Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

La banda: El inicio por TeaPartyWriters

[Reviews - 13]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Si bien Alexander White no era la persona más observadora del grupo, hasta él consiguió darse cuenta de que algo no andaba bien cuando por cuarta vez consecutiva fue Tarik quien alegó que les faltaba ensayar. El guitarrista se mostraba cada día más responsable, incluso como si le preocupara su futuro, cuando Alex recordaba perfectamente escucharlo decir “participaré si estoy aburrido”.

 

Pero Alex conocía el verdadero motivo detrás de esa fachada: ¡Quería quitarle su puesto de líder en la banda! Y no lo permitiría de ninguna forma. ¡Tendría que retarlo a un duelo de vocalización y…!

 

—La pelea con Darren sí le afectó, ¿ah? —comentó Dexter en voz baja, viendo a Tarik afinar su guitarra en un rincón de la sala de música.

 

—Ah, sí. Estaba pensando en lo mismo.

 

—O sea, siempre pelean, no sé por qué esta vez es distinto. Tarik no quiere hablar de eso y me da miedo preguntarle a Darren. ¿Qué crees tú?

 

—Creo que… —Alex pensó un momento. Era difícil tener una opinión cuando francamente prefería pensar en sí mismo que en los dramas de Tarik y Darren. —...van a estar bien. No te preocupes.

 

—Tienes razón —Dexter sonrió. — ¡Por eso eres un buen líder, Alex!

 

—Es verdad.

 

Bueno, Alex no estaba muy seguro si esa última frase Dexter se la dijo realmente o si la imaginó, pero daba igual, creía haber resuelto bien la situación. Además, ¿en qué afectaba que Tarik estuviera un poco más callado y pendiente del avance de la banda? Con todo el trabajo que significaba escribir canciones propias (en especial cuando Alex se dedicaba a quejarse de que nada era como lo imaginaba), era bueno tener a su amigo concentrado.

 

—¡Chicos, iremos al baile de primavera! —anunció Darren apenas puso un pie en la sala.

 

—¿Nos estás invitando a todos? No sabía que te gustaban los grupos, pero…

 

—No, Dexter. La banda que estaría en el baile falló y el director me acaba de pedir que la reemplacemos. Es hoy —declaró el peliverde. —Negocié una comisión del 50% por venta de entradas, impuesto por ser de última hora, así que ustedes dos —señaló a Tarik y Dexter —, necesito que contacten a todos sus amigos de otras escuelas y se encarguen de que vengan al baile.

 

—¡A la orden! —saltó Dex, haciendo un saludo militar. Inmediatamente armó un evento en Facebook e invitó a sus 3.000 contactos. Tarik publicó una selfie en Instagram anunciando su participación y se llenó de reacciones.

 

—Alex, pregúntale a Barker si puede estar. Aún tengo que coordinar el tema de la decoración, no se van a presentar frente a esas letras de cartón con el nombre de la escuela.

 

Los chicos dedicaron un minuto de silencio a la decoración que llevaba tantos años de servicio y por fin alcanzaría la jubilación.

 

**

 

En clases de biología (porque sí, algunos integrantes de la banda se preocupaban por su educación y asistían a clases regularmente), Matt se debatía entre arriesgarse a sacar su celular del bolsillo para ponerlo en silencio, porque vibración había sido un error. No tenía idea quién lo llenaba de mensajes y le costaba concentrarse en la cátedra con el aparato intentando llamar su atención. ¿Y si su madre había empeorado? ¿O sus hermanas tuvieron un accidente?

 

Tuvo que mirar, con todo el disimulo posible, sólo para encontrarse con 35 mensajes de Alex. Nada importante.

 

—Barker —llamó la profesora. ¿Acaso tenía un sensor…? —A menos que estés chateando con Gregor Mendel, te sugiero poner atención.

 

—No, no llega wi-fi allá abajo.

 

—¿Dices que estaría en el infierno? —preguntó la mujer, con evidente curiosidad. Varios compañeros se giraron a verlo y Matt se maldijo mentalmente por no poder responder “perdón, profesora” como habría hecho cualquiera.

 

—Como todos los biólogos. La religión y la biología no se mezclan bien.

 

—Él fue religioso.

 

—Mayor razón para estar ahí. Pero sí, pondré más atención, perdón.

 

Aunque podría haber continuado, eso era el máximo que Matt era capaz de soportar estando en el centro de atención y, afortunadamente, su profesora lo dejó pasar para seguir con la clase: —Independiente del dilema filosófico que plantea el Sr. Barker, haremos un ejercicio práctico y se dividirán en parejas que… —la mujer levantó la voz a medida que los murmullos entre estudiantes armando sus grupos subían en volumen —,YO DESIGNARÉ.

