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No hay luz sin sombra por Arescollie

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- "Esta ciudad merece una oportunidad! todos juntos podemos conseguirlo! tenemos todos los requisitos para convertirnos en una gran potencia comercial pero necesito la ayuda de toda la buena gente que aún no se ha dado por vencido! No permitamos que las mafias se apoderen de ella! no permitamos que nos usen! que destrocen nuestras vidas y las de nuestros hijos! se acabó el tener miedo! Unamos fuerzas para combatirlo!"

Mihawk apagó el pequeño televisor que tenía en su despacho.

- Y ella, señores, es la nueva candidata para la alcaldía, Nico Robin - dijo girando la silla para dirigirse a sus dos subordinados.

- Lo que acaba de hacer es un suicidio - habló Law cruzándose de brazos.

- La verdad es que la tía le ha echado un par de huevos - sonrió el peliverde, aunque sabia de sobra que lo que acababa de hacer esa mujer era una soberana  estupidez - .... nadie le advirtió?

- Todo el mundo... incluido yo... pero ya veis el caso que ha hecho, acaba de declarar la guerra a todas las mafia delante de toda la puta ciudad.

- Que quieres que hagamos? - preguntó Law.

- Que seáis su sombra , cuenta con un montón de guardaespaldas pero todos los que ahora están muertos también los tenían así que dudo bastante de su eficacia.... Quiero que vigiléis de cerca los movimiento de todo aquél que se acerque a ella, no debéis haceros notar, seréis los fantasmas del fantasma, porque está claro que irá a por ella.

- Y que pasa con los ministros? seguro que también ira a por los que la apoyen.

- Solo hay dos que, como tú dices Zoro, le han echado huevos y han decidido seguirla, Franky Flum y un tal Brook no se que. Saben el peligro que corren así que no se separaran de ella. Los demás ministros no han salido a hablar... así que esos no correrán peligro.

- Donde se encuentra ahora?

- Usará el palacio de congresos como residencia. Mañana he concertado la entrevista con ella. Quiere conoceros antes de nada. Ya le he dicho que deberá obedeceros en todo si no quiere acabar como sus anteriores compañeros. Así que poneros serios y si se pone en plan rebelde y os va con el cuento de " aquí mando yo " , tenéis todo mi consentimiento para meterle el miedo en el cuerpo.

Ambos compañeros sonrieron ante eso último.

- Ahora largaros! mañana a las 10:00 debéis estar allí, claro está si... el fantasma no decide atacar esta noche....

- Por qué no se le ha puesto hoy protección?

- Se ha negado... que quiere una última noche de libertad me ha dicho.... la muy... si aparece muerta si que va a tener libertad.

- Jeje tranquilo jefe... no creo que esta noche pase nada, el fantasma también tendrá que estudiar como hacerlo - dijo Law intentando calmar un poco a Mihawk.

- Eso espero... cuento con vosotros.

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- Dos cafés bien cargados por favor. - la camarera, ya entrada en años, de la pequeña cafetería de la esquina tomó nota y sin siquiera mirarles, asqueada de su monótono y mal pagado trabajo, dejó solos a los compañeros - Que piensas de todo esto? - preguntó Law acomodándose en el asiento.

- Que es una estupidez.... - el peliverde miraba pensativo por el ventanal de la cafetería - .... como si ese tipo no supiera que estaremos allí...

- Opino igual, pero no podemos hacer otra cosa, en algún momento la tiene que cagar... y esa será nuestra oportunidad.

- Supongo que si.... pero cuantos tienen que morir hasta que la cague?.... - Zoro suspiró masajeando su nuca - .... no me gusta esto de hacer de guardaespaldas, mi trabajo es investigar no hacer de gorila sin cerebro.

- Jejeje! Deja ya de quejarte, irá a por ella seguro y por fin podremos acercarnos un poco. Nunca antes había tenido la oportunidad de anticiparme a uno de sus crímenes. Algo sacaremos.

La camarera llegó con la bandeja y depositó los cafés sobre la mesa.

