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La banda: El inicio por TeaPartyWriters

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Notas del capitulo:

ADVERTENCIA DE LEMON

Había una ligera pero perfecta diferencia entre ambas cosas, y hacía mucho que Dex no estaba con alguien, como para desaprovechar la oportunidad. Ya se había besado en una fiesta con el hermano mayor, ¿por qué no con el hermano de su propia edad?

 

—...¿qué? —preguntó Mitch, pensando que si era una broma debía fingir desinterés.

 

Fue el único en alegar que volvieran a sacar las cartas, porque para todos podía ser gracioso encerrarlos allí; nadie se cuestionaba demasiado la sexualidad de los demás y sabía que muchos eran abiertamente bisexuales (como Dexter, que se había acostado con algunos chicos de la escuela) o gay, pero él era hetero. Muy hetero. Tan hetero como para que le molestara estar ahí a unos centímetros del rostro de otro hombre.

 

—¿Cuál prefieres? —insistió el chico, tocándole apenas los labios con el pulgar.

 

El castaño le puso las manos en los hombros con la intención de apartarlo.

 

Lo que consiguió con eso fue que parte de su cabello le rozara los dedos. Lo tenía más largo de lo habitual, más largo que él... ¿podría pretender que era una chica? Dexter tampoco era muy masculino, quizás por eso no se sentía amenazado con la cercanía. De hecho, era raro, sentir tan cerca el calor de otra persona y su respiración... y él estaba muy ebrio y necesitado de un contacto que no conocía mayormente.

 

—T-tú... —murmuró en voz baja, incapaz de siquiera pronunciarlo. Si Dexter lo besaba, entonces... no sería su culpa.

 

La respuesta no se hizo esperar. Dexter se acercó para poder chocar sus bocas en un beso necesitado. Era brusco, no duro ni demandante, sino desesperado. Un beso que pedía participación, disfrute. Metió la lengua sin previo aviso y le apretó la cintura, abriendo las piernas para dejar que una de las rodillas de Mitch se acomodara entre sus muslos, y apoyarse contra ella.

 

Mitch participaba poco; los besos que había dado antes de ese fueron... orquestados, de alguna forma. Muy ordenados y estructurados, en la puerta de la casa de la chica que hubiera llevado al cine, preocupado de no sobrepasarse y ser el novio perfecto. Y allí estaba entonces, el mismo día que su novia terminara con él, recibiendo un beso absolutamente distinto, que le agitaba la respiración y no conseguía contestar bien, pues no podía mantener el ritmo.

 

Las manos le temblaban sobre los hombros de Dexter, quien repentinamente las tomó y las coló bajo su camisa, permitiéndole tener contacto con su piel. No fue desagradable. Sus dedos recorrieron hasta el borde de las vendas, controlando de a poco los temblores y bajando lentamente hasta acariciar su trasero. Ni idea por qué, ya no estaba pensando.

 

Un suspiro hondo salió de los labios del baterista y una sonrisa se apoderó de sus facciones mientras le desabrochaba la camisa al otro chico para besar su cuello. Su piel era tan suave, sabía a... nuevo. A que ciertamente le hacían falta emociones, excitaciones, y él iba a dárselas.

 

Pasó una de sus piernas por la cintura de Mitch, dejando que su mano recorriera por el borde del pantalón hasta acariciar una sola vez, con firmeza, la protuberancia que se formaba en el frente.

 

En siete minutos podían pasar muchas cosas. Apenas cumplieron dos y se escuchaba porque la gente afuera les iba anunciando cuánto tiempo les quedaba.

 

Mitch abrió los ojos, que ni idea de cuándo cerró, al escuchar un suspiro. ¿Acaso lo había causado él? Era raro, estaba teniendo muchas sensaciones a la vez, era como si todo el cuerpo de Dexter lo estimulara, cada movimiento que hiciera, hasta que culminó con esa caricia sobre sus pantalones y se sintió explícitamente endurecer. ¿Cómo lograba eso así de rápido?

 

En sus ebrios pensamientos, si Dexter lo iba a tocar allí, entonces lo más apropiado sería devolverlo, porque no podía ser que fuera el único sintiéndose bien, así que movió las manos hacia adelante y bajó una a su entrepierna, provocando que el chico se mordiera el labio y lo frotara con total descaro.

 

Recibió una lamida en el cuello y una invitación: —¿Quieres terminar esto en otro lado?

