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OHANA por Kitty Pasta

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Notas del capitulo:

Tony lleva a Peter al cumpleaños de Mary Jane y termina reencontrándose con Nébula, la chica nueva del orfanato cuyo carácter es muy parecido al suyo. 

Mary Jane resplandecía de felicidad en su cumpleaños número once, rodeada de sus amigos y de su futura familia: sus padres adoptivos la visitaban todos los días con regalos y noticias, y habían accedido a hacerle la fiesta allí para que pudiera despedirse correctamente de todos. Peter estaba que no cabía en si de gozo por su amiga, e insistió en llegar con mucha antelación para acompañarla lo más posible. Tony, por supuesto, accedió, y llegaron una hora más temprano de lo previsto. Mientras Peter la saludaba y le entregaba su regalo, él hizo lo propio tendiéndole la mano a los padres de la niña.

-Mucho gusto, señor Stark. Le agradecemos que haya traído a Peter, ella habla tanto de él que ya queríamos conocerlo- comentó la señora Watson, una afable mujer de más o menos su misma edad. Su esposo, visiblemente más joven que ella, también lo saludó con cordialidad y le agradeció que hubiera llevado a su hijo. Tony los miró y le restó importancia con humildad.

-Por supuesto que traería a Peter, pasara lo que pasara. Ellos han mantenido su amistad incluso después que yo lo adoptara, así que no había motivo para que ahora fuera diferente.

-Cierto. Lo único es que nosotros viviremos en Nueva Jersey, pero...

-Las amistades verdaderas perduran, querida- completó el señor Watson rodeándola por los hombros con confianza.- Mary Jane y Peter nunca dejarán de ser amigos por más que vivan en ciudades diferentes.

Tony pensó en eso varias veces a lo largo de la tarde, y agradeció que su hijo compartiera esa filosofía de pensamiento: Peter no lloró al saber que su amiga se marcharía a vivir a otra ciudad, al contrario, se alegró por ella e insistió en que se divirtieran lo máximo posible. Sin embargo, mientras los pequeños comían él salió un rato al jardín a tener una charla con Steve, a quien había prometido llamar para contarle todo. Con un pedazo de pastel sobre el regazo y el celular en la mano, le contó lo bonito de la fiesta y la alegría de Peter.

-Si lo vieras. ¡Está tan encantado con la idea de que Mary Jane tenga una familia!

-No lo dudo, nuestro niño es tan bueno, ¿verdad? ¿Y Mary Jane como lo toma?

-La chica no ha dejado de sonreír ni un segundo. Me recuerda tanto a Peter el día que lo adopté... es muy fuerte, y mira que no me gusta ser sensible.

Steve soltó una risita irónica.- No finjas conmigo, Tony. Yo sé que sí eres sensible, y es una de las cosas que más me gustan de ti. Tu dulzura y sensibilidad.

Tony se sonrojó y agradeció que nadie lo hubiera visto; mientras intercambiaba algunas bromas más con Steve, divisó junto a un árbol del jardín a Nébula, la sombría joven que conociera tiempo atrás. Estaba demasiado lejos como para adivinar su expresión o estado de ánimo, pero algo le dijo que no era bueno. Alzó la mano para saludarla y ella pareció sobresaltarse, pero no huyó como la otra vez y Tony tuvo una idea repentina.

-Steve, ¿te molesta si seguimos hablando más tarde?

-¿Pasó algo, amor?

-No, no. Todo está bien. Pero necesito colgar ahora.

-De acuerdo, como prefieras. Pero si pasa algo recuerda que cuentas conmigo.

-Lo sé- finalizó haciendo el sonido de un beso y haciendo luego otro gesto a Nébula, con la esperanza que se acercara. Nébula caminó lentamente y de forma oblicua, como si cambiara de parecer a cada rato, pero al final estuvo lo bastante cerca de él como para mirarlo a los ojos. Tony se sorprendió de nuevo al ver lo fiera que era su mirada. Sin embargo, cuando le habló fue mucho más educada que la primera vez.

-Hola, viejo. ¿Otra vez por aquí?

"Retiro lo de educada".

- Hola, Nébula. Vine a traer a mi hijo a un cumpleaños. ¿Sabes de quién?

