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Soy tu yo... por La_Oscura_Reina_Angel

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Notas del capitulo: COn este capi ya  me puse al dia ^^
 

Capítulo 7: Veladas románticas

 

 

 

Duke miró a Joey con una sonrisa, se veía espectacular.

 

 

 

Sí, definitivamente esa ropa estaba mejor en el rubio que guardada como una tortura en su guardarropas.

 

 

 

- Te ves hermoso - Suspiró - Pena que yo nunca podré usar nuevamente este tipo de ropa - Joey lo abrazó, pero Duke no se permitió llorar sonriendo - No voy a llorar, prometí superarlo, recuerdas. Sólo fue un comentario, no te aflijas por mí - Le pidió al rubio.

 

 

 

Joey asintió y se miró en el espejo, la verdad es que sí se veía muy bien. Llevaba unos pantalones de lino negro, con una camisa blanca tipo blusa con una pequeña abertura en forma de V en el medio, un chaleco de lana para el frío. El cuello de la camisa quedaba fuera de la chaqueta con un estilo elegante pero desafiante y juvenil. Su cabello Duke lo había peinado en una coleta con un flequito sobre el rostro, y le había puesto al cuello una cadena de oro, con la imagen de un dragón negro de ojos rojos. Con esa ropa, su vientre apenas se marcaba, y lucía como un verdadero ángel caído del cielo.

 

 

 

Y Seto parecía opinar igual, porque al verlo quedó sin habla. Cuando los dos jóvenes se fueron, Duke se dispuso a subir a su habitación, pero se encontró con Maximillian. Ambos se miraron a los ojos, desde el beso en el despacho no habían vuelto a hablar.

 

 

 

- Duke.

 

 

 

Lo saludó el peli-plata.

 

 

 

- Max.

 

 

 

Saludó y se dispuso a subir las escalera. Sin ser consciente de que lo había llamado Max, como solía hacer cuando eran pareja. Eso fue lo que hizo decidirse a Pegasus, quien lo detuvo al hablarle. Con su mano en la baranda y su pie en el primer escalón, Duke se volteó hacia él.

 

 

 

- ¿Sí, qué sucede?

 

 

 

Preguntó el oji-verde.

 

 

 

- ¿Cenarías conmigo?

 

 

 

Le preguntó Max. Duke a punto estuvo de negarse, pero recordó las palabras de Joey y suspiró.

 

 

 

- Claro. ¿A qué hora bajo?

 

 

 

- ¿Te parece bien en una hora?

 

 

 

Preguntó Max sin poder reprimir una sonrisa. Duke asintió.

 

 

 

- En el balcón de mi cuarto - Duke a punto estuvo de protestar - Tiene la mejor vista hacia las estrellas.

 

 

 

- De acuerdo.

 

 

 

Duke se dio la vuelta y subió las escaleras. Una vez en su cuarto se dejó caer en su cama con un escalofrío de nervios en el cuerpo.

 

 

 

- Sospecho que esta noche será especial.

 

 

 

Pensó mientras se levantaba para bañarse.

 

 

 

***

 

 

 

Cuando la limusina llegó al restaurante, Seto bajó primero vestido con su elegante etiqueta negra y tendió la mano a Joey para ayudarlo a bajar.

 

 

 

Mientras entraban al lugar, Joey sonreía contento de salir, y también de conocer en lo que realmente le gustaba trabajar a Seto, porque definitivamente en las empresas Kaiba que manejaba principalmente Pegasus no era.

 

 

 

Un maître los llevó hasta la mesa donde los esperaba una pareja.

 

 

 

Uno, el que parecía ser el mayor, vestía de etiqueta negra como Seto, tenía los cabellos tricolor (negro, rojo y amarillo) en puntas desafiando la gravedad y sus ojos eran rojos. Mientras el que parecía ser el más pequeño era una belleza, también de cabellos tricolor (rojo, amarillo y negro), pero sus cabellos eran lacios y largos como hasta media espalda. Sus ojos eran de un dulce color violeta y vestía pantalones de pinza color lila, camisa blanca sin mangas de cuello picudo con un pequeño arete de oro en su oreja derecha. Se notaba que estaba embarazado, pero nadie diría que tenía más de tres meses y a Joey le asombró que tuviera cinco según le había dicho Seto.

