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El secreto de los Malfoy por Majo Walles

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El secreto de los Malfoy

 

Resumen: Narcissa Malfoy es una gran bruja, una tan poderosa que pudo lograr algo que otras brujas no hubieran podido hacer, tener una familia grande, de golpe. Lucius Malfoy protegería a su familia, sobre todo, aunque esto significara ocultar a sus hijos. Draco Malfoy es el hijo mayor de los Malfoy, ante la vista de todo el mundo es el único. Harry Potter nunca fue a dar con los Dursley, fue rescatado por un hombre que al pasar los años lo amara como a un hijo. Un lio de hijos y en un futuro serán un lio de parejas. Alphas, omegas, parejas destinadas y dramas familiares.

Fic en respuesta a la Gala de Dragón 2019.

 

Categoría: Harry Potter

 

Personajes: Draco Malfoy, Harry Potter, Lucius Malfoy, Narcissa Malfoy, Severus Snape, Ooc

 

Géneros: Drama, Fantasía, Humor, Misterio, Romance.

 

Advertencias: AU=Universos Alternos, Chan=Adulto/Menor, Contenido Hetero, Incesto/Twincest, Mpreg=Embarazo Masculino, Lemon.

 

Clasificación: NC-17

 

Completo:No

 

Disclaimers: Los personajes de este fic no me pertenecen, son propiedad de J. K. Rowling.

 

 

1° capítulo

 

 

La peor tormenta que hubiera visto se había desatado esa mañana, sabía que a la tarde aclararía y así lo esperaba, por que los dolores de parto la estaban matando y el escuchar como la lluvia golpeaba con fuerza sólo hacía que sus nervios crecieran de manera alarmante.

-¡Merlín! -dijo apretándose el vientre- Ellos me van a matar -el sudor bajaba por su frente. Mientras su esposo, aquel que directa o indirectamente la tenía en ese estado, le preparaba pociones relajantes para aliviar el dolor y no interferir con los bebés.

-Aguanta, amor, eres poderosa -dijo pasando un paño seco por la frente de la sufrida mujer.

-Por favor, llama a Severus, sólo en él confío -decía apretando las sabanas que la cubrían.

-Lo sé, ya mandé por él -dijo besando su frente.

-Tengo miedo, Lucius -dijo apretándose el pecho, donde el dolor pulsante de la perdida le estaba agobiando.

-No tienes por que -le mintió, sabía que nunca habían estado en una situación más delicada que esta-. Todo saldrá tal y como lo planeamos.

Sólo esperaban ambos, que así fuera.

Un nuevo trueno iluminó la estancia. Ambos sabían, que cualquier cosa podía pasar esa noche, lo cupieron en cuanto Severus calculó la fecha del alumbramiento. Si llegaba a término, sus bebes nacerían a finales de Julio, pero por ser un embarazo múltiple eso cambiaba, por mucha magia que tuviera Narcisa, no podría gestar a sus hijos durante las cuarenta semanas, sólo llegaría, con algo de suerte, a las 36. Nacerían un mes antes. Lo que, según ellos, los dejaba fuera de la profecía a la que tanto temía su señor, la que condenaría a uno de sus bebés sin haber nacido. Pero no, ellos no entregarían a su hijo. No permitirían que nada truncara su futuro, por lo mismo nadie sabía de esto, el parto se llevaría a cabo en la privacidad de las pareces de la mansión Malfoy, sólo ellos tres, sus elfos más fieles y Severus, quien se había entrenado para cubrir las necesidades de la pareja.

Casi una hora después llegó Severus, maletín en mano, acompañado de un elfo que le hizo entrar a la recamara de su señora en ese instante.

-Severus, que bueno que llegas.

-Ya estoy aquí -dijo caminando presuroso, quitando la impactante imagen del vientre de Narcisa de la cabeza. Durante todo el embarazo Narcisa utilizó un Glamour para que no se viera el verdadero tamaño de su vientre, pero ahora, a puertas de dar a luz, toda su magia estaba dirigida a sus bebés.

-¿Qué tenemos que hacer? -preguntó Lucius.

-Veo que tienes todo preparado -dijo viendo junto a la cama las cunitas blancas, sabía que esto es lo más difícil que iba a hacer en su vida.

