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Identidad. Post Cherik. Xavierine por midhiel

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Identidad

 

Regalo de cumpleaños para mi amiga KiKaLoBe.

 

Cuatro

 

 

“Una década atrás”

 

“Aquella madrugada fatal, los cuatro abordaron el jet. Selene y Pyro habían llegado por sus propios medios pero Charles y Hank habían quedado tan aturdidos con la noticia que ni se molestaron en indagar cómo se habían transportado desde Genosha hasta allí. Mientras que McCoy se ubicaba en la cabina, el resto se sentó en los asientos de dos hileras enfrentados. Pyro y Selene lo hicieron juntos a la derecha mientras que Xavier quedó de frente a la telépata a la izquierda. Ya en pleno vuelo, ella comenzó:”

 

“-Secuestraron a Magneto hace una semana – Charles pasó saliva pero mantuvo la mirada fija en ella -. Fueron disidentes de la Hermandad, mutantes traidores sin importancia. Ya acabamos con todos – se jactó con soberbia. Luego hizo silencio y suspiró -. Lamentablemente tardé mucho en encontrarlo, aun con mi poder, me fue difícil dar con su paradero pero en cuanto lo conseguí.   .   .”

 

“-¿Por qué no acudiste a mí? – reprochó Xavier con furia contenida -. Podía haberte ayudado.”

 

“-¿Cómo exactamente? – desafió la mutante con arrogancia -. Eres tan psíquico como yo y Magneto estaba a kilómetros de distancia, fuera de nuestro alcance.”

 

“Charles calló porque la respuesta hubiera develado la existencia de Cerebro y de esa Hermandad, solo Erik conocía la máquina. Sin embargo, de saber que corría peligro, se hubiese conectado sin dudar. Con Cerebro él tenía a su alcance la mente de todo el mundo. Sacudió la cabeza y bajó la mirada. Se sentía furioso, con una mezcla de impotencia y angustia.”

 

“Selene no podía leerlo porque el psíquico sabía cómo proteger su mente. Intuía que Charles tenía algún poder o medio especial para haber incrementado el radio de búsqueda pero ya era tarde para arrepentirse. Al menos podía presumir de que aun sin su ayuda, igual habían rescatado a Magneto.”

 

“-Hubo una balacera cuando huíamos y él recibió una herida en el hombro sin orificio de salida – siguió explicando. Charles ya lo sabía de cuando la leyó pero la dejó continuar -. Nuestros recursos son precarios por eso necesitamos la ayuda de un cirujano para que le extraiga la bala antes de que se le infecte. Pensé en McCoy, por eso vinimos a pedirle ayuda.”

 

“-¿De cuánto tiempo está? – demandó Charles con la voz trémula porque no había podido extraerle esa información.”

 

“Pyro estaba distraído, fabricando y deshaciendo pequeñas fogatas en la palma de la mano. Deshizo la última antes de responderle.”

 

“-De unos ocho más o menos cuando los secuestraron. Nunca quiso decirnos de cuánto estaba aunque estamos seguros de que lo sabía – miró a Selene -. ¿Cuánto tiempo llevaba cuando nos reunió a todos para darnos la noticia?”

 

“-Tres meses supongo – replicó ella y miró al telépata intensamente -. Apenas se le notaba.”

 

“-¿Nunca lo leíste? – se mofó Charles porque sabía que Erik solía impedirle que entrara en su mente y conociéndolo, estaba convencido de que debía haberse puesto el casco cada vez que Selene se acercaba -. Entonces – hizo cuentas -, está cerca de la fecha.”

 

“Pyro y Selene asintieron serios.”

 

“Con la puerta de la cabina abierta adrede, Hank estaba escuchando la conversación. Se mordió el labio inferior. Con su maestría en medicina, entre otras tantas, había atendido a muchos mutantes heridos pero jamás a uno a punto de parir. ¿Acaso era eso lo que estaban insinuando? No le tenía aprecio a Erik pero lo respetaba y sabía lo importante que era para Charles. Además, con su alta moral, no podía dejar morir ni a su peor enemigo.”

 

“En apenas un par de horas con la velocidad supersónica del motor, divisaron la isla en medio del océano cuando amanecía sobre Genosha.”

 

……………….

 

“Charles bajó del jet por la rampa. Hank con el maletín que había traído desde Westchester. Los mutantes habían diseñado una pista de aterrizaje en el corazón de la selva. Algunos acólitos se les acercaron, bajaron un sonógrafo que también habían transportado desde la mansión, y los acompañaron junto con Selene y Pyro hacia la casilla apartada del centro de la comunidad, adonde habían llevado a Erik para que estuviera tranquilo. La Hermandad era autónoma y vivía con lo básico así que carecía de recursos para atender heridos graves, por eso habían hecho lo que estaba a su alcance con su líder y habían salido a buscar ayuda.”

