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Buscando la belleza por OldBear

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Capítulo 26: Lo que empieza mal…

 

El tiempo vuela cuando la mente se mantiene ocupada y ciertamente, cuando se tiene presión acerca de un evento importante pasa aún más rápido. Aquel día era 28 de enero, y específicamente ese día, a las 8 de la noche, empezaría el primer lanzamiento de la colección con Steve al frente de la empresa.

Lógicamente estaba más ansioso que de costumbre.

En ese mes tan atareado y cambiante Wanda había trazado una especie de plan que requería tiempo, y por eso había decidido esperar un poco. El objetivo del plan era Bucky, pero había veces que no lograba hablar con él y era extraño. Se le escabullía a la salida del trabajo y durante el día parecía estar demasiado ocupado para hablar con ella.

Sam y Bucky, por el momento, parecían estar llevando una relación… ¿estable? Dormían casi cada noche juntos en el apartamento de Barnes y se las arreglaban para que nadie se enterara. El vicepresidente estaba feliz, y esperaba el momento en que esa felicidad se fuera a la mierda, se arruinara, se acabara. Porque sabía que él no estaba destinado a tener ninguna relación duradera.

Pero aquello no ocurría.

Sam no parecía cansarse de él, él no parecía cansarse de Sam. Nadie más llamaba su atención en la calle, no volteaba a mirar ningunas piernas bonitas, ni ningún trasero llamativo. Pero él sabía que ocurriría, y la expectación le estaba matando.

Pero por lo menos ellos tenían algo ya, a diferencia de Banner. Porque unos cinco días atrás Natasha había conseguido un novio “oficial” que trabajaba como inversionista, se llamaba Víctor von Doom y, en palabras de Bruce, era solo un tipejo que quería usar a Romanoff y la abandonaría en un par de días. Pero ella no respondía a razones.

Por otra parte, Tony y Stephen ya tenían todos los procesos hechos de la empresa; la habían llamado Marvel debido a la intervención de Stephen, quien por alguna razón dijo que ese nombre le recordaba a algo, aunque no sabía a ciencia cierta a qué le recordaba. Eso mantuvo bastante ocupado a Tony, pero por lo menos el encargo que le había puesto Steve iba bien. Durante ese mes también seguía pensando en lo que había hablado con Loki, si bien en ese tiempo intentó de alguna forma acercarse más a Thor como cuando salían a comer juntos al Helicarrier, o en otras circunstancias, le quedaba poco tiempo entre todas las cosas que debía hacer.

Pero el que fuera 28 de enero lo cambiaba todo.

Ese día en la empresa todo lo externo pasó a un segundo plano, cuando lo primero y primordial era que cada cosa estuviese lista y perfecta para la presentación de la noche. Había movimiento, tropiezos y reclamos por llegar minutos tarde, pero lo que más se escuchaba en Shield era la voz de Steve Rogers, que gritaba instrucciones a diestra y siniestra como un general dando instrucciones a sus soldados en plena batalla sangrienta.

Y para Steve, dependiendo del resultado de aquello, quizás habría sangre derramada.

—¡Romanoff!—gritó en recepción con mirada seria mientras se ajustaba los lentes—. Que limpien este basurero, que quede como un cristal.

Todo se lo encontraba sucio.

Todo se lo encontraba fuera de lugar.

Tenía la sensación de que ninguno de sus trabajadores estaba trabajando realmente.

Se sentía más irritado y expectante que nunca.

Subió a su oficina y seguía siendo lo mismo. El ascensor le pareció desastroso, veía los pisos empañados, no entendía como no había visto tanto polvo antes de aquel día.

— ¿Te puedes calmar? —Preguntó Sharon a su lado, estaban en la oficina de presidencia y su novia ya estaba cansada de su actitud—. Me has gritado tres veces, solamente en lo que llevamos de mañana, y estas alterando a todos.