-Sí, claro. Esa niña pelirroja a quien le compraste un algodón de azúcar la otra vez.

-Que buena memoria. Sí, esa niña es muy amiga de Peter. Y...

-¿Qué?- preguntó a la defensiva.

-¿Tú cómo has estado?- inquirió con suavidad, ofreciéndole asiento al lado suyo. Nébula dudó pero se sentó de todas formas, fingiendo que no veía el plato con pastel que tenía sobre el regazo.

-Esto bien. Nada nuevo.

-Bueno, si tú lo dices... Oye, ¿quieres probar pastel?

-¿Qué? ¡No!- negó con rabia, parándose de nuevo con dignidad.- No me invitaron a ese cumpleaños, así que no mendigaré nada de ahí. No lo necesito.

-Sabes, necesitas aprender a diferenciar un gesto amable de una humillación- la amonestó Tony con naturalidad, como si estuviera hablando con un igual y no con una niña de catorce años. Nébula lo miró como si lo odiara por un segundo y luego bufó, pero volvió a tomar asiento.- Me pareces una chica inteligente, por eso te aconsejo así.

-Sí, bueno, yo no se lo pedí. Usted no es mi padre.

Tony iba a contestarle algo mordaz cuando Peter apareció corriendo por el camino, jadeando y tan sonriente como si acabara de salir de la mejor fiesta de su corta vida. El niño se detuvo de golpe a su lado y lo miró entusiasmado, señalando al interior de la casa.

-¡Papá, ya vamos a romper la piñata! ¿Vienes?

-¿Tan pronto, cariño?- inquirió mirando su reloj. Peter le explicó:

-Los padres de Mary Jane quieren llevarla a cenar con ellos y sus padres para que la conozcan, por eso la fiesta terminará un poco antes. ¿Me acompañas o no?

-Claro, mi amor, vamos.- Peter sonrió y recién allí se percató de la presencia de Nébula, que pareció sobresaltada al mirarlo a los ojos.- El niño, sin recelar nada, la saludó con la mano.

-¡Hola! ¿Tú quién eres?

-Yo... soy Nébula. Vivo aquí.

-¡Oh, mucho gusto! Yo también vivía aquí antes- contó como si nada, sin caer en la cuenta de lo anonadada que se veía ella.- ¿No quieres venir tú también?

-¿¿Eh?? No, yo no...

-¡Vamos, no seas tímida! Seguro que a Mary Jane no le importará- insistió Peter convencido, obligando a la joven de cabello corto a ir con él y su padre, quien lucía de lo más divertido por la cara de ella. En realidad no estaba bien que se riera de la adolescente, pero es que se veía a sí mismo a los catorce y no podía evitarlo. Él nunca había sido precisamente tímido, pero sí orgulloso como el diablo y hubiera puesto su misma expresión sufrida al verse arrastrado a una reunión no deseada. Al entrar y cruzarse con los otros niños, Peter se encargó de presentarla como si fuera una amiga, apabullándola tanto que no logró articular más que unas pocas frases de felicitación para Mary Jane. Después de eso, Tony se acercó para cubrir su bochorno y la acompañó a comer pastel junto con su hijo, a quien aquello le pareció tan normal como la cena de la otra vez con su maestro Steve.

(...)

Cuando Mary Jane por fin se marchó con sus padres a conocer a sus abuelos, la mayoría de los niños regresaron a sus habitaciones ahítos de comida y jugando con las bolsitas de regalo del cumpleaños. Peter,decidido, le preguntó a Tony si podía quedarse un rato más para hablar con Wade.

-No lo sé, querido, ya son las ocho. Deberíamos ir volviendo a casa...

-¡Oh, por favor, papá, solo un rato!-rogó el niño con aire desamparado.- No quiero marcharme sin verlo.

-¿Y yo qué haré mientras ustedes hablan? ¿Te espero en el auto?

-Puedes quedarte con Nébula- propuso volteando a ver a la aludida, que los había estado observando desde un sillón sin saber bien si debía irse o no. Al verse involucrada, lo increpó con dureza.

-¿Y yo por qué me tengo que quedar con tu papá?

-¡Por favor, Nebby! Ustedes se llevan bien. ¿No podrían quedarse aquí un rato charlando mientras yo voy a ver a Wade?