- Dos cafés bien cargados - informó sin un ápice de alegría en su voz.

- Gracias.

- Bah... - bufó molesta alejándose de nuevo de la mesa.

- Que agradable.... - siseó el peliverde.

- Habría que verte a ti si tuvieras que estar aquí de pie 10 horas al día aguantando y sirviendo a gilipollas.

- Tss.... hemos sido educados... un mínimo no? Luego querrá propina....

- No esperes nada de eso en esta ciudad, ya deberías saberlo.

- Sí... ya me voy dando cuenta.

Zoro dio un sorbo a su café y siguió mirando por la ventana pensativo. No era el caso en si lo que ocupaba su mente si no el hecho de que debía hacer respecto a Sanji. Todo dentro de él había dado saltos de alegría cuando se encontraron pero ya en frío, pensándolo bien, puede que no fuese buena idea verse de nuevo. El rubio no pareció muy convencido cuando se lo dijo y el hecho de que dijese que ya no se movían en la misma clase social no paraba de taladrarle la cabeza. La pequeña niña pelinaranja que siempre les molestaba ahora era prostituta y él parecía moverse también en los mundillos de los barrios bajos. Temía saber cómo se ganaba la vida, a que se dedicaba, si el hecho de que él fuese ahora policía podría suponer un obstáculo entre ellos.

- Bueno.... me vas a decir que te ronda la cabeza o vas a seguir empanado mirando a la calle? - interrumpió Law sus pensamientos.

Zoro miró a su compañero y sonrió. Necesitaba el consejo de alguien y él era el único con el que tenia algo de confianza en esa ciudad.

- Antes cuando me has llamado te he dicho que lo había encontrado...

- Es verdad! Se me había olvidado con todo este rollo.... a que te referías?

- A Sanji, el niño del que te hablé. Mi amigo del orfanato.

- Venga ya! Pero eso es genial no?!Os habéis reconocido a la primera??

- Bueno.... he ido con el coche hasta el orfanato... tenía curiosidad por ver en qué condiciones estaba.... allí se me ha acercado una chica, una prostituta.... - le costaba decir esa palabra sabiendo que se refería a Nami - .... el caso es que al final le he dicho que era poli y que se fuese de allí, que no iba a detenerla pero que se tenía que largar.

- Pobre chavala.... imagino su cara al ver que eras poli.... - sonrío el moreno.

- Si... se cayó de culo y todo cuando le enseñé la placa.... cuando se calmó llamó a un amigo... - Zoro contó todo lo sucedido. Cómo el rubio lo había reconocido, cómo era ahora físicamente, las palabras que le dijo, el hecho de que también conocía a la chica y las dudas que tenía sobre que hacer ahora.

- A ver.... tu quieres verlo? - preguntó Law.

- Sí... pero ... y si nuestros trabajos son incompatibles? Si se dedica a algo ilegal.... que hago? No quiero reencontrarme con él para tener que detenerlo... - se sobó la nuca exasperado, le debía mucho a Sanji pero no por ello iba a dejar de lado sus ideales, ni hacer la vista gorda por nadie. No se había metido a policía para acabar siendo corrupto.

- Joder Zoro.... se supone que ese chico te salvó de la mierda, tu tuviste suerte y él al parecer no tanta.... además estas sacando conclusiones precipitadas, no crees? Desde que pisaste esta ciudad no has parado de hablar y de pensar en él... y ahora que pasa? No es lo que esperabas? Te ha defraudado?... eso es un poco cínico de tu parte.

- No no idiota.... no es nada de eso... joder... lo que quiero decir es....

- Lo que quieres decir es que tu recordabas a un chico alegre que se quería comer el mundo y ahora de repente te lo encuentras en los barrios bajos y acompañado de una prostituta.... y no quieres tener que juntarte con esa clase de gente....

El peliverde bajó la mirada guardando silencio. Law suspiró al ver que parecía haber dado en el clavo pero no siguió hablando, por una parte lo entendía, no es fácil ver cómo alguien a quien tú admirabas ahora parecía estar metido en la mierda.

