Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

At Play por sleepyhead

[Reviews - 6]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Antes que nada, la típica advertencia; Los derechos de Yu-Gi-Oh! pertenecen a Kazuki Takahashi, ya que si fueran míos la serie pasaría a llamarse Yu-Gay-Oh! lol. 

 

Ahora sí, procedamos a los verdaderos avisos:

 

1. Este fic es un AU, es decir, que todo lo que ocurre no es canon 100%. Los personajes viven en la misma época con, más o menos, sus respectivas edades.

 

2. Se incluyen temas explícitos como el uso de drogas y de alcohol, y mucho, muuuucho sexo (entre hombres, por supuesto). 

 

3. Si NO toleras dichos/algún ship, NO lo leas.

 

4. En los únicos sitios en los que se puede encontrar la obra es aquí y en mi perfil de wattpad.

 

Eso es todo, disfrutad del fanfic y no olvidéis comentar ^^.

P.O.V Kaiba


A mis 27 años, estoy viviendo una vida tal y como planeaba cuando era un crío de 16 que solo se dedicaba a innovar sobre Duelo de Monstruos. Pero jamás se me pasó por la cabeza que acabaría saliendo con un hombre, y en consecuencia, viviendo con él. Y aún más inesperado, ese hombre es Jounouchi Katsuya, quien próximamente se apellidará Kaiba.


Exacto, estoy pensando en casarme con él. Llevamos 9 años de relación de pareja, y creo que va siendo hora. Hemos pasado por altibajos, momentos increíbles como nuestro viaje a Egipto de cuando recién comenzábamos a salir, y mucho más... Es por eso, que me gustaría continuar este camino junto a él.


¿Que cómo llegamos a salir? Bien, todo se remonta a poco antes de que Yugi encajara las piezas del puzle milenario y causara furor con sus "habilidades" en Duelo de Monstruos.


En aquellos tiempos, al único que no le tenía tanta manía en la cutre pandilla de Yugi era Jounouchi.


La primera impresión que tuve de él fue que era un idiota irresponsable por su rendimiento académico bajo. Con el paso del tiempo le observaba más y más y analicé sus rasgos físicos uno a uno, sus ojos color miel, su cabello rubio, su perfecta complexión corporal... Entonces, es cuando me admití a mí mismo que Jounouchi me parecía muy atractivo. Aún así seguía siendo un primate mononeuronal.


Al cabo de unos años, llegó la época de graduación en Domino High. Me costó mucho, pero acabé aceptando que me gustaba Jounouchi. Cada vez que notaba su presencia cerca de mí, mi corazón se agitaba, y para ocultar mis nervios de imbécil enamorado me metía con él.


Una vez incluso conseguí hacerle llorar.


Bendita sea esa vez...


.


.


P. O. V. Narrativo


—¡Kaiba, ya está bien de vacilarme! Hoy es un día muy importante para mí, me he esforzado mucho para llegar hasta aquí y... ¡tuviste que venir a joderlo!— Exclamó Jounouchi con cierta impotencia.


—Oh, vamos cachorro, no te pondrás a llor...—


No pudo acabar la frase al escucharle sollozar y escondiendo su rostro en sus manos. Ahí Kaiba se dio cuenta de que se pasó de la raya con el chico que le gustaba. Suspiró y apoyó una mano en su hombro.


— Jounouchi... No es para tanto, hombre, no te pongas así...


—¡¿Que no me ponga así?! He soportado tus constantes insultos desde hace años. Todo lo que me decías me hacía mucho daño, Kaiba... ¡Sobretodo porque eras al que más admiraba!


Ensanchó sus ojos sorprendido.


— Siempre quise ser como tú. Un duelista de nivel alto, prodigio con las tecnologías y adinerado... Lo tienes todo mientras que yo soy solo un patán que no dispone de nada.


Esta vez era en serio, de verle llorar Kaiba sintió cómo su pecho se encogía un poco. Reflexionó en aquel instante y llegó a la conclusión de que nunca fue su intención lastimarle, por lo que era ahora o nunca.


Llegó la hora de sincerarse con Jounouchi.


—Mírame.— Dijo en un tono suave, sin perder la seriedad. - Te decía esas cosas para llamar tu atención, porque... Agh, Jounouchi, que sepas que desde el primer momento que te vi aquí me cautivaste.


— ¿Q-Qué? —Cuestionó dejando al descubierto su rostro.


— No había día que no pensara en ti. Quería acercarme a ti pero siempre estabas con Yugi y esos inútiles... — Limpió una lágrima ajena con la yema de su dedo. — Es raro que diga esto pero, lo siento. Lo siento muchísimo, Katsuya.


—Kaiba... Entonces eso significa qu-


—Sí, me gustas.— Interrumpió con frialdad.


Tras decir aquello, se inclinó a besar sus labios, pero Jounouchi apartó su rostro alarmado.


—¡E-Espera! ¡Como esta sea una broma juro que te mataré!


