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Circus Of Dust (2020) por Uruhasa_13

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Décimo acto. El último adiós

Que los muertos aquí es donde tienen que estar
Y el cielo por mí
Se puede esperar

-          Mecano (No es serio este cementerio)

 

Un par de días en carretera fue todo lo que necesitó para saber que amaba esa vida, pasaban por lugares increíbles, paisajes que solo soñó ver. Kiba y Akamaru eran los mejores compañeros de viaje, incluso el castaño se ofreció a enseñarle a conducir.

-          Así no tendré que echarme solo toda la jornada – dijo, suspirando – todo sería más fácil si Akamaru pudiera manejar también

Las escasas paradas que llegaban a hacer en estaciones de servicio eran exclusivamente para ir al baño y comprar provisiones, Naruto no tuvo demasiado tiempo para encontrarse con Sasuke, aunque en cierta medida lo agradeció. Se besuqueaban afuera de las tiendas de conveniencia con una sonrisa y pocas palabras, sabiendo que lo que necesitaban en ese momento era simplemente ver como fluía todo.

Iba en el asiento del copiloto, recargado en la ventana de la van, descubriendo que esos viejos asientos de tela eran bastante amplios y cómodos, no había prestado demasiada atención al tablero del camper, Kiba tenía colguijes en el retrovisor y basura en el tablero, incluso una muñeca hawaiana sin cabeza bailaba sobre el bolate.

El gusto musical del licántropo se adecuaba bastante al suyo, armaron una playlist juntos para el camino, sobre la marcha, recordatorio latente de que necesitaría su propio celular.

La carretera lo puso algo nostálgico, pensó nuevamente en ese último vistazo a su recamara. ¿Qué habría hecho el casero cuando descubriera que ya no vivía ahí? ¿Habría vendido su ropa, o se la habría quedado? Le causó gracia pensar en el viejo gruñón descubriendo la caja con plugs anales que guardaba en el ropero, pensó que quizá a Sasuke le habrían gustado.

Había logrado calmarse en todo el rato que compartió con el licántropo, pensar en Sasuke dolía mucho menos de esa forma, le fastidiaba tener que estar entendiendo al azabache, estaba exhausto.

Finalmente, se detuvieron en un pueblo alrededor de media mañana, supuso que pasarían la noche ahí cuando bajó del auto y se encontró con todos. Akamaru saltó de auto sacudiéndose, feliz de poder estirar las piernas, Naruto lo imitó, estirándose exageradamente, la espalda le dolía y tenía ganas de comer.

-          ¿Ya están todos? – preguntó Itachi en el medio del grupo – bien

Naruto buscó a Sasuke con la vista, pero no lo encontró, supuso que estaría todavía en el camper con su hermana.

-          Hice un par de llamadas en el camino – siguió explicando el azabache – el ayuntamiento nos permitió hacer una pequeña presentación en el centro

Los detalles de la presentación eran más para los artistas que para él como tramoyista, se alejó un poco, regresando al camper para simplemente recargarse en este, tranquilo. Parecía ser un lugar apacible, el aire estaba cargado de calma y polen; se rascó la nariz para prevenir un estornudo que finalmente tuvo que dejar salir.

-          Salud

La voz de Shikamaru lo sobresalto tanto que casi se ahoga en su propio estornudo, el castaño estaba fumando sin siquiera voltearlo a ver, pretendiendo escuchar las indicaciones de Itachi. El primer instinto de Naruto había sido irse, pero, viendo que el otro permanecía sereno, decidió que podría hablar con él.

-          Gracias

-          Han sido días muy exhaustos, no me gusta demasiado viajar en carretera

No supo bien a qué venía ese comentario, pero agradeció que no fuera un intento de violación más. Seguía resentido, lo que le había hecho el castaño era un asunto serio, ni siquiera se tomó la decencia de disculparse, aun así, prefirió simplemente pretender que nada pasó y así no acarrear problemas.

-          Aún no me rindo – anunció – pero creo que cambiaré mis métodos

Podría nombrar todo lo que estaba mal con esa afirmación, pero, igualmente, prefirió darle por su lado. Estaba preocupado de que Sasuke saliera de alguna parte a hacer una escenita de celos que, aunque los antecedentes de Shikamaru lo meritaran, no estaba de humor para soportar la hipocresía del vampiro.

