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51. Jin (02) por dayanstyle

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Jin lamentó no haber elegido sus palabras con más cuidado. Él podía ver el pánico en los ojos de su zaterio y eso era lo último que quería, pero infiernos si dejaba que su compañero saliera por la puerta sólo para ser atacado de nuevo. Jin sabía cuan peligrosas eran las cosas afuera. Su pareja no lo sabía. Así que tenía que protegerlo de los perros del infierno, los perros ahora sabían quién era su pareja, o al menos dónde vivía. Si su zaterio iba a su casa, sería atacado una vez más. Y la próxima vez, podría ser mordido.

Jin estaba muy tentado a sondear la mente de su pareja en estos momentos. Pero no iba a invadir los pensamientos íntimos y recuerdos del hombre sin ser invitado. Se lo habían hecho a él hace eones, y Jin aun recordaba el sentimiento de rabia hacia el Rey que se tomó un privilegio que no se le había  concedido.

 -¿Cómo que no puedes dejar que me vaya?- preguntó, sacudiendo la cabeza en obvia confusión. 

¿Cómo te llamas?- preguntó Jin. Al menos, quería saber el nombre de su zaterio. Tenía que saberlo. Era una necesidad tan profunda que Jin no estaba seguro de que pudiera mantener una conversación hasta que lo supiera.

 

-Min Yoon Gi, pero me dicen Suga.

-Yo soy Kim Seok Jin..

 -¿Eres un lobo?

 

Jin se carcajeó. Su pareja parecía tan malditamente perplejo. La situación no era graciosa, pero la mirada en el rostro de Suga era un poco cómica. No, no soy un lobo. Mi nombre es Jin.

 

Oh- dijo Suga mientras se  acercaba  más  a  la puerta . Encantado de conocerte, Jin. Ahora ¿me puedo ir?

Jin suspiró mientras apoyaba sus brazos sobre los muslos. Su pareja iba a hacer esto más complicado que el infierno. ¿Por qué los humanos siempre luchaban en contra de lo que no entienden? ¿Por qué Suga no aceptaba el hecho de que estaba en donde debía estar?    -No.

Su zaterio entrecerró ligeramente los ojos. Entonces ¿si trato de escapar, me detendrás? Suga preguntó mientras se movía un centímetro más hacia la puerta. No estaba seguro de que Suga estuviera tratando de ser casual acerca de los pasos que daba, pero Jin no estaba ciego. Podía ver a su pareja haciendo todo lo posible para llegar a la puerta sin que Jin se diera cuenta.

 

-No puedes salir de aquí, Suga. Los perros tratarán de atacarte de nuevo. La próxima vez pueden solo morderte. No es seguro.

¿Morderme?- Suga palideció ligeramente . No sé lo que pasaría si me mordiera, pero por la expresión de tu rostro, no es una buena cosa.

No,  no  lo es.-  Jin pasó una mano por su cabello, sintiendo la necesidad de extender sus alas. Quería que su pareja viera el inherente peligro de salir . -Jungkook fue mordido y casi muere. Tú eres un humano. No sobrevivirías a la mordedura de un habitante del infierno.

 

Creo que necesito sentarme- dijo Suga mientras se arrastraba de nuevo a la cama, pero se aseguró de quedarse en el extremo opuesto, lejos de Jin. La tez de su pareja estaba un poco verde . -Dijiste humano. Has utilizado la palabra humano. Sólo alguien que no es humano utiliza así esa palabra. -Las palabras de Suga salían rápidamente, resaltando el pánico en su voz . -No estoy seguro de querer saber lo que eres, o qué es un perro del infierno. Pero también llamaste a ese hombre un perro. Oh dios, voy a vomitar.

Jin corrió al lado de su pareja, sin saber qué hacer ante un ataque de pánico. Nunca había tratado con uno antes, pero él creía que Suga podía estar experimentando uno.

-¿Quieres un vaso de agua?

Suga acunó los lados de su cabeza mientras la movía de un lado a otro. -Quiero volver a cuando sólo había humanos aquí en la tierra.