- Bueno.... piénsalo bien... si no vuelves a verle no te juzgaré.... es tu amigo, no el mío - el pelinegro se levantó dejando sobre la mesa varías monedas para pagar el café - me voy a casa, quiero preparar bien todo para mañana.

- .... creo que haré lo mismo.

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Sintió una gran pesadez en todo su cuerpo cuando terminó de comer. Una buena siesta era lo que necesitaba, así que sin recoger los platos ni nada se tumbó en el sillón de su apartamento y cerró los ojos para poder descansar. Ya limpiaría todo luego.

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" Pero yo quiero iiiiir!!!" - gritaba una niña enfadada inflando los mofletes.

- "Que no!! Que niña más pesada!!"

- "Yo no soy pesada!! Eres un tonto!! Se lo voy a decir a Sanji!!"

- "Y tu eres una bruja!"

- "Sanjiiiiii!!!"- berreó la pequeña con lágrimas en los ojos.

- "Se puede saber que os pasa?"- el rubio apareció para poner fin a tanto griterío.

La pequeña fue corriendo a abrazarse a él mientras las lágrimas inundaban su rostro.

- "Zoro dice que no puedo ir con vosotros!! Y me ha llamado bruja!!"

Sanji fulminó con la mirada a su amigo mientras acariciaba el cabello de la pequeña para tranquilizarla.

- "No llores Nami.... no hagas caso al marimo tonto ya sabes que no tiene mucho cerebro" - sonrío burlón - "aún así tiene razón.... no puedes venir.... es peligroso y no puedo permitir que nada malo te pase... lo entiendes verdad?"- la pequeña dejó de llorar al oír las dulces y suaves palabras del mayor.

- "No es justo.... snif.... yo también quiero..."

- "Te prometo que cuando seas un poco más mayor dejaremos que vengas" - la pequeña asintió sonrojada al ver la sincera y tierna sonrisa que le dedicó el rubio - "bien... recuerda... no le digas a nadie que hemos salido vale?"

- "No lo haré!" - afirmó orgullosa.

- "Esa es mi chica!.... vámonos marimo!" - entre gruñidos y quejas el peliverde siguió a su amigo al boquete que habían descubierto entre los viejos muros del orfanato para salir a la cuidad sin ser vistos.

- "No entiendo por qué la proteges tanto... es insoportable..."

- "Y tú eres un insensible.... está sola y no tiene amigos, tenemos que apoyarnos entre todos..."

-"Pues que se busque a otro! ... desde que llegó está pegada a ti como una lapa!" - bufó molesto el peliverde.

- "Oooh.... estás celoso marimo??"- sonrío divertido el rubio.

- "No digas tonterías!! Maldito cejas de diana!!"

- "Jajaja! No te preocupes musguito... tú siempre serás mi mejor amigo"

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Abrió los ojos con pesadez. Un sueño, más bien un recuerdo de los tres. Justo del día que decidieron salir a la ciudad a hacer travesuras. El día que conoció a la mujer que lo adoptó, a la que ahora consideraba su madre. 
Se froto los ojos desperezándose y cogió el móvil. Buscó el número del rubio y pulsó para llamar. Ya lo había decidido, quería saber de él, quería tener la oportunidad de volver a ser como eran antes. No perdía nada por intentarlo.

- "Diga?"

Pegó un brinco al oír la voz del rubio. No esperaba que contestase tan rápido y ahora los nervios se apoderaban de él.

-Eeeemmm... Sanji, soy Zoro - carraspeó un poco para aclarar la garganta.

- "Que hay marimo? " - sonrío al ver que el otro seguía llamándole igual.

- Que me dices de tomar unas cervezas esta noche cejillas? - preguntó con más confianza devolviendo el insulto.

-"Jajaja! Que cabrón! Esperaba que se te hubiese olvidado ese mote"

En cuanto vi tus cejas volvió a mi mente - se burló - bueno... estás libre entonces?