 

 

 

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-          No necesitas seguirte escondiendo – dijo, en su tono tan bajo pero característico

Neji giró la cabeza, apartando la vista de la dirección en la que miraba. Le hervía la sangre cada vez que veía a Shikamaru coquetear con quien fuese, Naruto simplemente era el capricho de turno; Hinata tampoco lo hacía sentir mejor, su prima no tenía nada más que buenas intenciones, pero, por más que pasara el tiempo, no podría olvidar con todo lo que había sido criado.

-          Princesa, yo…

-          ¿Ves? – dijo ella – aún me sigues llamando “Princesa” – se cruzó de brazos, mirándolo – Neji, ha pasado mucho tiempo

El pelinegro suspiró pesado, engañarse a sí mismo resultaba mucho más fácil cuando Hinata no estaba ahí para recordarle las cosas. Los sentimientos que tenía enfrascados muy dentro de él, luchaban día con día por ser desenterrados, si su familia supiera todo lo que alguna vez hizo al lado de Shikamaru, estaría más que repudiado.

-          Lord Hiashi…

-          Mi padre murió hace mucho tiempo, Neji – tajó – no lo uses como una excusa

-          No me entiende – suspiró – el libertinaje no está tolerado en…

-          Deberías hablar con Shikamaru – le interrumpió

Él simplemente suspiró de nueva cuenta, tratando de expulsar junto con el aire los prejuicios que le hacían todo tan complicado. Él mismo sabía que estaba siendo un cobarde, uno que se negaba a dejar ir a sus muertos, aún después de haber pasado de todo al lado de Shikamaru y de todos los demás.

Hinata tenía mucha razón, desde que su pueblo se quedó en ruinas, su gente había muerto y ellos se salvaron de milagro, pensó que todo estaría perdido. Cuando Itachi les tendió la mano, ambos se adaptaron maravillosamente, su compañera descubrió su gran talento para la costura, mientras que él, bueno, él había descubierto a Shikamaru.

-          No es correcto – musitó finalmente – no es correcto que yo esté con un hombre

La pelinegra suspiró, rindiéndose finalmente por esa vez, hacer entender a Neji que sus sentimientos por Shikamaru no estaban mal era como hablarle a la pared, una pared tremendamente terca.

-          Como quieras – dijo finalmente, resignada

 

 

 

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 Se armó una tarima junto a la catedral del pueblo, para cuando la tarde empezó a descender, todos estaban listos y terminando de montar los últimos detalles. Las personas, curiosas, se acercaban a ver de qué se trataba, esperando pacientemente a que empezara el espectáculo una vez que se les informaba del mismo.

En esos casos, les tocaba vender chichería y media, además de acomodar a los niños en el suelo frente a la tarima.

-          Es que no vamos a vender la entrada – le había dicho Sai, dándole un recipiente lleno de bolsas de palomitas – así que nos toca esto

No era nada del otro mundo y la verdad, lo disfrutaba. A pesar de no haber podido hablar con Sasuke desde que habían llegado, tenía una corazonada de que, después del espectáculo, podrían tomar un largo paseo por las callejuelas del pueblo, aprovechando que estarían ahí hasta el día siguiente.

Para el anochecer, los faros que formaban parte del alumbrado público del parque, combinados con un par de luces pertenecientes al circo, iluminaban el escenario perfectamente. No solo había niños, sino que alrededor también se aglomeraba población general, Naruto inclusive vio que, después de terminar la misa, los padres de la catedral también se acercaron.

Junto con Sai, vendieron chucherías y bebidas, los habían dejado sin nada justo antes de empezar el espectáculo. El rubio se acomodó atrás de todas las personas, subido en una banca, donde no estorbaría a nadie.

El espectáculo era tan alucinante como siempre, aunque después de que Naruto se diera cuenta de que Sasuke estaba detrás de la tarima, lo único que pudo hacer era acumular su ansia por verlo actuar.  Estaba muy sereno, todo el enojo y estrés de antes del viaje se esfumaría.

Entonces, llegó el turno del vampiro para poder hacer su aparición y, obviamente, no dejó de sorprender. Los niños se maravillaban, él mismo aplaudía después de cada uno de sus trucos, Okami tuvo un papel mucho menos relevante, solamente se encargó de darle a su hermano las herramientas que usaría.

