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51. Jin (02) por dayanstyle

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Jin estaba tan malditamente feliz de que su pareja hubiera sobrevivido al ataque que quería hacer un pequeño baile feliz. Su zaterio estaba a salvo, despierto, e intratable como el infierno.

 

Dioses, estaba enamorado.

Comprendía que su pareja estaba asustado. Pero lo que lo confundía era el olor de miedo en Suga cuando Jin se acercaba. Todo lo que había querido era un beso. La emoción negativa viniendo de su zaterio confundía a Jin. ¿Por qué Suga le temía a un beso?

 

Hey, Jin, ¿a quién tenemos aquí?- T.O, una de las bestias aladas, preguntó mientras caminaba por el pasillo, tomando de un vaso lleno lo que parecía ser té helado. Jin miró a su pareja, viendo que Suga pasaba sus manos sobre una de las puertas de los dormitorios. La madera estaba adornada con símbolos labrados, hechizos les había explicado su líder, Nam Joon. Los había colocado en la montaña para evitar que alguien los encontrara y que se mantuvieran a salvo.

 

Suga dejó la puerta del dormitorio y realmente inspeccionó la siguiente. Jin sacudió la cabeza. El calor del apareamiento estaba haciendo que su piel se sintiera tensa, picante y podía sentir sus manos abriéndose y cerrándose por agarrar a Suga y correr de regreso a su habitación. Su ingle se sentía como una barra caliente de marcar mientras miraba a su pareja pasar inocentemente sus ágiles y largos dedos sobre la madera labrada, y deseó a los dioses que los dedos de Suga estuvieran recorriendo su pene.

 

Desde que Suga había despertado, el pene de Jin estaba tan duro que era doloroso como el infierno. Quería alivio tan urgentemente que tenía que luchar para no alcanzar a su pareja. Entre más tiempo su pene permanecía sin atención, peor se sentía Jin. También se había dado cuenta que a medida que las horas pasaban su lujuria aumentaba dentro de él. No era extraño que una bestia alada se volviera loca. Jin no estaba seguro de durar dos días enteros.

 

De acuerdo a Jin, soy su Cheerio. Pero mi mamá me nombró Suga -dijo su pareja, girándose hacia T.O con una tensa sonrisa en su rostro . -Y de acuerdo a Jin, me tengo que quedar aquí hasta que los perritos malos ya no estén interesados en mí —que según Jin, es cuando el infierno se congele. -Entonces, ¿quién eres?

 

Jin podía ver a T.O luchar contra la sonrisa que jalaba de sus labios, y entonces el hombre se echó a reír. Oh, esto va a ser divertido.

 

Es T.O - respondió Jin a su zaterio.

 

¿También es un vampiro?- Suga preguntó mientras empezaba a caminar por el pasillo, estudiando la siguiente puerta. Jin tenía curiosidad de por qué Suga estaba tan malditamente interesado en las puertas de madera cuando lo único en lo que él podía pensar era en hundir su pene en el culo de su pareja. ¿Acaso Suga no sentía la atracción? ¿No quería comenzar a sudar en las sabanas mientras chocaban las botas? Buen Dios, tenía que dejar de salir con Silo. El geek de la computadora estaba corrompiendo su maldita mente.

No- respondió T.O .- Soy una bestia alada. Es lo mismo.- Suga movió la mano desestimando a T.O . -Semántica. -


Aun no lo has reclamado, ¿verdad?- T.O. vio la evidente erección de Jin y luego a su cara, un destello de humor en sus oscuros ojos . -Pobre bastardo. Puedo oírlos a ambos -dijo Suga mientras se movía más abajo en el pasillo . -Soy humano, no tonto. - Es lo mismo- bromeó T.O .- Semántica.-

 

¡Retira lo dicho!- Jin le dio un gruñido mortal mientras agarraba a T.O del frente de la camisa, retorciendo la tela en la mano mientras empujaba a la bestia contra la pared .- Pídele disculpas a mi zaterio por la falta de respeto que acabas de mostrar.

