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BROTHERS'S LOVE por Alleisys

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Notas del capitulo:

Creo que es imposible describir la alegría que siento en estos momentos. No se cuento tiempo paso desde la última actualización, creo que siete u ocho meses pero bueno..

Considero que ustedes se merecen unas explicaciones y yo deseo dárselas…

Pasaron muchas cosas en todos estos meses, no lo negare. Pensé que ya me encontraba bien pero no pude haber estado más equivocada. Hubo noches en las que no dormía, lloraba y me daban ataques de pánico. Estaba rodeada por un ambiente demasiado dañino para mí, la persona que pensé que jamás me daría la espalda fue la que más dolor me ocasiono. Estaba tan pero tan derrotada que llego un punto en el que no deseaba saber nada mas.. pero entonces me dije a mi misma ¿Qué mierda estás haciendo aquí llorando y llorando? ¡Eres demasiado joven, inteligente y hábil como para estar estancada de esa forma! Así que me fui de ese lugar y viví cosas muy duras. Habían veces en las que tuve que dormir en hoteles porque no tenia a donde ir, pero fueron en esos momentos de tal desesperación en los que los verdaderos amigos te dicen “Aquí estoy”. Tal y como viví cosas muy duras, viví cosas maravillosas. Le estaré eternamente agradecida a mis valiosas y amadas amigas. No sé qué hubiera hecho sin ustedes; Claudia, Sandra, Maps y en especial Carla. Me dieron un hogar y me recordaron el calor de una familia.

Luego de eso, no sé si lo saben, pero estoy en mi último año de universidad y justo el año pasado, yo había mandado mi solicitud para postular a una beca de sub especialización en el extranjero. Así que, tenía la presión de mi casa, la presión de la universidad, la presión de la beca y por último, pero no menos importante la presión de mi cabeza. Había momentos en los que me sentía colapsar, pero con solo recordar la meta, me dio fuerza para seguir adelante.

Al final y para no aburrirlos más, lo conseguí...

Derramo lagrimas sobre la laptop al recordar todos esos momentos tan difíciles pero que me han enseñado tanto, ¡Tanto! Y luego de todo el sacrifico. Finalmente me encuentro escribiéndoles desde la madre patria, haciendo la especialización en conservación de patrimonio con la que tanto soñé.

Con esto solo les quiero decir, que si algo les esta haciendo daño o consideran que no las deja avanzar en sus vidas. ¡Pónganlo de espaldas y de una patada mándenlo a volar! Porque nada ni nadie, por mas amor que le tengas, vale su tranquilidad.

Y sé que tal vez no me crean, pero en todo momento también las tenia muy presente a todas y cada una de ustedes. Siempre pensando ¿Cuándo finalmente podre volver a hablar y reírme a su lado? Y después de tanto tiempo, finalmente henos aquí, juntas nuevamente.

¡Pero bueno!

Dejemos las tristezas de lado y como dice Marc Antony “Pa que llorar, pa que sufrir ¡Empieza a soñar y a reír!”. Quiero agradecerles a todas las bellezas y hermosuras que me mandaron sus mensajitos de apoyo, que comentan y dan sus estrellas.

Así que ya no las aburro mas con el drama que fue mi vida y nos leemos abajo, un beso a todas.

Como todas las tardes, solía ir a la biblioteca para tocar el piano. Sus dedos acariciaban las teclas con una delicadeza tal, que mágicamente toda la mansión desbordaba con los bellos acordes de Suite Bergamasque.

Podía sentir una gran cantidad de ojos encima de ella, muchas de las mucamas se habían detenido en sus labores para admirar su pequeño recital, pero no le molestaba, de hecho, era todo lo contrario. No fue hasta empezar Clair de Lune, que recayó en la presencia de otro espectador tratando de pasar desapercibido, oculto tras las enormes repisas abarrotadas de libros.

Desafortunadamente para él, ese inconfundible cabello rojo jamás la engañaría.

Époni, cierra las puertas por favor – Pidió educadamente a su ama de llaves, que al igual que muchos otros, admiraba embelesada como su señora realizaba su magia con ese hermoso piano de cola blanco.

Sin detenerse en su perfecta composición, su voz volvió a percibirse en la “casi” vacía habitación.

– Ichiji, ya puedes salir.

«¿Lo había descubierto?»

Sin perder el hilo de las notas vio como su hijo mayor se acercaba lentamente hacia ella con un libro que resaltaba enormemente entre sus cortos y ligeros brazos.

La dama de las Camelias.

Se asombró de que estuviera leyendo ese tipo de obra con solo diez años.

¿Qué hacías allá atrás? – pregunto divertida – ¿Me estabas espiando?

No, madre – Contesto hastiado, tratando de ocultar tras su agrio tono de voz sus verdaderas intenciones – Solo quería tener un espacio para leer tranquilamente, pero tú ruido no me lo permite.  

Oh.. No me digas – Dio una risilla – Entonces ¿Porque en todo el tiempo que te estuve molestando con mi «ruido» no fuiste a leer en otra parte? 

Eso es por qué.. – El silencio que prosiguió a esas palabras llenas de seguridad hizo que Sora levantara una ceja sorprendida, era la primera vez que Ichiji se quedaba sin habla frente a ella.

Su pregunta lo había hecho recapacitar «¿Por qué la seguía viendo tocar ese bendito piano todas las tardes?»

La forma tan tierna en la que Ichiji se mordió los labios mientras pensaba una respuesta coherente la hizo sonreír desde lo más profundo de su ser, pero su gesto solo enfureció aun más al pequeño pelirrojo, el cual presiono con gran fuerza los puños para contestarle molesto.

– ¡Es porque también es mi casa y puedo estar en don–!

Si quieres yo te puedo enseñar – La rabia de Ichiji desapareció en un abrir y cerrar de ojos, quedándose incrédulo ante las palabras de Sora. 

Sabía que no era la primera vez que Ichiji la espiaba, siempre lo veía detrás de las inmensas repisas, viéndola fijamente mientras ella realizaba su acto. En verdad la alagaba, ya que siempre quiso que al menos uno de sus hijos mostrara interés en la música y por lo visto; – y para su sorpresa – fue su hijo mayor el que cayó ante los maravillosos acordes de Debussy.

¡No digas tonterías! A mí no me interesan esas cosas ¡Solo déjame en paz! No voy a perder mi tiempo tocando un estúpido piano.

Nunca fue asiduo de compartir su tiempo con Sora y la razón, porque esa mujer era demasiado estresante. Siempre tratando de acercarse a él, tratando de invadir su espacio, ¡Metiéndose en su vida como si no tuviera nada mejor que hacer!

Él no necesitaba nada de eso. No era un retasado con complejo de Edipo como Sanji, o la usaba como amuleto de la suerte en caso de Yonji.

–Bien. – Detuvo su performance para poner sus cinco sentidos en Ichiji – Hagamos un trato – ¡No se iba a rendir tan fácilmente! No ahora, que finalmente había encontrado algo que le permita acercarse a Ichiji y tratar de romper la coraza que él mismo había autoimpuesto entre ambos.

– Déjame enseñarte solo una composición. Si es de tu agrado seguimos practicando, pero si lo odias, prometo que no te volveré a molestar con mi música y dejare la biblioteca a tu entera disposición ¿Qué dices?

Tener acceso a toda una librería exclusivamente para su uso, sin duda era una propuesta demasiado tentadora como para que pudiera dejarla pasar y lo único que lo separaba de ese hecho, era un simple piano ¿En verdad lo estaba considerando? Sus labios se movieron por sí solos, contestando mucho más rápido de lo que ella hubiera esperado.

Bien, pero promete que luego me dejaras en paz.

Me parece justo – Hizo un espacio para su hijo en el diván y sutilmente le indico que se sentara a su lado.

Observó como un receloso Ichiji colocaba con sumo cuidado el libro sobre una de las mesas de madera tallada – como si tuviera miedo de que este fuera a desaparecer – y con pasos lentos pero elegantes tomo un lugar a su lado. Compartiendo el mismo espacio y viendo hacia las mismas teclas negras y blancas. Llevo una de sus manos hacia estas y le indico al pelirrojo que la imitara, empezaron con una composición muy básica.

«Do» «Re» «Mi» «Fa» «Sol»

Todos los pianos cuentan con un gran número de teclas y cada una tiene un sonido único. Son como las personas, especiales e irrepetibles, pero no quiero que te abrumes, el secreto está en aprender las Clef de

De las partituras – Interrumpió su explicación, cansado de escuchar tantas cursilerías – Porque estas indican en que grupo de octavas se debe de tocar y al ser 88 teclas, cuentan con siete octavas y una tercera menor, que van desde graves a agudas. Las Clef más importantes son «Sol», «Fa» y «Do». Además..

Espera, espera ¿Dónde aprendiste eso? – Indago sorprendida, a ella le había tomado mucho tiempo entender la teoría básica de composición musical.

El pelirrojo solo se encogió de hombros – Lo leí en un libro de acústica.

Pensó que lo iba a reprender por el gesto desinteresado, pero en su lugar fueron las risas de Sora las que empezaron a rebotar por todo el lugar. 

«En verdad tenía una risa muy amena»

Si ese es el caso, no perdamos tiempo con algo tan simple – Empezó a buscar entre sus partituras hasta que encontró la pieza perfecta.

«Arabesque»

– ¿Debussy nuevamente? – Exclamo aburrido.

Tranquilo, la próxima será «Gaspard de la nuit».

..Que graciosa – No había que ser un genio para saber que esa composición era quizá la más compleja que se había creado para el repertorio de piano en la historia.

¿Empezamos? – Coloco sus aterciopeladas manos sobre su pequeña muñeca y se dejaron llevar al ritmo de Clef de Sol.

Fue la primera de muchas canciones que tocarían juntos..

Porque luego de ese día, los recitales de Sora se convirtieron en duetos..

Nunca supo porque empezó esa extraña costumbre de espiarla desde los puntos ciegos de la biblioteca, quizás fue por el sonido tan relajante que hacía o por ser el ambiente ideal para perderse entre las letras de Camus o Sartre.

Pero sin darse cuenta escuchar ese “ruido” se volvió por lejos lo mejor de su día…

Abrió los ojos bruscamente al recordar ese pequeño fragmento de su antigua vida.

Hacía años que no soñaba con Sora, su madre.

Se sentía muy confundido, encontrándose en la más absoluta oscuridad. No podía reconocer el lugar en el que estaba. Tuvo que mover las gruesas sabanas y levantase de la cama para que un fuerte retorcijón en su parte baja lo hiciera caer inmediatamente al piso. Recordando al instante, porque estaba desnudo en una habitación que no conocía y con un dolor de los mil demonios en sus caderas.

¿¡Qué demonios había hecho!?  

Abruptamente empezó a hiperventilarse mientras el dolor que antes solo se encontraba entre sus piernas se expandía a gran velocidad hacia todo su cuerpo y en especial en su cabeza.

¿En verdad fue capaz de …«entregar»… su cuerpo?

Con siquiera pensarlo, su estómago se revolvio de tal forma que tuvo que cubrirse la boca para no terminar devolviendo lo poco que almacenaba en su estómago.

No…

Ya no era su cuerpo, era el de Katakuri.

La sola idea le pareció tan degradante, que fue suficiente para que su cuerpo se descompensara y la opresión en su pecho crecía más y más, cortándole rápidamente el suministro de oxígeno. Instantáneamente recordó ese maldito libro de «La Dama de las camelias»

¿Acaso se había vuelto una copia «cara» de Margariete Gautier?

¡No! No pienses esas estupideces.

Al menos – No ahora – Tenía que levantarse y continuar, como siempre – como todo en su miserable vida – Trato de ponerse de pie nuevamente, pero sus piernas no respondieron como él hubiera deseado.

–¡Maldición! ¡Esa bestia me dejo inconsciente! – siseo indignado, pero solo tuvo que escucharse así mismo para que sus pulmones sufrieran un neumotórax.

«¡¡No puede ser, me quede dormido!!»

Se sobrepuso a dolor físico en un instante. Tenía que materializarse en el hospital lo más pronto posible y cuando por fin pudo ponerse de pie, se percato que al otro lado de la cama, faltaba alguien..

¿Katakuri no durmió aquí? ¡Un segundo! Eso era... ¿Decepción?

No fue capaz de entender porque tenía la incómoda sensación de haber despertado solo, pero la parte más racional dentro de él, agradecía enormemente que el moreno no se encontrara en la misma habitación, ya que no hubiera sabido cómo reaccionar si se topaba de lleno con esos ojos luego de lo que había ocurrido entre ambos hacia solo unas horas.

Al acercarse lentamente a la cama diviso que encima del lecho, se encontraba algo de grandes proporciones.

Un maletín.

Pudo reconocerlo de inmediato, era Louis Vuitton, una Keepall Bandouliére, para ser exactos.

Contemplaba el enorme bolso escéptico – ¿Acaso Katakuri..? –Dejo atrás sus dudas, para que sus manos abrieran lentamente el zíper dorado. Al ver el contenido, su mente finalmente pudo afrontar la realidad que su subconsciente aún se negaba en aceptar.

Se había vendido como un trozo de carne a Katakuri y a cambio, él le dio un maletín donde la imagen de Elizabeth II se repetía en cada uno de los miles de billetes que se encontraban dentro.

