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Circus Of Dust (2020) por Uruhasa_13

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Catorceavo acto

Tal vez no estés interesado en la guerra, pero la guerra si está interesada en ti

-          Leon Trotsky

 

Los preparativos de la boda los tenían a todos muy atareados, Itachi, de hecho, canceló las presentaciones que había programado para ese lapso de tiempo. Naruto quería creer que la apurancia era por la celebración y no el trasfondo que tenía detrás, quizá los demás también se repetían continuamente que estaban celebrando, que no estaban peleando contra reloj.

Al segundo día de los preparativos, Naruto salió muy temprano del camper de Kiba para dirigirse al de Itachi y ver qué era lo que debía hacer, pero no encontró su nombre.

-          Hoy saldremos tú y yo

Naruto saltó al escuchar a Okami tras él, ella aún resentía la falta de alimento así que vestía un suéter  de cuello de tortuga y pantalones anchos, guantes y un sombrero de ala ancha, cuidando de no dejar un solo centímetro de piel visible y propensa al sol. Los lentes obscuros protegían sus sensibles ojos, los vampiros eran criaturas sumamente vulnerables cuando estaban faltos de sangre.

-          Perdón por esto – señaló sus lentes – saldré de caza esta noche

-          ¿A dónde iremos?

Okami no contestó de inmediato, simplemente emprendió el camino hacia la entrada del campamento. Se preguntó si caminarían todo el trayecto a pesar del sol, el otoño apenas empezaba a mostrarse de a poco, los días soleados no eran tan hostiles como meses anteriores, pero seguían representando un daño para la vampiresa.

-          ¿No sería mejor ir en auto? – dijo Naruto, al ver que empezaban a tomar camino

-          No, sería un desperdicio, no iremos muy lejos

A diferencia del lugar anterior, la carretera aledaña al campamento del circo era bastante concurrida, los automóviles circulaban a gran velocidad obligándolos a ir por la orilla. Las personas en los vehículos los miraban de reojo al pasar, no solo por la elección de ropa tan desentonada que usaba su compañera, sino que, podría considerarse poco común ver caminantes tan despreocupados.

-          Okami ¿A dónde vamos? – insistió el rubio

-          Ven, por aquí

La muchacha se adentró en una desviación de terracería, Naruto estaba a punto de perder la paciencia cuando se dio cuenta de que el camino descuidado era el sendero hacia una granja. Aunque, mientras más se acercaban, más evidente era que no había nadie viviendo ahí desde mucho tiempo atrás.

-          Debería estar por aquí – musitó

Entraron al granero empujando una puerta de madera destartalada, el olor a humedad que provenía de las paredes podridas le llenó las fosas nasales. El primer instinto de Naruto fue taparse la nariz, pero para la vampiresa representó la oportunidad de quitarse el sombrero y el suéter bajo la protección de la sombra en la construcción.

-          ¿Qué hacemos aquí? – preguntó Naruto, sin poder contener su curiosidad ni un solo segundo más

-          Aquí existe una entrada hacia la red de túneles energéticos

Antes de siquiera poder preguntar a qué se refería, Okami puso una mano desnuda sobre la madera podrida, haciendo que unas diminutas líneas en paredes y suelo se iluminaron, convergiendo en un punto concreto del suelo, justo debajo de una canasta maltrecha. La muchacha pateó la canasta abriendo una especie de agujero.

-          ¿Pero qué…?

-          Vamos, no hay tiempo que perder

Okami saltó dentro del agujero, como una suerte de conejo sacado del mismísimo cuento de Alicia. Él dudó, observó su alrededor encontrándose solamente con las líneas titilantes y la ropa extra de su amiga tirada en el suelo.

-          ¡Apúrate! – se escuchó desde debajo del agujero 

Trató de no pensarlo demasiado y simplemente dio un salto con los ojos cerrados dentro. Esperaba caer durante mucho tiempo, pero parecía que simplemente hubiera dado un salto desde una escalera. Cuando abrió los ojos, instintivamente miró hacia arriba, queriendo encontrar el hueco por donde entró, pero se encontró con el techo macizo.

