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Circus Of Dust (2020) por Uruhasa_13

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Primer interludio

 

I've found a reason for me
To change who I used to be
A reason to start over new
And the reason is you

(He encontrado una razón para mí,

para cambiar quien solía ser

una razón para comenzar de nuevo

y esa razón eres tú)

-          Hoobastank (The reason)

 

La irrupción tan sorpresiva hizo que los tres levantaran la vista de sus respectivas lecturas, dirigiéndola directo a la puerta. El mayor les hizo una seña a los gemelos quienes, sin dudarlo, se levantaron para salir de la estancia, no sin antes, dedicarle una mirada de desconfianza a quien había entrado.

-          Itachi – dijo el intruso, una vez que los menores hubieron salido de la estancia

-          Primo, no es habitual verte aquí – le miró desde su escritorio – siéntate, Obito

-          No, seré breve – tajó – y me lo vas a agradecer

Itachi dejó lo que estaba haciendo para mirarlo con más atención, Obito era parte de El Consejo de vampiros, la organización fundada y dirigida por la familia Uchiha, la más respetada entre los vampiros. Él mismo era un novicio, dentro un par de años más, tendría que ingresar, como la mano derecha de Fugaku, su padre, hasta que pudiera hacerse con el mando.

Obito pertenecía a la rama secundaria de su familia, igual de respetado, igual de importante, pero jamás podría siquiera aspirar al puesto que, por derecho, sería de Itachi. Sin embargo, el mayor parecía estar bien con eso, los Uchiha siempre gozaban de renombre, aunque no perteneciesen a El Consejo.

-          Recibimos un reporte, alguien incendió la casa de los Tanaka

Itachi se mordió el labio, leve, no sabía por qué Obito le estaba diciendo eso en primer lugar, el fuego era lo único que podía terminar completamente con la vida de un vampiro. El asunto de los incendios había empezado hacía relativamente poco tiempo, los humanos parecían perder la cordura, quemando a las curanderas que alguna vez los salvaron con sus remedios mágicos acusándolas de brujería, pactos con el diablo y demás estupideces.

-          Fugaku fue a investigar, junto con Shisui

De alguna manera, Itachi estaba sospechando hacia a dónde estaba yendo esa conversación. Hizo por levantarse, pero Obito le hizo una seña para que permaneciera tal y como estaba, seguramente necesitaría estar sentado.

-          El incendio los alcanzó

Hubo un silencio tal que, Itachi podría jurar que inclusive escuchaba la sangre correr por las venas de ambos. Pero parecía no haber terminado aún, la expresión tan severa de su primo le helaba hasta los huesos.

-          Tenemos sospechas de que vendrán aquí – dijo – estamos avisando a todas las familias de vampiros del área, necesitamos que todos se movilicen, Itachi

-          Pero entonces…

-          No hay tiempo para burocracia, tú y tus hermanos son los últimos que quedan de la rama principal

-          Maldición – musitó

-          Váyanse – dijo, apresurado – no puedo decirte a donde, pero por el momento, cualquier lugar es mejor

El azabache menor lo miró de hito en hito, Obito parecía distinto, a pesar de lo que estaba pasando, no era el de siempre.

-          ¿Qué pasará con El Consejo? – se atrevió a preguntar

-          Eres muy joven para tomar el lugar de Fugaku – contestó – me han designado para que ocupe el cargo

Itachi frunció los labios sin decir una sola palabra, jamás se hubiera esperado que Obito quisiera ocupar ese lugar. Aun con todo, no se le hizo extraño, los vampiros se caracterizaban por una intensidad que a él particularmente le era desconocida, las decisiones tomadas al calor del momento podían ser cruciales y, por lo que podía ver, El Consejo había tomado la decisión de botar a su familia.

-          El cargo no me interesa – dijo, levantándose, parecía que Obito estaba satisfecho con esa respuesta – con una condición

La molestia regreso a los ojos de su primo, el color escarlata estaba tintando sus pupilas en señal de enojo. Eran todos tan obvios, su padre y mejor amigo habían muertos y ellos pretendían convertir dichas muertes en simples disputas por poderío.

