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Mi Chica y Yo, O Doble Embarazo. CatrAdora por Cloe Haruno

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Notas del capitulo:

¡Hola, qué opinan, les está gustando?

Catra rápidamente rompió el contacto y se alejó de ella.

A la felina se le había borrado su sonrisa seductora del rostro, casi no podía creer lo que estaba escuchando en palabras de Adora. Se sentía traicionada, engañada, burlada, parecía la más tonta ahora, le dolía mucho lo que estaba escuchando. Y sus cejas se curvaron entristecidas.

—Dime que es una broma,— ordenó Catra con la voz que se le estaba quebrando, pero sostenía su firmeza porque no quería llorar frente a Adora,—Por favor dime…-

Adora interrumpió de manera inmediata a Catra.

—¡Sé lo que estás pensando, y no, no fue de esa manera!,— expresó la rubia intentando controlar su angustia, quería explicarle y demostrarle que no fue su culpa, tampoco la de su amigo.—Esa noche, esa madrugada… Todos bebimos demasiado. No lo hicimos con ninguna intención, ya que Bow ni siquiera lo recuerda.

—¡¿Crees que soy estúpida?!,— Catra gritó sin importarle si los vecinos la escuchaban, estaba molesta y mucho.

—¡NO!,— replicó la chica rubia, podía entender cómo su gatita se sentía: engañada y lastimada, aunque lo que ella decía era la verdad,—Nunca te tomaría por tonta…, Pero escucha, tengo recuerdos fragmentados de aquella noche pues yo tampoco lo recuerdo bien, sin embargo sé lo suficiente para entender que mi error se cometió en aquella fiesta.

La felina escuchaba mientras se pegaba a la pared deslizándose hacia abajo y quedó sentada en cuclillas, en esos instantes no tenía fuerzas para pelear.

—Hace una semana llamé a Glimmer y a Bow para contarles lo que me pasaba, y después de todo un drama entre ellos, entendieron y me apoyaron porque son mis amigos, sabemos que fue culpa de todos.— explicaba Adora mostrando nervios ya que no sabía cuál sería la reacción de la pelicastaña.

Catra mantenía la mirada baja y acariciaba su cabello, pero la gatita también guardaba un secreto pues aquella noche no sólo fue Adora quien perdió la compostura, también lo hizo ella, y apenas si lograba recordar, para su mala suerte si había sucedido.

—Está bien, amor,— le respondió Catra, al tiempo que se ponía nuevamente en pie,—Lo superaremos juntas.— no pudo mirar a los ojos de Adora, ante eso, su decisión fue subir a la azotea para poder estar sola y meditar la situación.

Aquella acción dejó a la rubia sorprendida y confundida, ¿había sido tan fácil?


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Transcurrió una semana más, los días se volvieron más calurosos.

Adora tenía las peores náuseas durante la mañana, durante la tarde, y durante la noche, es decir, a todas horas, pues cada que intentaba comer algo, todo le causaba asco.

Dentro de esa misma semana Catra había decidido ser ella la que cocine, ya que su querida Adora ponía un pie en la cocina y los olores la hacían vomitar, así que ahora es ella la que se está encargando de hacer toda la comida, pero es un fastidio debido a que algunas veces a ella también le provoca náuseas.

La felina morena llevó a la mesa dos platos con mucha ensalada verde acompañada de otros colores deliciosos.

—Me preocupa que no comas nada,— dijo la gatita castaña, suspirando,—Hice esta ensalada para ti, pues sabes que yo odio las hojas.

—Mi gruñona,— respondió Adora con una sonrisa,—Debes aprender a comer más saludable.

—Ya lo sé,— contestó Catra, sorprendiendo a su novia al empezar a comer con ganas de la ensalada,—Si lo hago yo, no sabe tan mal.

—¿Qué insinuas?,— preguntó Adora arqueando una ceja,—¡Que yo no sé cocinar!

—Claro que sabes,— dijo Catra con una sonrisa,—Pero yo lo hago mejor.

—¡¿Así?!,— expresó la rubia intentando meter a su novia a un desafío para que lo compruebe.

En ese momento Catra se quedó viendo insistente a su novia, y se pudo notar como un leve sonrojo aparecía en sus mejillas, no lo entendía pero su corazón estaba latiendo muy rápido.

—¿Catra?,— preguntó Adora con una sonrisa picara.

—Adora...— la voz de Catra temblaba,—¿Puedo besarte?

Y la gatita no se esperó a una respuesta y en un instante llegó al regazo de la rubia quedando sentada con las piernas abiertas encima de Adora, y muy cerca del rostro de la rubia sintió que su corazón ardía, y al final la besó. Todo su cuerpo estaba caliente de pasión, soltaba lo que parecían ronroneos mientras besaba a su novia.

Y la rubia siente que este beso la quema de tanto fuego del deseo que logra percibir por parte de Catra

Catra siente que ahora mismo ya, necesita más de Adora.

—Por esta vez déjame tomar el control,— le suplicó Catra con una voz entrecortada pero suave.

—Tú siempre tienes el control,— le respondió Adora a su mujer amada.


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En la noche del mismo día.

Catra continuaba con su abundante deseo de tener a Adora, y no lo entendía porque durante este día lo habían estado haciendo 5 veces o más, y todavía ella no lograba poder saciar sus deseos de de tenerla una y mil veces más.

Era evidente que Catra no podía dormir, y pues Adora ya dormía profundamente igual que un angelito.

Entonces la felina simplemente se acercó a dar un besito en la frente de su novia, más cuando hizo contacto con la piel de Adora su cuerpo se erizó por completo, y comenzó a jadear como si le hubiesen tocado su punto de placer.

