Todos estaban reunidos en aquella casa de lago, había terminado el último adiós de esa persona tan amada por todos los presentes, Steve veía como todos se retiraban a ciertos puntos específicos de aquel hogar para recordar cosas vividas, contar como seguirían adelante y como la guerra contra Thanos al fin había acabado.
Decidió que era momento de irse, pues no aguantaba el gran dolor que estaba sintiendo desde que Tony se sacrificó por todos ellos, si tan solo él hubiera estado más cerca, si tan solo no hubieran dejado a Thanos llegar a su presente, si tan solo… pero como todos le decían él hubiera no cambiaría las cosas, ya no. Dispuesto a salir de aquel hogar que Tony había hecho con Pepper, se encontró con ella mirándolo con una sonrisa que Steve no supo descifrar del todo, ella le hizo una seña mientras entregaba a Morgan a un dolido Happy, sin embargo cambio su semblante en cuanto cargo a Morgan.
Steve siguió sin prisa a Pepper quien entro a una de las habitaciones, al parecer era el despacho de Tony, había varias fotografías de Morgan y Pepper, hasta que en una orilla vio las fotos de varios de sus amigos, Tony con Peter y… sus ojos se abrieron con sorpresa al ver una sección de pared dedicada a él, eran recortes de periódico antiguo y reciente hablando de él junto con algunas fotografías donde salían juntos o con otros vengadores, parecidas a las del Museo, el nudo que cargaba en su garganta se hizo más grande y tuvo que quitar la mirada de ahí si no quería llorar frente a la mujer que lo miraba atenta desde el sillón.
-Necesito hablar contigo, Steve- dijo con una voz cariñosa y él solo asintió, con miedo de que si hablaba se diera cuenta de las terribles ganas de llorar que tenía, no podía doblegarse, no frente a ella o cualquiera de los presentes ahí. Solo podía llorar para él.
Una vez se sentó estuvo más calmado en el sillón, miro a la rubia esperando a que empezara pero ella ya no le veía a él, veía hacia afuera unos pajarillos cercanos que se encontraban en la ventana.
-¿Señorita Potts?- dijo Steve con una voz susurrante.
-Steve, por favor solo dime Pepper- dijo sonriendo ligeramente aun cuando sus ojos reflejan aun el dolor de haber perdido a Tony
-Lo siento, Pepper- tal vez fue por el mismo dolor reflejado en los ojos de ella que esa disculpa salió de su boca, tal vez fue la culpa de no cumplir con la promesa de regresar a Tony a salvo con su familia.
-No, la que debe disculparse soy yo- y eso lo descoloco- no me mires de esa forma Steve-
-No sé de qué tienes que disculparte tú, Pepper- dijo sin entender.
-Ni yo, ni nadie te culpa de esto- comenzó a decir- lo que paso fue inevitable- rio ante esas palabras que el mismo Thanos había dicho – Tony lo sabía, sabes… el día que descubrió que lo que habían venido a decirle, sobre el viaje del tiempo era posible quiso lanzarlo al lago y hacer como que no había descubierto nada, puedes creerlo, aquel hombre que se jactaba por cualquier cosa que descubriera ahora simplemente quería dejarlo de lado-
-No era propio de un Stark- sonrió triste al igual que su compañera.
-Eso mismo pensé yo, estaba demasiado preocupado de echar a perder todo lo bueno que le había pasado nuevamente, y temo decir que yo también, sin embargo… le dije que lo hiciera, que si había la posibilidad de rescatar esas personas lo hiciera, el siempre había luchado por hacer lo correcto y sé que no dormiría si solo dejara pasar la oportunidad de hacerlo esta vez, y míranos-
-¿Te arrepientes?- dijo apretando sus manos, tratando de reprimir todos los sentimientos que querían salir.
-No, sé que lo perdí pero… no me arrepiento de la decisión que tomo, ya no. Pero si me arrepiento de algo y sé que tu también lo haces- se acercó a Steve tomando las manos de este hechas puño – Steve, perdóname, sé cuánto lo amabas, sé cuánto él te amaba- dijo casi susurrando las palabras y Steve abrió los ojos impresionado, quiso decirle que no era verdad pero las palabras no salían de su boca- No pueden mentirme a mí, a la mujer que lo amo por mucho tiempo, que lo observo demasiado tiempo, sabía que Tony sentía algo por ti desde mucho tiempo atrás, y cuando te conocí, cuando ibas al complejo o te acercabas a él, lo sabía también, esa mirada era la misma con la que yo miraba a Tony y que Tony te veía a ti-
-Pepper, estas confundida él te amaba a ti, se casó contigo- dijo tratando de hacer entrar en razón a aquella persona tan importante en la vida de su Tony.
-Sé que me amaba, no me hubiera casado con él de no haberlo hecho, sin embargo su amar hacia a mí es muy diferente al que siente por ti, Steve, el que sentía- dijo con pesar- Steve él te amaba como nadie, estaba herido por lo que hiciste y no es que me haya utilizado para olvidarte, él solo quiso darse otra oportunidad de ser feliz, porque pensó que la primera persona que amo en realidad era un imposible, pero no lo era ¿verdad?- Steve solo negó con la cabeza, aun asimilando todo.
-Perdóname- dijo después de un tiempo en silencio.