-          Me iré con mis hermanos, me haré cargo de nosotros

-          Sabes que El Consejo no puede dejar a los vampiros sin su respectiva…

-          Mi papá escribió las reglas, no pretendas darme catedra al respecto – le miró, despacio – quédate con lo que quieras, te mantendré informado de lo que sea que hagamos

Ver la satisfacción en el rostro de Obito le hervía la sangre, no tendría tiempo de poder llevar el luto de nadie. Había sido casi lo mismo con la muerte de su madre hacía unos diez años, pero en ese momento estaba Fugaku, ahora estaba solo, con la responsabilidad de sus hermanos. No tenía la certeza de qué estaban tramando, pero, era lo último que le importaba.

-          Nos iremos enseguida – anunció

 

 

-_

 

 

 

Explicarles la situación a sus hermanos parecía sencillo, ambos escucharon cuidadosamente lo que había pasado, inexpresivos. Les pidió que empacaran lo esencial, porque se irían, después salió de la habitación, dejándolos solos.

Okami se sentó en la cama despacito, como si le diera miedo hacer ruido, se dio la oportunidad de llorar en silencio mientras que, Sasuke iba de un lado para el otro, juntando cosas en un par de valijas.

-          No guardes demasiadas cosas – atinó a decir ella – no vamos a poder cargar todo

Sasuke se detuvo en seco, la miró hecha un desastre, con la mirada clavada a la puerta y la cara empapada en lágrimas. Entonces, ella lo miró, como si hubiera tenido una revelación, se limpió el rostro con el dorso de la mano para empezar a quitarse el vestido que traía puesto.

-          ¿Qué haces?

-          Dame de tu ropa – dijo, sin dejar de desnudarse

Solo cuando Okami se terminó de acomodar los pantalones, Sasuke cayó en cuenta de lo serio que sería el asunto. En pleno 1920, ver a una mujer en tales fachas era motivo de escándalo, pero sería mucho más escandaloso una mujer viajando sola con dos hombres. El frenesí de, ahora Okami, no se detuvo hasta que en uno de los cajones encontró unas tijeras.

-          ¿Qué vas a hacer? – dijo Sasuke, tomando su mano

-          ¿Qué crees que voy a hacer? – lo miró

-           ¡¿Estás loca?!

Pero ella no respondió, se zafó del agarre y, antes de que nadie pudiera detenerla, corto de tajo un buen mechón de cabello. Sasuke se limitó a mirarla tijeretearse la cabellera frente al espejo hasta que, finalmente, ella lo miró directo a los ojos.

-          Ahora nos vemos iguales – resolvió él

-          Si, hermano, hasta que este asunto se arregle – dijo, tomando una de las boinas del azabache – yo también voy a ser un hombre

 

 

-_

 

 

 

La turbia elección de su hermana había tomado por sorpresa a Itachi que, de alguna manera supo que sería más sencillo así. Se sorprendió al saber que Okami tendría más instinto que Sasuke pues, a ella le bastó con un insulso zurrón mientras que su gemelo pretendía llevar una pesada valija.

-          Te la van a robar en el tren – advirtió Itachi antes de salir y hacerlo desistir

La vertiginosidad de los acontecimientos los había orillado a tomar decisiones precipitadas, habían salido por piernas de la casa cuando la noche estuvo en su punto más alto. Ir en coche estaba descartado así que tendrían que caminar hasta poder encontrar en donde pasar la noche.

La negrura les brindaría un cobijo y consuelo conocidos. El silencio nocturno los resguardaba de cualquier peligro y pronto, se alejaron del que alguna vez fue su hogar; fue cuando, al darse vuelta para mirar por última vez que, presenciaron como todo ardía. El fuego arrasó con todo lo que sus ojos fueron capaces de mirar.

-          Apúrense – se atrevió a decirles Itachi

 

 

-_

 

 

 

 

Muy temprano por la mañana, los tres hermanos fueron a la estación del tren, el plan de Itachi era irse de la ciudad para perder su rastro, ya tendría tiempo de avisarle a Obito lo que haría. La decisión de irse era, pues, por culpa de su primo, quien, parecía querer quedarse con absolutamente todo. Estaba bien con eso.

-          Vengan – les dijo a ambos

Los vagones de primera clase habían quedado descartados también, se negaba a toparse con algún viejo conocido.

Solo entonces, tuvo oportunidad de respirar hondo, mirando por la ventana para ser capaz de ignorar el olor a paja mojada. Sus dos hermanos iban sentados frente a él, le causó gracia darse cuenta que, efectivamente, Sasuke y su hermana parecían un par de jóvenes varones. Se preguntó qué haría su padre en esa situación, o quizá Shisui tendría un plan preparado con tan solo pensarlo.