 

Mitch se detuvo, como si eso lo trajera de vuelta a la sensatez. Ya tenía la camisa desabrochada y una mano acariciando una erección que no era la suya; además, quedaban cuatro minutos en el armario, según escuchó.

 

Quería... suponía, terminar eso, pero... si salían y se iban a otra parte, todo el mundo sabría. Quizás ya asumían cosas por no escucharlos hablar o contestar a sus gritos.

 

—No sé... —murmuró, mirando hacia la puerta. —¿No podemos quedarnos aquí...?

 

—¿Para lo que quiero hacer yo...? No, no podemos —respondió Dexter, sonriendo en la oscuridad. Había algo en Mitch que le atraía, más allá del evidente parecido con su hermano mayor. —Quiero… — comenzó a decir, mas terminó haciéndole entender su idea al tomarle la mano y succionar uno de sus dedos. —No alcanzamos en tres minutos.

 

El rostro de Mitch se prendió. ¿Acaso quería…? ¿Así como... con su boca...? ¿Por qué querría hacerle eso? Es decir, ¿qué podía tener de agradable para él? Sonaba muy bueno para ser verdad.

 

—¿Por qué? —preguntó en voz baja, respirando aún algo agitado. Tenía que calmarse antes de salir, pero no lograba quitarse la imagen de la cabeza de Dexter... haciendo eso. ¿Estaba mal querer que lo hiciera de todas formas?

 

El baterista notó que sus palabras causaron un efecto en Mitch, al que contestó con un escueto y simple: —¿Por qué no?

 

La conversación no pudo continuar. Ambos tuvieron que acomodar sus ropas de manera que no se adivinara lo que pasó ahí dentro, principalmente porque Mitch se moría de vergüenza y sólo la idea de que les abrieran la puerta fue suficiente para matar sus pasiones.

 

Cuando los sacaron de allí, Mitch rió en voz alta y se fue en dirección opuesta del círculo de juego. —No, no, yo no vuelvo allí —alegó.

 

Se escucharon muchos "¡Wooooo!" por parte de varias personas que se concentraron en lo orgulloso que se veía Dexter más que en lo apenado de Mitch. De hecho, los pocos que lo vieron salir en dirección contraria le palmearon la espalda diciéndole que era un suertudo.

 

—¡Ahh, fue muy bueno, muy bueno! —se jactó el chico. —Pero tengo la garganta seca, luego entro a jugar otra vez.

 

Tomó su vaso descartable lleno de varios tipos de alcohol que no se molestó en confirmar y comenzó a seguir a Mitch, lo cual resultó una tarea más complicada de lo que anticipó. La gente lo detenía a medida que pasaba para felicitarlo por el concierto del baile y eso incluía un intercambio de nombres, números y selfies, porque Dexter no se hizo así de popular ignorando a sus fans. También se distrajo viendo que Alex ya estaba en ropa interior y que el círculo se propuso dejar en iguales condiciones a Matt; tomó un par de fotos para molestarlos luego.

 

Mitch consiguió desaparecer, entrando a un cuarto cualquiera, sin fijarse que había una pareja en la cama, pues todo lo que quería era encontrar una ventana y trepar al techo, pues necesitaba aire. Allí, en silencio, se recostó de espaldas y miró el cielo. La única razón por la que se encontraba en esa fiesta era porque sus amigos lo obligaron a ir, diciendo que no podía quedarse en su casa sufriendo por Allison, la chica que rompió con él ese día. Ni siquiera solía beber alcohol, muy metido en su mundo de deportista, sólo lo hizo por presión grupal y ese dolor en el pecho que no se iba.

 

Aunque… debía admitir que esos siete minutos con Dexter en el armario sí lo llevaron al cielo. Creía que le dolía menos lo de su ex.

 

En el pasillo, Dexter vio una pareja salir apresurada y tuvo una corazonada, por lo que entró y cerró con pestillo. Buscó con la mirada hasta que se le ocurrió asomarse por la ventana.

 

—¿Vas a bajar? —preguntó entonces al muchacho. —Todavía lo quiero hacer, ¿sabes?

 

Tenía la calentura de lo ocurrido en el armario todavía y se prometió a sí mismo que no se iría de esa fiesta sin sacarse las ganas. Mitch era su opción uno, aunque entendía si se negaba. Le provocaba una inevitable... excitación, pensar que él sería su primer blowjob. No podía asegurarlo, pero lo sentía.