Jin se enfadó ante la confesión de su pareja. Eso no es justo.

Dejando caer sus manos Suga lo miró. -ser atacado, ni despertar en un mundo loco. Inténtalo, Mary Rayito de sol, y verás como te sentirías, amigo.

Jin estaba un poco confundido acerca de quien era Mary, pero lo dejó pasar. -He vivido toda mi vida en un mundo loco. Siento que te tocara a ti, pero deja de llorar sobre esto.- Su paciencia era muy delgada. Suga estaba viéndolo como si Jin fuera el responsable de todo lo que le había sucedido.

No lo era.

 

Lo único que podía hacer era tratar de hacerle las cosas más agradables en lo posible a su pareja. Y para empeorar las cosas, ahora que Suga estaba fuera de peligro, sintiéndose mejor, el calor del apareamiento estaba golpeándolo y haciendo que la piel de Jin se tensara y su temperamento fuera irritable. Sus alas no dejaban de joder por extenderse. Las alas de las bestias aladas revoloteaban cuando estaban con el calor del apareamiento, queriendo envolver alrededor a su zaterio y reclamarlo. Jin tenía la sensación de que no iba a ser fácil reclamar a Suga, pero quería tocar al hombre, acariciar su piel para ver si era tan suave como parecía. Requirió cada gramo de su control no alcanzar a Suga y joder al hombre hasta la inconsciencia.

 

¡Llorar sobre esto? -  Suga  preguntó  con indignación con  sus manos en  puños  sobre su  regazo    Oh, amigo, realmente puedo mostrarte lo que es llorar, si quieres. Esto es un juego de niños en comparación con lo que puedo lanzarte.

Jin no estaba seguro de si su pareja estaba tratando de amenazarlo o no. Estaba confundido como el infierno, y podía sentir un dolor de cabeza enorme formándose. No quiero discutir sobre esto, Suga.

 

Entonces no lo hagas.- Suga bufó mientras se levantaba de la cama y caminaba hacia la puerta de la habitación, con la cabeza en alto y sus caderas meciéndose de un lado al otro. No como en un desfile, pero sí con determinación. Maldición si ese pequeño sexy culo no lo encendía. Jin gruñó y siguió a su pareja. Su pene estaba duro como el acero en este momento ante la muestra de carácter de Suga. El humano no tenía ni idea de las oleadas de calor que recorrían la sangre de Jin en estos momentos. Quería tanto empujar su pene dentro del culo de Suga que su erección palpitaba dolorosamente dentro de sus jeans.

-No puedo dejar que te vayas.

Entonces detenme. -Suga se dio la vuelta  y miró hacia Jin . Sólo trata de detenerme, Jin. Si ese es tu verdadero nombre.

Ten cuidado con lo que pides, zaterio  - advirtió Jin.

Estaba a punto de tomar a su pareja y poner al humano sobre sus rodillas. Sudor comenzó a formarse en su cuerpo al pensar en azotar al hombre. Las imágenes eran tan eróticas que Jin tuvo que exhalar lentamente.

Lástima que no sirvió de nada.

 Sigo pensando que me estás llamando como un maldito Cheerio. -    El  cabello de Suga cayó alrededor de su rostro cuando inclinó la cabeza  hacia  un lado  . -¿Estás seguro de que no me estás diciendo Cheerio?

¿Cómo infiernos su pareja podía volverlo increíblemente loco en un momento y luego hacerlo reír en el siguiente? Jin estaba perplejo como el infierno. Suga no tenía absolutamente ningún sentido para él. Podría tener que ver con el hecho de que no había tratado con los humanos de cerca y personalmente en siglos, pero Jin tenía la sensación de que simplemente así era Suga.- Te estoy llamando zaterioDe eso estoy seguro.

Suga arqueó  una ceja,  viendo  a  Jin  mientras se acercaba más a la puerta. - No puedes retenermeaquí! -No  puedes   retenerme. Voy a acusarte con la policía.