«¿Cómo es posible que haya accedido a esto?»

¡No!

No iba a permitir que su cordura se fuese al subsuelo en ese momento. Aún estaba a tiempo, el cielo aún se encontraba oscuro, aunque con ligeros rayos que anunciaban la pronta salida del amanecer.

Tenía que volver con Reiju, ¡Se estaba acabando el tiempo!

Noto que al lado de la maleta también había ropa. Ichiji la reconoció al instante, era suya – Pensé que Katakuri la había.. – El solo recordar lo ocurrió con sus prendas hizo que un fuerte sonrojo llenara sus mejillas.

Toda la ropa se encontraba limpia y doblada. Empezó a vestirse rápidamente, aunque tuvo especial cuidado al colocarse la ropa interior a causa de las molestias que sentía. Cuando estuvo listo levanto el maletín dispuesto a irse, aunque lo hizo con mucha dificultad pues era extremadamente pesado.

Mientras iba rumbo a la salida, no podía evitar pensar en todo lo que había pasado en ese lugar las últimas horas, pero estaba a unos pocos metros de largarse de allí. Tenía que obviar todos los pensamientos que rodeaban a su roja cabeza, al menos un poco más.

Pronto llegaría al hospital, y estaría con su hermanita – Lo más probable es que Reiju haya salido ya del quirófano – pero antes de poner un pie en el elevador su plan se disolvió con una simple palabra.

–Ichiji.

Su voz fue como una orden hacia su subconsciente y se detuvo al instante.

Escuchar su nombre nunca lo había asustado tanto, no quería verlo.

No deseaba verlo.

A pesar de estar a oscuras pudo sentir como era completamente cubierto por la gran sombra de Katakuri. Sus manos apenas y podían sostener el maletín a causa de los temblores que se habían apoderado de todo su cuerpo.

El ascensor se cerró frente a sus ojos.

Sentía que Katakuri estaba muy cerca y solo basto con que se acunara en su blanco cuello e inhalara profundamente de su aroma para desestabilizar en un segundo todo su ser.

¡Hhhm! – El gemido ahogado que se liberó de los labios de Ichiji fue una melodía exquisita para los oídos del granate.

Sin embargo, para Ichiji esa sencilla acción le hizo recordar aquello que tanto trataba de evitar. De repente, ya no se encontraba a las puertas del Penthouse, sino en – esa habitación –Viéndose a sí mismo encima de Katakuri.

Piel contra piel…

Canela y Azúcar…

Fusionando ambos cuerpos al compás sus gemidos y gritos de placer..

Mientras este lo profanaba vorazmente y sin detenerse – como una bestia en celo – haciendo que sus más bajos instintos salieran a flote de la forma más malditamente lasciva que se hubiera imaginado.

Involuntariamente soltó el maletín a causa del temblor que recorrió su espina dorsal, pero antes de que la preciada valija cayera al piso, fue sostenida muy fácilmente por uno de los brazos de Katakuri. Ocasionando un ruido seco, mientras que con su otro brazo se encargaba de rodear la esbelta cintura de Ichiji, como si se tratase una serpiente cascabel enroscando a su presa.

Cuidado niño, no deberías soltar algo tan valioso de esa forma. A fin de cuentas, te esforzaste mucho por conseguirlo – Susurro en su oído mientras presionaba nuevamente el botón del asesor.

¡Maldito! ¿Cómo podía estar tan tranquilo? Él apenas y podía mantenerse en pie.

Trato de ignorar el ligero hormigueo que empezó a propagarse por su cuerpo y soltarse del agarre del mayor, pero por lo visto Katakuri estaba ensimismado en no dejarlo ir.

¡Suéltame! ¡Aléjate! ¡¡Deja de tocarme!!...Por favor” – Eran las suplicas silenciosas que salían de su cerebro, pero que morían en su garganta. No iba a darle la satisfacción de escucharlo rogar nuevamente.

Pero a fin de cuentas y por más que lo negara, Ichiji era humano y como cualquier ser humano normal en esa situación, estaba empezando a perder el control de su cuerpo. Además, el que Katakuri estuviera besando lentamente su clavícula haciendo un camino de fogosos besos hasta su cuello no ayudaba para nada.

–Ka-Katakuri, ¡Basta! Tengo que... ¡Ahh! – El granate empezó a morder el delicado lóbulo de su oreja ocasionando un cosquilleo que los labios de Ichiji no pudieron contener.

–Lo sé, mi espinela – Pronto, el agarre de Katakuri se hizo aún más fuerte – Quiero que descanses bien, porque la próxima vez no seré tan indulgente contigo y te prometo que no te dejare dormir.. en toda la noche.

Estaba perdido…

Apenas lo soltó, su cuerpo extraño el calor ajeno. Se dio una bófeta mental y solo atino a poner un pie sobre el otro, sin decir ni una palabra. En el proceso, le dio la espalda a Katakuri, evitando en todo momento sus ojos sangre e ingreso al elevador

– ¡Vinsmoke! – Inesperadamente, su tono de voz había cambiado completamente, ya no era profundo y cargado, sino directo y frio – Ni se te ocurra llegar tarde, tienes mucho trabajo por hacer en la firma.

Sus palabras tan directas y pragmáticas le permitieron aprender un poco más sobre la clase de hombre que era Katakuri. Lo que había pasado entre ellos dos, no cambiaba absolutamente nada en la vida de ese sujeto, a diferencia de todos los estragos que se desarrollaban en la mente del pelirrojo.

Charlotte continuaba siendo uno de los hombres más poderosos e imponentes del mundo y él..

Él solo era un simple muchacho desesperado por probarse a sí mismo que podía cargar con mucho más peso del que sus delgados brazos podían soportar…

–…Lo lamento, Señor Charlotte, hoy no podré asistir. – Lo mejor que podía hacer era ignorarlo y responder con el mismo tono de indiferencia.

Porque si bien Vinsmoke Ichiji no era débil, tenía que aprender una lección muy importante. A veces, llevar más carga de la que se puede soportar no solo termina por destruir a uno mismo, sino a las personas que se encuentran a nuestro alrededor. 

Silencio.

El ascensor finalmente se había cerrado.

 

………………………………………………………

 

Cerraba sus ojos con mucha fuerza, presionando sus parpados lo más posible.

No quería dejarlas salir.

Nunca se había sentido tan inservible – Él tenía razón – eran unos buenos para nada.

¿Por qué? ¿Por qué? ¿¡Por qué!?

¿Porque tenían que pasar por toda esta mierda?

Los golpes que daba a la columna de concreto solo hacían que la nieva piel de sus nudillos fuera opacada por un espeso tinte rojizo. Haciendo que poco a poco, las pequeñas gotas de sangre se esparcieran por todo su brazo, llenándolo de un intenso escarlata. Era consciente de que se estaba destrozando adrede el otro brazo, pero no le importaba, necesitaba mitigar de alguna forma la rabia que sentía.

–..Joder, ¿¡Cómo puedes ser tan ciego!? ¡Pedazo de..!

Tal vez Niji merecía todo lo que le estaba pasando y siendo honestos, lo hubiera aceptado. Hizo tantas estupideces en el pasado – de las cuales se arrepentía solo de algunas – no todas, ya que muchas en verdad las disfruto.

Pero Reiju no era culpable de nada. Ella estaba limpia, era pura, aunque algo extraña y retorcida porque a fin de cuentas – era una Vinsmoke– pero aun así, ella era...

Si bien no había absolutamente nada perfecto en el pútrido mundo en el que habitaba, a sus ojos, Reiju era lo más cercano a la perfección que existía – aunque nunca lo fuera a decir en voz alta – y la única forma de causarle algún daño, «ya que después de todo lo que había vivido era incapaz de sentir dolor», era si algo le pasaba a ella…

Aun podía recordar la forma tan abrupta en la que esa mocosa llego a sus vidas, dándole un giro de ciento ochenta grados a sus existencias.

y por supuesto que también la recordaba a ella..

Nunca fueron muy cercanos, incluso llego a pensar que lo veía como una aberración a la cual nunca quiso – ni se tomó el tiempo – de comprender. Fue muy tarde cuando se dio cuenta que ella lo amaba a pesar de todas las disfuncionalidades que cargaba encima.

Porque sí..

Ella..

Amo con locura a todos y cada uno de sus hijos; y la prueba más clara de ese amor se dio con el nacimiento de Reiju.. o incluso mucho antes de eso.

«Siempre pensó que, de los cuatro, él representaba la destrucción en su estado más primario.. O mejor dicho… la autodestrucción»

No tenía la más remota idea de que hora era, es más, ni siquiera sabía cómo podía seguir caminando sin haber tropezado antes, aunque tal vez sí lo hizo y ni lo podía recordar. Demoro varios minutos tratando de abrir sin éxito la puerta de su casa. Tal vez, el que sus ojos vieran tres perillas en vez de una, era lo que hacía tan complicada una tarea tan simple.

Lo último que recordaba era que estaban en casa de Lily – Rubia de metro setenta cuyo único atributo era tener buenas tetas, ya que había reprobado el mismo año tres veces – y Dellinger – otro fanfarrón con el que compartían un excéntrico gusto por el sadismo. – Estaban tomando un Chambord que había tomado prestado de la reserva de Judge, hasta que a la rubia le llego un mensaje de un evento en Le Marais. Después de eso, solo quedaron fugases flashbacks en su cabeza...

De cómo las luces multicolores se mezclaban con el estruendoso sonido de la música, seguido de un fuerte zumbido en sus oídos y las risas descontroladas de sus amigos entre toda la multitud.

También recordaba al idiota de Dellinger sacando una bolsa de Mollys de su costoso saco Dolce Gabbana y el estrepitoso efecto de las mezclas de Daft Punk fundiéndose con el ambiente infestado de personas. Mientras él se movía a un ritmo desenfrenado a medida que unas rudas y callosas manos se paseaban por todo su cuerpo. No lo pudo ver con detenimiento, pero Niji podía apostar su falsa virginidad a que ese sujeto sabía muy bien que él era menor de edad pero..

¿Acaso importaba?

Rubio. Piel canela. Sonrisa aparatosa.

Eso no evito que terminaran encerrados en un depósito, con él arrodillado mientras succionaba la palpitante erección de su acompañante para luego ser interrumpido, al ser tomado bruscamente del cuello y empotrado contra el muro. Permitiendo a ambos fundir sus pieles, a la par que el mayor invadía con gran destreza su preciado punto azul. Su camisa acabo llena de semen ajeno y apenas estuvo satisfecho, se subió el pantalón y salió de allí sin mirar atrás.

«Como odiaba recurrir a todas esas mierdas solo para poder sentir algo»

Luego de su intento mil en tratar de abrir la puerta, esta se abrió frente a sus ojos permitiendo que el frio de la calle ingresara a través de ráfagas fugaces dentro de la mansión Vinsmoke. Levanto la vista intuyendo quien era su salvador, solo para encontrarse con los mismos ojos azules que él poseía – Con la única diferencia que los de ella mostraban un brillo único detrás de esas largas y bonitas pestañas. –

Le dio una mirada rápida para ver todo estuviera en su lugar y que su hijo estuviera completo. Estaba despeinado, su ropa – de diseñador a capricho de él – estaba hecha un desastre y aunque desprendía un aroma nada agradable a menta y alcohol – Al menos a su parecer – Tenia el mismo gesto altivo y desafiante que siempre mostraba exclusivamente para ella. Una vez comprobó que estaba en perfecto estado – Al menos físicamente Finalmente pudo soltar la respiración que tenía contenida desde hace varias horas.

–..Niji – Hablo en un susurro para luego ir elevando poco a poco su refinada voz – No recuerdo haberte dado permiso para salir. Así que ¿¡Me puedes decir en don

¿Me vas a dejar pasar o qué? – Le pregunto en un tono provocador. No quería perder tiempo con Sora y sus innecesarias, y estúpidas, preguntas – Porque si no lo vas a hacer dímelo de una buena vez y me iré a otro lado a pasar la noche.

¿¡Pasar la noche!? – Nunca le gusto alzar la voz, pero Niji siempre era tan.. difícil – Faltan solo minutos para que amanezca ¿Tienes idea de lo preocupada que estaba? No me dijiste nada, ni siquiera se con quién te fuiste ¿Por qué nunca..?

Ignoro olímpicamente los reclamos de Sora y fue de largo rumbo a su alcoba – En verdad estaba muy cansado, y lo último que necesitaba en esos momentos era que su madre le reventara lo último que le quedaba de tolerancia.

¡Niji! – Le siguió a la vez que alzaba la voz – ¡Regresa aquí ahora mismo! Aún no hemos terminado de hablar – El jalarle levemente la muñeca fue la gota que derramó el vaso de su paciencia.

–¡¿Que mierda quieres?! – La brusquedad con la que se libró de su agarre, encarándola. Lograron hacer a Sora retroceder. A pesar de tener quince años ya le llevaba varios centímetros de altura.

El silencio de su madre le dio rienda suelta a su ira contenida – Deja de hacer el maldito papel de madre abnegada ¿Quieres? ¡No te queda! y seamos honestos, «madre» – soltó la palabra como si fuera acido contenido en la boca del estómago – Si en el camino de regreso me hubiera arrollado un auto hubieras estado muy contenta.

