hacia otra parte - Necesito pensar.
 
- Y lo sé, lo entendiendo, solo... quería saber si estabas bien.
 
- ¿Porque te importaría?
 
- ¿Hablas enserio? - Frunció el ceño - Dios, pensé que no tendría que decirlo nunca, pero no me dejas de otra.
 
Dei volteó.
 
- ¿De qué demonios estás hablando, Uchiha?
 
Era hora, este era el momento que esperaba, se había decidido a decirle a Dei lo que sentía y estaba listo.
 
Itachi inspiró hondo.
 
- Dei... - Se adelantó un paso y miró al rubio tan intensamente que lo hizo enrojecer - Tu me gus...
 
- ¡DEI-CHAAN! - Gritó de repente una figura que salió de la oscuridad y abrazó posesivamente al rubio.
 
- ¿Eh? - Se echó hacia atrás - ¿Quien eres?
 
Itachi estaba listo para separar al intruso de su chico cuando...
 
- Pero si te dije que vendría, bobo ¿No lo recuerdas?
 
La conversación por teléfono surgió de repente en su memoria, y la repentina luz de las luces de enfrente le hicieron ver con claridad al hombre que aún lo abrazaba.
 
- ........ ¿Kurama?
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Continuará...
Notas finales:

Ahhhhh! Sorpresa! ¿Quien se imagino que sería Kurama el amigo misterioso de Dei?

¿Que les pareció el cap? Dejen sus review y comenten!

 

Nos vemos el 15 de este mes!

Se me cuidan!

 

Matta-ne!


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