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Circus Of Dust (2020) por Uruhasa_13

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Tercer acto. El campamento

 

what a plot twist you were

 

(Qué giro resultaste ser)

 

-Faraway

 

 

 

 

 

Se despertó a mitad de la noche, sintió que alguien se había sentado en la orilla de la cama, pero no le tenía miedo, al contrario, se daba una idea de quien era. Se incorporó despacio, sentándose contra la cabecera de la cama, mirando fijamente la espalda de Sasuke quien, parecía entretenido con el cigarrillo que tenía en la mano.

 

-          Necesitaba otro, perdón – dijo, aún de espaldas, alzando la mano donde sostenía el cigarrillo

 

-          Pudiste tocar la puerta – contestó, sereno, demasiado para el gusto de Sasuke

 

-          Pensé que iba a asustarte

 

Hubo un silencio, de esos a los que no sientes el compromiso de llenar de palabras. Naruto se quitó las sabanas de encima, el calor del cuarto lo estaba asando, aunque solo trajera puestos los boxers.

 

-          ¿Tratas de seducirme? – volvió a decir Sasuke, sin dejar de darle la espalda

 

-          ¿Por qué? – contestó, divertido – ¿es que así no me vas a morder?

 

Naruto se dio como el cuerpo entero de Sasuke se tensaba, este se tomó el tiempo de quitarse los zapatos y subirse a la cama para sentarse frente a él. Tenía la camisa abierta, había restos de sangre en el cuello blanco, pero también los había en su rostro, en su mentón y boca.

 

-          ¿Cómo lo supiste?

 

-          ¿Cómo no saberlo? – suspiró – aunque, te seré sincero, no esperaba tener razón – pausó – me recibieron con una lectura del tarot; ese sujeto, Neji, sus pupilas son blancas; no soy tan estúpido como parezco; y, bueno, vi los colmillos

 

Silencio. Sasuke se enjuagó la sangre seca del mentón con la mano, aunque solamente logró hacer un desastre. Naruto se puso de pie y fue al baño por una toalla, regresó para sentarse frente al azabache; con una mano tomó su rostro y con la otra, limpió la sangre que quedaba en su rostro, con una calma casi dolorosa.

 

-          Ahora me siento en una película adolescente de vampiros – le miró, divertido – dime que no brillas, por favor

 

Sasuke se veía tan frágil así, como si estuviera limpiando el desastre que un pequeño gatito hubiera hecho después de matar un pájaro y meterlo dentro de la casa. El cigarro en su mano ya se había apagado,  las sabanas estaban llenas de cenizas de este mismo, también había pequeñas manchas en la cama de la sangre.

 

El azabache no dejaba de mirarle, silencioso y en calma, sus ojos tenían un destello diferente, había un rojo casi imperceptible que estaba empezando a desvanecerse por completo. Poco a poco se fue acercando hasta que fue capaz de saborear el aliento de Sasuke, delicioso calor metálico, sabor a sangre. Pero antes de que el beso se consumara, el azabache se retiró, enderezándose y volviendo a sentarse como al principio.

 

-          Sospecho que esto es apenas una parte de lo que me tenían que “explicar” ¿No?

 

No recibió respuesta.

 

-          Creo que si tendrás que invitarme esa copa

 

 

 

-_

 

 

 

 

 

 

 

En algún punto de la noche, volvió a quedarse dormido, la raída tela de las cortinas dejaba pasar la luz de la mañana. Suspiró, la piel de Sasuke al contraste con la luz parecía hacerlo radiar, su rostro parecía un poco menos pálido que la noche anterior, casi como si hubiese sangre recorriendo sus venas.

 

Lo dejó acostado mientras iba al baño a asearse y ponerse ropa, era la primera vea que pasaba la noche con alguien en la misma cama sin haber tenido sexo. La regadera no era nada del otro mundo, era muy pequeña y la corriente de agua a penas le permitía enjuagarse entero.