Él nunca fue un chico fácil y quizás gran parte de la culpa la tenía ella, pero eso no significaba que iba a permitir que pusiera en tela de juicio el amor que sentía por su propio hijo. Su mirada era dura y luego que verlo por varios segundos con el corazón en la mano, fue que se dio cuenta.

Estas drogado – No era una pregunta, en esos momentos los ojos de Niji estaban prácticamente negros por la dilatación de sus pupilas. Había perdido el brillo de sus ojos.

No, eso lo había perdido hace mucho…

¿Qué hizo mal?

Se lo preguntaba cada vez que veía esa mirada de odio en sus ojos cuando la observaba. La culpa la carcomía mientras pequeñas e imperceptibles gotas empezaron a surcar su etéreo rostro, como estrellas fugaces.

Niji, por favor. Escúchame.. – Trato de hacer un último intento, no quería darse por vencida, ya lo hizo una vez con otro de sus hijos. No volvería a cometer el mismo error.

No, Sora – Fue tajante – No te voy a escuchar así me estés «jodidamente» llorando ¿Quedo claro? – Se acerco para verla de frente – Y no necesito estar drogado para decirte lo que pienso. Así que escúchame tu a mí y grábatelo en el cerebro.

–Solo te importa tu maldita música, el imbécil de Sanji y quizás un poco Yonji pero luego de eso para ti no existe nada más–

Le dolía, cada palabra que salía de los labios de Niji se sentía como un martillazo en el pecho –¿Cómo me puedes decir eso? Yo..– Guardo silencio por unos segundos, levantando la mirada, suplicando una plegaria en silencio –..A veces me pregunto..– Se mordió los labios al segundo. Tener esa clase de pensamiento la hacía sentirse una persona horrible. Sin embargo y para su desgracia, él podía ver lo que ocultaba tras esos inconfundibles ojos.

Te preguntas que ¿Cómo es posible que algo como «yo» sea tu hijo, no es así? – Sus palabras fueron tan frías que la mirada perdida y asustada de Sora no se hizo esperar.

Esa fue la primera vez que ella, lo vio de otra forma a la que siempre lo solía ver y pensó que era eso lo que en verdad estaba buscando.

«Que idiota era, joder»

Su propia madre lo estaba viendo con miedo…

«Cada vez que recordaba ese fragmento de su vida se sentía como el ser más miserable del mundo...»

De repente la respiración de Sora se aceleró.

–“¿Acaso Iba a llorar nuevamente? ”–

Pero no ocurrió nada de eso, por el contrario, el sonido de una bofetada junto al repentino dolor en su mejilla le indico lo opuesto.

Solo fueron unos segundos, pero lograron desarmarlo por completo. No podía creer lo que acababa de pasar. Se giro para verla con sangre en los ojos.

–¿¡Como te atreves a–!?

¡Largo! – Su tono estaba lleno de angustia. Parpadeo incrédulo, apaciguando su rabia, no espero que reaccionara de esa forma. – ¡Largo de mi vista, Niji!

¿Cómo un simple adolescente podía llegar a ese nivel de crueldad?

Nunca pensó que el primer golpe que daría en su vida seria a su propio hijo.. – El dolor que sentía en el pecho era tan grande que callo de rodillas frente a Niji – El haber dejado esa marca roja en su rostro le dolió mucho más a ella que a él, porque sabía que esa acción abría mucho más la de por sí, enorme grieta que existía entre ambos.

«Acércate» «Pídele perdón» «¡¡Acércate, maldita sea!!»

Dio un ligero paso hacia ella, pero repentinamente perdió el equilibrio y cayó al piso dolorosamente. Apenas estaba recuperando la noción de lo que acababa de pasar antes de que un puño cayera de lleno en su roja mejilla.

¡Eres un enfermo, Niji! – La ira en la voz de Sanji no se hizo esperar, mientras le propinaba varios golpes certeros en el rostro – ¡Un jodido enfermo! ¿Es divertido para ti hacer llorar a mamá?

No era novedad despertar los fines de semana con los gritos de Niji en esa mansión de locos. De hecho, era algo que se repetía con mucha frecuencia. Niji salía de fiesta sin que “nadie” lo supiera y volvía irreconocible al día siguiente. Lo que conducía a las típicas discusiones con su madre en las mañanas, pero esta vez el peliazul había traspasado el límite.

Apenas escucho la voz entrecortada de Sora se deshizo en un santiamén de las sabanas y al ver a su ángel hincada en el piso llorando, fue suficiente para que una furia titánica hiciera ebullición dentro de él. 

–¡Suéltame escoria! – Enrosco sus piernas en el torso de Sanji para sacárselo de encima e invertir las posiciones. Ahora, era él quien estaba dando golpes directos a la facie de su “hermanito”. Aprovecho cada descargo de energía para desahogarse – La razón de gran parte de sus problemas estaba debajo de el – Siempre metiéndote donde no te incumbe ¿No, imbécil?

No se detuvo, ni por los gritos suplicantes de Sora, rogando que ambos se detuvieran, ni por estar botando sangre por la boca – Quería sacar toda su rabia contenida, pero la única forma que conocía de hacerlo era a través del sufrimiento de otros, más específicamente de los «causantes» de su profundo vacío. 

Pero inesperadamente, una mano lo arrastro del cuello de la camisa para alejarlo del rubio, propinándole un golpe directo en la cien en el proceso, para luego dirigirse hacia Sanji y hacer el mismo proceso con él.

¡Ya basta de estupideces! Son las seis de la puta mañana – El Vinsmoke menor impuso con su presencia el fin de la riña entre ambos hermanos. La sorpresa que se llevaron Niji y Sanji al ver a Yonji, logro el tan anhelado silencio que esa casa pedía a gritos.

– ¿Qué crees que estás haciendo Yonji? ¿Acaso estas del lado de ese fracasado?

–¡Cállate Niji! No estoy de su lado, pero tampoco del tuyo.

Sora agradeció en silencio la aparición de su hijo menor, nunca le gusto que Yonji abusara de su descomunal fuerza, pero solo por esa vez, prefirió no opinar al respecto.

Yonji, cariño ¿Qué haces despierto? Hoy es el gran juego, necesitas descansar.

Ese día se llevaría a cabo la final del campeonato local de Rugby y debía estar fresco, pero los estragos de sus hermanos lo hicieron detener su concentración. La mirada preocupada de Sora logro relajar su molestia.

–Madre, ve a tu habitación. Ya soportaste mucho de estos dos en un día. En un momento te subiré un vaso con agua – La dulce caricia que le dio en el rostro, seguida de un simpl «gracias» hicieron que Niji hiciera una mueca de asco.

–..Niji – La voz de Yonji lo hizo levantarse y dándole la espalda fue rumbo a su alcoba.

–Púdrete Yonji, lo último que necesito es que tú me des un sermón ¡Ojalá te tacleen tan fuerte que no puedas levantarte en una semana!

Cuando Niji termino de subir los escalones y se perdió en el pasadizo fue que Sanji se puso de pie. Vio la dura expresión de Yonji y pensó que lo mejor sería agradecerle, pero la fuerte voz del peliverde frenó en seco sus intenciones.

No hables. No lo hice por ti..  – Era obvia la verdadera razón – Volveré a dormir, para la próxima no intentes hacerte el valiente y si ese idiota se vuelve a pasar de listo con mamá, yo mismo me encargare de ponerlo en su sitio.

«¿Por qué nunca podían terminar una frase sin insultarse?»

–Valla forma de empezar el día...

Estaba listo para caer rendido en su cama y no despertar hasta dentro de mil años, pero al estar a solo pasos de su habitación vio apoyado en su puerta al mayor de los cuatrillizos.

Ichiji estaba envuelto finamente en su bata Chanel y tenía una expresión fría en el rostro – Como siempre – Giro la perilla, ignorando la pose altiva del mayor. Estaba a punto de cerrar la puerta en su cara, hasta que la fina voz de pelirrojo llamo su atención.

Lo que hiciste fue muy estúpido Niji, no debiste hablarle de esa forma a Sora.

Se quedo en silencio por unos cortos segundos para luego soltar una risa burlesca – Al menos yo le hablo, Ichi. – La mirada que le dio el pelirrojo expresaba muchas cosas.. y a la vez ninguna. A veces, la actitud tan frívola de Ichiji en verdad llegaba a hartarlo, hasta un jodido cadáver mostraba más vida que él – y no me hables de hacer estupideces ¿Quieres? No soy yo el que tiene que andar como momia por miedo a que vean mi hombro.

Antes de que pudiera cerrar la puerta, el pie de Ichiji sobre el marco lo detuvo. – ¿Quién te lo dijo?

– Resulta que Lily es una vieja amiga de Sarquiss – La mirada que puso el pelirrojo al mencionar ese nombre hizo que Niji se riera en sus adentros – y tuve la desgracia de conocerlo ayer, me hablo de alguien con la misma ceja graciosa que fue a buscarlo a su estudio hace unos días. Lo demás es simple intuición hermano.

Esto sí que era nuevo ¡Vinsmoke Ichiji se había quedado sin habla! Tenía que buscar su cámara para captar ese momento tan especial.

–Tranquilo Ichi, tu y yo somos aliados, tu secreto está a salvo conmigo. Aplicare tu estrategia y no le diré absolutamente nada a Sora, pero me deberás un favor.

–Sería raro que no lo pidieras – con esa última frase procedió a cerrar la puerta y fue quitándose de a pocos la ropa. Solo cuando estuvo en la soledad de su alcoba, recapacito un poco sobre lo que había ocurrido hace unos minutos.

Él no era como ellos, no entendía que rayos era lo que veían en Sora. Solo era una mujer estúpida que había fracasado en la única responsabilidad que tenía.

Ser madre

Pero, si la consideraba un fracaso como mamá, ¿Por qué no podía quitarse de la cabeza, la mirada que le dio cuando le propino esa maldita bofetada? La veía cada que cerraba los ojos en su fallido intento por conciliar el sueño.

Esto es solo producto de lo que tu misma cosechaste–

Vinsmoke Niji tenía muy pocos remordimientos en su vida o mejor dicho, Sora era el único remordimiento que en verdad valía la pena. Porque en esa época tan oscura de su vida, él simplemente decidió cegarse a sí mismo – Como Edipo en su desesperación por encontrar un escarmiento por su pecado mortal – y decidió lanzarse por voluntad propia a un desierto lleno de remordimiento y dolor. Siendo incapaz de ver el amor que su madre desbordaba por él, junto a todos sus esfuerzos fallidos por tratar de salvarlo de su peor enemigo, él mismo…

 

«– ¿Según quién? ¡Esa niña no es hija mía! Al igual que ustedes ¡¡Yo no tengo hijos!! Así que ni se te ocurra volver a contactar conmigo. En lo que a mi concierne, ustedes son menos que nada y si Reiju morirá, pues entonces es lo que se merece por haber matado a su propia madre –»

 

–Perdóname... por favor perdóname...

Sus suplicas eran inútiles, ella ya no lo podía escuchar.

Ya no las pudo contener más, por más que apretó los parpados, estas empezaron a correr sin control.

Era tan extraño, todos decían que eran saladas pero las de él,

Eran acidas.

 

 

………………………………………………………

 

 

Sanji veía su muñeca como si fuera el objeto más alucinante del mundo.

Lo sentía tan desconocido y ajeno a él.

Una gaza cubría por completo su quemadura y valla que la mierda dolía.

Zoro lo había llevado a uno de los almacenes donde depositaban material médico o algo así. Por lo visto, sabia de primeros auxilios, ya que el mismo desinfectó y debridó la quemadura de su mano.

Observaba su reciente “operación” detenidamente, hasta que un paquete envuelto en plástico cayó intempestivamente sobre sus piernas.

–Póntelo, es lo mejor que encontré. Aunque teniendo en cuenta donde estamos, no esperaría algo mejor – Menciono el peliverde para luego tomar una botella de agua y perderse entre los pasillos del lugar.

Supuso que le quiso dar privacidad.

Era una chaqueta médica. Se desabotono la camisa lentamente y cuando esta cayó al suelo, por la gravedad se llevó consigo la compresa que llevaba puesta.

Lejos de importarle ese detalle, levanto su muñeca nuevamente mientras sentía como el ardor se hacía cada vez más intenso por la pérdida de la gaza. Reparo en su herida, ya no estaba calcinada, pero la piel se encontraba abierta, al rojo vivo y la profundidad de la quemadura le permitía ver cuan grave era el daño en su mano.

¿Cómo algo tan pequeño podía doler tanto?

–¡Maldita sea, Sanji! – Zoro había regresado con un par de vendas y se veía molesto – Si tanto quieres perder la mano solo avísame para traer un cuchillo y–

–No es para tanto – Lo corto – Cuando estudiaba gastronomía lleve un seminario sobre siniestros de cocina. Había leído que las quemaduras de tercer grado eran indoloras, ya que las terminaciones nerviosas eran calcinadas en su totalidad y, teóricamente, no habría porque sentir molestia alguna.

Pero en ningún momento mencionaban que eran los contornos de la herida los que ocasionaban en verdadero tormento..

A su mente vino aquella vez, en la que siendo un niño quemo sus manos al sacar un pastel del horno sin guantes – Que tonto fue – Grito tan fuerte que su madre llego en segundos pensando que Yonji o Niji lo habían empujado.