 

 

 

La pareja los saludó amablemente, y Joey y Yugi se sonrieron dándose un abrazo cayéndose bien de inmediato y arrancado una sonrisa de sus parejas.

 

 

 

***

 

 

 

Duke bajó sintiéndose estúpidamente nervioso.

 

 

 

- Por dios, sólo voy a comer con Max, ni que fuera a tener sexo.

 

 

 

Se reprendió mentalmente y se sonrojo por lo último que pensó. Estuvo a punto de darse la vuelta para irse, pero la voz de Maximillian lo detuvo.

 

 

 

- Te ves... genial.

 

 

 

Dijo el mayor pasando saliva, porque Duke se veía tremendamente sensual, vestido con un pantalón de cuero negro ajustado, con unas correas de color rojo también de cuero por los muslos, con una camisa roja ajustada, abierta en la parte superior del pecho con los botones de las muñecas abiertos y el cabello suelto y desordenado, con un pendiente en forma de dado en su oreja y una cadena de oro rojo.

 

 

 

- Gracias. - Susurró Duke cohibido. - Tú también te ves muy bien.

 

 

 

Max vestía unos pantalones de vestir elegantes de color negro con una camisa blanca abierta en los botones superiores.

 

 

 

El peli-plata le ofreció el brazo y Duke lo aceptó sin pensarlo.

 

 

 

***

 

 

 

Seto y Yami se habían retirado un momento por asuntos de negocios, y en la mesa habían quedado un sonriente Yugi y un feliz Joey.

 

 

 

Se acababa de enterar que Yami Athemu era el mayor experto en creación y juego de un juego que llamaban "Duelo de monstruos". Y que eso era en lo que trabajaba Kaiba, creando una nueva división en sus empresas.

 

 

 

Yugi era un muchacho sumamente simpático y, sobre todo, enamorado. Se notaba cada vez que Yami y él se miraban a los ojos.

 

 

 

Joey deseó tener eso que Yugi tenía con Yami, y su traicionera mente conjuró la imagen de Seto Kaiba en ella. Con un sonrojo negó con la cabeza.

 

 

 

- ¿Qué te sucede Joey?

 

 

 

Preguntó amablemente Yugi, bebiendo de su jugo natural, pues ni Yami ni Seto los habían dejado beber ni media gota de alcohol.

 

 

 

- Pensaba en lo feliz que tú te veías con Yami.

 

 

 

Confesó el rubio con una sonrisa amable.

 

 

 

- Yami es lo que más quiero en el mundo. Claro, él y nuestro bebé.

 

 

 

Dijo el pequeño con firmeza.

 

 

 

- Ojalá yo pudiera tener una relación como la tuya.

 

 

 

Suspiró Joey sin detenerse a pensarlo. Yugi estiró su mano sobre la mesa y aferró la de Joey, dándole un apretoncito caluroso.

 

 

 

- ¿Por qué lo dices?

 

 

 

Joey lo miró a los ojos dándose cuenta de que habló más de la cuenta, pero ya no le podía mentir. Mentirle a esos ojos violeta tan tiernos era una blasfemia.

 

 

 

- Seto es el padre de mi hijo. Nada más. Yo no le intereso, sólo fui un error de una noche. Un error virgen del que por responsabilidad se está haciendo cargo.

 

 

 

Dijo el rubio abatido. Joey le sonrió comprensivo.

 

 

 

- Entonces conquístalo Joey.

 

 

 

- ¿Por qué habría de hacerlo? Ni que él me importara.

 

 

 

Dijo Joey, que si aún tenía algo intacto, era su orgullo. Yugi rió suavemente.

