CREO ENTENDER…
Ya era tarde y la luna brillaba en todo su esplendor, una noche muy hermosa adornaba el cielo de la pequeña ciudad de Shabondy.
Zoro y Sanji se encontraban sentados en la cama del peliverde, apenas el moreno terminó la llamada con su amigo rubio, grito a sus primos Yosaku y Jhonny que se encontraban en la planta de abajo que lo dejaran pasar y que le dijeran que lo viera en su habitación, después de todo ambos adoraban a Sanji, siempre ha sido así desde que eran pequeños, ambos han sido amigos desde hace tantos años que Sanji ya era tratado como un miembro más de la familia.
El rubio se sentía un tanto incomodo, al parecer el imbécil marimo estaba a punto de tomar un baño y por ende este se encontraba sin camisa ¿Este imbécil no tiene ni un poco de decoro? Apenas abrió la puerta del cuarto de Zoro el rubio no había podido evitar admirar un poco su cuerpo bien marcado al igual que la larga cicatriz adornando su piel morena.
Esa cicatriz me trae recuerdos…
-¿Y bien? - comenzó el moreno cruzando sus brazos observando a Sanji esperando a que este último soltara toda la sopa de una vez.
Sanji por fin pudo volver a la realidad al escuchar la voz de su amigo esperando por respuestas.
-No seas tan desesperado Marimo-kun - dijo Sanji con una pequeña sonrisa traviesa dibujada en su rostro - Te dije que tenía información sin embargo… - suspiró - Es un tanto extraño…
°~°~°~°~°
Hace unas horas en el café de Shakky
-Oye Luffy, ¿Hay alguien que te guste?
-¡¿Ehhh?! ¿A qué viene esto Sanji? - preguntó rápidamente Usopp de una manera sobre exagerada, Luffy aún no podía contestar la pregunta ya que se encontraba masticando unas 3 donas al mismo tiempo.
-Curiosidad - dijo Sanji sacando la lengua como si realmente no le importara.
Luffy por fin terminó pasándose todas aquellas dulces donas y se quedó pensando un momento.
-Pues sí pero… - se rasco la mejilla con un solo dedo - Es un secreto, supongo shishshishishi.
-¡¿Qué?! - volvió a hablar Usopp - No tenía idea que tenías ese tipo de pensamientos Luffy, y yo que creí que no eras más que un estómago con la capacidad de hablar.
-Shishishishi no seas así Usopp, obviamente me gusta alguien y es que él es tan genial y… ¡Oh mierda! - se tapó la boca con ambas manos para después ponerlas tras su cabeza - Hable de más shishshishishi.
-¿Él? - Sanji reaccionó rápidamente - ¿Te gusta un hombre Luffy? - el rubio no se lo podía creer, ¿Luffy era gay?
Debía admitir que un tiempo después de que Zoro le revelará sus sentimientos por Luffy, empezó a consolarse asimismo diciéndose que apesar de los sentimientos de su amigo, la probabilidad de que tuviera una oportunidad con Luffy era mínima, para empezar el pelinegro nunca había demostrado tener ningún interés por ninguna mujer y mucho menos hombres, ese había sido su pequeño consuelo, tal vez sonaba cruel y egoísta sin embargo eso le traía algo de… esperanza, Zoro no tendría oportunidad con Luffy y al paso del tiempo lo olvidaría, eso pensaba él, pero ahora esto… Esto cambiaba todo, esto significaba que Zoro en serio tendría una oportunidad con él, era como si el destino estuviera sonriendole al cabeza de alga mientras que se burlaba de él.
-¡Así es! Shishshi.
-Está es demasiada información, creo que me desmayare.
-¿Es tan raro que me guste alguien Usopp? Shishishi
-No es eso, no es eso, es solo que… Luffy; ¿Acaso eres gay? - Usopp por fin hizo la pregunta que estaba dando miles de vueltas en la cabeza del rubio.
