Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Circus Of Dust (2020) por Uruhasa_13

[Reviews - 8]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Octavo acto. Sexo y sangre

 

Todos queremos lo que no se puede, somos fanáticos de lo prohibido

-          Mario Benedetti

 

La expectativa de esa noche era bastante alta, casi no tuvo tiempo de detenerse a pensar en lo que podría conllevar el acompañar a los vampiros a cazar. Kiba le había dicho que los acompañaría también, que siempre lo hacía.

Su compañero, siendo un desordenado licántropo, se miraba alicaído, desde hacía un par de días, tampoco lo veía con Okami como cuando había llegado. Supuso que tenía que ver con lo que estaba a punto de pasar esa noche. En su imaginación, los vampiros cazaban a chicas indefensas atrapadas en una torre, vírgenes, claro, porque la cultura pop así lo había dejado.

El día transcurrió con total normalidad, Sasuke tampoco se apareció en toda la jornada, pero Naruto estuvo mejor así. La herida en su labio ya estaba casi sanada, era un rasguño que echaría de menos, le gustaba pensar que era un recordatorio de pertenencia porque, si, le excitaba la idea de ser mordido por Sasuke porque, sentía que quería pertenecerle completo.

El concepto de pertenencia era algo nuevo para él, por mucho tiempo no se perteneció ni a él mismo, había sido un cuerpo con el que trabajaba para poder tener qué comer. Incluso más tarde, cuando había empezado a acostumbrarse y a decidir que el poder lo tendría él, seguía sin pertenecerse. Tampoco estaba muy interesado en pertenecerle a alguien, ninguno de los hombres o mujeres que recurrieron a sus servicios eran personas a quienes quisiera entregarse, pensó que ese derecho lo había perdido hace mucho.

Pero la mordida de Sasuke era diferente, los dientes afilados del vampiro lo seducían de una forma tan intensa que, no lo pensaría dos veces para entregarse entero. Claro que el azabache tenía razón en muchas cosas, era ignorante en casi todo lo que correspondía al vampirismo real, las ansias y el hambre de Sasuke no eran como en las películas, tenía que meterse en la cabeza que no estaba dentro de una historia de romance.

Sin embargo, ahí estaba, ahí seguiría, arrodillado y pidiendo a gritos a Sasuke para que lo recibiera. Quizá era parte del encanto del azabache, le quedaba bien claro que su pareja tenía un encanto embriagador que dejaba a todos atónitos, Itachi y Okami también.

-          Naruto

El rubio regresó en sí, Okami estaba junto a él, descalza, sus pies se hundían en el lodo de la orilla del lago en donde este estaba recogiendo la basura del día. La encontró diferente, había algo extraño que emanaba de su cuerpo, como si ese día en particular ella fuese irresistible hasta para él.

-          ¿Qué pasó? – dijo, dejando las bolsas de plástico en el suelo

-          Quería hablar contigo, ya sabes que yo puedo leer la mente ¿No?

-          Si – contestó, algo preocupado por el rumbo de la charla

-          Bueno, dices que no recuerdas nada antes del orfanato ¿Verdad?

-          Si – volvió a asentir

-          ¿Te gustaría que te ayudara con ese asunto?

El la miró sorprendido, no se había detenido a pensar en eso por mucho, pensó que quizá había sido resultado de algún trauma vivido en esos años, al menos eso decía internet y algunos libros al respecto. Su historia antes de ser abandonado por sus familias no era algo que particularmente le quitara el sueño, habían sido escasos años en los que quizá, por motivos de drogas, había terminado en un mal lugar.

Los compañeros que había tenido en el orfanato contaban ese tipo de relatos. Madres adolescentes, padres adictos, situaciones de violencia, supuso que su caso no sería distinto, no tendría por qué serlo.

-          ¿Ayudar cómo?

-          Si, ya sabes, que me des permiso para buscar y así, quizá, incluso… pudieras ver el rostro de tu madre

La vampiresa tocó fibras sensibles a propósito, su habilidad especial, a pesar de ser algo tan útil, no servía de nada si no tenía el permiso de la persona. Naruto era alguien noble, siempre estaba pensando en tareas o en Sasuke, supuso que mencionar a su madre lo haría flaquear, normalmente era algo que funcionaba.