-          ¿A dónde vamos? – preguntó Sasuke

-          A la finca del campo

Tiempo atrás, Fugaku se había hecho de una finca a un par de horas, justo en el medio de la nada, jamás le cuestionaron pues, a pesar de que casi nunca la visitaban, mandaba de vez en cuando a la servidumbre para que la mantuvieran en pie. Supuso que estaría bien estar ahí por un tiempo, aunque, estaba consciente de que tendría que ser temporal.

-          Casi no hay vecinos – explicó

-          ¿Cuánto tiempo nos vamos a quedar? – esta vez fue Okami, acomodándose la boina

-          No lo sé, quizá un par de semanas hasta que sepamos que hacer

Volvieron a callar, el silencio seco les abrumaba. Entonces, junto a Itachi se sentó un sujeto en una chaqueta gruesa, cargaba con él una valija que dejó a sus pies, usaba una mascarilla para el polvo y un parche en el ojo izquierdo.

-          Perdonen – dijo el extraño – no pude evitar escuchar su conversación

Los tres le miraron de hito en hito, tenía una voz efervescente, como si miles de burbujas estallaran en sus oídos. El único ojo visible estaba cargado de intensidad, los hermanos se acomodaron, mirando al mayor que, visiblemente estaba más que ansioso, como si estuviera a nada de saltar por las angostas ventanas del tren.

-          Tranquilízate – le dijo a Itachi – no soy una amenaza, vampiro

El extraño se enderezó en su asiento, divertido de ver como los tres vampiros lo miraban amenazantes, conscientes de que eran demasiado jóvenes para pensar hacer algo realmente efectivo.

-          Soy un brujo nómada – explicó en voz baja – también estoy huyendo

Itachi se mordió el labio, impotente y enojado con él mismo por no haber sabido detectarlo. Había llegado de improviso, ni siquiera había reparado en el olor de su sangre.

-          ¿Qué pretendes? – musitó Itachi

-          Acompañarlos – tajó el brujo – en este momento no es seguro viajar solo – le miró con su único ojo – ya te dije que no soy una amenaza

-          No puedo confiar en ti

Esto pareció hacerle gracia al brujo, una risa gutural salió de su interior, burlón, pero, sobre todo, condescendiente, como si se apiadara de ellos.

-          Niño – dijo, cuidando de mantener su tono – si te quisiera matar, ya estarías muerto

Sasuke hizo por levantarse, pero, fue detenido por la mano de Okami en su hombro, ella había permanecido sospechosamente callada en toda la interacción.

-          Mago – dijo ella, bajo, sin mirarle directamente – nosotros somos fáciles de rastrear, representamos la compañía menos conveniente y, además, tenemos a El Consejo vigilando ¿Qué clase de tonto querría acompañarnos?

Este la miró con más atención, se dio cuenta enseguida de que se trataba de una muchacha, su voz era delgada, encontró conveniente que estuviera vestida como un hombre. Era la primera vez que se topaba con vampiros tan jóvenes, dedujo enseguida que se trataba de vampiros Strigoi, pura sangres.

-          El Consejo me tiene sin cuidado – respondió – no me interesa que sepan que estoy con ustedes, además, parecen necesitar un guía – miró a Itachi que, estaba tenso, visiblemente agobiado– cuidado, joven vampiro, no quieres un escándalo en un tren lleno de humanos

-          Maldito…

-          Cuida tu boca, te estoy diciendo que no soy una amenaza  

La voz del mago empezaba a tornarse un poco más profunda, comenzaba a perder la paciencia e Itachi estaba tratando de pensar en un plan para deshacerse de él sin causar ningún revuelo; sin embargo, se tranquilizó, precipitarse era lo que había llevado a la ruina a su especie, pensó con la cabeza un poco más fría que, quizá, sería una buena idea.

-          Soy Itachi Uchiha, mis hermanos, Okami y Sasuke

-          Kakashi Hatake – se presentó, escudriñando con la mirada al trio – bien – dijo, volviendo a recuperar la efervescencia en su voz – es un placer conocerlos

 

 

-_

 

 

 

 

La finca en el campo estaba prácticamente abandonada, no había habido un solo criado que pasara un trapo mojado por los muebles en lo que parecieron años. Itachi quitó las sábanas blancas que cubrían algunos de los muebles, trayendo para sí mismo un sentimiento de calma, como si pudiera respirar por fin.

