Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El Sol De Jamir por AMMU TEIKOKU YUDAINA

[Reviews - 9]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Aqui les traigo un nuevo capitulo de esta hermosa historia, espero que les guste mucho, disfruten, lean y comenten, nos vemos a bajo. 

---A la mañana siguiente---

-Atena… No quiero hacer esto- Una voz femenina, le parecía reprochar.

-Dijiste que me ayudarías- Contesto de manera angustiada.

-Pero… ¿Era necesario que viniera?- Cruzo sus brazos haciendo un puchero.

-Claro que sí. Si no ¿Cómo podría hacerlo?- Le dedico una sonrisa.

-Se darán cuenta de mi presencia y me meteré en problemas, con los altos mandos de mi región- La miro molesta.

-Perote gusta ayudar en el amor o ¿No?- Sonrió, tratando de conversarla.

-Eres horrible cuando te lo propones- Suspiro resignada –Solo debo hacer eso ¿Verdad?-

-Si- Se quedó pensativa unos instantes –Solo rata de que no sea letal-

-Sí, si… No quiero matarlos obviamente- Le dijo con voz alta.

Le tomo las manos, para agradecerle –Bien, entonces te lo encargo-

-¡¡¡OYE!!! ¿Por qué yo no puedo ayudar mejor a Milo y a Camus?- Cuestiono algo triste.

-Porque, estos dos necesitan más de tu ayuda- Le dijo esto antes de irse en una dirección que no sabía a donde se dirigía.

-Si claro… Déjame lo más difícil a mí. Tsk…- Poso sus manos en las caderas –Ahora solo esperar-

Cubrió su rostro con una macara tradicional japonesa, y se ocultó para cuando sintiera el cosmos de ambos cerca. No sabría cómo, pero ellos serían dirigidos hacia ese lugar como cuando los lobos cazaban sus presas y acorralarlas.

La situación era muy temprano por la mañana, apenas si el sol se estaba asomando.

A esa hora algunos caballeros ya estarían haciendo sus deberes cotidianos.

Entrenar, patrullar, limpiar su templo, lo que sea que tuvieran costumbre.

Para el León dorado, la situación se basaba en ir a entrenar al coliseo, usualmente lo realizaba con su hermano, desde que revivieron pero al estar en misión, tendría que ir solo.

Solo que ahora estaba alerta a cada paso, después de lo ocurrido con Shura, no quería verlo ni una sola vez, recordar lo del beso, lo que sintió, no podía con ello. Por ende se había estado enfrascando solo en mejorar como caballero y tratar de no estar cerca.

A veces hablar con el caballero femenino Marin que aún seguían siendo tan buenos amigos, le ayudaba a no pensar en aquello.

Despeaba un poco su mente, mas no le contaba lo que sentía, lo que le ocurría con respecto a Capricornio, porque ni el mismo lo podría aceptar.

El regreso solitario ya cerca del mediodía, lo hacía cabizbajo, hundido en sensaciones que no deseaba en su ser.

-Ese es Aioria… Pero no siento al caballero de Capricornio cerca- Suspira pesadamente –Si hago un gran alboroto… Todos se alarmaran- Tenia un ostro contraído y de preocupación, sentía que esto acarrearía situaciones peores.

Mantenía su cosmos bajo, aunque ella no lo llamara así, debía adaptarse. Si era sentida, pensarían que es una amenaza, cuando en ningún momento era su intención, al contrario, ella era víctima de la Diosa Griega.

Sonrió tenuemente –Podría hacer un reflejo con el espejo, para engañarlos…- Suspira derrotada- Si claro… Son guerreros de elite de lo que hablamos, no los engañara… No por mucho, tengo que actuar rápido-

Aunque la joven Diosa invitada estuviera escondida, estaba haciendo un poco de ruido que no paso desapercibido por el quinto guardián, aquello le intrigo, no podía percibir su cosmos, lo ocultaba excelentemente bien, pero tenía curiosidad se acercaría hacia ella y está ni cuenta se daba, pues estaba sumergida en sus pensamientos.