 

Mitch pensó que era curioso no haberlo visto nunca antes y ahora ser su blanco. No tenía idea de quién era antes de esa noche. Algo mencionaban de una banda, pero él no fue al baile escolar para evitar encontrarse con su ex. Lo llevaron directamente a la fiesta.

 

—Ahm... okay —contestó con el rostro completamente rojo, bajando a la habitación con reflejos ridículamente buenos para su estado de ebriedad. Ya ni se cuestionaba si debía aceptar o no; si Dexter estaba allí, era por destino o algo así. —¿Debería… ducharme? —preguntó entonces, una vez estuvo frente a él. Sí tenía los jeans algo empolvados por el techo, pero en realidad preguntaba porque no tenía idea qué se hacía.

 

—No es necesario —recibió como respuesta mientras era dirigido a la cama, al borde de ella para sentarlo e inmediatamente tuvo al moreno entre sus muslos, pegando la boca a su entrepierna y apretando con los labios su miembro.

 

Desabrochó sus pantalones y miró hacia arriba, a sus bonitos ojos azules y le bajó la ropa interior. Pensó en lo tentador que se veía y pudo asegurar que se le hacía agua la boca. Lo lamió de la base a la punta.

 

Mitch sentía el corazón dándole botes en el pecho, por los nervios. Algo en la mirada del chico lo tranquilizaba de todas formas y ciertamente sentir su lengua en su parte más sensible hacía maravillas para generar confianza en él. Le llamaba la atención esa actitud de Dexter, como si lo disfrutara. ¿Sería agradable hacer sexo oral? ¿Tendría la boca sensible? Se mordió el labio sin darse cuenta, quizás para no gemir.

 

La respuesta era sí: Dexter lo disfrutaba mucho y lo demostraba al no dejar zona desprovista de su saliva mientras lo metía a su boca y empuñaba la base, moviendo la mano de arriba abajo para que ganara dureza y tamaño. Con la mano libre se tocaba a sí mismo por encima de la ropa, hasta que se decidió a desabrochar sus pantalones y masturbarse directamente, incluso rozando su trasero y metiéndose un dedo.

 

Para Dexter no era tan normal el sexo como, por ejemplo, Tarik. Sin embargo, dar blowjobs era una de sus actividades preferidas y podía hacerlo con quien no conocía por el simple gusto de satisfacer sus ganas. Le encantaba provocar placer en otras personas.

 

Claro que en lo que a Mitch respectaba, el sexo era un problema, porque las pocas veces que habló de ello con Allison, ella rodó los ojos. Mucho tiempo después entendería que no era un problema del acto en sí, sino que la chica no estaba tan interesada en él como creía.

 

—¡Aah...! —gimió, olvidando sus inseguridades. Dexter lo hacía de maravilla, todo era perfecto: la humedad, el calor, la fuerza de su mano... se excitaba cada vez más y eso le desesperaba, porque sus caderas no se quedaban quietas y notaba cómo palpitaba su erección bajo la lengua de Dexter.

 

Aferró las manos a sus hombros, inclinándose sobre él, vislumbrando entonces que estaba tocándose a sí mismo. Debía hacer algo en respuesta… Pero no tuvo tiempo. Sólo darse cuenta de que estaba tocando su propio trasero le hizo sentir un placer indescriptible; ni siquiera notó que se estaba corriendo. Menos pudo avisarle a Dexter.

 

—¡Lo siento! —se disculpó de inmediato al ver el rostro del otro chico.

 

Lejos de ofenderse, Dexter se relamió los labios. ¿Qué? ¿No podía tener un pequeño fetiche…?

 

—No es necesario —repitió como hacía un rato y sonrió de lado, quitándose los restos en su rostro con un pedazo de tela que encontró en la cama a tientas. —Fue muy bueno…

 

Cuando se puso de pie, aún visiblemente excitado y con intenciones de levantar la ropa que tenía a la altura de las rodillas, Mitch pensó que no podía dejarlo así, no era justo. Dexter era demasiado amable, simpático y paciente por dedicarse a… satisfacerlo. Merecía recibir lo mismo, así que bajó de la cama, aún sin poder normalizar su respiración y empujó al baterista al suelo, acomodándose entre sus piernas. No, no sabía qué hacía, quizás ni siquiera fuera placentero, pero tenía que intentarlo, así que tomó su hombría firmemente y rozó con sus labios antes de sacar la lengua y lamerlo como acababa de haberlo visto hacer.