Jin no quería reír, pero el pensamiento de la policía humana viniendo hasta aquí para arrestarlo era gracioso como el infierno. En primer lugar, tendrían que encontrar el lugar. La casa de las bestias aladas se encontraba a un costado de una montaña. Sólo había dos cosas visibles. Un balcón, y estaba cubierto por la niebla. Y el hangar, pero con los hechizos alrededor de la montaña, los policías sentirían una necesidad compulsiva de irse cuando se acercaran. Y a Jin realmente le gustaría ver a alguien, a cualquier persona, tratar de alejarlo de su pareja.

Eso no sucedería.

 

El calor del apareamiento lo atravesaba como una llamarada solar y corría hasta su ingle, estableciéndose el fuego en sus malditas bolas. Su pene estaba duro como el infierno, y Suga se veía tan malditamente bien ahí parado que le tomó cada gramo de autocontrol evitar lanzarse con su pareja a la cama. Suga no tenía ni idea de lo cerca que Jin estaba de hacer precisamente eso.

«Maldito calor».

¿Por qué quieres irte?  - le preguntó mientras extendía sus brazos, ignorando la guerra que se libraba dentro de su cuerpo . Este lugar tiene todo lo que puedas desear en una casa.   Incluyéndolo a él.

 

Porque esta no es mi  casa - señaló  Suga moviendo un  píe, nuevamente   dando   un  paso  más     cerca de la puerta   . -Amigo, no te conozco Jack.

¿Quién diablos es Jack? - Jin le preguntó con un leve gruñido mientras daba un paso hacia adelante, sintiendo a su bestia querer salir para encontrarse con esa persona llamada Jack. Suga era su zaterio y nadie alejaría a su humano  . Es alguien  que necesite… -Jin dio un paso atrás,  tomando una profunda respiración. Así es. Esto era oficial. Ya fuera por lo que el calor del apareamiento le causaba o a causa de Suga. Estaban volviéndolo ¡jodidamente loco!

 

- Es una frase- dijo Suga mientras inclinaba la cabeza hacia un lado, su cabello negro formó un halo alrededor de su rostro mientras veía a Jin con cautela. Jin no quería ver la mirada de miedo y duda en el rostro de su pareja. No estaba tratando de asustar al hombre, pero dioses si el hombre no estaba logrando asustarlo. Afuera no era un lugar seguro para los humanos, pero ahora que los perros conocían a Suga, el hombre no tenía ninguna posibilidad. ¿Qué parte no entendía?  . -No hay ningún Jack, Jin.

Jin asintió. Él estaba fuera de su terreno aquí. No sabía qué hacer ni qué decir para hacer que su zaterio se quedaraDespués de siglos de aislamiento, necesitaba encanto y seducción. Lástima que no tenía ni idea de eso. Nunca le había entrado a los juegos de seducción. Jin sólo quería a su pareja. Realmente nunca dependió del encanto y la seducción. Sólo quería que Suga lo quisiera.

¿Era eso tan difícil?

 

Mira,  esto  ha  sido  divertido- dijo  Suga mientras deslizaba sus pies sobre el suelo de mármol, acercándose aún más  a  la puerta - Pero  tengo  que  ir  a  trabajar  por la mañana. Así que si no te importa, voy a salir a la carretera.

 

Jin se sentía indefenso. Era algo que no quería sentir. Maldición, era una bestia alada. La indefensión no era un sentimiento al que estuviera acostumbrado. Pero sabía que no podía obligar a Suga a quedarse. Cualquier tipo de fuerza supondría la anulación de la reclamación. Si hacía que Suga le temiera y su pareja dijera que no cuando tratara de reclamarlo, el enlace no se formaría.

Él estaba bien jodido.

 

Tenía dos días para reclamar a Suga antes de volverse loco. Este no se perfilaba como uno de sus mejores días.

«Está bien». Por lo que Suga estaba entendiendo, Jin no era uno de los chicos malos. Quizás. Aun seguía deliberando acerca de eso. Pero eso no significaba que se fuera a quedar. Él no nació ayer. Este podría ser un lugar perfecto para llamar hogar, pero como le dijo a Jin, éste no era su hogar. ¿Infiernos, cómo iba a convivir con un tipo que acaba de conocer?

