Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

OHANA por Kitty Pasta

[Reviews - 7]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Una conversación de pareja entre Steve y Tony. Una llamada sorpresa que agitará el corazón de Peter, aún cuando él no entienda por qué.

Peter continuó enfurruñado varios días más, negándose a hablar con Wade por lo que consideraba una traición injusta. Tony por supuesto no quiso presionarlo, pero en el fondo sabía que aquello debía estar lastimando profundamente a su hijo. Sin saber qué hacer, llamó a Steve y le rogó que se encontraran.

-Estoy preocupado, ya no sé qué hacer para solucionar esto- le dijo al rubio.- Me vendría muy bien un poco de apoyo… ¿estás libre esta noche?

-Sí, pero, ¿y el niño?

-Su amigo Dan lo invitó a una pijamada en su casa. Por suerte aceptó, creo que él mismo se da cuenta que no puede seguir enojado con la vida mucho más tiempo.

-Entonces cuenta conmigo- aceptó Steve con una sonrisa.- Será un placer poder acompañarte y ayudarte a buscar una solución. Seguro que entre los dos podemos pensar en algo.

Steve llegó a la Torre Stark alrededor de las siete, nervioso a más no poder. Era la primera vez que estaría a solas con Tony sin que los interrumpieran, con el pequeño Peter durmiendo en casa de un amigo y sus conocidos alertados que esa noche estaría ocupado, y se sentía responsable. ¿Qué pasaría si su amor por el moreno se desbordaba y dormían juntos? Eso sería peligroso. Pero, por otro lado, ¿cómo haría para marcharse si lo que más quería era permanecer con él para siempre?

-Bienvenido- lo saludó Tony con ojos de gacela y una sonrisa muy dulce. Steve se mordió el labio y entró al piso de su novio con el corazón desbocado, sabiendo que pasara lo que pasara él no podría evitarlo. Con lentitud lo ciñó por la cintura y lo besó, y la entrega de Tony solo facilitó las cosas.

-Definitivamente tus besos son el mejor antidepresivo- opinó Tony de mejor humor, acariciándole la mejilla.- Pasa. Preparé café y donas, así evitamos caer en la tentación al menos por un rato.

Lo llevó de la mano a la sala y sirvió el café con gran diligencia, procurando mantener la calma a pesar de lo nervioso que estaba por dentro. Estar a solas con Steve lo movilizaba mucho, pues no sabía cómo terminarían. En un restaurante era fácil, pero al estar en su casa lo asustaba un poco la posibilidad de terminar acostándose con él llevado por la excitación del momento. Para evitar pensar en eso, decidió lanzarse de lleno al motivo por el cual lo invitara en primer lugar.

-Estoy muy tentado de llamar a ese muchacho Wade para que venga aquí, y se disculpe con Peter apropiadamente de una vez. Pero no me animo; Peter podría enfadarse conmigo por meterme en sus cosas, y sabe dios que no quiero que eso pase.- Tomó asiento a su lado y lo miró, con su taza en la mano.- ¿Tú qué piensas al respecto?

-Entiendo tus dudas. Es algo complicado a veces lidiar con los problemas de los niños, cuidarlos pero sin invadirlos.- Steve lo pensó un momento y luego le dio su opinión.- Creo que no debes hacer nada. Tú mismo dijiste recién que Peter está reaccionando, porque probablemente está cansado de fingir que no le importa. Estoy de acuerdo con eso. Diario lo veo en clase y lo veo muy contento como siempre, y lo que creo es que él mismo se ha olvidado del motivo de su enojo. No sé que tan profunda es su amistad con Wade, pero apostaría cualquier cosa a que se muere por verlo de nuevo y seguir su relación como si esto no hubiera pasado.

-¿Verdad? Tuve esa misma impresión varias veces ya.

-Sí, que no te quepa duda. Peter no es un niño rencoroso ni depresivo. Seguro que se decepcionó por no ver a su amigo en su cumpleaños, pero seguro también que ya quiere dejar eso atrás y reanudar su amistad. Y pasará de un momento a otro.

-Eso espero. No quiero ver a mi hijo sufriendo por nada ni por nadie.

