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Dragon Ball NG: La venganza de Cell por N3K0-Ch4N

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El infierno, un lugar donde van las personas malvadas y pecadoras a sufrir eternamente. Se dice que en el infierno está lo que a uno más teme, pero en este caso, el infierno es diferente, es una zona montañosa ubicada debajo del camino de la serpiente, allí habitan las almas de las personas malvadas, tiranas o de corazón impuro que nunca tendrán el privilegio de gozar el descanso eterno en el paraíso, aquellas personas de corazón puro, bondadosas y de carácter valiente son recibidos por el Kaiosama del norte para recibir un arduo entrenamiento, como lo hizo Gokū hace tiempo atrás luego de la batalla contra Cell.

Pero no vamos a hablar de eso, a la orilla del estanque sangriento, un bioandroide se encontraba entrenando arduamente en solitario, podía verse la ira reflejada en sus ojos, el nombre de este bioandroide era Cell, quien ya había sido derrotado hace tiempo atrás por Gokū y Gohan pero su ira no estaba enfocada en el saiyajin de cabellos alborotados, su ira estaba más bien enfocada en su hijo, quería venganza, habían pasado muchos años desde su enfrentamiento y luego de ser enviado al infierno se juró a si mismo que le haría pagar a Gohan por lo que le había hecho; sin embargo, debía ser paciente, pues su momento de resucitar para salir de aquel miserable mundo en el que vivía no había llegado aún.

-Gohan…-murmuró Cell entre dientes mientras rememoraba la batalla que había tenido con el niño semi-saiyajin en su mente una y otra vez-¡maldición! me las vas a pagar, en cuanto salga de aquí… juro que me vengaré y finalmente podré matarte con mis propias manos-

Kyuri abrió los ojos súbitamente, miró hacia abajo dándose cuenta de que se encontraba recostada en el sofá de la sala de la Corporación Capsula. No recordaba en qué momento se había quedado dormida allí, lo único que si tenía claro era que había tenido un sueño, más que un sueño, era una visión, algo muy peligroso iba a volver de la muerte y estaba buscando venganza contra su padre. Debía decírselo, debía advertirle a todos de este terrible mal pero ¿cómo podía hacerlo? tenía miedo de que la consideraran loca solo por tener esa clase de visiones y, además, tampoco estaba segura de que esa visión fuera real.

-¿Kyuri?

La niña saiyajin salió de sus pensamientos al escuchar la voz de su abuela Bulma llamándola, apenas desvió la mirada, pudo ver a la mujer de cabellos celestes asomada en el marco de la puerta que llevaba a la sala de la Corporación Capsula. Kyuri se refregó los ojos con cansancio, pues aún seguía algo dormida y su espalda le dolía un poco por la posición en la que se había recostado.

-Um ¿qué sucede, abuela Bulma?-preguntó Kyuri sin entender totalmente que estaba pasando y porque su abuela había ido a verla.

-Solo venía a despertarte porque te quedaste dormida luego del té pero veo que ya despertaste-respondió Bulma-¿se puede saber qué soñaste? estás muy pálida-

-¿Qué?-Kyuri tomó una bandeja plateada con frutas que había allí cerca, echó las frutas al suelo y se miró en el reflejo de la bandeja, su abuela tenía razón estaba muy pálida, probablemente se debía a la visión que acababa de tener mientras dormía-oh, no te preocupes por eso, siempre fui así-

-Oye, Kyuri. Ya es algo tarde para que vuelvas a la casa de tu amiga sola ¿no quieres quedarte a cenar con nosotros? Podría pedirle a Bra que te deje dormir en su habitación si quieres-le sugirió Bulma.

-Agradezco mucho tu oferta pero… no quisiera ser una molestia para ustedes-respondió Kyuri intentando ser amable con su abuela de otra línea de tiempo-quizás encuentre algún lugar donde pasar la noche-

-Tonterías, nunca serás una molestia. Siempre serás bienvenida aquí y puedes venir a verme cada vez que quieras-respondió Bulma sonriendo. Kyuri sonrió recordando que su abuela Bulma de su línea de tiempo había dicho algo parecido cuando la fue a visitar a la Corporación Capsula por primera vez.