Pero estaban muy lejos de la verdadera tranquilidad. Kakashi le miraba recargado desde el marco de la puerta del despacho del que alguna vez perteneció a su padre, seguía sin confiar del todo en el supuesto mago, pero, era lo más cercano que tenía a un guía, era consciente de su propia ineptitud así que haría lo que siempre hacía cuando se veía en situaciones.

-          Pasa de una vez – le dijo a Kakashi – me pone de nervios que me estés vigilando así

-          No te vigilo – respondió, entrando – es solo que, ya sabes, no parecía ser correcto

Kakashi se sentó frente al escritorio mientras Itachi buscaba en los cajones de este mismo hasta encontrar por fin, un viejo maso de cartas que se había quedado ahí desde la última vez que hubieron visitado la finca años atrás. Ocupó el asiento de Fugaku, sintiéndose extraño, su padre ya no necesitaría ese asiento, tampoco Shisui el que ocupaba Kakashi.

-          Vaya – dijo el mago – así que adivinación ¿Eh?

-          Es mi don de nacimiento – explicó – pero lo sigo desarrollando – pausó, pensando si era prudente continuar hablando – aún no lo he dominado del todo

-          ¿Y qué pretendes?

-          Saber qué hacer

El mago guardó silencio mientras el vampiro sacaba las cartas de la bolsita de terciopelo morado, dejando en el escritorio el mazo, con intenciones de hacer una lectura. Kakashi miraba atento, con más intenciones de ver la reacción del muchacho que de enterarse de lo que dijeran las cartas.

-          No soy muy afín con la magia de adivinación – comentó el mago

-          ¿Por qué?

-          Porque hacen que te confíes

Itachi rio por lo bajo, completamente relajado. Después de revolver el mazo, no perdió el tiempo y tiró su primera carta, el hierofante.

-          Espero que eso sea la respuesta que necesites – dijo Kakashi, mirándolo fijamente, sabiendo lo que querría decir

-          Vaya – susurró – supongo que si – lo miró también – entonces, estamos en sus manos

 

 

 

-_

 

 

 

 

Sintió que sería más cómodo si salía, dejó la boina dentro y también el chaleco. No le dijo a ninguno de sus hermanos que iría a fuera porque sabía que la seguirían, aunque solo fuese Sasuke. Se pasó una mano por el cabello encontrándose con que, ya no tenía una cabellera larga y sedosa, ya no sería la envidia de las mujeres que la miraban pasar, ya no.

Se descalzó y solo caminó. La finca era bastante grande, estaba descuidada y el césped le llegaba cerca de las rodillas, la propiedad colindaba con más terreno boscoso; sin darse cuenta ya estaba caminando cerca de estos. En algún punto se desabrochó los botones de la camisa, pensando que quizá debía vendarse el pecho.

Una rama crujió detrás suyo, se volteó rápidamente solo para descubrir a un enorme perro blanco caminar hacia ella. El animal se aproximó con las orejas bajas así que ella dejó que llegara, hasta poder acariciar su cabeza, había pasado demasiado hasta ese momento, se preguntó si pertenecería a algún vecino.

 

 

Tienes que ayudarme

 

 

-          ¡Ah! – se sobresaltó, al escuchar claramente la voz del animal en su cabeza

Por normalidad, los animales no solían tener pensamientos tan estructurados, quizá sentimientos, pero jamás oraciones concretas.

 

 

Mi hermano va a morir

 

 

Dicho esto, el animal salió disparado en dirección al bosque contiguo. Ella se quedó ahí un poco más, decidiendo si era buena idea seguirlo o regresar con sus hermanos a pedir ayuda, finalmente resolvió ir tras él.

A cada paso que daba, se lastimaba los pies con las piedras que se encontraban en el camino, se dio cuenta de que la ropa de varón era mucho más cómoda para esos casos. Podía seguirle el paso al animal a pesar de lo ágil que era este a comparación suya. El aire le faltó, pero de alguna manera, la curiosidad le pudo más.

En medio de un claro, estaba otro perro, un poco más pequeño que el blanco, de color castaño, acostado y con la pata atorada en una trampa para osos.

