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La banda: El inicio por TeaPartyWriters

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El timbre de la casa no tardó en sonar y ahí estuvo el peliverde, con una chaqueta negra larga encima, Louis Vuitton, pidiendo permiso a Jecht para pasar. Miró a su grupo, algunos mejor que otros y se sentó junto a Tarik, dándole un ligero roce en los labios a modo de saludo, que el rubio recibió con una sonrisa sorprendida. Habiendo sopesado las reglas, podía decir que eso era algo permisible, junto a pequeños contactos como tener su brazo en los hombros al sentarse o tomarle la mano al caminar.

 

—Los vine a buscar para ensayar —les informó. —¿Durmieron bien?

 

Dexter asintió mientras masticaba sus pancakes. De hecho, había dormido tan profundo que se alegraba por los demás de no haber descansado en el mismo cuarto y evitar así oír sus ronquidos. Los demás se mantuvieron en silencio.

 

Jecht puso otro plato de pancakes en la mesa cuando Darren se sentó. —Asumo que no has desayunado.



Verse con un plato de pancakes en frente lo descolocó un poco, y pareció mirarlos algo apenado. A decir verdad nadie le había hecho pancakes (sin una orden) antes, por lo cual se sonrojó ligeramente.

 

—G-gracias —murmuró, tomando un tenedor para probar uno. —Están muy buenos, gracias —se sentía un niño consentido, aunque se veía raro, como si nunca hubiese comido aquello en su vida, pues intentaba decidir si se podía considerar “casero” algo que su chef hiciera en su “casa” (mansión).

 

Estuvieron unos minutos en silencio, cada uno disfrutando de su desayuno hasta que Darren volvió a hablar: —¿Y qué hicieron anoche?

 

—Tomar tequila.

 

—Yo me dormí temprano —comentó Tarik luego de Dexter, tan orgulloso como aliviado de tomar aquella decisión y poder contestarle honestamente a su novio.

 

Matt y Alex intercambiaron una mirada incómoda. Jecht miró la hora en el reloj de la cocina. —Tengo que irme a la tienda —anunció. Tarik pensó que era algo temprano para eso, pero no dijo nada. —Me despido, vuelvan cuando quieran —les sonrió y le revolvió el cabello a Dexter al pasar por su lado.

 

—¡Qué tengas un gran día, cariño! —se despidió el baterista, buscando tanto molestar a su amigo como asegurarse de no actuar sospechoso. Sin embargo, una vez que estuvieron solos, decidió indagar: —Ustedes dos están raros. ¿Qué les pasó?

 

—Oye Tarik, necesito que me prestes ropa —dijo Alex, ignorando el tema.

 

—Saca lo que quieras.

 

Dexter se llevó ambas manos a la boca, con una expresión sorprendida. —¿Acaso ustedes…?

 

—¡No! —negó Matt de inmediato. —Fue sólo que…

 

—¡Sshht! —interrumpió Alex. —Dijimos que no íbamos a hablar de eso.

 

El vocalista salió de la cocina, dejando un silencio aún peor que antes y Matt se sintió observado por todos. —Ugh. Despertamos abrazados, ¿ok? Hacía frío y… Alex estaba ebrio.

 

—¿Cucharita? —sugirió Dexter, logrando que Tarik se largara a reír. Darren también disimuló una sonrisa burlona. Matt rodó los ojos, aunque el leve tono acalorado de su rostro respondió que sí.

 

Cuando Alex volvió, vestido como el doble de Tarik con pantalones rotos y una chaqueta llena de puntas, fue difícil para el grupo aguantar las risitas.

 

—Hey, yo quiero pasar por mi casa antes de ir a ensayar —dijo Matthew, en un intento de desviar la atención y también de dejar de verlos por un rato. Su batería social se agotaba rápidamente y necesitaba ser cargada de tiempo a solas. —Los alcanzo después.

 

—Te llevo primero —ofreció Darren. —Así duermes un rato, seguro tuviste pesadillas anoche.