Su mamá le patearía el culo si Suga hacía algo tan estúpido como eso.

-¿Así que estás diciendo que no puedo salir de este lugar... nunca?

Jin se encogió de hombros. - Si estoy contigo, entonces puedes ir a donde quieras. Pero no vamos a volver a tu casa. No es segura.

Suga pasó la mano por la parte de atrás de su cuello y se preguntó qué iba a hacer. Jin era demasiado grande como para tratar de luchar contra él, y saldría herido, Suga no era tan rápido.

«Mierda y doble mierda».

 

Por un momento Suga se preguntó si seguía inconsciente, soñando todo esto. Pero incluso él no tenía tanta imaginación para evocar algo como esto. Tenía que ser real. Y ese pensamiento le asustó como el infierno. -¿Qué eres?

El hombre  parpadeó hacia  Suga, y luego sonrió, mostrando los malditos colmillos que asustaban a Suga.

-Soy una bestia  alada-    respondió Jin como si estuviera orgulloso de eso.

«Correcto». Eso no aclaraba una maldita cosa. -Me voy a tomar una salvaje puñalada aquí y voy a decir que lo que quisiste decir es que no eres humano.-

Jin sacudió la cabeza.

 

La mente de Suga comenzó a derrumbarse, astillándose en mil pedazos mientras se tambaleaba un poco, caminando de regreso hacia la cama. No estaba seguro de si acaba de tener esa conversación hace un momento, pero Suga quería ser muy claro sobre el tema antes de enloquecer.

No había nada peor que enloquecer a causa de un malentendido y Suga era muy bueno para perder los estribos e iniciar un infierno y más tarde pensar las cosas. Sí, siempre había tenido una imaginación hiperactiva, pero esto iba más allá de lo que podría haber pensado alguna vez

«¿Una bestia alada?»

«Mierda».

-¿Qué exactamente es una bestia alada? 

Soy un vampiro con alas... y un poco de algo más en buena medida .- Jin dijo con una risita. Suga no entendía la broma.

 

Miró alrededor de la habitación como si estuviera en un sueño, y entonces su ira explotó en la habitación. Su cuerpo vibraba de ira y confusión. Le confundía que Jin estuviera allí hablando de todo eso como si fuera normal. Le confundía haber caído en un mundo desconocido con perros  y vampiros alados cuando todo lo que había estado tratando de hacer era ir a casa después del trabajo. Y realmente lo confundía la manera en que Jin lo miraba como si fuera la mermelada que el hombre ansiaba. Tomó una pequeña figurita de cristal de la mesa al lado de la cama y se la arrojó a Jin.  -Aléjate de mí, Edward!

«Reacción exagerada pateando en gran momento».

Cálmate, Suga.- Jin levantó las manos delante de él de una manera no amenazante. Suga no le compraba eso. El hombre le acababa de decir que era un extraño y loco vampiro e incluso ¡tenía colmillos!

 

No uses mi maldito nombre. Podrías estar tratando de poner un maleficio sobre mí o algo así-  respondió con furia.

Jin torció sus labios hacia un lado, dándole un aspecto como si creyera que Suga fuera tonto. -Soy una bestia alada, no un sacerdote vudú.

 

- Es lo mismo- gruñó Suga mientras retrocedía, buscando otra cosa que tirarle al hombre. Saltó sobre la cama, arrastrándose rápidamente a través de ella mientras mantenía sus ojos en Jin. Odiaba discutir, pelear aún más, pero estaba asustado. No sabía dónde estaba ni lo que estaba pasando a su alrededor. Jin no era humano, y Suga estaba aterrorizado de que el hombre intentara hacerle algo malo. Él no sabía lo que era una bestia alada, y Jin podría estar engañándolo cuando le dijo que no lo lastimaría. ¿Cómo sabía que Jin estaba diciendo la verdad? No lo sabía  . -Si tratas de comerme voy a patearte el culo.