*Flashback*

Una Kyuri de aproximadamente cuatro años de edad volaba por los aires con una enorme sonrisa en su rostro mientras hacía piruetas y volteretas en el cielo y por entre las esponjosas nubes, detrás de ella volaban sus padres, Gohan y Trunks, quienes decidieron acompañar a la niña a la Corporación Capsula a visitar a sus abuelos maternos y a sus bisabuelos, habían pasado tres años desde que Kyuri había nacido y desde aquel día ella siempre había deseado con ver a sus abuelos y hoy, ese día se haría realidad. Después de volar por unos cuantos minutos, Kyuri alcanzó a ver un enorme edificio con forma de domo y pudo reconocer que ese edificio era la Corporación Capsula, el lugar donde trabajaba su abuela. Su sonrisa se agrandó aún más, aumentó la velocidad en su vuelo, dio una vuelta completa en el aire y aterrizo suavemente frente al camino que llevaba a la entrada principal de la enorme edificación.

-¡Sí! ¡gané! ¡gané! ¡gané!-exclamó Kyuri alegre porque había vencido a sus padres en una carrera que habían planeado jugar juntos mientras viajaban a la Corporación Capsula, Gohan y Trunks aterrizaron detrás de ella unos segundos más tarde-¡mami! ¡papi! ¡gané la carrera!-

-Así es, Kyuri. Nos ganaste pequeña traviesa-dijo Gohan acariciando la cabeza de su hija por encima de su sombrero blanco con un lazo rosa atado alrededor-a tu edad yo nunca podría haber volado de la misma forma que lo haces tú-

En eso la puerta principal del enorme edificio amarillo con forma de domo se abrió revelando a una mujer de unos cuarenta y cinco años con su cabello de color celeste casi rozando sus hombros, usaba un cómodo vestido de color naranja con franjas blancas horizontales en la parte superior, unos zapatos de taco bajo color marrones y una chaqueta negra, en su cuello llevaba un collar de perlas, al verla, Kyuri supo que aquella mujer era su abuela Bulma y una sonrisa se dibujo en su rostro.

-¡Abuela Bulma!-exclamó la pequeña saiyajin corriendo hacia la mujer de cabellos celestes extendiendo sus pequeños brazos para abrazarla.

-Kyuri, oh, ha pasado un largo tiempo desde la última vez que te vi-dijo Bulma correspondiendo al abrazo de su nieta, se separaron unos segundos para que la científica observara detenidamente el rostro de la pequeña-era solo una bebé y ahora… ¡mírate! has crecido mucho ¿cuántos años tienes ahora?-desvió la mirada hacia arriba encontrándose con Gohan y su hijo parados a unos pocos metros de ellas-¡Gohan! ¡Trunks! no me di cuenta de que estaban aquí-

-No te preocupes, Bulma-san. De seguro no esperabas que viniéramos a visitarte hoy ¿o sí?-preguntó Gohan viendo a su suegra.

-No me molesta para nada, de hecho, adoro que hayan venido a visitarme-respondió Bulma sonriendo, enseguida recordó algo-oh ¿dónde están mis modales? ¿no quieren pasar?-Gohan miro a su compañero quien con un simple movimiento de cabeza le indicó que pasaran, el semi-saiyajin de cabellos oscuros asintió, se acercó a Kyuri, tomó su mano y los tres entraron a la Corporación Capsula después de Bulma. Ambos semi-saiyajin caminaron a través de la sala observando todo a su alrededor, Gohan notó que nada había cambiado desde la última vez que estuvieron en aquel lugar, sin darse cuenta sus pies lo llevaron directamente a la cocina y notó que Kyuri no se había separado de él desde que entraron en el enorme edificio-Kyuri, he notado que no te has separado de tu papá desde que entramos ¿no quieres ir a jugar con Bra? Ella está en su habitación, ve a verla si quieres-

-Um, s-seguro… solo… solo tengo que preguntarle a mi mamá-respondió Kyuri con cierta timidez en la voz, soltó la mano de su papá y se acercó a Trunks-mami ¿puedo ir a jugar con Bra en su habitación?-

-Sí, ya sabes que puedes ir a jugar con ella, Kyuri. No tienes que pedirme permiso-respondió Trunks, Kyuri sonrió y después de abrazar a sus padres salió corriendo de la cocina hacia la habitación de su tía para jugar con ella mientras Bulma se ocupaba de poner a hervir agua para el té y les servía un pastel a su hijo y a Gohan.


