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La banda: El inicio por TeaPartyWriters

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Saliendo del lugar, el peliverde ignoró que Tarik se quedó inmóvil en su lugar, decidiendo que era el mejor día de su vida. Aunque apenas unos segundos después, Alex se sorprendió de verlo patear una pared y dedicarse a gruñir.

—¿Qué? ¿Qué te pasa?

—¿¿¿Viste cómo lo miraba??? ¡Le gusta el imbécil ese!

—¿Qué? No, para, Tarik, eso no fue nada.

El rubio volvió a gruñir y terminó sentándose en el suelo, apoyando la frente en sus rodillas. —No sé qué hacer —confesó.

Secretamente, Alex esperaba ese momento. Tarik sólo pudo contarle su amor no correspondido, ¡de tantos años!, una noche en que ambos se embriagaron y sintió que no fue capaz de darle consejos. Claro, contaba con nula experiencia en el amor, ¡pero le interesaba mucho y se consideraba un experto en comedias románticas, novelas y teleseries!

Así que se sentó a su lado. Además, los dos eran igual de dramáticos para sus cosas y por eso se llevaban bien. —¿Por qué no le dices y ya? Se conocen hace años, son buenos amigos...

—No, no —negó de inmediato. —Darren me habla igual que al resto, lo necesario y ya. Y le he dicho varias veces...

—Pero no en serio, siempre lo haces cuando estamos todos, ¿cómo se lo va a creer?

Tarik se quedó en silencio. Su mayor miedo era que si lo decía seriamente, no tendría vuelta atrás, porque si Darren lo rechazaba seriamente, ¿qué iba a hacer? Lo único que tenía eran bromas, sólo así podía intentarlo, porque no era un riesgo real.

Años atrás, era sólo un pendejo tímido y había tenido que obligarse a ser distinto, a ser alguien que pudiera hablarle sin temblar.

En vista de su silencio, Alex le puso una mano en el hombro. —Oye... al menos aprovecha el sentimiento para escribir una canción. Eso te va a ayudar —sonrió.

**

Darren se dirigió a la tienda de instrumentos musicales que tanto le gustaba a sus compañeros y donde compró las partes de batería faltantes. Estaba escribiendo en su celular con la mirada distraída hasta que el encargado, un muchacho alto con una sonrisa amable, se acercó a preguntarle qué necesitaba.

—Un bajo, el mejor que tengan —exigió con seguridad. Tenía su tarjeta de crédito preparada. Era algo así como un chico mimado con buenos ingresos en su familia.

Le mostraron varios modelos de la mejor marca, cuyos precios eran bastante elevados, y terminó eligiendo el que tenía el color negro, que se veía elegante para su gusto. También compró afinadores para Tarik y Matt.

Salió de la tienda con el instrumento al hombro y planificó en su cabeza lo que quería para el siguiente ensayo.

Escapó minutos antes de clases para preparar la sala, repitiéndose que era parte de su trabajo como manager y no que le interesara ver las expresiones tontas de sorpresa en sus compañeros. Sólo era muy eficiente y consciente de que los otros idiotas no podían seguir perdiendo tiempo de sus propias clases cuando a duras penas conseguían calificaciones decentes. Él sí podía darse el lujo, estaba en el tope de su curso.

Matt fue el primero en llegar y el que se encontró con un bajo esperando por él. Tenía un moño azul en el puente y su nombre, “Barker”, inscrito en la madera de un costado con una letra prolija, indudablemente destinado a él. Darren lo saludó normalmente.

—Vaya, no tienen que comprarme con regalos, ya estoy en la banda —dijo a la única persona que estaba allí.

—No es un regalo, es una inversión —contestó sin mucha emoción Darren, volviendo a sus anotaciones y mandar mensajes por teléfono. —Y sí, estás en la banda, por eso es mejor que tengas instrumento propio y practiques en tu casa.

Apenas sintió pasos, Matt guardó el moño en su bolsillo. No quería que Tarik se diera cuenta del regalo y armara una pelea al respecto.