 

En el “aaaw” de decepción general que se escuchó en el salón, Logan Hayden vio una oportunidad. Nunca había pedido nada, como si quisiera guardar su suerte para una ocasión especial y decidió que ese era un buen momento para encomendarse a todos los dioses, nuevos y antiguos (su serie favorita por esos días era Juego de Tronos, por tanto, también la religión actual). Procedió a juntar las manos bajo su pupitre y murmurar mentalmente «Hayden y Barker, Hayden y Barker, Hayden y Barker…»

 

—Hayden y Lewis.

 

«Mierda.»

 

—Ah, no. Lewis sigue con licencia médica. Hayden y Barker.

 

«¡SÍ!»

 

Logan miró en dirección al peliazul justo en el segundo que él también giró y sus miradas se cruzaron. Levantó una mano y la ondeó como saludo, cubriéndose la mitad del rostro con la bufanda inmediatamente después. ¡Se había gastado toda su suerte, nunca ganaría la lotería y  era feliz con el resultado!

 

Quiso acercarse a intercambiar información de contacto con Matthew, porque eso era lo que se hacía en esos casos y en los mangas románticos que leía, pero vio al chico gruñirle a su teléfono y luego escuchó una voz que lo llamaba desde la puerta.

 

—¡Matt! ¡MATT! ¿¿RECIBISTE MIS MENSAJES??

 

—¡SÍ, MALDITA SEA, LOS 50! ¡NO SE PIERDEN EN EL CORREO!

 

Sorprendido de escucharlo hablar así, Logan parpadeó y se volvió a sentar en su asiento. Debatió mentalmente entre su necesidad genuina de coordinar cómo trabajar con Matt y el hecho de que era un mal momento. Juntó todo el valor que había en su bajita persona y se volvió a poner de pie, siguiendo a Matt y Alex por el pasillo, determinado a hablarle cuando se quedara a solas.

 

Fueron unos minutos de Alex insistiendo a Matt que cualquier cosa que tuviera que hacer esa noche no era tan importante como participar del baile escolar. Porque claro, enviar a Alex a hacer algo relacionado con la banda significaba que no lo dejaría hasta conseguirlo, como aprendió entonces el peliazul.

 

—¡Ya, ya, lo haré! —concedió finalmente, sintiendo que ese tipo iba a hacer que le diera una úlcera o algo. Lamentablemente, él tenía que "trabajar" esa noche; sacó el celular para llamar a su "cliente", sólo que: —¿Algo de privacidad?

 

—¿Ah? —preguntó Alex. —Oh, lo siento, sí. Entonces nos vemos después de clases, Matt.

 

—Es Matthew para ti.

 

—Matt, seremos amigos tarde o temprano.

 

—Muy, muy tarde —negó con la cabeza Matt, alejándose.

 

Los estudiantes pasaban alrededor sin prestar atención, conversando metidos en sus propios asuntos; Matt lo sabía y seguía sintiendo que todos oirían su conversación. Era el tipo de llamadas que hacía a solas en su casa, no podía creer los nervios que lo invadían por estar en la escuela hablando con esa persona. Evitó decir algo comprometedor, funcionando con: "no puedo esta noche, ¿puede ser mañana? Okay, gracias" y fue lo mejor, porque Alex no había tenido nada de respeto por su espacio.

 

—¿Estabas escuchando? —frunció el entrecejo inmediatamente.

 

—Ah no, no —negó el moreno. —Se me olvidó decirte que nos van a pagar, así que tampoco es que vayas a perder dinero por no trabajar hoy —sonrió mientras avanzaban por el pasillo.

 

—¿Sí? —suponía que no tanto como le pagaba esa señora, pero no quería decirlo en voz alta. —¿Qué tanto?

 

—No lo sé aún, Darren negoció, pero depende de cuánta gente podamos traer. Tarik y Dex tomaron la tarea, yo creo que nos irá bien.  

 

—Uhm, ojalá. Aún no logro comprarme una moto —bromeó. No sería capaz de contar la verdadera razón por la que trabajaba tanto.

 

—¿Para eso trabajas tanto? —se sorprendió Alex. —¿No deberías poder comprar como tres a estas alturas?

 

—¿Me has estado espiando, psicópata?