-          Bueno, bueno – decía el mago una vez que su ayudante hubo bajado del escenario – para mi próximo truco, escogeré un ayudante

Sería Sasuke el encargado de escoger a alguno de los niños que levantaba la mano enérgicamente. Aunque, eso sí, como se trataba de pequeños, el vampiro se tomó su tiempo haciendo bromas, pero, en algún momento, se quedó viendo en dirección a Naruto, desvaneciendo su sonrisa. Por un momento, el ojizarco pensó que lo estaba mirando a él, más, la expresión de Sasuke era de pura confusión.

El azabache se dio cuenta de que había estado en silencio mucho tiempo, sacudió la cabeza como si simplemente se hubiese equivocado y, como siempre, siguió el acto. Naruto miró a todas partes tratando de entender qué es lo que había pasado, pero no encontró nada fuera de lo común. Continuó su acto, escogiendo a uno de los chicos del frente, pero se miraba genuinamente aturdido.

Itachi prácticamente lo bajó del escenario, momento que Naruto aprovechó para ir donde él, las personas también empezaban a dispersarse al ver que la presentación llegaba a su fin. No tardó mucho en alcanzarlo, parecía tener intenciones de ir en su dirección, pero, aun cuando lo alcanzó, pareció ignorarlo, queriendo seguir su camino.

-          ¿Sasuke? – preguntó Naruto

-          Era Joe – musitó – vi a Joe

El corazón de Naruto dio un vuelco, su estómago se hizo tan pequeño que incluso juró que lo pudo escuchar. Tomó a Sasuke del codo y lo obligó a regresar para verlo a los ojos, el azabache parecía totalmente fuera de sí.

-          ¿Estás loco? – inquirió – Joe debe estar muerto…

Sasuke lo miró con los ojos bien grandes, como si cayera en cuenta de que Naruto tenía la boca llena de razón. Respiró hondo, tranquilizándose, su compañero estaba al borde de las lágrimas, el vampiro se sintió como basura por hacerlo sentir de esa manera. Sin embargo, sus ojos no lo habían engañado pues, entre las personas, entre el público, estaba él.

Hubo un silencio en el que no se sintió prácticamente nada, como si el tiempo se hubiese detenido justo ahí. Sasuke aprovechó para calmar sus ansias, Naruto estaba empezando a alterarse también, cerró los ojos muy fuerte, diciéndose que no podía ser. Ese tipo de cosas le pasaban seguido, pero tenía años sin suceder, él había visto el mismo rostro del que se despidió alguna vez antes de que se fuera a la guerra.

-          No es posible – repitió Naruto

-          Naruto – le dijo, mirándole a los ojos – yo vi a Joe, pero al de siempre, joven

Naruto miró sobre el hombro del pelinegro para darse cuenta, aliviado, que los demás integrantes del circo no les estaban prestando atención. Era el colmo, no necesitaba esa mierda, las ganas de decirle al vampiro que estaba inventando cosas eran inmensas, que regresaran con los demás, pero hubo algo en sus entrañas que no lo dejó.

Suspiró, expulsando todo lo malo que había en su interior, o al menos lo había visualizado de ese modo. Era totalmente imposible ver a un Joe joven caminando despreocupado por ahí, por un pueblo en el que no se explicaba cómo no se detuvieron antes.

-          ¿Estás seguro? – preguntó, en un hilo de voz apenas audible

El vampiro lo miró de hito en hito, sintiendo el aire a su alrededor volverse denso, pesado y hasta cierto punto, salado.

-          Si – contestó, contundente

-          Entonces vamos – le dijo, apretando el agarre del codo con su mano

A Sasuke le tomó unos momentos caer en cuenta de que Naruto caminaba con su codo bien agarrado, casi arrastrándolo. Tuvo el impuso de mirar a sus espaldas, sus compañeros estaban demasiado ocupados como para notar su ausencia. Comprendió que el rubio estaba intentando llevarlo hacia donde se supone que había visto al tan afamado Joe.