 

-          ¿No pudiste despertarme?

 

La voz de Sasuke al abrir la puerta del baño hizo que se pusiera rojo hasta las orejas, enseguida se frotó la cara con el agua, se suponía que estaba acostumbrado a que las personas lo vieran desnudo. Obviamente el azabache no esperó contestación y, enseguida estaba en la regadera con él.

 

El cuerpo de Sasuke le rozaba la espalda entera, podía sentir incluso el miembro flácido de este, sería solo cuestión de tiempo.

 

-          El baño es diminuto – dijo, queriendo defenderse – podrías esperar a que saliera

 

-          Solo quería asegurarme

 

La mano de Sasuke se deslizó por su cadera, Naruto sabía exactamente hacia donde se dirigía, lo dejó ser porque él también tenía esa ansia curiosa sobre su compañero. Su propio miembro empezó a despertar en cuanto los dedos de Sasuke acariciaron su vello púbico, la presión sobre la espalda baja le decía que el azabache también estaba empezando a disfrutar.

 

Sasuke apretó su miembro, moviéndose tortuosamente despacio. La mano libre del azabache también bajo, pero fue aún más abajo, con su rodilla separó sus piernas para dejar el camino libre. Mientras con su mano derecha masturbaba su pene, con la otra, estaba empezando a masajear su ano, aunque no necesitaba demasiado, estaba lo suficientemente excitado como para soportar hasta una doble penetración.

 

-          Normalmente cobro por esto – le dijo, entre jadeos

 

-          Creo que me vas a quedar debiendo tú a mi

 

Apretó el agarre de su mano, haciendo que Naruto bajara la guardia y en ese momento, metió dos dedos. Estaba justo donde Sasuke lo quería tener, simplemente se relajó apoyando su espalda en el pecho de Sasuke, podía sentir su respiración caliente en el cuello, hambriento.

 

Los dedos de Sasuke bailaban en su interior, yendo lo más profundo que esa posición les permitía, no pudo contener su voz, dejó de pensar. Era la primera vez que se sentía tan relajado como para dejar toda la carga en Sasuke, ni siquiera se molestó en preguntarse si su compañero estaba recibiendo placer.

 

-          Córrete, no te preocupes por mí – le dijo, como si hubiera leído su mente 

 

Las manos de Sasuke no tenían piedad, la mano que masturbaba su pene lo hacía en un ritmo perfecto, apretando ligeramente la punta. Las piernas empezaban a flaquearle, sus rodillas estaban a nada de ceder, fue cuando los dedos de Sasuke tocaron el punto que debían tocar. Sintió como su cavidad anal se contraía en un espasmo largo, logrando eyacular en la mano del azabache, alcanzando el orgasmo.

 

-          Mierda – gimió con los dientes apretados

 

Sasuke solo rio, dejando que el agua limpiara los restos de semen en su mano. Le tomó un par de segundos retomar el aliento, Naruto sentía los restos del espasmo en todo su recto y vientre, era la primera vez en su vida que había llegado a un verdadero orgasmo. Se frotó la cara, enjuagándose el sudor y las lágrimas que habían llegado a salir por el esfuerzo.

 

-          Me alegro que te gustara – le dijo Sasuke, saliendo de la regadera, estaba apenas mojado

 

-          ¿Solo viniste a eso?

 

-          ¿Para qué otra cosa estaría aquí? – contestó, regalándole una sonrisa sardónica

 

Naruto se quedó solo en el bañó, jadeando de placer y cansancio, había quizá una pizca de deseo, su cuerpo pedía más. Estaba seguro de que, si Sasuke hubiese querido, lo hubiera destrozado ahí mismo, sus manos se habían encargado de dejarle bien claro de lo que era capaz, ni siquiera había tenido oportunidad de ponerle una mano encima.