A ojos de Steve, su novia no parecía cooperar con su estado de ánimo, todo lo contrario. De todas formas su pelea era una continuación al día anterior a la entrega de regalos, con ella reclamándole constantemente que no le dedicaba tiempo, cuando incluso él había hecho el esfuerzo de disminuir sus horas de sueño para dividirse entre ella y sus obligaciones.

Pero es que a Sharon nada parecía contentarla.

—Sal de mi oficina Sharon, si lo que vas es a molestar no te necesito por aquí —respondió revisando unos correos en su computadora, sintiendo un dolor de cabeza amenazando con atacarle— ¿no deberías estar haciendo algo importante? Quiero silencio, necesito concentrarme.

Sharon lo miró: —Como quieras Steve, espero que después de hoy te vuelvas menos insoportable.

Sharon salió haciendo lo que Steve más odiaba cuando tenía dolores de cabeza: dando un portazo.

Iba a maldecir, pero aprovechó el breve momento de paz que logro. No le duró mucho, pues Tony entró casi inmediatamente había salido la rubia.

—Señor, aquí esta lo que me pidió, solo necesita firmarlo.

Le entregó una carpeta y, cuando estaba a punto de volver a su pequeña oficina pues sabía que su jefe había pedido tranquilidad incluso a su prometida—escuchó toda la conversación—, Steve le habló deteniéndole.

— ¿Puedes sentarte un momento ahí por favor? Si quieres trae los papeles en los que tengas que trabajar. —Señaló la silla frente a su escritorio sin despegar la vista de los papeles.

—Por supuesto.

Realmente no hizo mucho, Steve se quedó en silencio leyendo los documentos y no le pidió que hiera nada por casi una hora. Pero Tony no comentó nada y solo se enfocó en leer los documentos en los que trabajaba.

El día siguió su curso y casi después de mediodía y tres infusiones de manzanilla que Tony tuvo que conseguirle a su jefe, Bucky y Steve terminaban de ver las prendas con la tela de baja calidad.

— ¿Recuerdas el plan?—preguntó Steve.

—Me lo has repetido nueve veces, es lógico que lo recuerde—respondió su amigo elevando una ceja —. Yo distraigo a Loki para que no vea las telas mientras las modelos se visten. ¿Pero qué haremos con Thor? Él lógicamente se dará cuenta, y querrá avisarle a Laufeyson.

—Una cosa a la vez. Mientras Loki no se entere, estaremos a salvo. Luego, ya veré.

—Esperemos que esto en verdad funcione—suspiró sabiendo que se estaban jugando la empresa —. Thor me dijo que comenzaran a vestir a los modelos a eso de las siete y media.

—Perfecto, entonces mandaré a que se lleven la ropa, y hagan el cambio a esa hora.

 

 


 

 

Todos parecían estar moviéndose con una velocidad sorpréndete. Mientras avanzaba el día, Loki estaba ensayando por última vez la pasarela con los modelos para que no fueran a equivocarse en ningún paso.

—Pietro, por amor a lo que quieras, ¿puedes concentrarte?

Pietro lo miró y casi se abofetea para volver su atención a Loki. Aun con sus cortos años él tenía una excelente trayectoria en el campo del modelaje, y era muy conocido no solo por su belleza, sino también por su profesionalismo. Pero había alguien que le desconcentraba: Clint Barton.

En el transcurso de ese mes le llevó chocolates —que terminó comiéndose Quill—, consiguió su número celular para escribirle mensajes para saber cómo estaba y por alguna razón que no entendía, Clint no le estaba haciendo demasiado caso. Quizás debía comenzar a pensar en otras tácticas.

 

 


 

 

Aunque tuvieron que quedarse más tiempo de su horario normal para responder a cualquier imprevisto antes del desfile, ninguno de los asistentes —a excepción de Thor— iba a quedarse para el lanzamiento de la colección. Así que cuando dieron las siete, y los invitados comenzaron a llegar, ellos dieron por terminado ese día.