Las saladas lagrimas se derramaban por su infantil rostro, mientras veía como Sora le untaba con extrema delicadeza un poco de ungüento que, según ella, dejaría sus palmas como nuevas.

Sin quemaduras, ni cicatrices.

La próxima vez, llámame para que pueda ayudarte con el horno ¿Sí? – Le sonrió dulcemente, tratando de alegrar a «su adoración».

Era tan hermosa, sus rubios cabellos caían como hilos de oro sobre su angelical rostro. 

¡Mira! – refiriéndose al pastel que se encontraba sobre la barra de la cocina, se había desinflado y tenía mala pinta – Aun podemos decorarlo juntos ¡Estoy segura que sabrá delicioso!

Era tan positiva, siempre veía lo bueno dentro de lo malo.

¡N-No! – Le respondió entre sollozos – ¡No habrá próxima vez!

Por la ligera mueca que hizo, supo que estaba preocupada – ¡Vamos! No te puedes desanimar por algo como esto.

Lo tomo por debajo de los hombros sentándolo sobre la barra, justo al lado su obra. Ambos se veían fijamente y fue Sora quien acaricio su roja mejilla llevándose en el proceso las lágrimas que se acumulaban en su rostro.

Tú tienes un don – Le aseguro mientras apoyaba sus codos sobre el mármol de la cocina, viendo con fascinación al tercero de sus cuatrillizos – No pensaras desperdiciarlo por pequeñeces como estas.

–Pe-pero me duele.

Acaricio sus rubios cabellos, pasándolos por detrás de su oreja para luego contornear esa coqueta y tierna ceja espiralada que compartían todos sus hijos.

Su tacto era tan gentil..

El dolor siempre pasa, Sanji, toda herida se cierra, toda lagrima se seca y toda sonrisa se puede volver a dibujar – Lo cargo nuevamente mientras le habla con esa aterciopelada voz, sonriéndole como solo ella podía hacerlo.

Para Sanji, ella podía hacer magia solo con su sonrisa, ya que era tan contagiosa que te hacia olvidar todas tus preocupaciones con solo verla y cuando menos lo esperabas, terminabas riendo junto a ella.

Y esa sería la forma en la que siempre la recordaría..

Su madre, Redleg Sora, fue una encantadora pero decidida jovencita británica que en sus escasos dieciocho años, salió de su natal Londres para estudiar música en Francia. Dejando atrás a familia y amigos por el sueño de convertirse en una compositora de fama mundial.

Nunca espero que, al finalizar su primer año en el Conservatoire de Paris, y en un corto viaje de placer a Marsella con unas amigas, conocería a un hombre bien parecido, alto y rubio de aproximadamente veintiocho años, el heredero del imperio naval de la Familia Vinsmoke.

Judge– su donador de esperma – porque él no merecía llamarse padre.

Nunca seria capaz de entender qué demonios fue lo que vio su madre en alguien como Judge pero si podía entender lo que él vio en Sora; ella era simplemente «deslumbrante» y esto iba mucho más allá de su belleza física…

Los Vinsmoke se habían dedicado por generaciones al comercio marítimo y tenían flotas de buques portacontenedores que transportaban mercadería de toda índole a los puertos más importantes de Europa.

A los pocos meses de conocerse, se llevó acabo la boda. Muchos de los asistentes se preguntaron porque alguien con una posición tan privilegiada como Judge unía su destino a la de una simple jovencita extranjera sin ningún tipo de estatus social, pero contra todas las predicciones la pareja floreció rápido y a los pocos meses de matrimonio, ya estaban esperando a su primer vástago, pero grande fue su sorpresa cuando al aguardar por uno, llegaron cuatro.

¡Sora estaba maravillada!

Desde el instante en el que nacieron, dejo de lado las partituras y los instrumentos para dedicarse a tiempo completo a su nueva labor de madre. Había encontrado otra pación.

La dulce sinfonía de un cuarteto que nunca se cansaría de escuchar…

Judge por el contrario, si bien estaba satisfecho con casi todos sus hijos, su visión de crianza distaba mucho de la de su joven esposa. Apenas y tenía tiempo para ellos – Algo que Sanji agradecía enormemente – Siempre viajando, siempre buscando expandir sus territorios «o al menos eso era lo que solía decir a su madre.» Pasaba mucho más tiempo en el puerto de Marsella, que en Paris con su familia, pero a pesar de las circunstancias eso nunca desanimo a Sora en su deseo por ser una mujer ejemplar para sus hijos.

Sin embargo, la tarea resulto ser mucho más difícil de lo que ella creyó y era más que claro, que siendo prácticamente una niña con cuatro hijos, iba a fracasar, porque podía tener toda la ayuda del mundo en esa mansión pero..

Se sentía sola..

y fue inevitable que priorizara a los que ella consideraba, sus hijos más vulnerables.

Yonji era el menor de los cuatro y a pesar de ser el último – por unos ocho minutos – se podría decir que fue él que se llevó la mejor parte. Era un niño atlético que enorgullecía a Judge con su fortaleza física y fuerza relativamente superior al promedio, pero a los ojos de Sora, el peliverde era su pequeño. Si bien nunca falto a ninguno de su partidos y siempre se sentaba en primera fila animándolo en sus eventos deportivos, sentía un miedo indescriptible de que le pasara algo, que se lastimara, que le hicieran daño..

Yonji era– su pequeño –y la sola idea de verlo herido era aterradora.

Sanji era el tercero, siendo el único que había heredado sus rubios cabellos. Sora siempre se vio reflejada en él, dulce, tierno, amable – sin malicia – pero Judge lo veía como un hijo indigno de llevar su apellido; débil, ingenuo, torpe y siempre dependiente de su madre.

Por un lado, Judge tenía razón, Sanji siempre estaba al lado de su madre – Compartiendo juntos todo el tiempo que él, como su esposo, debió haber estado junto a ella – Porque Sanji era el único de los cuatro que podía ver cuanta falta le hacia su padre a Sora en esas interminables noches en las que ella se quedaba completamente sola en la enorme alcoba. Esperando inútilmente a que Judge se dignara a dejar a su amante de turno para pasar un poco más de tiempo con su esposa.

Y a pesar de ser consciente de los deslices de su marido, nunca se apartó de su lado y puso todo de si para mantener a su ya resquebrajado matrimonio, junto.

¿Cómo puedes unir algo que desde un principio estaba destinado a romperse?

Por otro lado, siempre se esforzó en darle la fortaleza necesaria a su alegría, porque Sanji era – su alegría – para que este enfrentara sus miedos.

Irónico… Al final no sabía quién protegía a quien; pero Sanji si estaba seguro de algo, ella era su todo.

El segundo era Niji; su madre siempre estuvo asombrada de su capacidad ¡Era un genio! Una lástima que desperdiciara sus habilidades en jugarle bromas pesadas a todo el mundo y hacerle la vida imposible a Sanji. Siempre al lado de Ichiji – Eran inseparables – Sora lo veía como un chico tan hábil e independiente que nunca pensó que él necesitaría de su ayuda.

Sin embargo, ese pensamiento fue determinante en la vida del peliazul, ya que al ser ignorado por su madre– Que siempre estaba al pendiente del llorón de Sanji. – Fue Judge el que tomo mayor influencia en su vida; celebrando sus fechorías, riéndose de la forma en la que Niji menospreciaba a la gente, haciendo que viera a las personas como seres inferiores a él.

Sora había notado la actitud que estaba adoptando su peliazul e infinidad de veces trato de interferir, pero Niji simplemente la repelía como a la lepra y a medida que fue creciendo, se convirtió en el único de sus hijos que le decía sin tapujos, lo pésima madre que era a sus ojos y jamás midió el peso de sus palabras en ella ni en nadie.

Fue así como Niji se convirtió en– su miedo –miedo que se volviera el reflejo de Judge.

Y finalmente estaba su primogénito; Ichiji..

El pelirrojo fue al primero que pusieron en sus brazos – El primero que la hizo sentirse madre –El primero en hablar, el primero en caminar y el primero al que ella.. le fallo.

Desde que era pequeño, Sora se dio cuenta que era un niño diferente, encerrado en su mundo. Parecía disconforme con todo lo que le rodeaba, excepto cuando se tratase de manipular a otros para su placer y beneficio. Una cualidad de desgraciadamente había heredado de Judge y que este destacó; era la mejor arma de Ichiji para con el mundo..

Siempre era la mente maestra detrás de todas las vilezas que hacían con Niji y Yonji. Sabía que tenía que hacer algo y para su buena fortuna, fue el pelirrojo, el único de sus hijos que heredo su habilidad con la música. Por lo que entre ellos se desarrolló otro tipo de comunicación – Una no verbal – En la que Sora descubrió que Ichiji era todo un prodigio en el piano, logrando superar incluso su propio talento a una muy corta edad y en relativamente poco tiempo.

Siempre lo veía asombrada mientras tocaba, nunca pensó que tras esa indiferencia, su hijo mayor era un chico que disfrutaba de la música, literatura y las artes casi tanto o incluso mucho más que ella.

Fue entonces que trato de formar otra clase de vínculo con él, uno en el que no solo estuviesen unidos por los acordes de un piano, sino que compartieran algo mucho más profundo, pero desgraciadamente para ella. Ichiji era una muralla impenetrable; y como toda buena fortaleza, atacaba, cuando sentía que perturbaban su tranquilidad.

Él nunca la dejo entrar más allá de lo permitido y llegaron a un punto muerto, en el que Sora dejo de intentar y se rindió en la lucha por sacar a Ichiji del estado estacionario en el que se encontraba.

Pero Ichiji seguía siendo –su Ichiji. –Por más que su hijo mayor apenas y le hablase ella siempre iba a estar allí; así él la necesitase o no..

Como lo estaría para todos sus hijos..

Pero fue ese mismo amor desenfrenado, lo que hizo que su amada madre desapareciera de sus vidas.. Dando por terminados los torneos, las tardes de cocina, las peleas y los interminables duetos de piano…

El estado de su mano era el ejemplo más claro de lo que eran ellos, Sora era la quemadura, un agujero hueco, ya no había nada en él; y ellos eran los contornos que llevaban todo el dolor que había dejado ese vacío..

 

………………………………………………………

 

 

«Madre, nunca me intereso tu opinión cuando era joven, pero si me vieras ahora..»

«..¿Sentirías repulsión de mí?..»

 

Con esa pregunta en la mente apoyo su cabeza en la ventana del taxi, veía como el vidrio se empañaba frente a él y cerro por unos instantes sus profundos pozos azules.

Su propia mente lo traiciono, cuando inevitablemente recordó aquel día de falsa primavera…

«El día en que todo inicio..»

Las gotas de lluvia caían sobre el cielo de Paris, llenando todo a su paso con aquel liquido transparente. A lo lejos una limosina se acercaba a la mansión Vinsmoke, pero eso era lo de menos. Él se encontraba en la gran biblioteca de estilo barroco, parado justo frente a ella, su madre. Lo contemplaba acusatoriamente, esperando a que Ichiji tomara la iniciativa y hablara primero, pero en esos momentos el pelirrojo solo pensaba en quien era el autor de los libros que se encontraban en la hilera doce de la estantería C que se hallaba al lado izquierdo del salón.

¿Y bien? – Pregunto con notable molestia.

Sino me equivoco son los de Balzac ¿o quizás son los de Flaubert?, No lo recuerdo.

¡Ichiji! – Le alzo la voz.

No, Époni cambio el orden de varios de los ejemplares cuando limpio este lugar la semana pasada ¡Es una estúpida! ¡Me tomo semanas organizarlos por año, género y autor!

–¡¡Vinsmoke Ichiji!!

Creo que la doce es Verne.

–¡Ichiji! Sera mejor que

Sora había empezado – nuevamente – con su sermón, pero eso era irrelevante para un Ichiji que seguía preguntándose quien rayos estaba en la hilera número doce, o al menos así fue hasta que escucho la peligrosa orden de su madre y ya no pudo seguir perdido en sus pensamientos.

–¡Quítate la camisa!

Sus ojos denotaron un desconcierto que fue muy difícil de ocultar – ¿Qué rayos te pasa? 

–Dije. Que te quites. La camisa.

–No gracias.

–No es una consulta.

–Madre, escúchate ¿Tienes idea de lo que me estás pidiendo? – Le contesto haciéndose el desentendido– Me vas a preocupar en verdad.

¿Qué demonios? ¿Acaso Sora lo sabe? No, imposible. No se lo he mostrado a nadie y he tenido extremo cuidado al mome–

–¡Ahh~! – El gemido de dolor que lanzo cuando Sora presiono ligeramente su hombro derecho fue lo que finalmente lo delato.

Los ojos de su madre pasaron de la rabia a la incertidumbre en instantes –¡Ruega porque no sea lo que creo que es! – Le advirtió mientras jalaba de la camisa negra del pelirrojo.

–¡Oye! ¿¡Qué crees que estás haciendo!? – Alzo la voz preocupado, tratando de liberarse del agarre de su madre – Esto es tentativa de acoso sexual ¡Detente!