 

 

 

 

 

-_

 

 

 

 

 

 

 

Sasuke no estaba cuando hubo salido del baño, se había ido después de haberlo hecho explotar en el baño. Esperaba verlo en el auto, pero solo encontró a la gemela de esta sentada en el cofre de la camioneta, con unos enormes lentes para el sol, sonriente.

 

Al notar su presencia, Okami se quitó los lentes y bajó del cofre en un salto, estando más cerca notó entonces que el color de su piel ya combinaba con las tímidas pecas que se asomaban en su rostro. Su melena negra ahora estaba suelta, brillante, como una cascada de obsidiana sobre el vestido de verano color azul.

 

-          ¿Dormiste bien? – le preguntó ella, sonriendo con la boca cerrada

 

-          Mejor de lo que esperaba ¿Y Sasuke?

 

-          Está pagando las habitaciones – dijo, al tiempo que abría el asiento del copiloto – supongo que ya me ahorro la explicación a mi

 

Sasuke se aproximó en cuanto la puerta del copiloto se cerrara con un sonido sordo, estaba tan fresco como una lechuga. Una sola sonrisa de él bastó para querer derretirse, la cara le ardió de recordar lo que había pasado en el baño, aunque enseguida se subió al carro, no planeaba darle más material al azabache.

 

Okami seguía parloteando sobre trivialidades, Sasuke tenía que pedirle que guardara silencio un par de veces para poder escuchar las indicaciones del GPS. Después de lo que pareció hora y media de camino, Naruto sintió que podía respirar, habían dejado su ciudad bastante atrás. Los hermanos se atrevieron entonces a poner música a volumen bajo, Sasuke seguía teniendo que escuchar indicaciones.

 

-          Entonces – dijo Naruto, para romper el hielo – ¿No vamos a hablar del elefante en el auto?

 

Como respuesta, la muchacha se giró en su asiento y le regaló una sonrisa con todos los dientes, colmillos incluidos.

 

-          Tienes razón – suspiró, relajando el gesto – no sabría por dónde empezar

 

-          Empieza por el principio – sugirió Sasuke, sin dejar de prestarle atención al camino – con nosotros

 

Los ojos de Naruto bailaron entre Okami y la nuca de Sasuke, ambos parecían bastante relajados, más que el día anterior.

 

-          Somos vampiros – dijo ella, con una sonrisa de medio lado

 

-          Eso lo sé

 

-          Vampiros pura sangre

 

La explicación posterior lo dejo mudo, pensar más a profundidad sobre la información que creía ya tener, provocó un sentimiento de ansia.

 

La muchacha procedió a explicarse, ella y sus hermanos pertenecían a la rama “principal” de su raza, vampiros Strigoi. Eso quería decir que, eran vampiros naturales, hijos de otros vampiros. Poseían una especie de don especial, habilidades reservadas para los pura sangre.

 

-          Yo puedo leer los pensamientos – explicó – pero solo pensamientos superfluos a menos de que me des permiso de ir más profundo

 

-          Por eso sabias mi nombre

 

-          Y lo de las mujeres – sonrió – Itachi es bueno con la adivinación, de eso ya te diste cuenta

 

No tuvo tiempo para preguntarle a Sasuke sobre la propia, este tampoco hizo un esfuerzo para aclarar nada, sino que se concentró en el camino.

 

Okami siguió explicando que, existían otras dos castas de vampiros. Los Damphir, híbridos entre un vampiro pura sangre y una mujer humana, en la antigüedad eran criados para ser cazadores de vampiros por sus capacidades; además estaban los vampiros de mordida que, por obviedad, eran los vampiros creados artificialmente.

 

-          Tenemos terminantemente prohibido convertir a nadie en vampiro – explicó – El Consejo, quienes dictan las reglas de los vampiros – explicó – lo prohibió desde la quema masiva de brujas en Salem

 

-          Entonces ¿No muerden a nadie?