 

Está bien. Sólo estaba bromeando con él. No pretendía hacerle daño- Jin. T.O levantó las manos en un gesto de rendición mientras veía de Jin a Suga . -¿Estamos bien, pequeño hombre?

 

Mientras nunca en tu vida me vuelvas a llamar pequeño hombre, estamos bien.- Suga palmeó la mano de Jin .- Puedes dejarlo ir ahora.

 

Cuando la mano de Suga tocó a Jin, todo su cuerpo se puso rígido y un flujo caliente de deseo se extendió por todo su cuerpo. Quería al hombre. Jin se sentía caliente y enojado, multiplicado por cien, y la necesitad de reclamar a su pareja era abrumadora. Apretó los dientes, cerró los ojos y respiró lentamente por la boca.

 

Su zaterio también estaba demasiado malditamente cerca de T.O, Jin se dio cuenta cuando abrió los ojos. El pecho de Jin vibró mientras liberaba a T.O y jalaba a Suga a sus brazos, girándose para que su pareja no se quedara ahí, frente a la bestia.

 

¿Ahora qué? -Suga preguntó mientras veía a Jin, quien dejó escapar un gruñido sordo y retumbante. Dioses, Jin no podía pensar bien con Suga en sus brazos. Sólo podía pensar en Suga retorciéndose debajo de él mientras jodía al hombre hasta la inconsciencia. Sus alas revolotearon furiosamente y el sudor empezó a cubrir todo su cuerpo. Su pene palpitaba, pulsátil y doloroso por ser liberado y encontrar su liberación. El cuerpo de Jin hormigueaba lleno de necesidad.

 

Ahora me voy con un infierno de aquí, antes de que Jin trate de sacarme la lengua a través de mi culo- dijo T.O mientras caminaba hacia la sala.

 

Eso suena doloroso- dijo Suga por detrás de Jin.

 

Jin cerró los ojos durante un momento y rezó por fuerza. El olor de Suga era tan fuerte que estaba nublando su mente y empujando su razonamiento lejos. Al mismo tiempo su bestia se acercaba. Jin solo quería tomar a su pareja ahí en el pasillo y unirse por toda la eternidad. Era algo que todas las bestias aladas ansiaban, encontrar a su pareja y reclamarla, pero tener a su zaterio tan cerca, y sin reclamar, estaba haciendo estragos en la mente y el cuerpo de Jin.

 

Necesitaba un momento lejos de su pareja. Jin no estaba seguro de poder mantener la compostura mucho más tiempo. Su cuerpo estaba tenso y listo, y Suga aun no lo estaba. -Te llevaré a la cocina.

 

Suga caminó alrededor de Jin, sus dedos deslizándose sensualmente sobre el brazo desnudo de Jin. Jin se estremeció y apretó su brazo.

 

-Zaterio, me estás matando.

 

Suga se quedó inmóvil, viendo a Jin y luego comenzó a apuntar con su dedo entre su cabeza y la de Jin. -Estás haciendo esa cosa con la mente de nuevo.

 

Y Suga estaba haciendo que el pene de Jin se endureciera con tanta fuerza que temió que se rompería en mil pedazos en sus pantalones. Tomando una profunda e inestable respiración, Jin dio un paso atrás. -Cocina.

 

Suga asintió, pero mantuvo la cabeza inclinada hacia atrás mientras veía a Jin. -Cocina- repitió.

 

A pesar de que la necesidad lentamente ardía detrás de los ojos chocolate de Suga, Jin no iba a correr ningún riesgo con su pareja. Él no iba a apresurarse. De cualquier manera no demasiado.

Después de todo, tenía sólo dos días.

 

Pero Jin descubrió mientras cuidaba a su pareja herida que el calor del apareamiento estuvo ausente cuando su pareja resultó herido. El destino podría ser una perra voluble, pero al menos tenía conciencia.

