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Primer Tiempo por Akiko_y_Shizuka

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Capítulo dos.

- ¡Hola, Arthur!

Esa había sigo Ángela Mellsh. La eterna enamorada del moreno y, según ella, fan número uno suya.

La preciosa rubia corrió hasta él para ofrecerle el acostumbrado paquete, perfectamente envuelto, donde le obsequiaba el almuerzo.

David torció un poco la boca ante eso, pero no dijo nada.

- Buenos días, Ángela - sonrió el chico, tallándose uno de los ojos, poniéndolo más rojizo aún - Gracias por el almuerzo, seguro que está perfecto como siempre.

Arthur intentaba estar de buen humor, lo intentaba de veras.

La muchacha pareció desconcertada al ver los ojos rojizos de Arthur, pero antes de que pudiera preguntar algo, David tomó de la mano al moreno y lo alejó.

- Deberías olvidarlo - dijo David - No es más que un idiota que no te merece.

- No digas eso - recriminó - Simplemente no soy de su gusto, estaré bien, en serio...

- Si vas a estar bien debe ser desde ahora - decidió David - No puedes estar así por un idiota que no sabe tu nombre.

El moreno suspiró y se llevó las manos a la cara, tras sujetar el paquete entre sus piernas. Con los dedos se pellizcó las mejillas, se las palmó un poco y después puso una preciosa sonrisa en sus labios.

- Ya está - dijo él.

Quizá no fuera cierto, pero no podía hacer otra cosa, no quería preocupar a su mejor amigo, ni a sus hermanos... sinceramente no quería preocupar a nadie.

Aunque eso sería difícil. Especialmente porque cierto muchacho pasó caminando cerca de ellos y se percató de la presencia de David.

- David Spert - dijo Jonh con esa adorable sonrisa - Que sorpresa; pese a que estudiamos en la misma escuela no me había percatado de ti. Sabiendo eso no me fue difícil saber tu nombre.

- Siempre puedes seguir igual y pasar de largo... - invitó David a que siguiera su camino. Ese chico le crispaba los nervios.

- Que arisco puedes llegar a ser en persona - Jonh hizo un adorable puchero - Pensé que un fin de semana podría bastar para que lo pensaras... Además no entraste en línea. Estuve esperando por ti.

- Me han prohibido internet de por vida - sonrió David - Así que se acabó, vamos a comernos el almuerzo de Ángela, Arthur...

- S-sí, claro...

Y se fueron.

Jonh torció los labios.

Había aprendido que las cosas no podían forzarse, así que tendría que armar una estrategia más segura para acercarse a su objetivo.

Fue por eso que estuvo pensando durante todas las clases hasta que se le ocurrió la forma perfecta.

Era un tanto fuera de su estilo, pero le interesaba tener el mejor resultado.

Así que esperó en la puerta principal hasta ver a ese precioso moreno caminar con la compañía de una animada rubia.

- Hola - saludó con amabilidad - Eres Arthur Ferrel, ¿verdad?

El moreno tuvo que apretar su carpeta para que no cayera al suelo de forma ridícula.

- Sí - contestó él, de forma casi entera - ¿Quieres algo?

- Charlar -dijo Jonh con amabilidad y miró a Angelica.

-Ah... - ella se ruborizó - Yo me tengo que ir, Arthur... ¡Nos vemos mañana!

- P-pero... - susurró Arthur apenado.

Ángela directamente lo había abandonado frente a Jonh y ahora simplemente no sabía qué hacer, excepto jugar con una de las puntas de la carpeta que sujetaba.

¿Acaso lo había descubierto?

- Te invito un café - dijo Jonh sin perder su buen humor - no podemos hablar de negocios parados a la salida de la escuela. Además David podría terminar con su práctica de tennis y no creo que le agrade mucho verme de nuevo.

Arthur caminó a su lado de forma automática.

- ¿Qué negocios...? - preguntó el pequeño.

Jonh soltó una risita.

- Primero el café... Siempre tranquiliza estar acompañado de algo líquido.

La verdad es que Arthur no opinaba lo mismo, pero no se lo hizo saber y a los 10 minutos de caminar se vio sentado en un sencillo café de la ciudad con una humeante taza frente a él y un trozo de pastel que Jonh había insistido en pedirle.