Gracias a lo que fuera, la segunda persona requerida para ese complot, había llegado, del perímetro que se necesitaba.

Ambos lo sintieron, destanteando a un castaño y realizando su primer movimiento, aquella pelirroja en cuestión.

-Perdónenme por esto- Colocando el espejo sagrado delante de ella, apuntando a la dirección de ambos jóvenes.

-¿Qué es eso?- Aioria siendo el que estaba más cerca, sintió ese deslumbramiento en sus ojos, por el reflejo, cegándolo unos instantes.

-Ese cosmos… ¿Quién es?- Aquel peliverde, pudo denotar el reflejo de aquel objeto, y sentir a su portadora, pero no paso mucho pues sintió la presencia de quien más le importaba -¡¡¡AIORIA!!!-

Corrió lo más que pudo, para llegar a lado del castaño, que estaba tratando de recuperar su vista, parpadeando varias veces.

-¿Estas bien?- Sonaba realmente preocupado, verlo así no era cotidiano.

Aun sabiendo quien era, respondió lo más calmado posible –Si… Si… Lo estoy-

Dirijo sus ojos color jade, en dirección hacia la intrusa -¡¡¡¿QUIÉN ERES TÚ?!!!

No mostraba su rostro, se encontraba detrás de la máscara tradicional de su nacionalidad, no respondió. Solo miraba fijo a ambos jóvenes. Llevando delante el espejo, no parecía reaccionar, estaba solo quieta allí.

-Tiene un cosmos muy fuerte- Aioria se posiciona para combatir si fuera necesario.

De igual forma Shura, lo haría. Ya que ella había sido la primera en atacar, debían estar prevenidos, si se trataba de algún nuevo enemigo.

-¡¡¡¿QUÉ ES LO QUE QUIERES?!!!- Pregunto ahora el castaño.

Este solo levanto su mano derecha, apuntando con su dedo índice, directamente hacia el quinto guardián.

-¿A mí?- Confuso, no comprendía que relación tendría con ella.

Esto hizo poner más en alerta a Capricornio, mirándola fijamente, cuidando cualquier movimiento que haga.

-¡¡¡¿PARA QUÉ LO QUIERES?!!!- Cuestiono, preparando su Excalibur, para defender a quien amaba si era necesario.

-Les recomiendo, que no me ataquen o de lo contrario…- Su voz parecía tan automática y sin emociones.

-¿Es una amenaza?- El León estaba dispuesto a defenderse de lo que fuera, y no pretendía ser cuidado por Capricornio.

-Una advertencia, no quiero hacerles daño, solo quiero al quinto guardián para que me acompañe- Que bueno que estuviera usando la máscara, si no hubieran notado el gesto de pena que estaba teniendo, hacer aquello era parte del plan tonto de Atena.

-¡¡¡¿PARA QUÉ?!!! ¡¡¡¿PARA QUÉ LO QUIERES?!!!- Parecía realmente furioso, por la insistencia de la joven en Aioria.

-Eso no te incumbe- Respondió tranquila. Pero en sus adentros estaba más pensando en (-Este tipo me va a matar-).

-¡¡¡Basta Shura!!! Esto no te incumbe- Refuto enojado, por la insistencia.

-¡¡¡¿CÓMO QUE NO ME INCUMBE?!!! ¡¡¡CLARO QUE SÍ, TU SABES LO QUE SIENTO POR TI Y NO DEJARE… QUE ELLA TE HAGA ALGO!!!- Apenas si se giró para confrontarlo, pues mantenía constante vigilancia a la joven.

-¡¡¡ME DA IGUAL LO QUE SIENTAS, TE PUEDES IR Y DEJARME SOLO CON ELLA, PARA COMBATIR SI ES LO QUE QUIERE!!!- El castaño, no prestaba más atención a la chica, deseaba que Capricornio desapareciera.

-¡¡¡NO LO HARE!!! ¡¡¡AUNQUE ME ODIES, YO ESTARÉ A TU LADO EN CUALQUIER BATALLA!!!- Se notaba la decisión en su semblante y el amor que le profesaba al León.