-Lo vuelvo a decir Steve, no te disculpes, al menos yo no tengo nada que perdonarte- sonrió mientras comenzaba a acariciar las manos de aquel hombre que sufría tanto y aun así no derramaba ninguna lagrima aun- Steve, Tony estuvo enamorado del Capitán América desde su infancia, cuando al fin te conoció estaba eufórico, sin embargo también un poco decepcionado, después él se enamoró de Steve Rogers y ahí fue cuando perdió y gano todo al mismo tiempo. Steve, si hay una sola oportunidad de que cumplas aquellas promesas que dejaste atrás, debes cumplirlas-
Steve sabía perfectamente a que se refería, antes de darle el último adiós a Tony habían hablado sobre el viaje para regresar las gemas a su tiempo, y no alterar nada. Pepper había estado presente, escuchando atentamente lo que Hulk, Banner, él, había explicado sobre las líneas, los universos y demás.
-Tú sabes que no alterara nada, no en este presente, si hay chance de que seas al fin feliz deberías tomarlo- ella dejo de acariciar aquellas manos para poner su cabello detrás de su oreja- No es lo que Tony siempre te decía- sonrió- No porque seas un superhéroe tengas miedo de mostrar tus debilidades Steve, por primera vez, verdaderamente toma una decisión egoísta para que tú seas feliz- y sin más lo abrazo como si se tratara de su pequeña, pues aquel hombre parecía un pequeño indefenso.
Y Steve no sabe en qué momento las lágrimas comenzaron a caer una por una, ni los pequeños sollozos que se escuchaban en aquella habitación.
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Steve le pidió permiso a Pepper que si podían instalar en su hogar la máquina para regresar las gemas, era necesario para él ver por último el lago donde las cenizas y el primer corazón de Tony estaban, ella no se negó, sabiendo con esto la decisión que Steve había tomado. Steve le había pedido que no le dijera a nadie sobre su decisión y ella respetaría eso.
Sam, Bucky y Bruce eran los únicos que se encontraban con él para ver todo, cuando Sam le dijo que quería acompañarlo solo sonrío diciéndole que era su deber, y cuando fue el turno de despedirse de su amigo vio en esos ojos que ya sabía todo, tal vez por eso sus palabras.
Llegó el momento y él se fue.
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-Ve Sam- dijo Bucky y este solo acato lo que dijo el otro.
Sam no podía creer lo que sus ojos veían en un principio, pero se sentía extrañamente feliz de ver a Steve sonriendo, de forma completamente sincera.
Cuando pregunto por la vida que había pasado este dijo que no le contaría nada, volteo a ver a Bucky viendo que ahora no estaba solo, Pepper Potts veía con atención a Steve.
-Puedes decirle que venga- dijo sin voltear aun el hombre sentado, Sam asintió.
Steve no podía quitar la mirada de aquel Lago, lo último que vio antes de irse. Cuando al fin Pepper llego a su lado, él le hizo una seña para que se sentara.
-Bienvenido Steve- dijo ella con una sonrisa.
-Gracias Pepper- contesto sonriéndole también.
-¿Cumpliste con todas tus promesas al fin?- pregunto ella mientras nuevamente como hace unos días atrás agarraba las manos de Steve, solo que se sentían tan diferentes en esta ocasión.
-Sí- la sonrisa y el brillo en sus ojos fueron suficientes para que Pepper supiera que decía la verdad- Todo gracias a las palabras que me dijiste aquella vez-
-Alguien tenía que hacerlo, Steve- rio- ¿Me contaras a mí?- dijo aun riendo pues había escuchado el rechazo a Sam.
-Tú eres la única que puede entender mi vida, Pepper- y sin más ambos se levantaron para ir nuevamente a ese despacho del amor de su vida.
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Cuando Steve al fin había cumplido su deber de regresar las gemas, y bailar ese vals con Peggy, había regresado a un mundo donde nuevamente conoció a Tony, donde conquisto el corazón del castaño y nuevamente el castaño conquisto el suyo.
-¿Stevie?- pregunto un adormilado Tony mientras veía que su ahora esposo no estaba junto a él en la cama.
-Veo que ya despertaste, bello durmiente- beso la frente del castaño con tanto cariño que el otro solo se sonrojo.
-Deja de hacer eso- se sentó en la cama viendo como le acercaban el desayuno- ¿Qué hora es? Debo de ir a trabajar- el rubio comenzó a reír ante lo dicho- ¿Qué es tan gracioso?
-Es nuestra luna de miel y tú quieres trabajar, Tony- siguió riendo observando al castaño.
-Ah- cierto, habían retrasado tanto su luna de miel, ya que unos estúpidos quisieron controlar el mundo y bueno ellos como buenos superhéroes no lo permitirían- Cierto-
-Desayuna, tenemos mucho que ver- estuvo a punto de retirarse pero unos brazos se lo impidieron.
-¿Y si no salimos hoy del hotel?- dijo de manera sensual al rubio mientras que este sonreía de medio lado.
-A este paso nunca saldremos a conocer-
-¿Ese es un no?- cuestiono.
-Para nada, Tony-
-Tony Rogers, Steve Stark- y las risas de ambos se fueron apagando por un beso.
La vida de Steve apenas comenzaba, fueron años tortuosos donde trataba de conquistar al amor de su vida, de tratar de no asustarlo por verlo con melancolía, porque sabía que no era completamente su Tony, pero aun así como dijo Pepper, por primera vez, verdaderamente sería egoísta y él solo quería estar feliz con aquel castaño al que nunca más se permitiría perder.