—Pero mira, me la imagino así: "Háblame, ten compasión, me tocas en muchas maneras, pero soy tímido, ¿no lo ves?” —se oyó la voz de Alex cantar en los últimos pasos del pasillo hacia el aula.

—Sí suena bien, pero ya para —le pegó un codazo Tarik, que iba con la cara un poco roja, porque no quería que nadie escuchara esa canción tan evidentemente de su parte para cierto manager peliverde que ni de broma le correspondía.

Dexter llegó trepándose por la ventana con una gran sonrisa, como siempre. Tenía las baquetas en la boca y Darren lo miró como si fuera lo más normal del mundo. El chico era totalmente excéntrico y a veces no le daba la gana de usar puertas... Matt sí lo miró raro.

—¡Hola, Matthew! —saludó con una sonrisa, plantándose entonces frente a él con una expresión que pronto se hizo muy seria. —Antes que nada, me gustaría disculparme por pensar que eras una persona mala. Lo siento, ahora sé que eres un buen tipo, además de habilidoso, y espero seamos amigos.

—Gracias... por pensar eso, haré lo posible por cumplir las expectativas —respondió Matt, dando esa sensación de ser sumamente adulto y compuesto, cuando al segundo se quedó dudando de si había sido demasiado formal.

Luego entraron Alex y Tarik; el segundo concentró su atención en Darren.

—Te ves bien hoy, ¿quieres salir conmigo?

Debía ser la quinta vez que se lo decía en la semana. Era martes. Una vez más Darren rodó los ojos, empujándolo un poco de los hombros con un gesto cansado, preguntándose qué tan insistente podía ser con esa broma.

No era sólo que llevaba más de tres años escuchándola sin descanso, una y otra vez. Era que Tarik se acostaba con todo el mundo y se había ganado una cierta fama en la escuela. Incluso Darren lo había visto llevarse gente consigo después de clases y cada vez que había una fiesta alguien salía diciendo que habían tenido sexo, como una gran medalla que todos compartían en esa generación, ¿¿y se atrevía a pedirle una cita, como si fuera igual de fácil que el resto?? Sinceramente, le ofendía.

—No, ve a ensayar. El tiempo de todos es valioso.

Tarik rió como si no fuera la gran cosa, alimentando la idea de Darren de que aquello era una broma, y se repitió mentalmente que todo estaría bien, que mientras siguiera ganando experiencia con otras personas, eventualmente conseguiría a quien quería de verdad.

Alex saludó al resto y se fue al micrófono. —¡Rápido, tenemos 29 minutos! ¿Cierto? —preguntó a Matt, quien asintió, confundido.

—Hey, ¿qué les parece si hacemos hoy Lithium de Nirvana? - ofreció Dexter. - ¡O Killing in the name! ¡O...!

—¡Lithium! —votó Tarik.

—¡Vale! —accedió Dexter, contento de hacer uno de sus temas preferidos primero, y así fue que Darren repartió las canciones que por supuesto preparó adelantadamente. A ratos pensaban que les leía la mente. —Aunque deberíamos comenzar con canciones propias pronto.

—Sí, es cierto. —concordó Darren mirando a Alex, que era el responsable principal de dichos temas, ya que los vocalizaría y se jactaba de ser el líder de la banda. —Luego hablaremos de ese tema.

—Yo tengo escritas alrededor de 132 —comentó Alex, cuya motivación con la banda iba por encima de cualquier otra cosa. —Puedo traerlas para que musicalicemos, e incluso tengo una de la que Tarik sabe la melodía y podemos tocarla al final —ofreció.

Tarik comenzó a toser con algunos insultos entremedio, pero Alex no le puso atención. Si decía que la canción era suya, daba igual, ¿no? Sólo le parecía realmente buena y quería cantarla. Además de que su amigo le agradecería después.

