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51. Jin (02) por dayanstyle

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Hyun Won llevó la camioneta al frente de la casa de Suga y apagó el motor. Apoyó los brazos sobre el volante mientras revisaba el área alrededor del edificio.
 
Algo estaba mal, pero maldición si podía entender lo que era. Entreabrió la puerta con cautela y luego la abrió. El fuerte aire de la noche le trajo nada más que los olores que debería haber allí. Sin embargo, él sabía que algo andaba mal.
 
-Suga, quédate en la camioneta hasta que revise las cosas.- Su tono no admitía discusiones. Él estaría haciéndole a Jin y a Suga un gran daño si no revisaba las cosas antes de permitir que Suga saliera del vehículo. Suga no lo entendía, pero Hyun Won esperaba que el hombre de todos modos lo escuchara.
 
Hyun Won escudriñó la zona mientras lentamente se acercaba a la puerta principal. Cuanto más se acercaba a la casa, más fuerte era la sensación de que algo andaba mal. Hyun Won supo que tenía razón cuando se acercó a la puerta y se dio cuenta que estaba entreabierta. Los humanos podían ser estúpidos cuando se trataba de los peligros reales del mundo, pero por lo general trataban de mantener sus puertas cerradas a esta hora de la noche.
 
Hyun Won abrió la puerta, sus garras extendidas en caso de que fuera necesario defenderse, o a alguien más. Por lo que él sabía, el compañero de cuarto de Suga, Rico, debería haber estado en casa, pero el lugar estaba extrañamente tranquilo.
 
Demasiado tranquilo.
 
Hyun Won entró en la casa y miró alrededor. Una vez más, nada parecía estar fuera de lugar, pero seguía con esa sensación de hormigueo en la base del cráneo que le decía que no todo era lo que parecía. Algo estaba definitivamente mal.
 
Hyun Won comenzó a retirarse de la casa, listo para correr de regreso al vehículo y Suga tendría que regresar en otro momento, de preferencia con un montón de apoyo, cuando oyó un crujido en la madera por encima de su cabeza.
 
Hyun Won se congeló excepto para levantar su nariz en el aire y respirar profundamente. Él olor era de humano, y el humano estaba herido. El fuerte olor a sangre impregnaba el aire. Hyun Won rezó que no fuera Rico el compañero de cuarto de Suga, Suga se enojaría mucho.
 
Y Hyun Won odiaba tratar con humanos enojados.
 
Se dirigió hacia las escaleras y luego se pegó a la pared. Él respiró profundamente y luego se asomó por la esquina. La escalera parecía vacía. Hyun Won cuidadosamente se dirigió hacía las escaleras, pisando los bordes de cada escalón en caso de que las juntas crujieran. Si alguien estuviera arriba, Hyun Won no quería descubrir su llegada más de lo que ya lo había hecho.
 
Hyun Won acababa de llegar a la cima de la escalera cuando oyó un grito desde el exterior. Suga le gritaba. Sin pensarlo, Hyun Won se giró y corrió bajando las escaleras tan rápido como sus pies se lo permitieron. Saltó los últimos escalones y corrió hacia la puerta frontal. Su corazón latía con las diferentes escenas en su cabeza sobre lo que podría encontrar.
 
Pero nada podría haberlo preparado para lo que vio en el momento en que cruzó la puerta. Hyun Won estaba seguro de que en todos sus años como una bestia alada nada lo preparó para lo que veía frente a él.
 
 
Jin yacía inconsciente en el suelo en medio del patio. El vehículo en el que viajaban parecía como si una roca lo hubiera aplastado. La cabina estaba aplastada, las ventanas destrozadas. Suga estaba adelante de Jin, blandiendo un gran palo de un lado a otro. Y justo en frente de Suga estaba uno de los más grandes perros del infierno que hubiera visto.
 