Sora dejo de forcejear para verlo con los ojos en blanco – ¿Disculpa? ¿Qué acabas de decir? – Le hablo indignada – No trates de volver esta situación en mi contra, Ichiji, sabes muy bien de lo que te estoy hablando. Ahora, es la última vez que te lo voy a repetir ¡Quítate la camisa! 

Demonios...

Su cerebro empezó a maquinar en cuestión de segundos alguna forma en la que pudiera salir ileso de esa situación, pero la única que se le venía a la mente con su madre frente a él, era saltando desde la ventana. Lo cual implicaría serias heridas en su cuerpo – y una larga – y nada placentera visita al hospital.

Sin muchas ganas y de la forma más lenta que pudo empezó a desabotonarse. Dejando su torso expuesto a su progenitora. Solo cuando sus hombros se liberaron de la prenda Armani mostrando un patrón de trazos negros por todo su brazo con un «1» en el medio fue que Sora cubrió su rostro con ambas manos.

–No puede ser, Ichiji..– Su voz salió entrecortada – ¿Qué has hecho?

Tuvo que desviar la mirada ante la molesta imagen – ¡No es para tanto, madre!

–¿¡Cómo me puedes decir que no es para tanto, Ichiji!? ¡Apenas acabas de cumplir quince años! ¿En qué cabeza cabe el hacerte un tatuaje siendo tan joven?

¡Maldición! Quien diría que estaría así de sensible desde su encuentro con Niji.

–¡No seas dramática! Es mi cuerpo y puedo hacer con él lo que se me venga en gana – Honestamente, nunca había cruzado por su mente el hacerse un tatuaje. Hasta que leyó la trilogía de Millennium, sintió una conexión tal de admiración/odio con Lisbeth Salander y su dragón que no pudo resistirse ante la idea de tener uno propio, aunque claro está con su respectivo sello.

«Esa mujer era adrenalina pura, una lástima que esa clase de personas solo existiesen en la literatura..»

–¿Te estas escuchando? ¡Me sorprende que seas tan inmaduro! Pero ni creas que esta vez te saldrás con la tuya Ichiji, mañana mismo iremos a que te saquen esa horrible cosa del cuerpo.

–¡Estas muy equivocada si crees que–!

Unos ligeros golpes en la puerta interrumpieron su “tranquila” conversación, mostrando a una mujer regordeta y entrada en años, se asomó con una sonrisa temblorosa y se dirigió a su madre con voz nerviosa.

–El Amo Vinsmoke acaba de llegar, mi señora.

 

¡Lo que faltaba! Se supone que su padre no volvería hasta finales de Abril ¿¡Qué demonios hacía en casa por estas fechas!? Lidiar con Sora era una cosa, pero si Judge se enteraba de su tatuaje, lo más probable seria que él mismo se lo arrancara de la piel con sus propias manos.

 –¿¡Se lo dijiste a Judge!? – Le recrimino molesto.

–¡Silencio Ichiji! – La mirada de Sora se endureció – Gracias Époni. Por favor, comunica al Chef que empiecen a preparar la cena; hoy comeremos en el salón principal.

Partiendo de esa simple frase debió darse cuenta que ese día no sería como ningún otro Algo importante iba a pasar ellos solo cenaban allí por Navidad u onomásticos.

–Como usted ordene.  

Cuando su ama de llaves se retiró, Sora paso las manos por sus brillantes cabellos, sobándose la cien en el proceso.

«Se veía agotada»

–¡Rápido! Cúbrete y ve a tu habitación – Le indico – Luego terminaremos de hablar.

Se dirigió hacia la puerta dispuesto a retirarse, pero antes de abrir el portón, se dio media vuelta, viendo fijamente hacia Sora.

 – Madre.

–Ichiji, te dije que fueras a tu habita..

– ¿Judge lo sabe? – Se adelanto a ella, temiendo su respuesta.

Sin embargo, Sora lo vio confundida – ¿Q-Que? – ahora fue su turno para lucir desconcertada.

–Lo de mi brazo – Le aclaro. Parecía que sus palabras la habían tranquilizado porque su expresión volvió a ser la misma.

–Ichiji, hablaremos de esto lue.. – Antes de que pudiera terminar, la puerta se abrió nuevamente e Ichiji pudo sentir como un olor a Partagás mezclado con Brandy, empezaba a apoderarse de todo el ambiente. 

No lo veía desde su cumpleaños, pero francamente estaba igual que siempre – Padre – Le llamo a modo de saludo – ¿Qué tal todo en Germa?

–¡Hijo mío! – Judge soltó una fuerte carcajada y removió cariñosamente sus rojizos cabellos – Muy bien, de hecho, no podrían estar mejor, pero no vengo del Naviero sino de América. Luego te contare todo –Le contesto con jocosidad y para mala suerte de Ichiji, Judge palmeo su hombro con una de sus enormes manos como muestra de afecto.

“¡Maldito seas! ¿Por qué tenías que golpear justo allí?

A pesar de que trato de no mostrar expresión alguna, el tatuaje aún estaba muy fresco – Sarquiss le menciono que al tener una piel tan delicada, era propenso a sufrir una infección. Por lo que le advirtió que tuviera el mayor cuidado posible – y el tosco saludo de Judge género en él una mueca de dolor que fue inevitable ocultar.

–Traigo muy buenas noti.. ¿Qué te pasa? – Pregunto intrigado por el reciente cambio de actitud su hijo mayor.

–Se calló tratando de tomar un libro de las hileras más altas. Ten cuidado Judge, aun le duele.

¡Valla! Ahora si estaba sorprendido, esto no podía estar pasando, ¿Sora lo estaba cubriendo? 

–Que idiota eres, lo esperaría de Sanji ¿Pero de ti?

–¡Judge!

–¡No empieces mujer! No he recorrido más de cinco mil kilómetros para escuchar tus reclamos.

–Ichiji, ve a tu recamara – Fue clara, no lo quería allí cuando tuviera que hablar con su esposo.

Pudo sentir como se formaba un tenso ambiente en la habitación y opto por retirarse. Se alejo lentamente mientras escuchaba a lo lejos la conversación de sus padres. Fueron unos cuantos intercambios de palabras, pero era más que suficiente para darse una idea del desgraciadamente infeliz matrimonio que “unía” a los Vinsmoke.

«–…My Lady, tan bella como siempre... –»

«– …Judge, esto no puede seguir así. Necesito que tu... –»

Cerró la puerta, y en el momento en el que la antigua madera de cedro choco contra el alfeizar... comenzaron a retumbar los gritos llenos de rabia de Judge.

Nunca le importo la forma en la que se desenvolvía el matrimonio de sus padres – O al menos eso solía decirse, para de alguna manera, mitigar toda la incertidumbre que se cernía cada día en su cabeza – Si Sora iba a aceptar todos los deslices de su padre, quedándose a su lado y sin mover un dedo. Entonces él no tendría por qué sentir lastima por ella.

A medida que sus pasos hacían eco por la enorme vivienda mientras iba rumbo a su habitación. Encontró una imagen parecida a la que había dado unas semanas atrás con Niji en la puerta de su habitación. Le sonrisa socarrona de Niji le hizo formular una idea para nada divertida en su mente, pero antes de que fuera a decir algo el peliazul se le adelanto.

–No me mires a mi idiota, te dije que no diría nada – Luego de eso, paso a abrir la puerta de su habitación y entro a su cuarto sin ni siquiera pedir permiso.

La habitación del pelirrojo era como un museo de antigüedades en miniatura, miles de cuadros donde los nombres como Botticelli, Velásquez, Fragonard o Tiziano eran comunes. Libreros clásicos llenos de sus obras favoritas y cosas tan absurdas como baratijas de todo tipo, que denotaban un pequeño pedazo de cada parte del mundo.   

Y eran esas simples chucherías, las que Ichiji más valoraba, ya que a través de esas pequeñas piezas de cerámica era que veía una pequeña parte del mundo que con sus propios ojos jamás se podría dar el lujo de conocer…

 Porque sabía que siendo el primogénito de Judge, su vida estaba prácticamente planeada y sin tener ningún derecho a opinar.

Volvió a quitarse la camisa con sumo cuidado mientras veía a Niji por el rabillo del ojo – ¡No toques eso Niji! – El peliazul tenía entre sus manos uno de sus Caballos de Dalecarlia.

–¡Ah! Eres muy sensible esta basura que no vale más de cinco euros – Pero la dura expresión de rojo hizo entender a azul que no estaba para bromas, o al menos no con sus posiciones más valiosas. Dejo la pieza de cerámica en su sitio y diviso, como Ichiji se untaba – con sumo cuidado –  una crema en el brazo.

¿Judge está aquí? – Se aventuró a preguntar.

Ichiji lo vio como si le hubiera cuestionado porque la tierra era redonda y lo ignoro para continuar tratando su hombro.

–Ichi..

–¡Si! Judge está aquí pero no tengo idea de porqué. Así que ¿Quieres dejar de hacer preguntas sin sentido, Ni?

¡Maldita sea! – Suspiro resignado – Desde lo que paso, Sora me ha tenido enclaustrado en esta maldita casa ¡Me estoy volviendo loco! Lo único que hago es ir a la escuela para luego regresar a la jodida Mansión Winchester y estar encerrado en mi habitación viendo «How i met your mother». Además, permíteme decirte que cada temporada que pasa empiezo a dudar más y más de que Ted logre encontrar una mujer que soporte todas sus disfuncionalidades. Es más, creo que al final tendrá a sus hijos en un acoston cualquiera y solo se hará cargo de ellos por denuncias de manutención. 

–¿Y qué tiene que ver eso con padre?

La pregunta fue casi insultante para Niji – Como que ¿Qué tiene que ver? ¡Tiene todo que ver, Ichi! Si él está aquí, tampoco podré salir este fin de semana.

–…Sigo sin ver el problema.

–..Olvídalo – Alguien tan recatado «aburrido» como Ichiji no lo entendería – Tal vez debería decirle a Judge lo de tu tatuaje, para divertirme un poco ¿Sabes? Seria muy entretenido ver cómo te arranca la dermis con un tenedor.

–Hazlo y le diré a Yonji que empeñaste el Bat de Cleyton Kershaw que le trajo papá.

–…Solo si sobrevives – Le recordó el peliazul – Además, necesitaba el dinero y a él ni siquiera le gusta el beisbol.

 

 

Las risas de Vivi se habían detenido cuando la vista de Sanji se dirigió fija hacia el ingreso posterior de su casa. A través de los vidrios incoloros del enorme invernadero podía ver como todos los empleados corrían con bandejas, flores y porcelanas hacia la zona oeste de la mansión.

Justo donde se encontraba el salón principal.

«¿Por qué?»

Su relativa calma, se perdería en cuestión de instantes. Confirmando sus peores miedos cuando escucho la estruendosa risa– de ese hombre – llegando hasta el lugar en el que se encontraba con Vivi.

Fue como si una gran piedra cayera imprevistamente dentro de una laguna, haciendo que las tranquilas aguas se volvieran turbias y pesadas con cada onda.

Sanji, ¿Qué pasa? – El rubio pudo escuchar la voz de su amiga perfectamente, pero paso de esta. Había dejado de lado el Brioche que habían hecho juntos hace unas horas para levantarse y empezar su camino hacia la puerta posterior de su casa.  

«Algo no anda bien»

Será mejor que vayas a casa, Vivi – Estaba preocupado por su madre, la había visto muy agotada los últimos días. Además, ella y Niji no se habían dirigido la palabra desde lo ocurrido entre ellos y aunque a él no le afectara la indiferencia del peliazul – a la cual ya estaba acostumbrado – no podía decir lo mismo de Sora.

Ahora, el sumarle la presencia de Judge no retribuía en nada a la situación. Además, cada vez que toda la “familia” se reunía, las cosas nunca terminan precisamente bien y no quería que su amiga se viera envuelta en algo así.

Y eran precisamente en esa clase de situaciones en las que Vivi prácticamente podía palpar la preocupación de Sanji. Ella era una de los principales testigos del entorno tan toxico que rodeaba a una de las familias con más renombre de Paris. Conocía muy bien a los Vinsmoke y sus herederos, era difícil no hacerlo. Esos rasgos tan finos y elegantes destacaban en cualquier lugar al que fueran y eran muy llamativos en la escuela, pero solo eran una vil pantomima de la profunda miseria que ocultaban dentro de ellos.

Sentía mucha tristeza por Sanji y su madre – La cual ella apreciaba bastante – Eran los únicos rescatables dentro de esa, si se les podía llamar, familia. Aunque según Carrot, cuando Yonji y ella estaban asolas, su personalidad distaba mucho de la del deportista estrella con complejo de superioridad que mostraba frente a toda el école.

¿Estás seguro? Si quieres puedo quedarme, creo que el conocer a tus hermanos me ha preparado mentalmente para todo – Le sugirió con gracia, tratando de mejorar su ánimo.

– Gracias Vivi pero tengo que insistir; vete. Apenas pueda te llamare para..

Los ligeros golpes en la puerta seguidos del ingreso de Époni corto su conversación.  Sanji veía en la vieja ama de llaves, un aura maternal que siempre lo fascino. Nunca conoció a ninguna de sus abuelas, pero esa mujer era lo más cercano que el rubio tuvo a una – Joven Sanji, la cena está servida; por favor, preséntese en el salón principal. Los amos solicitan la presencia de todos sus hijos.

