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Cuando te vi mirandome por ayelen rock

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Yami se encogió en la esquina cuando Yugi lo fulminó con la mirada, su mirada inquebrantable y sus dedos temblando. El mago del caos dejó escapar un gemido frustrado y sacudió la cabeza. -Yami, sal de esa esquina, no te lastimaré- el dijo.

Yami se puso rígida y luego lentamente, oh, muy lentamente, se acercó a Yugi, olisqueándolo y gimiendo -¡l-lo... lo siento!- Gimió en lengua humana, con lágrimas en el borde de su visión. ¡Oh mierda! Yami estaba a punto de llorar.

Yugi chilló y agitó los brazos, tratando de calmarlo -¡Yami, no! No fue tu culpa. ¡Debería ser yo quien lo lamente! No pensé que el hechizo me resultaría contraproducente...- murmuró y suspiró suavemente, frotando una de sus mejillas, ignorando la picazón en su cuello causado por el pelo largo -No te disculpes, ¿de acuerdo?- Se consoló y se arrodilló junto a la temblorosa forma del dragón, extendiendo la mano vacilante.

Yami se tensó y miró la mano que estaba extendida, inseguro antes de tomarla en su propia garra y presionarla contra sus labios en un beso suave, como una disculpa. Yugi sintió que el calor le subía por las mejillas ante el gesto, observando a Yami mientras ponía esa mano en sus propias mejillas de color caramelo y la acariciaba con los labios temblorosos. -Y-yo…- tartamudeó.

Yugi lo hizo callar y sonrió dulcemente, dejando que su pulgar frotara la piel de la mejilla de Yami, maravillado por la suavidad. Un dragón no debería tener una piel tan suave, eran ásperas y duras al tacto. Yugi sintió compasión formarse en su corazón.

Yami es un jovencito...

Se mordió los labios y sacudió la cabeza, mientras Yami acariciaba su mejilla con la mano de sus guantes de cuero. El medio dragón dejó escapar un jadeo y miró a Yugi con brillantes ojos dorados, hizo que el corazón del mago le doliera con anhelo, pero se obligó a sí mismo, se obligó a alejarse y revolvió el cabello de Yami, ignorando la sensación de aleteo dentro de él, mariposas soltándo dentro de su núcleo -Me tengo que ir, Yami... tengo que entrenar- hizo una mueca -A pesar de ser convertida en una chica, tristemente-

Yami parpadeó lentamente y asintió, alejándose y luego hablando, Yugi no se dio cuenta de que el dragón había hablado en su idioma.  -"¿Puedo... al menos ponerte un hechizo mágico? ¿Solo para ver que estás a salvo?"- preguntó

Los ojos de Yugi estaban vidriosos, con el ceño fruncido en su rostro. Alguien debería estampar crédulos en la cara de Yugi -Sí, por supuesto- el murmuro.

Eso fue hace meses, y Yugi, dulce Yugi, que ahora se había convertido en mujer, todavía no podía comprender ni saber que Yami había hablado en la lengua dragónico. El mago estaba volviendo a la academia con el ceño fruncido.

Todavía no se había acostumbrado a tener un cuerpo femenino, es extraño, raro, y definitivamente no estaba cómodo con su atuendo de cuero, pero Yugi no tenía ropa extra que no fuera de cuero. En cambio, lo absorbió y continuó entrenando, ganándole miradas extrañas e interesadas cuando entró en la academia.

¿Por qué esta bella dama regresaba a la academia y se entrenaba? Seguramente una mujer menuda y delgada como esa no era para un guerrero.

Yugi puso los ojos en blanco y resopló cuando todos los caballeros lo miraron, boquiabiertos como peces. Se sintió cohibido -¿Hay algo en mi cara?- Él gruñó.

Todos los caballeros se sobresaltaron y volvieron a su entrenamiento, con los rostros enrojecidos mientras miraban a la mujer que se alejaba de sus terrenos hacia el área de magos.

-Hombre, ¿viste a esa chica? ¡Está buenísima!- Un caballero genzou dijo, corazones formándose detrás de las gafas que cubrían sus ojos.

-Lo sé, ¿qué tal si vamos a conversar con ella más tarde? ¿Tal vez ella venga con nosotros?- Un insecto caballero, Weevil, dijo con una risita fea. La mayoría de los caballeros estuvieron de acuerdo, pero algunos solo sacudieron la cabeza, respetando a la mujer vestida de cuero. No eran pedófilos de clase baja.

