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51. Jin (02) por dayanstyle

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-¿Qué quieres decir con que no puedes decirme dónde está?- Jin gruñó las palabras mientras se paseaba por el salón . Me quedan treinta y seis horas, Nam Joon. -¿Quieres verme volverme loco?
 
Nam Joon se apoyó contra la pared de la sala, cruzando los brazos, su expresión sombría. -Estoy entre la espada y la pared, Jin.
 
¡Infiernos que lo estas! -Jin le gritó, sintiendo su ira y su terror viajar en el aire como una niebla caliente e invisible que se arremolinaba a su alrededor, amenazando con ahogarlo. Quería a su zaterio. Sentía la pérdida tan profundamente que era casi paralizante. Suga estaba solo, no sabía si estaba en problemas, y ¿su comandante estaba entre la espada y la pared? . No le he hecho nada malo a Suga. -No le he hecho daño de ninguna manera. No es más que miedo. Dime dónde está, Comandante.
 
¿Has intentado contactar con él?-
 
Jin se pasó una mano por la cara, haciendo todo lo posible para mantener el control. Nam Joon podría aniquilarlo si él lo estrangulaba, pero joder si no era tentador.- Sí, pero no me respondió.
 
Podría ir con él. Sabes, para asegurarme de... -T.O se interrumpió, pero Jin entendía completamente a lo que la bestia se refería y no le gustó.
 
¿Para que no le haga daño a mi zaterio?- Jin gruñó las palabras . -¿Crees que le haría daño al único hombre hecho para mí? ¿Simplemente te sientas ahí y me acusas de abusar de mi pareja?
 
No. -T.O negó con la cabeza . -Eso no es lo que quise decir.
 
Entonces, ¿qué quisiste decir?- preguntó Jin, sintiendo sus colmillos y garras crecer. El calor del apareamiento, junto con el temor estaba carcomiendo a Jin, lo hacían agresivo como el infierno. Y si las alas no dejaban con una jodida de aletear, ¡iba a cortar las malditas cosas!
 
-¿Quieres que te diga dónde está tu pareja cuando estas tan agresivo?- Nam Joon preguntó.
 
Eso sólo va a empeorar si sigo lejos de él- le recordó Jin al líder de las bestias aladas . -Entre más tiempo pase sin que reclame a Suga mas loco estaré.
 
Incluso Jin podía oír la desesperación en su voz. No iba a obligar a Suga a aparearse con él, pero Jin no quería volverse loco y tener que ser asesinado. Ninguna bestia alada sobrevivía a la locura. Jin podía sentirla construyéndose lentamente dentro de él como una bomba de tiempo.
 
Respiró profundamente por la nariz y exhaló por la boca, haciendo su mejor esfuerzo para calmarse. Habían pasado doce horas desde que había encontrado a su pareja. Incluso cuando Suga estuvo herido, el calor del apareamiento se había mantenido calmado pero no había desaparecido. ¿Por qué jodidos se les dio solo cuarenta y ocho horas a las bestias aladas para reclamar a sus parejas? ¿Qué pasa si Suga lo rechazaba? Si su pareja lo rechazaba en cualquier momento durante el reclamo, el lazo no se formaría. Jin sentía que tenía el peso del mundo sobre sus hombros en este momento, y el tiempo no estaba a su favor.
 
Creo que es buena idea que T.O te acompañe- dijo Nam Joon . -Lleven también a Hyun Won con ustedes- dijo el líder y levantó la mano cuando Jin abrió la boca para protestar .- Con los perros del infierno tras tu pareja, y los demonios brimstone por ahí, necesitas refuerzos. Iré contigo solo en caso de que el Alfa se ofenda porque entramos a su territorio.
 
Sabía que Nam Joon estaba pensando lógicamente, incluso si Jin no lo hacía, pero no le gustaba tener escolta para ir por su pareja. Había estado tratando la mitad de la noche de llegar a su pareja a través de su vínculo cada vez mayor, pero Suga nunca le respondió. Eso no sólo frustraba a Jin, sino que también le preocupaba.
 