 

Las risas volvieron. Si ya era gracioso el concepto de Alex y Matt tan alcoholizados como para no darse cuenta de lo abrazados que dormían, agregarle que su serio manager hiciera bromas al respecto era puro oro. Dexter suspiró tras limpiarse una lágrima y pensó que el grupo se llevaba mejor de lo que pudieron esperar. Todo apuntaba a que su bajista no lograría incorporarse, por su fama de antisocial y el hecho de que Tarik lo detestaba, lo cual pudo ser un gran desastre; sin embargo, encontrarse por la mañana en esa casa, riendo entre todos, probó ser una victoria.

 

—¡Tomemos una foto! —propuso, llamando la atención de todos. —¡Nuestra primera foto de banda!

 

—¿No puede ser en otro momento…? —comenzó Alex, ya que no llevaba su estilo tan trabajado, sino el de Tarik que… sin comentarios.

 

—¡Nope, tiene que ser ahora! ¿Qué estás haciendo, Darren? ¡Tú también!

 

El peliverde lo miró, extrañado, pues ya se estaba colocando frente a ellos con el celular para tomarles la foto por la que tanto reclamaba. —Sabía que esto iba a servir en algún momento… —murmuró, sacando de su amplio bolsillo un palo de selfie retractable. —¡Vengan todos, acérquense!

 

Por unos segundos, los cinco se mantuvieron quietos con sus mejores caras mirando a la cámara frontal de Dexter, que después insistió en hacer un boomerang, probar filtros con orejas de perro y cambiar caras entre ellos.

 

—No me tagees —alegó Alex.

 

—¿Nos vamos ya? —instó Matthew, que seguía de un humor delicado.

 

Mientras los chicos salían, Tarik tomó de la cintura a Darren y le besó la mejilla, tomando una foto rápida con su celular. ¿Cómo no iba a tener una selfie con su novio? 

 

—Te estás poniendo atrevido —advirtió Darren, tirándole un mechón de cabello. Sin embargo, Tarik vio como una victoria el hecho de que no lo obligara a borrarla. Atesoraría la imagen por siempre, aunque estuviera algo borrosa.

 

***

 

Fue un viaje rápido desde la casa de Tarik y el peliazul fue dejado frente a su hogar en esa mañana tan buena, con bastante sol y brisa fresca, ideal para hacer actividades con energías, como ensayar hasta que no pudieran más. De eso se encargaría Darren, indudablemente. Estaba de buen humor para ello.

 

Al llegar habían pocas personas en la escuela. La cancelación de clases se había dado porque aún no terminaban de hacer arreglos por la noche del baile, donde varios alumnos vandalizaron los salones que seguían siendo limpiados, lo cual era ideal para ensayar a todo volumen sin problemas, incluso con las ventanas abiertas.

 

También estaba el tiempo ideal para las actividades de clubes deportivos, razón de que Mitch se encontrara allí jugando soccer. La escena de Dexter animándolo y liderando el grupo de porristas trajo consigo muchos payasos intentando hacerle bromas, riéndose de la situación y de la posibilidad de que estuvieran saliendo. Mitch estaba cansado de oírlo y hacer como que le parecía gracioso, pensaba que el apoyo de Dex sí le ayudó a entrar al equipo, no era algo para reírse.

 

Cuando le gritaron "¡hey, Williams, ahí viene tu novia!", entendió que ya estaba harto.

 

—Cállate—respondió a quien le habló, pegándole con el hombro al pasar. Claro todo eran "bromas sanas" dentro del equipo y nadie se las tomaba en serio, incluso el tipo se rió cuando Mitch se molestó. A veces pensaba que todos los de su generación eran idiotas.

 

Vio que Dexter realmente entraba a la escuela y sonrió, pues pensó que no iría ese día. Prefirió hacer lo que tenía que hacer de inmediato y corrió por el pasillo para alcanzar al chico, sin tomar en cuenta que estaba con su grupo de amigos, camino a la sala de ensayos, conversando sobre los temas que ensayarían y que al parecer Darren tenía una gran noticia para todos, de la que Tarik se jactaba ya saber.