Aquel gesto provoco un leve sonrojo en las mejillas del menor, demostrando una mueca de confusión en su ser.

(-Que adorables… Pero lamentablemente así no recuperan sus recuerdos-) Ese fue su pensar de Amaterasu.

Movió su espejo, unos centímetros hacia la izquierda, pronuncio una débil palabra –Ka- De este instrumento, salió una ráfaga de fuego, directo a los dos hombres, provocando que se separaran, sabía que no tardaría para ser atacada por ellos.

Y tan solo al pensarlo, recibió la Excalibur del décimo caballero, pero la ventaja del principal tesoro de la Diosa era que su espejo, podría protegerla de los ataques directos como este, provocando que repercutiera en el usuario externo.

Es que solo retrocedió unos pasos, pero seguiría intentando, aunque cada vez recibió el mismo resultado. No iba a permitir que ella se llevara a Aioria si era su objetivo o lo que fuera.

(-Sí que son extremadamente fuertes los caballeros de Atena-) Se reafirmaba ello internamente. Sol debía mantener su postura y estaría bien, solo requería que Aioria atacara, para terminar su misión.

Esta vez tuvo que repeler el ataque de Capricornio de manera más fuerte, lo suficiente para hacerlo retroceder más y dejar el campo libre para que el León entrara en acción.

Todo saldría a pedir de boca, sin duda habían preparado bien el escenario.

-No permitiré que sigas molestando en los terrenos de nuestra Diosa- Estaba furioso, contra esa mujer.

-Perfecto- Dijo esto en voz baja.

-¡¡¡PLASMA RELÁMPAGO!!!- Lanzo al grito el nombre de si ataque, direccionándolo contar ella.

Lo cual solo tomo el espejo más firme de lo normal, provocando que este absorbiera el ataque, pero no tomo en cuenta el potencial de este, la hizo que su cuerpo fuera hacia atrás, pero se mantenía firme, aunque había dejado el rastro en la tierra.

-¿Qué fue eso?- Capricornio quedo algo sorprendido, pero había visto ese tipo de ataque defensivo antes.

-Absorbió mi ataque- El cual no salía de su asombro, por lo que paso.

Una pequeña risita vino de la dirección de la joven –Mi turno- El espejo quedo suspendido entre ambas manos de la chica, dio unos cuantos giros en el aire, y después de detuvo volviendo ser sostenido por ella.

Para asegurarse que todo saliera bien, pidió prestado el poder de la tierra y plantas alrededor, enredando así los pies del León, el cual estaba de pie y también la tierra tragándose parte de estos, para que no se moviera, esto estaba pasando en cuestión de segundos.

-Hansha-

Absorber el ataque era el principal propósito de ese objeto sagrado, pero podía hacerlo a mayor escala, dependiendo del deseo de la portadora.

Salió aquel plasma relámpago, de nueva cuenta, en dirección del origen. Lo recibiría de lleno, no había opción lo resistiría, estaba acostumbrado a esos golpes, aunque se detectaba más poderoso de lo que había sido al principio.

Pero no recibió el ese golpe, el cuerpo de Shura se interpuso para que él lo detuviera.

Esto solo dejando atónito al hombre, miraba atento aquello, y como Capricornio, callo de rodillas, había sido demasiado el impacto, que un caballero dorado le provocaba ese estado.

-¡¡¡SHURA!!!- Pronuncio su nombre.

Pero el dueño de ese nombre, no lo escucho, pues dejo caer su cuerpo en el suelo.

Su semblante se contrajo, abrió sus ojos de par en par, sus labios temblaban, no podía creer lo que paso. Que Capricornio lo protegiera de esa manera.

El agarre que lo detenía, se deshizo, por la fuerza que había implementado para salir de allí, provoco que perdiera un poco el equilibrio, pero no le importo fue a ver el estado de su compañero.

Estaba inconsciente, se notaba el impacto en su cuerpo, un poco de sangre salía de algunas heridas.