 

-          Claro que lo hacemos, tontito – rio – pero convertir a alguien en un vampiro es un proceso más complicado que eso, tienes…

 

-          Okami – interrumpió Sasuke

 

La muchacha se sobresaltó, sonrojándose, parecía no ser la primera vez que su lengua larga les traía problemas.

 

Entendió por qué le habían invitado, el circo servía como una suerte de campo de refugiados para, lo que parecían ser, los últimos sobrevivientes de razas milenarias, aquellas que solo existían en los libros de cuentos y en el imaginario colectivo. Okami hablaba con tanta naturalidad del asunto que, sintió que en cualquier momento podría darle los buenos días a un unicornio sin inmutarse.

 

De vez en vez, Sasuke le lanzaba miradas por el retrovisor, sin abandonar su expresión estoica, como si los ojos cristalinos fuesen algo exclusivo para él. La carretera estaba casi vacía, quería inhibirla vergonzosa alegría que embargaba su pecho, jamás había salido de viaje a ningún lado, lo más lejos que hubo llegado habían sido los moteles a las afueras de la ciudad.

 

El azabache tamborileaba sobre el volante al ritmo de una extraña playlist de música europea de los 90’s mientras su hermana explícitamente estaba bailando, haciendo la mímica de la letra. En una noche todo su mundo se había derrumbado por completo, aun con todo, prefería a los vampiros antes que regresar.

 

Se acomodó en el asiento trasero, le hubiese gustado tener al menos un libro para pasar el rato, aunque los cirqueros eran bastante buen entretenimiento.

 

 

 

 

 

-_

 

 

 

 

 

Se detuvieron en un restaurante a mita de la carretera a comer, Sasuke le había dicho que aún quedaban un par de horas de camino mientras esperaban sus platos. Naruto dio un vistazo alrededor, pensaba que ese tipo de establecimientos eran exclusivos de las películas, meseras con uniformes rosas, asientos acolchonados y las noticias de fondo, era como un viaje al set de Pulp fiction.

 

Sasuke estaba inmerso en el teléfono celular, haciendo cálculos mentales de cuanto se tardarían si tomaban rutas alternativas, Okami se ofreció a conducir por él el resto del viaje, pero el azabache le dijo que no.

 

Se sorprendió al saber que los hermanos eran vegetarianos, o más bien, que no era obligatorio siquiera comer, pero, según ambos, lo disfrutaban. Él mismo se lo tomó con calma, le dijeron que comiera ligero, que ya tendría oportunidad de saciarse en cuanto llegaran al campamento.

 

-          Ahora eres parte de nosotros – explicó la muchacha – siempre celebramos cuando llega alguien nuevo

 

-          Y siempre es con comida – agregó Sasuke

 

Cuando regresaron a la carretera, eso era en lo único que podía pensar Naruto, en qué era lo que se encontraría una vez llegara al mentado campamento. Por su cabeza pasó la una escena de la muy mala película de Percy Jackson, aunque supuso que El campamento mestizo no era la mejor referencia.

 

 

 

 

 

-_

 

 

 

 

 

 

 

Había caído dormido después de que la playlist empezara a sonar de nueva cuenta, Okami lo despertó cuando ya estaba todo obscuro. Le dijo que habían llegado, su pecho empezó a dar tumbos; nervioso bajó del auto, encontrándose en una especie de parking para casas rodantes.

 

La camioneta estaba aparcada junto con un par de automóviles más, a unos metros estaba lo que parecía ser el centro del campamento. Se dio cuenta enseguida, estaban ocupando el lugar de lo que en algún momento había sido un campamento de verano, de los que habían estado de moda en los 90’s.

 

-          Me adelanto – anunció Sasuke

 

Naruto no pudo dar un solo paso, la verdad era que estaba algo temeroso de cómo lo iban a recibir los demás. Los hermanos no le habían dado más detalles, dijeron que los asuntos de los demás tenían que venir de boca de los demás, se limitaron a hablarle únicamente sobre ellos mismos. Okami lo tomó del brazo y empezó a caminar, a sabiendas de sus sentimientos.