 

—¡Dexter! —llamó. —¿Podemos hablar?

 

El baterista se detuvo y miró en dirección a Mitch, sin dejar de girar sus baquetas en los dedos. Aunque le sorprendió el llamado, se disculpó con la banda; esperaba que no hicieran caras a Mitch con todo lo que se quejó de él la noche anterior...

 

—Voy en un momento —les dijo con una sonrisa, girándose entonces con otra hacia Williams. —Hey, ¿qué onda? —saludó de buen humor. La verdad, poco quedaba de ese enfado anterior, puesto que con la cabeza despejada, el estómago lleno de pancackes y una buena noche con Jecht, quién podría estar molesto—¿Qué quieres hablar?—preguntó entonces, apoyándose contra la pared más cercana que tenía, esperando a oír lo que Mitch tuviera que decirle.

 

El castaño aguardó hasta que ya no escuchó los pasos ni las voces del resto de su grupo y entonces miró a Dexter; era bueno que no hubiera más gente, porque no sabía qué haría si volvía a oír una broma dirigida a ellos. Tampoco sabía bien cómo partir, sólo que tenía que hablar con él.

 

Dudó unos momentos, en los que se pasó la mano por el cuello, incómodo. Agh, al diablo, únicamente debía decir la verdad.

 

—Es... ayer revisé unos mensajes en mi celular… creo que intenté escribirte esa noche, pero no se mandó. Ehm… te daba las gracias y decía que… quería besarte de nuevo —se sonrojó levemente. —Y no logro recordarlo. O sea... primero quería disculparme, porque estabas diciendo la verdad y... no sé, lo siento mucho, no puedo entender que no lo recuerde. Nunca había bebido tanto como para no acordarme de algo, pero es que Allison y... argh —negó con la cabeza.

 

Suspiró pesadamente. —¿Podrías... decirme qué pasó? —pidió.

 

Dexter se vio sorprendido de que reconociera los hechos sin que él tuviera que hacer nada más. Adiós a los planes malvados.

 

—Oye, tranquilo —le dijo entonces, mirando a los lados, incómodo por todas las veces que lo llamó mentiroso con sus amigos. —Sí, yo también lo siento... No pensé que realmente estabas tan ebrio como para que se te borrara la memoria. Pero yo me acuerdo de todo, a ver… —se llevó un dedo a la barbilla, viendo por dónde empezar.—Okay, cuando fuimos al armario nos besamos —comentó, volviendo a acomodarse en la pared para hacer girar sus palillos sin perder el hilo de lo que decía o recordaba.—Luego salimos, no jugamos más. Tú te fuiste al techo y yo te dije que tenía ganas de... —le hizo un gesto con la mano y la lengua empujando dentro de su boca, claramente refiriéndose a sexo oral y después se encogió de hombros. —Así que bajaste al cuarto y lo hice. Luego me hiciste lo mismo junto a otras cosas... Y bueno, después nos abrazamos como por veinte minutos y… eso fue.

 

Mitch fue recapitulando a medida que Dexter hablaba, uniendo ciertas imágenes que volvían a su cabeza. Recordó haberle dicho que lo besara él, ver el cielo desde el techo, la boca de Dexter, su sonrisa... casi preguntó a qué se refería con "otras cosas", pero no sabía si quería que se lo recordara en ese mismo momento, porque su cara no podía estar más roja e, idealmente, prefería evitar una reacción notoria como la de esa vez que hablaron.

 

Era cierto todo, se acordaba de poco y muy borroso, pero esas memorias no las había inventado nadie; ni él, ni Dexter. Quizás más tarde podría calmarse y recordar más.

