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Un Ángel y un demonio en un reino olvidado por La_Oscura_Reina_Angel

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Notas del fanfic:

 

Notas del capitulo:

Gracias a Gimarie, le dedico esta historia, por aquellos tiempos cuando escribiamos locuras juntas ^^ 

 

Un Ángel y un demonio en un reino olvidado

 

 

 

Capitulo 1: La abuela Code

 

Ángel Black tenía la mirada perdida... Como se encontraba el en ese momento, lo peor que le pudiera ocurrir se aproximaba como un depredador a su presa, y su hermano Demon se encontraba en igual estado, ambos se negaban a creer lo que hacia un par de minutos su padre les había notificado, con igual o peor desgana, ese seria el fin de la reputación que con tanto esfuerzo se habían dedicada a labrar, en ese pequeño pueblo al Norte de Puerto Rico, su mayor temor, lo que tanto los atemorizaba pasaría tiempo ilimitado con ellos: ¡Su abuela!

 

Code Majaret Alejandrina Virginia Genoveva Del Valle De Pantano, había llamado hacia poco tiempo para anunciar su pronta llegada, el único alivio para los desamparados y recientemente depresivos chicos era que como la temible abuela aparecía así mismo desaparecía, era como si tuviese una alarma que le avisara el momento de partir, su abuela jamás había estado en un lugar mucho tiempo, no tenia casa estable y era prácticamente imposible de localizar, lo mismo por el televisor se enteraban de que escalaba el Himalaya, por la prensa que surcaba el océano atlántico en bote o por la radio que cruzaba el desierto de Sahara, era imprevisible.

 

La querían, eso no lo podían negar, pero al fin y al cabo eran adolescentes, y como tales, no soportaban las tales vergüenzas que esta les hacia pasar, como ponerse a coger el sol en prendas menores frente la casa en invierno o su rigurosa dieta, que no mas pensarlo se les revolvía el estomago: "Chicos ignorantes, cuando el hambre pica, pica, lo que sucede es que ustedes no han vivido lo que yo, en medio del bosque negro se aprecia de sobre manera las cucarachas... ¡No pongan esa cara!... ¡Es proteína!" Y ciertamente, podía estar segura que ninguno de los dos quería pasar lo que ella había pasado. Siempre que los chicos le preguntaban que por que era así, por que no era una persona estable, esta se limitaba a decir: "Eso es para viejos y yo estoy enterita", "¿Que se cuenta?", "¡Que adorno mas bonito!", "¡No pregunten tantas estupideces!", o simplemente se hacia la sorda. "La abuela huye de algo", siempre comentaba Ángel, mas Demon negaba con la cabeza, mostrando así lo absurdo que le parecía la idea. Lo único que se podía predecir en la abuela era la pequeña caja de oro macizo, con incrustaciones de zafiros y rubíes, que siempre llevaba y no dejaba que nadie tocara, dicha caja había siempre despertado la curiosidad de los chicos, mas cada vez que intentaban acercarse su abuela los cachaba y les daba el discurso del milenio, solo una vez, Ángel y Demon la habían tocado, pero no pudieron ver el interior como tanto deseaban, por que cuando se dispusieron a tocarlo, sintieron vértigo y una serie de extrañas cosas, las veían, las sentían, las oían, y hasta creían olerlas, cosas uniformes y extrañas, cuando su abuela los vio se asusto de sobre manera y desapareció por el marco de la puerta espantada, por los gemidos, su padre se acerco, ardían en fiebre, tenían vomito, cuando ya su rostro pasaba de blanco, al grisáceo y luego al verde su abuela llego con una vasija y abriéndole las bocas dejo caer dos gotas, rojas como la sangre y es cuestión de segundos estuvieron renovados, se sentían igual o mejor que antes.

 

Mientras miles de recuerdos agolpaban la mente de dichos chicos, una robusta y ya entrada en años mujer, con mandíbula fuerte y musculosa entro de un salto a la sencilla sala de estar, gritando

 

-"AAAAAAAAAh, ¡¡¡¿¿¿COMO ESTAN MIS NIETECILLOS QUERIDOS???!!!"

 

Y lo siguiente que sintieron fue como una gran masa de músculos se abalanzaba sobre ellos, rodeándolos. Cuando al fin se liberaron miraron extrañados a su abuela, por nada del mundo parecía la típica viejecilla que le daba dulces y pastel a sus nietos, calzaba botas marrones, medias de colores alegres,  pantalones de mahon cortos,  una sucia camisilla "Blanca" y pelos rebeldes que se le escapaban del moño de dona. Por no mencionar la cartera de piel de cocodrilo que llevaba en una mano, el paraguas naranja y la visera del "ARMY".

 

+++

 

- Pero ¡Que caras!, Dios mió, con razón Johnomar se ve tan viejo -este ultimo la miro con mirada asesina- Deben ser más alegres, mas extrovertidos, vivir la vida. En vez de estar cenando, parecemos que estamos en un entierro. Gracias a Dios, que llegué para alegrarles sus amargadas vidas, ustedes chicos, parecen unos viejos de 90 años, compórtense como unos adolescentes.

 

- Mamá, mis hijos están muy bien como están -corto su hijo Johnomar.

 

- ¿Bien?... ¿¡Me estas llevando la contraria mocoso!?-Johnomar la miro entre confundido y indignado.- Todavía no me muero, ¡Mas respeto! que sigo siendo tu madre, y como tal, te puedo dar un par de patadas en el trasero.

 

- ¡Mamá! ¡Modula tus comentarios en la mesa!