-          No lo sé – respondió finalmente – no quisiera enterarme que mi mamá me vendió por cocaína

-          Eso no lo sabes, Naruto – insistió, tratando de no sonar demasiado invasiva – todos tenemos derecho a saber ¿No crees?

Naruto se mordió el labio inferior, despacio, señal de incertidumbre, Okami estaba dando en el clavo, solo necesitaría presionar un poco más. Las insistencias de Itachi sobre el encargo que le había dado eran más exhaustas de lo que pensó en un principio, a su hermano mayor le empezaba a urgir la información, por algo que no le dijo, pero, sin necesidad de leerle la mente pudo adivinar. Siempre estaba así de irritado cuando se acercaban los cazadores damphir y, si ellos estaban cerca, definitivamente las cosas solo podían ir para peor.

El Consejo no había sido notificado de la entrada de Naruto al circo, pero eso no garantizaba que no estuvieran al tanto. No había habido un humano desde que Joe apareció, no quería que el rubio tuviera el mismo destino que su homónimo, tener cada pieza del rompecabezas era estar un paso adelante que los vampiros de El Consejo.

-          ¿Qué dices? – volvió a insistir

-          Tengo que pensarlo

Ella se quedó con esa respuesta, no era precisamente lo que esperaba escuchar, pero ya tendría oportunidad de convencerlo después, ya habría plantado la semilla de la duda. Los humanos poseían una curiosidad inmensa que en ella se había extinto tiempo atrás, envidiaba esa capacidad de asombro.

 

 

 

-_

 

 

 

 

-          ¿No me digas que piensas ir así?

Naruto miró su ropa, sus jeans de siempre, una camiseta y los tenis que había traído consigo, estaba claro que no tenía un guardarropa grande, casi todo se hubo quedado en su viejo departamento. Nadie se había molestado en decirle a dónde era que iban, sus conocimientos sobre cazas de vampiros estaban prácticamente en ceros, supuso que irían a algún descampado o quizá, asaltarían un banco de sangre.

En cambio, Kiba estaba usando pantalones de vestir, camiseta y chaqueta de cuero, era la primera vez que lo veía propiamente vestido como un ser humano normal (en lo que cabía).

-          No tengo otra cosa – le dijo Naruto, con los ojos en blanco

-          Bien, bien, creo que te podrá quedar algo de la ropa que me queda grande

-          ¡oye!

A final de cuentas, la ropa que le venía grande a Kiba resultó ser la que le quedó, no se había dado cuenta de que, de hecho, ganó un par de kilos desde que se había unido al circo. Le costó trabajo entrar en los pantalones de cuero. Pero la camisola transparentosa le venía perfecta.

-          ¿Por qué tienes esto? – le preguntó Naruto refiriéndose a la camisa

-          Estaban de moda en los ochentas

Tuvo que aguantarse las ganas de reír, Kiba simplemente le dijo que se apurara. La noche estaba a punto de caer en el campamento, los demás estaban preparando todo para la cena, solamente que ellos en particular, iban hacia donde estaban los automóviles aparcados.

-          ¿Está bien que dejes a Akamaru solo?

-          Ya te dije que no es un perro, él sabe cuidarse solo

Entonces, vio a los tres vampiros, como nunca. Los hermanos emanaban un aura deliciosa, no había otra palabra que lo describiera mejor. Itachi estaba particularmente guapo, la camisa blanca estaba abierta hasta la mitad del pecho, donde brillaba una cadena de oro, se le hacía agua la boca al mirarlo. Aún sin sentir una real atracción a las mujeres, la vampiresa, con su diminuta minifalda de mezclilla y, un top rosa transparente que dejaba ver un par de pezones perforados hacía que quisiera replantearse sus preferencias.

-          Si sigues mirando, te voy a castrar – le susurró Kiba

Salir del estupor que representaban ellos, le permitió entonces darse cuenta de que Sasuke lo miraba irritadísimo.

-          Ah – atino Naruto – tú también te ves bien

Conociendo el carácter del azabache, se acercaría a darle un beso para que no dijera nada, pero en cuanto dio un paso hacia adelante, fue el vampiro quien tomó la iniciativa, agarrando su muñeca muy fuerte y jalando hacia él. La sensación fue prácticamente la misma que cuando estuvo en el espectáculo, la cercanía de Sasuke le abrumaba, se perdía en esos ojos tan negros como la misma noche.