-Shura… ¿Por qué?- Lo sostenía entre sus brazos, la respiración agitada se hacía presente.

-Por qué te quiere mucho- Pronuncio aquello la joven, la cual había retirado el espejo delante de sí misma.

-Tu…- El cosmos de Aioria se estaba elevando muy amenazadoramente.

-Ya no deseo pelear con ustedes, será mejor que lo traten rápidamente, si no… Su corazón se detendrá rápido y cerebro se detendrán y morirá- Aquella pelirroja pronuncio esa advertencia, antes de caminar para alejarse y poco a poco desaparecer del lugar, sin dejar rastro de su cosmos.

-¡¡¡ESPERA MALDITA!!!- Con toda su rabia, lanzo ese grito, pero poco le importo después, cuando se giró a ver a ese peliverde, inconsciente entre sus brazos.

-Shura, vamos… Eres un caballero dorado muy fuerte, no puedes quedarte así, por un ataque- Mas como un reclamo era una súplica, de que abriera sus ojos.

La desesperación aumento, cuando la respiración de este se notaba agitada, y un pequeño brote de sangre de su boca surgió, solo para dejar un hilo por una comisura.

-No…- Negó con su cabeza.

Debía llevarlo al santuario, rápidamente, pero… Algo en su corazón le decía que no lo moviera o todo acabaría.

-Por favor… Reacciona… Te lo pido- Apretaba su mandíbula, y los puños que se aferraban a la armadura ajena, estaba haciendo su mejor esfuerzo para no derramar aquellas lagrimas que estaban amenazando.

-Shura… Eres demasiado terco… Para que te dejes morir así- Miraba el rostro dormido del Capricornio, le causaba sensaciones horribles en ese momento.

Fue recordando de a poco como se había portado con él, desde que revivieron, pero no solo ello, si no aquellas antes de morir, que aún lo rechazaba, sin importar las veces que pidió disculpas, no lo escuchaba.

-He sido tan injusto contigo- Dejo escapar esa frase, ya no podía fingir su tristeza, su miedo. Las lágrimas escapaban de sus ojos.

-Perdóname… Tú cumplías tu deber… Pero me cegó esta ira… Tu… También sufriste con ello, Aioros era tu amigo… Yo nunca pensé en ello- Las lágrimas del león caían por el rostro del hombre inconsciente.

-Solo quería culpa r a alguien, no tome ni siquiera en cuenta lo que sentías y menos lo que tú me provocabas- Se abrazó a Shura con fuerza –Pase todo este tiempo… Sin… Darte mi perdón y…-

No termino de decir aquellas palabras cuando, una punzada en su cabeza lo atormento, las mismas imágenes desordenadas volvieron a su pensar, pero esta vez no era un flash como antes, si no que se veían más nítidas, llevaban un orden especifico.

Fue como recupero sus memorias de aquellas tierras frías de Asgard cuando tuvieron ese revivir por culpa de otro Dios.

Pudo recordar, los detales, a esa chica llamada Lifya, a sus demás compañeros y… Ese momento en que él y Shura, se pudieron perdonar y…

Llevó una de sus manos libre a sus labios, parpadeo varias veces un destello en sus ojos verdes se dejó ver, aunque él no lo notara. Entendía que… Fuera lo que sea, ya todo estaba resulto entre ellos, incluso… mucho mejor que antes.

Sabían sus sentimientos y se habían correspondido. Parecía como su hubiera despertado de una pesadilla sin fin. Pero su preocupación se hizo grande ahora. Quería disculpar por cómo se comportó en estos últimos meses.

-Shura… Por favor, ahora mas que antes te necesito, quero que despiertes…- Trataba de despertarlo, pero no lo sacudiría fuertemente, debía idear alguna forma rápida.

Las suaves lágrimas en sus mejillas, seguían descendiendo por su barbilla y cayendo en ese rostro.

-Te tengo que pedir perdón… ¡¡¡HAZME CASO CAPRICORNIO!!!- Lo miraba con desesperación, y angustia.