 

Cuando sintió algo más de seguridad, abrió la boca y lo tomó en ella. Era raro, debía tener cuidado de no morderlo y no sabía bien qué hacer con los labios, pero creía no ser tan malo masturbando... en eso sí que tenía experiencia.

 

Sin pensarlo mucho llevó una mano al trasero del chico, introduciendo un dedo en él como también lo había visto hacer. Debía gustarle, ¿no?

 

—¡Aahh! —fue la respuesta sorprendida de Dexter y le gustó sorprenderse de una manera nueva, como nadie le había sorprendido antes. Movió sus caderas buscando más contacto con su boca y relajando su interior para poder disfrutarlo plenamente. No le era difícil entregarse, menos cuando sentía que se encontraba ante el momento más sexy posible. —Mm… más profundo… lo estás haciendo bien… —recalcó con una sonrisa antes de morderse los labios. Sus adentros parecían succionar su dedo entre palpitaciones.

 

Los movimientos de sus caderas le indicaban a Mitch el ritmo que debía seguir; en gran medida era Dexter buscando el roce de su boca y él intentando mantenerlo allí, tocarlo con la lengua, tratando de imitar lo que había sentido anteriormente. No sabía bien qué hacer con su dedo, aunque Dexter mismo lo guiaba y metió otro dedo en él cuando se lo pidió.

 

Nunca había estado tan concentrado en el placer de alguien más, sólo escucharle a Dexter decir que iba bien le había agitado el corazón. Habría sonreído si no hubiera tenido los labios ocupados. ¿Lo lograría? Quería lograrlo.

 

Y lo estaba logrando, sin lugar a dudas. El cuerpo de Dexter se retorcía con una vulnerabilidad y entrega totalmente opuestos al Dexter que había comenzado con todas las atenciones de forma confiada y gustosa. Los roles se  cambiaron: ahora Mitch estaba haciéndolo perderse con sus atenciones. Eran inexpertas, pero aún así eso se le hacía de lo más atractivo, porque lo compensaba con un esfuerzo admirable.

 

—Voy a... corr… —balbuceó, llevando su mano al cabello del chico para advertirle con unas caricias que iba a venirse. Los dedos de Mitch estaban muy hondo dentro de su cuerpo, tocando ese lugar sensible que lo tuvo gimiendo muy alto. Su cuerpo se contrajo en espasmos con el orgasmo.

 

El castaño no quiso apartarse, aunque ciertamente no pudo contenerlo todo entre los labios, tragó lo que pudo y terminó cayendo por su mentón. No podía creer lo satisfecho que se sentía, tan... orgulloso de haberlo logrado, de haber podido retribuirlo. Se limpió con el dorso de la mano, manchando su camisa.

 

Dexter miró a su compañero de esa noche con una sonrisa lujuriosa, haciéndole una seña con el dedo. —Bésame.

 

Obedientemente, Mitch se alzó para besarlo. La habitación le daba vueltas, no sabía si por el alcohol o la actividad, pero los labios de Dexter se sintieron bien. A ese momento le siguieron al menos veinte minutos de intercambio de besos, caricias, manos explorando y susurros sin mucho sentido de cosas que ciertamente ninguno recordaría por lo insustanciales.

 

—Debería volver —murmuró el moreno con un gesto algo perdido hacia la puerta. Hacía rato se había acomodado la ropa y estaba recostado de lado en el piso con Mitch, que estiró los brazos y lo acompañó en la vigía hacia la puerta.

 

Había pasado cerca de una hora sin pensar en Allison, gracias a Dexter. No sabía si quería pasar esa puerta,  ya que sus amigos le harían preguntas que él no quería contestar. Ni siquiera quería contestarse a sí mismo qué diablos estaba haciendo.

 

Sólo que... una hora con Dexter había sido mejor que seis meses con Allison, incluso dejando lo sexual de lado, ¿qué conclusión debía sacar?

 

—Yo también, supongo —contestó, sentándose en el suelo, pasándose las manos por el cabello ligeramente húmedo. Mientras más tiempo pasara, más preguntas le harían.