Rió y agarró su nuca de forma que lo atrajo hacia él.


—Te demostraré que no.— Kaiba dijo junto a una sonrisa atrevida y cerró sus ojos, posando sus labios en los del contrario. Éstos seguían rígidos pero ya nada le importaba, de una vez por todas expresó lo que sentía por él.


Jounouchi no podía creer aquello. Kaiba, Seto Kaiba, un muchacho caracterizado por su mezquindad y poco tacto, le estaba besando. Poco a poco, movía sus labios contra los del castaño en forma de picoteos apasionados, hasta que el castaño lamió su labio inferior para que abriera su boca y dejara acceso a su lengua.


— Kaiba... — Llamó agitado por la falta de oxígeno durante el beso.


Se separó de él y le miró para que continuara con lo que iba a decir.


—Tengo que admitir que, desde hace tiempo estaba también cautivado por ti de alguna manera. Hasta más de una vez...— Agachó la mirada avergonzado e inhaló — he llegado a soñar contigo...


Jounouchi volvió a hacer contacto visual con Kaiba y éste no podía evitar que sus latidos fueran a mil por hora. Era de las pocas veces que alguien le ponía nervioso. Solo el perro callejero, como le llamaba él, lo conseguía con esas caras.


No sabía qué decir, así que volvió a besarle con fervor. Ambos pegaron más sus cuerpos, repartiéndose alguna que otra caricia mutuamente. Tanto Kaiba como Jounouchi estaban experimentando un júbilo que jamás descubrieron, por primera vez en sus vidas estaban plenamente felices. Y es que detrás de todos esos enfrentamientos, se escondía un vínculo muy especial.


Entonces fue cuando;


—¿Jounouchi?¿Kaiba?— Dijeron al unísono dos voces familiares.


El castaño buscó de dónde venían y ahí estaban, los pesados de siempre;


Yugi y Anzu, quienes se hallaban con caras de sopresa. El bajo articuló su boca para hablar.


— Oh, sentimos interr-


— Cállate.— Ordenó Kaiba inexpresivo. Comenzó a notar que Jounouchi temblaba de los nervios.


— Chicos, no es lo que parece... Bueno, sí, pero... — Jounouchi trató de explicar la situación sin éxito.


— ¡No, no importa, mejor os dejamos solos! Vamos, Yugi, llegaremos tarde a la ceremonia. — Anzu tiró del brazo de Yugi arrastrándole a las escaleras que daban a la planta de abajo.


El rubio miró al ajeno un tanto preocupado.


—¿Qué les voy a decir ahora?—Preguntó asustado.


—Que estás saliendo con el presidente multimillonario de la Kaiba Corp. - Agarró su mano y entrelazó mis dedos con los suyos.— Vayamos a tu estúpida graduación.


—¡Kaiba!— Quejó el rubio.


El ojiazul emitió una risilla y Jounouchi se aferró a su brazó mientras caminaban.


Y así fue cómo empezó todo.


Recordaba aquello mientras contemplaba la fotografía que se tomaron en su primer aniversario. 


Éramos unos críos muy tontos...


Enfocó su vista en la caja de terciopelo al lado de ésta, que portaba el anillo de compromiso que le ofrecería a Jounouchi esa misma noche. En cuanto saliera de trabajar, se dirigiría a la mansión a recogerle para supuestamente ir a dar una vuelta por el parque...


Pero no, en la vida no todo sale como uno espera.


—Ya estoy en casa. —Anunció cerrando la puerta y deshaciéndose de los mocasines.


Le extrañó mucho que no se oyera ni una sola vida. Normalmente Jounouchi bajaba corriendo a recibirle cual cachorro con su dueño.


¿Habrá salido?


Miró si faltaba alguna llave en la entrada y era la de Mokuba únicamente.


— Jounouchi.— Llamó mientras subía las escaleras, pero seguía sin haber respuesta.


Llegó al dormitorio. Las luces estaban apagadas y las persianas, bajadas del todo. Tras darle al interruptor, escuchó unos quejidos provenientes de un bulto que se revolcaba bajo las sábanas.


— Mgh... Seto.— Refunfuñó un Jounouchi somnoliento.


—¿Qué haces durmiendo? Todavía son las nueve de la noche. — Dijo sentándose en la orilla de la cama.


El rubio enseguida puso una mueca pícara y se abalanzó sobre él, obligándole a recostarse en la cama. Ya sabía lo que se avecinaba...


— Es que, me aburro tanto sin ti que decido echarme siestas. - Comentó casi tumbándose sobre él y cubriendo a ambos con la sábana.


— Jou, nada de acurrucarnos, vamos a salir por ahí.


Trataba de liberarse de él pero me era imposible.


— ¿Acurrucarnos? Tenía planeada otra cosa más divertida... - Dijo acariciando el pecho del castaño por debajo de su camiseta, transmitiéndole escalofríos.