Los cuatro utilizaron la salida de la sala y tomaron una Hummer. Jin habría volado, pero era temprano por la mañana y muchos humanos estarían afuera.
 
El viaje a la villa Kim parecía no terminar nunca. La necesidad de Jin debido al calor del apareamiento era cada vez peor. Su pene estaba tan duro que estaba listo para sacarlo en la camioneta y aliviar la pesada carga, pero estaba muy seguro de que las otras bestias lo golpearían por masturbarse en la camioneta.
 
Honestamente no le importaba, pero prefería llegar consciente.
 
¿Cómo infiernos el humano recorrió todo este camino? -Hyun Won preguntó desde el asiento del acompañante enfrente .- Debió haber tenido prisa.
 
La mayoría de las veces, Jin apreciaba la franqueza del Hyun Won, pero hoy no. No, hoy lo único que Jin apreciaría era tener a su pareja en sus brazos. Había sostenido brevemente a Suga en el pasillo cuando T.O se acercó demasiado, pero eso había sido todo. Los brazos de Jin dolían por la necesidad de sentir a su pareja llenándolos.
 
Dejó escapar un suspiro y se sentó de nuevo, sabiendo que iba a ser un viaje infernalmente largo.
 
 
 
 
 
Suga abrió los ojos cuando la luz de la mañana entraba fuerte por una de las ventanas. La ventana era lo bastante alta, pero el brillante sol no tuvo problemas en llegar directamente a los ojos de Suga. Aun así, parecía que aun era muy temprano en la mañana.
 
Gimió y se cubrió los ojos, haciendo todo lo posible para bloquear el sol. ¿En este lugar no creían en las cortinas? Incluso si la ventana estaba en lo alto, ayudaría a tapar el maldito sol. El sol no iba a ceder, así que Suga se giró deseando dormir un poco más. No esperaba ver a Jin sentado con la espalda apoyada en la pared y los brazos apoyados en las dobladas rodillas. Parecía como si hubiera perdido a su mejor amigo mientras estaba allí sentado, viendo el suelo.
 
A Suga le dolió el corazón al ver al hombre luciendo tan perdido. No había querido hacerle daño a Jin, pero Suga había estado muerto de miedo con los acontecimientos de ayer. ¿Quién no lo estaría? Pero él también tenía miedo porque nadie nunca había coqueteado con Suga, o ido por él. Jin fue el primero, y Suga estaba confundido sobre cómo manejar los avances de Jin. Estaba confundido acerca de todo con Jin.
 
-Vengo de un lugar llamado Zanthar. No está en ningún mapa, y no puede ser trazado desde ningún lugar del mundo. Es un hermoso lugar para vivir, con vistas tan exóticas y tan gloriosas, que te quita la respiración con solo verlo. Necesitaba ser protegido, ser protegido del mal en sí mismo. Los dioses decidieron que iban a crear criaturas para proteger Zanthar. Ellos crearon una raza de seres para combatir a los perros del infierno y a cualquier otra criatura vil que se escapara del infierno. Y por eso, fuimos creados, no nacimos.
 
Suga se sentó y apartó el cabello de su rostro. La historia de Jin le intrigaba. Quizás si conocía la historia del hombre, no le tendría tanto miedo. Sabía que la mayoría de los temores porvenían de lo desconocido, por lo que Suga se sentó y escuchó.
 
-Yo fui exiliado de ese paraíso.
 
-¿Por qué?- Suga preguntó antes de poder evitar que las palabras salieran de sus labios.
 
Los labios de Jin se elevaron en un gruñido, sacudió la cabeza ligeramente de un lado al otro mientras seguía viendo el suelo. Suga deseaba que el hombre lo mirara. Su corazón empezó a doler por Jin y lo que había perdido, y él nunca había visto el lugar, pero las duras líneas en la cara de Jin le decían a Suga lo que le había costado al hombre.
 
-Debido a que el nuevo Rey le temía a las bestias aladas. -Las  manos  de  Jin  en  un  puño  mientras  que  la  ira empañaba  sus  hermosos  labios  .-  Él  es  la  maldad  pura, Suga, y  sabía que no  nos íbamos a quedar de brazos cruzados y ver gobernar el reino que hemos apreciado tanto con mano de hierro. Nos quería fuera, a los protectores de Zanthar, para poder gobernar de la manera que quisiera.
 
