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Primer Tiempo por Akiko_y_Shizuka

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Primer tiempo.

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Mi nombre es Arthur Ferrel. Tengo 16 años y soy el menor de tres hermanos.
Herede los ojos negros de mi padre, solo eso. Todo lo demás imita a mi madre perfectamente.
Cabello ondulado de un curioso tono café, facciones demasiado delicadas, un lunar en la barbilla... y el cuerpo tan delgado que causa la gracia de mi hermano mediano.
Pero no es todo.
También soy tan tranquilo como ella.
Demasiado gentil como una mujer, pero con un detalle que me hace hombre. Eso a palabras de mi propio hermano mediano.
Por cierto...
... pese a mi carácter gentil, hay algo que me molesta mucho.
Me molesta en verdad...

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Capítulo uno


- ¡¡Alesh!!

Nada.

- ¡¡Alesh!!

Arthur corrió por el pasillo de la casa provocando un estridente ruido, cosa extraña en él, quien solía tener cuidado. Al instante se detuvo frente a una puerta descuidada y comenzó a golpear con fuerza suficiente para que su ocupante le escuchara, aun con ese sonido infernal, al que llamaba música.

- ¡Apaga eso! ¡No puedo estudiar!

¡Nada!

Arthur estuvo a punto de insistir cuando sintió la presencia de otra persona y posó los ojos en el imponente cuerpo de su hermano mayor, quien abrió la puerta para tener a Alesh a la vista.

Al instante hizo una discreta seña y el rubio bajó la música de inmediato para ponerse de pie y hacer una reverencia militar.

- ¡A sus ordenes, comandante! ? se burló Alesh.

Arthur vio que su hermano mayor hacía un ademán antes de revolverle el cabello y volver a andar hacia el estudio, donde seguramente estaba leyendo.

- ¿Por qué le haces caso solo a él? ?protestó Arthur viendo a su hermano con reproche.

- ¿Bromeas? ¿Quién, en su sano juicio, no haría caso al comandante Allison?

Alesh hizo un ademán afirmativo a eso.

- Solo no subas tanto el volumen... Tengo que estudiar.

Alesh hizo un gesto que no hizo sentir más seguro a Arthur. Sin embargo se conformó con eso y regresó a su habitación, cerrando, solo para volver a escuchar esa música; esta vez a un volumen moderado.

Con un suspiro se sentó frente a su ordenador y tecleó una rápida disculpa con aquel que entablaba conversación en ese momento. La respuesta le hizo sonreír y continuó.

La verdad no estaba estudiando.

Conversaba animadamente. Y ojalá ninguno de sus hermanos se enteraran... o no tendría tiempo para estudiar cuando quisiera hacerlo realmente.

Además de que seguramente terminarían riéndose de él por usar internet para algo tan trivial como el chatear con una persona... y aunque sucediera, no podría dejar de hacerlo.

¿Sería absurdo que alguien te llegara a gustar de conocerlo nada más por unas letras escritas en una pantalla?

No podía estar muy seguro de eso, pero le encantaba conversar con él... y cuando no podía, en alguna que otra ocasión, acudir alguno de los dos a la hora citada, Arthur sentía un horrible vacío dentro de él.

El muchachito detuvo esos pensamientos.

No sería así.

Había charlado lo suficiente para darse cuenta de que él no era ese tipo de persona.

Así que, animado, recordó esa cita que habían estado planeando desde hace unos días.

- La comida esta lista - se escuchó la animada voz de su madre.

- ¡Cinco minutos! - pidió Arthur de forma agobiada y volvió la mirada a la pantalla -
"Entonces mañana a las... ¿8?" - escribió después.

"Ni un minuto más ", respondió su interlocutor en la pantalla "Estaré a tiempo".

- La comida se enfría, pequeño rey - se escuchó la voz de su hermano Alesh -- Baja o le diré a mamá que quieres huir de fregar los platos.