-          Ya, ya – interrumpió Itachi – guarda eso para la cacería

 

 

 

-_

 

 

 

 

La siguiente hora y media en el auto de Itachi estaba siendo bastante complicada de manejar, descubriría que, de hecho, los vampiros si estaban desprendiendo algún tipo de aroma muy dulce que, a él y a Kiba los estaba poniendo a tope. El licántropo estaba visiblemente más acostumbrado, pero para él, estaba siendo realmente difícil no saltar encima de Sasuke. 

Para su alivio, pronto llegaron a lo que parecía ser su destino, una calle concurrida de uno de los pueblos medianamente más grandes que colindaban. No necesitaba ser de ese lugar para saber que era el distrito nocturno, el tipo de lugares en donde solía trabajar.

No tuvo tiempo de preguntar porque, pronto se dio cuenta de a dónde se estaban dirigiendo. Un enorme club al final de la calle, las luces estroboscópicas podían verse a través de las ventanas tapeadas, además, una enorme fila de personas esperaba para poder entrar. Sobre la entrada, un enorme letrero con letras individuales rezaba “Purgatorio”, en un color rojo sangre.

El grupo caminó directo a la entrada, Naruto procuró no quedarse atrás. El mastodonte de la entrada abrió la cadena para dejarlos entrar, obteniendo enérgicas quejas de quienes estaban esperando ahí seguramente desde horas antes.

Purgatorio no era muy diferente a cualquier club nocturno, las luces estroboscópicas lo cegaron por un momento y la música estaba tan fuerte que sentía que los tímpanos le reventaban, era una sensación bastante familiar.

-          Lo dejo en tus manos – le dijo Sasuke a Kiba en un grito apenas audible por la música

Los hermanos se dispersaron, dejando a Kiba y a Naruto en el vestíbulo del club. Se quedaron ahí un momento, Naruto supuso que su compañero querría ver qué es lo que pasaba a continuación.

Itachi, como solo él podía hacerlo, simplemente se acercó a la barra y, en un abrir y cerrar de ojos, ya estaba rodeado de mujeres. Okami, por su parte, se incorporó a la masa de cuerpos danzantes, en donde varias manos, de todos lados, se atrevían a tocarla.

-          Ven, vamos por una cerveza

En el camino, vio como Sasuke se había acercado a una muchacha junto de la barra, haciéndola reír, enseñándole ese encanto tan característico. Quiso recordar a Tayuya y cómo se había molestado, pero había algo en esa muchacha que le era terriblemente familiar, hasta que, dio. Menuda, rubia y de ojos azules, la chica con la que estaba el vampiro era, en esencia, parecida a él.

Tenía muchas preguntas que, para su sorpresa, Kiba estaba dispuesto a responder. Fueron al segundo piso del club, ahí la música era considerablemente más baja y se podía hablar con tranquilidad. Después de escoger una mesa, una mesera se acercó a preguntar lo que querían tomar.

-          Dos cervezas – le dijo a la muchacha que se retiró enseguida – la vas a necesitar

La mesa que habían escogido estaba al borde, con la vista perfecta a la pista de baile, Naruto buscó con la mirada hasta encontrar que, Okami iba de la mano con un sujeto hacia una puerta cerrada con una cortinilla de terciopelo azul.

-          ¿A dónde van? – preguntó

-          A las habitaciones

Resultaba que, Purgatorio, tenía una sección exclusiva para sus clientes más destacados pues, era un establecimiento perteneciente a vampiros, administrado por algo que Kiba llamó “El Consejo”.

-          Los vampiros tienen sitios así en todos lados – explicó el licántropo – era necesario

-          ¿Por qué recamaras?

-          Creo que ya lo sabes – dijo, al tiempo que la mesera regresaba con sus bebidas – pero una presión arterial alta, es lo que necesitan para alimentarse

Efectivamente lo sabía, o al menos se lo habría imaginado, supuso que la actividad física que conllevaba el sexo era lo que les permitía alimentarse. Todo comenzaba a cobrar un poco más de sentido, la razón por la que Sasuke se negaba a tener relaciones sin haberse alimentado era para prevenir una mordida.

 Pero él quería esa mordida.

Lo quería todo.

Vio cómo Sasuke terminaba un beso con la rubia y, de la mano, recorrían el mismo camino que habían hecho Okami y el otro sujeto, desapareciendo tras el terciopelo azul. Se moría no solo de celos, sino que, de curiosidad, las ganas de saber qué estaba pasando podían mucho.