- Estoy buscando una alianza - dijo Jonh tras beber un sorbo - Ya que eres el mejor amigo de David, quiero recurrir a ti para que me ayudes.

Lo decía de broma, ¿no?

- Para... ¿qué? - dijo, sin dejar de dar vueltas a la taza que le habían traído, y que aún estaba llena.

- Simple - Jonh recargó la barbilla en una mano y miró por el amplio cristal - Quiero conquistar a David... Sin embargo he comprendido que no puedo hacerlo de la manera simple... Pareciera que es inmune a mis encantos.

Instantáneamente la taza de café volcó en la mesa y Arthur se levantó de golpe al ver el líquido derramado. Simplemente se había puesto tan nervioso ante esa confesión que... había salido parte de su torpeza a relucir.

- ¡Lo siento! - alcanzó a decir, mientras tomaba una servilletas del recipiente y las ponía por encima del café entre que venía una de las camareras a arreglar el desastre - ¿No te manchaste verdad?

- No te preocupes - dijo Jonh - No fue nada - sonrió a la camarera a modo de disculpa - ¿Quizá te parece impertinente que te pida esto? -propuso con suavidad - ¿Eres intolerante, Arthur?

- ¿Qué? - dijo sorprendido - ¡No! - exclamó, e incluso se mostró un poco enfadado por ese comentario.

Tras ello suspiró y pensó de forma veloz en la petición. ¿Sinceramente Jonh quería a David...? Si fuera que sí, si de verdad Jonh consideraba que su felicidad estaba en conseguir que ese chico le aceptara y saliera con él... bueno... le ayudaría...

- ¿En serio te gusta David? - preguntó en un susurro.

- Es una persona de carácter difícil cuando no esta en la red - murmuró Jonh desviando la vista - Sin embargo estoy decidido a intentarlo hasta la última de las consecuencias... No quiero una aventura con tu amigo, Arthur; así que puedes estar tranquilo. Estoy cansado de ser el chico popular que todo puede tenerlo, pero que en realidad no tiene nada... Al principio fue divertido, pero llegó el día en que dejó de serlo. - sonrió - Por eso me gusta David.

- Pero... ¿y si resulta que David no es igual a como lo conoces por internet que en la realidad? - ¡Por Dios! ¡Si el que chateaba con él por internet era Arthur!

Arthur podría decirle perfectamente en ese momento que era él. Podría decirle que con las prisas le había mandado una fotografía errónea, podría darle todas las explicaciones del mundo. De eso justamente dependía la próxima respuesta. De ello dependía todo...

- No importa - aseguró Jonh - La verdad es que ya lo había visto antes, pero no es fácil atraer la mirada de tu amigo, ¿sabes?... El hecho de que se halla comunicado conmigo durante un tiempo, aun cuando no sabía que se trataba de mí, me da una pequeña esperanza y no pienso desaprovecharla.

Oh...

- Está bien... - aceptó Arthur - Te ayudaré.

El chico sonrió.

- Gracias -dijo sinceramente - Te prometo que no te seré de mucha molestia.

* * *

Arthur comenzó a trastear en su habitación, La charla con Jonh no le había terminado de animar, pero ahora tendría que recopilar información para el chico, así que rebuscaba entre los cajones de su habitación unas revistas que David se había dejado en su casa y que, para empezar, le vendrían bien al pretendiente.

Peor en qué líos se metía...

Pero como no las encontraba.... tuvo que salir fuera de seguro a buscar al idiota de su hermano mediano... el cuál, asombrosamente, tampoco estaba.

¿Era el día en que no le saliera nada bien?

Arthur suspiró y se dirigió hacia donde su hermano entrenaba esos movimientos que, fijo que si él hacía uno, veía su brazo tirado por ahí al instante.

- Ny... ¿no habrás visto por ahí unas revistas que David se dejó el otro día? Es que no las encuentro...

- ¿La literatura inútil que tu inútil amigo lee? - preguntó Anthony deteniendo sus movimientos y se acercó a Arthur, tomando una toalla pequeña en el camino para secarse el sudor - Sabes que a Alesh le gusta mucho ese tipo de revistas, deberías cerrar con llave tu habitación, pequeño rey.