- ¡Ya voy! - gritó Arthur y después suspiró - "Entonces hasta mañana" - se despidió el jovencito.

En cuanto el muchacho salió se sintió atrapado por unos brazos fuertes y despeinado abruptamente.

- Le diré al comandante que te eduque para que me obedezcas - dijo con gracia antes de soltarlo y avanzar por delante de él.

- Jo... eres demasiado cruel a veces... - lloriqueó Arthur hacia su hermano - Si haces eso le diré de esas revistas que guardas bajo la cama...

- ¿Y cómo crees que se ponga cando sepa que su casto hermano revisa mis revistas? - se rió Alesh y le sacó la lengua - Te pondrá un cinturón de castidad, pequeño rey... Sería mejor que no le dijeras nada que me ponga en problemas.
Arthur gimoteó una vez más.

- Entonces me vengaré yo poniéndote algo picante en la cena... - susurró por lo bajo mientras corría al frente para llegar al comedor y disculparse por tardar tanto.

- La comida esta servida, cariño - dijo su madre tras darle un beso en la frente y se metió de nuevo a la cocina por el último plato.

Anthony permanecía sentado, mirando a su hermano menor y mantuvo una seria expresión, aun al ver a Alesh entrar de manera escandalosa para detenerse de repente y sentarse junto a Arthur.

- Ayuda a mamá con los platos - dijo Anthony.

- ¿Y por qué no lo hace Arthur? - protestó Alesh.

- Porque te lo estoy indicando a ti - dijo Anthony con tranquilidad. Suficiente para borrar la cara de incomodidad de su hermano, quien se levantó para correr a la cocina.

Arthur mientras no se había percatado de lo que su hermano mayor había hecho, sólo comía de su flan con pasmosa lentitud, sin dejar de pensar en la cita que tuviera al día siguiente... hasta que apreció notar la mirada clavada en él de aquel hombre y lo miró aún con la cuchara en la boca.

- ¿Ocurre algo, hermano?

- Luces diferente - señaló Anthony - ¿Investigaciones difíciles?... Ya sabes que podría ayudarte.

- No... - respondió casi sorprendido... ¿se le notaba que estaba nervioso o algo? - Sólo trabajosas... además, ¿no dices que siempre es mejor que cada uno nos hagamos responsables de nuestros deberes?

- Mmmm - Anthony apoyó la barbilla en una mano sin dejar de ver a su hermano con suspicacia. Finalmente sonrió de manera un tanto retorcida - Tienes razón - dijo en cuanto vio entrar a su madre tras un cargado Alesh - , debes resolverlo solo.

- Hice tu comida favorita, cielo - dijo la regordeta mujer a su hijo menor - Quiero que estés fuerte y menos flaco.

- Para eso tendrías que rellenarlo de otra manera, "ma" - dijo Alesh terminando de colocar los platos y se sentó.

- ¿Ah? - la mujer pareció desconcertada.

- Con otra comida - dijo Anthony y miró a Alesh fijamente - ¿Verdad?

- Eh.... si.

- De cualquier manera Arthur no es flaco, madre - dijo Anthony - Yo tuve esa constitución a su edad.

El pequeño parpadeó.

- No soy flaco - dijo algo molesto -, sólo soy pequeño... ¿De qué comida hablaban.....?

- Filete con verdura - dijo la orgullosa mujer y se sonrojó - Era el favorito de tu padre.

Alesh suspiró con algo de fastidio.

- ¿Al papá del comandante le gustaba masticar hielo? - preguntó.

- Come - ordenó Anthony con molestia.

- ¿Masticar hielo? No entiendo... - susurró Arthur jugando con la verdura - ¿Por qué siempre hablan de cosas que no entiendo?

- No es que hablemos de cosas difíciles... Es que eres un tonto, Arthur - dijo Alesh.

- ¡Alesh! - regañó su madre.

- Tonto es el que dice tonterías, y tú acabas de soltar una muy grande - replicó el chico con el labio torcido.