- ......

- Sanji?

- "Mmmm... pero tiene que ser a partir de las once, antes estoy liado"

- Bueno.... es tarde, mañana me levanto pronto pero... esta bien, vale... donde nos vemos? - se quedó con las ganas de preguntar que tenía que hacer el rubio hasta tan tarde pero sabía que estaría fuera de lugar y que no tenían ya la confianza que tenían de pequeños.

- "Hay un pub que no está mal cerca del puente. Se llama Golden River, lo conoces?"

No, pero ahora busco dónde está. Nos vemos a las once allí entonces?

- "Hecho"

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Al entrar un par de tipos con pinta de matones se le quedaron mirando. El sitio no estaba mal, parecía reformado hace poco en un intento por captar clientela decente aunque por los que había dentro estaba claro que lo tenía difícil. Zoro pasó de los tipejos y miro a su alrededor buscando una cabellera rubia pero no la encontró. Se dirigió a la barra y pidió una buena cerveza fresquita.

Había llegado 10 minutos antes para su sorpresa. Bueno, la verdad era que salió con mucho tiempo de antelación por si acababa perdido, cosa que le sucedió, pero al final consiguió llegar sobrado de tiempo.

Los dos matones seguían con la mirada fija en él. Ya empezaba a molestarlo. Pero no quería acabar deteniendo a dos gilipollas antes de poder ver a Sanji, así que siguió ignorándolos.

- Que puntual marimo - miró a su lado y vio al rubio apoyado en la barra sonriéndole - llevas mucho esperando?

- No, acabo de llegar, aunque he de admitir que me ha costado un poco encontrar esto.

- Si... jeje... está un poco escondido la verdad, pero se está agusto.

- Oye Sanji! - habló uno de los matones interrumpiéndoles desde la otra punta del pub - conoces a ese tío?!

- Si Kidd tranquilo... es un viejo amigo - contestó el rubio con pereza.

- Está bien entonces!

Zoro esta vez los miró con cara de pocos amigos. A que venía eso?

- Y a ese que coño le importa?

- Ignóralos, son inofensivos, pero tienen una necesidad insana por saber quien se mueve por sus barrios como ellos dicen. Ven, vamos mejor a una de las mesas, estaremos mejor.

El rubio pidió otras dos cervezas y se dirigió a un lugar más apartado donde poder hablar más tranquilos.

Se sentaron uno en frente del otro y Zoro pudo fijarse mejor en él. Llevaba una camisa negra lisa con dos botones de arriba desabrochados y unos vaqueros. Sencillo e informal pero elegante a la vez. Noto que seguía siendo bastante delgado pero parecía estar bien definido. El pelo rubio cayendo por su rostro le daba un toque de rebeldía y sus ojos azules no dejaban indiferente a nadie. Pensó que seguro se las llevaba a todas de calle.

- Te ves bien... - habló al cabo de unos segundos.

- Gracias marimo... tú también... mírate!me sacas dos cuerpos cabrón! Como es que te has puesto tan mazado? Yo no consigo dejar de parecer un palillo...

- Jajaja! Será que tengo mejor constitución que tú - se burlo.

- Bah.... seguro que te tiras todo el día en el gimnasio.

- Para nada.... no te niego que no entrene, pero no soy uno de esos obsesionados.

- Jaja ya ya hombre... era broma....

Un silencio incómodo se adueñó del ambiente. Como empezaban una conversación? Quería preguntarle millones de cosas pero no conseguía que nada salíese de su boca. No sabía como empezar, eran como dos desconocidos que se habían encontrado en un bar.

- Bueno yyy.... cuéntame... como te ha ido todo? - habló al fin el rubio haciendo la típica pregunta para romper el hielo.

- Pues bien.... no me puedo quejar. Ya sabes.... me fui a vivir a Shimotsuki con Kuina.

- Kuina es la mujer que te adoptó no?

- Sí, me dio una buena vida, me apoyó mucho cuando entré en la academia de policía, es una buena mujer.