Paso de la preocupación al asombro en un abrir y cerrar de ojos ¿Qué demonios estaba pasando? Internamente rogó por que fuera otra de las proezas de Judge.

–..Señorita Nefertari, uno de nuestros autos la llevara hasta su hogar, permítame escoltarla hacia la...

–Descuida Époni, de Vivi me encargo yo – Interrumpió su discurso de la forma más delicada que podía. Le tenía mucho cariño a la vieja Eponi y nunca se atrevería a faltarle el respeto. – ¿Sabes qué está pasando? ¿Por qué mi padre está aquí? ¿Cómo está mi madre?

–Sanji.. hijo descuida. No es nada malo – Le dijo con una sonrisa que no ayudo a calmar nervios del rubio – De hecho, creo que es justo lo que esta familia necesita.

–De haber sabido la verdadera razón desde un principio... Quizás no se hubiera tomado las palabras de Époni como un indicio de demencia senil–

Prefirió no comentar nada y se dispuso a ponerse de pie junto con Vivi. Se dirigieron en silencio hasta la puerta del invernadero y aprovecharon la lluvia y el único paraguas con el que contaban, para acercarse lo más posible, solo para que Sanji susurrase en su oído de forma apenas auditible.

Camina rápido y por nada del mundo apartes la vista del frente cuando entremos – un simple parpadeo por parte de Vivi logro tranquilizarlo, a medida que se acercaban cada vez más y más a la mansión Vinsmoke.

Como siempre, ella lo entendía perfectamente.

Apenas ingresaron a la casona, estrecho su mano con rapidez y se dirigieron con paso ligero hacia la puerta principal. La peliceleste tenía la vista fija en la vieja puerta de cedro. Por el contrario, Sanji analizaba detenidamente cada rincón del lugar. Los empleados estaban inquietos, la calma que transmitía su madre se había esfumado con la sola presencia de Judge. Podía escuchar todo el ruido que salía de la cocina, pedidos concisos y llamadas apresuradas; mientras los cocineros y las sirvientas salían corriendo rumbo al gran salón llevando consigo miles de fuentes de plata llenas de comida rumbo a la mesa.

En verdad no hay nada que odie más que su presencia – Susurro en un hilo de voz, mientras se paraban justo frente a la puerta principal y tomaba la vieja perilla de metal entre sus manos para poder abrir la puerta.

Descuida, por lo que siempre me comentas, lo más probable es que se valla hoy mismo ¿No? – Trato de animarlo, a pesar de saber que en esas ocasiones el sentido del humor de Sanji se volvía tan acido y duro como el de sus hermanos.

–Ojalá, Vi..–

¡Nefertari Vivi! – Escuchar su voz tan claramente desde las escaleras seguido de su tono de falsa empatía le hizo sentir nauseas.

¡Joder! ¿Por qué tenía que aparecer justo cuando ya estaba a un paso de sacarla de aquí?

La mencionada, vio a Sanji con una mueca de incomodidad que duro un milisegundo para que inmediatamente, se diese la vuelta y saludara de la forma más educada que podía – Porque así la habían criado – al padre de su amigo.

–Señor Judge, que «agradable» sorpresa encontrarlo aquí.

–Igualmente, sabes que todos los amigos de mi «querido» hijo son bienvenidos en mi casa – Pronuncio esas últimas palabras como una advertencia encriptada hacia el rubio.

Sanji casi podía escuchar esa molesta voz gritándole en los tímpanos «Mi casa; mis reglas y si no estás de acuerdo la puerta está allí»

Vivi le agradeció a Judge y supo cómo ocultar su incomodidad tras una perfecta y delicada risa que aminoro un poco la pesada tensión del lugar que emanaban las miradas de Sanji.

¿Cómo esta tu padre? – Y allí estaba, la verdadera meta de Judge, ¡Por esa razón quería evitar este circo! – Espero que el embajador se encuentre bien de salud – Otra vez abusando de su falsa empatía – La última vez que lo vi fue en el aniversario de Paribas.

–Si.. bueno él ha estado un poc..

–Coméntale que estoy interesado en expandir mis exportaciones hacia el Golfo Pérsico – Ni siquiera le permitió continuar, no era que le importara mucho lo que esa niñata estaba diciendo – Arabasta es un puerto con mucho potencial así que no estaría ma–

–Suficiente Judge – No iba a permitir que esta situación de alargar ni un segundo más – Vivi se tiene que ir. Ya se hizo tarde para ella y además que yo sepa aun no cuentas con los permisos necesarios para exportar tus barcos fuera del hemisferio occidental, así que no la hagas perder su tiempo.

Desvió su atención de la chica, para finalmente recaer en la presencia de la burla andante de su familia y como siempre, Sanji lo veía con esa maldita mirada desafiante tatuada en el rostro.

Los ojos llenos de ira que dirigió hacia su tercer hijo fueron suficientes para saber que su falta de respeto le iba a salir muy cara

– ¿Acaso escuche mal? ¿Qué acabas de decir?

–Nada que no sea cierto, Judge.

–..Sanji – Vivi detuvo el avance del rubio hacia su padre. Sabía que el rubio menor le había perdido el miedo al señor Vinsmoke hace mucho y por esa misma razón prefería evitar una confrontación entre padre e hijo.

Judge era consciente de que mostrar un mal ejemplo frente a la hija de un hombre tan importante como Nefertari CobraEmbajador de Arabasta en Francia Podría convertirse en una jugada contraproducente. Por lo que prefirió pasar por alto las palabras de Sanji e ir rumbo hacia el salón principal, ya cuando esa niña se fuera le daría un escarmiento apropiado para alguien tan impertinente como él y no iba a impórtale en lo más mínimo la opinión de Sora.

–Fue un placer verla señorita Nefertari, espero que pronto se vuelva a repetir. ¡Sanji, no demores!

–..Igualmente, señor Vinsmoke – Cuando el patriarca de la familia salió del lugar, Vivi por fin se pudo tranquilizar pero al girar a la dirección de Sanji, tenía la misma mirada desafiante que siempre mostraba cuando si quiera se mencionaba a su padre – ..Hey – Tomo su rostro entre sus manos transmitiéndole con sus ojos azules un poco de la calma que Sanji había perdido – Todo estará bien–

«Si… claro»

De repente la puerta principal se abrió para dar paso al menor de los Visnmoke. Estaba vestido con su típico uniforme de rugby, completamente mojado y lleno de lodo por la práctica de la tarde. Su aparición fue suficiente para detener la dulce escena de ambos chicos.

Al ver la cercanía de ambos Yonji no dudo mostrar una sonrisa socarrona y alzar sus espiraladas cejas hacia su hermano – Ya era hora Sanji.

El ligero sonrojo de Vivi con las palabras del menor de los cuatrillizos hicieron que soltara a Sanji de inmediato A Yonji le pareció muy cómico el gesto A fin de cuentas, Vivi era de las chicas más bonitas que había en la escuela. Una pena que perdiera su tiempo como la “amiga” del rubio.

–¡No digas estupideces Yonji! – Sin embargo, el peliverde lo ignoro como si fuera un simple objeto inanimado y siguió caminando mientras tomaba agua de la forma más brusca que podía de su botella deportiva. Hoy estaba de buen humor, le fue increíble en la práctica y lo más importante ¡Carrot por fin había aceptado ser su novia! Por lo que no tenía ganas de usar a Sanji como saco de boxeo, pero solo basto con el que el rubio terminara de hablar para que se atorara hasta que el agua saliera a gorgotees de su boca.

– …Y ve a tomar un baño; Judge está aquí.

Ahora fueron las risas de Vivi y Sanji las que no se hicieron esperar – No bromees con eso Sanji o juro que pateare tu culo tan fuerte que no podrás diferenciar tu.. –

–No está bromeando retrasado, así que por una vez has lo que te dice y terminemos con este circo lo más pronto posible – La aparición de Ichiji vestido en un blazer azul eléctrico y de Niji acomodándose la camisa de cuello de tortuga color negro terminaron de encender todas las alarmas del menor.

–Oh ¡Maldita sea! – Con solo unas cuantas zanjadas logro llegar hasta el segundo piso de la mansión y fue corriendo a cambiarse.

–Vivi ¡Que sexy estas esta noche! ¿No quieres acompañarnos en nuestra última cena?

–Piérdete Niji – El segundo de los Vinsmoke contaba con una fama para nada agradable entre las chicas de la escuela y el que fuera tan amigo de la resbalosa de Lily tampoco ayudaba en nada a su reputación.

Sanji sonrió para sus adentros, Vivi nunca fue una damisela en apuros que necesitara de su protección.

–Suerte esta noche Sanji – Volvió a abrir su paraguas y luego de darse un corto beso de despedida en la mejilla, la peliazul salió de la mansión Vinsmoke dando una última mirada al rubio antes de subir al Mercedes que la llevaría hacia su hogar.

Luego de estar seguro de que su auto se perdiera entre la fuerte lluvia, se dio la vuelta para ver como Ichiji y Niji ya se habían adelantado. Camino con paso tranquilo mientras los grandes cuadros de estilo renacentista decoraban su lento compás hacia el lujoso salón.

«Ce qu'il doit être será»

Para cuando Yonji llego, ya toda su familia estaba sentada degustando de los miles de platos que había en la mesa. Judge se encontraba en la cabecera de la mesa, a su derecha estaba Ichiji y a su izquierda Sora, que estaba al costado de Sanji y finalmente Niji encontrándose al lado del pelirrojo. Habiendo una la última mesa libre entre ellos dos, justo en frente de su padre.

Dio un silbido de asombro para tratar de aminorar la tensa aura de la habitación, nunca le gustó mucho el silencio por lo que pensó que cualquier estupidez ayudaría en algo.

– ¡Valla! Époni y los otros sí que se esforzaron. Esto se ve increíble –Tampoco estaba mintiendo. Había platos de todas las regiones de Francia; Confit de Canard, Merluza al beurre blanc, Magret de canard; hasta incluso Coq au vin y muchos otros más.

Solo siéntate y cállate de una buena vez – Susurro Niji mientras desviaba la mirada de la mesa para ver hacia Yonji.

El ruido de los tenedores de Sora chocado contra la vajilla Flora Danica, hizo suponer lo que vendría –Niji, no voy a permitir que hables así en la

–¿¡Qué!? ¡Ahora si me vas a hablar!

–¡No tienes por qué gritarle, imbécil!

Niji mordió sus labios molesto – Pero claro, Sanji me insulta y te quedas callada ¿Por qué no me sorprende? – La mirada de Sora se intensifico al escuchar las palabras llenas de ira que salían de los labios de Niji – Sé que tienes tus preferencias, Sora, pero no deberías hacerlas tan obvias.

–¿Ya probaron el Aligot? Sabe muy bien – Alzo la voz Yonji mientras levantaba una bandeja llena de la espesa crema.

–Bueno, suficiente de tanto drama. Niji y Sanji ¡Cierren la maldita boca! – La escabrosa voz de Judge fue suficiente para silenciar a todos los presentes.

El pelirrojo; quien había estado ocupado en todo momento jugando con el único guisante de su plato, alzo la mirada para apreciar el incómodo ambiente que rodeaba a todos los comensales. Debía dar gracias al cielo por las muy esporádicas visitas de Judge. Ya que, de no ser así hubiera tenido que huir de casa hace mucho. No hubiera podido soportar sus tediosas reuniones familiares.

Pensó que no volvería a escuchar algún otro ruido molesto hasta que el patriarca alzo la voz nuevamente, pronunciando el nombre de su –en ese entonces– ultimo vástago.

–¿Dónde rayos estabas?

Cuando todos los pares de ojos se pusieron sobre el menor de los cuatrillizos fue que Yonji extrañamente empezó a sudar frio – Bueno, la práctica se retrasó un poco y.. –

–No me molesta que le dediques tu tiempo libre al deporte, pero que nunca se vuelva una prioridad en tu vida. No me importa que hayas ganado el M20. Jamás descuides tus verdades responsabilidades – El mayor apoyo sus hombros en la mesa y juntando ambas manos frente a su rostro le advirtió de frente – Algo tan banal como el Rugby nunca te dará nada.

–Dan Carter estaría en desacuerdo contigo – Siseo el rubio.

–¡Nadie pidió tu opinión! – Escuchar la estrepitosa voz de Judge, lejos de asustarlo hizo que su rostro formara una mueca de aburrimiento.

–Solo está tratando de ayudar a Yonji, no tienes por qué alzarle la voz – Estaba cansada de escuchar tantos gritos y reclamos en una cena que suponía era para algo mucho más importante tanto para ella y su familia. Pensó que tal vez él lo entendería, pero el simple tronar de los dientes de su esposo le hizo darse cuenta de su error y antes de que Judge volviera a levantar la voz, fue Niji quien se adelantó.  

–¡Ves a lo que me refiero, padre! Siempre es la misma mierda con ellos dos.

–¿Podrías dejar de gritar por un momento? ¡Que no vez que–!

–Padre – El simple vocablo del pelirrojo detuvo de nueva cuenta los reclamos de Sanji.