-          Ve a ver – le dijo Kiba

-          ¿Qué? – le miró, sorprendido

Su compañero se limitó a tomar de su cerveza, era obvio que no estaba nada cómodo, supo cómo se sentía.

-          Esto es parte de estar con ellos – explicó – saberlo todo y ser capaces de comprender – pausó, para poder tomar un sorbo más de su bebida – si tienes curiosidad, entonces ve

Naruto quiso negarse, pero, no podía evitar sentir una curiosidad malsana, así que simplemente se puso de pie para encaminarse a bajar las escaleras. Kiba, por su parte, se quedó ahí, estaba preocupado por la repentina idea de Sasuke de llevar a Naruto con ellos, sabiendo que estaban rodeados por cazadores damphir.

Esperaba que no hubiese pasado nada, que el aroma de la sangre de Naruto se mezclase con la de los demás humanos en el club y que, simplemente asumieran que era una de las presas de los Uchiha.

 

 

 

-_

 

 

 

-          ¿Los viste llegar? – preguntó él, exhalando el humo de su cigarro

-          Si lo hice – contestó su compañero, con una calma alarmante

-          ¿Qué tiene de especial? – refutó Deidara, alarmado – seguramente se lo consiguieron en la calle antes de entrar

-          Por su bien – dijo el segundo – esperemos que así sea – suspiró – es trabajo extra que no tengo ganas de hacer

 

 

 

-_

 

 

 

 

Para la sorpresa de Naruto, no había prácticamente nadie vigilando el rededor de la cortina así que simplemente se coló. El pasillo inicial llevaba a una desembocadura a la derecha y otra a la izquierda, supuso que era una noche floja porque, se escuchaba ruido solo del lado derecho, el pasillo que recorrió estaba lleno de puertas, como si fuese un motel.

Se dio cuenta de que una de las puertas a su derecha estaba abierta, se asomó despacito, encontrándose exactamente lo que había imaginado. Okami estaba sentada a horcajadas en las caderas del sujeto extraño, meneando su pelvis, extasiada, su boca estaba entreabierta, los colmillos comenzaban a nacer.

Decidió dejarlo así, siguió por el pasillo, al fondo, no tenía ganas de ver también a Itachi en mitad de la acción. Para su alivio, la última puerta del pasillo también estaba abierta y, dentro, estaba quien buscaba.

En la cama yacía la chica rubia de hacía unos momentos, desnuda y desmallada, conservaba puesta la mayor parte de su ropa, tan solo las bragas estaban en el suelo. A su lado, Sasuke fumaba un cigarrillo completamente desnudo y con un hilo de sangre escurriendo desde sus labios. Pero, era obvio que la chica en la cama no había logrado cumplir sus expectativas pues, la erección entre sus piernas estaba aún firme.

-          ¿Te vas a quedar ahí viendo? – dijo el vampiro, sin mirar a la puerta

Naruto entró a la recamara, le inundaba un hedor conocido, sudor y sexo. Se sentó frente al azabache, haciendo que el cabello de la muchacha se moviera cuando hubo ocupado el lugar en el colchón.

-          No terminé – le dijo – esta chica estaba más ebria de lo que pensé – explicaba, mirándole directo a los ojos – su sangre sabe a margarita, se desmayó antes de que la mordiera

-          Pero la mordiste, bebiste ¿no?

-          Habría sido un desperdicio no hacerlo, la sangre de las rubias es la más deliciosa

-          ¿Y qué vas a hacer con eso? – dijo, señalando el pene erecto de Sasuke con un movimiento de cabeza

-          No he saciado mi sed del todo, regresaré a buscar otra chica

Antes de que se pudiera poner de pie, Naruto intercepto a Sasuke, volviendo a sentarlo en la cama, ocupando su regazo, dejando el pene del azabache contra su vientre.

-          Yo puedo saciarte – le dijo, sobre los labios

La mano de Naruto comenzó a acariciar la cabeza del pene de Sasuke que, a estas alturas, había perdido todo razonamiento. Deseaba a Naruto, de formas en las que el rubio no entendería, tenía una necesidad insana de hacerlo completamente suyo.

-          Naruto – le dijo en voz ronca a modo de advertencia

-          Deja que lo intente

-          No me voy a poder contener

-          Entonces no lo hagas

Naruto se quitó la camisola para tirarla al suelo, Sasuke lo miró hambriento, contento de por fin tener esa intimidad.