La tarde pasó rápido con Bulma, Trunks y Gohan bebiendo té mientras conversaban y se reían de cosas triviales mientras Kyuri y Bra jugaban en la habitación de la niña de cabellos celestes tan idéntica a su madre pero con una gran parte de la personalidad de su padre, Vegeta. Al caer el sol, Gohan y Trunks decidieron que ya era hora de volver a casa, a su cabaña en la playa secreta de Gohan para ser más precisos, bueno, aunque ahora no era tan secreta, Goten ya sabía donde vivían ese par de tortolos, después de todo los había ido a visitar tiempo después de que Kyuri nació. Ahora estaban fuera de la Corporación Capsula, Gohan cargaba a Kyuri en sus brazos pues la niña estaba cansada luego de haber estado jugando con su tía Bra toda la tarde, había agotado su energía y apenas tenía fuerzas para ponerse de pie, tenía su cabeza apoyada contra el hombro de su padre mientras observaba a su abuela con los ojos entrecerrados, señal de que se dormiría pronto.

-Muchas gracias por el té, Bulma-san-le agradeció Gohan.

-Nos gustaría quedarnos más tiempo pero tenemos que volver a casa, Kyuri tiene clases mañana y ella no puede faltar-respondió Trunks sonriéndole a su madre.

-No es nada, me alegra mucho que hayan decidido venir a visitarme. Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que vinieron aquí, desde que nació Kyuri que nunca se han tomado la molestia de venir a verme-dijo Bulma sonriéndole a Gohan y luego desvió su mirada hacia su hijo-a propósito, Trunks ¿cuándo fue la última vez que salieron o tuvieron una cita como pareja luego de que Kyuri nació?-

-¡M-Mamá! ¡esas cosas no se preguntan! lo que pase entre Gohan y yo e-es algo personal-le respondió Trunks con un sonrojo en sus mejillas producto de la vergüenza que estaba sintiendo.

-No estaría mal que se tomaran una noche libre para salir y tener un momento a solas como pareja y si quieren pueden dejar a Kyuri aquí y yo cuidaré de ella.

-De hecho pensábamos dejarla con Goten en caso de que eso llegara a suceder-respondió Gohan pero al notar la mirada seria que su compañero le dio, entendió que Goten no era la persona más "confiable" ni apta para cuidar de Kyuri-¡era broma, Trunks! si quieres podemos dejar que Bulma-san la cuide por esa noche-

-Entonces tenemos un acuerdo, ustedes se darán una noche libre para salir como pareja y yo cuidaré a Kyuri-dijo Bulma.

-Hecho, te avisaremos si tenemos una noche libre para que puedas cuidar a Kyuri-dijo Trunks. Ambos semi-saiyajin comenzaron a caminar para poder tomar impulso e irse volando a casa pero justo cuando Gohan acababa de voltearse, Kyuri reaccionó, se aferró al cuello de su padre y desvió la mirada hacia su abuela.

-¡Adiós! ¡adiós, abuela Bulma!-la saludó la pequeña niña saiyajin.

-Adiós, Kyuri. Cuídate, puedes venir a visitarme siempre que quieras-se despidió la científica de cabellos celestes.

*Fin flashback*

-Gracias, Abuela Bulma-fue todo lo que Kyuri pudo decir antes de brindarle una sincera sonrisa a su abuela de otra línea de tiempo. La científica de cabellos celestes correspondió la sonrisa de su nieta, desvió la mirada hacia el reloj de pared de la sala y luego desvió la mirada otra vez hacia ella.