Ichiji no era de entablar comunicación alguna en esta clase de acontecimientos. Las consideraba innecesarias, ya que siempre acababan con lo mismo – Alaridos y palabras corrosivas pero esta situación en particular lo estaba sacando de quicio. En verdad quería retirarse e ir a su alcoba de una buena vez, y sabía que la única manera de conseguirlo sería con Judge habiéndose vanagloriado frente a ellos de lo que sea que hubiera hecho.

– ¿No tenías que contarnos algo importante? – Cómo la razón de porque estás aquí en primer lugar, cavilo en su mente.

Y como por arte de magia, las palabras de su primogénito surgieron efecto inmediato, ya que la furibunda expresión del rubio mayor paso de una mueca llena de rabia a una sonrisa de socarrona.

–Tienes toda la razón – Hizo una ligera pausa para ordenar que trajesen el mejor vino de su reserva personal y luego proseguir

Apenas Niji escucho la orden de Judge sus ojos empezaron a brillar, la reserva de su padre tenía de los mejores licores del mundo. Él mismo había robado varios ejemplares para llevarlos a sus fiestas. Habían whiskys que rondaban los trecientos mil euros y que él había remplazado por simple té de jazmín.

–Por mucho tiempo, he cosechado grandes éxitos exportando e importando en el mercado europeo y americano, pero, siempre había una limitante ¡Que ahora finalmente y después de tantos años he podido solucionar!

–¿Encontraste la forma de evadir impuestos? – Pregunto un aburrido Sanji, generando las risas discretas de Yonji y Niji.  

–Sanji, no hagas ese tipo de bromas, por favor – Pidió cortésmente Sora, mientras veía como su esposo recibía la botella de «Romanee Conti» y a su vez le daba una molesta mirada a su tercer hijo. Lo que hizo que el aludido desviara la mirada hacia uno de los candelabros de oro blanco, pero sin quitar la sonrisa de su rostro.

–Como decía, antes de que tu estúpida pregunta me interrumpiera – Abrió en cuestión de segundos la costosa botella verdiana sin necesidad de un abridor, la experiencia, concluyo Sanji.

–Luego de muchos años podre llevar acabo la ambición que tuve desde el día que tomé las riendas de «Germa» – Ichiji podía contar con los dedos de una mano la cantidad de veces que había visto a Judge sonreír de tal forma y esa ocasión fue una de ellas. El hombre desbordaba alegría mientras lentamente servía en finísimas copas de cristal el líquido violeta – Finalmente logre conseguir los permisos necesarios para expandir «mis» exportaciones hacia el mercado asiático. ¡A fin de mes, Germa hará su primera ruta de comercio hacia la mayor economía de exportación en el mundo!

Cuando Ichiji recibió la copa de la mano de su padre su cerebro no reparo en el exquisito aroma de la cosecha de 1945, sino en una simple pregunta.

«¿Cómo?»

Paso por alto las sutiles miradas y felicitaciones de su madre que parecía ser la única contenta por la noticia. A Sanji le daba absolutamente igual y era obvio que Yonji no entendía absolutamente nada de lo que acababa de decir el mayor, pero Niji, al igual que él, tenía una expresión seria en su rostro.

–¿Eso quiere decir que nos iremos de vacaciones a Malasia? – pregunto un emocionado Yonji mientras comía un gran trozo de carne.

La risa de Judge ante la incrédula pregunta hizo que casi soltara el líquido de su boca – ¿Iremos? ¿Y porque habría de llevarlos conmigo?

Yonji rodo los ojos –¿Entonces? Eso significa… – Insistió el peliverde.

–Significa que Judge pasara de hacer dinero a hacer «más» dinero, o algo así – Comento Sanji mientras probaba un poco de vino, no sabía tan mal como creyó.

–¿Cómo es posible que compartamos el mismo genoma humano, Sanji? – Le recriminó Niji por las ignorantes palabras del rubio – ¡Ahora estoy seguro que de los cuatro, Ichiji y yo fuimos los que más desarrollaron el jodido cerebro! No es solo hacer “más dinero” ¡Idiota!; es “¿Cómo?” Ingresar al mercado asiático es algo muy difícil, empezando porque los malditos tienen miles de restricciones para el comercio con extranjeros, en especial en China.

–Niji tiene razón, padre ¿Cómo lograste conciliar los términos con las «FAS» o los «FOB»? – Ni siquiera le preguntaría por todo el papeleo burocrático de Incoterms o como llego a un acuerdo con los millones que tendría que pagar por los aranceles de exportación. Si bien era cierto que el mercado asiático era de los más rentables del mundo, en lo que a exportación se refieren, lograr esa clase de acuerdos comerciales marítimos tomaban años.

Sora vio con una sonrisa como Ichiji y Niji sabían tantas cosas que incluso ella misma ignoraba, pero no porque quisiera, Judge siempre le pidió mantenerse lejos de sus negocios y ella como esposa comprensiva y sin deseos de invadir u hostigar a su esposo con esa clase de preguntas, le dio su espacio, pero por lo visto con sus hijos mayores la cosa era diferente.

Pero ni toda la expectativa de sus hijos, evito que Judge ignorara las preguntas y probara de su segunda copa de vino – Estoy confundido entre alegrarme porque sepan varios de los procedimientos que se manejan en el Naviero o molestarme por su incansable curiosidad. Así que, ahora yo les haré otra interrogante que responderá a todas sus dudas. – «Rojo» y «Azul» lo vieron expectantes.

–¿Por qué creen que viaje hacia los Estados Unidos?

–Padre, no desvi–

–Encontraste alguien que lo hiciera por ti – Aseveró con seguridad el pelirrojo.

Judge vio de nueva cuenta su copa semi vacía para responder con una simple frase – No alguien …algo – Carraspeo su garganta para ver a sus vástagos de frente – Alguna vez escucharon de la firma “Emperors”.

–¿Le pediste a un bufete de abogados que hiciera todo el trabajo sucio por ti? – No es que a Sanji le importaran los negocios de su padre, pero le pareció extraño que Judge haya doblegado su orgullo para dejar que terceros se inmiscuyan en los negocios del astillero.

–No es un simple bufete de abogados, es quizás la más prestigiosa firma de toda Nueva York y la costa este, pequeño idiota con cerebro reducido.

–Ninguna firma tendría tanto poder para conseguir esa transacción en solo días.

–En un principio, yo también pensé lo mismo, Ichiji, pero luego de tener una pequeña charla con unos inversionistas neerlandeses, estos me comentaron cosas muy positivas sobre esa firma y decidí comprobarlo por mi propia cuenta – Ni aunque fuera sometido a tortura admitiría que fue una de sus amantes – esposa de uno de los abogados de esa firma la que lo convenció de hacer negocios con ellos.

Sin embargo, el escéptico de Niji, lo que menos quería era poner en riesgo el astillero que en un futuro no muy lejano también seria suyo.

 –¿No te parece que es un poco extraño? ¿Cómo lograro–?

–Son unos monstruos, es la única explicación que le encuentro. Lograron conseguir los permisos que a mí me tomaron años en cuestión de días – Le molestaba mucho admitirlo, pero esos idiotas le habían ahorrado mucho tiempo – Luego de eso prácticamente usaron como papel de baño a los «Incoterms».

Honestamente, podría decir que fue gracias a los abogados de ese bufete – Que eran la personificación del espectro más abominable del infierno para toda entidad pública o privada – el que todo saliera tan rápido, pero al indagar un poco más profundo descubrió datos muy interesantes que relacionan al CEO de esa firma muy íntimamente con el gobierno federal americano.  

–¡Valla! quien quiera que haya sido la persona encargada del caso debió haber sido muy hábil – Si bien Sanji no era muy fanático del sarcasmo pensó que esa era la ocasión adecuada para poder emplearlo, solo para joder un poco a Judge.

–¿Crees que dejaría que cualquier idiota recién graduado de Harvard haya si quiera osado poner sus manos sobre mi imperio? – Aunque no negaría que en un principio desconfió del abogado que le asignaron a su caso, al cual ese imbécil cubierto hasta la cabeza con ese extraño traje negro tildo de “poca relevancia”.

–¿Entonces quien fue? ¿Saul Godman? – Ichiji tuvo que ahogar su risa por el comentario tan inapropiado de Niji pero tenía que reconocerlo, era muy bueno.

–¡Cállate Niji! Aun no llego a esa parte – Luego de que Yonji viera la primera temporada de Breaking Bad, se volvió adicto a esta y por momentos consideraba en dejar la escuela solo para dedicarse a “cocinar”.

–Yonji, no se grita en la mesa – Le recordó Sora.

–Si no mal recuerdo, su nombre era Diez Barrels, es abogado mercantil.

–¿Derecho comercial? Debieron haber cobrado una fortuna teniendo en cuenta la rapidez con la que obtuvieron los permisos.

Si bien para Ichiji esto significaba un comentario muy obvio, Judge no lo tomo exactamente igual, endureciendo la mirada ante la declaración del pelirrojo. Sin embargo, para evitar una mayor cantidad de preguntas considero que lo mejor en esa ocasión era permanecer callado.

A pesar de ello, para su mala suerte ese pequeño dato no pasó desapercibido por Niji –Buen punto, Ichi. ¿Cuánto fue lo que pagaste, padre?

Al haber vivido muchos años y estado metido en el negocio por tanto tiempo, Judge entendía perfectamente como se solucionaban las cosas aparentemente “imposibles” y no había nada que unos miles de billetes verdes no pudieran solucionar –Se podría decir que con todo lo que invertí fácilmente pude haber acabado con la hambruna en África – Comento en su poco ortodoxo y acido humor que hizo reír a carcajadas a casi todos los presentes a excepción de dos rubios.

–Judge, no digas esas cosas frente a los chicos, ¿Qué crees que van a pensar luego de escucharte hablar así? – Lo último que quería era darle más razones a Niji para que su megalomanía creciera.

–¿Pensar? – ¿Por qué siempre era tan difícil entender a esa mujer? – ¡No hay nada que pensar! La única idea racional que debería existir en sus cerebros es que su padre es un hombre muy inteligente y hábil que les ha dado la mejor vida que pudieran tener.

Antes el discurso de Judge, él rubio solo presiono con mayor fuerza el tenedor de plata que había en sus manos estaba a nada de doblegarse En esos momentos, tenía un debate interno entre si vomitar o no en la mesa por aquel comentario tan asqueroso.

– ¿Y acaso eso te causa gracia? ¿Prefieras gastar tu dinero en puras estupideces cuando podrías ayudar a otras personas? ¡No deberías creerte el dueño del mundo Jugde! Porque siempre habrá alguien más grande que tu allá afuera – Las risas de todos sus hermanos y su padre frenaron de un segundo a otro.

Nuevamente, la espesa aura de hace unos minutos había vuelto para cubrir a todos los involucrados en esa habitación, y la mirada que le dio Niji le hizo entender que había hablado de más..

“Si serás imbécil, Sanji ¿Por qué siempre te esfuerzas tanto en joderlo todo?”

Y con eso se fue la última gota de paciencia en Judge, se le levanto de la mesa bruscamente haciendo un ruido seco por la fricción entre la costosa silla de ébano contra el frío y blanco piso de mármol –¡Maldito seas, Sanji! No puedo ni tener una cena tranquila en mi casa sin escuchar alguna estupidez de esa asquerosa boca tuya.

–¡Judge! No es para tanto, Sanji solo estaba bromeando – Sora y sus dulces ojiazules trataron de calmar la ira de Judge pero este rechazo su tacto y alzo la voz nuevamente.

–¡¡Cállate Sora!!

El grito que resonó en toda la habitación silencio en un segundo a la bella mujer e hizo que Sanji reaccionara al instante, irguiéndose frente a su padre y respondiéndole de la única forma que parecía entender.

 –¡No te permito que le hables así a mi madre!

–¡Yo le hablo como se me da la gana! De no ser por mi hubiera terminado tocando en algún jodido cabaré de Paris. Gracias a mi tiene la vida con la que jamás soño. ¡Al igual que todos ustedes! y ¡No voy a permitir que se me falte en respeto en mi propia casa! ¿Entendido?

Ese comentario le hubiera causado gracia de no haber estado tan molesto – ¿Perdón? Si estuvieras aquí tanto como dices de seguro te darías cuenta que en este lugar ¡Lo que menos predomina es tu voluntad!

–¡Sanji, cállate joder! – Yonji golpeo la mesa haciendo que todos los utensilios temblaran por el corto pero energético impacto.

–¡Empezando por ti, Yonji! ¿Acaso no pensabas dejar la escuela para dedicarte a tiempo completo al Rugby? Te aseguro que si lo haces tal vez llegarías al «Top 14». – La forma en la que se desencajo la mirada de Yonji y la sorpresa que se llevó Judge luego de escuchar tal cosa casi lo hace flaquear «casi».

Mas para Niji esto se convirtió en una buena tarde de películas de culto, o al menos, lo fue hasta que Sanji puso su mirada en él.

 «Oh, no te atrevas o conocerás el verdadero infierno»

Pero cuando ambos ojos chocaron, no hubo duda en la mirada del rubio.

 «Ya estoy en él»

– Y qué hay de ti, Niji ¿Crees que nadie se da cuenta que robas los licores de Jugde y los remplazas por cualquier otra cosa?

–¡Eres un mentiroso hijo de puta, Sanji!

–¿¡Que cosa!? – Esa revelación hizo la rabia que sentía en ese momento se volviera furia absoluta – ¡Niji! ¿¡Te atreviste a tomar de «mis» posiciones más valiosas!?