Hyun Won al instante se dirigió hacia el perro del infierno, agarrándolo por el cuello. Afiladas garras se clavaron en sus brazos mientras luchaba con el perro. Con un fuerte impulso Hyun Won jaló al perro del infierno más allá de Suga y Jin hacia un lado del vehículo. Sacudió la cabeza mientras perdía el control sobre el perro cuando chocaron contra el lateral de la camioneta. Le dio a la bestia tiempo suficiente para alejarse de él y saltar hacia Suga.
 
¡Oh infierno no! Hyun Won gritó mientras saltaba tras el violento perro del infierno. Él no iba a fallarle al zaterio de su amigo, no después de presenciar a Suga tratando de defenderse del perro con un palo. Suga estaba aterrorizado. Hyun Won podía oler su miedo en el aire. Pero el hombre seguía firme, defendiendo a Jin. Quizás era necesario volver a evaluar su opinión sobre el pequeño humano.
 
Y conseguirle un cuchillo.
 
Suga seguía tratando de golpear al perro del infierno en la cabeza con el palo en su mano. Todo lo que estaba haciendo era enojando a la maldita cosa, incluso si él estaba haciendo un trabajo bastante bueno deteniendo a la bestia.
 
La marca detrás de la oreja- gritó Hyun Won mientras desgarraba la espalda del perro del infierno con sus garras .- Hay que apuñalarlo en la marca detrás de su oreja. Es la única forma de matarlo.
 
 
Suga lo miró por un momento y luego comenzó a apuñalar al perro del infierno con el palo. Hyun Won se habría reído si no hubiera estado luchando por su vida. Acuchillar al perro del infierno con un palo no iba malditamente a funcionar.
 
Las cejas de Hyun Won se elevaron cuando el palo de Suga golpeó justo en la marca del perro del infierno y la maldita bestia cayó al suelo. Se puso de pie lentamente y levantó la mirada al ver al perro muerto por el zaterio de Jin. Suga ni siquiera estaba prestando atención. Él se giro y se dejó caer de rodillas, sosteniendo la cabeza de Jin en su regazo.
 
Me jodió corriendo- murmuró . -¡Él lo hizo!
 
-¿Hizo qué?
 
 
Suga podía oír a Nam Joon y a Hyun Won hablar detrás de él, pero no podía importarle menos lo que estaban hablando. Toda su atención estaba centrada en el hombre inconsciente en el suelo. Jin aun estaba fuera de combate, sólo que ahora, tenía nuevos cortes y contusiones en él, a juego con sus lesiones anteriores.
 
Por el rabillo del ojo, Suga vio a Hyun Won entrar en la casa, pero él estaba demasiado ocupado preocupándose por Jin como para preocuparse por lo que el hombre estaba haciendo. Segundos después estaba de regreso, hablando en voz baja de nuevo con Nam Joon.
 
Suga nunca había estado tan asustado en su vida como lo había estado cuando ese perro del infierno los atacó. Él había jalado a Jin lo más lejos del asiento, con la esperanza de que si el perro no podía llegar a ellos antes de que regresara Hyun Won, estarían bien.
 
Eso no funcionó tan bien para él.
 
El maldito perro simplemente comenzó a aplastar el techo del carro. Suga había pateado la puerta y jalado a Jin fuera. Había encontrado el arma más cercana que pudo tener en sus manos, un palo y empezó a blandirlo de un lado a otro como una espada para mantener al perro del infierno lejos.
 
Había estado tan asustado de que Hyun Won no regresara a tiempo. Sin embargo, lo había hecho y ahora el perro del infierno estaba muerto. Pero Jin aún no despertaba. Suga quería ir a algún lugar seguro y sólo esconderse hasta que este mundo loco en el que estaba viviendo comenzara a tener sentido de nuevo. Tenía miedo de que fuera demasiado tarde para eso.
 
Iba a ser un energúmeno loco por el resto de su vida.
 
-¿Él hizo qué?
 