 

-          No debes sentirte así, te vas a acoplar muy bien

 

Por primera vez desde que había subido a la camioneta con los hermanos, agradeció que la azabache no cerrara la boca, escuchar sus parloteos lo mantenía entretenido. Hubo un par de personas que se cruzaban en su camino, lo miraban de reojo pero no se detenían. El ojizarco se preguntaba sobre todos, pero procuró no ver a nadie a los ojos.

 

Había campers en todos lados, sin ningún orden en específico, como si simplemente los acomodaran donde cupieran. Incluso había algunas camionetas adaptadas. El camper más grande estaba casi al fondo, junto al lago, en donde en algún momento debieron estar las canoas para las actividades, supo que ese era el camper de Itachi pues, la pizarra con las actividades estaba puesta junto a la puerta.

 

-          Nuestro camper es ese – señaló Okami, un camper mucho más pequeño al lado del de Itachi

 

-          Pensé que Itachi y ustedes compartían ese camper, es bastante grande

 

-          No, ahí solo está Itachi – pausó, sabiendo la pregunta que vendría a continuación – no te preocupes, alguien accedió a compartir su camper

 

Un pequeño atisbo de desilusión se asomó por sus ojos, procuró no darle demasiadas vueltas para no ser tan obvio, había vuelto a pensar que quizá podría compartir estancia con Sasuke. Okami seguía diciéndole que las únicas cabañas que permanecían en pie (y que ellos se encargaban de hacer mantenimiento cuando llegaban) eran los sanitarios y las regaderas, las demás estaban demasiado deterioradas como para ser usadas.

 

-          Era más barato conseguir campers – explicó – y hablando de campers

 

Llegaron a uno de los dichosos campers que, más bien, era una camioneta vieja adaptada. Fuera del vehículo, sentado en un banco de madera, estaba el sujeto que reconoció como el domador de la función y, a sus pies, estaba el perro blanco que había aterrado al público, aunque, en ese momento no parecía nada más que un enorme cachorro.

 

-          ¡Kiba! – gritó Okami, soltándose del brazo de Naruto

 

El chico en el banco se puso de pie también, justo a tiempo para atrapar a la muchacha por la cadera y recibirla con un beso casto sobre los labios. El perro también había despertado, saludando con ladridos y gentiles lengüetazos, ella solo se limitó a acariciarle las orejas. Una vez más, había sido renegado a mirar todo desde una especie de monitor imaginario.

 

-          Kiba, él es Naruto – le presentó

 

El muchacho lo miró con una ceja levantada y una sonrisa sardónica en sus labios, Naruto extendió la mano, pero, en lugar de recibir un apretón, el sujeto se acercó peligrosamente a él, aspirando su olor, ensanchando su sonrisa. El rubio parpadeó perplejo, entonces fue cuando recibió el apretón de manos y, además, el plus de que, en esa sonrisa, también brillaban colmillos.

 

-          Kiba Inuzuka – se presentó

 

-          ¿También eres un vampiro? – atinó a decir, como si simplemente hubiera quedado sin filtro

 

Las mejillas se le enrojecieron de vergüenza al ver como ambos interlocutores se reían, incluso el perro ladró como si hubiese entendido la gracia.

 

-          No, no soy un vampiro – explicó – Akamaru y yo somos licántropos

 

Naruto los miró nuevamente, con renovada atención, buscó en su mente todo lo que alguna vez llegó a saber de los licántropos. Después de saber que los hermanos Uchiha eran vampiros, no le pareció extraño encontrarse con licántropos, hombres lobo, eso quería decir que entonces, el perro si había entendido.

 

-          Entonces… – dijo, señalando a Akamaru – él

 

-          Si – dijo, algo tajante – solo no ha regresado a su forma humana

 

-          Y dudo que lo haga – musitó Okami, acariciando las orejas del perro

 

Kiba pareció querer ignorar lo que había dicho la muchacha, se notaba a leguas que era un tema que no precisamente planeaba tocar.