 

Logan se detuvo, incapaz de apurar el paso y detener a Matt. Fue saber el motivo de su cansancio constante, el por qué corría a todos lados con el rostro tan ojeroso y se esforzaba tanto entre la escuela, la banda y sus trabajos. Se sintió mal por él y miró al suelo, pensando en que sería lindo poder hacer algo al respecto. Sabía que tendría que ser anónimo para que Matthew lo aceptara, pero daba igual, no necesitaba reconocimiento alguno.

 

Se giró en dirección opuesta, ignorando el tema del proyecto para volver a la biblioteca, caminando pensativo.

 

***

 

Quedaban pocas horas para el baile y la banda aún debatía qué canciones tocarían. Estaban los cuatro sentados alrededor de un montón de hojas en el suelo, intentando balancear entre covers y temas originales, pues nadie los conocía aún. Para Alex, debía ser 90% original y era la oportunidad de deslumbrar a todos. Matt tenía la idea de que fuera todo lo contrario y se ahorraran el abucheo general.

 

Darren entró con un gran anuncio:

 

—Logré cambiar toda la decoración. Incluida la del baile. Era horrenda, no puedo creer que sigan comprando en Party City. En fin, me conseguí también estilista y maquillador para ustedes. ¿Decidieron qué se van a poner?

 

—Uhm… ¿esto? —preguntó Tarik, señalando su polera de Iron Maiden y sus jeans gastados. Darren rodó los ojos.

 

—Iré por vestuarista —declaró.

 

—¡Excelente! —celebró Alex. —¡Tengo un tablero de Pinterest con lo que quiero usar!

 

—¡Mucha gente está confirmando que vendrá! —comentó Dexter, con una sonrisa grande y la mano alzada. —Están mis amigos del club de soccer de Greenvielle, el de basket de Smithstone, el de ajedrez de Beacon hills— enumeró. —¿Cómo va tu cómputo, Tarik? ¡Seguro traes el doble!

 

—Vienen todos los de la disco #MetalHeads, mi club de fans, los de la barbería y mi grupo de skaters. Oye Dex, ¿qué pasó con los que conocimos en la fiesta del pub el año pasado?

 

—¡Ah, cierto, los invitaré!

 

Darren se sintió satisfecho de ver la iniciativa, porque después de todo mientras más entradas vendieran, más dinero iban a conseguir ellos. Seguro el Director accedió porque no creía en la porquería de baile y eso hacía aún mejor la victoria que conseguirían. Apenas podía contener la sonrisa pensando en la cara que pondría al ver cuánto dinero tendría que pagarles.

 

Se sentó en una banca cercana a anotar rápidamente unas cuantas cosas en su libreta y la lista de temas que acordaron tocar esa noche: una buena mezcla entre covers que la gente pudiera bailar y canciones originales para comenzar a mostrarse.

 

—¡Tarik, están haciendo muchas preguntas sobre cómo llegar! —exclamó Dexter, ya distraído, mirando su celular. —Hagamos un video para responder… uhm… necesitamos un mejor fondo, ¡ven!

 

Tirando del brazo del rubio, ambos salieron del lugar. Matt aprovechó el momento para escaparse a dormir una siesta en el entretecho  y Darren se dio cuenta de que quedó a solas con Alex, que miraba las hojas con las canciones. —Esto va a ser genial. Gracias por negociarlo, Darren.

 

—Es mi trabajo —contestó el muchacho de pelo largo. —Anda, ayúdame a mover los instrumentos al gimnasio.

 

—Sé que es tu trabajo, pero lo haces tan bien que, no sé, supongo que quiero agradecerte toda la fe que nos tienes —dijo sinceramente. Alex era de esas personas que decía las cosas porque sí, en especial si eran buenas.

 

Darren sonrió suave, agradecido aunque no lo expresara mayormente. Ambos comenzaron a desarmar la batería de Dexter y luego se separaron para guardar los micrófonos y otros instrumentos en sus fundas. Cuando a Darren le tocó empacar la guitarra de Tarik, la observó un momento y luego miró al vocalista.

 

—¿Te ha dicho Tarik cómo está? —preguntó, suponiendo que le había contado de su pequeño encuentro desastroso en el baño.

 

—No, ni siquiera lo he visto más que en clases o los ensayos, ahora que lo pienso —respondió. No dejaba de causarle curiosidad que Darren preguntara. —Pero está raro, ¿cierto? Hablaré con él más tarde.

 

—Sí, da igual, sólo fue una pregunta —dijo sin darle mucha importancia en el tono. Había querido escuchar de Alex qué opinaba de lo sucedido, si había sido muy duro con Tarik o si se encontraba muy afectado, pero no tuvo las energías para contarle.