Jin cruzó los brazos sobre el pecho, dándole a Suga una  mirada  que  decía  ‘sí  correcto’.  Esa  mirada  enojó a Suga aún más. Podría ser un humano, y ser incapaz de luchar contra Jin, pero joder si se quedaría acostado y tomaría todo lo que Jin tuviera en mente. Sólo tenía un brazo para lanzar los objetos, pero Suga iba a intentar hacer todo lo posible para golpear la cabeza del hombre. Esa era la única manera de que pudiera salir de esta habitación.

 

-No seas ridículo.

Jódete-    dijo Suga airadamente mientras se ponía de pie en el lado opuesto de la cama. -Ponte en mi lugar.

 

-No voy a hacerte daño.

 

Suga se quedó inmóvil, parpadeó un par de veces y miró directamente hacia la boca de Jin. Estaba condenadamente seguro de que los labios de Jin no se habían movido.- ¿Tu-tu acabas de hablar conmigo en mi cabeza?- Tragó saliva, preguntándose si no había  entrado en una verdadera pesadilla. Si lo hubiera hecho, al menos la pesadilla tenía a un tipo muy caliente.

Mierda, tenía que dejar de pensar de esa manera. El tipo ni siquiera era humano y todo lo que Suga podía hacer era revisar el paquete que sobresalía del hombre. Necesitaba examinarse la cabeza. Jin podría ser el primer hombre que mostrara un poco de interés por Suga, pero no estaba muy seguro de quererlo. Suga no podía entender por qué el primer hombre que se fijó en él de una manera caliente no era humano. Su suerte no había sido tan buena, pero Suga no creía que fuera tan mala.

 

Voy a pasar por alto toda la cosa de la conversación en mi cabeza- dijo Suga mirando alrededor, y al ver un libro en una pequeña mesa lo tomó, lanzándoselo a Jin, quien lo esquivó con facilidad   . -Voy  a ignorarlo porque me estoy volviendo loco. No acabas de hablar conmigo en mi cabeza. Me imaginé eso.

 

Si eso hace que duermas mejor por la noche- dijo Jin mientras permanecía allí, con los fornidos brazos cruzados sobre su muy ancho pecho.

 

Lo que me haría dormir mejor por la noche sería irme a mi propia cama. ¿Vas a dejar que me vaya? Suga preguntó, aunque ya sabía la respuesta.

 

No respondió Jin   mientras   negaba   con  la cabeza . El perro que te atacó podrá estar muerto, pero puedes estar seguro, que ahora los otros saben acerca de ti.

«¿Los otros?» ¿Había más de esas cosas? Sólo uno había hecho que Suga quisiera orinarse, y ¿había más? Quizás la oferta de Jin no era tan mala. Suga hizo una pausa en su búsqueda de misiles mientras pensaba en los otros yendo tras él  . -¿Qué de mis compañeros de cuarto? ¿Están a salvo?

 

Eres tú quien esta marcado, no ellos -dijo Jin mientras se sentaba en el borde de la cama, apoyando los brazos en los gruesos muslos. Maldición, si el hombre no se veía bien en contra del edredón blanco. Suga quería ver lo que Jin — No, él no quería. Tenía que dejar de desear a este lunático. Se obligó a concentrarse en la conversación, haciendo caso omiso de su caliente pene.

 

-¿Marcado? Por favor, deja de alimentarme con migajas sobre lo que está pasando y dímelo todo de una vez.

Los ojos verde esmeralda de Jin lo veían con cautela. Podría ser por todas las cosas que le había lanzado o podría ser el hecho de que Suga se estaba volviendo loco como el infierno. Pero a Suga no le importaba. Quería respuestas. Sabía que reaccionaba exageradamente y después pensaba bien las cosas, pero cualquiera perdería la mente si fuera alejado de su vida ordinaria y traído a esto en un lapso de pocas horas. Nadie podría culparlo por exagerar.

Jin pasó la mano por su mentón, viendo a Suga con cautela. -No estoy seguro de que puedas manejar lo que tengo que decirte. Pareces perfectamente feliz tirándome cosas en vez de sentarte tranquilamente y escuchar.

Suga sentía un afiebrado calor en su cara, pero no iba a pedir disculpas por su comportamiento. Era la única cosa perfectamente normal por aquí. Podría decir que lo siento, pero tienes que admitir que las cosas que me estás diciendo no son algo que un humano oye todos los días.