Sanji volteó a ver a su amigo narizón, se notaba la incomodidad que adornaba su rostro, eso le recordó el miedo que él tenía por contarle a sus amigos acerca de su sexualidad, tenía miedo exactamente a ese tipo de expresiones, del rechazo, de todo eso. Sin embargo Luffy parecía estar completamente calmado y sin más vio a su amigo con una sonrisa y le dijo:
-¡Así es! Supongo que así es como se dice, ¿no? - respondió casualmente mientras reía.
-…
Admiración, Sanji no podía quitar su vista de Luffy, apenas escuchó su respuesta que era tan natural, tan honesta y tan cálida, admiración, sintió una gran admiración, Luffy había hecho lo que él estaba más asustado de hacer como si nada, no solo eso, también sentía celos, quería ser como él, tan abierto, despreocupado y… amado, amado por él, amado por Zoro, su mejor amigo, Sanji vio una vez más la sonrisa de Luffy.
Me preguntó si Zoro se enamoró de él por esa sonrisa.
Sintió un apretón en el pecho.
¿Qué pensaría ese tonto al ver a Luffy sonreír así? Apuesto que lo alegría mucho más que cualquier cosa, mucho más que cualquier persona en el mundo…
Esa sonrisa es tan… Creo que ahora lo entiendo, creo que ahora lo entiendo Zoro…
°~°~°~°~°
-Creo que ahora entiendo el porqué te gusta - dijo mientras se levantaba de su cama y se paraba en la ventana sintiendo la brisa del aire de la noche en su cara.
-¿Eh?
-Nada de nada - sonrió volteandolo a ver - El punto es que a Luffy le gustan los chicos, esas son buenas noticias para ti, ¿no?
-Supongo que tienes razón pero - se rasco la nuca - Pero no se sabe quien es quien le gusta.
-No te preocupes Marimo-kun, Mr. Prince se encargará de averiguarlo - Bromeó levemente para después volver a ver hacia fuera de la ventana con su cabeza recargada en su mano derecha- Y en caso de que no averigüemos quien es, ya sabemos que le gustan los chicos, entonces será fácil hacer que le gustes ya que siente inclinación por los hombres, solo sigue mis consejos y punto.
-¿Fácil hacer que le guste? ¿Cómo estás tan seguro? - lo cuestionó el peliverde.
-Pues… - Sanji trago un poco de saliva estaba nervioso por decir lo que diría pero…
Solo me permitiré hablar de ello una vez en voz alta y decirlo frente a él.
-… Yo me enamoraría de ti sin pensarlo dos veces…
-…
-…
-…
Zoro no supo como responder a eso, esto era tan raro entre ellos, él y Sanji eran muy cercanos, sin embargo nunca habían sido muy cariñosos entre ellos, solo en su niñez y pues de eso ya habían pasado muchos años, no sabía como responder a esas palabras tan… ¿amables?
¿Esas son simplemente palabras de amabilidad?
-Oye San…
-¡Claro que eso sería si yo fuera una señorita o me gustaran los hombres como a ti y a Luffy! Jajajaja - lo interrumpió energeticamente aun mirando hacia afuera de la venta.
-Oh…
El moreno se sintió aliviado de ser interrumpido, tal vez estaba a punto de decirle algo muy raro y estúpido a su amigo.
-En fin, hasta aquí mi reporte sargento - volvió a bromear poniendo su mano en su frente como un soldado mientras que con la otra mano sacaba su celular del bolsillo - ¡Oh! Mira la hora, será mejor que me vaya, no quiero molestar más Yosaku y Jhonny quedándome tan tarde.
-Oi espera.
Zoro intento detenerlo pero Sanji salió prácticamente volando de su habitación para dirigirse a la puerta principal de la planta baja sin embargo se detuvo a medio camino al encontrarse a los primos del peliverde a los pies de la escalera.
-Oh Sanji-san ¿Te vas?
-Sí, no quiero molestarlos más tiempo - sonrió.