Sus alrededores también eran diferentes a lo que esperaba, frente a él había un largo corredor muy amplio, a sus espaldas también, como una especie de cueva infinitamente larga.

-          Ven por aquí – le dijo Okami, yendo hacia el frente

No se atrevió a decir una sola palabra, el corredor estaba hecho enteramente de adoquines grises, puertas circulares se alzaban una al lado de la otra, espaciadas con placas en donde iba escrito el nombre de quien habitaba tan peculiar vivienda.

-          ¿En dónde estamos? – preguntó curioso

-          Este es el túnel energético, es una especie de refugio para los usuarios de la magia elemental, en pocas palabras – dijo, señalando las placas – esos son los hogares de brujas y brujos

-          ¿Túneles energéticos?

-          Sirven como paso para criaturas como nosotros, se encuentra siguiendo las redes de energía, esas líneas brillantes que nos indicaron la entrada

La vampiresa pronto se detuvo ante una de dichas puertas circulares, él se quedó a una distancia prudente, viendo como ella, al intentar golpear para anunciar su presencia, la entrada se abría ante ellos, tras un quejido sordo proveniente de la madera.

-          Vaya – musitó ella – ven, Naruto

A esas alturas, sorprenderse era una pérdida de tiempo. La siguió dentro, encontrándose un amplio salón repleto de estantes en donde frascos con contenidos misteriosos reposaban en el interior. Masetas se mantenían suspendidas en el aire y una enorme mesa de mármol reposaba en el centro.

-          Vaya, no esperaba verte aquí – dijo una voz femenina

Hasta ese momento, Naruto no se dio cuenta de la puerta cubierta con una cortina de cuentas, de donde emergió una mujer rubia, vestida en una especie de kimono flojo. Con la sola presencia de esa nueva persona supo lo que era, emanaba una energía tan placentera que sintió que podría desplomarse dormido en cualquier instante.

-          Perdóname por llegar tan repentinamente – se disculpó Okami – Tsunade, he venido a darte esto

De uno de los bolsillos de sus pantalones, Okami le dio a la mujer un sobre pequeño, Naruto cayó en cuenta de que se trataba de una invitación para la boda. Tsunade, por su parte, examinó la invitación con mucho cuidado, a pesar de la sonrisa triste en los labios de la azabache. Él mismo se quedó ahí, sin atreverse a emitir un solo sonido que enturbiara el ambiente, esperando.

-          ¿Te vas a casar? – inquirió con una ceja levantada

-          Si, el viernes – soltó, seguido de una risa amarga

A pesar de la noticia que debería ser alegre, la bruja miró condescendiente a la vampiresa, dejando la invitación en la mesa del centro.

-          ¿Esto tiene que ver con Obito?

Naruto se dio cuenta de que amiga se había estado esforzando por mantener un semblante calmado, ella simplemente se limitó a guardar silencio con el ceño fruncido. La muchacha respiró hondo y despacio, como si intentara reconstruirse sin derramar una sola lágrima.

-          Siempre tiene que ver con Obito – soltó, después de un prolongado silencio – pero, bueno – suspiró, tratando de recobrar el aliento – no es la única razón por la que estoy aquí

Después de decir eso, los ojos de la bruja se posaron directamente en Naruto quien, por un momento, olvidó que él también estaba ahí. Tsunade se acercó, llenando su rededor de limerencia pura y simplemente se quedó pasmado hasta que la mano de la bruja se posó en su mejilla.

-          Él es Naruto Uzumaki – dijo Okami – es amigo nuestro

-          Un humano

-          Sí, es una larga historia – suspiró – descubrimos un sello en sus recuerdos y creímos que quizá sabrías qué hacer

Los ojos de Tsunade eran indescifrables, con un aire tan taciturno que casi dolía, había algo aterradoramente familiar en sus ojos. Esa punzada en su espalda regresó, volvió a sentir el malestar que lo paralizaba, simplemente era incapaz de emitir palabra alguna cuando se encontraba bajo los efectos del dolor.