— ¿Te quedas, Tony? —Sam había ido a buscarlo, y su interrupción le hizo levantar la cabeza de los documentos que estaba revisando. Era viernes y sus compañeros habían decidido ir a tomar algo en un bar cercano—. Si quieres puedes acompañarnos.

—Estoy bien—declinó—de todas formas necesito terminar algo, me iré mas tarde.

—No vayas a rondar por el piso de la pasarela, —le advirtió como quien cuenta un secreto—. Sharon detesta enormemente cuando uno de los asistentes entra a ver la pasarela si hay lanzamiento de colección.

Tony se imaginó a Sharon furiosa y gritando, una escena que en verdad no estaba deseoso de ver.

—No te preocupes, solo estaré aquí un rato más.

El simple rato se convirtió en una hora, y cuando revisó su reloj supo que pronto comenzaría la presentación de la colección. Le habría gustado estar ahí y apoyar a su jefe, el cual seguramente estaría nervioso, pero no tentaría su suerte a que ni la arpía de Wanda o Sharon quisieran gritarle nada.

Se preparó para irse cuando el sonido de las notificaciones de WhatsApp llamó su atención. Era un mensaje de su jefe.

Steve Rogers: por favor, dime que sigues en la empresa. ¿Puedes bajar al área de la pasarela? Necesito unos datos.

Tony sonrió, al parecer si podría cumplir su deseo.

 

 


 

 

Cuando las personas comenzaron a llegar, incluyendo invitados especiales, compradores potenciales, importantes importadores, sus padres y la prensa, Steve Rogers puso su mejor sonrisa e hizo su mejor papel de presidente. Los presentes parecían estar esperando muchas cosas de la colección, evidenciando el buen trabajo que había hecho Pepper con la promoción, aunque muchos ya se imaginaban que sería algo bueno siendo que Loki tenía su fama propia.

Aunque el plan inicial era mantener a Loki alejado de las ropas hasta que los modelos se vistieran, fue imposible debido a que tanto Bucky como Steve debían estar entre los invitados que iban llegando. Incluso la misma Potts estaba atorada entre los invitados que saludaban y pedían detalles o cumplían con el simple protocolo de etiqueta.

Y ese fue el primer detonante para que todo se fuera a la mismísima mierda.

Loki había estado saludando a los invitados, ya que en verdad la mayoría de ellos eran caras conocidas para él, pero como siempre era su costumbre, fue detrás del escenario para supervisar como iba el maquillaje y vestuario de sus modelos. De aquello casi siempre se encargaba Thor, quien dirigía a la perfección a los maquillistas y a los modelos, pero no estaba demás dar su visto bueno y de paso ver un segundo al rubio —por qué, y que lo perdonara quien lo escuchara, a veces sentía demasiadas ganas de verlo—. Sharon y Wanda, que lo vieron caminar, se acercaron a él para acompañarlo ya que la rubia también estaba ansiosa, y quería asegurarse de que todo estuviera bien incluso detrás del escenario.

La sorpresa de Loki fue inmensa cuando se dio cuenta que aunque la mayoría ya estaban con el maquillaje o peinado hecho, ninguno estaba vestido. Thor veía las ropas que usarían sus modelos con cara extraña mientras las tocaba.

Loki se acercó furioso al rubio, exigiendo saber por que ninguno de sus modelos estaba preparado.

—Esta mañana vinieron a buscar las ropas por orden de presidencia, para llevarlas a producción y compararlas con las que hacen ellos. —Le explicó Thor, contrariado—.Volvieron a traerlas hace poco y…

— ¿Y qué? —demandó, sintiendo su sangre hervir con anticipación de alguna cosa que el presidente de la empresa hiciera en sus ropas.

—La tela es diferente.

Loki acercó su mano a uno de los vestidos, e inmediatamente frunció el ceño. Tocó una camisa, igual. Una falda, lo mismo.

