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Albus Potter: Indeseable N. 1 por Stephanie Parker

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Era una tarde tormentosa, el último partido antes de las vacaciones invernales, el clima no ayudaba mucho a los jugadores, Slytherin vs Griffindor, 40 – 50, respectivamente, los cazadores de ambos equipos ya lucían bastante fatigados, el partido inicio como siempre, pero nada podía permanecer tranquilo cuando se enfrentaban las serpientes con los leones, por lo regular lo que hacía que un partido agilizara su final era la habilidad de sus buscadores, que además de ganar de manera arrasadora impedían el desgaste de los demás jugadores.


Scorpius Malfoy y James Potter, desde el inicio en un carrera reñida por la snitch dorada, donde tras empujones y jugarretas que rozaban lo ilegal, se habían enfrascado en una lucha aérea donde soltaban insultos y golpes de escoba.


-¡Albus! –llego Rose irrumpiendo en las gradas de Slytherin- fue James, fue él


Ambos bajaron de las gradas a la parte baja de la cancha, a ras del suelo donde se encontraban algunos tomando fotos del evento.


Albus con la vista nublada no podía creer lo que su hermano había hecho y lo que él estaba a punto de hacer…


 


Albus abrió los ojos con pesadez, la iluminación del mediodía que se reflejaba en las paredes blancas y pulcras de la enfermería lo tenía un tanto aturdido. Se levanto un poco, a la derecha, al cubículo de la enfermera y no se veía ni una sombra y ala izquierda descubrió a un desaliñado James tratando de robar la gelatina de limón que habían dejado en su bandeja.


-En mi defensa –dijo James volviendo a colocarla en su sitio- podría estar envenenada


-¡James! ¿Qué haces aquí?


-Lo mismo que tú, una muy mala poción de invisibilidad


Con ambas manos, Albus, se impulso para quedar sentado en la cama y mirar mejor a su hermano, se le veía desaliñado, con un color verde y los ojos algo caídos, además de una montaña de dulces, que seguramente le habían traído chicas de su casa.


-Tú te ves peor –soltó James- yo sólo probé un poco esperando la catástrofe, pero tu te zampaste todo un frasco, hay que ser un demente o un idiota


-Nadie se salva de una  broma de Peeves


-A menos que sepas que no deber confiar en él ¿Por qué lo hiciste?


-Lucia muy convincente –miro a los lados, además de la bandeja del almuerzo que tenia, le habían dejado una rana de chocolate y una paleta de muchos colores.


James sólo puso los ojos en blanco por la imagen ingenua que tenía de su hermano. Ni siquiera pensó en lo mal que se estaban llevando.


-¿Cuánto tiempo llevo aquí? –dijo Albus destapando su paleta


-Mmm… ¿Dos días? ¿Dos días y medio? Dejémoslo en tres


-¿Tanto?


-Considerando que llegaste peor que yo –soltó un bufido- llegaste en los brazos de Malfoy soltando incoherencias sobre un tal Diggory, sobre Quidditch y no sé que de Scorpius, muy verde, por cierto


Se hizo un silencio sepulcral.


Recordó lo que había pensado antes de desvanecerse por completo, pensaba en Scorpius y cayó en cuenta de que no había podido dejar pasar lo ocurrido el año pasado. Si Peeves sabía lo sucedido en el partido de Quidditch, también podía haber averiguado lo otro, pero… ¿Cómo? ¿Y si se lo había contado a James y por esa razón el estaba tan enfadado con él? Debía averiguarlo.


-James…


El aludido volteo.


-¿Qué nos pasó? –dijo con la mejor cara que podía ofrecer


-Nos autoenvenenamos, si es que existe la palabra –dijo bastante convencido


-Me refiero a, nosotros, como hermanos. Antes todo era más sencillo.


-Antes no estabas en Slytherin –dijo bufando


-Pero soy la misma persona, sigo siendo tu hermano


-Entonces ¿Cómo terminaste ahí? Algo te cambió –dijo melancólico- ¿Te sentiste mal cuando yo entre? ¿No te preste mucha atención como cuando antes? ¿Es eso? ¿Estabas resentido?


Sí bien, era cierto que James lo había dejado de lado por sus nuevos amigos cuando entró a Hogwarts, nunca le afecto tanto. Le molestaba que todos se atribuyeran de cierta forma su vida. Como si estuviera formado por cientos de pedazos que los demás habían puesto en él, pero que él nunca creo.


-¿En serio crees que el sombrero se baso en un resentimiento infantil para colocarme durante los próximos seis años en una casa? –contesto Albus tomando su gelatina de la charola antes que James se le ocurriera


-¿Entonces en qué se basó? –replico James


-Llevo 3 años tratando de averiguarlo y no creo que en esta plática lo descubramos


Otro silencio.


-¿Te gusta estar en Slytherin? –intento James


-James, Slytherin son mis amigos, no la casa. Me siento bien donde estén la personas adecuadas, tal vez tus prejuicios y las ideas que te haya metido el tío Ron en la cabeza no te dejen verlo, pero estoy bien.