- Menuda suerte tuviste.... - no fue muy notorio pero Zoro pudo ver un poco de desprecio en el tono que utilizó el rubio en esa frase.

- Ya.... - dio un trago a la cerveza intentando ignorar ese último comentario - .... te escribí....

- Eh? - Sanji lo miró sin comprender.

- Te escribí un montón de cartas durante mucho tiempo.... pero imagino que no recibiste nada....

- Ahí no llegaba nada.... eso deberías haberlo sabido.

- Bueno.... yo pensaba que no recibíamos correo porque... quien iba a escribirnos?

- Muy cierto....

De nuevo volvió el silencio. Sanji miró hacia el fondo del pub. Zoro se giró para ver donde había posado sus ojos y vio que los dos matones se habían levantado y se dirigían hacia ellos. Ahora que coño querían?

- Nos vamos tío... - habló el más alto, chocando el puño en el hombro de Sanji a modo de saludo - voy a hacer una ronda por el barrio.

- Vale. Nos vemos - se despidió el rubio alzando la cerveza - .... ah! Oye Kidd!! - los matones se detuvieron justo antes de salir por la puerta - échale un ojo a...

- Si si tranquilo rubiales, estará bien - Sanji sonrío y volvió a poner su atención en el peliverde.

- Bueno.... de que hablábamos? - intentó retomar la conversación.

- A quien te referías? - preguntó Zoro.

- Eh? De que?

- Lo que le has dicho a ese tipo.... que le eche un ojo a quien? - ya le daba igual si parecía muy directo, pero le mataba la curiosidad, necesitaba saber en qué estaba metido el rubio.

- A Nami. Esos dos parecen muy duros y van de rollo matón. Pero puedes confiarles tu seguridad. Estoy más tranquilos cuando se que están cerca de ella.

- Como....?.... - No sabía cómo preguntarlo, carraspeó - .... eehm como Nami...?

- Acabó así? - el peliverde asintió - .... no sé si sabes que el orfanato cerró.... nos dejaron a todos en la calle.

- Sí.... leí algo sobre ello, fue más o menos dos años después de irme yo.

- Eso es.... yo tenía 13 años y Nami 10 cuando nos quedamos sin nada.

- .... que hicisteis?

- No creo que quieras escuchar esas mierdas... - el rubio intento sonreír pero estaba claro que no le gustaba ese tema.

- Si quiero - habló firme Zoro. Quería saberlo todo.

Sanji se echó para atrás apoyándose en el respaldo del asiento con una sonrisa burlona.

- Jé.... muy bien.... pero luego no me detengas eh... - intentó bromear, pero Zoro se mantuvo serio sin quitarle los ojos de encima. Sabía que se estaba haciendo el duro, ahora tenía claro que no lo había pasado bien, que su vida no había sido fácil y aún temía a lo que pudiese dedicarse a estas alturas - ..... te acuerdas del viejo y de Patty?

- de Zeff? Sí.

- Él dueño del orfanato se marchó diciendo que eso era una causa perdida. Pero el viejo intentó mantenerlo abierto, Patty también ayudó con lo que pudo pero al final no sirvió de nada. Demasiados gastos y sin ninguna ayuda ni subvención de nadie. Y pues.... lo demás ya podrás imaginártelo.... acabe robando comida, dinero.... una temporada estuve metido en una banda en la que pasábamos droga, pero no era nada escandaloso eh.... solo un poquillo de marihuana para aquellos que querían disfrutar de un porrillo - sonrío como el que recuerda una anécdota graciosa - ....ahí fue donde conocí a Kidd, al pelirrojo este que acabas de ver.

- Pero.... donde vivías? Y Nami?

- El viejo nos acogió en su casa, pero se dejó todo el dinero en el orfanato así que no podía ni alimentarnos casi. Los demás niños se unieron a las bandas, eso al menos te proporcionaba un sitio donde dormir. Nami.... bueno.... espabiló rápido.... y a medida que fue creciendo supo cómo ganar dinero fácil.

