Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Buscando la belleza por OldBear

[Reviews - 18]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 

Aparcó el auto en el estacionamiento del edificio donde vivía Sharon. El portero nocturno le saludó con un asentimiento de cabeza y lo dejó pasar al ascensor. Steve suspiró mientras presionaba el botón del sexto piso y esperó que las puertas se cerraran. Llevaba tanto el saco como la corbata en las manos ya que no había tenido ganas de volvérselas a poner después de la charla que tuvo con su amigo. Como se imaginó, Sharon estaba despierta esperándolo en el dormitorio leyendo un libro.

— ¿Te divertiste?

—Bastante, Bucky y yo horneamos unas galletas. No te traje porque siempre estas a dieta.

Sharon cerró el libro con fuerza, gruñendo ligeramente.

Se levantó de la cama y caminó hacia Steve, enseñándole la lencería que traía puesta. Ella lo besó, Steve correspondió sin dudar y se dejó arrastrar hasta la cama, quitándose la ropa en el proceso.

Para ella no importaba que tanto tuviera que pelear en el día o a cuantas putas tuviera que espantar, Steve era de su propiedad y siempre regresaba en las noches para hacerle el amor.

Así que suponía que al final del día, ella era la ganadora.

 

 


 

 

Era pasada la media noche cuando Sam se frotó los ojos con cansancio al ver aquella nota de voz como mensaje no leído. La presionó para escucharla, aunque sabía muy bien lo que probablemente diría.

Sam ¿Qué es lo que pretendes? ¿Por qué no contestas mis malditas llamadas? ¿Acaso no te importo? ¿No soy nadie para ti ya? No puedo creer eso, sé que me amas como yo te amo a ti. Vamos bebé por favor déjame verte. Tú prima me tiene harto diciéndome que ya no me quieres, pero sé que eso no es verdad. Ella dijo que tienes a otro, pero yo sé que yo soy el único en tu vida. Dime que no tienes otro bebé.

Braddock se había vuelto demasiado insistente, dejándole regalos en la puerta y varios mensajes que Sam nunca contestaba.

Inspiró con lentitud, sabiendo que le tocaría hablar frente a frente con él para terminar con aquello, aunque era algo que realmente no quería.

Se giró en la cama cuando recibió otro mensaje, uno que le alegró la noche después del mensaje de Braddock.

Era un mensaje de Bucky que decía No tengo sueño, y venía acompañado de una foto bastante sugestiva. Sam sonrió dándole al botón de video llamada, de repente él tampoco tenía sueño.

 

 


 

 

Eran las doce y media de la madrugada cuando Gamora se levantó de la cama enojada, lanzándole una almohada a Peter Quill en la cabeza.

— ¡¿Por qué tienes que ser tan desconfiado?! —gritó Gamora desde el otro lado de la cama. — ¡¿Por qué no puedes confiar en mí?! ¿Es que acaso estos años de relación para ti no significan nada? ¿Crees que soy una puta que se irá con la primera cara bonita que vea?

—No dije eso—respondió Quill con la cabeza baja, jugando con la almohada entre sus manos. —Yo no me refería a eso.

Estaba sentado en la cama como un niño al que acaban de regañar. Y tal vez era eso, un niño inmaduro.

— ¡Sí lo dijiste! ¡Si lo dijiste! —gritaba ella con rabia, cansada de aquella situación. —Me tienes harta con tu desconfianza Peter, ¡me tienes harta! Yo no puedo hacer nada, yo no puedo decir nada que tú creas que te estoy atacando o que es una indirecta. ¡Y no Quill, no es así!

—Es que yo se….

— ¡No! ¡No sabes nada! —Explotó, interrumpiéndole— Yo te amo Quill, así como eres. No me importó tu maldito físico cuando me metí contigo ni me importa ahora. No tienes el cuerpo de un modelo y no tienes el cuerpo de mi ex pero eso a mí no me importa. ¡Te lo he dicho mil veces!

Gamora se calló, apretando los labios y los puños para mantener la calma.