Ambas manos de Tsunade se posaron en su rostro, parecía saber a ciencia cierta lo que estaba pasando en su cuerpo. La tranquilidad con la que lo miraba se fue transformando de a poco en una desesperación palpable, sabiendo que ese sentimiento en su interior se terminaría transformando en miedo eventualmente.

-          Bien – musitó la bruja

La aludida deslizó sus manos por el rostro de Naruto hasta soltarlo, junto con el dolor en su espalda.

-          No puedo ayudarlos – musitó finalmente

-          Pe…

-          Será mejor que regresen por donde vinieron

Naruto no fue capaz de pronunciar palabra, la bruja se desplazó dejando ese aura de magnificencia detrás, hasta que finalmente desapareció tras la cortinilla de cuentas, siendo seguida por su amiga.

-          Tsunade – se escuchó a Okami desde el otro lado

-          No, no puedo ayudarles – repitió la bruja – es magia que escapa a mis conocimientos

Las mujeres discutieron al respecto durante unos momentos mientras Naruto simplemente se quedó ahí, expectante.  Intentó alcanzar la parte en donde su espalda había dolido, eran unos puntos muy específicos sobre sus omoplatos. La incertidumbre de no entender nada lo mantenía atormentado, preguntándose cuál sería la razón por la que alguien sellaría sus recuerdos.

Él no creía en la magia hasta conocer a los cirqueros, si alguien le hubiese dicho que se enamoraría de un vampiro milenario con problemas de apego, se habría reído en la cara de quien se lo hubiese dicho. Incluso en ese momento, en esas circunstancias, todo sobrepasaba sus capacidades, no era capaz de vislumbrar con claridad lo que estaba frente a sus propias narices.

-          Por favor, váyanse – pidió la bruja

Okami no contestó, simplemente salió de la estancia en donde hubo suplicado a la bruja. La vampiresa fue incapaz de esconder la mueca de decepción que la aquejaba, él decidió no comentar absolutamente nada al respecto.

Regresaron sobre sus pasos, encontrando un tramo más corto, quizá por la sensación de ya estar yéndose. Salir de los “túneles energéticos” había sido una experiencia tan única como haber entrado, una de las puertas los arrojó nuevamente al granero en donde el rubio esperó pacientemente a que su guía volviera a colocar todas sus capas de ropa.

-          Ya encontraremos una forma de enterarnos – le dijo Okami, antes de salir de la granja

 

 

 

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El tiempo se les agotaba y saber que Tsunade no cooperaría era la peor noticia que pudo recibir, después de que Okami le contara lo turbada que se miraba la bruja, supo que algo estaba muy, pero muy mal. No se atrevió a echar las cartas, tenía miedo de encontrar un futuro desastroso, a veces deseaba no ser tan acertado. Miro a su hermana fijamente, estaban los dos solos en el camper del mayor para poder discutir el asunto, aunque jamás esperaron tal negativa por parte de la bruja.

-          Esconde algo

-          Dime algo que no sepa, hermano – suspiró – pero si Tsunade no nos dice nada voluntariamente, ni yo voy a ser capaz de averiguarlo

Tsunade era reconocida como una de las mejores brujas sobre la faz de la tierra, especializada en magia de curación, incluido ese pequeño y raro apartado especial que tenía que ver con sellos. Existía un mago capaz de rivalizar con los poderes de la legendaria Tsunade, un viejo conocido al que le habían perdido la pista hacía muchos años.

-          Nos queda esperar a que el maestro aparezca – le dijo Itachi, resignado en un suspiro

 

 

 

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-          ¿A dónde fueron Okami y tú?