-Suena como un verdadero idiota- dijo Suga.
 
Jin asintió.- Lo es.
 
-¿Lo es?
 
-Él aun gobierna. Hasta que lo sustituyan, nunca podremos regresar a casa. No tuvimos más remedio que irnos, así que llegamos al plano de los humanos, entrando en la clandestinidad, haciendo todo lo posible para permanecer fuera de su radar. Él es el Rey designado. Se le ha dotado de poderes que lo hacen superior a todos los demás, incluso a las bestias aladas.
 
Entonces, ¿cómo encajan los perros y los demonios en todo esto? -Suga estaba empezando a ver las dificultades que Jin había sufrido. Quería ir a buscar a ese Rey y golpearle la nariz. Nadie debería tener que salir de su casa sólo porque alguien quería ser malvado.
 
-Los perros fueron liberados por alguien que nos envidiaba. Hyeon Su quería la vida eterna. Quería lo que nunca podría tener, por lo que decidió enviarnos a los perros.
 
Jin levantó la cabeza, la pena y el dolor se veía en sus bonitos ojos verdes esmeralda . Ellos no pueden ser devueltos, Suga. Si pudiera dártelo como regalo, lo haría. -Pero una vez que son puestos en libertad, sólo pueden ser destruidos.
 
 
 
Suga se deslizó de la cama y se arrastró hasta Jin, sentándose frente al hombre con sus piernas cruzadas. No estaba seguro de por qué, pero sentía una abrumadora necesidad de estar cerca de Jin mientras él derramaba sus entrañas.- ¿Y los demonios?
 
-Cada cien años el Rey Julien nos envía un recordatorio de que todavía estamos desterrados y aún gobierna Zanthar. Los demonios brimstone es el recordatorio en esta ocasión.
 
-Tienes que admitir, Jin, que eso es mucho para que un humano como yo lo entienda. Todo sucedió muy rápido, en un período tan corto de tiempo que me asusté. Estoy acostumbrado a trabajar largas horas, a tener problemas con el carro, pero tu jefe vence al mio en el departamento de los imbéciles.-
 
Una sonrisa elevó la esquina de la boca de Jin.- Así es él.
 
A Suga realmente le gustaba la sonrisa de Jin. Suavizaba los rasgos del hombre y lo hacía diez veces más accesible. Suga se deslizó un poco más cerca. Se sorprendió al ver dos hoyuelos aparecer. Tuvo razón al pensar que Jin parecía un dios. El hombre tenía un encanto casi infantil sobre él mientras estaba allí sentado diciéndole a Suga todo acerca de su vida.
 
-Todo esto simplemente esta pasando muy rápido, Jin dijo Suga colocando su mano sobre una de las rodillas de Jin  . Si voy a estar viviendo en tu mundo, necesito saber con lo que estoy  tratando. Preferiblemente antes de  que aparezca y trate de comerme.
 
Jin giró su mano y Suga colocó su mano en la de Jin. El vampiro alado entrelazó los dedos juntos y luego les dio un pequeño apretón.- ¿De verdad quieres regresar?
 
Suga se encogió ligeramente de hombros, viendo fijamente los entrelazados dedos. Admitió para sí mismo que le gustaba la mano de Jin. Cubría la suya y le hacia sentir que todo iba a estar bien. Era una extraña sensación, pero comenzaba en su estómago y se extendía por todo su cuerpo. Suga miró a Jin, viendo que el hombre le sonreía.
 
-Si me fuera a casa, no sólo los perros estarían tras de mí, sino que mi vida sería aburrida como el infierno después de lo que he visto. Suga se movió un poco hacia atrás cuando Jin cerró los ojos y su rostro se tensó como si estuviera luchando con una tormenta interior. No estaba seguro de si debía soltar la mano del hombre. Pero decidió seguir sosteniéndola . -¿Estás bien?
 
Jin exhaló una respiración lenta y constante, pero Suga podía ver el sudor brillando sobre la piel dorada del hombre.-Voy a estar bien dijo mientras lentamente abría los ojos .- No te preocupes.
 