- No le hagas caso y come - dijo el mayor.

- Eso - dramatizó Alesh - Ignoren a su hermano mediano... Seguramente eso me hará mucho bien.

Arthur suspiró. Generalmente una queja por parte de Alesh terminaba con toda discusión; así que se dedicó a comer.

- ¿Saldrás mañana? - preguntó Alesh de repente, mirando a su hermano menor.

Arthur tosió.

- Sí. - respondió simplemente.

Alesh suspiró.

- No será muy temprano, ¿verdad?

- ¿Por qué? ¿Quieres hacer algo mañana? - preguntó el moreno.

- Dormir más tarde de las 6 de la mañana - dijo Alesh.

- Levantarse temprano no es malo - dijo Rosaline de inmediato - Anthony hace eso a diario.

- Pero Anthony no es humano - se quejó Alesh.

- Es más humano que tú, en ocasiones - contradijo Arthur - Mamá, seguramente mañana no venga a comer, así que no me prepares comida...

- Debes cuidarte mucho - dijo la mujer con una gran sonrisa.

- ¿A dónde vas? - preguntó Anthony.

- ¿Qué importa? - intervino Alesh - Sólo no te levantes a las 6.

- Yo me levantaré a la hora que quiera - respondió - Me levantaré a las seis - concluyo el chiquillo - Mamá.. ya terminé... ¿puedo irme a dormir?

- Descansa, cielo - la mujer se levantó para besarle la mejilla.

* * *

Arthur se cobijo mejor debajo de las mantas mientras rodaba sobre sí mismo. Sentía que algo le molestaba en el rostro, pero estaba teniendo un sueño tan bonito que no tenía ganas de saber qué era.

En realidad estaba soñando una vez más con esa persona que estuviera al otro lado de la pantalla... y medio inconsciente recordó que se día tendría una cita con él.

¿Qué hora sería? ¿Faltaría mucho...?

De forma somnolienta volvió a rodar sobre sí mismo y abrió un ojo... lo que se sorprendió fue la claridad del día... y lo que le hizo saltar de la cama fue que apenas tendrá tiempo de arreglarse... ¡pero si había puesto el despertador a su hora!

Arthur frunció el ceño y caminó descalzo por el pasillo hasta llegar a la puerta de Alesh.

- ¡Alesh, te odio! - le gritó, golpeando la puerta.

La verdad es que no era la primera vez que Alesh se escabullía a su habitación a desconectar el despertador. Hacía eso todos los fines de semana para impedirle hacer ruido. Pero esta vez era importante.

Así que Arthur tuvo que arreglarse lo antes posible cuando cayó en la cuenta de un pequeño detalle.

Cielos. Tan ocupado estaba conversando con esa persona que no habían quedado en un tipo de ropa para reconocerse.

Demonios.

Arthur prendió rápidamente el pc mientras que se ponía los calcetines e increíblemente lo encontró en línea, pero no tenía tiempo de decirle cómo iría si no quería llegar mal de tiempo y no tenía tiempo para explicaciones. Su hermano podría despertarse en poco nada más que para hacerlo rabiar e ir molesto a su cita.

Así que tuvo una idea simple... mandarle una de las fotos que tenía escaseadas.

Arthur buscó entre la cantidad de imágenes que tenía archivadas. Maldición, tendría que ponerle nombres más fáciles para la próxima en vez de ordenarlas por fechas... aunque dio con una que reconoció, y le dio a enviar. En cuanto acabó apagó el ordenado y terminó por ponerse un fino jersey para marchar hacia su cita.
Ignorando la mirada atenta de su hermano Anthony, quien estaba en el jardín haciendo sus ejercicios, Arthur termino por correr a la puerta de la reja para abrirla y darse de frente con su mejor amigo.

- Cielos, Arthur - se quejó David - Al menos avísame que piensas chocar conmigo.

-P-perdón - se disculpó enseguida el moreno - Es que llego tarde... y ya no sé ni por dónde voy - suspiró.