Peter se quedó en silencio. Era extraño, nunca en su vida le importó verdaderamente su físico. Si bien hacia el suficiente ejercicio y se moderaba para no morir por una arteria obstruida, debía admitir que estaba pasado de peso. Quizás estaba a un sándwich de reventar, como le dijo un amigo una vez, pero jamás le importó realmente como para acomplejarse. Porque, siendo sincero, la comida le gustaba más que estar en forma.

Pero aquello no le importó hasta que Gamora llegó a su vida. Siempre había sentido que ella era mucho para él: demasiado bonita e inteligente, además de graciosa e interesante. Y si bien se sorprendió cuando ella aceptó salir con él, Peter siguió creyendo que ella era demasiado buena; y fue algo que las amistades de ella —y su exnovio— se encargaban de restregarle en la cara. Si bien Gamora había puesto en su lugar a esas “amistades”, Peter siempre pensó que tenían un punto de razón.

Y siempre le quedaba la duda. La duda de que algún día ella lo dejaría por alguien mejor o la duda de que ella no lo amaba tanto como decía. Y el problema es que una relación no resiste tantas dudas, y si bien era algo que Peter sabia, no podía evitarlo y terminaba sacando el tema a colación.

Gamora vio el reloj, dándose cuenta que era demasiado tarde para irse a su propio departamento, pero no tenía ganas de seguir peleando con su novio. Lo quería, sí, pero nadie podía aguantar tantas dudas cuando nunca había hecho nada para que esas dudas existieran.

Quill sintió la incomodidad de su novia y se puso de pie, sujetando su almohada.

—Dormiré en la sala. —Dijo con voz baja, saliendo de la habitación.

Gamora lo vio salir y se sentó en la cama, dudando de si dormiría algo aquella noche.

 

 


 

 

Loki tenía algo de lo cual quejarse y es que, el ser tan dedicado como él lo era a sus diseños tenía sus desventajas, pues en todo ese tiempo en el que terminaba la colección realmente su mente no pudo enfocarse del todo en el tema de Thor, hasta ese momento.

Después del lanzamiento, el cual fue todo un éxito gracias a sus —modestia aparte — diseños, se había ido con uno de sus modelos para celebrar a un bar bastante elegante. Era un modelo que solo había sido contratado para aquel desfile, tenía quizás unos 22 años, pero era sumamente esbelto y hermoso en todos los sentidos, con unos ojos color verdes claros y una piel perfecta. El modelo se encontraba besándole el cuello y susurrándole cosas que Loki no llegaba a entender del todo, porque realmente no le estaba prestando atención, ni siquiera recordaba el nombre del pobre chico. Su mente solo estaba puesta en las palabras de Thor dichas por Tony: “inmaduro” y “No sabe amar”.

¿En verdad Odinson pensaba que él era inmaduro? A Loki le parecía que era al revés, que era Thor el inmaduro al no poder superar a una persona que le había abandonado tantos años atrás sin ninguna explicación y que no disfrutaba de la vida como se debía; para Loki eso era lo inmaduro.

O eso quería creer, porque no se convencía del todo ni dejaba de pensar en aquello.

Entre la rabia y el desasosiego que aquel mar de pensamientos le provocaba se levantó de repente, sabiendo que no podría estar tranquilo hasta que el responsable de sus problemas hablara.

—Me voy—le dijo al chico lanzando unos billetes en la mesa para pagar la cuenta.

Salió del lugar de forma rápida y se subió a su auto acelerando tanto como pudo. Tan tarde como era no había mucho tránsito y eso le facilitaba las cosas. Llegó a su destino en un parpadeo y, sin importarle que faltaban unos quince minutos para que el reloj marcara la una de la mañana, tocó la puerta repetidas veces con furia y con toda la fuerza que pudo concentrar. Nadie respondió. Algo lógico si Odinson estaba durmiendo. Pero aquello poco le importó y volvió a tocar más veces.

Logró ver la luz del segundo piso encenderse —donde supuso estaba la habitación del rubio—, y un segundo después la puerta principal se abrió dejando ver a Thor.

Odinson estaba sin la parte superior del pijama, solo usando los pantalones holgados y unas pantuflas rosadas.