El grito de Nam Joon le recordó a Suga que no estaba solo. Había dos hombres detrás de él, y conocían más a Jin que él. De alguna manera, eso no le caía bien a Suga, sobre todo porque no sabía cómo cuidar adecuadamente la condición de su pareja.
 
No va a despertar dijo Suga cuando se giró para ver a los dos hombres, con la esperanza de obtener una respuesta. Si Jin no despertaba nunca, Suga no sabía lo que iba a hacer. Estar en el mundo de las bestias aladas no sería exactamente lo mismo sin su pareja a su lado . -¿Por qué no despierta?
 
Está bien, zaterio- dijo Hyun Won suavemente mientras caminaba hacia adelante y se ponía en cuclillas junto a Suga. Rápidamente revisó a Jin antes de sonreírle a Suga, era un poco escalofriante teniendo en cuenta que el hombre nunca parecía sonreír antes de ahora .- Él está en un sueño reparador. Es natural para nosotros. Se despertará cuando su cuerpo se haya curado lo suficiente.
 
-Pero…
 
-Jin estará bien, Suga. Te lo prometo. Él sólo necesita descansar.
 
Suga no estaba seguro de que Hyun Won pudiera prometerle que el sol saldría por la mañana porque ya no estaba seguro de que lo haría. Si lo hiciera, probablemente sería púrpura o algo así.
 
-Lo hiciste bien, zaterio.
 
-Sí, estaba perdiendo la cabeza.
 
-¿Cómo están Rico y Mike? Suga preguntó.
 
-¿Mike?
 
Suga suspiró mientras pasaba sus dedos por el suave cabello de Jin. Es mi otro compañero de cuarto, pero nunca está en casa. Es un adicto al trabajo.
 
-Yo sólo encontré un cuerpo, Suga.
 
Los ojos de Suga se llenaron de lágrimas. Si Rico estuviera vivo, Hyun Won no hubiera dicho la palabra cuerpo. Se limpió las lágrimas con su camisa mientras veía a Jin, asintiendo mientras más lágrimas se deslizaron por sus mejillas. Rico pudo haber estado flotando a lo largo de la vida, pero era un buen tipo. Él no merecía morir.
 
Tengo que llamar a su mamá dijo- Suga .- Ella tiene que saber.
 
-Está bien.
 
La cabeza de Suga cayó rápidamente.- Mi mochila aún debe de estar en el patio trasero. ¿Puedes traérmela?- Se había olvidado por completo de todo. No sólo estaban las llaves en su mochila, sino también su teléfono celular y su cartera. Hyun Won corrió hacia el patio trasero y luego regresó con la mochila de Suga. La correa rota envió un escalofrío por la espina dorsal de Suga, recordándole cómo empezó todo esto. Sentía como si ese perro lo hubiera atacado hace años en lugar de hace dos días.
 
¿Podemos irnos? -preguntó Suga. No quería estar cerca cuando se llevaran el cuerpo de Rico. No sería capaz de manejarlo. Sabía que tenía que llamar a Mike, pero también sabía que Mike estaría trabajando hasta tarde esta noche.
 
Claro- dijo mientras Hyun Won señalaba a otro hombre .- Él es E.Co.
 
Suga asintió, no se sentía amable en lo más mínimo. Su pareja estaba herido, su compañero de cuarto estaba muerto, y su mundo estaba de cabeza. Pero notó que el hombre tenía el cabello tan rubio que casi parecía blanco.
 
Suga se apartó mientras Hyun Won y E.Co levantaban a Jin y lo llevaban a una camioneta que E.Co y otro chico habían traído. Dejaron a Jin en la caja. Suga corrió acomodando gruesas mantas en la parte posterior, garantizando que Jin viajara lo mas cómodo posible. Entró en la caja y se acomodó junto a su pareja.
 