- A tí no se te da bien llegar tarde - sonrió David y señaló su sencillo auto - Vamos, te llevo.

- ¡Gracias! Eres mi salvador David - sonrió le chico, entrando en el coche - ¿Ya le arreglaste los amortiguadores?

- Aun no - restó importancia el chico de cabellos negros y encendió el auto -, pero no importa ahora, ¿no?

- No... aunque la ultima vez con los trotes mi trasero acabó doliéndome - bromeó nerviosamente.

- Ya te recuperarás - aseguró David manejando con alarmante velocidad - O te acostumbrarás... ¿Cómo está tu hermano de acero?

Arthur parpadeó.

- Como siempre... mirándome raro, ¿Acaso es que tengo algo malo? - dijo con un adorable puchero - Anoche en la cena no dejó de examinarme con la mirada...

- No tienes nada de malo - aseguró el muchacho - Es solo que tu hermano mayor es.... "así".

- ¿Así cómo?

- Pues "así" - David encogió de hombros - Te mira como un hermano mayor ve a su bella y atractiva hermana menor... asegurándose que no sea muy atractiva a los pervertidos.

- No digas tonterías - replicó Arthur aguantando un trote del coche -, Anthony seguro no hace eso.

- Eres demasiado inocente como para notarlo -ironizó David - Cuando voy a buscarte, tu hermano mayor me dirige una mirada que me causa escalofrío...

- Imaginaciones tuyas... - susurró Arthur y agrandó los ojos- ¡Ah! Para, para, ¡es ahí! - gritó señalando hacia una cafetería.

David obedeció. Afortunadamente hubo un sitio donde estacionar el auto y pudo bajar para ver el sitio con agrado.

- Es un bonito lugar - dijo - Pero creí que vendrías a una biblioteca o algo así.

- Es la primera vez que vengo... - susurró - Fue él quien me dijo de quedar aquí - dijo de forma inocente y salió del coche - Gracias por traerme.

- ¿…l? - se extrañó David.

Justo cuando pareció que Arthur quería responder, un joven más alto que ambos, se acercó con una bella sonrisa.

David se enfrentó a un apuesto muchacho se cabellera café algo alborotada y vivaces ojos amarillos. Un apuesto muchacho que le saludó inmediatamente.

- Espero no haber llegado demasiado temprano - dijo inmediatamente y colocó una sonrisa bastante sexy a los ojos de un sorprendido David - Me llamo Jonh.

Arthur tragó saliva.

¿A Jonh le hacía falta presentarse...?

Claro, si le tomaba como un total desconocido, pues sí, pero era uno de los chicos más populares de la escuela y él, sencillamente no llegaba ni a que lo reconocieran en su propia aula... Qué suerte tenía David de que Jonh se le acercase de esa forma tan natural...

- ¿Y a mí qué? - respondió David al instante, enarcando una ceja ante tal sonrisa
despampanante.

Jonh soltó una preciosa carcajada.

- Veo que vienes con ánimo de hacer bromas - señaló guiñando un ojo - Tenemos una cita, ¿recuerdas? Hoy a las 8:00 - revisó su reloj - Han pasado 10 minutos de la hora, pero aun podemos recuperar el tiempo restante... Por cierto.... ¿tu nombre es....?

Arthur parpadeó insólito.

¿Era él? ¿Jonh era la persona con la que había estado hablando tanto tiempo por el chat?

Imposible... pero... ¿por qué se dirigía hacia David?

- Oye... - susurró Arthur de forma suave.

- Ninguno - sin embargo la respuesta de David opacó a su amigo, por el tono imprimido - Ni te conozco, ni he quedado contigo, si es una burda excusa para tratar de ligar conmigo, olvídate...

Jonh cruzó los brazos ante eso y pareció meditarlo un poco antes de volver a sonreír de esa preciosa manera.