- Si no fuera porque don perfecto ha aprendido (quien sabe donde) a usar una ganzúa, no entraría - se quejó Arthur - ¿Dónde crees que haya podido aprender algo así? Cada día me sorprendo más... Aunque terminaré guardado mis cosas en tu habitación, allí no se atreve a entrar - terminó por reír con algo de malicia.

- Ya lo ha intentado - confesó Anthony con tranquilidad - Pero es muy descuidado al buscar en las cosas de los demás y termino por darme cuenta... La última vez le torcí un brazo... Estuvo quejándose por una semana por no poder abrazar a su horda de novias.

- Podrías torcerle tú uno por mí, a ver si deja de tocar las mías... ¿qué te parece? A cambio te doy mi postre durante una semana entera - sonrió de forma abierta.

Anthony miró a su pequeño hermano.

Con un movimiento rápido lo atrapó y apretó su cuerpo fino con suavidad.

-Podría hacer cualquier cosa por ti, pequeño rey - musitó con cariño - Después de todo eres mi querido hermano. Ambos son mis hermanos - reiteró.

Arthur sonrió.

- ¿Entonces eso es un "no"? - susurró - Bueno, no importa... Después de todo luego estaría incordiando a mamá y no es plan... - suspiró y se abrazó a su ancho cuerpo - Estás sudado...

- La última vez que escuche eso... - Anthony se interrumpió y separó a Arthur para acomodarle el cabello - ¿Por qué lloraste, Arthur?

Arthur se hizo un poco el remolón, girando los ojos hacia todas partes, evitándolo.

- Al fin y al cabo no se te escapa una - le dijo - Me gusta alguien, pero a esa persona no le gusto yo. Es simple, pero duele...

- En mi trabajo no se me puede escapar nada - repuso el mayor con suavidad y suspiró - Sabía que llegaría el día que te gustaría alguien, pero no pensé que fuera a tus 17 años... Eres un niño, pequeño rey.

- ¿Tú crees? - preguntó Arthur - Quizá sólo soy pequeño porque vosotros sois mayores...

- Seguramente - aceptó Anthony - Eso significa que jamás dejaré de verte como ese pequeño que mojó mi cama innumerables veces solo porque me ablandaba el corazón cada noche.

- ¡Ny! ¡No me recuerdes esas cosas! - exclamó Arthur con la carita colorada y el labio torcido - Uhm... ¿me dejas ir esta noche...?

- Claro - el mayor le revolvió el cabello - A tu edad es difícil que mojes la cama de nuevo - suspiró para quedarse serio - Y de lo otro... - agregó - Creo que esa persona es una idiota. Eres un muchacho precioso, Arthur... Ninguno de nosotros heredamos las bonitas facciones de mamá... Así que me parece imposible que no vea lo hermoso que eres, no solo por fuera.

- Supongo que no todo se puede conseguir - sonrió Arthur - Estaré bien, Ny, te lo prometo.

- Te equivocas - contradijo Anthony con seriedad - Todos pueden obtener lo que desean... No soy moralista, Arthur, no me entrenaron para eso, así que aprendí que todo se vale, no solo en la guerra. Y estoy seguro de que tu mereces todo lo que quieras.

- Uhmmm.... pensándolo así.... Sólo quiero que sea feliz, así que es lo que voy a lograr - y antes de que su hermano pudiera decir algo le levantó un dedito en advertencia - Y no digas nada más, que te veo venir...

Anthony suspiró.

- Es absurdo ser vencido por un crío de 17 años, ¿sabes? - dijo con resignación y se levantó - Vamos... Abriré el cuarto de Alesh para que busques esas revistas.

Arthur rió.

- Gracias hermanito.

* * *

- ¡Hola, Arthur!

Esa era Ángela Mellsh a las 7:00 de la mañana, corriendo por el patio con su paquete de desayuno acostumbrado y esa bella sonrisa.

La chica se detuvo frente al moreno y extendió el almuerzo, como siempre.

- Un almuerzo nutritivo - informó ella con orgullo.

- Creo que sobra decirte que no hace falta que me los hagas, ¿verdad? - ciertamente ya habían discutido mucho sobre aquello... y por mucho que Ángela se considerara su fan, no era para aprovecharse de ella de esa forma.

- Sobra - concedió ella con una sonrisa y caminó a un lado suyo - Seguramente ninguna otra chica te lo ha pedido, así que seré la primera... ¿Quieres ir al baile conmigo?

