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Mi Chica y Yo, O Doble Embarazo. CatrAdora por Cloe Haruno

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Notas del capitulo:

¡Hola, esta es una historia de un universo paralelo! tenemos ship catradora, espero que lo estén disfrutando 

Ese brillo dorado la dejó boquiabierta y sus ojos reflejaron aquél destello de oro, lástima que es muy caro, Catra pronunció un gesto de desánimo pues sabía que con lo que gana no podría comprarlo.

Y Scorpia que fue llamada por la atención de ese collar que Catra sostenía en sus manos, se acercó a ella.

—Con ese collar te verías igual que una princesa,— sonriendo opinó Scorpia.

Catra volteó a ver a la chica alta, mostrándose sorprendida.

Después se echó a reír, incrédula.

Le fue divertida la ocurrencia de su amiga.

—No creo que yo pueda ser una princesa, ¡ni en sueños! — contestó Catra, irónica. 

—Sí,— respondió Scorpia riendo también,—Tienes razón.

Luego la mirada de la gatita se postró nuevamente en el collar que tocaba con sus manos, quería comprarlo pero no le alcanzaba así que se resignó, y lo devolvió a su lugar.

Y Scorpia conocía los deseos de su mejor amiga.

—Te lo compro. — dijo la chica alta, así sin pensarlo mucho.

Catra se conmovió al momento de escucharla, pero en ningún instante pensó en abusar de la generosidad de su amiga así que le sacó la vuelta al tema.

—Scorpia tontita, yo no lo vendo, — mencionó con una sonrisa traviesa,—Tienes que comprarselo a la dueña de la tienda, no a mí.— dijo la morena mientras se movía del sitio para ir a la salida del local.

Y la mujer peliplata sonrió, se alegró de tener una amiga tan considerada.

Después cuando Catra salió del lugar hacia donde primero se dirigieron sus ojos felinos fue en dirección a Adora.

Los tres chicos: Adora, Glimmer, y Bow, aún tenían ese semblante de derrota ya que no alcanzaron la presentación de los delfines saltarines.

Y mientras ellos lloraban las otras dos chicas se habían escapado a echar un vistazo a la joyería. Porque sinceramente ni a Catra ni a Scorpia les interesaba mucho el espectáculo de los delfines, así que a ellas realmente no les importó haber llegado tarde.

Pero Catra se sintió mal por Adora que se veía tan ilusionada de ver delfines.

— Adora,— la chica morena había llegado hasta la chica rubia y la nombraba de manera tranquila,—¿Quieres un helado?,— Catra ofreció intentando animarla para hacerla sentir mejor.  

Y como respuesta la rubia frunció el entrecejo molesta.

—Si no hubiera sido porque Catra se tardó, ahora mismo estaríamos disfrutando de la función del delfín,— soltó las palabras acusadoras sin pensarlo.
Pero Adora ni siquiera miraba a Catra, fue cruel porque seguía enojada y no deseaba recibir explicaciones en este momento.

El corazón de Catra se rompió haciéndose trocitos, en esta ocasión ella no tenía ganas de pelear lo único que pasó es que se sintió humillada, y ésta no fue la primera vez también sucedió lo misma aquella vez con lo del tema de la pulsera de Bow.

—¿Me odias, Adora?, — la morena tenía una mirada muy marcada de tristeza, le había dolido, y mucho,—Yo no te he hecho nada.— dijo aguantando las ganas de llorar,—No entiendo porque me tratas así…

—Si quieres que me vaya solo dilo.— mencionó Catra de una manera muy molesta y triste al mismo tiempo.

La rubia continuó con su silencio y no la miraba.

—¡Eso quieres, perfecto Adora!

La gatita morena salió corriendo.

Bow y Glimmer no entendían lo que estaba sucediendo, y se miraron preocupados.

Aunque enseguida Glimmer se dirigió a Adora, y se sorprendió al ver que Adora estaba llorando.

—¿Amiga?,— pronunció Glimmer suavemente,—¿Qué acaba de pasar?, Catra es tu novia y la trataste muy mal.— la pelirrosa reconoció esa mala actitud.

Pero Adora estaba llorando mucho y no le era posible hablar.

La rubia escondió su cara entre sus manos mientras lloraba.

Y Glimmer la abrazó para tranquilizarla, pero después de que se calme ya verá como la reprenderá.

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Scorpia se había perdido en el camino o quizás ya se había ido a su casa pero la gatita no la vio desde que se peleó con Adora, o bueno desde que la rubia se portó como la peor villana del universo. Catra había avanzado unas calles largas más allá del supermercado.

—Estúpida función de los delfines...— maldijo con su voz algo quebrada.

En ese momento alzó su mirada bicolor cubierta por cristalinas lágrimas y se dio cuenta que ya estaba en el jardín embrujado.
Bueno realmente así le llamaban a este jardín al que había llegado sin darse cuenta, y le decían así porque hace mucho que nadie viene pero aún así se mira hermoso como si alguien de verdad viniera a cuidar de las flores.

Y como Catra ya estaba cansada de caminar decidió sentarse en una de las bancas frente a la fuente de la cual aún cae agua limpia.

La morena suspiró.

—Gatita montés,— se escuchó una voz amable detrás de ella,—Ya estoy aquí contigo.

E inmediatamente Catra se volteó a mirar a la chica que estaba detrás de ella, y quedó sorprendida.

—¡¿Cómo es que llegaste hasta acá?! — gritó Catra, antes casi se cayó de su asiento del susto.

—¡Oh, lo siento!,— Scorpia se disculpó,—No quería asustarte.