Steve le sonrió y estiró una mano para tocarle la cara, haciendo que se sonrojara.- Estás haciendo un estupendo trabajo como padre, Tony. Estoy orgulloso de ti. Mi consejo es que te relajes y confíes en tu hijo, porque él es inteligente y sabrá cómo resolver esto por sí solo. Dentro de poco lo verás reconciliado con su amigo y todo será como antes.

Las palabras de Steve y su compañía fueron reparadoras para Tony, que tras terminar su café se recostó confiado contra el hombro del rubio. Habían aclarado el tema principal y ahora eran libres de ocuparse de ellos, por lo que se sintió con la confianza necesaria como para buscar algo de mimos. Sus nervios habían desaparecido por completo. Steve, intensamente protector, lo apretó fuerte contra sí y le acarició el brazo con delicadeza. Era una sensación deliciosa.

-Te agradezco que vinieras a salvarme de mí mismo. Realmente, eres el hombre más confiable y digno que he conocido. Estoy feliz de que seas mi novio.

Tony alzó el rostro y volvió a mirarlo con aquellos ojos de gacela tierna, y Steve supo que no tenía escapatoria: su beso fue largo y obsceno, profundamente sensual, al punto de hacer que el mayor se sentara a horcajadas de su pierna y desde esa posición continuara besándolo. No podía quejarse, lo estaba disfrutando como loco. Desde esa posición el firme trasero de Tony quedaba expuesto y listo para ser acariciado. Cosa que hizo. Con vergüenza y goce se dedicó a amasar esas nalgas preciosas, maravillado ante la respuesta de Tony.

-¡Steve, eres tan bueno en esto…! No pares. Me encanta y es justo lo que necesito…

-Tony, mi amor. Tu cuerpo es un sueño- confesó lleno de admiración y deseo.- No sé si podré contenerme y respetar tu hogar.

-Pero estamos solos- objetó en voz baja.- No es necesario contenernos.

-Tony, te juro que si fuera por mí… ya mismo te quitaba la ropa y te hacía mío- aseguró con sorprendente fogosidad, poniéndolo rojo.- Pero de alguna forma siento que no puedo… que me gustaría que fueras mi hombre por completo antes de gozar de tu cuerpo. Me gustaría eso, que fuéramos una pareja oficial antes de entregarnos el uno al otro.

-Steve, por dios, estoy encima de ti a punto de explotar- se quejó Tony desesperado.- Somos adultos, no necesitamos el permiso de nadie para tener relaciones.

-¡Lo sé!- sonaba tan mortificado como él, pero la parte de su mente que era caballerosa se resistía a caer en la tentación.- Lo sé y siento mucho si te estoy decepcionando, pero soy un tipo chapado a la antigua. No puedo… espera, ¿te enojaste?- preguntó desconsolado al ver que Tony se bajaba de su pierna y desviaba la vista. El dueño de casa, muerto de vergüenza por el rechazo, no supo reaccionar más que con una máscara de frialdad que estaba lejos de sentir.

-Respeto tus decisiones, Steve, porque te amo. Pero creo que tal vez sea mejor que te vayas.

-Tony, así no. No puedo irme sabiendo que estás enojado.- Lo abrazó por detrás y lo sintió tan cálido como siempre, por lo que suspiró de alivio. Entendió que no estaba enojado de verdad, y que solo se sentía frustrado por no haber podido convencerlo.

-Déjame- exigió el mayor con escasa convicción. Sin embargo, ante el primer beso en el cuello tembló como una gelatina, y arqueó un poco la cabeza para darle más espacio. Steve aprovechó y depositó toda una serie de besos que humedecieron su linda piel, logrando que la habitación se llenara con sus gemidos.

-Cariño, no estoy diciendo que no podamos mimarnos así. Yo tampoco resistiría mucho sin besarte y tocarte. Pero para llegar hasta el final, para eso sí prefiero esperar.