 

Se puso de pie y abrió la puerta, viendo que no había tanta gente en el pasillo. Miró entonces a Dexter, sin saber bien qué decir. —Ahm... Gracias. Me sentía mal, pero ahora estoy mejor —sonrió.

 

Recibió por respuesta una caricia en el rostro y un beso rápido por parte del baterista que le guiñó el ojo antes de salir. La fiesta seguía tal y como cuando ellos la dejaron para encerrarse en ese cuarto. Apenas salieron otra pareja entró sin siquiera preguntar si estaba disponible. Tanto Mitch como él se fueron cada uno por su lado e intentó encontrar a su banda.

 

—¿Williams? Uf, es tan aburrido —escuchó hablar a una chica, por lo que se giró a enfocar a Tiffany, del segundo B conversando con Allison, del tercero A, justamente la muchacha que los llevó a él y a Tarik desde la escuela.

 

—O sea, es un buen chico y todo pero ya me cansé, ¿sabes? Se lo tomaba todo muy en serio. Yo le decía "Mitch, ya cálmate, ¿vale? No me voy a enamorar en dos semanas ni cambiar mi estado en Facebook”.

 

—¡Qué lata! Bueno, ¡festejemos que te lo sacaste de encima!

 

¿Sacárselo de encima? ¿Acaso habían salido juntos? Dexter miró unos segundos a ambas, preguntándose cómo podían sonreír de esa forma y pronto las palabras del castaño le volvieron a la mente: "me sentía mal, pero ahora estoy mejor". ¡Y ella ahí, tan feliz de haberse quitado de encima a un gran chico como Mitch...! No que lo conociera mucho, pero se habían hecho una felación mutuamente y hasta hacía cinco minutos atrás se besaban sin descanso entre sonrisas en un cuarto. ¡Creía que sí era su asunto y se metería en él!

 

—¡Hola, chicas! —saludó entonces el baterista, robando una bebida de una mesa cercana sin ver el contenido. —No pude evitar escuchar un poco de lo que decían y te digo, Allison, tomaste la decisión correcta.

 

—¿Verdad? —preguntó Tiffany. Ambas se emocionaron de tenerlo cerca.

 

—¡Seguro! Es decir, ahora que no estás con él entonces ya es totalmente mío, ¿no? ¡Menos mal! Ya me preocupaba esto de mantener la relación oculta porque no quería dejarte por lástima... qué bueno que tomaste la decisión por él.

 

Las muchachas quedaron estupefactas en su lugar. Dexter no quiso ahondar, era sólo una broma para desquitarse. —Bueno, me llaman mis amigos, ¡nos vemos, chicas, se cuidan! ¡Gracias por traernos, Allison! —agregó, ondeando la mano.

 

Se desapareció para bailar con más personas, pues eso habían prometido. No sabía que los amigos de Mitch estaban buscándolo para sacarlo de allí apenas se enteraron de que Allison también había ido. La verdad, nunca les gustó que saliera con ella, pues corría el rumor de que fue por una apuesta y luego la chica se encariñó con él, pero seguramente no lo suficiente. Esa era la versión hasta el momento, que se había hartado.

 

Sin embargo, gracias a Dexter, la historia que se contaría sería otra. Probablemente se diría que Mitch había terminado con ella en las posteriores versiones. Y él no tenía idea de que tendría que enfrentarse a esos rumores, además de una escena de Allison, únicamente dejó que lo llevaran de vuelta a casa, muy ebrio para expresar desacuerdo.

 

***

 

—¡Eh, Dex! —exclamó Tarik desde entre un montón de gente que bailaba.

 

No había querido jugar al cuarto Rey, pues le gustaba su ropa donde estaba y porque secretamente tuvo miedo de que le tocara besar a Matthew o algo así. EEW. Así que se había ido a bailar y estaba bastante metido en la canción, entre un grupo de gente a medio vestir, con vasos que derramaban su contenido etílico y una que otra droga menor siendo compartida. Alguien puso unas luces interesantes, era casi como estar en un club y Tarik logró distraerse al cerrar los ojos y dejarse llevar por la música. Le encantaba Foals.

 

Eso hasta que sintió un roce en el brazo. No era raro tocarse con otras personas mientras se bailaba y pensó que Dexter habría logrado sortear el mar de personas para alcanzarlo, pero reconoció el cabello largo al tacto y tuvo que mirar. Era Darren.




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