Arthur se hizo el sorprendido.

- ¿Hay un baile?

Ángela se colocó frente a él y sonrió aun más.

- Aun no se pasa la información a los alumnos, pero los que pertenecemos a la presidencia ya lo sabemos. Se ha organizado un baile para la noche de brujas y oficialmente soy la primera que te pide que seas su pareja.

Arthur rió.

Sería divertido.

- Bueno, seré tu pareja, pero sólo porque me lo pides tú - le dijo con confidencialidad.

- ¡Genial! - ella hizo un gesto de victoria y se alejó de él para ir hacia las aulas - Nos veremos después, Arthur. Cuídate mucho.

A veces las chicas podían ser tan incomprensibles.

Eso pensaba Arthur hasta el momento en que vio a Jonh caminar con pasos arrastrados y una mano en la mejilla que alcanzaba a ver un sospechoso tono rojizo.

Eso... daba la sensación de ser nada bueno.

¿Quién osaría pegar a aquel chico?

Oh, ya sabía...

El moreno caminó deprisa hacia él y fue relajando los pasos conforme llegaba.

- Parece que... no fue un buen empezar la mañana... ¿verdad? - preguntó bajito.

- Me repondré - aseguró Jonh haciendo un puchero y frotó su mejilla - Siempre creí que jugar tennis era fácil, ahora veo que me confío demasiado.

El muchacho se sentó en uno de los bancos y sonrió a Arthur.

- ¿Fue una pelota? - se sorprendió el pequeño.

- No cualquier pelota - dijo Jonh con admiración - Fue una pelota bien dirigida hacia mi rostro. Tu amigo tiene bastante habilidad en ese deporte, ¿sabías?

- Un poco - sonrió con causa -, no por nada es el ayudante del capitán... Aunque me temo que vas a tener que empezar a contratar un seguro médico muy bueno, si quieres seguir adelante - le confesó.

- Oh - Jonh pareció meditarlo hasta que una traviesa sonrisa apareció en su rostro -Será bastante interesante conquistarlo. Lo que me recuerda... Me traes datos útiles, ¿cierto?

El chico suspiró y se descargó la mochila.

- Revistas - apuntó, sacándolas y se las extendió - Sus preferidas... no hay hoja que no deje sin leer, con ello sabrás un poco más.

Jonh tomó una de las revistas para hojearla cuidadosamente.

Tras hacerlo frunció el ceño y suspiró.

- Jamás me dio la impresión que tuviese este tipo de gustos... Siempre pensé que era un adorable ratón de biblioteca.

Arthur miró rápidamente hacia otro lado evitando mirarlo.

- Ya te dije que podría no ser como te dijo por internet....

- David no parece una persona que necesite mentir - analizó Jonh y miró a Arthur -
¿Es posible que halla llegado a sentirse inseguro?

Arthur suspiró.

- Seguramente sea eso - acabó por decir -, así que es posible que te encuentres con mucha información nueva sobre él...

- Es lo que me parece notar - dijo Jonh confundido - Sin embargo solo me habla de sus gustos... Debe haber algo que le cautive... Algo que tu sepas...

- Uhm... no sé - le dijo - Aunque sí podrías darle una sorpresa... Su madre no le quiso dar dinero para comprar unas entradas de su grupo favorito y se quedará sin ir... y es casi en lo único que piensa, aparte de su coche - le aseguró.

La mirada de Jonh pareció iluminarse con esa información.

- Perfecto - dijo apretando ambos puños - Te compensaré... Aun si sale mal...

- No hace falta - sonrió - No necesito compensación.

- Te debe ser fastidioso hacer de cupido - Jonh le tomó los hombros - Así que no aceptaré un "no" por respuesta. Déjate atender, yo me encargaré de todo.

Ese simple gesto hizo que el pequeño se ruborizara.

¿De verdad estaba haciendo lo correcto?

- Está bien...

Claro que a lo lejos, esa escena, no fue nada bien recibida por el muchacho de ojos verdes que frunció el ceño mirando a la pareja.

Y después bufó para darse media vuelta e irse.

Ya hablaría más tarde con él... claro que lo haría.

* * *

Anthony apagó el televisor y suspiró.