 

Talvez, en parte, prefería que Alex no supiera. Todo lo que le dijo a Tarik en ese baño era la verdad y mientras siguiera ignorándolo, sería imposible volver a la amistad que alguna vez tuvieron, esa que tanto extrañaba. Sin embargo, se arrepentía de la forma en que le habló. Podría excusarse en su cansancio, en que apenas tenía 17 años y se encargaba de llevar negocios como si fuera un adulto, porque era así en su familia y no quería ser menos, pero sabía que había sido algo cruel. Bastante cruel. Tarik se veía retraído, cuando solía ser ruidoso y bromista, y Alex lo notaba. Los demás seguro también lo hacían.

 

«Mientras no interfiera con la banda, no importa» se dijo Darren a sí mismo, porque necesitaba poder continuar. Sin tenerlo presupuestado, ese día pasó a ser muy importante para la banda. Si realmente pretendía que fuera un trabajo serio, la presentación en el baile le daría directrices a seguir para el futuro.

 

El traslado fue pesado y agradeció tanto la ayuda de Alex como la de los desafortunados que se encontraron en su camino y se vieron obligados a seguir sus órdenes. Solía tener ese efecto en las personas, que lo seguían sin cuestionar.

 

En el gimnasio se encontraban los organizadores y las personas que contrató Darren como extra para contar con una verdadera decoración. El catering, lamentablemente, corría por la escuela, había gente poniendo mesas y vasos para los jugos que servirían. Claramente los alumnos iban a colar alcohol ni bien se fuera el último de los profesores, pero era bueno pretender que sería una recreación sana.

 

Darren se apartó para darle órdenes a otras personas y terminó metido en una serie de temas en los que no estuvo a cargo al principio y ahora sí.

 

—¡Eh, Alex! —llamó un muchacho al moreno, acercándose con una sonrisa. —¿Te apuntas? Luego del baile vamos a casa de Jen, sus padres se fueron todo el fin de semana. Va a armar una fiesta grande.

 

—Me apunto con toda la banda, incluyendo a Darren —aceptó el chico inmediatamente, a nombre de todos porque opinaba que se lo merecían después de trabajar tanto. Claro no tomó en cuenta que ni Darren ni Matt tendrían interés de ir a esa fiesta, ni a ninguna. Digamos que lo hizo con buenas intenciones.

 

Al armar su micrófono sobre el escenario y ver los reflectores (apagados, claro), sonrió conforme. Era perfecto, un buen paso en algo que terminaría siendo maravilloso, estaba seguro. Quizás no les traería tanto dinero, sólo era buena la exposición. Si a esos chicos les gustaba lo que oían, entonces sabrían que estaban bien encaminados.

 

La siguiente hora se la pasaron con los estilistas contratados por Darren, intentando llegar a un consenso entre el estilo de cada uno, el estilo en general de la banda y lo que realmente podían lograr con tan poco tiempo de aviso. Dexter terminó en pantalones ajustados con diseño de entramado escocés rojo, botas altas y una camisa negra abierta. Debajo de ella llevaba vendas blancas que cubrían su torso y, en el rostro, su inseparable parche del ojo. Todos creían que era un accesorio que no se quitaba, pero muy poca gente sabía que la verdad era que no podía ver con ese ojo, por un accidente que tuvo de niño.

 

Alex estaba vestido como debía un vocalista (en su opinión): pantalones de cuero negros, camisa obviamente negra, con muchos vuelos y botas por supuesto que negras. Su estilo era entre vampiro y pirata, especialmente diseñado para acaparar el centro de atención. Se llevó igualmente un pañuelo atigrado para atar alrededor del micrófono.

 

Tarik fue por unos pantalones azules con estampado cuadrillé, rotos en lugares estratégicos, con varias cadenas colgando de ellos. La remera blanca de encima decía "God save the Punk" y estaba abierta a los costados, mostrando algunos tatuajes. Incluso los accesorios iban acorde: el típico collar pegado al cuello, con puntas metálicas y las muñecas cubiertas de pulseras por el estilo.

 

Y Matt…

 

Matt fue el más difícil, pues insistía en que la gente iba a escucharlos, no a verlos, lo cual podía ser una excusa para no vestirse punk o metalero o… pirata vampiro. Andaba con una polera negra y unos jeans gastados, además de las zapatillas rojas de siempre y no quiso cambiarse.