 

 

 

- Dilo como veinte veces más y tal vez te convenzas a ti mismo de esa mentira, mi querido Joey. - Le dijo Yugi. - ¿Te parece que tengo una relación perfecta? - Preguntó el más pequeño tricolor, Joey asintió - Oye esto, tal vez te pueda servir de algo. En un principio no fue así, de hecho se parece mucho a tu relación. Mi familia y la de Yami siempre fueron enemigas. Yo me enamoré de Yami y me entregué a él, yo algo pasadito de copas, él por sólo deseo. Salí en estado y mis padres me dijeron que, o abortaba, o me iba de mi casa, así que tomé mi mochila sin un sólo centavo en el bolsillo y me largué de mi casa. Unas horas después, un auto me atropelló y me mandó al hospital, casi perdí al bebé, pero gracias al cielo no pasó y resultó que el ginecólogo que estaba de guardia no era otro que Bakura Athemu, el primo de Yami. Así Yami lo supo, no me dio elección, me llevó con él y se hizo cargo de mí. Al principio me deprimí porque él no mostraba más interés por mí que la mera obligación, así que ideé un plan. Seducirlo. Lo seduje y lo conquisté, hasta que me confesó su amor y nos casamos de la nada. Una noche simplemente me dijo: ven, casémonos. Viajamos a las Vegas y volvimos con un certificado de matrimonio. Y ahora soy inmensamente feliz. Yami quiere una boda como dios manda, pero yo ya le advertí que hasta que el bebé nazca no la habrá, que yo no pienso parecer un globo vestido de novio para mi boda. - Finalizó Yugi su relato con una sonrisa.

 

 

 

Joey lo miró alucinado. Pero si se veía tan inocente y...

 

 

 

- ¿Tú sedujiste a Athemu?

 

 

 

Yugi rió divertido por la cara del rubio; asintió.

 

 

 

- Sí, estos hombres son unos genios, pero algo lentos en el terreno emocional, y a veces necesitan un buen empujón, eso fue lo que hice con mi Yami, un empujoncito.

 

 

 

- Un empujonzote. - Dijo Joey instintivamente.

 

 

 

Yugi volvió a reír.

 

 

 

- De acuerdo, un empujonzote. Sabes, no fue fácil, yo soy tímido por naturaleza y crianza, y me costó trabajo, pero no me arrepiento. Lo que te quiero decir con esto Joey, es que si quieres a ese castaño oji-azul que es Kaiba, como dicen en mi tierra "Toma al toro por los cuernos"; si él es muy lento, tú ayúdalo a ser más rápido. - Le dijo Yugi con un guiño cómplice.

 

 

 

Joey no pudo replicar nada, ni bueno ni malo, porque en ese momento llegaron Seto y Yami. Ambos parecían satisfechos con el acuerdo al que habían llegado. Yami al sentarse al lado de Yugi lo tomó de la barbilla y le dio un suave beso en los labios contentos, mientras Seto tomaba la mano de Joey en la suya y la besaba mirándolo con una sonrisa en sus ojos azules.

 

 

 

***

 

 

 

Duke no pudo evitar reír atragantándose con el vino, por el comentario de Maximillian. Pegasus se levantó presuroso y le golpeó suavemente la espalda. Duke tosió un par de veces recuperando el aliento entre risas y alzó su mirada hacia Max, sus mejillas estaban sonrojadas por la risa.

 

 

 

Max no resistió el impulso, justo cuando Duke abría la boca para agradecer, la boca del mayor se apoderó de la suya.

 

 

 

Los ojos de Duke se abrieron un segundo por la sorpresa, pero luego se cerraron, mientras sus manos rodeaban el cuello del peliplata y, pasándole las manos por la cintura, Max lo hacía levantarse, mientras lo apretaba contra él en un apasionado beso.

 

 

 

Hacía tanto que Duke no se sentía así, hacía tanto que nadie lo besaba de ese modo, desde que terminó con Maximillian en el pasado, y se sentía tan bien, que no puso resistencia cuando Maximillian lo levantó en brazos y lo llevó a la enorme cama de su habitación sin dejar de besarlo.

 

 

 

***

 

 

 

Tanto Yami como Seto, con sus respectivas parejas, decidieron quedarse en el hotel sobre el restaurante, pues ya era tarde para volver a sus respectivas casas y también porque les dio la gana.

 

 

 

Ambos tomaron una suite, que quedaban curiosamente una frente a la otra.

 

 

 

Joey y Seto entraron a la suya, mientras Yami y Yugi entraban a la propia despidiéndose con una sonrisa.

 

 

 

Continuará...

 

 

 

Que mala soy, se los corté en lo mejor muajajaja ^^

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