 

-          Kiba ofreció compartir su camper

 

-          Aunque es pequeño – agregó

 

-          Es suficiente – dijo Naruto, agradecido de tener en donde estar

 

-          ¿Está bien si los dejo solos? – miró a Kiba – te lo encargo

 

El perro se volvió a acomodar en el suelo, Kiba le invito a pasar al vehículo, corriendo la puerta, se dio cuenta que era un modelo viejo pero espacioso. Era bastante estrecho, conservaba la parte del conductor y copiloto, pero en la parte de atrás había un par de colchones adaptados, supuso que estaría ocupando el lugar que en un momento le correspondió a Akamaru.

 

-          En realidad, fue Akamaru el que sugirió que te quedaras aquí

 

Naruto miró al perro, acostado junto al banco de Kiba, no supo si darle las gracias a él o a su anfitrión.

 

-          Gracias – resolvió, diciéndolo para ambos

 

-          No hay de que, supongo que es nuestro deber, después de todo

 

Kiba le dio el colchón de la derecha, había un espacio estrecho entre ambos, supuso que tendría que acostumbrarse. Dejó su mochila, con sus únicas pertenencias, en la cama junto a donde se sentó, una calma inexplicable inundó su pecho, como si esa estrecha camioneta con apenas ventilación, olor a perro y ningún baño, fuese el mejor sitio del planeta.

 

-          Debes estar hambriento

 

Y lo estaba, los hermanos habían dicho que no comiera demasiado así que tenía un hueco algo importante en el estómago. Aun así, no quería apresurarse, sentía que estaba recibiendo demasiada información en muy poco tiempo así que simplemente suspiró y apoyo la espalda en la carrocería del auto.

 

-          Si lo estoy – respondió – pero estoy cansado – rio – ha sido un día agitado

 

-          ¡Oye, pero no seas así! – dijo Kiba, saltando su mitad de cama – todos trabajamos por hacer la fiesta de bienvenida

 

-          Nunca dije que no quería ir – soltó, seguido de una carcajada

 

Rieron juntos, Akamaru brincó dentro del auto aullando para ellos, no habían pasado ni cinco minutos y ya se sentía bien acoplado con su compañero de piso.

 

-          Andando entonces – dijo Kiba, poniéndose de pie saliendo – te dejo para que “desempaques” – hizo énfasis en la última palabra, con comillas aéreas

 

Kiba y Akamaru salieron de la estancia, sabía que lo esperarían fuera y que no tenía mucho que desempacar, pero agradeció esos momentos a solas. Dejó su mochila intacta, sin sacar nada, salvo el diario. Un viejo cuaderno de pasta dura cuyas hojas se habían terminado hacía mucho, pero lo conservaba como una suerte de amuleto.

 

Se paró de la cama, en el diminuto espacio que separaba la suya de la de Kiba para alzar el colchón, encontrando lo que buscaba, una base hueca de madera. Supuso que ese espacio sería para ahorrar afuera, se alegró de encontrarlo vacío, así dejó el diario ahí. Acomodo las cosas y salió al encuentro con Kiba.

 

 

 

 

 

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Todos los campers tenían las luces encendidas, aunque quienes los habitaban estuvieran reunidos en donde aún permanecía la base de la fogata, a su alrededor estaban clavadas brochetas de carne, dulce y galletas. Naruto se sintió cohibido al principio, Kiba se encargó de ser ruidoso por los dos, incluso Akamaru se apresuró a llevarse un par de salchichas a medio asar que estaban cerca del fuego.

 

-          Es un gusto, soy Rock Lee

 

Seguía reconociendo personas, esta vez, quien estrechaba su mano era el pobre diablo a quien le habían arrojado cuchillos en la función. Su piel brillaba en tonos azulados, refractada en escamas, además que en su cuello se mostraban un par de branquias.