 

“Al principio, Charles quiso leer las mentes de los acólitos para sacar más información pero la preocupación que los invadía fue demasiada y tuvo que desistir. Llegaron a la entrada del compartimento, que consistía en una cortina oscura y gruesa. Pyro la corrió para que ingresaran. Magneto estaba en la siguiente habitación. Selene y los demás mutantes permanecieron en la primera. Charles entró seguido de Hank.”

 

“Erik estaba dormitando anestesiado boca arriba en un delgado camastro y movió ligeramente la cabeza sobre la almohada al oír en sueños el movimiento. El vientre abultado que subía y bajaba por la respiración, revelaba lo avanzado del embarazo. Tenía el torso desnudo, con la herida en el hombro izquierdo, lavada y cubierta con paños, que le cambiaban frecuentemente. Estaba cubierto hasta debajo del pecho con una sábana y una manta livianas.”

 

“Charles se ubicó en la cabecera, mientras que Hank se acercaba a una mesita para abrir su maletín y sacar sus elementos, los fue esterilizando uno por uno. El telépata estaba tan conmovido que no sabía cómo reaccionar y apretó la mano de su amante. Erik abrió los ojos bajo su tacto. Se miraron y sonrieron levemente.”

 

“-Hola, viejo amigo – lo saludó Charles con la voz trémula. Le acarició los dedos y se pasó la otra mano por los ojos para secárselos. No era momento para recriminarle pero no podía evitarlo -. ¿Por qué no me dijiste nada?”

 

“-Porque espera a que me buscaras tú – fue el reproche de Magneto. Tenía la voz pastosa por la anestesia y estaba cansado y con fiebre así que cerró los ojos.”

 

“Charles bajó la cabeza con culpa y bronca. Culpa por no haberlo rastreado antes y bronca porque la responsabilidad les cabía a los dos, especialmente a Erik que sabía que esperaba un hijo suyo y había tenido el deber de avisárselo.”

 

“-Yo ignoraba esto, Erik – quiso justificarse.”

 

“Pero su amante no lo oyó porque volvió a caer en un letargo febril. Empezó a gemir y a sudar. Hank se acercó rápidamente y comprobó que era la infección de la herida.”

 

“-Tengo que operarlo ahora – le explicó el científico a su amigo -. Retírate a la otra habitación.”

 

“Charles deseaba que le dijera que todo saldría bien pero Hank no era de prometer algo si no estaba seguro, y esto lo angustió. Sin embargo, no tenía otra salida más que obedecerlo.”

 

…………………..

 

Todo este recuerdo de Charles repercutió en la mente de Logan mientras lo consolaba. El lobo era fuerte y resistió la presión emocional del telépata. Ahora entendía una parte de su trauma. Él no tenía recuerdos y se preguntó si tal vez eran tan o más dolorosos que este.

 

Charles dejó fluir lo que sentía. Ahora necesitaba desahogarse y contar.

 

-Erik estaba al borde de una septicemia – sollozó -. Hank le extrajo la bala y le lavó la herida pero su sangre ya estaba contaminada. Me dijo que los antibióticos no resultarían, que había que internarlo, o, al menos, traerlo a Westchester donde podría atenderlo en el laboratorio. Decidí que lo trajéramos. Sus acólitos no se opusieron y de hacerlo, lo mismo lo hubiera traído. Antes de que viajáramos usó el sonógrafo y me mostró que esperaba un niño. Ni Erik sabía que tendría un hijo, no se había hecho pruebas y yo solo sentía emociones encontradas.

 

Logan solo lo seguía abrazando. Después de expresarse, el dolor de Charles se fue atenuando, y aunque persistió, ya se hizo tolerable para su amigo. La luz matinal comenzó a filtrarse por los vidrios de la ventana. El lobo parpadeó. El telépata mantenía los ojos cerrados. No tardaron en oír los pasos de los primeros que se levantaban. Charles recién abrió los párpados y volteó hacia la ventana pero no se liberó del abrazo.

 

-Lo siento – musitó -. Creo que fue demasiada información.

 

Logan no dijo nada.

 

Con un bostezo, Xavier se apartó de él. Se limpió el rostro con las manos y trató de secarse las lágrimas.

 

-Comienza una nueva jornada, Logan – la voz ya no le salía tan temblorosa -. Gracias – y movió la silla para marcharse a su dormitorio.

 

Howlett no quiso detenerlo. En realidad, no sabía qué decirle. Lo observó retirarse y él decidió hacer lo mismo por la otra puerta.

 

…………………

 

 Charles quedó agotado y durmió toda la mañana. Al mediodía, almorzó en sus aposentos con su hijo. Seguía cabizbajo después de haber recordado tanto pero trataba de sonreír para no preocupar al niño. David se estaba volviendo más sensible y su padre intuyó que podría percibir su tristeza así que bloqueó su mente para que el pequeño no pudiera sentirlo.