-Deberías dejar sola a esa mujer, es decir, ¿quién sabe? ¿Podría estar entrenando duro?- El Caballero del Rey habló, su voz resonaba con autoridad.

-Estoy de acuerdo con eso. No debemos rebajarnos y acosar a una mujer- defendió el Guardián Celta que una vez dijo que Yugi era débil -Sabes que tenemos un código de honor para defender-

-Honor, honrar, pfft, lo que sea- Weevil dijo, ganando algunas risitas de los otros caballeros. Incluyendo el caballero dinosaurio.

Continuaron entrenando, formulando planes en sus cabezas.

 

………………………………………………………………….

-¡¿TU QUE?!- Dark Magician, o más bien Mahad, le gritó a Yugi, con los ojos azul eléctrico muy abiertos por la sorpresa y la boca colgando abierta cómicamente -¿Usaste qué?- Preguntó, su sorpresa aún no había pasado.

Yugi hizo una mueca y se alejó del maestro mago, Dark Paladin y Dark Magician Girl. No debió haberles dicho eso... Ahora estaba condenado -Accidentalmente usé un hechizo que me convirtió en una mujer. Lo siento, maestros, ¡pero fue importante!- Él suplicó, queriendo acurrucarse y lo más preferiblemente malhumorado en una esquina. Vio la mandíbula de su maestro desquiciarse más, soltando un suspiro frustrado.

-Yugi... ¡Sabes que eso está prohibido! ¿Qué trataste hacer? ¿Maldecir a una persona? ¿Algo? ¿Intentaste aprender un idioma muerto hace mucho tiempo?- El divagaba, sus palabras se detuvieron cuando Yugi hizo una mueca al final de su declaración. Con esto, Mahad hizo una pausa, y sus ojos se abrieron cómicamente de nuevo -Tú...- Susurró. "¿Intentaste aprender un idioma muerto?- Susurró en voz baja, tan baja que hizo que se erizaran todos los pelos del cuerpo de Yugi.

-S-sí, yo... lo hice... p-pero fue importante!- Razonó -¡Hay un amigo mío que no puede hablar nuestro idioma y habla en el idioma antiguo! ¡Quería entenderlo! ¡Por favor, maestro!-

-Eso es inaudito...- el anciano Paladín, que fue nombrado como Astulfo sacudió la cabeza, los ojos sabios se dirigieron a Yugi -Te das cuenta de que este hechizo necesita una fuerte contra magia para volver a tu forma original, ¿te das cuenta de eso joven?-

Yugi asintió y se puso nervioso -Y-yo sí... ¡Y lo siento mucho maestros! ¡Realmente no quise usarlo! ¡Estaba tan desesperado!-

Dark Magician Girl, o Mana, hizo un puchero y se acercó a Yugi, golpeándolo en la cabeza. -¿Sabes que te estás poniendo en peligro, verdad? ¡Yugi, la gente estará sobre ti! ¡Te acosarán en esta nueva forma tuya!- agitó la mano para hacer su punto.

Yugi se puso rígido, no creía que esas fueran las consecuencias también. El mago del caos oscuro retenio un gemido

-Mierda…-

Los tres maestros del mundo mágico solo sacudieron sus cabezas, la desilusión brillaba en sus ojos.

 

………………………………………………………..

Después de una conferencia sorprendentemente larga de Mahad, un interrogatorio de Astulfo y algunas persuasiones de Mana, Yugi fue liberado de la sede y enviado a casa. Desaminado y pisoteado ante la revelación de que tenía que aprender el contra hechizo de él solo. ¡El mundo no era justo! ¡Qué cruel! Yugi quería quejarse.

Sintió un pincel de magia pinchar en su mente y Yugi respondió “Estoy bien... No te preocupes...” dijo, asegurándole al dragón que estaba preguntando por su seguridad. Yami había puesto este enlace en su mente para que supiera cómo le iba y si estaba bien. Por supuesto, Yugi no tuvo el corazón para decir que no. ¿Qué pasa con esos ojos suplicantes y ese puchero que Yami no sabía que era letal para el pobre corazón de Yugi, por lo que ahora se encontraba en esta situación?