Sintió un impulso de hacer algo… Pero sentía pena a realizarlo. Se acercó a rostro del peliverde, quiso acercarse a sus labios, pero la vergüenza fue más grande y mejor se dirigió a su frente, para allí darle un beso.

No debía sentir pensar, en su última vida, ellos habían aceptado sus sentimientos y una pareja fue a lo que se convirtieron, pero al no tener esos recuerdos, era como si no hubiera ocurrido nunca.

Al separarse de ese contacto, solo sus lágrimas se dejaban escapar, sin embargo solo bastaron uno segundos, cuando Capricornio, abrió sus ojos de golpe, y como un reflejo se incorporó, estando aun sentado en el suelo, tosió fuertemente, y la sangre salió de su boca manchando su mano. Dejando algo impresionado al décimo.

-¿Shura…?- Llamo el pequeño león, que sentía su corazón latir a mas no poder.

No atendió a aquella voz, ahora el experimentaba la misma sensación en su cabeza, el dolor, y los recuerdos repentinos, en un orden cronológico, sucesos que se habían quedado en el pasado, pero volvían para reclamar la luz en donde pertenecen.

Se tocó el puente de su nariz, una acción cuando la desesperación lo invadía.

-¿Puedes recordarlo?- Pregunto dudoso.

-Todo esto… ¿Ya paso?- Fue el cuestionamiento que dio el peliverde.

Asintió de manera solmene, aun tocándolo de la espalda.

Una imagen tan vivida fue la última que se dio cuenta, aquella en donde se habían confesado.

-Aioria… Tu y yo…- Aspiro por la boca rápidamente, como su el aire faltara.

Cierra sus ojos, asintiendo de nueva cuenta –Al parecer si- Su rostro estaba rojo por la vergüenza.

Ahora el ultimo toque de recuperación total ese desprendimiento de luz en los ojos del décimo era algo que nadie lograba notar, pero sé que reflejaba sin más.

Sonrió complicado, tomo ambas manos del León, demostrándole la inmensa alegría que sentía –Eso significa que tú y yo… Ya somos una pareja- Loa brazo fuertemente –Soy en verdad feliz Aioria, te amo-

Estando ahora en entre los brazos del Capricornio, correspondió el abrazo, pero se sentía muy miserable, por como lo había tratado este tiempo –Perdóname… Yo de verdad… Te lastime mucho… Negué lo que sentía y…-

-Eso ya no me importa, lo que paso no fue culpa tuya, algo nos borró la memoria, pero ahora estamos bien, es lo único que necesitamos- El hombre que nunca era bueno pare expresarse, aprecia que lo ocurrido en Asgard, le había dado la habilidad de exteriorizar su sentir con palabras.

-Te amo…- Se dejó llevar por el brazo, no se necesitaba más entre ellos, su amor era inexperto, pero dulce. Solo con esa demostración, era suficiente.

-Que lindos…- La Diosa que anteriormente había combatido con ellos, los miraba de lejos la escena le conmovía gratamente. Estando toda roja como su cabello y portando una sonrisa de felicidad. Adoraba ver a las personas felices.

A veces sin importar tu condición divina, si te distraes eres un blanco fácil, para ser vista como una intrusa.

-¿Quién eres tú?- Una voz masculina se escuchó detrás de ella.

Solo se sorprendió, dando un leve brinco en el lugar y girándose asustada, mirando quien era el que la miraba.

Un hombre de cabellos azul cobalto, los garzos cruzados, mirándola con desagrado, portaba unas ropas griegas que notaba que acaba de entrenar.

-Yo… Yo… Soy… jajajajaja- Dio una risita nerviosa.

-No eres de aquí y tienes un gran cosmos- La miro más fijamente.

-Yo, no soy nadie… Es mas ya ni estoy aquí- Agradecía para sus adentros que tuviera la capacidad de desaparecer de lugares de forma inmediata como un fantasma casi. Usando esto a su favor, fue como despareció de la vista de ese hombre.

-¿Qué?- Lo dejo confundido, como ella pudiera desaparecer de la nada.