 

—Lo... que te voy a pedir es terrible, pero... no le digas esto a nadie —sonaba ridículamente asustado al respecto, siendo que ya se sabía en toda la escuela y a nadie le importaba mucho. —Si mis padres se enteran... —se pasó las manos por el rostro. No quería terminar como Keith, su hermano que enviaron al ejército, pero tampoco era problema de Dexter.

 

—Vale —fue la respuesta despreocupada del baterista. —El tema es que varios piensan ya que salimos porque… bueno, cuando terminamos de usar el cuarto, me encontré con Allison. Yo no sabía que estabas mal porque ella te había dejado... Cuando oí que hablaba mal de ti con otra chica, simplemente me enfadé y le dije que eras mi novio desde antes de que rompieras con ella...

 

Quizás Mitch se enfadaría, pero al menos no estaba ocultándole nada ya. Dexter aceptaría incluso si quería golpearlo, pues había actuado impulsivamente y sin saber lo que el castaño quería mantener en secreto. Dex pensaba que había honor en aceptar sus pocas mentiras y no podría decir que se arrepentía de lo hecho, porque las cosas que escuchó eran simplemente crueles. Alguien tenía que enseñarles una lección. Mitch no era un perdedor, no a sus ojos.

 

—Así que... por eso estaba tan molesta —murmuró entonces, rascándose la mejilla. —Fue a preguntarme algo así y cuando le dije que no sabía de qué hablaba, dijo que volvería conmigo si no te hablaba nunca más —confesó. —Fue después de entrar al equipo, cuando me dieron la famosa chaqueta.

 

La sonrisa amarga del castaño daba a entender que acababa de notar que Allison no era la persona que pensaba, el timing era… curioso, por decirlo poco. Y ni siquiera estuvo allí para animarlo. Se sintió mal de siquiera considerar la oferta, porque en ese momento parecía fácil y con beneficios: apenas conocía a Dexter y si estaba de novio con una chica, dejarían de haber rumores y sus padres no lo sacarían de la escuela para enviarlo con su hermano.

 

Lamentablemente, no le costaba creerle a Dexter que Allison hubiera estado hablando mal de él, de hecho... —Gracias por eso —sonrió un poco. 

 

Sus miradas se encontraron y Dexter sintió que se perdía en los ojos celestes de Mitch. Le parecía sumamente injusto que fuera tan adorable cuando acababa de decidir que seguiría adelante con su vida porque estaba de tan buen humor después de tan buena noche y… argh.

 

—-Aún me gustaría salir contigo, por cierto —aclaró, mirando a otro lado.

 

Mitch volvió a sonrojarse. No entendía por qué querría salir con él. —Lo siento… No puedo.

 

—¿Por qué no? —preguntó. Su tono no era de reclamo, sino de cansancio y algo de tristeza. —Creo que eres un chico muy dulce y nunca he estado con alguien como tú… —explicó. —Podríamos intentarlo y ver cómo salen las cosas, ¿no? —Desconocía el por qué, pero sabía que algo podría haber. Quizás era que no tenía ganas de resignarse con él, porque le gustaba, su inocencia y aquello que el alcohol destapó esa noche sólo para él. —Mitch, no sé por qué has pasado, pero… Yo no seré como ella. De verdad quiero que estés feliz conmigo y me esforzaré por ello. 

 

Ugh, odiaba rogar, sonaba como si lo hiciera.

 

—Podemos salir en secreto, citas a escondidas, no sé… algo.

 

Mitch sabía que tenía que decir que no, lo que arriesgaba no era sólo su estadía en la escuela, sino todo en lo que creía, pero no lograba sacarse de la cabeza la imagen de estar en el suelo junto a Dexter, viendo su sonrisa. Y más que la imagen, era la sensación de felicidad que le dejó, entendía por qué Dex lo mencionaba. Incluso sin recordar qué había sido, al día siguiente de la fiesta, se sintió como si lo hubieran recogido del agujero donde lo dejó Allison, pensando que nadie nunca lo iba a querer. Realmente no era su estilo, no solía estar en lugares tan oscuros, siempre buscaba lo positivo, pero tampoco había tenido una ruptura así antes.