-Bra y Vegeta no van a volver hasta dentro de unas horas y Trunks está trabajando ¿quieres ayudarme a preparar la cena y tenerla lista para cuando ellos lleguen a casa?-preguntó Bulma.

-¡Seguro! Quiero decir… no sé cocinar, mis padres nunca me enseñaron pero intentaré ayudarte en lo que pueda-respondió Kyuri.

-Es extraño que Gohan no te haya enseñado a cocinar y mucho menos Trunks. El Gohan de esta línea de tiempo no es tan malo cocinando, Videl me contó que siempre se ocupaba de cocinarle cuando estaba embarazada-dijo Bulma-pero no te preocupes, yo te voy a enseñar algunas cosas que te serán útiles para cuando vuelvas a casa-


Mientras tanto en la montaña Paoz, la familia Son se encontraba preparando la mesa del comedor para la cena con la pequeña excepción de que faltaba un integrante. No, ese integrante no era Gohan sino más bien Goten, quien se encontraba en su cuarto arreglándose para una cita que tendría esa noche con una chica, Chi-chi terminó de colocar el tercer plato para su hijo menor en la mesa y elevó la mirada a las escaleras preguntándose porque Goten tardaba tanto en bajar, normalmente acostumbraba a verlo bajar corriendo las escaleras para sentarse en la mesa y devorar su comida junto a su padre. Esperó un par de minutos pero Goten no salía de su habitación, así que la mujer de cabellos oscuros con un corte rozando su cuello y hombros se dirigió a las escaleras y subió hasta la mitad girando su cabeza hacia la habitación de su hijo y la antigua habitación de Gohan.

-¡Goten! ¿no piensas bajar? la cena está…-lo llamó Chi-chi pero no pudo seguir hablando, pues escuchó que la puerta de la habitación se abría de golpe y de ella salía Goten con un conjunto de ropa diferente a aquel que la mujer había visto en la mañana, el joven de cabellos oscuros con puntas a un costado no la miró, ni siquiera le respondió, solamente pasó a un costado y caminó directo a las escaleras, aquella acción dejó sorprendida a la mujer de cabellos cortos y enseguida puso un semblante molesto, caminó hacia Goten y tomó su muñeca impidiendo que siguiera su camino-Goten ¿qué acaso no me escuchaste? La cena está lista ¿no vas a venir a comer con nosotros?-

-Oh, siento no haberlo dicho antes, mamá pero… voy a salir-respondió el joven de cabellos oscuros-quedé con Trunks en ir a cenar juntos y también le pedí que me ayudara con mi cita de esta noche-

-¿Otra cita? ¿en serio? ¿cuándo vas a decidirte a tener una relación seria, casarte y formar una familia?-preguntó Chi-chi molesta y cansada de tener que vivir con la misma rutina día tras día, semana tras semana.

-No lo sé, creo que no estoy preparado para algo así-respondió Goten encogiéndose de hombros-ahora si me disculpas, tengo que irme, se me hace tarde-le dio un beso rápido en la mejilla a su madre y bajó las escaleras-¡nos vemos después, mamá!-

Sin perder un segundo más bajó corriendo las escaleras, abrió la puerta y salió para luego cerrarla detrás de él con fuerza, Chi-chi suspiró frustrada, tendría que ir a visitar a Gohan un día que estuviera en la ciudad haciendo las compras y pedirle que fuera a casa para hablar con Goten respecto a su comportamiento. Ya era hora de que el joven comenzara a madurar y entablara una relación seria con una mujer que fuera una buena influencia para la familia, y con buena influencia se refería a que tuviera mucho dinero para que ella pudiera comprarse cosas bonitas y pagar la educación de sus futuros nietos.


Goten corría lo más rápido que podía por las calles del centro de Satan City, de vez en cuando se tropezaba o chocaba con las personas que caminaban por ahí. Después de correr por un largo rato, el semi-saiyajin llegó al punto donde había quedado encontrarse con Trunks para ir desde allí al restaurante y luego irían al club donde su cita lo estaría esperando para pasar una noche divertida y de paso presentarle alguna amiga a Trunks con la cual pudiera "pasar el rato". Espero en el punto de encuentro que había acordado con Trunks hasta que notó que alguien se aproximaba volando hacia él y una sonrisa se dibujó en su rostro al ver a su mejor amigo acercarse volando hacia allí, comenzó a mover sus brazos y a saltar para llamar la atención del joven de cabellos lilas y finalmente lo logró.