Suga no estaba tan seguro, pero lo dejó pasar. Él no era un entrometido. Probablemente estaba tan cansado como Suga lo estaba. Parecía como si no hubiera dormido en días.- ¿Tregua? -preguntó, sin saber por qué la palabra había salido.
 
-Quiero una tregua contigo zaterio. Te quiero tanto. No tienes ni idea del lazo que se está formando entre nosotros, que nos une. ¿Por qué luchas tanto contra eso?- preguntó.
 
Suga bajo la mirada, viéndose sus rodillas y preguntándose si debía decirle a Jin. La bestia no había hecho nada más que mostrarle bondad a Suga. El hombre ni siquiera fue tras él cuando Suga le había lanzando la mitad del cuarto.
 
Quizás tener citas con él no sería tan malo. -Nunca nadie se había interesado en mí antes. Dioses, se oía como un perdedor. Jin probablemente se estaría preguntando qué estaba mal en Suga para que nadie se hubiera interesado . No es que haya algo malo en mí se apresuró a defenderse mientras se sonrojaba y miraba hacia el pasillo preguntándose si podría correr más rápido que su vergüenza.
 
Jin utilizó sus manos entrelazadas para jalar a Suga más cerca hasta que él estaba arrodillado entre las piernas de Jin. -No hay absolutamente nada malo en ti, zaterio.
 
Suga tragó saliva cuando Jin acunó su rostro y lo jaló hacia adelante. Iba a besar a Suga. Estaba en sus ojos.
 
Suga levantó la cabeza cuando oyó fuertes discusiones que venían del frente del centro. No estaba seguro qué infiernos estaba sucediendo, pero se oía como si una maldita guerra estuviera a punto de estallar.
 
Oh, infiernos- dijo Jin mientras se ponía de pie y jalaba a Suga detrás de él.
 
 
 
 
Jin caminó por el pasillo enojado como el infierno. No sólo simplemente le habían robado su primer beso con su zaterio, sino que podía oír a Nam Joon y Jongin discutir, sus voces eran furiosas. Los vio de pie en la banqueta, frente al centro de ayuda, mirándose de una forma asesina el uno al otro. Jin salió con Suga siguiéndolo.
 
¡Prometiste  no  decirle  en  dónde  estaba  Suga!- Jongin le gritó a Nam Joon, sus colmillos extendidos. Jin solo esperaba como el infierno que no fueran a golpearse  . -No cumpliste con tu palabra.
 
¿Se supone que debía ver a un hombre quien ha estado bajo mi mando durante dos mil años volverse loco porque su pareja le tiene miedo? ¿Le harías eso a uno de los miembros de tu manada?- Nam Joon contrarrestó .- Jin no ha lastimado a su zaterio. Suga sólo le teme al mundo que ha descubierto a su alrededor. Van a arreglar eso.
 
¿Cómo lo sabes?- Jongin preguntó, sus ojos grises tan oscuros que parecían astillas de obsidiana. Líneas de ira se formaban por toda la cara del Alfa, y apretó los puños con tanta fuerza que sus manos se volvieron blancas, con pequeñas líneas de color rosa entre ellas .- Vino a nosotros por protección y tu ¡descartaste eso en nuestras caras!
 
-Y si Suga le dice que se vaya, estamos aquí para asegurarnos de que él se vaya- dijo Nam Joon un poco más calmado, su ira se drenaba y el agotamiento se mostraba en su dura cara. Jin sabía que era malo que los líderes lucharan entre sí, y dado que Jongin soltó un suspiro, el Alfa debía de haber llegado a la misma conclusión.
 
-Jin está sintiendo el calor del apareamiento muy fuerte en estos momentos. Si no reclama a su zaterio dentro del tiempo asignado, se volverá loco Jongin. -La voz de Nam Joon era casi suplicante, lo que conmocionó como el infierno a Jin. Nunca había oído a su comandante suplicarle a nadie en dos mil años.
 
La pareja de Nam Joon no contaba.
 