-Kanon- Este llamado dado por tauro saco de sus pensamientos al Géminis menor. -¿Qué fue ese destello de cosmos?-

-Te podría jugar- Señalo con un dedo el lugar donde había estado la pelirroja –A aquí había una chica pelirroja con un cosmos demasiado fuerte-

-¿Estas seguro?- Observaba el lugar donde señalo, pero si se notaba un pequeño rastro de esa fuerza que desprendían siempre.

-Amigo creo que ya estoy viendo cosas- Negó con su cabeza.

Aldebarán solo asintió, pero él también podía sentir aquello, no era solo alucinaciones del géminis.

Sin embargó, un fuerte explosión de cosmos ahora se sentido, pero proveniente de una de las doce casas, principalmente de Acuario.

Ambos hombres se giraron, sorprendidos por aquello

-¿Qué está pasando?- Cuestiono el Brasileño.

-Lo más seguro es que Camus volviera hacer enojar a Milo- Callo de inmediato, ante como eso sonaba.

-Se escuchó mu extraño-

-Sí, normalmente es Milo, quien antes hacía enojar a Camus- Cruzado de brazos, se cuestionó que pasaba entre sus dos amigos.

Notas finales:

Buenos días, tardes, noches ¿Que hora es? ¿Quien me ha robado el reloj? ¿Como están mis terrones de azúcar? En este día tan maravilloso y lleno de calor. Jajajajajajaja. Aquí les traigo, les ando manejando lo que viene siendo el décimo segundo capitulo de este fic. Que ya pronto llegaremos a su final, pero ando viendo aquello. jajajajajaja En fin muchas gracias por quienes lo siguen, lo leen y lo disfrutan jajajaja.

Antes que nada quiero compartir algo super lindo que un terrón de azúcar me dijo en un comentario y que me encanto, me sentí super halagada y afortunada y fue que escribió, que yo era el terrón azúcar mamá que le roban el reloj. Dios sentí mucha alegría en ese momento, hasta grite de emoción y le dije a mi madre, -Mira que bonito me dijeron- Gracias en verdad, que me siento afortunada de tener a terrones de azúcar super lindos, que se toman el tiempo de escribirme algo así de hermoso. 

Me encantaron sus deseos, de verdad... Que los ame, y casi todos incluyen el yaoi y hacer oficial las OTP. Jajajajaja ame a un terrón de azúcar que me dijo que llevarme para ver el yaoi en vivo. Gracias terroncito eres lo máximo. Pero jajjajaa... Yo no puse mis tres deseos, así o mas que estaba super mal ese día. No funcionaba acorde, no estaba ubicada en tiempo, espacio. Bien aquí va:

1.- Abolir la ley de las mascaras, eso que ni que ya lo hice, ya lo desee, así que ya quedo. XD

2.- También pediría que Atena bendiciera a las parejas y les diera la oportunidad de criar a sus bebes producto de su amor

3.- Ser la aprendiz de Kiki o en su defecto de Raki, lo que sea... Quiero ser la santa de Aries XD

Así que esos fueron mis deseos, ahora... Viene la siguiente pregunta del día de hoy: Sera una para conocernos mejor ¿Que estación del año prefieren? No se si ya la haiga hecho, si no me dicen para hacer dos la próxima, pero la mira es una difícil contienda entre la primavera, el verano o el otoño. Creo que podrían llamarme doncella de la primavera siiii. Gana solo por que nací en esta temporada jajajajaj 

Ahora a ustedes les toca a ustedes responder. Por lo cual dejen sus respuestas, sus comentarios o reclamos jajajajajaja.

Kiaaaaaa mil gracias a todos ustedes, por seguirme y seguir aquí, en verdad se los agradezco de corazón. 

Sin ustedes, no creo que hubiera tenido las esperanzas de escribir esos especiales o cosas así de graciosas. 

Se los agradezco, estoy eternamente agradecida.

En fin, espero que pasen un hermoso día, tarde, noche. Lo que sea a la hora que sea que leen, cuídense mucho, comportence y no se pongan en riesgo. 

Ammu se va. 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).