-Severus, por favor -dijo la mujer aferrándose a las sabanas ante una nueva contracción-, tienes que sacarlos ahora, de verdad no puedo más.

Severus lo sabía, Narcisa era, por mucho, la bruja con mas valentía en el cuerpo que conocía, por que puedes ser valiente en la lucha, no rendirte, pero algo como lo que estaba haciendo la mujer era, lejos, lo más espectacular que había visto jamás.

-Bien, traigamos a estos niños al mundo -dijo Severus poniéndose guantes, sabía que, por mucha magia que hubiera de promedio, también habría sangre.

Lucius estaba listo también, iría poniendo a los bebés de cada cuna impermeabilizada, luego los cubría con un campo de energía para protegerlos. Siendo recién nacidos tendrían que sobre cuidar a los bebés.  Ya después de atender a Narcisa, entre Lucius y Severus revisarían bien a los bebés.

-¿Estás lista, querida? -preguntó a la mujer que asintió apretando los labios.

Severus hizo que la mujer bebiera una poción para anestesiar su cuerpo, era un sedante potente, pero lo necesitarían si es que quisieran que tanto la madre como los bebés estuvieran a salvo.

Luego de lo que pareció una eternidad, entre cortes y maldiciones verbales por parte de Severus, Lucius tuvo entre sus brazos a su primer bebé, lo puso en la primera cuna y con su varita grabó el nombre de su primogénito en ella.

-Draco Malfoy Black -dijo con orgullo.

-Vamos Lucius, sé que estás emocionado, pero necesito ayuda aquí -dijo el hombre entregándole un segundo bebé.

-Lo lamento -dijo yendo por el recién nacido, repitiendo el mismo proceso, poniendo el nombre del bebé en la cuna y cubriéndolo ambas cunas con la burbuja- Sirene.

-Aquí está tu pequeño Minos -dijo el hombre entregando el bultito llorón a su padre.

-Dame aquí -dijo recibiendo luego de un rato a un nuevo bebé-. Hola, Apolo.

-Lucius, tenemos problemas -dijo el pocionista llamándolo alarmado.

-Narcisa -Lucius corrió a sostener a su mujer que se ponía cada vez más pálida-, Severus, por favor.

-Los bebés están absorbiendo toda su magia.

-¡Severus! -dijo con urgencia.

-¡Tendré que sacarlos ahora! -dijo mirando el interior del vientre de la mujer, donde los bebés restantes se movían- Esto podría drenar la magia de los que quedan.

Lucius sentía que el alma se le caía a los pies. Si no sacaba ahora a los tres bebés que faltaban, Narcisa moriría, pero si los sacaba ya ellos serían Squid…

-Sácalos -dijo apretando los puños-, los prefiero vivos… a todos.

-No tendrán magia, Lucius…

-Nos tendrán a nosotros y a sus hermanos -dijo con seriedad, viendo las cuatro cunas con los bebés y las otras tres en espera. Esas cunitas no se quedarían sin sus pequeños dueños.

Severus asintió.

Estuvieron casi diez minutos cortando ahí y allá, faltaba sacar al ultimo par de gemelos y al único bebé que se quedó sólo en un saco amniótico.

Lucius dejó con cuidado a su bebé, pálido como leche fresca, pero con su pequeño corazón latiendo con rapidez.

-Ares -le llamó casi con pena.

-Ya está, pequeño -dijo Severus, tomando a los dos últimos, siendo ayudado por Lucius-, Bienvenidos al mundo, Hidra.

-Quimera -dijo Lucius suspirando, dejando al menor de sus bebés en la cuna.

Severus se dedicó a atender a Narcisa, estaría dormida por lo menos por dos días en lo que recuperaba sus fuerzas.

El llanto estridente de los bebés les tranquilizaba, pese a lo pequeños que eran. Apenas y pasaban un kilo, eran realmente pequeños.

Lucius se puso a limpiar con cuidado a sus hijos, en espera del hombre que, luego de terminar con su esposa se puso a ayudarlo.

-Demonios, Lucius -dijo viendo a los bebés- No sé cómo lo harán.

-Amándolos -dijo viendo a sus hijos-, a todos ellos.

Estaba cansada, tanto que le costaba abrir los ojos, pero el llanto de los bebés le estaba dando fuerzas.

-Eso es, amada mía -dijo Lucius acariciando la mejilla de la mujer-, ellos quieren conocer a su hermosa y valiente madre.