-          Has ganado peso – comentó, pasando su mano por el vientre del rubio – me gustas más así

El cuerpo de Naruto se movía prácticamente solo, las caricias de Sasuke no eran nada parecidas a lo que había sentido antes. El azabache parecía otro, más feroz, pero definitivamente era algo que le encantaba probar.

El cuerpo de la pobre chica desmayada fue renegada a un rincón del colchón, donde la ignoraron monumentalmente, Sasuke había dicho que tardaría un par de horas para que su cuerpo se recuperara lo suficiente como para siquiera sentir algo.

No le importaba realmente, estaba más emocionado por la erección del vampiro que de la muchacha escueta que dormía sin calzones a un lado de la cama.

Sasuke dejó que se quitara el resto de su ropa, como una especie de espectáculo pervertido que estaba dispuesto a mostrarle. En cuanto regresó a la cama, cayó en cuenta de que de verdad estaban a punto de tener intimidad verdadera. Su propio miembro ya estaba erecto de la sola expectación, subir a la cama con Sasuke le inyectaba la adrenalina necesaria.

No necesitaron palabra alguna, Sasuke arremetió en un beso violento, dejándolo acostado sobre su espalda para ponerse sobre Naruto. El rubio le rodeaba el cuello para atraerlo más a sí mismo, sintiendo la desnudez de su compañero completamente.

Naruto abrió las piernas para que Sasuke se acomodara en ese espacio, pronto, los labios del azabache se mudaron un poco más abajo, dibujando la línea de su quijada, dejando rastros húmedos en el rededor. La lengua del azabache pasó por su cuello, en una línea lenta y húmeda hasta el pequeño espacio de su clavícula.

-          Pensé que tenías hambre – testeó Naruto, sintiendo su erección palpitando

-          Sí, pero es que soy un maleducado – dijo, al tiempo que lamía uno de sus pezones – me gusta jugar con la comida

El rubio no pudo evitar soltar un gemido placentero en cuanto Sasuke succionó el pezón que había lamido mientras que, con una mano, estimulaba el otro. Podía sentir a Sasuke en cada fibra de su ser, sus caderas se movían frotando ambos miembros el uno con el otro, ya empezando a lubricarse con líquido pre seminal.

-          No te contengas – susurró Sasuke contra la piel de su vientre – no importa, nadie va a escuchar

No se había dado cuenta de que se estaba conteniendo, sus labios se abrieron dejando escapar un grito, era capaz de sentir la respiración de Sasuke en su ombligo, recorriendo el camino trazado por su pubis hasta que finalmente el vampiro dio con su miembro. No tuvo que pedirle nada, Sasuke empezó a lamer desde la base hasta la punta, introduciéndolo todo en la boca de una sola vez.

La vista de Naruto era la mejor, Sasuke movía su cabeza de arriba abajo, dándole la mamada más rica que nunca nadie le dio antes. Sus caderas se movían casi que solas, empujando su pene dentro de la garganta del azabache quien, parecía bastante complacido, hasta que este mismo decidió detener la felación, pero sin dejar de masturbarle con la mano.

-          Voy a moverte un poco – anunció el azabache

Sasuke tomó las piernas de Naruto y las atrajo hacia así, separándolas más y abriéndose camino. El vampiro volvió a acercar su boca, solo que esta vez no se detuvo en su pene, sino que siguió con sus testículos, prestando un poco de atención más abajo. Entonces, llegó a donde quería llegar.

-          ¡Ah! – volvió a gemir

Su cavidad anal estaba húmeda, Sasuke había empezado a lamer superficialmente la entrada, ayudándose con sus manos para separar las nalgas del rubio. Naruto empezaba a moverse espasmódicamente, la lengua de su compañero pretendía entrar, sabía que estaba ya expandiéndose para lo que vendría.

Entonces, Sasuke agregó un dedo a la ecuación, después otro. Sus dedos índice y medio, expandían un poco, introduciéndose de lleno, luego sacándolos un poco, para repetir el proceso, simulando penetraciones. Un dedo más, pero ni toda la mano de Sasuke sería capaz de saciarlo como él pedía, necesitaba sentirlo de lleno, completo dentro suyo. Estaba seguro de que el vampiro querría alargar eso lo más que pudiera, finalmente no se contuvo, terminó sobre su propio vientre.