- Joder..... - Zoro agachó la cabeza, se sentía como un imbécil, culpable, aunque sabía que no debería sentirse así, pero no lo podía evitar. Mientras él iba al colegio y hacía amigos Sanji luchaba por ganarse la vida en las calles - .... yo....

- He intentado mil veces que lo deje - le interrumpió el rubio - .... pero no puedo mantenerla, y en cuanto saben de donde venimos nadie nos quiere dar trabajo. Nos echan a patadas - dijo con odio y asco.

- Pero y... qué haces ahora? - logró preguntar al fin.

- Me dedico al contrabando de armas - Zoro enmudeció - .... jajaja! Que no hombre no! Menudo careto se te ha quedado! Jajaja! ...Con los años el viejo consiguió ahorrar algo y pudo abrir un pequeño restaurante y me dio trabajo. No es más que un antro así que no esperes que alguna vez te lleve.... pero bueno.... da para vivir.

- Serás gilipollas! - se quejó el peliverde sonriendo aliviado, por un momento se lo había creído - entonces Zeff sigue en la cuidad? Me gustaría verle!

- .... murió hace ya casi un año.....

- Vaya..... que mierda.... lo siento.... pero... entonces el restaurante lo llevas tú? - el rubio negó con la cabeza.

- Patty es el que lo lleva ahora , yo solo soy un cocinero más, bueno en verdad solo estamos nosotros dos.

Zoro miró el vaso pensativo. Sanji tenía razón. Los dos ahora eran de mundos diferentes. De diferentes clases sociales. El rubio conocía y se juntaba con aquellos a los que la policía debía detener. Camellos, matones, prostitutas, bandas. Todo aquello que hacía mal y daba mala imagen a la cuidad. Aquello que de pequeño soñaba con eliminar para hacer de Loguetown un buen sitio para vivir. Ahora lo que hace años decía odiar era su mundo, su vida, ahora pertenecía a eso.

- Oye Zoro.... - el peliverde volvió a fijar sus ojos en los del rubio - .... sé que.... eres poli y eso pero.... deja a Nami en paz vale? - Le miraba desafiante, era un aviso - Seguro que te la encontrarás varias veces, cuando hagas la ronda o investigues cualquier mierda .... así que.... hazlo al menos por la vieja amistad que tuvimos - sonrío falsamente.

Y ahí es cuando acabo confirmándolo. Esa manera de actuar, esa picaresca y chulería que conseguías cuando te habías criado en la calle, esa altanería que se forjaban para apartar a cualquier desconocido o incluso poder así aprovecharte de él. Sanji ya no era Sanji, ya no era el que él recordaba, era una persona totalmente distinta pero puede que.... él tampoco fuese ya el Zoro de hace 15 años.

- No seas tan falso... - contestó mirándolo con seriedad - .... puedes estar tranquilo, no tenía pensado hacerle nada.

- A que viene eso de falso? - preguntó el rubio irónicamente bebiendo un poco de cerveza.

- Lo sabes perfectamente.

-Jeje... vale vale marimo, no te pongas así - sonrío esta vez con sinceridad - .... entiende que Nami es como una hermana pequeña para mi. Cuando me ha llamado esta mañana me he asustado. Nunca suele pedirme que vaya a buscarla.

Entendió entonces la postura del rubio. Protegía lo que quería, a su familia, a sus amigos. Sintió una pequeña molestia al darse cuenta de que él ya no era una de esas personas. Ya no era alguien a quien el rubio protegería. Y fue entonces cuando se sintió mucho más alejado de él.

- Lo entiendo.... no te preocupes....yo haría lo mismo - sonrío con complicidad.

Sacó el móvil y miró la hora suspirando al ver que ya era casi la 1h y que tenía que levantarse pronto. No había cosa que más le costase que madrugar.

- Tienes que irte? - preguntó el rubio.

- Debería.... mañana tengo que madrugar y... jeje.... lo llevo fatal.

- Mira en eso no has cambiado.