Tener esa situación entre sus manos estaba desquiciándolo, no sabría qué hacer si de verdad encontraba a Joe. Abrió los ojos como platos y empezó a caminar el también, hasta el punto de que ahora sería Naruto quien intentaba permanecer sostenido de su brazo. ¿Qué le diría? Abrió la boca jadeante, queriendo que el aire en sus pulmones fuera y viniera lo más rápido que pidiese, como si eso fuese a acelerar las cosas.

 

 

 

 

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El pueblo era bastante pequeño, Naruto siguió a Sasuke a través de las callejuelas, teniendo el paseo nocturno que tanto había aclamado, pero, no como él lo esperaba. Ni siquiera se atrevía a decir palabra, solamente seguía al vampiro, hasta que, simplemente, se quedó atrás.

Miró la espalda de Sasuke mientras atravesaba un pequeño callejón que desembocaba en otra calle, de donde según él, había visto pasar al supuesto Joe. Se preguntó qué harían si, por alguna circunstancia, llegasen a encontrarlo, se preguntó también si el vampiro lo dejaría a un lado porque, después de todo, seguramente seguía amando a Joe.

Sintió un dolor punzante en la espalda, giró sobre sus talones rápidamente pensando que habría sido apuñalado, estaba solo, se dio cuenta de que el hormigueo en sus omoplatos era propio, seguramente por el estrés y la angustia.

-          ¿Naruto? – le llamó Sasuke, regresando – ¿Estás bien?

Primero pensó que Sasuke se refería al dolor tan repentino en su espalda que, de hecho, ya había desparecido casi que por completo. Realmente Sasuke había preguntado porque se hubo quedado atrás, con expresión vacía, simplemente se había perdido, se quedó atrás a propósito.

-          ¿Qué va a pasar si es él? – preguntó, olvidándose por completo de su espalda

Sasuke no respondió, de hecho, él mismo había querido no hacerse esa pregunta a propósito.

-          ¿Me vas a dejar?

Esa pregunta fue lo que necesitó para darse cuenta de lo que estaba pasando al cien por ciento. Sasuke reacciono por fin, tomando el rostro de Naruto entre sus manos para darle un beso casto sobre los labios, contacto que se haría más profundo, enfatizándose con la negrura y calma que ofrecía la noche.

-          No – contestó, sobre sus labios

La verdad era que, seguía amando a Joe, pero, ahora Naruto estaba en su vida. Fuese cual fuese el resultado, sus prioridades tenían que estar bien puestas.

-          Yo – dijo, dejándolo en el aire, queriendo agarrar fuerzas – yo te amo, Naruto

La mirada que le regaló el rubio fue una mirada que jamás olvidaría en lo que le restara de vida. para Naruto, era la primera vez que escuchaba esas palabras dirigidas a él, genuinas, sin tener dinero de por medio.

-          Vamos – musitó Naruto, tratando de contener su alegría – hay que seguir buscando

 

 

 

 

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 Volver a encontrar el rastro del supuesto Joe les fue bastante complicado, ya estaba haciéndose más noche y parecía que las aglomeraciones de personas mermaban. Finalmente, Naruto terminó siguiendo a Sasuke que comenzó a correr casi de la nada hacia lo que parecían ser departamentos.

Ahí lo vio, el sujeto que estaba entre el público, caminando hacia el edificio con aire despreocupado después de lo que, supuso Naruto, había sido un día completamente tranquilo. Sería un par de años mayor que él, cabello castaño, piel blanca y un rostro salpicado en pecas.

-          Joe – llamó Sasuke

El azabache dio dos pasos hacia adelante, Naruto se quedó en donde estaba, mirando como el sujeto volteaba. Esperó cualquier cosa, pero el individuo quien, con su sola mirada había hecho estremecer a Sasuke, estaba a punto de presenciar como el amor de su vida se iba porque, a pesar de lo que el vampiro le hubo dicho, sabía que el amor de Sasuke por Joe no podía medirse.

-          ¿Di…disculpa? – dijo el aludido

-          ¿Joe? – repitió Sasuke, pero a manera de pregunta

-          Si, soy Joe… ¿Te conozco? – miró a Naruto – ¿Los conozco?

Si Naruto hubiese podido escuchar la reacción de Sasuke habría dicho que sería vidrio quebrándose. Se acercó al azabache para mirar su rostro, torcido en una mueca de perturbación genuina.