La mano que Nam Joon pasó por su largo y negro cabello, lo desaliñó un poco. -Si se vuelve loco, entonces no hay regreso. Una bestia alada debe ser asesinada si se vuelve loco, no existe una descripción de los estragos que nos traerá eso.
 
Bueno, mierda -Jongin maldijo mientras colocaba sus manos en sus caderas, viéndose tan preocupado como Nam Joon.
 
-Podrías  haberme  dado  ese pequeño  detalle -dijo Suga jalando el brazo de Jin . ¿Por eso es que estás sudando?
 
Jin asintió, haciendo una mueca cuando consiguió una buena mirada del fuego ardiendo en los ojos color chocolate de Suga. -No quería darte más problemas, tu plato estaba lleno, zaterio. Tenías suficiente con que tratar, como para tomar más.
 
Sí, pero nada de eso es tan importante como el que te vuelvas loco y tengan que sacrificarte. -Suga golpeó en el brazo a Jin. No le hizo daño, y Jin no creía que esa fuera su intención. Pero captó el mensaje .- No es bueno ocultarme esas cosas.
 
-Zaterio, nunca quise…
 
¡Sé lo que quieres decir! -Suga gruñó, haciendo una maldita buena imitación de Jin .- Ahora, vas a regresar al centro conmigo Suga señaló al centro de ayuda , y me vas a explicar todo hasta la última maldita cosa. ¿Me entiendes?
 
 
 
Las cejas de Jin se elevaron con sorpresa ante la vehemencia que podía escuchar en la voz de Suga. Causó que su pene estuviera aún más duro de lo que ya estaba. Si Suga se mantenía tan firme, Jin probablemente saltaría sobre el hombre. Estaba caliente como el infierno.
 
Está bien, zaterio, si eso es lo que qui…- Jin se quedó inmóvil, un escalofrío llegó hasta sus huesos recorriéndolos cuando un fuerte aullido llenó el aire. Su mirada recayó en Jongin .- Por favor, dime que es uno de tus lobos.
 
Nop.- Jongin ya estaba sacando su teléfono celular del bolsillo mientras sacudía la cabeza .- Mis lobos saben que no deben hacerlo dentro de los límites del pueblo a menos que sea una emergencia.
 
-Amigo, esto podría calificar como emergencia. Jin se giró rápidamente y tomó ambas manos de Suga . -Zaterio, necesito que vayas al interior del centro y permanezcas en el interior. Evita las ventanas, y a pesar de lo que escuches, no dejes el edificio.
 
Suga frunció el ceño, sus ojos al nivel de las cejas. -No me va a gustar esto, ¿verdad?
 
«Oh infiernos, no». A Suga no le iba a gustar una maldita cosa de esto. -Creo que los perros del infierno nos han encontrado.
 
Ven conmigo- dijo Suga mientras jalaba las manos de Jin, tratando de llevarlo dentro del edificio .- Vamos a estar seguros en el interior, juntos.
 
Suga, no puedo.- Mataba a Jin en su interior el alejarse de su pareja, pero no tenía otra opción y lo sabía. Jin y las otras bestias aladas eran lo único que se interponía entre Suga y los perros del infierno, y quizás también del resto de Villa Kim . -Por favor, zaterio, necesito que entres donde estarás a salvo.
 
-¿Qué hay de ti?
 
-Tengo que quedarme aquí.
 
-¿Por qué? Suga gritó.
 
-Luchar contra los perros del infierno es lo que hago, Suga. Es por eso por lo que fui creado.
 
El corazón de Jin era un bulto pesado en su garganta al ver a Suga y a Zelo entrar en el edificio, cerrando la puerta detrás de ellos. Se quedó un rato más hasta que la sombra de Suga desapareció y luego se giró hacia los otros que estaban allí.
 
Jin no estaba seguro por dónde vendrían los perros del infierno, ni siquiera cuántos eran, pero uno era más que suficiente. Un solo perro del infierno podría matar a mucha gente inocente, más, de las que incluso Jin podría imaginar.
 
Ellos eran rápidos y crueles. Y Jin sabía que tenía que detenerlos. La vida de su pareja dependía de eso.
 