La magia se arremolinó y se detuvo antes de acariciar la mente de Yugi nuevamente, asegurándose de que estuviera bien. Y cuando no encontró heridas, estaba a punto de retirarse en la grieta de la mente de Yugi, cuando una docena de caballeros se acercaron a su cargo y se alarmo.

-¡Hey mujer!- Una voz alta y áspera hizo que Yugi se detuviera en seco. Se giró hacia la voz y su rostro se torció de disgusto cuando Weevil se le acercó con esa sonrisa fea en su rostro. Los otros caballeros se quedaron atrás, como Rex, el caballero Dinosaurio siguió al paso del caballero Insector. -¿Qué pasa?-

Yugi alzó una ceja y contesto, con la voz llena de sarcasmo -¿No sé? ¿El cielo?- Él espetó, sintiendo que su paciencia se agotaba al ver a estos viles caballeros. Eran conocidos por hacerle trucos baratos a otros, especialmente... el mundo de Yugi se detuvo. Mierda. Olvidó que estaba en el cuerpo de una mujer. Pues joder... estaba jodido. Jodeme con una motosierra.

“Uhh... ¿Yami? ¿Un poco de ayuda aquí?” envió con angustia, la magia dentro de su cabeza se rompió y luego desapareció, dejando a Yugi confundido sobre por qué la presencia se fue como un latigazo. Era extraño cuando se había ido, la cabeza de Yugi se sentía extrañamente vacía. Juró que sintió la ligera ira en el enlace

-Oh, vamos, no seas así- Weevil continuó con su voz llorosa, atreviéndose a dar un paso adelante que hizo que Yugi se tensara, apretando con fuerza su bastón mientras luchaba por controlarse -¿Qué tal una cara bonita como tu viene con nosotros? ya sabes para relajarte y conocernos, Jejeje...- agregó.

Yugi se sintió disgustado y se giró –Gracias, pero no gracias. Tengo mejores cosas que atender- Estaba a punto de alejarse, si Weevil no lo hubiera agarrado de la muñeca y jalarlo en su dirección.

-¡Ven con nosotros, será divertido!- dijo, su sonrisa se ensanchó y sus ojos eran amenazantes. Yugi lo fulminó con la mirada y escupió.

-¡No me toques, vil idiota!- Él espetó, sus ojos brillando pura lavanda.

Todos los caballeros se rieron y Rex comentó -Aww Weevil, ¿estás seguro de que puedes manejar a una chica ardiente como esta? Es una luchadora- Él se rio e inclinó la cabeza, el rugido de la risa giraba en los nervios de Yugi como papel de lija.

El comentario final que hizo Weevil hizo que Yugi se tambaleara y lanzara una poderosa longitud de onda de magia -Ella estará bien. Quiero decir, amo a las chicas luchadoras- sonrió. -Especialmente en el lado delgado-

¡ESO FUE TODO!

Yugi rugió y en el proceso desató la magia que amenazaba con sofocar a los caballeros que lo habían rodeado. Todos los caballeros gritaron, cayendo hacia atrás y protegiéndose del duro impacto que causó la magia oscura. El cabello ahora largo de Yugi se agitó a su alrededor, el aura oscura cubría su forma y sus ojos brillaban con una sangrienta lavanda, se burló, su bastón estaba listo para atacar al gorgojo de ojos grandes, que estaba arrodillado en el suelo -Tú...- dijo enojado. -¡Criaturas repugnantes! ¿Cómo te atreves?- rugió. Sus ojos vagando por los caballeros caídos, viéndolos estremecerse y temblar ante su mirada.

-¡Cómo te atreves a acosarme cuando claramente no has sido nada más que basuras de caballeros que me trataron como una mierda cuando estaba en mi forma normal! Me golpeaste, me insultaste, me ponías nombres ¡¡ imperdonable!! ¡Cobardes, ustedes confabulados de mierda! ¡Se atreven a interponerse en mi camino, yo, Yugi Motou, el mago del caos! ¡Qué despreciables son!- gritó, sus poderes aumentaron en el momento en que pronunció esas palabras que comenzó a levitar del suelo.

Los caballeros estaban mortalmente silenciosos, sus rostros palidecían cuando se daban cuenta de con quién acababan de cruzarse. El caballero Genzo habló, su voz cargada de comprensión -No... salida...- Susurró.

Los ojos de Weevil eran más anchos que los platillos, Yugi se burló más -¿Eres Yugi Motou?- Él chilló, alejándose del hombre furioso, ahora mujer.