Genial, ahora él estaba usando la palabra humano. Suga vio como una sonrisa se dibujó en el rostro de Jin. La sonrisa llenaba su cara, dándole personalidad y encanto. Sabía que Jin era un hombre bien parecido, pero su sonrisa parecía amplificar sus ojos verdes y su fantástica boca. Una boca que se vería bien envolviendo su… «¡Basta!».

El hombre sonreía como si supiera que Suga lo deseaba. No había manera de que el hombre pudiera saberlo, pero infiernos si los ojos de Jin no estaban brillando con ese conocimiento. Se aclaró la garganta y el calor dejó sus ojos, remplazándolo por un toque de ira. -Cuando un perro  va tras alguien a propósito, esa persona está marcada. No hay nada que pueda detener al perro solo matarlo.

 

-Pero acabas de decir que el que venía tras de mí esta muerto señaló Suga . Así que debería ser seguro  para mí, ¿no?

Jin movió lentamente la cabeza. Suga tenía un mal presentimiento sobre lo que el hombre estaba a punto de decir. Hay otros perros. -Ellos tomarán la tarea del perro del infierno. Jungkook fue marcado, pero mientras los perros del infierno estén tras él, nosotros seguiremos luchando para mantener a Jungkook con vida. Ahora vamos a luchar para mantenerte con vida.

«Vaya, como si no fuera gran cosa». Jin lo dijo como si fuera un hecho cotidiano.

Suga quería preguntar quién demonios era Jungkook. Le molestaba sentir una punzada de celos cuando Jin mencionaba el nombre de otro hombre. No  conocía  a Jin. ¿Por qué debería a Suga importarle quién era Jungkook?

-Entonces, ¿hasta que todos los perros del infierno estén muertos, estoy jodido?

La  sonrisa   que  le  dio  Jin    era  triste. Eso suavizó  sus facciones, pero no hizo que Suga se sintiera  a gusto. -Temo que matar a todos los perros del infierno es una tarea imposible, zaterioHay tantos perros, como humanos, si no más.

«Mierda».

-¿Cómo? Si hubiera tantos, ¿no deberíamos saber de ellos?

 

El infierno es un lugar muy grande. Está lleno de perros del infierno. Ellos siempre mantuvieron a los perros dentro, hasta hace poco que algunos fueron liberados por un loco llamado Hyeon Su. -No podemos regresar a los perros una vez que son liberados, por lo que debemos matarlos.

Suga se sentó en el borde de la cama. Se olvidó de su pelea y aceptó lo que Jin le estaba diciendo. Era demasiado. Era imposible, pero infiernos si Suga no creía cada palabra. Había visto cosas que eran imposibles en las últimas horas. No quería creer que las cosas que le sucedieron pudieran ser verdad, pero no iba a meter la cabeza en la arena y pretender que no lo eran. -Entonces, ¿en otras palabras, me tengo que quedar aquí porque van a seguir viniendo por mí hasta que me muera?

 

-Exactamente.

 Pero- comenzó   Suga,  sacudiendo   la cabeza, tratando de entender todo  , -¿por qué yo?

-Eso no lo sé. Supongo que sabían que eras mi zaterio. A pesar de que no tengo ni idea de cómo lo supieron.

Suga frunció el ceño al oír la palabra que Jin seguía usando. Sabía que era una especie de palabra cariñosa por la forma en que el hombre la estaba usando, pero él no sabía lo que significaba.   -¿Qué es un zaterio?

Los ojos del Jin brillaban con algo que Suga no podía descifrar. El verde parecía iluminarse mientras le sonreía a Suga. Por un segundo, Suga se perdió en esa sonrisa. Era como si la luna y las estrellas mismas hubieran bajado y estuvieran brillando justo en frente de él. Suga sacudió la cabeza, alejando los ridículos pensamientos. Por supuesto, era una apariencia impresionante, pero Suga no debería sentirse confortado por eso.

-Debería seguir tratando de salir con un infierno de aquí.