 

Pero ahora que Suga estaba bien, era como si el calor se hubiera formado a toda prisa. Hizo un gesto con la mano hacia el final del pasillo y luego comenzó a caminar rígido, sintiendo su pene palpitar duro en sus pantalones a cada paso.

 

Suga gritó y Jin gruñó cuando el castillo entero se sacudió desde sus cimientos.

¿Qué fue eso? -Suga preguntó mientras tomaba el brazo de Jin . -¿Eso fue un terremoto?

Eso no fue un terremoto. Jin tenía una idea de lo que era, tomó la mano de su pareja y corrió hacia los monitores que estaban localizados en una pared de la sala. El salón era un caos total. Las bestias aladas estaban gritando y corriendo hacia la misma pared que Jin.

 

¿Qué sucede?- Lumin gritó mientras Nam Joon revisaba los monitores.

 

¿Todos estos son hombres vampiros? -Suga murmuró detrás de Jin.

-Todos ellos son bestias aladas, excepto Jungkook.

 

Es bueno saberlo- respondió Suga cuando Jin veía a su comandante, esperando que Nam Joon les informara lo que sucedía.

¿Perros del Infierno?- Hyun Won preguntó.

No- dijo Nam Joon mientras sacudía la cabeza, con el rostro sombrío . Creo que nuestro ‘regalo’ por fin ha llegado.

 

El estómago del Jin se hizo un nudo al recordar los regalos que el Rey Julien enviaba cada cien años. Todos ellos habían pensado que el Rey se había olvidado del aniversario de su destierro dado que ya había pasado.

Sin embargo, no tuvieron tanta suerte.

 

¿Qué envió?- Wen Han preguntó.

 

Nam Joon se giró lentamente desde los monitores, con el rostro un poco pálido. A Jin no le iba a gustar esto. Se requería de algo colosal para que Nam Joon tuviera esa expresión. Había muy pocas cosas a las que el comandante temiera, y a lo que él temía haría que los ángeles se orinaran.

 

-Dos muy grandes demonios brimstone.

 

Jin corrió hacia los monitores y vio a las criaturas de tres metros golpeando con sus puños de gran tamaño un lado del hangar. Tenían dos cuernos negros grandes a cada lado de la cabeza que se curvaban toscamente debajo de cada oreja. También tenían un pequeño cuerno negro que sobresalía de la barbilla. Eran blancos pálidos, como si nunca hubieran visto un día de sol en sus miserables vidas.

 

Sus frentes estaban inclinadas hacia abajo, y las garras gruesas y negras se extendían desde sus dedos. Jin sabía que sus garras eran mortales para cualquier ser que estuviera en contacto con ellas.

 

Pero la parte más repugnante acerca de esos demonios era el hecho de que podían escupir ácido. Una bestia alada podría sobrevivir a la saliva ácida, pero le dejaría una cicatriz. Era una de las pocas cosas que podrían dejarles cicatrices.

El Rey Julien debía realmente de extrañar a las bestias aladas para enviar un regalo tan especial.

¿Qué demonios es eso?- Suga preguntó, su voz apenas un murmullo.

Demonios Brimstone- respondió Jin.

-Sí, lo oí del primer chico. Pero, ¿qué son?

-Criaturas muy desagradables que tienen un coeficiente intelectual muy reducido, pero son condenadamente fuertes - respondió Hyun Won por Jin y luego se giró hacia Nam Joon . Entonces, ¿cuál es el plan, jefe?

 

Nam Joon pasó la mano por su nuca, viendo fijamente a los monitores mientras sacudía la cabeza. -Cambiaremos a nuestra forma de bestia y lucharemos. No podemos permitir que lleguen a la civilización. Desgarrarían la ciudad de Changjo como un cuchillo caliente corta la mantequilla.

 

Las bestias aladas comenzaron a cambiar, pero Jin llevó a su zaterio con Jungkook la pareja de Nam Joon Jungkook. -¿Puedes cuidar a Suga?