Fuera del salón y acurrucado bajo la ventana, estaba ese muchacho de pelo negro, oyendo atentamente lo que sucedía allí adentro. No alcanzaba a distinguir exactamente las conversaciones, pero sí la música. Se sentía contento de que otras personas admiraran el talento de Matt, a quien oía desde hacía tiempo en secreto. Llegaría lejos si al fin se daban cuenta de lo hábil que era.

Dentro del salón, la banda tocó algunos temas y cuando quedaban 5 minutos, Alex le hizo una seña a Tarik, que negó con la cabeza, pero igualmente tomó la guitarra.

—Okay, será un pedazo nada más, pero para que se hagan la idea —anunció antes de comenzar a cantar.

El tema, al ser algo acordado entre Alex y Tarik fue una cosa que solo pudieron tocar ellos por el momento. Mientras tanto, Dexter y Matt prestaron atención para ver cómo aportar más tarde desde sus propios talentos. Era una canción sumamente romántica, pero Alex siempre escribía ese tipo de cosas porque pretendía encontrar al amor de su vida a través de la música (y la fama).

Lo único que hacía levantar sospechas era el sonrojo de Tarik y el hecho de que evitaba la mirada de todos los presentes. Sin embargo, Darren no logró darse cuenta, pues oía a medias a la vez que revisaba y enviaba correos desde su celular. La banda no era su único proyecto.

—Vaya, qué bonita canción —comentó Dexter con una sonrisa. —Luego compartan las notas para practicarla, ¡pero me gusta mucho!

—Cuenta una buena historia —agregó Matt.

—¡Y es absolutamente ficción! —saltó Tarik. —Ah, qué talentoso es Alex, la inventó desde cero. —Le dio una fuerte palmada en la espalda al susodicho. Una FUERTE palmada en la espalda, de pura amistad. PURA AMISTAD.

Alex aceptó los halagos y Tarik buscó guardar su guitarra para no tener que enfrentar a nadie. Cuando Matthew comenzó a despedirse para ir al trabajo, Darren se acercó a entregarle la funda del bajo.

—Nos vemos mañana —declaró.

—Sí, buen ensayo.

Con eso, Matt abandonó el salón. Ya iba un poco atrasado, así que comenzó a correr, viendo por la hora que se le iría el bus si no se apresuraba. No tuvo tiempo siquiera para recibir la mirada de odio de Tarik respecto al recién notado bajo.

El chico de pelo negro que seguía escuchándolos en secreto esperaba en la parada del bus desde hacía un rato y al fin vio que el transporte aparecía. Al subir, tuvo el instinto de mirar hacia atrás y pudo ver una cabeza azul corriendo entre la gente; Logan atinó a fingir un repentino dolor de estómago para detenerse. El bus no iba a seguir estando él con un pie dentro y otro fuera. El chofer lo vio con fastidio.

—Anda, chico, que no tengo todo el día —le urgió.

—S-sí, solo un momento por favor… —respondió con nerviosismo el jovencito, mirando discretamente hacia donde estaba Matt, y no fue hasta que llegó que se decidió a subir, ya seguro de que el peliazul pudiera acceder también.

Una vez arriba, Matt se permitió respirar por la boca, agitado por la carrera. Pensó en que tuvo suerte por la demora y que debía tener más cuidado con los tiempos de ensayo, pues su ventana entre la escuela y el trabajo era tan amplia y lo despedirían si no cumplía con los horarios. A veces pensaba en dejarlo y dedicarse sólo a… otra cosa que le daba más dinero, pero que no era capaz de hacer sin sentirse horrible ni conservar su dignidad. Debía trabajar en algo honesto o su conciencia no lo dejaría tranquilo.

Se fue al final del bus, donde estaba algo más vacío y se dio cuenta de que estaba ese compañero de laboratorio que le habían asignado. Diablos, ¿cómo se llamaba? Era tan, tan malo con los nombres. Pero seguro a él no le importaría, sólo habían hablado una vez, así que le hizo un gesto por saludo, sin decir nada y se sentó a su lado, mirando por la ventana.