-Siento haberte hecho esperar, estaba ocupado y tuve trabajo pendiente por terminar ¿llego tarde?-preguntó Trunks una vez que aterrizó frente a su amigo de la infancia.

-No, de hecho llegaste bien-respondió Goten con las manos dentro del bolsillo de su pantalón-y… ¿estás listo para ir a cenar y pasar una noche divertida conquistando chicas?-

-Por supuesto que sí-dijo Trunks mostrando entusiasmo exagerado haciendo reir a su amigo-pero primero vamos a cenar, tengo hambre y no he comido nada desde hace rato-

El joven de cabellos oscuros con puntas a un costado asintió y ambos amigos desde la infancia comenzaron a caminar por el centro de Satan City buscando algún lugar para comer, algo que tuviera un ambiente agradable pero a la vez que no tornara una sensación de incomodidad entre ellos. No tardaron mucho en buscar un sitio para poder cenar tranquilos y como los grandes amigos que eran, ambos eligieron un restaurante donde cocinaban fideos Nyumen, el interior del restaurante era cálido y la música en el lugar creaba un ambiente de seguridad, confort y comodidad. Antes de ordenar su comida, Goten y Trunks tomaron unas capsulas que suprimían temporalmente el apetito insaciable que tenían debido a los genes saiyajin de sus padres, pues no podían comer en exceso estando en un restaurante y además no tenían mucho dinero para pagar todo lo que consumieran.

Al terminar la comida, ambos semi-saiyajin pagaron su pedido, salieron del restaurante y comenzaron a caminar hacia el club donde los estaba esperando la cita de Goten de esa noche. No caminaron mucho, el club donde los esperaba la cita de Goten no se encontraba lejos del restaurante de fideos Nyumen al que fueron a cenar.

-¡Hola Goten-san!-exclamó una bella chica de cabello castaño y ojos marrones vistiendo un ceñido y corto vestido hasta los muslos de color amarillo, extendiendo su mano con entusiasmo para llamar la atención del semi-saiyajin de cabellos negros.

-Pfff, Goten-san-se burló Trunks al escuchar como la joven había llamado a su amigo, recibiendo un codazo en las costillas por parte de Goten-¿acaso ya usa bastón Goten-san?-

-Cállate, Trunks-masculló el más joven de ambos semi-saiyajin dejándolo de fulminar con la mirada hasta que por fin acortaron la distancia que los separaba de la castaña-hola a ti también, bella Pares-

-Hola Goten-san-lo saludó ella con una sonrisa, unos hoyuelos se marcaron en sus mejillas-¡que increíble es este lugar por las noches! ¿no te parece?-preguntó evidentemente entusiasmada mientras señalaba el club que, con su iluminación de neón violeta y azul llamaba la atención de todo aquel que pasara por allí. Trunks estuvo a punto de burlarse del comentario de la chica pero un pisotón en su pie izquierdo lo hizo callar.

-Jajaja ¿qué acaso no habías venido a un lugar como este antes?-preguntó el chico de cabellos oscuros en puntas rascándose la cabeza mientras sonreía esperando que Trunks se quedara callado, ignorando los quejidos de dolor que éste soltaba.

-La verdad no suelo acostumbrar a salir de mi casa a esta hora-respondió Pares mirando a Goten con un aire inocente tan característico de ella-como mis padres suelen ser muy estrictos conmigo, casi no tengo libertades.

-Y ¿entramos o vamos a quedarnos aquí afuera toda la noche?-preguntó Trunks suprimiendo una mueca de dolor, decir que aquel pisotón no le había dolido sería mentira, Goten lo había pisado con bastante fuerza.

-Y ¿Quién es él?-preguntó la castaña con curiosidad viendo con sus grandes ojos al joven de cabellos lilas.