 

Lo hare. Creo que esta vez voy a dejar pasar los combates -dijo Jungkook mientras veía los monitores . -Esos no son perros del infierno, y solo soy un shifter lobo. Pueden ir a jugar a on 'ta bebe sin mí.

 

¿Shifter lobo?- Suga preguntó mientras tragaba saliva y veía a Jungkook como si fuera uno de los demonios.

 

Jin acunó la cara de Suga, plantándole un beso en la nariz a su pareja. En cualquier otro momento Jin no tardaría en salir del castillo para pelear. El calor del apareamiento seguía montándolo fuerte. -Voy a responder a cualquier pregunta que tengas cuando regrese. Mantente con Jungkook. Él tiene media oportunidad de protegerte si las cosas van mal.

 

¿Van mal?- Suga preguntó, con los ojos tan grandes como lunas gemelas.

-Gracias por el voto de confianza bufó Jungkook . Voy a ir a sentarme en un rincón en mi forma de lobo y lamer mis bolas mientras ustedes los hombres salen a pelear.

 

Jin no estaba tratando de entrar en un debate con la pareja de Nam Joon. Jungkook tenía facilidad de palabra, y Jin no tenía tiempo de enfrentarse a la lengua del hombre.

-Gracias.

 

Jin le dio una última larga mirada a su pareja antes de liberar a su bestia y dirigirse a una de las salidas. Rezó porque derrotaran a los demonios, porque si no lo hacían, Suga tendría asuntos más importantes de qué preocuparse que los perros que iban tras él.

 

 

Suga se quedó viendo los monitores y juraría que estaba viendo una película. Tenía que ser. No había manera de que realmente estuviera viendo eso. Había dos jodidos demonios, demonios reales, en los monitores, golpeando un santo infierno a ese hangar.

 

Esto no puede ser real- murmuró.

 

Oh, es real- comentó Jungkook a su lado . -Pero siempre y cuando nos mantengamos dentro, los hechizos deberían de protegernos.-

 

¿Deberían?- Suga preguntó mientras veía al hombre .- ¿Deberían?- dijo un poco más fuerte esta vez, su voz adquiriendo un tono más alto . -¿Deberían? no suena malditamente bien ahora.

 

Estaba a punto de vomitar. Suga no podía superar el hecho de que estaba viendo a dos demonios ante sus propios ojos. -¿De dónde vienen?

 

Del infierno- respondió Jungkook .- Y por su nombre, sospecho que de las mismas entrañas del infierno.

«Oh, no».Suga tenía que largarse de aquí. Jin era hermoso y todo, pero ni siquiera un hombre bien parecido que lo quería iba a convencer a Suga de quedarse en este lugar.

 

¿A dónde piensas que vas?- Jungkook le preguntó a Suga cuando se dirigió hacia el pasillo del que acababa de salir.

Al baño- dijo por encima del hombro, preguntándose cómo infiernos podría salir de este loco lugar. Tenía que haber una manera de salir. Todos los lugares tenían salidas, incluso los castillos. Podía sentir el pánico formarse rápidamente dentro de él. Esos en los monitores eran demonios, los perros del infierno iban tras él y Jungkook era una especie de lobo. Se sentía como que iba a vomitar. Por mucho que quisiera detenerse y pensar en esto racionalmente, Suga no veía nada racional en esta bizarra situación.

 

No, huir sería algo muy bueno ahora.

 

No te tardes demasiado.- La voz de Jungkook le llegó a Suga, pero él estaba huyendo en el momento en que la había escuchado.- Primero fue atacado por los perros del infierno, luego rescatado por un loco vampiro con alas —y las alas aun eran algo discutible ya que no las había visto— y ahora había dos demonios brimstone golpeando la puerta. Jin debía estar fuera de su siempre amorosa mente si pensaba que Suga se iba a quedar para cuando el próximo show comenzara.

