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Killing God (MCU & Supernatural crossover) por BombayLove

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Notas del capitulo:

Sin terminar de reponerse de la pérdida de Vision, Wanda siente una conexión con Sam, quien asegura que él vivió lo mismo que ella, salvo que cientos de veces.

Por su parte, Sam se da cuenta que haber herido a Chuck podría tener consecuencias para él, aunque no sabe muy bien cuáles. De momento, lo que importa es saber quién más está perdido en ese mundo, y Rowena podría tener algunas herramientas para ayudar.

Sam sintió un poco de lástima por Peter al ver la manera en que Rowena lo molestaba. Sólo ella era capaz de hacerlo en las circunstancias que estaban atravesando. Por el contrario, hasta parecía que ella sola mantenía las esperanzas de poder solucionar todo ello. Si Spider-Man y Scarlet Witch habían aparecido ahí, ¿quería decir eso que habían más superhéroes dando vueltas por ahí?

Vio a Dean yendo tras Peter y él se lanzó sobre una silla, suspirando. ¿Tendría que dar aviso a los demás cazadores?

—¿Sam? —Rowena lo volvió a Tierra, aunque sea por unos instantes—. Deberías ir tras Wanda.

El Winchester iba a decirle algo pero se la quedó mirando unos instantes.

—¿Lees cómics, Rowena?

Su respuesta fue una de esas sonrisas que son peores que una respuesta directa. Sam revoleó los ojos y se levantó para encontrar a Wanda. Cualquier cosa con tal que Rowena no le respondiera. La encontró en la cocina sentada en una silla en torno a la mesa. Parecía absorta en algo que Sam reconocía. Ella reparó en su presencia recién cuando le acercó un sándwich que Sam preparó en ese mismo momento.

—Gracias —susurró—. No quería--

—Está bien. Sólo come —la interrumpió él mientras le servía agua en un vaso.

Habrán pasado en silencio quince minutos en los que Wanda pareció disfrutar de esa sencilla comida.

—¿Nunca has sentido una sensación de vacío? —soltó de repente—. Algo que no tiene explicación. No es algo físico, es algo más.

—Creo que lo entiendo. No sé qué más sucedió en tu universo además de lo que todos sabemos, pero entiendo a qué te refieres. Esa sensación de vacío que no puedes llenar con nada, que no importa que agarres, simplemente, no puedes llenarlo. Lo he vivido. Si creo saber a qué te refieres, ¡por Dios que lo he vivido! —Sam sintió la angustia y la sombra de la muerte agobiándolo de repente—. En este trabajo vives con la posibilidad de morir en cualquier instante. Sólo tratamos de que esa posibilidad nunca se cumpla.

—¿Has perdido alguna vez a la persona que amas?

—Incontables veces. Y todas y cada una de ellas siguen grabadas aquí, en mi mente y me persiguen cada vez que cierro los ojos para dormir.

—¿Cómo puedes seguir entonces?

Sam sonrió. Wanda incluso pudo sentir su corazón latiendo un poco nuevamente.

—Porque él está a mi lado. Porque haría hasta lo imposible por traerlo de regreso.

—Lamento interrumpirlos —la figura de Rowena apareciendo en la puerta de la cocina llamó la atención de ambos—. ¿Podríamos reunirnos en la biblioteca? Creo que he encontrado algo en este libro.

Sam dirigió la mirada al objeto que la bruja tenía entre sus brazos. Era como si no debiera alejarse demasiado de él.

—Está bien. Wanda, ve con ella. Yo iré a buscar a Dean.

La aludida vio algo en la mirada de Sam cuando mencionó a Dean, quien supuso era quien los había llevado hasta ahí en aquel vehículo.

—¿Sam? Tú, ¿cómo estás?

Le sorprendió sus palabras. Respondió con una ligera sonrisa.

—Estoy bien.

 


 

El camino hacia Dean le pareció eterno. Recordar todos los momentos en que lo había perdido había hecho que esa herida volviera a abrirse. Oyó voces en el cuarto de Jack. Reconoció la de su hermano. De pronto, sintió que la vista le jugaba una mala pasada y su cabeza daba vueltas. Se llevó una mano a su hombro izquierdo el cual agarró con fuerza. Sintió un escalofrío recorriéndole la espalda. Después de todo, él había recibido un impacto de bala con el arma que había herido a Chuck. Sabía que si lo hubiera eliminado, no estaría vivo. ¿Qué sucedía si no? Cuando se repuso, caminó los pocos pasos que lo separan de la habitación y oyó a Dean tratando de calmar a Spider-Man.

—Lo que sea que haya sucedido en tu mundo, lo solucionaremos.

—¿Cómo puedes estar tan seguro?

—Porque eso es lo que hacemos.

Sin importar las veces que oyera esas palabras, siempre tenían en Sam ese efecto de tranquilidad.

—¿Con tu compañero?

—Sí, con Sammy.

—¿Dean? —al oír su voz, los presentes lo miraron. Estaban sentados en la cama de Jack. Al darse cuenta del destino que había sufrido el nephilim, Sam pudo sentir en su olfato el olor a tronco quemado de la pira que habían encendido con Dean—. Rowena quiere que nos reunamos —los tres salieron de la habitación y se dirigieron a la biblioteca, Peter unos pasos más delante de los Winchester—. Oye, Dean, ¿hay algo de ropa de mamá?

—¿Para qué?

—¿Ellos van a estar con esa ropa todo el tiempo? —dijo en referencia a Wanda a Peter.