La mujer abrió los ojos con pesar, estaba tan agotada, pero la ilusión de ver a sus hombrecitos le estaba volviendo loca. Le tomó un par de minutos, pero al final pudo abrir los ojos y luego de un par de pestañeos, pudo enfocar bien.

La imagen que le recibió le hizo llorar de alegría. Estaban frente a ella, en cada cuna, protegidos por cada cosa que les pudiera afectar. Cada bebé envuelto en mantitas de colores celes, verde o blanca. Todos hermosos…

-¿Todos están bien? -preguntó acomodándose mejor.

-Hubo algunas complicaciones, amor -dijo el patriarca de la familia, no quería mentir a su mujer, nunca lo había hecho y no empezaría ahora-. Casi te pierdo, mi amor -dijo sosteniendo su mano de manera elegante.

-Pero estoy bien…

-Tuve que tomar una decisión y espero que sea la mejor. Lo fue en el momento -le dijo-, estuvimos a punto de perderte y la única forma era sacar a los niños, pese a que su núcleo mágico aun no se terminaba de completar al extraer tu magia.

-Sabíamos que requeriría mucha magia para formar siete núcleos a partir del mío -dijo asintiendo.

-Así es -dijo suspirando-. Tuvimos que sacar a los últimos tres, ellos no tendrán un núcleo de magia.

La mujer se lamentó internamente, le hubiera encantado ser más fuerte por sus bebés, pero por lo menos ellos estaban vivos.

-Los protegeremos -dijo decidida.

-Lo sé -dijo sonriendo.

-Los llamaste como habíamos dicho -dijo viendo las cunitas con los nombres.

-Sí, por lo menos teníamos los nombres listos.

-Los amo tanto ya. Y los perderé tan luego -lloró en silencio.

Lucius lo sabía también, por los mismo no quería encariñarse tanto. Era duro de decir, pero era necesario para mantener a sus bebés con vida. Nunca dejarían de verlos y estar con ellos, pero, definitivamente, no podían estar con todos.

Lo habían decidido en el momento que supieron de los bebés, que lo mejor es que estuvieran alejados, por el bien de los niños. Los Malfoy tenían casas en todo el mundo, no sería difícil ocultarlos de todos.

-La reportera estará aquí dentro de poco -dijo sabiendo que tarde o temprano tendrían que dar a conocer el nacimiento de su supuesto unigénito.

-No puedo hacerlo -dijo llorando aún.

-Haremos algo, enviaremos a cada niño a la casa donde vivirán, cuando estés mejor podremos ir a verlos a todos.

-Soy su madre… los estoy abandonando.

-No será para siempre, amor -dijo besando su frente-, sólo hasta que la amenaza de la profecía este resuelta.

Y Narcisa lo sabía, si no fuera por esa maldita profecía, sus hijos podrían mantenerse con ella.

-Por lo menos quiero besarlos y alimentarlos por primera vez.

Lucius no podía negarse a eso, él mismo había besado la frente de casa uno de sus hijos. Fue hasta la cuna del más pequeño de todos, su hijo menor.

-Te presento a Quimera, no tendrá magia, pero se que su vientre te hará feliz algún día -le dijo sonriendo de lado.

-Omega -dijo ilusionada.

-Así es -dijo poniendo al bebé en brazos de su madre que sólo se quejó dos segundos antes de aferrarse al dedo de su madre.

-Hola, hermoso -dijo acariciando la mejilla de su bebé- Quimera Malfoy Black -dijo sonriendo-. Te amo, hijo, tendrás una vida maravillosa en Rusia -le dijo besando su frente luego de haberlo alimentado. Entonces una elfina vino hasta ella-. Cuídalo con tu vida, Arael.

-Sí, mi señora -dijo la elfina tomando el bultito y desapareciendo.

Narcisa sintió como se le destrozaba el alma, y era recién el primero. Lucius, al verla casi decaer, le llevó al siguiente bebé.

-Aquí tienes, este hermoso joven es Apolo, un Omega.

-Hola, precioso -dijo acariciando los rubios cabellos de su hijo, iguales a sus hermanos, lo alimentó y besó al igual que a Quimera-. Tú serás un gran mago en Alemania, hijo mío -dijo besando su frente.-Nuriel -llamó a la elfina que se llevaría a su bebé.