-¿Cómo que "Nebby"?- inquirió furibunda a la par que sonrojada, mientras Peter le hacía ojitos para convencerla y tomaba su silencio indignado como un sí. Alborozado, corrió hacia los dormitorios antes que ninguno tuviera tiempo de negarse en serio, y Tony cruzó una mirada resignada con la niña.

-Peter es un huracán. No hay forma de resistirse a él.

-Tu hijo me llamó "Nebby"- repitió ella avergonzada. Tony se desplomó en su mismo sillón y observó:

-Quizás te tomó como una especie de hermana mayor gruñona.

¿Cómo que gruñona, viejo decrépito?

Tony rió por lo bajo y se preguntó por qué la falta de educación de Nébula le resultaba tan graciosa; por lo general, detestaba a los mocosos que faltaban el respeto a los adultos de forma gratuita. La chica sin embargo parecía tener una gran sensibilidad tras su actitud rebelde, como lo demostró el hecho de quedarse a hacerle compañía en vez de regresar a su cuarto.

(...)

-Viniste- dijo Wade contento al ver a Peter ante su puerta. El pequeño Stark asintió con una gran sonrisa y entró sin preguntar, abrazándolo como saludo y sintiendo de nuevo aquel cosquilleo en el estómago. Desde aquella vez en su casa cuando de reconciliaran, había pensado mucho en por qué los abrazos de Wade eran tan distintos a los de su papá, y por qué le producían tanta felicidad. Sin embargo, no había llegado a ninguna respuesta, y como le daba vergüenza preguntárselo a un adulto se guardó ese pensamiento para sí hasta volver a ver a Wade. Que era en ese momento.

-Claro que sí, y seguro que sabes que estuve aquí desde las cuatro. ¿O no?

-Me tienes- contestó el muchacho riendo y ofreciéndole asiento.- Pero a riesgo de hacer que te enojes de nuevo conmigo, no pensaba ni aparecer en el piso de abajo hoy. Mary Jane es tu amiga y está bien, pero yo no era precisamente un invitado que los demás quisieran ver.

Peter rió asintiendo y le ofreció caramelos, y luego preguntó:- ¿cómo es eso que trabajas cuidando a una señora anciana? Me llegó ese rumor por la señora Danbury.

-Oh,eso. La vieja se llama Al, vive a unas cuadras de aquí. Tiene un carácter de mierda, pero es buena gente. En realidad la paso bien ayudándola. ¿Y tú?

-¿Yo qué?

-¿Todo marcha bien en tu vida, baby boy? ¿En tu escuela? ¿Tienes muchos amigos nuevos?

-Lo normal, creo. Están Harry, Dan, Zenny... Mi maestro Steve, que es el mejor maestro del mundo...

-¿Cuentas a tu maestro como amigo?- preguntó divertido.

-Bueno, sí. Y también es amigo de mi papá. De hecho- reveló en voz baja, como si fuera un enorme secreto- a mí me parece que ellos... harían buena pareja.

-No- silbó Wade abriendo mucho los ojos.- ¿En serio? ¡Quién lo diría! Y, oye, Peter... ¿tú sabes lo que es una pareja? ¿De hombres?- Peter asintió.- ¿Y no te resulta extraño?

-No, no. Es algo bonito si ellos se quieren. Es decir, si se quisieran. Ojalá lleguen a gustarse algún día.

Wade se quedó gratamente sorprendido por esa afirmación, y por lo mismo precisó disimular más. Si Peter ya tenía noción de lo que era el amor, sería mejor que vigilara el doble su actitud para con él.

 

Notas finales:

La relación entre Peter y Tony es de puro amor y confianza, son un padre y un hijo que se adoran y quieren la felicidad del otro más que nada. La relación entre Tony y Nébula es más bien tormentosa, porque ella es una adolescente que no respeta a los adultos y él no tiene mucha idea de cómo tratar a una chica de su edad (aún así se llevan bien). Y la relación entre Peter y Wade es una amistad a punto de explotar en mil pedazos, pero no por una pelea sino porque nuestro Peter está claramente enamorándose y esa revelación será una bomba para todos.

La relación entre Steve y Tony, el pilar de este fanfic, se formalizará en menos de tres capítulos. Listo, ya lo dije.


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