 

La táctica resultó porque el niño estaba comiendo las pastas con salsa con completa inocencia.

 

-Falta poco para mi cumpleaños – soltó y bebió un poco de jugo -. ¿Cómo lo vamos a festejar?

 

-¿Cómo te gustaría hacerlo?

 

-Globos, pastel, regalos, muchos juegos – enumeró. Hizo el plato a un lado con una mirada reflexiva -. ¿Te gustaría que invitara a Logan, papá? Le hará bien divertirse.

 

Charles rio, sorprendido.

 

-¡Por supuesto, David! Está viviendo en esta casa.

 

El niño siguió comiendo y añadió.

 

-Logan se siente mucho mejor, papá. Lo siento aquí – se señaló el pecho -. Piensa en ti a menudo porque lo ayudas.

 

Charles quedó descolocado.

 

-¿Cómo sabes que piensa en mí? – no pudo evitar el temblor en la voz -. ¿Sientes su mente?

 

-Sí, trato de evitarlo pero, a veces, siento lo que piensas los demás – admitió el niño con franqueza -. ¿Tú no?

 

-Aprendí a bloquear mi mente – explicó su padre y cruzó las manos para ponerle atención -. Algo que quiero enseñarte más adelante. Así no vas a aturdirte con los pensamientos y emociones de la gente.

 

David asintió y bebió otro sorbo de jugo.

 

-Por eso no sentiste cuánto piensa en ti – volvió a señalar.

 

Ya Charles se sintió incómodo. Primero porque el saber que Logan pensaba en él lo aturdía y segundo porque no necesitaba de la telepatía para entender que su hijo quería comunicarle algo más.

 

-¿Qué tratas de decirme, David? – lo invitó.

 

El niño bajó la cabeza para encontrar las palabras exactas a la sensación que el lobo le había transmitido.

 

-Me parece que le gustas, papá – confesó con sinceridad -. Está como – buscó el término -.  .  . fascinado contigo.

 

Charles rio, mitad por la inocencia de su hijo y otro tanto porque le agradaba saber que Logan se sentía atraído. ¿Por qué?

 

-¡Papá! – se asombró el pequeño -. ¡Nunca te reíste así! Digo, tan feliz.

 

El telépata rio más. Realmente se sentía feliz. Acarició la mejilla de su hijo y le sonrió.

 

-¿En qué estás pensando? – preguntó David.

 

Charles observó la expresión inocente del niño y recordó cuánto lo amaba. También recordó a Erik y se puso serio. ¿Desde cuándo reía tontamente porque un mutante que no hubiera sido Magneto se sentía atraído por él?

 

David lo seguía estudiando atentamente.

 

-Ahora tienes cara de confundido, papá.

 

El telápata se dio cuenta que de seguir así terminaría por asustarlo y miró la fuente de fideos.

 

-¿Qué dijiste que había de postre, Dave?

 

David no había comentado de ningún postre, pero notó que era la técnica que su padre solía emplear para cambiar de tema.

 

-¿Helado podría ser?

 

-¿Quieres helado?

 

-No sé si haya.

 

Charles maniobró la silla hacia la cocina, que se encontraba en la habitación siguiente.

 

-Siempre tengo algo de helado en el refrigerador para ti – sonrió con cariño -. ¿Qué me dices si te trepas a mi regazo y vamos juntos a elegir los gustos?

 

El niño aceptó con entusiasmo. Se ubicó en sus rodillas y juntos enfilaron hacia la nevera donde efectivamente Charles almacenaba varios potes de gustos diferentes, todos los favoritos de su hijo.

 

………………

 

Esa noche Logan no esperó a que fuera de madrugada para golpear a los aposentos privados y se encontró con la grata sorpresa de que su amigo lo estaba esperando con whisky y algunos bocadillos de carne. El lobo no sabía cómo lo encontraría después de la crisis de la noche anterior pero Charles se veía tranquilo. Bebieron, comieron y comentaron cosas banales de la jornada: Logan le habló de la secuencia de acción que Hank les había preparado con el simulador y cómo habían trabajado en equipo. En realidad, él estaba aprendiendo a trabajar en grupo y observó que cada vez se sentía más cómodo. Jean lo había ayudado y Scott no había visto con buenos ojos esa cooperación.