 

Este lugar era un psicótico manicomio del... bueno, del infierno.

 

Suga empezó a buscar en todas las habitaciones del largo pasillo, pero no pudo encontrar una manera de salir de este lugar. Sabía que probablemente Jungkook vendría a buscarlo pronto, por lo que se estaba quedando sin tiempo.

 

¿De donde infiernos habían salido vampiros con alas invisibles? Prefería arriesgarse con los perritos del infierno que con esas dos muy grandes criaturas que intentaban entrar. A Suga no le importaba si eran más tontos que un pisapapeles. Tenían garras y cuernos. Eso era lo suficientemente bueno para él.

 

Pero mientras buscaba en cada habitación, siendo incapaz de encontrar una salida, Suga comenzó a pensar que nunca iba a salir de aquí. ¿En donde infiernos estaban las puertas?

 

Salió de la última habitación que había revisado hacia el pasillo, asomó la cabeza por la esquina para revisar la sala, y vio que estaba vacía. Jungkook debía estar buscándolo.

 

«Sigue buscando hombre». Suga iba a seguir buscando unamanera de salir hasta que alguien se lo impidiera. Cruzó la sala y se dirigió por el pasillo en el lado opuesto de la habitación. El corazón de Suga se aceleró cuando vio una gran puerta de madera.

 

Cruzó los dedos y luego la abrió. Había una escalera que descendía iluminada con pequeñas antorchas. Rezó por no correr hacia algo infernal abajo mientras veía por encima de su hombro para asegurarse de que el shifter lobo —dioses, no podía creer que estuviera pensando eso— no hubiera regresado.

 

Suga dejó escapar un largo suspiro y luego entró en el túnel. Cuando llegó al fondo, vio que estaba en una habitación llena de plantas. ¡Estaban por todas partes! No estaba seguro de dónde estaba, pero Suga buscó rápidamente una puerta.

Su corazón latía más rápido cuando vio una puerta grande de metal en el otro extremo de la habitación. No estaba seguro de a dónde daba la puerta, pero era mejor que ir al piso de arriba.

 

Sólo esperaba como el infierno que no diera al lugar de la batalla.

 

¡Cuidado con el ácido! Wen Han- gritó, Jin salió volando alejándose justo a tiempo. El misil de saliva apenas había fallado en darle en la cabeza. Olía como a azufre y gasolina, con un poco de vómito. Jin estaba listo para devolver su última cena debido al olor.

 

¡Acuchillen sus jodidas marcas!- Nam Joon gritó mientras volaba sobre las cabezas de los demonios, sacando su espada de la funda y blandiéndola en el aire, fallando por poco.

 

Las malditas cosas eran rápidas para ser tan torpes.

 

Cada criatura que salía del infierno tenía una marca en alguna parte de la cabeza, como los perros del infierno. Podrían ser asesinados y enviados de regreso al infierno. El truco estaba en apuñalar la marca. Los demonios podrían ser torpes, pero sabían como proteger su marca.

 

Habían perseguido a los demonios hasta el otro lado de la montaña, del lado en donde ningún ser humano podría verlos accidentalmente desde la carretera. Aunque vivían lo bastante lejos, sería sólo su suerte que un humano perdido diera con ellos. Jin estaba aliviado de que no hubieran tenido que mudarse. No quería que una de esas viles cosas penetrara el castillo. Había hechizos y escudos que protegían el castillo, pero incluso los tontos demonios tenían suerte, como Nam Joon diría.

 

Además de que se encontraban en su forma de bestia.

Intenta explicar eso a un humano.

T.K. y Ray  volaban alrededor de las cabezas de los demonios, haciendo su mejor esfuerzo para confundir a la bestia mientras Peniel lo iba a matar. Pero tan pronto como Peniel se acercó lo suficiente, el demonio escupió. Peniel gritó y voló pasando a Nam Joon, mientras sostenía su brazo con su mano.