-Voy por el maletín que el doctor te dio- dijo Nam Joon mientras se acercaba a la camioneta aplastada y metió la mano, sacando el pequeño bolso negro. Él se lo dio a Suga . -¿Algo más?
 
Mike tiene que ser advertido.- Suga le dijo a Nam Joon en donde estaba su otro compañero de cuarto.
 
-Me aseguraré de que tenga otra parte en donde alojarse.
 
-¿Puedes sacar mi laptop de mi habitación? Es la que está en la parte de arriba a la izquierda.
 
Hecho- dijo Nam Joon golpeando un costado de la camioneta con la mano. Suga se sostuvo mientras la camioneta se movía. Se acostó junto a Jin cuando la camioneta se movió lentamente y se durmió.
 
Cuando Suga despertó, estaban en el interior del hangar. Hyun Won y E.Co sacaron a Jin de la camioneta y lo llevaron al interior del castillo.
 
Quiero hablar contigo, Suga- dijo Nam Joon mientras entraba en el hangar. El hombre debió de haber llegado justo detrás de ellos. Suga veía la puerta del castillo y luego de nuevo a Nam Joon. Él quería ir con su pareja, pero el comandante tenía un muy grave ceño fruncido en su rostro.
 
Quiero que me digas cómo saliste de este castillo- dijo Nam Joon mientras se apoyaba en una polvosa mesa de trabajo. Parecía como si no hubiera sido utilizada en años. Tampoco ese hangar. Había diez brillantes y flamantes motos junto a una pared y una Hummer junto a un carro deportivo. Suga quería admirar el carro deportivo, pero no creía que Nam Joon se lo permitiera.
 
-El cuarto de las plantas.
 
-¿El cuarto de las plantas?
 
-Sí, el cuarto con todas esas…
 
-Conozco el cuarto de las plantas. ¿Cómo saliste? Esa entrada está sellada.
 
Suga negó con la cabeza.- No, no lo esta. La gran puerta estaba allí delante de mí. La abrí y salí- dijo . -Pero la cerré detrás de mí cuando me fui.
 
Nam Joon maldijo mientras abría un panel que tenía cables que salían por todos lados y marcó algunos números. -Te daría el código, pero no quiero que vagues por un tiempo.
 
Cuando la pared se deslizó, abriéndose, Nam Joon señaló la entrada. Suga rodó los ojos mientras entraba en el túnel. Subió las escaleras hasta que llegaron a la sala.
 
No te muevas -advirtió Nam Joon .- No estoy seguro de por qué la puerta estaba visible para ti, pero no es una buena cosa. Nadie debe ser capaz de entrar por aquí.
 
«Oh, infiernos». Todo lo que Suga quería hacer era ir a ver a Jin, pero otra cosa del infierno podría estar al acecho. Suga estaba al borde de la cordura con esas criaturas. Quería matarlos a todos y acabar con ellos.
 
Inclinó la cabeza hacia un lado cuando alguien a quien no conocía entró en la sala. Suga agarró lo primero que encontró y lo lanzó contra el hombre. ¡Sal de aquí! La pequeña figura se estrelló contra la pared cuando el hombre se agachó.
 
-Es Eddy. Él vive aquí.
 
-Oh dijo Suga . -Lo siento.
 
El hombre miró a Suga mientras se sacudía los vidrios de la camisa.- No sabía que ir por un bocadillo seria tan malditamente peligroso, si lo hubiera sabido traería mi cuchillo conmigo.
 
Suga estaba tratando de no enloquecer. De verdad trataba. Pero desde que dejó Villa Kim, nada parecía real. Le sorprendía no estar gritando como un loco para ahora con todas las cosas bizarras y extrañas a su alrededor.
 
Las cosas parecían ser cada vez más y más extrañas. Pero entre mas extrañas se volvían las cosas menos loco se sentía.
 
¿Cómo es que estaba reaccionando al contrario?
 