-          ¡Dios mío! – musitó

Enseguida se encuclilló ante el animal que, en primera instancia intento morderla hasta que el perro blanco ladró muy fuerte. Ella, con manos inexpertas, trató de buscar una manera en la que pudiera ser posible liberarlo, se preguntó si esa clase de artimañas eran comunes, la caza le parecía algo repugnante, la carne de animal le parecía algo repugnante.

Finalmente, abrió la trampa con sus manos, lo suficiente para que el animal pudiera sacar la pata, entonces soltó la trampa, lastimándose los dedos de la mano. Volteó para ver si el animal estaba bien, para encontrarse con un sujeto completamente desnudo, con la pierna lastimada, jadeando de cansancio.

-          ¡Ah! – gritó, poniéndose de pie, con intenciones de regresar

-          ¡Espera, espera! – dijo el extraño – no te asustes, no te asustes

Ella miró con más detenimiento, se trataba de un muchacho, cayó en cuenta de que era un licántropo, uno joven. Aun así, decidió mirar a otro lado mientras encontraba como taparse, era la primera vez que se topaba con algo de esa naturaleza.

-          Perdóname – dijo – quedé atrapado y no pude regresar a mi forma humana

-          No hay de que – dijo, sin mirarlo

-          Te lastimaste las manos

Para su alivio, cuando el licántropo buscó su mirada, traía puestos unos pantalones de tela sucia. Supuso que habían estado viviendo en el bosque durante un tiempo considerable, quizá en su forma animal.

Él le tomó las manos, los rasguños de ella eran superficiales y se curarían enseguida, pero, cuando sus ojos se encontraron, hubo algo, un click.

-          Me llamo Kiba – susurró

-          Okami – contestó

Había sido todo, él se inclinó para besarla, el perro blanco simplemente miró a otra parte. Ella los tomó a ambos y regresaron a la finca en silencio, con el crujido de las hojas bajo sus pies como único acompañamiento.

-          ¿Por qué te vistes como hombre?

-          Porque necesito ser fuerte y no ser una carga para mis hermanos

-          Puedes ser fuerte siendo una mujer

 

 

 

-_

 

 

 

 

Explicar por qué había llegado a la finca con dos licántropos había sido más sencillo de lo que pensó, Sasuke no estaba muy contento, pero, Kakashi dijo que no había forma de deshacerse de él.

-          Esta imprimado de la chica – explicó el mago a Itachi

La presencia del mago empezaba a tranquilizar a Itachi, después de que sus cartas dieran un mensaje positivo, se convenció a si mismo de que era algo que tenía que pasar. Agradeció su conocimiento, supo que él solo no hubiese llegado a ninguna parte, le explicó todo lo que tenía que ver con el recién llegado que, probablemente hubiera intentado ahuyentar.

-          Los licántropos se impriman en la persona que deciden que protegerán toda su vida – explicó – no será hostil con ninguno de nosotros, a menos que intentemos lastimar a Okami

-          ¿Y qué hay del otro? Sigue en su forma animal

-          Supongo que es inofensivo también – pausó – quienes tienen una contraparte animal, a menudo se quedan así porque es más fácil lidiar con los sentimientos

-          No comprendo – admitió a su pesar

-          Quiere decir que algo debió pasarle, quizá ha estado tanto tiempo en esa forma que olvidó como regresar

Guardaron silencio un momento, Itachi se rascó la cara pensando en qué debían hacer ahora. La estrategia de la cabeza fría no le estaba funcionando muy bien, no tardarían en recibir la visita de los cazadores Damphir al servicio del ahora líder, Obito. Se torturaba mentalmente pensando en que Shisui seguramente si sabría qué hacer.

-          Hay muchos como ese chico – dijo Kakashi – huérfanos de esta guerra interna

-          Como nosotros – dijo – odio esto

-          Entonces haz algo

El único ojo visible del mago lo miraba inquisidor, como si esperara que la respuesta le llegara de la nada. Pero, al ver que simplemente no podría adivinarlo, tendría que decírselo.

-          Tengo la idea de reunirlos

-          ¿A los huérfanos?

-          Si, a los que encontremos ¿No te parece lo correcto?

-          El Consejo…

-          El Consejo te dio la espalda, muchacho – le dijo con una seriedad casi ansiosa – ¿No te gustaría ser parte de algo más grande?

-          ¿Qué podría ser más grande?

-          Verás – rio, complacido – un circo


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