- Eso tiene solución, ¿no crees? - se acomodó el cabello con una mano en un acto que fue absolutamente innecesario - Jonh Nether. Me gustas mucho, así que debe haber una manera de arreglarnos...

Oh Dios... Arthur sintió deseos de echarse a llorar en aquel preciso instante.

¿Había dicho que David le gustaba...? ¡Claro que lo había dicho!

David suspiró ignorando al ligón.

- Arthur, ¿ves a la persona con quien quedaste? - preguntó de forma inmediata, se estaba cansando de estar allí.

El pequeño... negó rápidamente con la cabeza.

- No, no está...

- Bien, entonces nos vamos - sonrió David hacia el otro chico - Tendrás que buscar otro entretenimiento.

- ¡Espera! - Jonh parecía desconcertado por primera vez - Fuiste tu quien concertó la cita. Hemos estado charlando por INTERNET - de pronto su expresión se suavizó y cruzó los brazos, como si meditase de nuevo - Ahora que lo veo es muy premeditado... probablemente te sientas presionado, ¿cierto?

- ¿Cómo? - David parpadeó y enarcó una ceja mirando de reojo hacia Arthur... ¿Qué demo...? Oh, vaya... - Sinceramente no sé de qué me hablas...

- No necesitas preocuparte - aseguró Jonh recuperando su entusiasmo - Yo me encargaré de que las cosas funcionen.

Vaya que era un tipo que no sabía el significado de la palabra "no".

Debía admirarle eso, pero David no pensaba caer en un juego.

- Que sí, que sí... ehm... adiós.

Y de una forma apresurada... metió a su pequeño amigo de nuevo al auto para alejarse de aquel individuo.

- ¿Me explicarás qué está pasando aquí? - preguntó David al instante.

Sin embargo Arthur no tenía ganas de hablar, así que no contestó.

David enarcó una ceja ante ese silencio y se concentró en manejar.

Comprendió un poco del estado de animo de su amigo y odió a ese tonto por provocarla.

- No me digas que lo habías tomado en serio - susurró.

El moreno apoyó la cabeza en el cristal de forma suave.

- Puede ser... - susurró Arthur.

- ¡Pero si es un completo patán! - exclamó furioso - Ni siquiera se dignó a mirarte. ¿Qué mortal no voltearía a mirarte?

- …l - repuso Arthur - Ni modo... le gustas tú, está claro...

- Pero a mi no me gusta él - dijo David hasta detener el auto en casa de Arthur - No le des importancia a ese patán, ¿vale?

Arthur emitió un sonidito que David tendría que tomar como un "sí" y salió del coche para traspasar la verja directamente.

Ni siquiera se había despedido de David... en realidad poco se acordaba de él. Sólo tenía ganas de llegar a su cuarto y meterse bajo las mantas revueltas que no acomodó en la mañana.

Estaba deprimido... bastante, quizá.

- ¿Ha sido Arthur quien llegó? - preguntó Alesh.

- Si - respondió Anthony mirando las noticias por el televisor.

- Perfecto, aun me falta lavar mi ropa.

- Hazlo tu mismo - ordenó Anthony - Arthur ha llegado deprimido.

- ¿El pequeño rey esta deprimido? - Alesh no pareció creérselo - ¿Qué le hiciste, comandante?

Anthony suspiró.

- Nada, pero en cuanto sepa quién lo hizo haré algo al respecto.

- ¿No es muy pronto para que te encierren por asesinato?

Anthony ignoró eso último y caminó por el pasillo para dejar atrás las impertinencias de su hermano y se detuvo frente a la puerta de Arthur.

- He sido entrenado para eso, tonto - murmuró como respuesta a la pregunta anterior y tocó la puerta - ¿Puedo entrar, pequeño rey?

- ¿No puede ser en otro momento? - se oyó desde dentro.

Anthony relajó su expresión.

- Claro... Hablaremos en cuanto quieras hacerlo.

- Gracias - susurró Arthur.

Quizá mañana... por hoy no quería mucho trato con nadie.


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