 

Y se daba cuenta de que incluso en los mejores momentos de su relación anterior, no consiguió estar ni la mitad de contento de lo que se sentía oyendo a Dexter decirle esas cosas. Aunque quería estar serio, no podía contener la sonrisa.

 

—Me... gustaría pasar más tiempo contigo —dijo, sinceramente. —No sé si pueda... er... ir a citas, no sabría qué hacer... —ni siquiera con una chica sabía qué hacer y se suponía que era lo correcto, ¿qué diablos iba a hacer con un chico? —Dexter... me confundes mucho —resolvió luego de otra pausa, en la que suspiró pesadamente. —Y no es justo que quieras hacerme feliz, no sé si yo podría hacerte feliz a ti. 

 

—Es que... para eso se intenta, ¿no? —continuó el baterista, sin desanimarse.—O sea... no sé qué haremos, ¿para qué planearlo? Sólo nos tomaríamos un bus por ahí al lugar que tenga el nombre más divertido a pasar el día —explicó con una sonrisa naciente. —O podemos ir a un arcade —sugirió. —No tienes que pensar demasiado una cita, si la pasas bien olvidándote de eso entonces es como ir a pasear con un amigo, sólo con besos por ahí y por acá.

 

Para Mitch, eso sonó entretenido. De hecho, muy entretenido. Le costaba convencer a sus amigos de hacer cosas así, de ir a la playa los fines de semana, siempre preferían sus fiestas y luego tenían demasiada resaca para salir por la mañana. Polly era su mejor compañera luego de que Scotty se fuera a la universidad y Polly era el perro de la familia.

 

Por su parte, Dexter terminó riéndose de lo cursi que sonó y se enderezó, guardando los palillos en sus pantalones anchos para tenderle una mano.

 

—Vamos a empezar siendo amigos —propuso. —No pienses en besos ni abrazos, sólo intentemos esto, ¿vale?

Mitch sonrió y estrechó su mano. —Eso suena genial —y se veía mucho más aliviado. —Ya me iba a empezar a doler la cabeza de tanto pensar... —bromeó. —Gracias. 

 

—Hey, no hay problema —rió el baterista, dejando su mano luego de un momento para mirar hacia el fondo. —Oye, ¿qué tal si vienes a ver el ensayo? Yo puedo ir a ver tus prácticas la próxima vez.

 

Nunca habían tenido público en los ensayos, suponía que a los chicos no les molestaría, ya que Darren, a pesar de ser el manager, era un espectador cada vez que practicaban. —¡Todos son geniales, incluso Matthew!

 

—¿En serio? Todo el mundo habla de su banda, me estaba lamentando no haberlos visto—sonrió, haciendo cálculos mentales luego. —Creo que me quedan 30 o 40 minutos de práctica hoy. Iré después, si siguen ahí.

 

De hecho, ya se empezaba a escuchar la voz de su entrenador gritando "¡WILLIAMS!", a lo que Mitch hizo una mueca.

 

—Tengo que volver —se disculpó. No podía creer lo liviano que se sentía en comparación con esa mañana, era como si ya nada le preocupara. Sonrió una última vez a Dexter y corrió cuando la voz del entrenador se oyó aún peor.

 

—¡Vale, suerte! —se despidió el muchacho entonces, con una sonrisa mientras lo veía alejarse. 

 

También se sentía mejor al haber tenido esa charla, porque se conocía a sí mismo y sabía que si no intentaba absolutamente todo, pasaría años reclamándose lo que pudo ser. No tenía cómo anticipar si las cosas saldrían bien o mal con Mitch, pero nunca se arrepentiría de intentarlo y conocerlo más no podría ser algo malo.

 

Rió a solas, en el pasillo, de pura felicidad. Las cosas se veían excelentes para Dexter Wells. 

 

Luego corrió a toda la velocidad que dieron sus piernas para que Darren no lo matara antes de que pudiera saber el final de su relación con Mitch.

 


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