-          No… nosotros – empezó Naruto, viendo que Sasuke no reaccionaba – Perdón, es que te pareces a alguien que conocemos

El muchacho sonrió de medio lado, escondiendo sus manos en los bolcillos de su chaqueta, seguramente buscando algo. A juzgar por su expresión le pasaba seguido, Naruto se preguntó si tendría que ver con el circo.

-          ¿Ustedes también quieren hablar de mi abuelo?

Ambos, Naruto y Sasuke se miraron, confundidos.

-          La gente de por aquí me confunde mucho con él, dicen que somos idénticos, pero, casi siempre es gente mayor

-          So… somos entusiastas de la historia – soltó Naruto, por alguna razón que no comprendió del todo, solo sabía que el tal Joe participó en una guerra

Joe los invitó a pasar, Sasuke seguía tan callado como una tumba así que Naruto se tuvo que encargar de toda la charla. Había inventado una historia sobre que, se habían enterado del paradero de la familia del soldado que participo en la segunda guerra mundial y, aprovechando el recorrido del circo, habían decidido echar un vistazo.

-          Iré a preparar café – les dijo Joe, dejándolos en la sala de estar

Sasuke había logrado calmarse, le hubo costado un poco comprender la situación, el chico que los había atendido era Joe, pero no su Joe. Cuando el muchacho regresó con un par de tazas de café, dejó que sus invitados preguntaran lo que quisieran.

-          Es que yo, Soy Joseph tercero – rio, en su explicación

Les contó que, después de la guerra, su abuelo había emigrado a ese pueblo, en donde conoció a una mujer de la que se enamoró y con la que finalmente se casó. Sasuke se puso de pie en algún punto, para mirar los retratos en la pared, se dio cuenta de que, el Joe que conoció, posaba en varias de estas. Pudo reconocer los ojos que alguna vez amó, en el rostro de un hombre mayor, mucho mayor.

-          Me mudé aquí para cuidar del abuelo después de que me gradué – explicó – mis padres viven lejos, a ellos no les gusta la tranquilidad del pueblo

-          ¿Qué pasó con él? – preguntó Sasuke, regresando a ocupar el lugar junto a Naruto

-          Ah – suspiró – el abuelo murió hace un par de años – respondió, rascándose la cabeza

Las miradas de Joe y Sasuke se cruzaron, el vampiro respiró hondo y despacio, era obvio que no era Joe, sus ojos eran completamente diferentes. Aun así, mirarlo era como embarcarse en un viaje de nostalgia sin retorno alguno, casi doloroso.

-          Yo… – dijo el muchacho – no sé por qué, pero… ¿Les gustaría ver la habitación del abuelo? Creo que la encontrarán fascinante, no la he tocado desde que él se fue

-          Sí, eso nos encantaría – respondió Naruto

Joe les indicó cual era la habitación, les pidió que fueran mientras él recogía los trastes del café. De alguna manera, el cuarto del difunto Joe le pareció muy acogedor, el rubio encendió las luces para ver mejor, encontrándose un lugar casi común. Observó a Sasuke recorrer la estancia, acariciando los muebles con la punta de sus dedos, con una nostalgia abrumadora, Naruto casi pudo sentir que Sasuke conocía ese cuarto a la perfección.

-          No sabía que se había mudado hasta acá – suspiró – pasamos por este lugar seguido… está de paso

-          Sasuke…

-          Él estaba tan cerca de mi…

Por un momento, Naruto pensó que Sasuke lloraría, pero, en lugar de eso, siguió el recorrido por los muebles. Él mismo también se dio la oportunidad de echar un vistazo, había retratos en la pared que aclamaban por ser vistos, entre ellos, una fotografía en blanco y negro de un pelotón del ejército. Pronto encontró el rostro de Joe, el original, el parecido con su nieto era inquietante, casi podría jurar que eran la misma persona.

En un momento, Sasuke se detuvo en seco frente al ropero que le había pertenecido a Joe, puso su mano sobre la puerta con intención de abrirla, cosa que no sería para nada amable para con su nieto.

-          Hey, Sasuke – le dijo Naruto, en un susurro – ¿Qué haces?

-          Hay algo aquí que me pertenece – contestó – será un minuto

Durante los siguientes tres minutos, Naruto sintió que Joe entraría en cualquier momento, aunque, como había prometido, Sasuke solo tardó unos momentos, metiendo en su pantalón un sobre considerablemente gordo.