Naruto miró a Sasuke con los ojos completamente en blanco, pero no pudo sostenerle esa mueca de inconformidad por mucho tiempo, simplemente negó con la cabeza y se dejó abrazar por él. Saber que quizá tenía recuerdos perdidos en su misma memoria ya era bastante malo como para que, encima de todo, le dijeran que no había manera de recuperarlos.

-          Solo quería que la ayudara a ver unas cosas para el viernes – mintió

La respuesta del rubio había sido tan ambigua que sabía que Sasuke no se molestaría en cuestionarlo más. Y era que, esos últimos días, su relación estaba un tanto frágil. El azabache tenía siempre que hacer comentarios inapropiados sobre su fallecido ex novio, cosa que comenzaba a irritarle más de lo que estaba dispuesto a admitir.

Esos momentos que podían compartir en silencio eran lo que más disfrutaba, que el azabache cerrara el hocico y no dijera imprudencias. Ya se le estaba haciendo costumbre mencionar a Joe justo después de tener sexo, tanto que llegó a la conclusión de que quizá no debía acostarse con Sasuke hasta que pudiera superarlo. Pero siempre que las manos del vampiro lo tomaban, ya no había vuelta atrás, se perdía siempre en una espiral de perdición y lujuria.

-          Esta noche saldrán a cazar ¿No? – dijo el ojizarco, con ánimos de cambiar el rumbo de la charla

-          Si – le respondió un tanto cansino – pero si te soy sincero, no me interesa beber de nadie más que no seas tú

Naruto se obligó a poner una sonrisa, la cercanía del azabache le embriagaba a tal grado que, podía perder el juicio de lo que estaba bien y de lo que no.

No quería darle el gusto, le enojaba que Sasuke siguiera pretendiendo que nada pasaba cuando todo estaba pasando. Estar enamorado era una cosa desgastante, no sabía si estaba dispuesto a seguirlo cargando sobre sus hombros.

Pero, entonces miraba los ojos de Sasuke, constelaciones negruzcas en las que se perdía por días y días, embriagado en esa esencia fantasmagórica que solo un vampiro podría ser capaz de despedir. Si, cada vez que besaba a Sasuke estaba convencido de que estaba enamorado de él y, que quería pasar el resto de su vida mortal a su lado.  

Vida mortal.

¿Era mortal?

Le gustaba seguir pensando que era un humano, jamás fue otra cosa y dejar de serlo le causaba ansias. Prefería mirar a su alrededor, conseguirse con el aura tensa de saber que cada día que pasaba los acercaba más a lo que ellos temían. 

-          ¿Por qué esa cara tan larga? – inquirió Sasuke

El ojizarco le miró paciente, tenía demasiado en qué pensar, incluyéndolo a él, pero no tenía ganas de discutir nada. Decidió que quizá sería mejor dejarlo pasar, aunque le doliera, sabía que cargar aún más el drama que estaban viviendo era simplemente imposible.

Estar con Sasuke le parecía lo más maravilloso del universo, pero, ultimadamente, necesitaba estar solo. No era solo por el azabache sino por sus propios demonios, quería poder saber cómo lidiar con lo que le aquejaba, la visita a la bruja logró bajarle los ánimos hasta el suelo.

-          Por nada – suspiró, tratando de sonar lo más normal que podía – es solo que tengo algunas cosas que hacer

Y así, se despidió de Sasuke para poder buscar en donde esconderse, su primera opción fue el camper de Kiba que para su suerte estaba vacío. Se tomó el tiempo de alzar el colchón que le correspondía para recuperar el diario que llevaba del orfanato, sentándose para ojearlo con más calma. Él no era de releer sus memorias y no planeaba comenzar a hacerlo, pero sentía la necesidad de poder ver nuevamente lo que su yo del pasado tenía para decir.

La primera entrada era del primer día que pudo tener el cuaderno en sus manos, decía que una de las monjas que cuidaba de los niños, estaba sorprendida por su capacidad de escribir y leer a pesar de no ser capaz de pronunciar palabra, decía que ellas mismas llegarían a la conclusión de que pudo ser un trauma posterior al orfanato, no se ahondó más al respecto. 