 

Jin inclinó la cabeza, dándole a Suga una mirada infantil con un toque de esa persistente sonrisa. -Esto significa que eres mi pareja. Debes pasar el resto de la eternidad a mi lado, Suga.

 

-¿Quien lo dice? Suga gritó y se levantó de la cama, su cabeza le daba vueltas a lo que Jin le acababa de decir . -Puedes ser caliente, pero sigues siendo un maldito desconocido, un extraño, un no-humano.

 

Eso se puede remediar -dijo Jin mientras se ponía de pie, y luego caminó alrededor de la cama, cerrando rápidamente el espacio entre ellos.

 

-Apártate! -Suga le advirtió retrocediendo hasta que su espalda chocó contra la pared. Apretó los dientes cuando el dolor se disparó por su brazo lesionado. Maldición, eso dolió  . -Ni siquiera pienses en eso.

 

¿Que no piense en qué, Suga?- Preguntó Jin, pero sus ojos le decían a Suga que el hombre sabía exactamente a lo Suga se refería. Era una mirada caliente que le decía a Suga que Jin quería muchas horas de placer de él.

Suga veía a Jin, sintiendo la presión en su ingle. No lograba entender lo que estaba sucediendo, pero no le gustaba. Ni siquiera conocía a Jin. Su cuerpo argumentaba que eso no era importante, pero Suga sabía que lo era. Quería tener algún tipo de apoyo emocional algo de apego con un hombre antes de saltar a la cama. Suga se había sentido siempre de esa manera, aunque nadie le había dado aun ni la hora del día. Sabía que él no podía dejar caer sus pantalones e ir por ello. Así no era él.

Suga simplemente no tenía sexo casual.

Sus compañeros de cuarto lo llamaban un mojigato, pero él no iba a cambiar lo que era, por ellos, ni por Jin. No importaba qué tan sexy fuera el hombre... er... cosa... er... bestia.

 

Acerca de remediar una maldita cosa, Jin-   Suga respondió finalmente. -Acabo de regresar del infierno.

 

No te tocaría en contra de tu voluntad, Suga. -La ira regreso a los ojos de Jin. Suga podía lidiar con la ira mejor que con la lujuria. La ira era algo que él conocía. La lujuria era algo que le era desconcertante. Eso le asustaba más que las cosas que estaban tras él. Suga no estaba seguro de cómo manejar las emociones que lo recorrían en este momento. Se sentía maravilloso y aterrador al mismo tiempo. Su pene estaba muy duro, y su corazón latía sin control. Pero el sentimiento predominante era el miedo.

Jin era un hombre muy grande.

Jin inclinó la cabeza hacia atrás y le dio una buena olfateada al aire, con los ojos como dardos en Suga y Suga vio como el calor dejó los ojos de Jin mientras daba un paso atrás.

¿Tienes hambre?- Jin preguntó, desconcertando a Suga con el rápido cambio de tema. Él no esperaba esa pregunta.

 

Un poco- respondió nerviosamente .- Pero acabas de admitir que eres un vampiro. ¿No significa eso que bebes sangre y te cuelgas de cabeza en una cueva cuando duermes?

-¿En donde infiernos oíste eso?-  Jin preguntó.

-¿Qué, lo de beber sangre?

 -No, la parte de colgar de cabeza.

 -Entonces ¿bebes sangre?

 

Jin le dirigió una mirada vacilante y luego suspiró. -Soy un vampiro, Suga. Puedo beber sangre para mantener mi vida, pero también como comida. Tenemos una muy bien equipada cocina. Ven, vamos a comer.

 

-Está bien, pero si terminamos en una especie de sala de alimentación, te atravesaré el corazón con una estaca, amigo. -Suga caminó por el borde de la cama y se apresuró hacia la puerta.

-La única sala de alimentación a la que iras será a la cocina. Aunque, algunos de los hombres comen en la sala en frente de la televisión. -seguía detrás de Suga.

Jin se río entre dientes mientras Suga tenía la sensación de que Jin estaba viendo su culo mientras salían de la habitación.

 

 Continuara....


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