-Nada de eso Sanji-san - dijo Jhonny - Sabes que tú siempre serás bienvenido en esta casa - sonrió - Por cierto gracias por los onigiris que mandaste con Zoro hoy, nos encantaron, tu comida sieeempre es la mejor, ¿Cierto Yosaku?
-¡Cierto, cierto!
-No hay de que, si alguna vez quieren que les prepare algo solo díganmelo y lo traeré.
Sanji no podía evitar sonreír, amaba cocinar pero el momento en el que las personas le decían lo mucho que amaban su comida lo hacía sentir muy feliz.
-En fin, debo irme - dijo mientras se dirigía a la puerta.
-¿Eh? Pero es muy tarde, permitenos llevarnos en el auto Sanji-san - dijeron ambos hombres un tanto nerviosos, sabían que Sanji vivía extremadamente cerca sin embargo era peligroso salir a estas horas de la noche.
-No hay problema, por favor no quiero molestarlos.
-¡Pero Sanji-san!
-Yo lo acompañare a su casa
Los tres que se encontraban a unos pasos de la puerta voltearon a ver al dueño de esa voz.
Zoro se encontraba ya completamente vestido, llevaba una sudadera gris con el logo de alguna marca popular del momento junto con el par de pants con los que se encontraba en su cuarto y unos tenis color negro y sin esperar a recibir ningún pero del rubio lo tomó del brazo mientras abría la puerta.
-Volveré en un momento - dijo Zoro a sus primos y sin más salió junto con Sanji de la casa.
Ambos hombres suspiraron y se miraron.
-Estos chicos nunca cambian, ¿cierto?
-Me pregunto si a nuestro pequeño Zoro por fin le crecerán un par y nos traera a Sanji-san como más que un amigo - sonrió Yosaku.
-No, no, sin duda Sanji-san se confesara primero, nuestro pequeño espadachín es muy lento para estas cosas - dijo ahora Jhonny confiado de si mismo - ¡No te atrevas a olvidar nuestra apuesta! Cuando gane, deberás darme 100 dolares.
-El que recibirá esos 100 dolares seré yo Jhonny, ya veras idiota.
°~°~°~°~°
Zoro y Sanji se encontraban fuera de la casa del primer nombrado, el moreno cerraba la pequeña puerta de madera del muy pequeño espacio que se suponía era un jardín, sin embargo no había nada más que tierra y unas cuantas sillas metálicas dobladas recargadas en la blanca valla de madera.
-Andando - dijo el peliverde una vez que terminó de cerrar aquella puerta.
-No tenias que acompañarme idiota, no soy una señorita.
A pesar de decir eso el rubio comenzó a caminar junto al chico con tres piercings por la banqueta.
-Lo se ero-cook, pero no pensé que fueras tan idiota para olvidar que esto es Impel Down, no es un lugar seguro para un principito como tú, se nota a millas de distancia que no eres de por aquí.
Sanji se sonrojo un poco por la “consideración” de su amigo, pero sinceramente no era necesario que nadie lo acompañara, él era fuerte y podía cuidarse solo, por algo no contaba con guardaespaldas a pesar que su madre le pedía tener unos, sin embargo eso lo haría sentir raro, no es como que él fuera una delicada flor ni nada por el estilo y sabía que Zoro estaba más que enterado de eso, si algún matón o lo que fuera intentará algo simplemente lo mandaría volando con un par de patadas sin embargo el moreno decidió acompañarlo de todos modos.
-Patrañas, después de tantos años pasando el tiempo aquí, todos saben que soy amigo de la familia Roronoa.
-Eso no te hace uno de nosotros, además eso puede perjudicarte, no todos son fans míos por aquí si no mal recuerdas - mostró una sonrisa engreída.