Catra no podía entender lo que le sucedía, la razón del por qué estaba tan sensible y receptiva a cualquier estímulo que Adora le provocara.

Entre la luz de la luna y las sábanas frescas Catra decidió no despertar a su novia, en cambio decidió tocarse ella misma para apagar ese fuego en su cuerpo.

Dio gracias que Adora tuviera el sueño tan pesado, simplemente no quería molestarla, sin embargo ella no podía dejar de gemir tan alto cada vez que se acariciaba así misma. Su placer era tanto que por un momento creyó que Adora si terminaría despertando, aunque no, la rubia continuó en el mundo de los sueños hasta la mañana siguiente.

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—Buenos días, mi amor,— Adora saludó a su novia quien se encontraba acostada a su lado, un nuevo día comienza, y la rubia se estiraba para despertarse.

—Buenos días, mi princesa…,— respondió Catra con un gran sonrojo en el rostro, mismo que deseaba ocultar por vergüenza, sus instintos de cazar y querer ser cazada seguían ahí, latiendo fuerte en su corazón, el magnetismo que sentía hacia Adora era increíble.

Enseguida Adora como adivinando su pensamiento se colocó encima de ella, quedando separadas apenas un poco para estar mirándola a los ojos, y Catra asombrada también la miraba.

Sin embargo los ojos de Catra se nublaron con lágrimas.

—¿Qué sucede, mi gatita?,— Adora tenía en su rostro una expresión de preocupación,—¿No es ésto lo que querías?

—Sí...— la felina se continuaba sintiendo caliente, sin embargo cierto secreto que aún guardaba la tenían abrumada también.

En el mismo momento la chica pelicastaña alejó delicadamente a Adora de ella.

Y bajó de la cama corriendo dirigiéndose al baño.

Esa acción dejó a Adora confundida y pensativa.

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5 meses han pasado luego de la fiesta desastrosa.


Los 5 amigos quedaron de salir juntos a comprar helados y pasarla bien juntos.


—Hoy veré a Scorpia después de tanto tiempo,— mencionó Catra desde el espejo donde se estaba arreglando el cabello.

—Ya sé, Scorpia es una buena chica,— contestó Adora preparando su jugo vitaminico para llevarlo y tomarlo durante el camino. Se lo recomendaron a partir de que hubiese quedado tan débil por tanta náusea.

Catra frente al espejo desvió sutilmente sus ojos bicolor hasta la parte de su abdomen, quería cuidar que no se le notara nada de más. Al parecer las fajas, y los abrigos grandes habían hecho bien su trabajo, además de que vendar los ojos de Adora cada vez que se acostaban funcionaba perfecto con su plan de guardar su secreto.

El timbre sonó.

—Ya voy yo,— se ofreció Catra para ir a abrir la puerta.

Del otro lado se encontraron los 2 amigos de Adora, lastimosamente Scorpia aún no llegaba.

—¡Hola!,— la pelirrosa y el chico de los corazones saludaron efusivos.

En seguida Catra sintió un piquete doloroso en su abdomen, lo que le provocó doblarse y lanzar un quejido. 

Pero para su sorpresa Bow y Glimmer ya estaban llegando a la habitación con Adora por ello no se dieron cuenta de lo que le sucedía a ella.

La felina gruñó fuerte con coraje, esos dos solo se preocupaban por Adora y ella simplemente no importaba para ellos.

—¡AAHH!,— se quejó fuerte ya que el dolor en su abdomen aumentaba,—Maldita sea….

Comenzaba a creer que estos dolores venían cada vez que se estresa y pone mucha tensión en su cuerpo. Sin embargo tuvo que correr hacia la habitación de huéspedes para esconderse ahí. Debido a que Adora al escuchar el malestar de su mujer amada rápidamente quiso ir a ver qué pasaba.

—¿Catra, qué pasa?, ¿Por qué cerraste con llave?,— cuestionó Adora al otro lado de la puerta.

Mientras que la gatita hundida de dolor se tapaba la boca para evitar gritar, se hallaba sentada en el piso con la espalda pegada a una de las paredes, las gotas de sudor caían por su frente, y con su mano libre tocó su estómago, en todo este tiempo no lo había querido hacer, sintió como ese pequeño ser en su interior se estaba moviendo aún.

Catra cerró los ojos intentaba relajarse.

A los pocos minutos el dolor se fue, y Catra pudo sentirse mejor.

—¿Los hice esperar mucho?,— dijo la felina saliendo como si nada de la habitación.

—¡No hagas eso!,— Glimmer le había gritado,—¡Adora está en un estado delicado, tus bromas pesadas pueden hacerle daño!

“¿Bromas?”, pensó una molesta Catra.

—¿Catra, todo bien?,— preguntó Adora con un tono calmado pero serio.

—Ay sí, no encontraba la llave y por eso tardé en salir,— Catra meneó su cadera para darles la vuelta e ignorarlas.

Adora frunció las cejas, sospechaba que algo le sucedía a Catra pero ella no se lo quería decir.
La rubia se quedó más preocupada y triste porque su novia no confiaba en ella.

—¿Ya nos vamos?,— dijo Bow siendo impaciente porque la función de los delfines comenzaría en 30 minutos.—¡Ánimo, chicas, las discusiones no llevan a nada bueno!

Al escuchar eso Catra frunció su nariz, ese tonto amigo de Adora no conoce cuanto ella lo odia. Sus ojos atraparon un brillo de furia y agresividad.

continuará...
 

Notas finales:

¡Hasta la próxima!


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