Quizás el estar acoplado tenía un efecto sobre él. ¿Quién sabría eso? En este mundo loco, nada era negro o blanco. Lo ilógico era lo lógico y la locura era la norma.
 
Matar al perro del infierno probablemente se había llevado su cordura y ahora estaba tan loco como el resto de los hombres.
 
-Advierte a los otros, Eddy. La puerta de la habitación verde fue visible para Suga- dijo Nam Joon.
 
El labio de Eddy se elevó en un gruñido mientras asentía a Nam Joon. -Voy a decirle a los demás- respondió mientras se alejaba rápidamente.
 
-Creo que es necesario que te presente a todos antes de que los golpees con un palo.- Nam Joon le sonrió . -Te quiero con Jungkook, y esta vez, no te vayas.
 
«Mierda». Suga había planeado esquivar a Jungkook por los próximos treinta años o algo así, hasta que el shifter ya no estuviera enojado con él. No había planeado quedarse con el chico de nuevo.
 
Nam Joon lo condujo por el pasillo a los dormitorios hasta llegar a la última puerta y la abrió. -Jungkook, necesito…
 
 
¡Oh, no! -Jungkook protestó en voz alta . -La última vez que tuve que cuidar al pequeño bastardo escurridizo se me escapó. No voy a tener a Jin tras de mí, porque pierdo de nuevo a su pareja.-
 
-Tenía miedo- Suga se defendió por enésima vez. Parecía que no le iban a dar un descanso por haberse ido. Estaba empezando a preguntarse si no habría represalias contra él por el resto de su vida, y por lo que Jin dijo podría ser un tiempo muy largo.
 
-Entonces debiste haberme dicho algo y nosotros podríamos habernos acurrucado por algún maldito rincón juntos. Deberías haber visto lo loco que Jin estaba cuando descubrió que habías desaparecido.
 
¿En serio?- Suga preguntó, un poco sorprendido... y muy complacido por la reacción de Jin.
 
No- dijo Jungkook .- No vas a poner esa complacida expresión en tu cara cuando te estoy diciendo que Jin casi toma mi culo.- Jungkook movió un dedo hacia Suga .- Es mejor que te veas arrepentido.
 
-Él no casi toma tu culo -murmuró en voz baja Nam Joon.
 
Suga contuvo la risa.
 
-Trae tu culo flaco aquí, y si siquiera mueves un dedo de tu píe para intentar salir de este lugar, te voy a atar.
 
Suga miró a Nam Joon, pero el comandante se encogió de hombros. -Él es el jefe.
 
Y aquí Suga pensado que las bestias aladas eran hombres feroces.
 
«Cobarde».
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Jin parpadeó un par de veces y luego miró alrededor de la habitación. Le tomó un segundo registrar lo que lo rodeaba. Se acarició el pecho y las piernas, siseando cuando se tocó la herida. No le dolió tanto como lo había hecho antes, pero maldición si aun no lo hacía vibrar de dolor.
 
Se levantó de la cama, cuidado la presión que aplicaba a su pierna. ¿Dónde estaba su pareja?- Zaterio, ¿dónde estás?
 
-Consiguiendo el mal de ojo de un lobo.
 
Le tomó un segundo a Jin darse cuenta de que Suga se estaba refiriendo a Jungkook. -¿Por qué, qué sucede? ¿Por qué no estas conmigo?
 
-Nam Joon cree que el que viera una puerta en la habitación verde es una cosa mala.
 
Jin gruñó. Si Suga vio la puerta de la habitación verde, entonces alguien pudo haber entrado. ¿Cómo? Él no estaba seguro. Nam Joon tenía hechizos en los cuartos y en toda la montaña. Nadie debería ser capaz de entrar
 
-Es mejor que estés acostado, Jin.
 