-¿Cómo quieres jugar a esto, Alfa? Este es tu pueblo. Lo conoces mejor que nosotros- preguntó Nam Joon mientras Hyun Won y Jin se unían a su comandante.
 
He llamado a mi manada- dijo Jongin mientras veía a su alrededor. -El apoyo está en camino.
 
-¿Qué pasa con los humanos?   Nam Joon preguntó . -Aun es temprano en la mañana, pero la gente va a empezar a ir al trabajo muy pronto. ¿Alguna buena idea sobre cómo mantenerlos fuera de las calles?
 
¿Ataque de zombis?- Hyun Won preguntó.
 
Jin soltó un bufido.
 
No- dijo Nam Joon . -He visto un ataque zombi. Por lo general, vienen en grupos más grandes que los perros del infierno. Son más como hordas.
 
La cabeza de Jin se levantó en shock. -¿En serio?
 
Infiernos, no. -Nam Joon rodó los ojos . -Los zombis no son reales.
 
Después de las cosas que Jin había visto en su vida, él no pondría ninguna apuesta en eso. En este momento, no se sorprendería de nada que viera.
 
-Excepto eso.
 
-Oh mierda, creo que preferiría enfrentar a los zombis -murmuró Jin a Hyun Won mientras observaba a tres perros del infierno rodear la esquina. Eso no hubiera sido tan malo si no hubieran tenido a los costados a los dos demonios brimstone que habían atacado el castillo antes. Los cinco parecían enfadados. Al menos él pensó que los demonios parecían enojados, pero no estaba muy seguro. Sus rostros ya tenían esa inclinación natural.
 
-¿Son esos lo que creo que son? -Jongin preguntó en shock.
 
-Oh, sí- respondió Nam Joon , -y estamos jodidos.
 
Hyun Won se echó a reír. -Y ellos ni siquiera son lo suficientemente amables, para traer lubricante.
 
Jin extendió sus garras, listo para la batalla, o algo así. ¿Podría alguien en realidad, estar listo para la batalla? Estaba muerto de miedo. Miedo de no ser capaz de derrotar a sus enemigos. Miedo de no poder salvar a su zaterio. Infiernos, simplemente tenía miedo.
 
Pero se mantuvo firme. Tenía que hacerlo. No sólo era la vida de Suga la que estaba en juego, sino que Jin no había huido de una maldita cosa —incluso si esas dos cosas eran de jodidos tres metros de alto.
 
Recuerda,  Alfa -dijo  Nam Joon  mientras  tomaba  su posición de batalla ,- la única manera de matar a un perro del infierno es apuñalarlo en la marca detrás de su oreja y luego quemar los cuerpos.
 
-¿Y un demonio? -Jongin preguntó.
 
-Nosotros nos encargaremos de ellos. Tu preocúpate por tu propio culo.
 
Por mucho que Jin no quisiera cambiar a su forma de bestia alada en público, él sabía que no iba a sobrevivir a la saliva de los demonios si no volaba.
 
-Cuidado con su saliva- Jin le advirtió al Alfa.
 
-¿Ellos  escupen? -Jongin  preguntó  mientras  veía  a Jin.
 
-Sí, ácido. Y cuidado con sus garras. Son mortales para cualquier especie.
 
Jodidamente genial -se quejó Jongin .- Recuérdame agradecer apropiadamente a las bestias cuando esto termine... si aun seguimos de pie.- Cambió a su forma de lobo Timber ahí mismo en la calle.
 
Jin vio media docena de camionetas llegar, la manada de Jongin. Seguro como la mierda que esperaba que fuera la manada de Jongin. Algunos hombres se unieron a la lucha, algunos bloquearon la calle. Jin no estaba seguro de lo efectivo que fuera, pero rezó para que funcionara.
 
Entrégalo Jin- le bufó a Jin mientras lentamente se dirigía hacia él, con el cabello negro moviéndose hacia atrás sin problemas con la ligera brisa .- Sé que has encontrado a tu pareja, bestia.
 
-¿Quién te ha enviado esta vez? -Nam Joon le preguntó, sacando la larga espada de su funda que estaba en su espalda . -Hyeon Su está muerto. ¿Quién está jalando de tu correa ahora, perrito?
 