-Ama. Cuidaré del amo Apolo con mi vida, ama -dijo antes de desaparecer.

-Toma, amor -dijo poniendo un nuevo bebé, antes de que la mujer cayera nuevamente, acarició los pocos cabellos del niño mientras Narcisa lo alimentaba-. Su nombre es Ares. Al igual que sus hermanos Quimera y Hidra, no tendrá magia, pero él es un Alpha.

-Mi fuerte muchachito -dijo besándolo en la frente, sabía que tenía que hacerlo rápido, para luego llorar en soledad su perdida- Te enviaremos a Grecia, hijo, no dejaré nunca de pensarte -le dijo acariciándolo- Rafaela -llamó a la elfa- Protégelo de todo.

-Sí, mi señora -dijo tomando al bebé y desapareciendo.

-¡Merlín! -dijo cubriéndose la cara con las manos mientras lloraba-, esto es tan duro.

-Lo sé, mi amor, pero es por su bien -dijo abrazándola, dejándola llorar un momento antes de ir por un nuevo bebé-. Te presento a este caballero, un Alpha fuerte como sus hermanos, Sirene.

-Tan hermoso -dijo aun con lagrimas en los ojos, mientras alimentaba a su bebé rubio, mirando cada detalle de su carita perfecta-. Te amo tanto, Sirene, no tienes idea -le dijo apretándolo contra su cuerpo- Uriel -llamó a la elfa que apareció al instante-. Llévalo a China, no dejes que nada le pase-, la elfina asintió y desapareció con el bebé en brazos.

-Falta poco, amor, ellos saben que los amas -dijo acercándole un nuevo bebé-, saben lo valiente que fuiste al tenerlos a todos- puso un bultito en brazos de su madre-. Tu pequeño Omega, Hidra.

-Fuerte y valiente, así serás -dijo sonriendo al bebé que le miraba a penas con sus ojos medio abiertos- mi lindo Hidra irá a Estados Unidos, conocerás el mundo, mi vida -dijo besándolo en la frente luego de alimentarlo- Jofiel, llévalo contigo y cuídalo de todo. 

-Sí, ama, cuidaré al amo Hidra con mi vida -al igual que las otras elfinas, desapareció en un puf.

-Otro lindo Alpha a tu servició -dijo poniendo al bebé que ni se quejaba en brazos de su madre- Minos.

-Que nombre tan poderoso para una cosita tan pequeña -dijo acomodando al bebé para que se alimentara en su pecho. Que sabía era la naturaleza, estaba alimentando a su sexto hijo, pero sabía que en sus pechos aun había leche para su séptimo hijo.

-Minos irá a Italia -dijo Lucius, tomando en brazos al ultimo bebé- Haniel -llamó a la elfina.

-Cuida a mi hijo, Haniel, que nada le falte -le pidió.

-Sí, mi ama -dijo asintiendo con la cabeza y desapareciendo.

-Dámelo, Lucius, por Merlín, dámelo -dijo desesperada tomando al ultimo de los bebés-, mi lindo Draco -dijo llorando con el bebé entre sus brazos-, por favor, dame la fuerza que necesito para soportar esta agonía.

Lucius se acercó para abrazarla, dejando al pequeño rubio entre ellos.

-Draco, nuestro primogénito Alpha -dijo acariciando la cabeza de la criatura-, lo hacemos por ellos, amor, nunca olvides eso.

-Lo sé, aun así, duele -dijo mirando la cara durmiente del bebé que así y todo no dejaba de beber.

Lucius miró las cunas, atrajo a su esposa para que esta ocultara su rostro en su cuello y con un pase de varita las hizo desaparecer, sólo quedando una en la habitación, la del pequeño Draco.

Narcisa sabía lo que hacía, por lo mismo lloró mientras aferraba con su mano la túnica de su esposo.

Ese mismo día, todo el mundo mágico, supo por medio de “El profeta” del nacimiento del heredero de los Malfoy. Draco.

 

 

 

 TBC...

Notas finales:

Hola a todos, este fin de semana sólo lansaré este nuevo estreno, desde el proximo sabado volvemos a publicar "entre dos amores" y "Lo más divertido de su vida"

Espero que le guste este nuevo fic y me apoyen como siempre, se viene para largo. 

un beso

Majo


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