Jin gimió. Suga estaba jugando a la mamá gallina, pero no tenía ni idea de qué tan grave era la situación. --Lo estoy.- Él cojeó hasta la puerta de su dormitorio y la abrió, asomándose al pasillo. Estaba mortalmente tranquilo. El castillo nunca estaba tranquilo. Red estaba siempre sentado en el sofá viendo una película en blanco y negro con sonido envolvente.
 
Jin salió de su habitación, y lentamente se dirigió a la habitación de Nam Joon. Tenía que ver a su zaterio, aunque a Suga le diera un ataque. Él sortearía la ira del hombre con tal de poder ver con sus propios ojos que su pareja estaba bien.
 
-Sobreviviste.
Jin   se   congeló   cuando   escuchó la voz de Rae Hwan. ¿Cómo  infiernos  había  entrado  en el castillo? Se suponía que era impenetrable.
 
-Zaterio, advierte a Jungkook que los perros del infierno están dentro. Dile que le advierta a Nam Joon.
 
-Pero…
 
-¡Solo hazlo!
 
El lazo se quedó en silencio. Jin no había tenido la intención de ser rudo con Suga, pero Jin necesitaba respaldo y rápido. No estaba en forma para luchar contra el perro. -¿Fue Feeldog el que murió en la lucha en Villa Kim? preguntó Jin.
 
No- respondió Rae Hwan con odio en sus palabras . -Fue el otro perro y uno de los demonios. Se suponía que morirías.
 
-Lo siento, sobreviví.
 
-Morirás.
 
Jin se apoyó contra la pared mientras se reía. Rae Hwan lo veía como si hubiera perdido la cabeza, y luego el perro gruñó. -¿Qué es tan gracioso, bestia?
 
Ellos- dijo Jin cuando Nam Joon y otras bestias aladas llegaron por el pasillo justo tras del perro.
 
-¿Qué es lo que esperas lograr al venir aquí?- Nam Joon preguntó .- Deberías de haber sabido que te detendríamos.
 
La sangre de Jin se enfrío con la maliciosa sonrisa en la cara de Rae Hwan, y entonces comenzó a reír. -Ya está hecho.
 
Nam Joon caminó hacia el perro hasta que estuvo cara a cara con el bastardo. Un gruñido bajo vibró de su pecho mientras el gruñido salía de sus labios, sus colmillos brillaban en la luz del pasillo. -¿Qué has hecho? preguntó lentamente, gruñendo cada palabra en voz tan baja que Jin casi no entendió lo que el comandante estaba diciendo.
 
 
 
Rae Hwan le sonrió a Nam Joon, sin mostrar miedo. -Feeldog y yo volvimos a encontrar una manera de entrar, olí a un humano y seguí su rastro y ¿qué maravilla apareció ante mis ojos? La puerta.- Rae Hwan se echó a reír como si estuviera disfrutando eso . -Entré y encontré al hombre mirando alrededor... así que lo mordí.
 
¿Que tu qué? Nam Joon explotó, dándole un revés al perro tan duro que Rae Hwan se giró y se estrelló contra la pared .- ¿Quién era él?
 
Rae Hwan se limpió la comisura de la boca con la mano, la sangre negra salpicaba su piel. Jin sabía que la sangre era letal. Las bestias aladas no morían a causa de ella, pero sería doloroso como el infierno si algo caía en ti. Jin ya tenía suficiente dolor.
 
¿Cómo infiernos voy a saberlo?- Rae Hwan preguntó .- Pero puedo decirte que apestaba como una de sus parejas.
 
 
 
Los ojos de Jin se abrieron como platos cuando Nam Joon cambió a su forma de bestia alada y fue tras Rae Hwan, que había cambiado a su forma de perro y corría por el pasillo. Las otras bestias aladas se quedaron allí en shock.
 
-¿De quién será la pareja? -Eddy preguntó.
 
Encuéntrenlo.- Peniel gruñó . -Busquen en cada jodido centímetro de este castillo.
 
 
 
 
 
 
 continuara....

 

 


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