Cuando Taehyung se bajó del carruaje, se acomoda el cabello con ademanes gráciles y delicados. Desde la entrada JungKook lo observa, los dedos largos, el cuerpo lánguido, su torneado trasero, algo palpita dentro de el aparte de su corazón. Se acerca lentamente, dirigiéndole una mirada que hace sentir al rubio como si quisiera atravesarlo.
– Llegan un poco tarde - Suena a reclamó y lo es.
– Lo siento, ha llegado de visita mi hermano y me he retrasado un poco.
– Bien no importa – Su ayudante ya tiene los caballos listos. Minki le sonríe al chico que entrega las riendas.
– Minki se cuidadoso – Le indica a el virginal doncel que se queda con el joven como siempre en el ritual de visita , este asiente, sabe a lo que se refiere, TaeHyung lo dice porque sabe que debe cuidar su honra, aunque tal vez solo es una proyección de sus propios miedos o peor aun …de sus deseos, pero es algo en lo que no quiere pensar.
Comienzan a caminar dejando a los jóvenes y van en dirección opuesta a la habitual, TaeHyung lo mira extrañado, pero aun así lo sigue.
Jungkook parece darse cuenta de la confusión del rubio– Vamos, hoy he elegido un nuevo camino.
Ayuda a TaeHyung a subir al caballo, este ya tiene más experiencia y le deja montar solo, ya no puede poner mas pretextos en que vayan en el mismo equino, es ilógico que después de tantas clases, si lo que ha ido es a aprender, no quiere levantar sospechas con el esposo de este. Aunque obviamente las clases y el aprendizaje tardaron más de lo necesario.
Lo toma de la cintura para ayudarlo a subir, una vez sentado, su mano resbala por el pantalón delineando el muslo hasta llegar al tobillo, pretexta ayudarlo a poner el pie en el estribo y acomodarse. Es una rutina a la que ambos se han acostumbrado, son los pequeños toques que hacen que ambos desean mas, un poco mas. TaeHyung reprime el suspiro. Con agilidad Jungkook sube a su caballo y empieza el camino . El rubio toma sus riendas y lo sigue.
El camino es poco menos de una hora, llegan a una arbolada, los colores son impresionantes, la nube rosácea se vislumbra a lo lejos, si bien la primera imagen lo impresiona, esta no demerita según se van acercandose a lugar, los arboles están teñidos de un tono rosa, las ramas cargadas de flores de durazno, el espectáculo es fastuoso, el olor se percibe en el aire cuando se agitan las ramas.
– Es hermoso – Cuando la distancia es nada , Taehyung queda deslumbrado con el espectáculo.
– Sabia que te gustarían – TaeHyung se adelanta un poco, andando en medio del camino, JungKook desde atrás puede ver el bamboleo de las caderas provocado por el movimiento del caballo. Está seguro que las reservas de paciencia se han agotado.
No es una tarde muy soleada, hay algo de humedad pero aun así JungKook tiene calor.
Al final del camino arbolado, hay un gran roble, en el que se detienen, puede ver al otro extremo del campo, un terreno lleno de los mismos árboles, sus ojos no encuentran el final. Tan absorto está, que no reacciona a la presencia de la otra persona, hasta que este acaricia con suavidad su pantorrilla.
– Ande, baje.
El rubio asiente y en la rutina habitual, se agacha estirando los brazos para ser ayudado. Si bien ese movimiento es lento, Jungkook no logra soltarlo, el toque se prolonga, no es un abrazo en si, es solo que el pelinegro mantiene aun los brazos en su cintura y se ha dado cuenta que se debe a que el no ha desecho el agarre en sus hombros, donde se sostuvo al bajar y lo peor… no quiere soltarse. Permanecen un momento mas así, el acuerdo es tácito, JungKook comienza a caminar sin soltarlo, TaeHyung va de espaldas, no se opone ni se atreve a alejarlo, el agarre suave pero firme continua. Su espalda choca contra el árbol, la cercanía lo aturde un poco, aun con los recuerdos de su hermano haciendo gemir a su esposo, se siente altamente sensible.
Una mano del pelinegro se aleja de su cintura.
– El durazno es de una belleza perenne, primero la flor, de un tenue rosa, de líneas delicadas y hermosas– Acomoda un mechón de cabello rebelde en la oreja del rubio, en el acto mismo, la suave caricia en el lóbulo lo hace temblar un poco.
– Luego la flor madura y crece un pequeño durazno, cuando crece, su suave piel invita al tacto – Mete la mano a su bolsillo y saca un pequeño durazno, lo acerca a la boca para que lo muerda y TaeHyung obedece, el néctar le deja los labios brillosos, JungKook con su dedo meñique le roza el rostro – Son dulces, suaves, con un aroma fragante, que invita a querer lamerlo, succionarlo, morderlo…¿no cree? – Le dice tan cerca que TaeHyung traga saliva, ve como jungkook muerde la fruta , la forma en que lo hace es un poco obscena, mordiendo y succionando un poco – Me gusta, solo hay que esperar el tiempo necesario a que madure para disfrutarlo y yo he sido demasiado paciente – Se acerca cada vez peligrosamente a su rostro, puede sentir el calor de su aliento– Es la fruta mas dulce y suave que he deseado jamás– Le dice rozando ya su mejilla – ¿Puedo probar un poco?
Ya ha probado el durazno, ya no hablan de la fruta y TaeHyung quiere decir que si, pero su raciocinio le dice es un hombre casado
– Lo deseo tanto – Dice con un tono de voz grave, ladea el rostro y esta a nada de los labios de Taehyung.
Rompe la distancia y lo besa, casi es una suave caricia, TaeHyung reacciona y lanza una bofetada Jungkook se soba la mejilla y arremete otra vez un poco mas fuerte el beso, TaeHyung se queda estático, pero después de unos segundos lo empuja y una nueva bofetada suena – Creo que debería acostumbrarme a esto siendo que así fue como te conocí– Dice JungKook con una sonrisa torcida, sabe que las bofetadas son solo un falso dejo de dignidad, mas parece una señal de querer mas o al menos eso es lo que piensa . Se acerca y cuando TaeHyung levanta la mano nuevamente con el fin de atacar el pelinegro toma ambas manos y besa mas profundo esta vez. Forcejean un poco pero TaeHyung baja sus barreras y corresponde el beso.
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