 

- Oh Dios mío, alzándome la voz, Johnomar, compórtate tú, y deja de estar diciéndome como debo comportarme yo... tú... Me resulta tan gracioso... El que se metía los guisantes en la nariz y había que correr con el para el hospital, ¿Cuantas veces fue eso, Johnomar?... ¿9?... Sí, tuve que dejar de servir eso en la mesa -dijo con la mirada pérdida y un dejo de tristeza en la voz.

 

- Mamá cenemos en paz...

 

- O sea que yo molesto.

 

- No pongas palabras en mi boca que yo no e dicho.

 

Ángel y Demon veían el enfrentamiento divertidos, al fin la hora de la cena se hacia divertida.

 

- No si no hace falta, es tan obvio.

 

- Mamá...

 

- Mamá nada, ustedes no me quieren aquí...

 

- Mamá no digas eso.

 

- Déjame terminar... pero aunque no me quieran aquí me quedo.

 

Johnomar la miro con el ceño fruncido. Code, tomo el tenedor y pincho (Más fuerte de lo necesario) el pedazo de carne. Johnomar se concentro en su plato, vegetariano. Los chicos se quedaron entre indignados (Por que no seguía la pelea) y extrañados, se le hacia imposible imaginar a su abuela haciendo la cena y llevando a su hijo con un guisante encajado en la nariz al hospital, esa imagen era muy... muy... ¿Como se dice? ¿Hogareña?, si, hogareña para ella.

 

- Con razón Nicole te abandono, por ser un egocéntrico, amargado, farfullador y empedernido odioso -le disparo Code.

 

Tantos sentimientos cruzaron por la mente de su padre, que por primera vez no pudieron leerle la mirada ni el rostro como solían hacer. De momento fue como si ellos sintieran lo mismo que su padre, les resultaba extraño, por que ellos podían a veces percibir el estado de animo de las personas, pero esta vez era distinto se sentían como esa persona, en este caso su padre, el odio, el dolor y la indignación, les segaba las vistas. Johnomar se levanto retador y dolido.

 

- ¡Ya cállate! -le grito.

 

Code pestañeo fuertemente, como si estuviese teniendo una visión.

 

Johnomar temblaba de pies a cabeza y estaba rojo de la ira.

 

- En mi casa no menciones, ¡nunca!, ¿Me oíste bien? ¡Nunca a esa... mujer!

 

Por el rostro de Code cruzo el arrepentimiento de haber hablado de más, pero así mismo como cruzo, así desapareció.

 

- ¿Por que? ¡Es la madre de tus hijos!

 

Demon y Ángel, con todo y rabia, habían estado observando la discusión, y preguntándose quien era la tal Nicole, y al enterarse casi se caen de la silla. ¿Su madre? ¿A la que creían muerta?

 

Johnomar tembló de la furia más que antes, los chicos se sentían cada vez mas extraños, y odiando cada vez mas al mundo y a cada microorganismo sin saber por que.

 

- ¿Como te atreves?... Eres...

 

- ¿Nuestra madre? -Explotaron ambos, levantándose de la mesa, con fuerza.

 

Code miro primero a sus nietos y luego a su hijo.

 

- ¿No sabían que...

 

- ¡No, no sabían!

 

- Oh, Dios mío, pero tú tienes toda la culpa, no me dijiste nada.

 

- ¡¿Como quieres que te lo diga, si para mi, ya no eres mi madre, eres como una extraña, a la que no puedo contactar, por que es una trotamundos?! -le reclamo Johnomar.

 

- ¡Exijo saber de mi madre! -grito Demon, con una furia que muy pocos y muy pocas veces se le había visto.

 

Su padre lo miro titubeando.  Y los chicos, se sintieron incómodos, dolidos y confundidos. Un silencio incomodo reino la habitación.

 

-Habla de una vez -ordeno Ángel con voz fría.

 

Johnomar bajo la vista, más no pronuncio palabra alguna.

 

- ¡Habla! -grito Demon descontrolado, golpeando la mesa mientras unas lagrimas recorrían sus mejillas.

 

Code carraspeo la garganta, al mismo tiempo que se levantaba y dejaba la servilleta en la mesa.

 

- ¿A donde vas? -pregunto Johnomar enfadado.

 

- Al único lugar donde los pobres son respetados -dijo alzando un dedo.

 

Todos la miraron confundidos.

 

-Al trono de los pobres.

 

Johnomar, Ángel y Demon fruncieron el ceño.

 

- Al inodoro -dijo mientras salía a grandes zancadas del comedor, consiente de que había creado un gran problema familiar. Y buscando la manera mas sencilla de solucionarlo, y la iba a encontrar.

 

+++

 

Eran las 4:25 de la madrugada y ni Ángel, ni Demon habían podido pegar un ojo, lo mismo le ocurría tanto a Johnomar como a Code. Ángel y Demon tenían los ojos hinchados, de tanto llorar, ¿Como era posible que su propia madre los hubiese abandonado? ¡Su madre! A la que ellos creían una santa, y que suponía que había muerto al dar a Demon el mas pequeño de los gemelos a luz, esto le había causado remordimientos siempre a el pobre Demon, "Si no hubiese nacido, mi madre estaría viva" Era lo que solía pensar. Su padre le había dado esta información con mucho cuidado, a leguas se notaba, que lo había ensayado, pero aun así esa información era muy fuerte y dolorosa. Su madre a la que creían una santa y adoraban, no era nada de eso, al dar a luz (No queriendo, pero obligada por Johnomar) se había marchado a cumplir su sueño ser una famosa cantante, rompiendo así el corazón de muchas personas.

 

Ángel sacudió la cabeza, no debía seguir llorando por algo que no valía la pena, se volvió boca abajo en la cama y oyó el suave sollozo de su hermano, cerró la mente, al igual que sus ojos y callo profundamente dormido.

 

Continuara....

 


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