—Podríamos decirle a Cass a que vaya por algo. Sammy, lo único que quiero ahora es tomarme una cerveza, dame un respiro de todo esto de los demás universos.

A medida que hablaba, Dean había disminuido su andar y agarrado el brazo de Sam para terminar rodeándolo con los suyos. Sam hizo todo lo posible para no quebrarse en ese mismo instante. Hundió su rostro en el espacio entre el cuello y el hombro de Dean y agarró con fuerza su campera.

—Dime que todo estará bien —susurró.

Dean deshizo el abrazo, apoyó una de sus manos sobre el rostro de Sam y le sonrió con ternura.

—Todo estará bien, Sammy.

El mundo podía estar ardiendo a su alrededor pero si Dean decía que todo estaba bien, lo estaría. De pronto, Dean lo jaló hacia adelante y rozó sus labios contra los suyos. Apoyó su frente sobre la suya y se relamió, sin darse cuenta de la intensa mirada de Sam quien lo agarró de la campera para acorralarlo contra la pared y, esta vez, ser él quien iniciara el beso. A diferencia de Dean, Sam necesitaba un contacto más profundo algunas veces, y esta ocasión lo ameritaba.

—Dean —gimoteó Sam. El aludido podía ver la necesidad en la mirada de su hermano y, al mismo tiempo, algo más que no lograba comprender.

—Tranquilo, tigre —Dean pudo sentir los puños cerrados de Sam temblando sobre su cuerpo. Él agarró ambos y miró a Sam, quería que aflojara su agarre y él comprendió—... No sé qué tienes, pero lo solucionaremos, ¿de acuerdo?

 


 

—Disculpen la demora —dijo Dean, apareciendo junto con Sam en la biblioteca, mientras se sentaba en una silla. Sam lo imitó.

—¿Liberando el estrés, chicos? —Rowena recibió por respuesta una expresión de ofensa de parte de Dean. Sam volvió a adoptar la misma expresión de no querer que siga hablando—. No me hagan esas caras, algunos tienen suerte de poder hacerlo.

—¿Para qué nos mandaste a llamar, Rowena? —soltó Dean.

—Ah, sí. Acerca de eso... Peter y Wanda no son los únicos que llegaron aquí a causa de... ¿Cómo le dicen ustedes? El Chasquido —la manera en que Rowena pronunció las dos últimas palabras hizo que Sam esbozara una sonrisa que rápidamente se perdió al darse cuenta de la gravedad de la situación.

—Era lo que me temía...

—¿Quieres compartir con la clase lo que piensas, Sammy?

—¿Recuerdas a Thanos?

—Tipo rudo, grandote, violeta. Sí., ¿por qué?

—Él quiere obtener las Gemas del Infinito para destruir a la mitad del universo, ¿cierto?

—Sí...

—Dean, es uno de los más grandes eventos de Marvel. Es un crossover en el que muchos superhéroes aparecen.

—¿Cuál es tu punto?

—Iron Man, Thor, Captain America... Es posible que ellos estén también aquí. Wanda, Peter, ¿quiénes estaban con ustedes? ¿Dónde estaban antes de llegar aquí?

—Nosotros llegamos a Wakanda tratando de curar a Vision —comenzó a relatar Wanda—. Steve, Barnes, Natasha, Sam, Rhodey, Banner.

—Más todo Wakanda —dijo Sam, incorporándose para agarrar una libreta y comenzar a anotar nombres—. ¿Y tú, Peter?

Sam había observado de reojo a Peter hasta darse cuenta que él estaba con la mirada clavada en la lámpara en medio de la mesa.

—¿Estás bien, chico?

Peter le respondió a Dean asintiendo efusivamente.

—Estábamos en un lugar llamado Titan. Hasta último momento yo estuve acompañado de Star-Lord, sus amigos, Strange y...

Peter no pudo seguir hablando. Había repasado su nombre una y mil veces en su cabeza mientras Wanda hablaba, pero simplemente no podía pronunciarlo.

—Oye, chico, está bien —trató Dean de calmarlo desde el lado opuesto de la mesa.

—Stark estaba contigo, ¿cierto?

Wanda recibió por respuesta un sollozo y un movimiento afirmativo de cabeza.

—Esto nos da por lo menos, ¿qué? ¿Veinte personas? ¿Cincuenta?

—Estamos hablando de la mitad del universo. ¿No crees que te faltan ahí un par de miles de ceros? —dijo Dean.

—Podemos llamarlos a todos aquí —dijo Rowena, volviéndose el centro de las miradas—. Es por eso que los reuní aquí. Pero, primero, hay alguien a quien quiero que conozcan. Ostende! —proclamó la pelirroja mientras lanzaba una pizca de polvo al cuenco que estaba frente suyo con hierbas y líquido en los que ninguno había reparado antes. A su lado se materializaron dos figuras hasta volverse un espejismo—. A ella ya la conocen, la Muerte. A él, no lo sé.

—Gracias —dijo el hombre que había aparecido junto con Billie—. Puedo presentarme a mí mismo. Esta forma es inusual, pero es la única manera en que podremos comunicarnos. Mi nombre es Stephen Strange, Hechicero Supremo y Maestro de las Artes Místicas.

 

Notas finales:

Gracias por leer :)

 


 

Antes que pregunten por qué Wanda entra a nombrar a todos los que estaban en Wakanda, es porque a diferencia de Peter, ella no sabe quiénes más terminaron siendo víctimas del Chasquido (y Peter tampoco sabe si Tony también desapareció), y al fin y al cabo, eso fue lo que le preguntó Sam, pero, por las dudas xD


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