-          Ah, no me esperaste – se quejó Sasuke, sin cesar las penetraciones con sus dedos

-          Verga – susurró el rubio, apenas consciente de lo que había dicho Sasuke

Su cuerpo no dejaba de reaccionar, aun habiéndose corrido, sintió que la erección no bajó, de hecho, los dedos de Sasuke se encargaron de que no perdiera el ritmo. Volteó brevemente, solo para ver a la chica rubia inconsciente a su lado, tenía la falda arremangada con su vagina expuesta, aún estaba húmeda, le causo gracia pues, seguramente era por el efecto de Sasuke.

-          ¿A dónde miras? – inquirió el vampiro

Un movimiento más de Sasuke para hacerlo mirar al frente, el azabache acercó una de sus manos al rostro del rubio, dándole una caricia brusca en el labio, logrando que Naruto atrapara sus dedos con la boca. Mientras más Naruto chupaba, los dedos del vampiro dentro de él aceleraban.

-          Quiero más – balbuceó Naruto, apenas entendible por los dedos de su compañero en la boca

Aunque quisiera prolongarlo más, Sasuke también estaba listo. Acomodó a Naruto en la cama quien, por su cuenta, alzó sus piernas, el azabache las tomó en el aire y las puso sobre sus hombros para inclinarse, así tendría más apertura.

Mirándolo a los ojos, Sasuke le sonrió, con todos los dientes, colmillos incluidos. Fue cuando empezó a sentir una presión en su ano, el pene de Sasuke se abría camino a su interior.

Había sido penetrado miles de veces, recibió miembros de todos colores y tamaños, hombres jovenetes y hombres viejos, todos se habían sentido igual hasta ese momento. Sabía que era gay porque trabajar con las mujeres le costaba un poco más de trabajo, pero sus clientes siempre iban satisfechos, que él lo estuviera era otro cuento.

Pero en ese momento, en cuanto la cadera de Sasuke se dejó ir hacia adelante, llenándolo completo con el pene erecto del vampiro, sintió que tocaba el cielo. Gritó de placer una vez más, a cada envestida de Sasuke, sentía que todo a su alrededor se desvanecía en girones, no existía nada más que ellos dos entonces.

Sasuke se acercó a su rostro, buscando besarlo, pero fue un contacto breve porque, la boca del azabache fue más abajo, de regreso a su mandíbula y, finalmente, en el espacio entre el cuello y el hombro, hundió los colmillos.

La sangre caliente de Naruto le llenó la boca, fue lo que necesitó para llegar él mismo al orgasmo, dejándose venir dentro de la cavidad anal de su compañero. Ahora venía la parte difícil, bebía de Naruto, pero tenía que detenerse antes de dejarlo inconsciente. Sentir el sabor metálico en el paladar era un gusto ya, pero esa sangre en particular, era deliciosa, dulce.

Por su parte, Naruto había disfrutado de su segundo orgasmo menos de lo que pensó, la herida en su cuello ardía tanto que, por un momento pensó que lo estaban apuñalando. Era tan aterrador sentir con claridad cómo era que su sangre estaba saliendo, Sasuke succionaba como si no hubiera un mañana, quería decirle que se detuviera, pero, la garganta se le serró.

Antes de quedar completamente dormido, Sasuke logró separarse de él, con la boca llena de sangre y una mirada de preocupación. Lo último que vio antes de desmayarse fue, de hecho, el escarlata en los ojos del azabache, desvaneciéndose nuevamente.

 

 

 

-_

 

 

 

Según por lo que había dicho Sasuke, estuvo desmayado por un par de minutos solamente, el azabache se hubo logrado contener antes de terminar peor, como la chica que seguía plácidamente dormida junto a ellos. Tenerla ahí era algo incómodo, pero Naruto solo quería acostarse en el pecho de Sasuke, dormir, estaba muy cansado.

-          No hay tiempo para acurrucarnos – le dijo Sasuke, genuinamente resignado – hay que volver

-          Sasuke – le dijo para llamar su atención

Antes de que el azabache pudiera decir nada, Naruto le dio un beso, uno suave, de esos que solo estaban reservados precisamente para Sasuke. Este último también correspondió el gesto, atareado por el hecho de que había roto una regla importante y tenía que pensar en cómo encubrirlo.

-          Vamos – le dijo el vampiro – vístete, hay que regresar

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).