 

Darren encontró algún momento para cambiarse a ropa más cómoda que un empleado le llevó desde su casa: jeans, camisa oscura y una chaqueta deportiva. Sinceramente, se veía como el manager que era. Los juzgó detenidamente a todos cuando salieron de los camarines: se veían bien y estaban con una actitud positiva, eso siempre era bueno.

 

—¿Necesitan algo?

 

«Dormir» pensó Matt, lo cual le provocó bostezar abiertamente en respuesta. No era problema de nadie más que suyo la falta de sueño, además de que Darren no podía resolverlo, así que no dijo nada.

 

—Uhm, depende —contestó Alex a Darren. —¿Pueden cantar los coros? —preguntó a la banda. —No quiero usar playback. Si pueden, entonces necesitamos más micrófonos.  

 

Matt rodó los ojos. —Oye, pero qué buen momento para tener ideas, ¿por qué no dijiste antes?

 

—No tengo problema con cantar —dijo Tarik, posiblemente para llevarle la contraria a Matthew.

 

—¡Bueno, bueno! —intervino el baterista sonriendo grande. —Yo tampoco tengo problemas en cantar y todos nos sabemos los temas, así que está bien.

 

—Vale, traigo más micrófonos entonces —resolvió Darren, girándose sobre sus talones para salir de allí a cumplir su misión de manager / productor / todo lo que necesitaran esos pendejos mimados.

 

—Me pregunto de dónde saca todo —comentó Dexter, apoyando la punta de una baqueta en sus labios.

 

—No sé, yo creo que es un ángel —comentó Alex, haciendo luego una exclamación de dolor cuando recibió un golpe en la cadera con una guitarra. —¡No, no así! Es como un manager mágico.

 

Tarik negó con la cabeza y no dijo nada. Sabía que la familia de Darren era millonaria y poderosa, pero no iba a andar contando sus cosas.

 

—Ah, cierto, nos invitaron a una fiesta después de esto —sonrió.

 

—... —fue la respuesta de Matt.

 

Mientras Darren conseguía lo que faltaba, comenzando a acomodar los instrumentos en el escenario, preocupándose de que los sistemas de sonido funcionaran bien y que las luces dieran directo en el rostro de Alex (muy importante, según él). Quedaban unos 40 minutos para que comenzara el baile y de a poco notaban más ruido fuera del gimnasio.

 

Recibieron la confirmación de la boca de su manager, que cerró el telón tras él luego de entregarles los micrófonos faltantes. Se veía sorprendido.

 

—Hay... cien, no. Unas trescientas personas ahí afuera —murmuró.

 

—¡¿QUÉ!? —exclamó Alex. —¡INCREÍBLE!

 

Tarik no parecía sorprendido, entre él y Dexter, bueno... digamos que eran capaces de conseguir eso. Claro, la mayoría estaba allí con la promesa de salir ebrios y poder estar en una fiesta con Dexter y él luego del show. No podía decir que estuvieran allí para escucharlos tocar, pero era suficiente con que pagaran la entrada y bailaran un poco luego de tomar algunos vasos de alcohol.

 

—Buen... trabajo —dijo Matt a los demás. Quizás por primera vez estaba entendía lo que era ser parte de esa banda. Iba en serio. Lo hizo sonreír sin fijarse.

 

—Prepárense —indicó Darren, saliendo de allí. Le constaba que no habrían entradas suficientes, considerando que esa era sólo la gente que decidió llegar temprano, así que tomó a dos chicos cualquiera de la escuela y les instruyó imprimir papeles numerados para seguir contabilizando a la gente. No iba a perder ninguna entrada, pues el 50% de ese dinero era suyo y eso era suficiente como para prestarle toda su atención.

 

Dexter no sabía cómo contener su emoción y ayudó a poner todos los aparatos rápidamente en el escenario, asomando después la cara entre el telón para ver a las personas que comenzaban a entrar y servirse tragos.

 

—¡Alex, Alex! ¡Ven a mirar! —urgió, aunque se arrepintió de inmediato y antes de que llegara lo empujó hacia atrás. —¡No, espera, mejor no veas! ¡Nadie vea! ¡Que sea sorpresa cuando empecemos!

 

Los cuatro se quedaron de su lado de la cortina, conteniendo la emoción y nervios como podían. Cada vez oían más bullicio de la gente que entraba y silbaba, hablando animadamente y uno que otro grito de fondo. No faltaba mucho para que comenzara el show.

 

—Hey, esto es raro pero... ¿cómo nos llamamos? —preguntó Dexter, mirando a todos sus compañeros antes de reírse nerviosamente. —¡No tenemos nombre de banda! ¡Hahaha!

 

Entonces se instaló un silencio incómodo.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).