-          ¿Sasuke, eso es dinero? – preguntó alarmado

-          Claro que no – suspiró – pero no sé lo que es, creo que sería una carta

-          ¿Cómo sabes que es para ti? – preguntó, con una ceja levantada

-          Porque huele a su sangre

En ese momento, Joe (el tercero) entró a la recamara, les volvió a contar un par de cosas más, señalando las medallas que había ganado su abuelo. Oír las hazañas de guerra que había hecho Joe en el campo de batalla, hinchaba de orgullo a Sasuke, lo que lo hacía sentir todavía peor.

Se despidieron de su anfitrión pasada la media noche, dieron las gracias y se retiraron. Ambos habían decidido, sin decirse una sola palabra, que se tomarían su tiempo para regresar. Una brisa helada se colaba entre los callejones, el otoño se empezaba a sentir en el aire, regalándoles un ambiente casi perfecto.  

-          Joe fue un soldado ¿Eh? – soltó Naruto, queriendo simplemente llenar el vacío silencio

-          Si – contestó el azabache, con una sonrisa de lado

-          Parece que fue increíble

Sasuke lo volteó a ver, Naruto se miraba alicaído, él mismo se sentía abatido, pero, los sentimientos de su pareja eran otro cuento. Suspiró pesado, sacando su mano del bolsillo de su pantalón, para buscar la de Naruto, entrelazando sus dedos y apretando firmemente.

-          No fue mentira lo que te dije – comenzó – de verdad te amo – pausó, para dejar espacio a alguna respuesta de Naruto y, como no llegó, continuó – Te amo

-          Yo – dijo, queriendo interrumpir – yo no soy un héroe de guerra ni mucho menos – se rascó la cabeza, apretando también la mano de Sasuke – yo…

Antes de terminar, volvió a sentir la punzada en su espalda, ambos se detuvieron en seco, Sasuke soltó su mano para revisarle.

-          ¿Qué pasa? – dijo, al tiempo que le pasaba la mano por la espalda

-          ¡Ah! – soltó, en cuanto las yemas de los dedos del azabache tocaron uno de sus omoplatos – ah… - respiró, dejando que el dolor se volviera a diluir – ya, ya – dijo, más para él mismo que para Sasuke

-          ¿Qué es, Naruto? ¿Estás lastimado?

-          No sé, no sé, solo es un dolor repentino, lo sentí más temprano, pero ya se fue

Había muchas cosas que tenían que aprender los dos, Sasuke suspiró nuevamente para abrazar a Naruto, ya le pediría a Sakura e Ino que le echaran un vistazo a la espalda de Naruto. Hundió su nariz en la rubia cabellera del ojizarco, llenando sus pulmones con ese olor tan característico, el dulce de su sangre, recorriéndole cada vena.

Le había dicho a Naruto que, aunque hubiesen encontrado a Joe, no lo dejaría, porque estaba fervientemente enamorado de él. Pero, aunque sus sentimientos eran precisamente esos, no estaba seguro de cómo reaccionaría si se encontrase cara a cara nuevamente con Joe. Sin embargo, habían hecho un descubrimiento importante, le dolía saber que su amado se hubo rendido en algún punto, que se estableciera con una mujer y lo dejara atrás.

Pero era un hipócrita, porque él también se había movido, dejado atrás las cosas del pasado. Se preguntó qué hubiera pasado si se hubiese encontrado con un anciano de más de ochenta años, haciendo bien las matemáticas, joe tendría alrededor de cien años para ese momento, era obvio que no estaba vivo siquiera. Su nieto le brindaba consuelo, estaba contento también porque, de alguna forma, supo que él vivió bien.

-          Naruto – dijo, su voz sonaba amortiguada por el cabello del ojizarco

-          ¿Si?

-          Por favor, ni una palabra a nadie del circo sobre lo que acaba de pasar

Naruto quiso preguntar la razón, sabía que todos en el circo estarían contentos de recibir noticias de Joe pero, comprendió que era algo de Sasuke.

-          No le diré nada a nadie

Se separaron, Sasuke tomó su mano finalmente, recuperando el agarre, para poder andar de regreso al circo. No sin antes, dar un par de vueltas, disfrutando de la noche y de la compañía.


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