Al ser Impel Down la peor parte de la ciudad, no es como que muchos oficiales pasen por aquí (más que nada porque la mayoría se encuentran en Enies Lobby cuidando a los ricos, pura corrupción para ser honestos), por ende en este barrio siempre había venta de drogas, prostitución y peleas, y Zoro al ser como es, claro que ya se había metido en problemas con varios tipos no tan “agradables” por haberles pateado el trasero en ocasiones pasadas.
La cicatriz en el pecho de Zoro de inmediato vino a la mente de Sanji, muchos recuerdos de la secundaria volvieron a su cabeza, pero no era el momento de pensar en esas cosas, el pasado, es pasado y nada más.
Sanji suspiró ruidosamente.
-Como sea marimo, acompáñame hasta las vías del tren y ya.
-Nah, te acompañare hasta tu casa como dije que haría cejillas.
-Coooomo sea marimo - dijo soltando un exagerado quejido dando unos pasos de más y poniéndose delante del moreno haciendo imposible para su acompañante ver su sonrisa y el brillo de sus ojos que simplemente no pudo evitar tener, a veces el marimo hacia estas cosas que lo hacían sentir tan feliz, tal vez pequeñas y estúpidas cosas para otros, pero que para él valían oro.
Ambos siguieron su camino en silencio, un silencio para nada incomodo, entre ellos todo siempre es natural y fluido, debe ser debido a todos los años de conocerse, lo único que se escuchaba era el tintineo de los tres piercings del moreno en su oreja izquierda llamando la atención del chico rubio.
Tal vez debí haber sospechado un poco por eso… Nah, eso solo son estupideces.
-¿Qué tanto piensas cejas? - preguntó mientras ambos pasaban las vías del tren al notar que el rubio tenía una expresión rara mientras que ponía su mano en la barbilla, tan cliché pensó Zoro, tal vez es porque conoce a Sanji desde hace tanto pero para él, el rubio era un libro abierto.
-Nada que te importe - saco su lengua y jalo la parte baja de su ojo como un niño, se permitía ser más inmaduro frente a Zoro, el marimo ya conocía varios lados de él que no le mostraba a los demás, y el ser un poco tonto e ingenuo era uno de ellos.
Entraron a Enies Lobby, las casas eran enormes, que digo enormes, ¡gigantescas! no importa el número de veces que Zoro había venido por aquí, siempre que venía se quedaba impresionado por el estilo de vida de estas personas, y pensar que solo unos cuantos metros, una vía del tren y un par de vallas separaban estos dos mundos completamente opuestos, pensar en ello era casi surreal.
-Mamá ha estado preguntando de ti últimamente, no deja de repetir “Zoro no ha venido por aquí en un tiempo” supongo que esta preocupada - sonrió.
Zoro no pudo evitar sacar una risa, la mamá de Sanji siempre había sido así desde que era pequeño, lo trataba como uno más de sus hijos, para ser honesto Zoro no sabía porque, él nunca se sintió digno de esa atención, después de todo él solo es alguien que solía jugar con unos de sus niños cuando pequeños, ¿no?
Apesar de pensar así, se sentía feliz.
-Entonces supongo que un día de estos pasare a decir hola.
-Claro, le haré saber, estará contenta de oírlo.
-Por cierto, olvide decirte que los onigiris estaban deliciosos, como siempre claro.
-No hay de que marimo - dijo el rubio volteando hacia las grandes puertas de las mansiones - Si vuelvo a preparar comida de más te la daré sin ningún problema.
-Jajajaja claro, lo esperare con ansias.
Sanji vio directamente a Zoro, este se encontraba sonriendo de oreja a oreja mostrando todos los dientes, muy inusual de parte de su amigo.
Sintió como el corazón comenzó a latirle con fuerza, pero su cerebro también le recordó la realidad de las cosas, ya basta de escuchar al corazón, era el turno de usar el cerebro de una buena vez.
-Oye marimo…
-¿Hmm? - reaccionó el moreno al sentir como el aura en Sanji había cambiado.
-Me preguntaba, ¿Porqué te gusta Luffy? ¿Su sonrisa te cautivo o algo por el estilo?