Cerró el cuaderno un poco ansioso, sabía que no encontraría el tipo de recuerdos que buscaba escritos en ese cuaderno, además, la vida a través de los ojos de un niño tan pequeño parecía mucho más exagerada de lo que podría decir. Decidió finalmente desistir y simplemente quedarse acostad un buen rato, volviendo a recordarse que necesitaría un teléfono celular.

 

 

 

 

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Esa cara, él conocía esa cara.

Supo que estaba de regreso en esa pesadilla infernal donde se sabía cómo un pequeño niño, solo que esta vez, el escenario era mucho más familiar. Recorrió de la mano de su padre los túneles energéticos a los que no supo cómo llego, simplemente iba de la mano de aquel hombre de cabellera rubia que parecía extremadamente familiar.

Pronto se encontraron frente a la puerta de la bruja que había sido amiga de su familia hacía milenios. Pero al mismo tiempo, se preguntaba quién era, su cabellera rubia y ojos verdes eran hermosos, además una figura esbelta y rostro atemporal terminaban de crear esa imagen de perfección accidental.

-          Pasa – dijo simplemente

Se miró dentro de la estancia, su padre lo recogió en brazos y lo sentó en la mesa de mármol del medio, en un completo silencio. No se habría atrevido a romper esa parsimonia que el rededor pedía a gritos, aun así su padre se molestó en hacerle un gesto para que guardara silencio, para enfrascarse en una conversación con la bruja. Ellos seguramente pensaban que no los entendería, pero cada palabra que salía de sus bocas le parecía aterradora, la bruja Tsunade se miraba irritada, enojada quizá, un gesto impropio de ella.

-          ¿A qué has venido, criatura?

-          Me hablaron de ti

La bruja guardó silencio.

-          Me dijeron que eres la única que puede ayudarnos

Aún sin romper el silencio, la mujer se acercó a ellos, mirándolos uno por uno a la vez, examinándolos detenidamente.

-          No había habido nadie igual a ti por milenios, pensé que se habían extinto

-          Lo hicieron, todos fueron asesinados

La bruja se cruzó de brazos y alzó una ceja.

-          Sin embargo, parece que tú no llevas aquí mucho tiempo – dijo mirándolo a él – este niño fue la razón de tu expulsión ¿No?

-          Si – respondió en un hilo de voz, apenas audible

-          ¿Quién los persigue?

-          Los mismos que mataron a todos los demás… y a mi esposa

Ella supo de quienes hablaban, él también, se refería a los cazadores Dhampir que los perseguían antes de despertar del sueño anterior.

-          Bien – dijo finalmente ella – yo me encargaré – suspiró – pero ¿Qué será de ti?

-          Probablemente me terminen encontrando – suspiró también – me hirieron en la última persecución, no seré capaz de volver a volar

Dijo la última frase con los dientes apretados, pudo notar que también cerraba los puños con muchísima fuerza. No sabía a qué se refería, ni siquiera los usuarios de la magia eran capaces de “volar”, literalmente.

-          Déjamelo a mi

Despertó súbitamente en cuanto la mano de Tsunade se posó en su frente. Miraba al techo del camper respirando entrecortadamente, podía escuchar a su hermana dormida en la cama de abajo así que decidió no decir nada, no después de ese sueño tan extraño.

 Obviamente le faltaban piezas para saber a quién pertenecían esas memorias, porque era obvio que había intersectado los recuerdos de alguien. Se incorporó despacio y trató de calmarse, había bebido la sangre de una chica que le pareció agria, solamente para que sus hermanos no sospecharan nada, pero la verdad era que ya no quería beber de nadie más que no fuese Naruto.

Se acostó nuevamente en la cama, pensando que su pareja estaba enojada seguramente por las menciones tan inapropiadas de Joe.

Volvió a acostarse, rezando por no volver a soñar con vidas ajenas otra vez, para así, volver a quedarse dormido.


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