- Pero y papá con su hazañas en Griffindor, y mamá, el ejercito de Dumbledore nació ahí, todo lo que nos contaron de niños y lo que nos enseñaron debía de concluir con nosotros ahí ¿Qué paso de diferente?


-¡Por Merlín, James! Estar en Slytherin no significa que sea un mago tenebroso o que mis amigos lo sean, tú y tus amigos se han comportado de manera horrible con nosotros, en ese aspecto ustedes serían más Slytherin


James levanto un dedo acusatorio, pero no se le ocurrió ninguna excusa ante eso.


-Pero, debes admitir que los muffins de habanero fueron de las mejores bromas en la historia de Hogwarts


No daba crédito a lo descarado que podía llegar a ser su hermano. Tampoco daba crédito de cómo rieron juntos tras ese chiste.


-Empecemos de nuevo ¿Quieres? –sugirió Albus con una pequeña sonrisa


`-Podría ser –soltó James desperezándose


-No lo hagas por las casas, James, hazlo porque ambos somos Potter y ahora que papá esta cerca con lo del torneo, debemos estar en buenos términos. Por cierto ¿Dónde está?


-Le salió un asunto urgente del ministerio, Lily dice que mamá casi lo obligo a volver de América, al enterarse lo que pasó. Probablemente vuelva mañana para alistar todo para la selección de los participantes.


-¿Te alistaras?


-Al… la pregunta me ofende –soltó con una sonrisa altanera y la mano en el pecho- ¿Qué tal tú?


-Estuve tres días inconsciente, no he pensado en nada


-Deberías –comenzó James un poco sonrojado- eres dos años menor, pero, sè que eres mejor que yo, algunas veces y creo que eso nos pondría en términos parecidos, ya que tu no te pierdes totalmente en el quidditch


James, lo estaba alagando. Esa poción sí que lo había afectado.


Se abrió la puerta de la enfermería, dejando ver a Madame Pomfrey, que acelero el pasó hacia su cama.


-Potter…


-¿Sí? –contestaron ambos hermanos


-Agh, el mayor –le tendió un pergamino- puedes tomarte el resto del día fuera de aquí, busca ponerte al corriente o descanse en su habitación, pero mañana estará listo para volver


James se levanto un tanto complacido.


-Bueno, Al, te veré luego -le revolvió aún mes el pelo- si no sales antes del viernes puedo presentar tu permiso, si así lo quieres.


-Lo pensare, James. Gracias


El salió diciendo: Y no aceptes ya cosas de dudosa procedencia.


Sólo que el sabía que el desastre había provenido de su desastroso desempeño en pociones.


 


Más tarde, su prima y Scorpius fueron a visitarlo. Se alegraron mucho al verlo despierto  y que estaba comiendo los dulces que antes le habían dejado, ahora venían con unos pasteles de calabaza.


-Te traje todos los deberes, sobre todo los de Defensa contra las Artes Oscuras, aunque el profesor Lupin dijo que no había problema si las entregabas a final de la semana –dijo Scorpius depositando un montón de libros


-¿El profesor Lupin?


-Si –contesto Rose- Tedd, es el nuevo maestro


Tedd Lupin había vivido muy cerca de ellos, sus padres murieron en la batalla de Hogwarts y al llevarle varios años siempre había tenido un sentido de protección hacia los hermanos Potter.


-Quien lo diría –soltó Albus aún incrédulo- debe ser de los profesores en trabajar más jóvenes en Hogwarts


-Ahora el profesor Neville ya no tendrá nada que presumir –soltó Rose


Quizá si eran una mal influencia para su prima.


Le contaron acerca de los días que estuvo en la enfermería nada interesante, hasta que retomaron el día en que acabo en tan lamentable situación.


-¿Pero a quién se le ocurre aceptar algo que vine de Peeves? –dijo con la mano en la frente


-Fue muy convincente. Scorpius le dirigió la misma mirada que su hermano hace unas horas.


- Y James tan preocupado –dijo Rose mirando las puntas pelirrojas de su cabello


-¿James? –dijo Albus con menor crédito que con lo de Lupin


-Si –dijo Scorpius sentándose a los pies de su cama- intento levantarse de su cama para que te quitara las manos de encima, pero sólo consiguió caerse y vomitarse encima


-Es cierto –le siguió Rose- no lo había visto tan histérico desde que éramos niños


 


El tema pasó con rapidez para su prima y su amigo y cuando se despidieron para ir a cenar al gran comedor, la duda aún seguía en su cabeza. James se preocupo por él tanto que lo llamaron histérico.


Tal vez, la broma de Peeves no fue tan perjudicial, al fin y al cabo, consiguió mejorar su relación con su hermano. Tal vez era el inicio de un nuevo ciclo en la familia Potter.


Y Albus no tenía ni idea de cómo lo sería…

Notas finales:

Hola ¿Què tal su cuarentena?

Tenia el capitulo casi listo hace un par de dìas, pero era muy direntente los terminos a los que llegaban Albus y James y decidì que era momento de encaminar un poco hacia la redenciòn a James, aunque no le durarara mucho, por algo Albus se vuelve, el indeseable N. 1...

 

Agradezco muchos su comentarios, los leo y simplemente me encantan.

Cuidense mucho. Travesura realizada.


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