#scorbus
Albus nunca le dio la rosa verde a Lea, de hecho nunca fue a buscar a la chica. No quería volver con ella pero era la única cosa que se le ocurrió en aquel incómodo instante.
Por un momento había pensado que lo que sentía por Scorpius era correspondido, pero luego se dio cuenta de que había malinterpretado todo y se había puesto muy nervioso.
Con la bonita rosa verde entre sus manos no sabía qué hacer y salió corriendo del dormitorio que ambos compartían con la primera excusa que se le ocurrió.
Llevaba enamorado de Scorpius desde hacía tanto tiempo que para él ya era algo normal, amarlo en silencio como buenos amigos, no quería perderlo, por lo que cuando creía ver lo que él quería ver, solía huir para que no le descubriera.
Lea fue una más de sus huidas y lo sentía realmente por la chica.
Deambuló por medio Hogwarts, todos estaban locos en ese día buscando a sus almas gemelas por todo el castillo.
¿Qué hacer cuándo ya la habías encontrado pero esta no podía ser para ti?
Ese día estaba dando asco y más cuando un grupo de chicas empezó a perseguirlo nada disimuladamente. Les dio esquinazo y se colocó la capa de invisibilidad que había cogido ese día temiéndose que eso pudiera ocurrir.
James se la había dado en Navidades cuando había ido a casa, su padre se la había regalado a él, porque siendo sinceros si alguien la había necesitado todos esos años había sido su hermano y su peculiar sentido del humor.
Pero le agradecía la posibilidad de esconderse un rato del mundo.
Lo que menos esperaba era encontrarse a Scorpius huyendo de un grupo igualmente poco discreto de chicas.
Le siguió en silencio esperando el momento a que pudiera ocultarlo bajo la capa. Cuando llegó, lo agarró del brazo y lo coló dentro. Ambos cara a cara y Albus tapándole la boca.
Las chicas y sus corazones voladores se fueron defraudadas, y ellos permanecieron en silencio mirándose tan cerca que casi bizqueaban.
Cuando quitó su mano de los labios de su amigo, este parecía triste.
—¿Y Lea?—preguntó.
—No fui a verla. No quiero volver con ella.
Parecía sorprendido, pero sus ojos grises brillaron animados.
¿Ya estaba viendo cosas que no eran?
Scorpius pasó la punta de su lengua por los labios, estaban demasiado cerca, Albus sentía que estaba dejando de pensar racionalmente y que los impulsos, esos que le hacían cometer locuras, estaban a flor de piel.
Notaba el latido de su corazón en sus oídos, se iba a arrepentir, se iba a arrepentir.
Pero cerró completamente el espacio entre sus labios y los de Scorpius y le besó sin tardar en ser fuertemente correspondido.
—Espera, espera—dijo Scorpius sonrojado—, yo tenía una frase.
—¿Qué?—dijo confuso Albus aún con el sabor de sus labios en los suyos.
—Albus Severus Potter, te quiero, ¿quieres ser mi novio?—dijo con una deslumbrante sonrisa Scorpius.
—Sí—dijo emocionado Albus, pero ya no hubo más palabras, solo risas y besos invisibles pero audibles para todos los que pasaban al rededor.
🍀
No podía dejarlos así, muramos todos de diabetes amorosa.
❤️❤️❤️