Esa pregunta tomo a Zoro un poco desprevenido, y lo más raro era el tono de voz con el que el rubio se lo había preguntado, su tono de voz sonaba apagado pero a la vez serio y/o decidido.
-Pues… No estoy del todo seguro, ¿sabes? Solo se que lo quiero.
-¿Lo quieres o lo amas? - preguntó rápidamente Sanji ahora volteando a verlo a los ojos.
-¿Qu-Qué?
-Idiota quiero ayudarte, pero si quiero hacerlo necesito saber exactamente con que estamos tratando, ¿Esto es amor o solo algo que durará hasta que terminemos el instituto?
-Ahhh pu-pues…yo…
-Oh Sanji, por fin llegas.
Ambos jóvenes estaban tan concentrados en su platica que no se dieron cuenta que ya habían llegado a la residencia Vinsmoke.
Reiju, la hermana mayor de Sanji se encontraba del otro lado del alto cancel con su teléfono en mano.
-Sanji justo iba salir a buscarte, pero no respondes mis llamadas, tienes preocupados a todos.
-Buena esa Reiju - dijo Sanji sabiendo que lo que acababa de decir su hermana era obviamente falso, podría apostar lo que fuera a qué ninguno de sus hermanos o su padre se habían dado cuenta de su ausencia durante la cena.
Reiju sonrió ante aquel comentario y dirigió su mirada hacia el peliverde.
-¿Dónde quedaron mis modales? Buenas noches Zoro, gracias por traer a mi hermanito hasta casa, eso es muy tierno de tu parte.
-No hay de que… - ¿Tierno? pensó Zoro, la hermana del rubio siempre se le hacía muy extraña y misteriosa, le recordaba algunas veces a Robin.
-¿Te gustaría pasar a tomar algo? - comentó la joven mientras hacía una seña al guardia para que activará el mecanismo de las puertas de hierro y dejara a los jóvenes pasar.
-No, debo irme ahora, pero gracias.
-No hay de que, sabes que siempre serás bienvenido aquí, después de todo siempre has cuidado muy bien a Sanji.
“Bienvenido” eso no era del todo cierto, Zoro estaba más que consciente que el padre de Sanji no lo soportaba, más de una vez lo escucho referirse a él como “Un pobre diablo oportunista” y por toda la mierda que el rubio le ha contado de sus hermanos, él estaba casi seguro que ellos pensaban igual. Las únicas personas que lo trataban bien en la mansión Vinsmoke, o al menos con un poco de decencia eran Reiju, algunas personas de servicio como Cosette y obviamente la madre de Sanji que siempre lo recibía con brazos abiertos.
-No necesito que nadie me cuide - se quejo Sanji que ya se encontraba del otro lado de la puerta.
Reiju soltó una pequeña risa ante el comentario de su hermano.
-Supongo que tienes razón.
-Bueno debo irme - anunció el moreno levantando su mano izquierda.
-Adiós marimo.
-Hasta luego Zoro, ve con cuidado - dijo levantando su delicada mano y despidiéndose aún con una pequeña sonrisa.
Para cuando la joven se dio la vuelta vio que Sanji se dirigía a la mansión.
-Sanji espera - lo alcanzó - ¿A qué se debe que llegaras tan tarde? - preguntó naturalmente aún con esa sonrisa.
-¿Ahora eres mi madre? - bufo el rubio - Solo estaba en casa del marimo.
-Oh.. Ya veo - sonrió.
-¿Porqué sonríes tanto? Ni te reconozco, ¿qué es tan gracioso?
-Mmmm… Es un secreto.
-¿Eh? - la miró un tanto confundido - Ugh, como sea, no tengo tiempo para esto, iré a ver a mamá - dijo acercándose a la gran puerta principal de madera.
-¿Qué? ¿Algún problema en el instituto?
-No, nada de eso… solo le diré que Zoro dijo que vendrá a saludarla pronto.
CONTINUARÁ