- Jeje.... es verdad....aún recuerdo las patadas que me dabas para que me levantase de la cama... - sonrío al recordarlo.

- Jajaja! Era la única manera de despertarte!

Ahora si pudo ver a su viejo amigo. Esa enorme sonrisa que tanto le ayudó cuando era pequeño la veía de nuevo en su rostro. 
Sanji podría haber cambiado, él podría haber cambiado, podrían ser los dos de mundos totalmente diferentes. Pero por volver a ver esa sonrisa intentaría seguir acercándose a él.

- Yo también ando liado mañana, así que será mejor que nos vayamos - dijo el rubio relajado levantándose de su asiento.

- Otro día quedamos con más tiempo.

- Eh? Aún quieres seguir viéndome? - preguntó sorprendido frunciendo el ceño.

- Tú no quieres?

- Eeehmmm... - Sanji pareció dudar - .... no lo esperaba la verdad. 

Zoro se dio cuenta de que estaba un poco avergonzado. Se pensaría el rubio que ya no querría verle más por lo que ahora sabía de él?

- No entiendo por qué no - dijo con confianza - fuiste alguien importante para mi Sanji.... puede que ahora seamos diferentes pero... a mí me gustaría volver a vernos como antes.

No perdía nada por decirlo claramente. Si le decía que no, lo entendería. El rubio tenía su vida y a lo mejor no quería que él entrara en ella. Pero al ver el pequeño sonrojo que se asomó por sus blancas mejillas supo que él también quería lo mismo.

- Jeje... quieres que te vuelva a patear para despertarte? - bromeó para acabar con su sonrojo y hacer que se relajase el ambiente, confirmando así que volverían a encontrarse.

- Já.... esta vez no te será tan fácil? 

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Llegó con la hora pegada al palacio de congresos. No acabó yéndose muy tarde. Sanji y él recordaron un par de anécdotas más entre risas y luego se despidieron. Pero aún así le había costado horrores salir de la cama.

- Zoro por aquí! - miró hacia el final de las enormes escaleras que llevaban hasta la entrada y vio a Law alzando la mano al final de estas.

- Lo siento... - dijo el peliverde un poco sofocado cuando llegó hasta él - ...llego un poco justo.

- Tranqui, si tenemos que esperar a que acabe con no sé qué reunión.

- Joder.... menuda mierda - bufó molesto.

- Los inspectores Trafalgar y Roronoa? - un tirillas con cara de no haber roto un plato en su vida los hizo pasar y los condujo hasta un enorme despacho que se encontraba en las últimas plantas del edifico - Esperen aquí por favor.

- Vaya tío más raro - dijo Law cuando el chico los dejó solos.

- Jejeje... no te pases.... daba un poco de grima.

- Y me dices a mi que no me pase... - ambos compañeros sonrieron.

- Buenos días inspectores. - las puertas se abrieron y por ellas entró la mujer que debían proteger - Soy Nico Robin, candidata para la alcaldía de la ciudad.

- Un placer. Yo soy Trafalgar Law y él es mi compañe....

- Ya sé quienes son - habló con autoridad la mujer estirando el brazo para entregarles una hoja. Zoro la cogió y junto a Law miró su contenido - La encontré ayer encima de mi mesa, de esa mesa! - señaló hacia un enorme escritorio de madera - Ya pueden ir empezando a hacer su trabajo - y sin darles tiempo si quiera a preguntar algo, la morena se dio la vuelta y salió del despacho.

Zoro volvió a mirar la nota.

DIMITE O MUERE

Notas finales:

Pues hasta aquí el segundo capítulo. Poco a poco Zoro y Sanji irán teniendo más relación, no asustarse. 
En el siguiente capítulo ya podremos ver un poco al fantasma y saber más cosas del caso.
También se descubrirán más cositas de Law. Tendrá  un poco más de protagonismo.

Gracias a los que le han dado una oportunidad a esta historia y espero no defraudar con este capítulo.

Un saludo a todo! 


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