-Mmm… vaya que eres… oh, sí… ahí me gusta- exclamó al sentir la lengua de Steve en su cuello ya enrojecido.- De acuerdo, Rogers, tú ganas… dejaremos el sexo para más adelante. Pero a cambio vas a tener que hacerme esto más seguido…

-¿Sí? No tengo problemas con eso.- Para reafirmar lo dicho, volvió a inclinarse sobre él y lo mordió con fuerza moderada, dejándole una nueva marca por la que esta vez Tony no protestó.

Entre toqueteos y palabras sensuales murmuradas al oído, el tiempo fue pasando hasta que ya fueron las diez. Tony, que no se resignaba del todo a dejarlo ir, le ofreció hacerle de cenar antes que se fuera, para que pudieran aprovechar el tiempo lo más posible.

-Está bien, me parece una buena idea. ¿Te ayudo a preparar las cosas?

-No, no hace falta, ya tengo suficiente práctica en la cocina como para arreglármelas solo. ¿Quieres ver? Dentro de poco no me será difícil organizar algo entre tú, Peter y yo.

-¿Una cena entre los tres?- preguntó con sorpresa. Tony asintió.

-No digo que mañana mismo, pero quiero ir preparándome- explicó.- Si queremos avanzar en nuestra relación, será imprescindible que Peter lo sepa. Pensé que una buena forma sería organizar una cena, algo inocente, para que vea que nos llevamos bien.

-Podría ser- asintió Steve pensativo.- Desde luego, primero tendrás que sondearlo un poco a ver qué piensa sobre las relaciones amorosas. No han hablado de eso, ¿no?

-No, todavía no.

-Bueno. Es verdad que tiene once años y todavía es un poco pequeño para entender ciertas cosas, pero por otra parte los niños son muy despiertos hoy en día. Cuando puedas, pregúntale si sabe lo que significa enamorarse, tener novio y todo eso. Si lo sabe, el resto podría fluir solo.

-Es increíble. Acaba de cumplir once y ya tendremos una charla sobre el amor… ¡espero por dios que no empiece a preguntar más cosas! No estoy listo para que crezca todavía.

-Tony, vamos- rió Steve.- No es que de la noche a la mañana Peter crecerá y se irá a formar su propia familia. No tienes que asustarte.

-Ni de la noche a la mañana ni nunca. Peter es mío y no se lo daré a nadie, el que quiera salir con él tendrá que pasar por encima de mi cadáver.

(…)

Después de pasar un rato agradable contándose historias de terror y comiendo varios snacks salados, Peter y los demás invitados a la pijamada de Dan fueron cayendo rendidos de sueño uno a uno. Peter tuvo un sueño tranquilo y pacífico, pues la reunión había sido sumamente agradable; sin embargo, algo hizo que se despertara a las dos de la mañana, y se dio cuenta que era la vibración de su celular, metido en el bolsillo exterior de su mochila. Tony se lo había obsequiado por su cumpleaños y él lo llevaba a todas partes, pero no entendía quién podía estarle hablando o escribiendo a esa hora. Ni siquiera sabía como lo había oído desde su sueño, aunque tal vez fuera instinto. La curiosidad lo pudo y, tan en silencio como le fue posible, se levantó a atender. Era un mensaje breve de un número desconocido.

Baby boy, por favor perdóname. Ya no aguanto más que estemos peleados, quiero que nos veamos de nuevo mañana. Sé que a estas horas debes estar dormido, pero necesitaba decírtelo. Estaré esperando una respuesta tuya en cuanto leas este mensaje. Wade.

“¿W… Wade?” se preguntó sorprendido por lo repentino del mensaje. Wade le pedía perdón y le rogaba que se vieran para reconciliarse… ¿qué debía hacer? ¿Le contestaba enseguida o esperaba que se hiciera de día para pensarlo mejor? Pero en realidad no tenía nada que pensar. Él sabía muy bien que quería perdonar a Wade y que si no lo había hecho todavía era por orgullo. Así que, reuniendo coraje, le envió una respuesta afirmativa y luego volvió a acostarse, preguntándose por qué su corazón no dejaba de latir tan fuerte.

Notas finales:

Esta actualización sorpresa es un regalo de cumpleaños para Solange Hika Alessandra! Amiga, espero que te guste el capítulo y haya sido lo bastante fluffy para llenar tu día de dulzura :)


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).