Odiaba las noticias precisamente por eso: solo se concentraban en informar acerca de lo malo. Y ahora que el país se había encajonado en una guerra que apenas rozaba su final el hombre se veía inundado de una mala noticia tras otra.

En eso pensaba cuando vio caminar a su pequeño hermano.

- Llamó David - informó al instante - ¿Tienen algún trabajo pendiente?

- Que yo sepa no - le dijo - ¿Viene aquí?

- Eso dijo - Anthony alcanzó el control del modular y encendió la música que ponía solo para relajarse - Se escuchaba molesto - musitó - Espero que no lo esté contigo.

- Nunca le vi molesto... creo - se encogió de hombros - ¿Quieres helado...? - el niño lo sacó de detrás de su espalda como si sacara un tesoro reluciente - Pareces estresado.

- Con los ineptos que tenemos como reporteros en este país, no debería extrañarte - dijo Anthony y sonrió - ¿Es de vainilla?

- ¡Claro! - aceptó y se acercó con la cuchara para darle - Además de los que te gustan, es que si me ve Alesh me lo quitará, ya sabes como es.....

- Nuestro hermano te quiere... Es solo que tiene la manera más extraña de demostrarlo.

Anthony dejó que su hermano menor le diera helado hasta ver a un molesto Alesh entrar.

- El idiota de tu amigo esta afuera - informó a Arthur hasta descubrir el helado y arrugar la nariz - ¡Ustedes son lo peor! ¿Pensaban comer eso solos? ¿Es que se olvidan de su perfecto hermano?

- Ojalá te llegara a olvidar - musitó Anthony.

- O al menos podrías perderte, el helado es mío, ¡yo lo compré! - le dijo, aferrándose a su tesoro.

- Tienes el deber familiar de darle a tu hermano mayor - gruñó Alesh y se acercó peligrosamente hasta que una mirada lo paralizó - No es justo, comandante. Lo consientes demasiado.

- No sé de qué hablas - evadió Anthony.

Arthur sonrió ampliamente hacia Alesh. Entonces fue cuando vio en el pasillo a un David muy serio y que parecía esperarlo, así que decidió dar el helado a su hermano acompañado de un beso y saltó del sofá hacia donde estaba su amigo.

- Vamos a mi cuarto - le dijo -, pronto habrá una batalla campal por ese helado...

David hizo un ademán afirmativo y caminó tras su amigo.

Al estar en su habitación se acomodó y suspiró.

- Te vi con ese tonto - dijo sin rodeos.

- Hmm... sólo me comentó la buena aptitud que tienes para el tennis... ¿cómo se te ocurrió lanzarle una pelota a la cara?

- No se la lance a la cara - evadió David de mala manera - Ese tonto es absolutamente torpe en el tenis.

- ¿Seguro? - preguntó Arthur, sentándose a su lado - Bueno, qué más da... ¿Te ocurre algo? Anthony comentó que estabas de mal humor...

- Jonh no me da confianza - dijo David - Podría lastimarte, seria mejor que te mantuvieras alejado de él.

Arthur torció el labio.

- Ya te dije que estaré bien... podrías confiar un poco en mí... - borbotó el moreno.

- Es en él en quien no confío, Arthur - suspiró David - Decir "me gustas" a la ligera no debería estar permitido... Es irresponsable.

- No creo que te lo dijera a la ligera... David - dejó caer Arthur - Siempre cabe la posibilidad de que ya se hubiera fijado en ti antes, ¿no?

- Pero si se trata del playboy de la escuela - protestó David - ¿Cómo va a decir algo en serio?

- Oh vamos... alguna vez en la vida tendrá que decir algo en serio - replicó el chico.

- Supongo - David enarcó una ceja - De cualquier manera no me gusta que te arriesgues con él. Me harías un favor si no permitieras que te manejara así.

- Tranquilo... sé lo que hago...

La verdad es que David tenía serias dudas al respecto de eso. Pero no se las hizo saber a su amigo. Más que nada porque no parecía lograr que cambiara de opinión.

Eso solo significaba que tendría que recurrir a otra cosa.

No había forma de evitarlo.

* * *

Los preparativos para el baile comenzaron a ser notables hasta tres días después.

Durante esos tres días, Arthur tuvo que ver varios rechazos seguidos hacia Jonh y se preguntó si David en verdad era inmune a los encantos del moreno.