— ¡¿Pero que es esta mierda?! —gritó, alertando de inmediato a Wanda y Sharon—. Esto no es ni setenta por ciento algodón. ¡Estas no son mis telas, esto es una lija, esto es una sierra! ¿Qué ha pasado aquí? Esto es una porquería, esto no son mis botones. Esta no es mi ropa.

Sharon se acercó a ver qué pasaba, pero por la furia que embargaba a Laufeyson fue Thor quien tuvo que explicarle la situación.

E inmediatamente supo que las cosas estaban mal.

—Busca a Steve—le dijo Sharon a Wanda rápidamente. Quien debía remediar aquel lio tenía que ser quien lo había provocado —. Yo intentaré controlar a Loki para que no grite, porque seguro lo escucharan allá afuera.

Wanda salió con gracia y calma para que nadie se enterara que detrás del escenario se estaba armando la tercera guerra mundial. Encontró a Steve hablando con sus padres y al niño feo a un lado suyo. También estaba Bucky. Por un momento lo miró, pues no había tenido tiempo de discutir algo con el vicepresidente, pero desechó ese pensamiento sabiendo que tenía cosas más urgentes por el momento. Fue una odisea convencer a Steve de ir a la parte trasera sin darle detalles frente a Thanos o Nébula, y no entendió por qué el presidente tomó del brazo a Tony y lo arrastró con él.

Tan pronto Rogers cruzó la puerta, Loki explotó.

—¡Dime que mierda hiciste con mis telas! ¿Dónde están mis diseños?

Steve hizo una mueca, Loki le estaba gritando frente a los modelos, su novia, Wanda y los dos asistentes. Pero sería una pérdida de tiempo pedirle que se calmara y hablaran en un lugar más privado.

—Las cambiamos, tengo el derecho, soy el presidente. —Respondió plantándose firme.

Quizás fue la forma en que lo dijo, o la actitud con las que esas palabras salieron de sus labios, pero vio como inmediatamente al decir aquello, la furia de Laufeyson aumentó.

— ¿Acaso crees que puedes hacer eso y quedarte tan tranquilo? No eres el rey del mundo maldita sea, ¡no eres nadie sin mis diseños! Si no me devuelves mis malditas telas, aquí no habrá desfile.

Steve entrecerró los ojos, nadie amenazaría su desfile.

—Tú eres el diseñador Loki, y ya has cumplido tu función. No tienes derecho a exigirme nada.

Thor intentaba tranquilizar a su jefe, quien parecía querer tirarse encima de Rogers y romperle la cara a golpes, pero de nada servía. Tony sabía que no podía acercarse a Steve, y menos frente a Sharon, pero la pelirroja estaba apoyando a Loki pidiéndole a su prometido que devolviera las telas en las que se habían hecho los modelos.

— ¡Es mi imagen, imbécil! —reclamaba Loki, Steve solo rezaba para que la música que había fuera lo suficientemente fuerte para evitar que se escuchara el escandalo —. Yo soy un diseñador de alta gama. No voy a dejar que mis diseños ¡mis diseños! Se vean expuestos en esos trapos.

Thor hacia su mejor esfuerzo por retener a Loki, era mucho más fuerte que el genio creativo, pero no quería ejercer demasiada presión en su agarre y Loki no dejaba de moverse.

— Steve, Loki tiene razón. Esas telas son pésimas. —Replicó Sharon.

—No me importa—finalizó, manteniéndose firme—. Ya hicimos la producción con esas telas, no se puede desfilar con otras distintas, eso sería engañar a la gente. Se van a desfilar con esas prendas porque lo digo yo, y punto.

Loki, tan lleno de frustración como estaba, y sintiendo unas ganas horribles de ahorcar a Steve, hizo algo que contradecía todas sus creencias de elegancia y clase alta. De alguna forma se libró del agarre de Thor, se acercó a Rogers y contrario a lo que todos pensaban que haría, le escupió en la cara.

Luego dio media vuelta, y salió por la puerta trasera.

 


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