 

«Maldición» Esto se estaba poniendo feo.

Tengan cuidado, ¡maldición- Nam Joon gritó . -No necesito que ninguno de ustedes se me muera.

Jin no había planeado morir. Seguro como la mierda que esperaba que ese no fuera su destino. Se giró hacia el demonio que acababa de escupir a Peniel y clavó su espada en la cabeza de la maldita cosa, pero el demonio se salió del camino en el preciso momento.

 

Esto se sentía como un gran tonto juego del gato y el ratón. Parecía que sin importabar cuál fuera la estrategia que usaran, los demonios estaban alerta, para evitar la espada en todo momento.

 

-¿Qué…

 

¡Desaparecieron!- Seung Yub gritó . -¿A dónde infiernos se fueron?

 

Nam Joon gruñó mientras volaba hacia la cima de la montaña. A dondequiera que fueran, será mejor creer que van a estar de regreso.

Jin miró hacia el oeste y se preguntó si los demonios entrarían a una zona poblada, pero Nam Joon no se mostró preocupado. El comandante debería de saber algo, o daría la orden de perseguirlos.

 

Se olvidó de los demonios cuando el calor del apareamiento lo golpeó en grande en ese momento. Jin se dejó caer sobre una rodilla al aterrizar y luego se dirigió hacia la entrada de su dormitorio. Eso era lo que amaba tanto de este castillo. Cada habitación tenía un pasadizo secreto para salir. Ninguna bestia podría quedarse atrapada. Había incluso uno al lado de la sala, y otra salida en el cuarto que albergaba las plantas curativas.

 

Hizo un gesto con la mano delante de una gran roca, viendo como se deslizaba a un lado. Jin volvió lentamente a su forma humana cuando entró a su dormitorio. Sonrió hacia la cama con la mente vagando por el sexo perverso que él y su zaterio, estaba seguro, muy pronto tendrían. Suga era sexy, divertido, cómico, y Jin no veía la hora de tenerlo en su cama.

Había oído hablar del ritual de apareamiento de Nam Joon, lo especial que era, lo íntimo que sería. El comandante había dicho que se trataba de algo que una bestia alada sólo podría experimentar con su zaterio.

 

Jin no podía esperar.

 

Él entró en la sala para encontrarse con Jungkook cerca de los monitores jugando a darse besitos en la cara con Nam Joon, pero Jin no vio a Suga. Ignoró a la pareja acoplada y entró en la cocina, sintiendo su pene endurecer y su piel tensarse mientras rodaba sus hombros, escuchando el sonido de sus vértebras ante la tensión.

Jin se tensó cuando vio que su pareja tampoco estaba en la cocina.

¿Dónde podría estar Suga?

Jungkook- Jin gritó regresando a la sala.

 

¿Qué?- Jungkook preguntó, separándose de Nam Joon.

 

¿Dónde está Suga?- Jungkook mordió un lado de su labio y el corazón de Jin se desplomó . -¿Dónde está mi zaterio?

-Me dijo que tenía que ir al baño.

 

Jin inclinó la cabeza, sus ojos ardiendo viendo los ojos ámbar de Jungkook.- ¿Y?

 

Jungkook lanzó sus manos hacia arriba, moviendo la cabeza de un lado al otro. -Y cuando se tardó demasiado tiempo, fui a buscarlo.

 

Jin gruñó. No le gustaba el hecho de tener que sacarle la información a Jungkook. Si el shifter no fuera la pareja de su comandante, estrangularía al chico. -Por favor, ¿dime que hay más? - dijo Jungkook mientras veía de Nam Joon a Jin :- No lo pude encontrar.

 

Jin echó la cabeza hacia atrás y rugió, su bestia resurgió cuando tomó el pasillo.- Zaterio, ¿dónde estás?

 

Jin esperó, pero su pareja no respondió.

Tomó la salida en su habitación y salió volando hacia la noche, a la caza de su pareja.

 

Continuara...

 

 

 


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