 

Charles no supo por qué pero ese comentario de su pupila favorita ayudándolo y provocando celos en su novio no le cayó bien. Sabía que a Jean le gustaba salirse con la suya y cuando Scott recelaba tenía motivos. Se sintió un tanto estúpido porque, ¿podía sentir celos de ella? No era más un joven enamoradizo. Ya no pudo refrenar las ganas y tuvo que hacerlo y, contra lo que pregonaba de la intimidad mental de las personas, se metió en la cabeza de Logan. Vio que ejercía fascinación sobre él, también paz porque Howlett se sentía a gusto con su presencia y esperanza porque esperaba que el telépata pudiera ayudarlo a recuperar la memoria. Algunas de estas emociones afloraban en la mente y otras estaban en el inconsciente. Logan no se daba cuenta de ellas, simplemente las sentía.

 

Charles salió de su cabeza. Sin darse cuenta comenzó a sudar. Recordó a Erik, cuánto lo había amado, cuánto lo había sufrido y lo que significaba para él. Recién un par de semanas atrás había vuelto a nombrarlo, la noche anterior había rememorado un poco de su tragedia y ahora estaba entusiasmado por lo que provocaba en Logan. Se preguntó si no estaría empleando un mecanismo de defensa: pensar en Howlett para no pensar en Erik con dolor.

 

-¿Qué es esto? – preguntó el lobo y alzó una lista escrita con letra infantil, que había quedado sobre la mesa junto a ellos.

 

Charles volvió a la realidad y reparó en que era la lista del festejo del cumpleaños que David había redactado después del helado para que su padre la leyera. Sintió culpa por haberse olvidado de hacerlo.

 

Wolverine soltó una carcajada.

 

-¿Quién puso primero “invitar a Logan”?

 

-David para no olvidarse – respondió el telépata -. Quiere que te diviertas porque te hará bien.

 

-¡Qué buen mocoso!

 

-Lo es – replicó Charles con orgullo.

 

Logan hizo la lista a un lado.

 

-Cumplirá diez años, según me comentaste – no lo quiso decir pero si David cumpliría diez, significaba que hacía una década que Charles había perdido a Erik.

 

El psíquico tenía la mente desbloqueada y lo sintió. Bebió compulsivamente su whisky y alejó la silla hacia la vitrina donde estaba la medalla del bisabuelo de Magneto. La observó con los ojos vidriosos. No quería recordar porque sabía que no podría contenerse y cualquier recuerdo de la tragedia, lo compartiría con Logan. Pero la necesidad era inevitable.

 

Howlett notó lo que pasaba porque el pecho le empezó a pesar como en la noche anterior y corrió a abrazarlo. No le importaba sufrir esos recuerdos y solo quería consolar a Charles. El telápata se contuvo bajo su abrazo. Era consolador y le permitió refrenar las imágenes que se acercaban. No tenía fuerzas para recordar esa noche, ni para pensar si no estaba traicionando la memoria de Erik. Apretó los hombros de Logan con tanta fuerza que casi los arañó. El lobo no se movió.

 

Charles alzó la mirada hacia él. Luchaba por no pensar más en la pérdida de Magneto. Se encontró con los ojos color olivo de su amigo. Pensó en cuánto lo había ayudado el Logan del futuro cuando perdió la esperanza. Ahora también lo estaba ayudando. Sin saber por qué, llevó los labios hacia su boca y lo besó. Aun sin memoria, Wolverine había besado en el bar, había tenido sexo, y ese instinto animal de su mutación emergió, haciendo que le devorara la boca. A Charles le encantó y soltó un gruñido, sin separarse. El lobo lo apretó contra sí. Fue un beso intenso.

 

Por un instante, el recuerdo que el telápata tenía de Magneto pasó a un segundo plano. Cuando se separaron, Logan lo miraba entre extrañado y extasiado a la vez. Charles sabía besar, no era tímido ni mojigato. Tampoco le había parecido antes que lo fuera. Se sonrieron. Estaban relajados. Logan recién reparó que en todo ese tiempo no había soltado el papel con la lista y en la intensidad del beso, lo había estrujado.

 

-Lo siento – murmuró desde el corazón. Pensó en el trabajo que David se había tomado -. Guárdalo y si en algo puedo ayudar además de asistir, házmelo saber.

 

-¿Me ayudarás a preparar un fiesta infantil? – bromeó y se asombró Charles.

 

-Tu hijo me cae bien y no olvido lo que me ayudó cuando desperté por aquí la primera vez. Ahora me retiraré – cortó abruptamente y se puso de pie. Se metió las manos en los bolsillos para apaciguar su instinto -. Hasta mañana, Charles.

 

-Hasta mañana – lo despidió el telépata con suavidad. Él también estaba conteniendo su impulso en la entrepierna.

 

Logan se marchó. Charles abrió el papel arrugado. Estaba mojado por el sudor del lobo al abrazarlo y besarlo. Sonrió y se sintió un joven enamorado otra vez. Era una sensación placentera. Con el papel en la mano, enfiló la silla hacia su dormitorio.

 

Howlett regresó al suyo también con una sonrisa tonta.

 

………………………..

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


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