-Oh, él es Trunks-se apresuró a contestar Goten-es mi amigo de la infancia y vino aquí a acompañarnos, la verdad es que le falta divertirse un poco-

-Y también soy tu único amigo-le recordó el mayor buscando molestar al menor.

-¡Trunks!

-Jajaja, que divertidos son-rió Pares educadamente mientras cubría su boca con una de sus manos. Goten sonrió apenado y después de que terminaron de presentarse se animaron a entrar al lugar. La luz tenue violeta y amarilla del interior del club hizo que se les dilataran las pupilas mientras sus ojos se acostumbraban a la luz del lugar. Un ambiente algo tranquilo pero a la vez muy concurrido los recibió, los tres tomaron una mesa y se sentaron a esperar a que les tomaran la orden cuando la música subió de volumen y la atmósfera comenzó a ser corrompida por todos los jóvenes que se habían levantado de sus respectivos lugares para bailar. Algunas chicas se movían solas esperando atraer la atención de algún chico atractivo mientras que otras ya tenían pareja y bailaban al ritmo de la música.

-¿Les puedo tomar su pedido?-preguntó una chica rubia con coletas y un escote algo pronunciado luciendo unas largas piernas por debajo de la falda corta color azul que portaba como uniforme, sus largas pestañas aleteaban mientras veía a Goten de forma provocativa. Los ojos de Goten se desviaron por unos instantes al escote de la chica para después mirarla fijamente al rostro, luciendo una sonrisa seductora que hacía tiempo había descubierto que era capaz de hacer que las chicas cayeran en sus encantos.

-Una soda, por favor-respondió Pares con una sonrisa ignorando el coqueteo que había entre su acompañante y la joven mesera.

-Goten, se te está saliendo la baba-murmuró Trunks codeando al semi-saiyajin de cabellos oscuros en puntas para que reaccionara.

-E-Eh… yo también quiero una soda, por favor-agregó Trunks llamando la atención de la mesera.

-Claro que si, joven-respondió la mesera con voz melosa apartando la mirada de Goten, notando lo atractivo que era el chico que le había hablado regalándole un guiño en el momento.

-Mejor que sean tres-dijo Goten con la voz un poco subida de tono buscando recuperar la atención de la mesera.

-Seguro, enseguida se los traigo-dijo la joven sonriendo de manera coqueta y se retiró de la mesa para traer sus bebidas, moviendo las caderas de manera sugestiva y exagerada. Los orbes oscuros de Goten la siguieron o más bien siguieron su trasero hasta que la perdió de vista.

-Que agradable mujer-comentó la castaña cerrando sus puños y adornando sus mejillas con ellos, una sonrisa se dibujo en su rostro, claramente no tenía ni idea de lo que acababa de suceder.

-Sí, agradable-murmuró Trunks volteando los ojos con fastidio al ver el poco interés que su mejor amigo había mostrado en aparentar frente a su cita pero Goten ya no les hacía caso. Ahora miraba al centro de la pista de baile donde un grupo de chicas se había reunido a bailar en busca de pareja.

-Trunks, aquella te está mirando-le dijo de forma socarrona el semi-saiyajin de cabello oscuros señalando a una chica de cabellos negros y ojos azules que no dejaba de ver al chico de cabellos lilas.

-¡Goten-san, vayamos a bailar!-exclamó la castaña emocionada al escuchar la pista que en ese momento se escuchaba-¡esta es mi canción favorita!-

-Adelante Goten, ve a bailar con tu novia-dijo Trunks de manera burlona al ver la mueca de espanto que apareció en el rostro de su amigo.

-Pero ¿y las bebidas?-preguntó Goten con la esperanza de que la mesera no tardará en volver, buscándola con la mirada por todos lados-ve a bailar con aquella chica que parece esperar llamar tu atención-con un ademán de mano le indico que dejara de molestar.

-No te preocupes, yo me quedo a esperar las bebidas, cuando lleguen yo se las llevo-sin duda el semi-saiyajin de cabellos lilas estaba disfrutando la expresión de Goten en ese momento.