Loki se frustró aún más de lo que ya estaba. No entendía cómo podía afectarle lo que pensara de él alguien como Thor. Era obvio que le atraía, pero no entendía cómo demonios ocurrió aquello. Thor era tan malditamente diferente a los hombres con los que estaba. Si bien Thor podía considerarse apuesto no era ni hermoso ni delicado ni era esbelto. Era más viejo que los chicos con los que salía. Siempre llevaba el cabello despeinado —cosa que Loki detestaba—; tenía una cicatriz en un ojo, lo que le quitaba la perfección a su rostro —y Loki siempre buscaba la perfección —, además de que era muy grande, contrario a la elegancia y esbeltez que Loki buscaba en los hombres con los que se acostaba.

¿Cómo mierdas me gusta alguien como él? Se preguntó con rabia, viendo la cara de confusión de su asistente al verlo parado en su puerta.

—Loki, ¿Qué haces aquí?

Sin contestar Loki lo empujó ligeramente para entrar en la casa, y se puso a buscar algo entre los muebles y el desorden de la sala. Thor no podía decir que era el rey del orden, pues en su sala había muchas cosas desperdigadas, principalmente cosas que su jefe dejaba cuando iba a trabajar a su casa.

—Dejé unas muestras de tela aquí la última vez que vine. —respondió Loki sin más, rebuscando sin buscar realmente entre las cosas que había dejado.

— ¿Unas muestras de tela? —preguntó sin poder creerlo.

De ser cierto aquello, el genio creativo solo necesitaba enviarle un mensaje—como había hecho otras veces— y Thor le llevaría lo que necesitara al día siguiente. No entendía la necesidad de irlas a buscar a la una de la mañana.

—Si Odinson, son unas muestras de tela de lino y seda en unos colores especiales. — Decía, aunque ya se notaba que en vez de buscar solo revolvía las cosas que encontraba—. Las necesito.

Thor se rindió y decidió que no podía pensar demasiado en las cosas que hacia su jefe. De todas formas no podía negar que aquella inesperada visita le había hecho bastante bien. No estaba teniendo un buen momento viendo unas fotos de él y Jane en la oscuridad de su habitación, y ahora que no se encontraba solo le daba vergüenza lo que estuvo a punto de hacer por la increíble tristeza que lo inundó.

Sonrió pacientemente y se dispuso a ayudar a Loki a buscar esas muestras de tela, pero entonces el genio creativo se giró hacia él y lo encaró, serio.

— ¿Soy inmaduro?

— ¿Que?

— ¿Qué si me consideras una persona inmadura? —repitió más alto y con expresión indignada.

Thor no entendía con exactitud lo que estaba sucediendo ni por qué Loki preguntaba eso de la nada. Pero Laufeyson lo veía expectante, y parecía que no se movería hasta que le contestara.

—Yo no diría que eres inmaduro solo…

— ¿Que? —preguntó ante la indecisión de Thor.

— ¿Te pasó algo?

Loki lo miró con rabia mal contenida, sin saber realmente si quería escuchar la verdad que podría decirle Thor. Así que decidió cambiar de tema.

— Prepárame un té. —Resopló sentándose en el mueble. — El lanzamiento de la colección de hoy me dejó agotado.

Thor se le quedó mirando, teniendo aún más fuerte la idea de que su jefe era bipolar. Pero se quedó estático ante aquella petición.

— ¿Prepárame un té…?

Loki giró el rostro, sabiendo lo que su asistente quería que dijera. Gruñó por lo bajo y se cruzó de brazos antes de decir:

— Prepárame un té, por favor. — Forzó una sonrisa sarcástica y agregó —: ¿está mejor?

—Mucho mejor—respondió el rubio con una tierna sonrisa que hizo que Loki se incomodara. — ¿Quieres algo de comer?

Laufeyson no contestó, pero Thor sabía que sí quería algo para comer. Entrando en la cocina pensó que no le importaban los cambios de humor de su jefe, a decir verdad se le hacían divertidos y, ¿Por qué no decirlo? le resultaban un chaleco salvavidas en muchas ocasiones.

Puso la tetera mientras pensaba en lo que habría pasado de Loki no haber ido esa noche, y pensó que debería volver a agendar una cita con su doctor.

Aun no estaba listo para dejar la terapia.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).