 

-          Es un gusto – contestó, sin poder ocultar la curiosidad en sus ojos

 

-          Soy un merrow – explicó, divertido – algo así como un sirenito

 

Conoció también a la muchacha que lanzaba los cuchillos, estrechó una mano también escamosa, aunque, a diferencia de su compañero, esta carecía de branquias, en su lugar, había una lengua viperina.

 

-          Llámame Tenten – le había dicho, regalándole una sonrisa llena de dientes puntiagudos

 

Se emocionó al ver a las dos muchachas que habían actuado en el trapecio, se presentaron como Sakura e Ino, eran aún más guapas de cerca, vestidas en ropa de yoga, se apreciaba cada centímetro de su hermosa figura.

 

-          No las hagas enojar mucho – musitó Kiba en su oído – son Veelas

 

La última vez que había escuchado ese término había sido en uno de los libros de Harry Potter, pronto Kiba confirmó que, de hecho, se trataba del mismo tipo de criaturas.

 

En general, Naruto recibía una bienvenida calurosa, no tuvo oportunidad de conocer a los demás, tan solo estrechó un par de manos y escuchó nombres extraños. Se sentó en uno de los bancos junto a Kiba y Lee a beber y comer, le alegraba saber que a las criaturas fantásticas les gustaba beber cerveza.

 

En un punto se preguntó en dónde estaría Sasuke, no tardó mucho en notar la presencia de los tres hermanos. En cuanto Itachi se adelantó frente a la fogata, todos los presentes guardaron un respetuoso silencio. Naruto también lo guardó, no era una imposición, sino que, el azabache mayor inspiraba respeto, confianza, estaba seguro de que quería escuchar lo que fuese que tuviera que decir.

 

-          Hoy le damos la bienvenida a un nuevo miembro a la familia – empezó Itachi, apuntando a Naruto con la boca de la botella de cerveza medio empezada – Naruto Uzumaki

 

Todos aplaudieron, Naruto no supo que hacer así que solo se limitó a rascarse la cabeza y sonreír; los presentes le miraban contentos e incluso un par de aplausos enérgicos se escucharon.

 

-          Ya se ira adecuando – siguió – acuérdense que todos aquí somos iguales

 

Todos asintieron.

 

-          Bueno ¡Que siga la fiesta!

 

Un grito general se escuchó, todos estaban contentos de brindar por la nueva adquisición. Naruto buscó con la mirada a Sasuke pero, se encontró con los ojos perla de Neji que lo miraban desconfiado, justo al lado de una muchacha que compartía sus mismos rasgos oculares, con la diferencia de su negra cabellera. Ella saludó animada, Neji simplemente se limitó a fingir que no estaba ahí.

 

Cuando logró localizar al azabache, este estaba atrás, fumando un cigarrillo, sin quitarle los ojos de encima. Su sonrisa mostraba los colmillos, comenzaba a entender sus códigos así que se disculpó con sus compañeros que, no replicaron mucho, para ir donde él.

 

-          ¿Te diviertes? – cuestionó el azabache apenas lo vio llegar

 

-          Algo – bajó la voz – entonces ¿Terminamos lo que empezamos en el motel?

 

Sasuke sonrió con ternura, le acomodó un mechón de cabello rubio detrás de su oreja. Naruto se sonrojó hasta las orejas, sabía que había gente mirándolos, no era el tipo de persona que se avergonzaba de las muestras públicas de afecto, pero, siendo un lugar nuevo, con gente que no conocía en lo absoluto, sintió algo de vergüenza. Cayo en cuenta que era porque estaban completamente en el territorio de Sasuke, el suyo había quedado kilómetros atrás, junto con su antigua vida. Supuso que estaba bien, aprender a moverse en terreno ajeno o, quizá, poco a poco hacerlo propio.

 

-          Primero te voy a invitar esa copa que te prometí

 

 


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