Yugi se burló -Yo... es mejor que pienses en una buena excusa, y contare hasta diez antes de enviarte al reino de las sombras...- siseó en voz baja.

-uno…-

-¡No, por favor espera! ¡No lo entiendes! ¡Perdónanos!-

-dos…-

-¡Espere por favor!-

-tres…-

Antes de que Yugi pudiera terminar de contar, un silbido agudo lo sacó de su estado de ira, junto con los caballeros encogidos. Levantó la vista y abrió mucho los ojos al ver quién era. Las alas rojas y la larga cola brillando a la fuerte luz del sol “¡Oh, mierda! Yami! ¡¿Qué demonios estás haciendo aquí?!” Yugi pensó.

No, no, no, esto no estaba sucediendo.

Weevil y los otros caballeros gritaron-¡ES UN DRAGÓN! ¡TODOS ARMADOS!- El caballero de pelo verde gritó. Yugi disparó un hechizo que hizo que los caballeros cayeran hacia atrás y lejos mientras el dragón descendía bruscamente, descendió en la dirección inicial de Yugi. Yami dejó escapar un gruñido agudo, extendiendo sus manos. Yugi recibió el mensaje e inmediatamente corrió a encontrarse con Yami, extendiendo su mano libre para que Yami la alcanzara.

-¡YAMI!-

Rex le gritó a Yugi -¡PERRA! ¡HAS ESTADO ESCONDIENDO UN DRAGÓN DE TODOS! ¡LE DIRE ESTO A TODOS!-

Yami dejó escapar un gruñido agudo, logrando disparar una luz dorada con un movimiento de su cola, enviándola en espiral hacia los caballeros. Todos se alejaron de la luz con un fuerte grito, ya que la cosa explotó cuando entró en contacto con los azulejos de la academia.

Toda la escuela tembló cuando Yami agarró la mano de Yugi con la suya, y lo lanzo al aire. Yugi gritó fuerte cuando fue arrojado, y Yami lo siguió de inmediato. -¡YAMI! ¡ME VOY A MORIR! ¡QUÉ MIERDA!-

Yami dejó escapar un gruñido agudo y una vez más estiró sus brazos, cayendo libremente junto con Yugi y luego atrapó al mago en sus brazos, estilo nupcial. Por instinto, Yugi envolvió su brazo libre alrededor de Yami, el se aferró fuertemente al otro. -¡Sácanos de aquí ahora! No quiero arriesgarme a que te vean- Él ordenó, sangrienta lavanda comenzando a retroceder.

Yami abrió la boca, a punto de decir algo, batiendo sus alas constantemente, si no fuera por los disparos y los gritos que les apuntaban y trataban de golpearlos. Yami entró en pánico y apretó su agarre alrededor de Yugi, luego se alejó, con las alas batiendo frenéticamente mientras intentaba escapar junto con Yugi.

-¡No los dejes escapar, idiotas! ¡Eso es un dragón y lo necesitamos! ¡Tiene las cualidades que nos harán invencibles!- Weevil gritó. Yugi miró hacia abajo y jadeó, sintió que su corazón se estrujaba cuando vio a sus maestros mirándolo con asombro y traición

-¡Maten a ese mago! ¡No me importa él!- Alguien gritó y Yugi cerró los ojos, murmurando un hechizo.

-Adiós...-

Apunto a su bastón en la dirección de los disparos y dejó que su magia se arrastrara hacia su bastón, y disparo a través de la gema verde. Los zarcillos oscuros tocaron al suelo a un ritmo rápido, haciendo que los caballeros pisotearan y corrieran ya que la magia de Yugi es  veneno. Soltaron maldiciones y gritos, maldiciendo a Yugi y al dragón hacia los cielos.

Yugi sollozó y escondió su rostro en el hombro de Yami, apretó con fuerza el bastón y su brazo que rodeaba el cuello de Yami lo apretó subemente.

Yami no le hizo caso, sus pupilas se cortaron, completamente en modo de escape, mientras volaba hacia el cielo y lejos de la escuela que terminó en caos debido a algunos caballeros que fueron lo suficientemente estúpidos como para provocar a Yugi. El agarre de Yami fue suave alrededor de Yugi mientras volaban a través del cielo azul hacia las nubes, desapareciendo de la vista de todos.


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