El corazón de Logan se fue a su garganta de la emoción por tener al peliazul a su lado y respondió al gesto con un muy débil y tímido “Hola Matt...tthew…”, que no logró oírse. Se regañó mentalmente y quiso volver a intentarlo, pero se dio cuenta de que Matt iba quedándose dormido. Pobre, se le notaban las ojeras… ¿Sería por estudiar mucho?

Decidió no molestarlo y sacó un libro para leer en el viaje. Eso hasta que sintió el peso de la cabeza peliazul en su hombro, obligándolo a mirar de reojo a su lado para ver que Matt estaba profundamente dormido. Nunca había estado tan rojo en su vida, ni se había fijado tanto en la respiración de otra persona. Apretó los labios y se contuvo de respirar agitadamente de los nervios que sentía en ese momento... ¿Era un sueño?

Hizo el amago de pasarle los dedos por el flequillo solo para saber si era tan suave como creía, aunque se limitó a acercar la mejilla ligeramente, para sentir los cabellos desordenados contra él. Era... ojalá nunca se acabara ese momento. Podía ser feliz por cien años con sólo unos minutos más.

Sabía dónde bajaba porque muchas veces compartieron el mismo bus, desde asientos distintos. Para fortuna de Logan, pudo disfrutar de quince minutos en el cielo antes de tener que juntar valor para despertarlo.

—Matthew... estás... uhm, cerca de tu parada... M-Matthew…

—¿Ah? —despertó al escuchar su nombre, obviamente desorientado al principio y luego alarmado. Miró por la ventana, viendo que aún no se pasaba, pero tenía que ponerse de pie de inmediato. —¡Gracias, me salvaste! —dijo al muchacho al pasar por su lado. —¡Y perdón por dormir encima tuyo! —agregó al bajarse.

Logan le sonrió torpemente, moviendo la mano para despedirse, agradeciendo en secreto poder pasar ese rato con él.

Una vez solo miró el asiento a su lado y se movió hacia él, tímidamente con una sonrisa oculta tras su bufanda, que se volvió una risa tímida de pura felicidad.

**

—La canción, la escribí yo, para ti —se dijo Tarik a sí mismo en el espejo del baño de hombres, luego de cerciorarse de que estuviera vacío. —¿Te acuerdas de la canción? Bueno, ¡este tipo! —se apuntó con los pulgares. —¡Hey, canción, yo!

Golpeó el espejo con la frente. No podía. ¿Y qué caso tenía haberle escrito una canción? No saldría con él porque era un perdedor y lo sabía, aunque cambiara su apariencia y su actitud, seguía siendo el mismo perdedor de anteojos e inhalador de hacía 10 años atrás.

—Agh, da igual —giró hacia la puerta, con las manos en los bolsillos.

No obstante, se encontró de frente con la peor persona para ver en ese momento. Darren alzó la mirada de su celular y vio a Tarik, saludándolo con un "hola" discreto antes de pasarle por al lado. Esa mañana se lo veía cansado. Con tantos arreglos de la banda para que tocaran en un bar relativamente grande de la ciudad estaba exhausto y sabía que no le había ido bien en su examen de matemáticas. Tenía mucho en la cabeza.

—Hola... —murmuró el rubio, notando que había algo distinto en Darren. Sí, se veía agotado y malhumorado, probablemente lo mejor que podría hacer era seguir su camino y dejarlo en paz.

...sólo que no podía. Al instante se giró hacia él. —Darren, ¡salgamos en una cita! —sonrió.

El peliverde estaba a punto de abrirse los pantalones para atender el llamado de la naturaleza cuando oyó la repetitiva invitación, una vez más, estando solos. Detuvo su tarea y se giró a verlo con una ceja alzada.

—¿Por qué? —preguntó, acompañado de un suspiro cansado. Siempre le decía que no, pero pensó que quizás hablándole un poco más podría terminar con esa estupidez.

—Porque soy divertido —contestó como si fuera obvio. —Pregúntale a cualquiera…

—No, no lo eres —fue la respuesta del peliverde, que lo miró con seriedad. —De verdad, Tarik, no sé qué te pasó.