-P-pero yo…-sus labios formaron un puchero paseando su mirada de la pista de baile a Pares y de Pares al lugar por donde se fue la mesera para después mostrar resignación antes de que una sonrisa apareciera-está bien ¡vamos a bailar, Pares!-

La castaña se levantó de un brinco sin dejar de sonreír, tomando la mano que su cita le ofrecía en ese momento. Trunks sonrió al ver el repentino entusiasmo que Goten había mostrado por sacar a bailar a aquella la chica ¿Cuánto tiempo le duraría esa nueva conquista a su amigo? Estaba casi seguro de que su relación no duraría mucho, después de todo, Goten estaba acostumbrado a cambiar de chica como si de un pañuelo usado se tratara pero después de pasar un par de horas bailando, conversando (coqueteando con una que otra mesera por parte de Goten) y bebiendo soda, Trunks se dio cuenta de que estaba equivocado, parecía que había una conexión entre su amigo y aquella chica de mirada dulce e inocente. En su mente comenzó a preguntarse qué diría Vegeta si él lo viera con una chica así o con un chico así, probablemente diría que no era la pareja indicada para un saiyajin pero poco le importaba lo que él dijera. La noche transcurrió entre risas, bromas y bailes hasta que se hicieron las 3:30 a.m, pronto el club cerraría sus puertas, Goten se ofreció en acompañar a Pares a casa, pues no quería ser descortés y dejar que la chica se fuera sola a su casa, se despidió de Trunks, quien salió del lugar abrazando a aquella chica de cabellos oscuros y ojos celestes que lo invitó a bailar la primera vez y se alejó con su chica, mientras que Trunks se alejó caminando torpemente y riéndose con esa chica que apenas acababa de conocer en aquel club.


Goten y Pares llegaron sin problemas a la casa de la chica de cabellos castaños, ambos riéndose a carcajadas mientras caminaban. De vez en cuando la chica le pedía a Goten que guardara silencio porque seguramente sus padres la escucharían llegar y les había prometido que volvería temprano a casa, además de que también podían alertar a los vecinos. Finalmente se detuvieron frente a la puerta de la enorme mansión que pertenecía a los padres de la chica de cabello castaño, se alejó de Goten y comenzó a caminar para entrar a su casa pero antes de entrar, volvió corriendo a abrazar a su cita.

-¡Muchas gracias por todo, Goten-san!-exclamó Pares entusiasmada abrazando con fuerza al semi-saiyajin-¡me divertí mucho! ¡nunca antes me habían llevado a un lugar así!-

-No es nada, Pares. De hecho, hice esto porque quería que Trunks se relajara un poco más ¿sabes? ha estado muy ocupado con su trabajo y no ha tenido tiempo para salir-respondió Goten.

-Lo entiendo, se lo importante que es para ti ayudar a tu amigo y eso es muy lindo-comentó la chica de cabellos castaños con inocencia tomando la mano de su cita-pero algún día deberíamos salir solo nosotros dos ¿quieres?-

-Eeeh… ¡s-sí! c-claro, lo que tú digas-respondió el semi-saiyajin de cabellos oscuros riendo nerviosamente.

-¡Qué bien! entonces avísame cuando tendremos nuestra siguiente cita-dijo Pares, soltó la mano de Goten y comenzó a caminar a la puerta de la mansión en la que vivía pero antes de entrar volvió a ver por última vez a su cita-descansa, Goten-san-

-Tú también descansa, Pares-se despidió Goten, ella le sonrió por última vez antes de cerrar la puerta y entrar a la mansión, Goten suspiró agotado, dio la vuelta y comenzó a caminar de allí para poder volver volando a casa. Normalmente sus citas no duraban mucho tiempo, no estaba acostumbrado a tener relaciones serias pero quizás, quizás por esta vez lo dejaría pasar y vería que tan lejos podía llegar con esa chica y si veía que la relación no estaba funcionando, intentaría terminar con ella de la forma más amable posible para no romper su corazón ya que era muy inocente y no quería que terminara herida por su culpa.


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