Lo que si le quedó claro es que David hacía más violento un rechazo de otro. Y la verdad le sorprendía que Jonh fuera tan insistente. Le sorprendía y le causaba cierta envidia, pero eso último prefería ignorarlo.

Jonh no había querido usar su "carta del triunfo". Ya había comprado las entradas de las que Arthur le habló, pero siempre que el jovencito le preguntaba respecto a ellas, Jonh decía que las utilizaría hasta el final.

Siempre hasta el final.

Mientras tanto se había hecho víctima de maltratos por parte de alguien que había dejado bastante claro que no quería nada.

Jonh tenía confianza que David cambiase de opinión.

La verdad es que era Arthur quien deseaba cambiar de opinión... o de plan.

Pero no iba a ser posible. Se había concienciado de una vez en que aquello no era posible y que ahora debía de hacer lo que estaba haciendo, a pesar de que David estuviera de una forma realmente pesada con él.

Quizá se debiera a la presión que Jonh le sometía, y por eso varias veces se había ganado malas miradas de su mejor amigo. Unas que nunca había visto, al menos no dirigidas a él.

Pero Arthur conocía a Jonh... y sabía que no sería tan malo para alguien como David.

El moreno suspiró.

Aparte de eso tenía problemas en qué elegir para el halloween que se avecinaba... el año pasado su hermano no le dejó usar su disfraz... a ver qué haría éste.

- ¡No!

Arthur suspiró al escuchar ese grito y una aparatosa secuencia de pasos le hizo saber que su hermano Alesh había comenzado a exasperarse con... alguien.

- Pero no puede ir solo, cariño - se escuchó la voz de su madre.

- ¡Tiene 17 años! Ya no es un niño.

Un sospechoso espacio de silencio hizo saber a Arthur que Anthony había entrado en la discusión con su tono suave y peligrosamente calmado.

- ¡Maldita sea! - terminó por exclamar Alesh acompañado de un portazo.

Arthur suspiró. Eso significaba que su hermano haría todo lo que le pidieran.

Y eso significaba que él tendría una niñera... ¿Por qué no podrían dejarle un poquito de espacio?

Ir a pedir por las casas con otro grupo de personas no tenía nada de malo... eran varios... y encima seguro que Alesh pagaría su molestia con él.

En eso pensaba hasta que tuvo que ver a su hermano mayor atravesar la puerta y sonreírle con esa calidez.

Anthony se sentó a la orilla de la cama y le revolvió el cabello.

- ¿Llegará el año en que no quieras hacer esto, Arthur? - preguntó con amabilidad.

- Quiero un año en que pueda ir sin carabina... - gimoteó - ¿A los 40 podré?

Anthony sonrió ante eso.

- Quizá - dijo y se recostó - ¿De quieres que nos disfracemos?

- Si te lo digo antes de ir... ¿prometes no oponerte? - le preguntó.

El mayor suspiró.

- Esta bien - aceptó al fin.

Lo que hizo reír a Arthur.

- ¡De gato! - confesó - Miau~~~~.... - imitó moviendo la mano cerrada en un puño.

Anthony soltó una carcajada ante eso.

- ¿Solo tu?... No creo verme muy lindo vestido de gato... De hecho estaba pensando disfrazarme de Frankenstein... Alesh pidió ser el hombre lobo.

- Podrías ir de tigre... fijo que Alesh estaría de acuerdo en ello... - susurró - Y Alesh podría ir de mono, total, así no gasta en disfraz.

- Sus admiradoras no estarían muy agradecidas - comentó - De tigre me gusta... Haré lo necesario... Y espero que tu disfraz no sea muy atrevido, pequeño rey.

- ¿Atrevido? No creo... Ya iré a la tienda después.

- Entiendo - dijo el mayor - Solo no enfades a Alesh... Aun no puede admitir lo mucho que se divierte yendo con nosotros.

- Alesh debería de ser el menor, no yo, no es justo - borboteó - Mejor iré ahora, no quiero que se me haga tarde, ¿te compro algo?

- Maquillaje - dijo el mayor - Ya me encargaré del resto más tarde.

Arthur hizo un ademán afirmativo.

Tener trabajo le ayudaría bastante.

Muy especialmente para relajarse un poco de cierta situación.








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