Antes, cuando eran niños eran los mejores amigos, allá en aquel tiempo cuando incluso Darren era sonriente e ingenuo, pero ya había pasado, todos habían cambiado y no podía reconocer a la persona que tenía delante. Ahora, lejos de estimarlo como en el pasado y ser su primera opción para confiar, era totalmente lo opuesto.

—No voy a salir contigo —sentenció crudamente. —Déjame tranquilo.

No terminó sus asuntos y comenzó a dirigirse a la salida.

—Sí lo soy, pregúntale a cualquiera en la escuela —insistió Tarik, como si estuviera preparado para escuchar eso. Ni siquiera se veía afectado por el rechazo de Darren, al menos hasta que alcanzó la puerta.

Se adelantó y la mantuvo cerrada con una mano, aún con el chico de espaldas a él. —¿Por qué? ¿Qué no te gusta de mí?

—No me gusta lo que eres ahora. No me gusta que intentes jugar conmigo. —Le apartó la mano de la puerta sin ningún tipo de violencia y lo vio con frialdad. —¿Por qué será que no entiendes?

—Porque no tiene sentido. Le gusto a todos —se defendió. Era primera vez que lograba hablar del tema seriamente con Darren y pensaba que debía continuar. —¿Qué tiene de malo jugar? ¿Qué es lo que quieres si no?

—¡Quiero que me dejes en paz si vas a seguir así! —exclamó Darren y le pegó en el pecho con la palma, para apartarlo, aún así sin mucha fuerza. —Deja de hacer el tonto, ¡enfócate! —le exigió, girándose para irse.

Y esa aunque esa orden no era sólo por lo de la banda, "enfócate en la banda" fue todo lo que pudo interpretar Tarik mientras veía salir del cuarto esa espalda que le encantaba, que le era inalcanzable. Creía que si aún mantenían algún lazo era porque iban a trabajar juntos en ese proyecto.

Le gustaba ser como era en ese momento, no se preocupaba tanto como antes, no vivía con ansiedad o miedo de cometer un error ni preocupado de qué fueran a pensar de él, era liberador, pero... por Darren podría ser de cualquier otra forma, solamente quería ser una persona que le resultara atractiva.

Se miró unos segundos al espejo. ¿Qué más tenía que hacer?

Enfocarse en la banda. Cuando a la banda le fuera bien, quizás estaría orgulloso de él y podría mirarlo con otros ojos. Tendría que concentrarse en mejorar.

En el pasillo, Dexter caminaba despreocupado, practicando con sus dedos en el aire lo que iban a tocar ese día y repasando mentalmente otras notas con una sonrisa y cantando solo. Cuando vio la cabellera verde pasar a su lado alzó la mano para saludarle, incluso llegó a decir un: —¡Hola Dar...! -

—Ahora no, Dex —lo cortó el chico.

Luego, al entrar al baño se encontró con Tarik y le sonrió aunque lo veía pensativo.

— 'sup —saludó, tanteando el terreno.

—Yo. —saludó el rubio de vuelta, dándose entonces unos golpecitos en la cara, porque no necesitaba andar poniendo de mal humor a nadie más. Si tenía que enfocarse, entonces lo haría. —Hey, voy a ensayar, ¿quieres venir?

—Ehm... uh... dale.

¿Tarik Presley pidiendo ensayar en horarios no destinados al ensayo? Vaya, iba a llover. A Dexter le agradó la actitud del rubio para con la música y lo siguió con una sonrisa.

Se daba cuenta que había pasado algo con él y Darren que se había visto así de serio al entrar, pero no era un mal resultado que volcara sus energías en la banda; tenía que felicitarlo, era un gran comienzo para seguir adelante con el proyecto. Con Matt como bajista la posibilidad de crecer palpable. Ya no parecía tan sólo una idea loca de Alex, sino una realidad y un sueño hermoso que podrían alcanzar con el esfuerzo de todos.


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