Jounouchi sabía cómo tentarle, y le maldecía a veces por eso.


— Déjalo, ¿quieres?— Inquirió agarrando su muñeca deteniéndole.


— Pero Seto, ¡hace meses que no lo hacemos!


— Jounouchi.— Nombró con cierto mal genio. En cierta parte, encantaba hacer eso.


Éste bufó y se bajó de la cama ajustándose los pantalones. Seto le percibía algo mosqueado mientras se ponía su camiseta, así que se puso de pie y lo abrazó por detrás.


— ¿Estás enfadado?


— No. —Contestó seco.


— Jounouchi, no seas estúpido. De todas formas ahora vamos a pasar tiempo juntos. —Alentó y giró su cabeza, aprovechó para sujetar su barbilla y darle un casto beso en los labios. — Lo pasarás bien, créeme.


Jounouchi suspiró y asintió. Unieron sus labios en un beso, aunque no debían tardar mucho.


Seto tomó una ducha rápida, Jounouchi fue después. Ambos se preparamos y una vez cogieran las llaves a punto de salir, llamaron a Isono para que viniera con la limusina hasta la mansión. En un abrir y cerrar de ojos llegó, subieron y Jounouchi posó una mano en el muslo de su pareja como de costumbre.


Durante el trayecto, Jounouchi le miró confuso.


— Seto, nos acabamos de pasar el parque.


— Hm. — Le miró de reojo y esbozó una sonrisa. — Espero que no hayas comido nada, porque vamos ahora a cenar en un restaurante de cinco estrellas.


— ¿Eh?


Llegamos a dicho sitio y bajamos del vehículo.


— Me conformaba yendo al McSlifer. — Comentó Jounouchi observando la fachada. — Sabes bien que no me va la comida de pijos.


El más alto rodó los ojos y agarró su mano.


— No me importa. — Dijo autoritario llevándole hasta la entrada.


De momento, todo iba sobre ruedas, a pesar de que Jounouchi quedara en ridículo pronunciándole los nombres de los platos al camarero.


Después de cenar, cómo no, el muy glotón pidió tres trozos de diferentes tartas y dos helados. De todas formas a Seto no importaba gastar con su tarjeta de crédito, con tal de que su pareja disfrutara de la comida. Eso sí, no se pasaría de mimarle.


Ahora sí, llegó el momento más importante de la noche.


— ¡Activo una carta mágica! Con Hoja de Rayos, equipo a Guerrero Cohete, sumándole 800 puntos. — Jounouchi sonrió ampliamente. — ¡Ataco a tu Caballo de Mar Kaiser!


— Una lástima, Jounouchi. Has activado mi trampa. — Dijo volteando a dicha


Jounouchi arqueó una ceja mirando la carta extrañado. Se inclinó a cogerla para leerla.


— ¿"Anillo de compromiso"?


Levantó la vista de ella y soltó un grito ahogado a Kaiba colocando una rodilla al suelo. También cuando vio que su grupito del instituto que no veía desde hace mucho, estaban allí ; Yugi, Honda, Anzu, Bakura, Ryuuji... Hasta Mai, Shizuka y Mokuba estaban presentes.


— Seto...— Sollozó cubriendo su boca.


El nombrado abrió la caja ante él y aclaró su garganta.


— Jounouchi, sabes que odio estos clichés de patéticas películas románticas, pero por ti haría cualquier cosa. Es más, arriesgaría mi vida por ti. En un principio nos llevábamos muy mal pero siempre en el fondo te he admirado. Estos últimos años que he pasado contigo han sido los mejores de mi vida, a pesar de las discusiones. Así que, me gustaría crear más recuerdos junto a ti... Katsuya, ¿te casarías conmigo?


Jounouchi estaba paralizado de todas las emociones que estaba experimentando. El resto de personas que estaban allí no podían evitar sonreír y dejar escapar algún "aww".


— ¡Di que sí, hermano! — Dijo Honda grabando con su teléfono.


El rubio condujo su muñeca a su rostro para secarse las lágrimas con la manga y acto seguido sonrió a Kaiba.


— Sí, Seto, por supuesto que quiero.— Pronunció inundado de emoción.


Tras decir esto, el castaño se levantó, colocó el anillo en su dedo y se abrazaron con toda fuerza.


Yugi, Anzu, Honda y el resto de personas fueron a felicitar a la pareja armando escándalo. No muy lejos de la escena, se encontraba un joven de cabello castaño con mechas de un color más claro, contemplando embobado el momento.


— Cómo me gustaría tener algo parecido... — Judai, giró a ver su novio, quien no apartaba la vista de la pantalla del teléfono, cosa que le cabreó.— ¡Yusei, tonto! ¿Me estás escuchando?


— Sí... — Alargó aún absorto en el juego.


Judai bufó y echó su espalda en el respaldo de la silla.


La felicidad embalsaba el restaurante después de la noticia, aunque, no a todos les llegaba esa sensación...


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).