-Nadie está jalando de mi correa. El Rey Julien decretó que todas las parejas de las bestias aladas debían ser asesinados cuando ustedes patéticas excusas de hombres fueron exiliados. Supongo que no lo sabías, ¿verdad?
 
 
«No». Jin no tenía ni idea de que el Rey hubiera hecho eso. Pero joder si alguno de ellos iba a dejar que pusieran sus manos en sus parejas. Jin moriría defendiendo a Suga, incluso si aun estaban en un terreno inestable.
 
Sorpresa- dijo Feeldog con alegría, moviéndose emocionado junto a Rae Hwan. Estaba realmente cansado de esos dos veteranos perros del infierno. Estaban agotando hasta el último nervio de Jin . -Lo sabes ahora.
 
-Sólo entrégalo y terminaremos con los demonios por ustedes agregó Rae Hwan, casualmente agitando una mano detrás de él .- Lo prometo.
 
Ven por él -Jin dijo mientras blandía su espada .- Porque vas a tener que matarme primero, imbécil.
 
Rae Hwan sonrió alegremente.- Hecho.
 
Jin retrocedió, alejándose del centro, llevando a los perros del infierno hacia el final de la calle. Podía ver a Nam Joon y a Hyun Won luchar contra los demonios, los lobos trataban de evitarlos pero tenían que correr cada pocos segundos cuando los demonios escupían en su dirección.
 
Iba a ser una masacre.
 
Luchaban contra cosas que podrían matarlos sin esfuerzo. Por mucho que los lobos Timber quisieran ayudar, Jin no era tan tonto como para creer que podrían derrotar a dos demonios tan grandes y tres perros con sólo tres bestias aladas y algunos lobos.
 
-¿Necesitan ayuda?
 
Jin no estaba seguro de quiénes eran los recién llegados, pero estaba contento como una jodida de verlos.
 
-No dejen que las garras los toque ni la saliva.- advirtió antes de girarse hacia los perros.
 
Suena  a  la  fiesta  de  graduación  de  la  preparatoria- dijo el hombre, y luego cambio a… ¿búfalo? Jin sacudió la cabeza, viendo cambiar a los otros que se acababan de unir. Se sorprendió al ver a dos guepardos, un oso polar, dos tigres siberianos blancos, un leopardo, un rinoceronte, y un coyote. ¿Qué jodidos estaba sucediendo en ese pueblo? Eso era como un maldito zoológico.
 
-Más para matar, genial- dijo Rae Hwan frotándose las manos . -Vamos a hacer esto, bestia.
 
Los tres perros del infierno cambiaron a su forma de perro Rottweiler, gruñendo mientras hacían su mejor esfuerzo por rodear a Jin y llegar al centro de ayuda. Los perros eran malditamente más grandes que los Rottweiler, y no temían morder a alguien con sus caninos más grandes de lo normal.
 
Jin sólo rezaba para que ninguno de los lobos Timber, o del zoológico detrás de él, fuera mordido. Sabía que todos eran shifters, pero eso sólo significaba que tenían un cincuenta por ciento de sobrevivir a una mordida, y cero si los demonios los lastimaban.
 
Las probabilidades no eran lo suficientemente buenas tampoco para él.
 
Jin se elevó, listo para rodear a los perros del infierno cuando sintió que toda su mitad inferior estaba en llamas. Gritó, y vio su pierna, los músculos de su muslo humeaban. El dolor era tan insoportable que casi se cae de espaldas al suelo.
 
¡Jin!- gritó Nam Joon, pero Jin le dio un gesto con la mano. A pesar de que estaba sudando a mares y apretando los dientes por la acida saliva del demonio, sabía que tenía que detener a los perros del infierno antes de que dañaran a los shifters.
 
Sin embargo eso no era fácil. Sentía su muslo como si estuviera siendo marcado con un centenar de hierros al rojo vivo al mismo tiempo.
 
Cuando aterrizó sobre sus pies, el suelo de alguna manera llegó rápidamente a su encuentro.
 
 
 
continuara....

 

 


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