–¡Claro que se las tomo y hasta el fondo! – Ratifico Sanji altaneramente.

Cuando las manos de Niji temblaron en un pequeño espasmo. Lo supo – La mirada de Judge no mentía, estaba en grandes aprietos – Por primera vez en su vida lo habían acorralado y sabía que la única forma de salir ileso de esa situación era desviando la atención de Judge hacia algo mucho, pero mucho peor.

Le dio una mirada rápida al mayor. Fueron milisegundos, pero bastaron para que Ichiji entendiera que su favor seria cobrado en ese preciso instante y deseo con todas sus fuerzas que la tierra se lo tragase.

–¡Vamos! No me mires a mí. Si vas a empezar a cortar cabezas te recomiendo empezar por tu adorado hijo mayor ¡Tiene un–¡

–¡¡Basta!! – El grito de Sora fue la perfecta sinfonía entre la voz de una sirena contra la rudeza de las olas del mar – ¡Paren, ya! ¿Es que acaso no pueden llevarse bien ni una sola vez? Ni siquiera tratan de actuar como una familia, se comportan como animales – Tuvo que cubrir sus ojos al sentir sus ojos llenarse rápidamente.

Sanji pudo ver como ese hermoso rostro que él tanto amaba, era abordado poco a poco por un riachuelo cristalino.

Solo con escuchar esa voz entrecortada, las peleas cesaron, los gritos se detuvieron y los reclamos se apaciguaron. El ver por segunda vez a su madre llorando, hizo que a Niji se le revolcara el estómago, para él, ver a cualquier sujeto en ese estado era algo normalya que siempre solía orillar a las personas a la desesperación – pero con Sora, sentía una extraña sensación de culpa. Yonji tenía la cabeza gacha pero no por eso estaba menos molesto, ¡Mataría a golpes a Sanji! Si es que Judge no lo hacía antes. Si ese idiota no se hubiera excedido, su preciada madre no estaría llorando e Ichiji, a pesar de haber salido ileso nuevamente, estaba lejos de sentir bien, le incomodaba en demasía ver a Sora y aunque quiso pensar que se debía a su falta de empatía con las personas, en el fondo sabia que no era por eso.

Bien, la había cagado y en grande. Nunca pensó que sus palabras terminaran hiriendo al ser que más amaba en el mundo – Madre – Trato de calmarla, pero el dulce tacto de la rubia sobre su mano le decía que volviera a sentarse.

– ¡Lo único que deseaba!.. Era que compartamos un pequeño momento en familia, pero veo que como siempre no pueden evitar canibalizarse entre ustedes – comento dolida – ¡La razón por la que te pedí que vinieras, Judge! No era para celebrar la nueva ruta del naviero – El Vinsmoke mayor afilo la mirada – De hecho, es algo mucho más importante…

Todos se mantuvieron en completo silencio y solo después de un corto pero necesario letargo mental, Judge finalmente fue capaz de ver a la cara a su esposa.

 

–Estoy embarazada.

………………………………………………………

 

 

Ni siquiera sabía porque estaba contándole todas esas cosas a un extraño en un oscuro y frio almacén pero al parecer el peliverde era la única persona dispuesta a escucharlo en ese momento.

–Cuando mi madre anuncio que estaba nuevamente embaraza fue un completo shock para todos. Ninguno de mis hermanos – incluido yo –supo cómo reaccionar.

Zoro solo escuchaba en silencio, sabía que interrumpir al rubio en un momento como ese sería contraproducente, Sanji necesitaba desahogarse.

–Luego de esa noticia, todo paso demasiado… rápido. – Ya que esa afirmación fue el desencadenante de absolutamente todos los cambios que sus vidas tendrían a partir de ese momento…

Recordaba perfectamente los gritos de confusión de Niji, la incredulidad con la que Yonji tomo la noticia e incluso como Ichiji llego a decir que «Era una forma muy astuta de dejarlos a todos incapacitados.» Él, por el contrario, tomo la declaración con un poco más de normalidad –aunque no por eso menos sorprendido – Saber que pronto tendría un hermano u hermana fue algo que en verdad lo alegro bastante…

Ya que al igual que Sora, él también lo veía como una nueva oportunidad..

Pero al igual que recordaba las reacciones de todos sus hermanos y la sonrisa tan despampanante de su madre.. Era inevitable que viniera a su mente el recuerdo de Judge.

No hubo unas felicitaciones, tampoco la abrazo, ni tan si quiera una palabra de aprecio o agradecimiento…

Nada...

Únicamente le pidió hablar en privado. Luego de eso Judge partió inmediatamente hacia Marsella. –Nunca se atrevió a preguntarle qué fue lo que paso entre ellos dos esa noche – Sora solo les dijo que él volvería de vez en cuando para ver la progresión del embarazo. Pero como siempre, era mentira… pasaría mucho, pero «mucho» tiempo antes de que volvieran a ver a Judge nuevamente...

–Por un tiempo, las cosas fueron relativamente tranquilas. Mi madre estaba muy contenta por su estado, para ella fue como una luz de esperanza que le permitiría volver a tener a toda su familia junta – Tal vez Sanji no se daba cuenta, pero la forma en la que su rostro se transformaba de una desidia absoluta con el mundo, a un resplandor de esperanza al hablar de su madre, era singular y irrepetible. Hizo que Zoro viera aquel brillo de esperanza que no había visto en mucho tiempo..

 

«¡Mira Yonji! Está pateando. Si es un niño quizás se vuelva tan fuerte como tú»

«Niji ¡Acércate! Quiero que sientas como se mueve»

«Sanji, ¿Ya viste la hermosa manta que Vivi trajo para él bebe?»

«Deberías volver a tocar el piano, Ichiji. Estoy segura que le encanta»

 

–Incluso yo llegue a pensar lo mismo, pero nada nunca nos preparó para lo que vendría luego...

 

 

 

 

Notas finales:

Aclaraciones del Capitulo: 

Suite Bergamasque: Composición hecha en 1890 por Claude Debussy, uno de los compositores franceses más influyentes de finales del siglo XIX.

Clair de Lune: Es la tercera pieza de Suite Bergamasque y quizás la mas famosa de toda la composición.

La dama de las Camelias: Libro escrito por Alejandro Dumas, hijo. La obra relata la historia del trágico amor entre Margariete Gautier, cortesana de la alta sociedad francesa y Armando Duval, un desdichado abogado. Al igual que Ichi, yo también leí este libro siendo muy joven y debo decir que es una de las historias de amor mas hermosas y desgarradoras que existen, lo recomiendo completamente y a diferencia de otros libros de la época, es relativamente corto.

Arabesque No. 1: La pieza completa se conoce como Deux Arabesque, otra de las melodías cumbres de Claude Debussy.

Neumotórax: Simplificando, es el colapso del pulmón, en casos extremos el pulmón acumula un exceso de aire que puede incluso llegar a reventar.

Lily: Quizás much@s no recuerden a este personaje, yo ni recordaba que habia salido en OP xd, pero es una de los miembros de los piratas de Bellamy, sale cuando Doffy le da una paliza a Bellamy.

Dellinger: Oficial de la tropa de Diamante y miembro de los piratas de Doffy. Es un hubirdo entre gyojin y humano.

Chambord Liqueur Royale de France: Licor francés elaborado en el valle de Loira, esta hecho a base a frambuesas, miel y Cognac. Cada presentación ronda los 3.5 millones de dólares, debido a que su botella esta hecha de contornos de oro y diamantes.

Le Marais: Uno de los barrios mas geniales de Paris, en cuanto a juerga se refiere. Aunque también hay cosas muy interesantes para visitar como el Place des Vosgues, la plaza mas antigua de Paris.

Mollys: Es un ingrediente activo derivado del éxtasis, solo que con efectos mucho mayores a los de estos.

Sarquiss: Primer oficial de los piratas de Bellamy, es el que supuestamente y digo “supuestamente” porque yo juraba que había matado a la hiena, cuando este era controlado por los hilos de Doffy.

Debridar: Cuando la piel sufre una quemadura grave, la dermis se pudre y es necesario retirar la piel muerta si no se desea que el musculo se necrose y pueda conducir a una amputación.

Puerto de Marsella: Conocido como el gran puerto marítimo de Marsella, es el puerto mas importante de Francia, se encuentra al sur del país.

Millennium: Saga de novelas criminales creadas por el sueco Stieg Larsson, nos cuenta las “aventuras” del periodista Mikael Blomkvist que trabaja para la revista Millennium y Lisbeth Salander, una hacker. En un principio tenía muchas dudas con este libro pero cuando finalmente me aventure. Fue una experiencia increíble, muy bien estructurados los personajes y Lisbeth es claro ejemplo de eso. Recomendado al 1000%.

Lisbeth Salander: Mi diosa, u odiosa dependiendo del libro. Es la protagonista femenina de Millennium. Esta chica es una genio, punk y hacker profesional, aunque con serios problemas para relacionarse con otras personas. Personalmente, considero que ella e Ichiji podrían ser muy buenos amigos (o matarse entre ellos) porque tienen personalidades muy compatibles.

Partagás: Marca de puros cubanos. 

Caballos de Dalecarlia: También llamados Dalahäst, es una estatuilla de madera que se usaba antiguamente como juguete para los niños, en nuestros días se ha vuelto un símbolo de Suecia.

Mansión Winchester: Ubicada en San José, California. Perteneciente a Sara Winchester, viuda de William Wirt Winchester, creador del fusil semiautomático. Cuenta la leyenda de que la mansión estaba embrujada por todas las personas que fueron asesinadas por el fusil que creo su marido y por tal motivo, le recomendaron que nunca dejara de construir su casa para que los espíritus no encontraran morada. Al momento de la muerte de Sara había un total de 560 cuartos, 6 cocinas, 2 salones de baile, 47 hogueras, 17 chimeneas y dos ascensores. Actualmente la mansión es un museo.  

Clayton Kershaw: Jugador de Beisbol de la MLB y Lanzador de Los Angeles Dodgers, ha ganado el All Stars ocho veces.

Brioche: Pan de yema francés, muy delicioso y popularizado al haber sido erróneamente atribuido a María Antonieta con su frase ¡Que coman Brioche! ( o como yo lo conocí en la escuela, “Que coman pasteles”)

BNP Paribas: Uno de los principales grupos financieros de Francia y Europa.

Ce qu'il doit être será: “Lo que tenga que ser, será” en francés.

Flora Danica: Línea de vajillas de lujo de la empresa Royal Copenhagen, el juego mas simple ronda el millón de euros. 

M20: Seis naciones M20, es una competición de rugby para menores de 20 años que se realizan entre las seis potencias europeas de Rugby.

Dan Carter: Jugador de Rugby neozelandés que juega en la posición de apertura y en el 2008 se volvió el jugador mejor pagado de dicho deporte.

Romanee Conti: Vino rojo de la región de Borgoña, Francia. La reserva de 1945, se vendió en el 2010 con un valor de $558.000.00 cada botella.

FAS y FOB: Significan Free Alongside Ship y Free on board respectivamente. Son clausulas de comercio internacional que se manejan exclusivamente para el comercio fluvial y estos se generan por cada transporte mercantil, dependiendo de su categoría, tipo de carga y cantidad.

Incoterms: También conocidos como Términos de comercio internacional, son el conjunto de normas de los contratos compra-venta de mercaderías internacionales. Su principal función es aclarar, delimitar y reflejar la buna práctica de transporte marítimo.

Saul Godman: Habilidoso y carismático abogado de Walter White “Heisenberg” en Braking Bad.

Top 14: Campeonato nacional masculino de Rubgy Frances, se le considera la mejor liga del mundo en dicho deporte.

Diez Barrels: Pirata y padre de X Drake, saquen sus propias conclusiones xd #ohno.

 

 

 

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Bueno, antes que saquen sus picos por el final, debo decir que este solo es el preludio de Mothers Love, porque ¡Hay segunda parte! #Bailedelaalegria. Lo que quería hacer con este cap. era darle un vistazo de lo que fue la vida de los hermanos antes de la llegada de Rei, y su interacción con Sora. En muchas historias nuestra amada Sora, desgraciadamente no se encuentra al lado de sus hijos – y esta tampoco es la excepción – pero quería que ella tuviera un poco mas de protagonismo. Personalmente, veo al personaje de Sora como una mujer «y madre» muy decidida y valiente, que sería capaz de dar todo por sus hijos pero que, como cualquier persona, comete errores.

También hay que hacer énfasis en la compleja relación entre los hermanos Vinsmoke y en especial con Niji, que, a opinión personal, es el que más ha logrado evolucionar. Además, de la aparición de Judge y de como se empiezan a entretejer algunos hilos. ¿Cómo creen que Ichiji logro ingresar a la firma? Y ¿Quién creen que era ese hombre al que Judge tildo de “imbécil con ese extraño traje negro”? Ahora sin más, me despido Bellezas; siempre deseosa de leer sus opiniones que me llenan de alegría.

Ahora sin más, me despido Bellezas; siempre deseosa de saber sus opiniones, que es la mayor de las satisfacciones junto con escribir esta maravillosa historia.  

Las adoro <3

Gracias adelantadas por todo y por seguir esta maravillosa historia. 


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