—¿Me estabas siguiendo?,— le preguntó a la chica de cabello corto y plateado.

—Bueno...— la más alta rascó la parte trasera de su nuca,—En realidad fui por helado, pero al comprarlo te vi salir corriendo y decidí correr tras de tí.

—Ah...— Catra desvió la mirada hacia abajo,— Entonces no te enteraste que me peleé con Adora…

—No,— asintió la mayor,—Pero lo supuse, ustedes dos últimamente discuten mucho…

De momento que escuchó lo que dijo la morena abrió más los ojos, dándose cuenta que no es mentira, ellas dos en los últimos meses han estado discutiendo mucho.

—Scorpia, ¿Y si me equivoqué al elegir a Adora?,— la gatita miró a los de la mayor, esperando una respuesta sincera.

Y el corazón de Scorpia estaba latiendo muy rápido, pero ella es una buena amiga jamás se aprovecharía de la situación para entrar a la vida de Catra.

—No,— la chica sensible se acercó a su pequeña amiga y acarició su rostro,—Ustedes son la mejor pareja que yo conozco, y merecen estar juntas.

—Scorpia...— Catra a su gesto le agregó mucha más tristeza,—Te agradezco que aunque me quieras tú sigas siendo esa amiga que yo no merezco...— enseguida la chica gatuna se echó a llorar con demasiado sentimiento. 


Y Scorpia sonrió amable de inmediato abrazó a su gatita mejor amiga.

—Tú no tienes que preocuparte...— la chica peliblanca susurró dando un beso pequeño a su amiga en su cabello.

—No… no te merezco...— Catra sollozaba mientras que no podía dejar de llorar,—Adora y yo estamos embarazadas… y yo no sé qué hacer…

Y en ese mismo momento Scorpia adoptó un gesto de asombro, y parpadeó un par de veces dirigiendo su mirada al vientre de su amiga.

—¿Cómo es que no me di cuenta? ¡Felicidades!,— la mayor hizo del abrazo uno más apretado.

—¡Hey, no me estrujes!,— la gatita se quejó enfadada, odiaba que la traten como oso abrazable, aunque admite que los abrazos de Scorpia la hicieron sentir mejor y ya ha podido dejar de llorar.

Catra limpió ella misma sus lágrimas para poder hablar de manera mejor con su mejor amiga.

—Lo he estado ocultando, es por eso que no lo habías notado,— soltó un poco molesta.

—Pero si Adora lo dice a todo el mundo, ¿por qué tú no?,— le preguntó Scorpia mostrando preocupación.

—¡Ese es el problema!,— Catra alzó la voz poniéndose de pie, un poco inquieta,—¡Qué no soy como Adora!, No puedo ser como ella…

Scorpia miraba atentamente a su amiga,—¿Cómo es qué pasó?,— le preguntó, nerviosa,—Bueno si no quieres decirme no me lo digas…

Catra nuevamente suspiró.

—Se trata de una historia larga,— respondió algo incómoda y harta de lo que estaba pasando,—Bien, fue en una fiesta en casa de brillitos. Y su esposo Bow… ¡Bueno él es un idiota!,— expresó muy enfadada.—¡Ojalá Adora y yo nunca hubiéramos ido a esa estúpida fiesta!

—Catra cálmate,— le pidió Scorpia de forma tranquila,—Adora dijo que todos estaban ebrios, entonces no fue culpa de nadie...— comentó finalmente lo que ella pensaba.

La gatita gruñó de muy mal humor —¡AHHHGRRRR!

—¡Tú no lo entiendes, nadie lo entiende!,— gritó Catra respirando con mucho enojo, casi queriendo golpear algo.

—Catra...— Scorpia intentó calmarla tocando su mano.

Pero Catra se alejó de manera brusca, no quiso ningún contacto con ella que tampoco la entendía.

—Mejor me voy,— dijo la chica morena conteniendo poco de la rabia que sentía,—Y no se te ocurra seguirme,— le advirtió a Scorpia con una mirada feroz.

—Déjame ayudarte,— le pidió Scorpia,—No mereces pasar ésto tú sola, y menos en silencio.

—Yo debí solucionarlo cuando pude, pero tuve miedo de hacerlo,— confesó Catra con un tono más bajo, y arrepentido,—Mírame ahora sufriendo las consecuencias de algo que desprecio…

—¿Desprecias a tu hijo?,— cuestionó Scorpia ya muy asustada.

—No lo sé,— respondió Catra,—Las mujeres no por ser mujeres significa que estamos destinadas a tener hijos… Además ésto es un error.

—Catra,— Scorpia se levantó de su lugar y fue a taparla con sus brazos otra vez,—Entiendo tu tristeza ya que lo que ocurrió es algo que tú no deseas,— la apretó más fuerte,—Pero debes entender que éste no es el fin del mundo, además Bow y Glimmer no pueden tener hijos, quizás tú puedas ayudarles con eso.

Al momento Catra recordó que Adora ofreció ayudar a sus amigos, pero no se veía convencida ya que al parecer ella misma quería ser quien cuidara de su bebé, entonces pensó que si entonces les da este otro bebé entonces Adora podrá cuidar del suyo propio, quizás la rubia estará más feliz así.

—Gracias Scorpia, hoy me hiciste comprender muchas cosas….— Catra había confesado ocultando su rostro entre la ropa de la mayor, dejándose consolar con este fuerte abrazo y este cálido calor que sólo una amistad como ella le brindaba.

Continuará....

Notas finales:

¡Nos leemos hasta el siguiente capítulo! 


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