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Mer Adal por Avela

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Notas del capitulo:

Holo! Traigo un nuevo cap para uds :3

Recuerden que lo pueden seguir en 

https://www.wattpad.com/story/215253531-meradal

también ;) 

 

La historia de Gidian y Daw continúa 

 

 

-----*-----

05.

 

A medida que iba creciendo me percate que a la gente le costaba cada vez más aguantarme la mirada. Sobre todo, las personas mayores a mí.

. Me disculpo por haber ocupado mi anillo en tu contra.

Esos tonos de voz los reconocía de inmediato, poco sinceros, con cosas dichas entre pausas. La Sra. Bennett dudo que se sintiera genuinamente arrepentida, más le dolía tener que pedirme perdón en vez de castigarme por haber hecho semejante tortura a un compañero.

A los días cuando regresé a Henriett Azor, Daw seguía inconsciente en la enfermería. Mi ansiedad más profunda era por querer verlo, saber si se recuperaría o si había destruido su vida para siempre, pero como siempre no pregunté nada, ni tampoco hice tal por ir a verlo o saber algo de él.

Cuando recordaba el sentimiento de culpa de aquel día perdía todo interés hacia él. En parte porque en mi inexpresiva forma de ser, nunca había experimentado tantas cosas como ese día, y sentir tanto me tenía confundido sobre si me gustaba o no. En el fondo me costaba cederle esfuerzo y tiempo de mi cerebro a Daw, a su estado y a las cosas que me hizo sentir.

¿Era preferible sentir culpa a concentrarme en las conexiones?

Lo cierto es que me descubría de pronto reviviendo cada segundo de ese día, desde que entré a su guarida, hasta que me vi con el brazo colgando.

Analizaba lo sucedido, algún indicio, algo que explicara como pude decir un nombre a mano desnuda. Y luego estaba eso de cuando puse a Edith contra la pared, de cuando los calle a los dos. Ahí tampoco tenía anillo.

Con cada pensamiento, con cada idea a cerca de mi condición entraba una especie de espina a mi estómago. No debí haberle contado a Viradecta. Qué tal si era diferente. Qué pasaba si era mutante o deforme y por alguna razón lograba conexiones sin tener anillo. Era su deber como miembro de la comunidad Adalica al menos reportar esta anormalidad.

Qué tal si se decidían que lo mejor era matarme.

Nuestra comunidad era tan frágil cuando se trataba de decidir quien tenía el poder, por eso nadie se atrevía a mirarme, por eso al volver de mi hogar a penas y tuve un castigo en Henriett Azor, porque gente como nosotros solo estaba en esa paz transitoria en la que a todo el mundo le convenía vivir, por necesidad.

Pero quizás por mi anomalía Viradecta finalmente actuaría y toda esta paz se acabaría.

Sinceramente, no estaba seguro de como eso me hacía sentir.

Tal vez sería necesario borrar ese recuerdo.

Cerré el libro de turno de golpe entre mis manos. Como pude si quiera pensar en algo así. No era que Viradecta me mataría o peor si es que se enteraba, era que estaba pensando en traicionar a mi familia.

Me levanté de mi cama y deje el libro en la estantería que había en la estancia. Me habían dejado suspendido por tres días, igual que siempre. Y cuando no hay clases, n un colegio hay muy poco que hacer.

Salí a caminar por los pasillos, tratando de despear mi mente de esos pensamientos oscuros, cuando sentí una conexión familiar. Una esencia, como reconocer un perfume, pero no podía saber por qué lo sentía familiar.

Caminé rápido, casi a ojos cerrados, guiándome por los pasillos solo por cuan cerca sentía esta conexión. Finalmente a la vuelta de una esquina la vi.

. Srta. De Janes – No hablé porque quisiera saludarla, sino que por la impresión que me llevé al encontrarla. Esa era la conexión que reconocía, de cuando uso su propio anillo para curarme, la huella, el gusto lo recordaba y lo reconocía.

¿Podré hacerlo con cualquier persona? ¿Reconocerlo? ¿Qué tan cerca? Mi mente se disparó en un segundo. En ese entonces empezaba a despertar en mi ese profundo anhelo de conocimiento.

Desde antes siempre había leído libros porque me era fácil leer y la biblioteca de la Villa era amplia. Me obsesioné con libros de literatura Creca, contaban aventuras imposibles, y trágicas, como las mías. Después de que entré a Henriett Azor empecé a leer sobre los nombres, porque quede fascinado con la que me pasaba. Pero este anhelo era algo más.

Ahora todo era diferente, porque yo era diferente. Estaba apreciando las infinitas posibilidades que mi anomalía me daba. Empecé a pensar apresuradamente en la clase de prácticas en las que me podía meter. Empecé a visualizarme como alguien extremadamente poderoso, si es que me esforzaba por aprender. De pronto vi, que mi idea de que pudieran pedir mi muerte no era tan descabellada después de todo, y por segunda vez pensé sobre borrarle la memoria a Viradecta y me congelé.

.Sr. Lowell, ¿Como se encuentra? Ya me había sorprendido de que no me lo había topado en estos días. Asumí que quería visitar a su amigo.

Mi semblante de sorpresa cambio al instante, mientras ella sugería que esa persona era mi amigo. Le había dicho el nombre del dolor, ¿Acaso quería hacerme ver como que yo fuera capaz de hacerle eso a un amigo?,¿Quería hacerme ver desleal? No podía identificar por donde iba su ironía, pero no me agradaba. Se me tensó el cuerpo y me vi replicando casi al instante.

. Cuidado ahí, tú. – Mientras hablaba mi enojo aumentaba. Ahí sentí que mis conexiones fluyeron por ella, tomando su sangre y deteniéndola por un instante, mientras seguía hablando, y luego cuando terminé la solté. Me miró sorprendida y bajó los ojos disculpándose aún con una sonrisa. Quizás le daba gracia que a mis 12 años me atreviera a amenazarla así, porque era seguro que a pesar de mis capacidades ella sabía mucho más que yo. Si prácticamente me rehízo el brazo luego de que Viradecta me castigara esa tarde, en la Villa. Me sentí estúpido.

.Tengo que volver, si me disculpa. Me dijo poniéndose en marcha. Yo la seguí porque no entendí aún que pasaba, apenas me sintió atrás comenzó a explicar. Viradecta me mandó como un refuerzo a la enfermería, ella quiso asegurar la recuperación total del joven Payne.

En una vuelta rápida entramos a la enfermería, las enormes puertas de madera antiquísima estaban siempre abiertas de par en par. Había unos cuantos por otras lesiones pero más al fondo había una camilla aislada con cortinas, era él.

.¿Lo dejé muy mal? – No me detuve a pensar lo que mi pregunta dejaría entrever, solo necesitaba saber si le había arruinado la vida o no.

. Fue un ataque bastante fuerte, sí. Pero con un buen cuidado su capacidad de sincronización al anillo yo creo que bordeará el 80%. En cuanto a lo físico y mental quedará impecable, borramos el recuerdo para asegurarnos ninguna secuela post-traumática.

Quedé satisfecho, me sentí aliviado, creo que, si mi memoria no me falla, hasta sonreí.

Notas finales:

Muuchas gracias por leer ;) 

 


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