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Albus Potter: Indeseable N. 1 por Stephanie Parker

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Notas del capitulo:

Amo sus reviws, los amo musho por ello y como no quiero arruinar nada del capitulo... simplemente disfriten

A la mañana siguiente, Albus despertó muy sobresaltado, no quería hablar, ni cruzarse con Scorpius, por  suerte era el único que estaba en la habitación y para su mala suerte, ya se le había hecho tarde para desayunar y llegar a tiempo a sus clases. Se alisto lo más rápido que pudo y salió de las mazmorras en dirección al comedor.

Al llegar al Gran Comedor, sólo quedaban algunos alumnos, se dirigió a la mesa de Slytherin y tomo asiento a un lado de Nott, con Scorpius de frente, terminando su desayuno.  En la mesa sólo quedaban un poco de avena y jugo de calabaza. Scorpius le deslizo un paquetito envuelto en una servilleta, eran unas galletas que Scorpius aparto para él.

Levanto la vista de la mesa y le agradeció con una pequeña sonrisa, para después volver a bajar la mirada. Nott no dejaba de hablar sobre su accidente con Peeves, pero Albus sólo le respondía asintiendo o negando con la cabeza.

Quedaba poco antes de que el tiempo del desayuno terminara y un grupo de lechuzas de todos los colores entro por una de las ventilas altas de la sala, era la hora del correo matutino.

Fue la primera vez que Albus levanto la cabeza y se fijo en la mesa de profesores, ahí vio a Tedd, con su cabello negro con destellos azules, al parecer su nuevo trabajo hizo que cambiara su cabello azul eléctrico a algo menos llamativo, lo cual no era ningún inconveniente porque al ser un metamorfomago podía cambiar las veces que él quisiera. Sus miradas se encontraron y Tedd le sonrió amablemente.

Volvió su vista a la mesa, la lechuza de su padre estaba ahí, picoteando sus galletas después de haber dejado la carta, Albus la acarició y esta le respondió picando un poco su dedo como despedida.

Volvió a ver la carta… una carta de un sobre rojo, un vociferador. Esto era malo.

Cuando toda la mesa se dio cuenta de lo que había recibido estallaron en carcajadas, que hicieron que las otras mesas también se percataran de ello, fijo la vista en la mesa de Griffindor, Lily le daba golpecitos en la espalda a James, que se atraganto al ver el sobre rojo, que había traído la lechuza de su madre, en su caso, era normal que a James le llegaran ese tipo de correspondencia, pero al perecer, esta vez no se lo esperaba.

Albus ya no podía aguantar más, los nervios lo carcomían. Abrió el sobre y espero que no fuera tan malo. Y entonces escucho los gritos furiosos de su madre:

¡Albus Severus Potter!

¿Cómo es posible que acabaste en la enfermería en tu primer día de clases? Y todo por estar jugando con Peeves haciendo el tonto

Si no vasa tomarte en serio, tu padre ira hasta ahí y te retirara el permiso para el torneo, porque actúas como un niño, Severus.

El papel procedió a destruirse a sí mismo. Simultáneamente, James abrió el suyo.

¡James!

Estoy harta de que te comportes como un niño y que eso influya en el comportamiento de tu hermano, eres una muy mala influencia sobre él, hoy juega con Peeves y mañana estarán burlando al Sauce boxeador.

Una cosa más, una más James y terminaras la escuela por correspondencia.

 

Su carta también se autodestruyo y las miradas de los hermanos se encontraron, enrojecieron al instante.

 

En el comedor había todo tipo de expresiones desde miradas incomodas hasta risotadas, principalmente de Slytherin, incluido Scorpius, que tenía una lucha interna para no reírse, no de Albus claro, sino de la expresión tan perpleja que tenía James.

Albus recogió los trozos de pergamino que habían quedado en la mesa y salió junto con sus amigos a la clase de adivinación. Al pasar frente a la conserjería, vieron un anuncio:

 

Se les avisa a todo el alumnado que se solicita su presencia en la entrada principal a las 6:30 p.m.

Por lo que las últimas 2 horas de clase quedan suspendidas.

 

Al verlo, Albus se alegro mucho, ya que al ser la última clase Historia de la Magia, perdería esa hora tan aburrida.

Subieron por la torre hasta que llegaron a la parte mes alta y esperaron a que, junto con Hufflepuff, la profesora Trelawney les permitiera acceder a su salón por medio de una trampilla.

Al entrar se acomodaron en los mullidos sillones y la profesora Trelawney les dio una mirada inquisidora. Scorpius se sentó junto a Albus, como era costumbre, a pesar que durante toda la mañana no habían intercambiado palabra alguna.

-Mis niños… empieza un nuevo ciclo escolar y veremos los infortunios que nos tiene preparados la alineación planetaria en sus vidas.

Toda la clase pensó lo mismo, la profesora sólo hablaba se infortunios y malos augurios como era costumbre.

La profesora les dejo un trabajo sobre el seguimiento que tendrían que ver la alineación de los planetas en su vida. Entonces, Albus que en ese momento soltó un estrepitoso estornudo hizo un movimiento brusco que hizo que derramara su frasco de tinta esmeralda formando líneas y manchas en el mantel de la mesita de centro. La profesora dio un grito y miró a Albus con una expresión de horror.

-Un rayo, veo el destello de un rayo en tu vida, muchacho. La segadora luz del rayo te somete a sus sombras. Un presagió de muerte, sin duda… el rayo de la maldición asesina.

La mitad de la clase se sumió en murmullos y exclamaciones asustadas, la otra no cayó en los falsos presagios de muerte de alguno de sus estudiantes. La profesora Trelawney continúo diciendo:

-También veo una gran opresión, el rayo viene de tu propia sangre, muchacho ¿Tienes idea de la relación entre estos y tú familia?

Scorpius soltó un bufido y dijo sin ganas:

-Claro, Albus P-O-T-T-E-R ¿Qué relación podrías tener además de tener un famoso padre con una cicatriz con forma de rayo en la frente? Un verdadero enigma

Albus soltó una risita y siguió mirando el mantel, apenas y se distinguía una forma de rayo o algo parecido.

La profesora le dirigió una mala mirada a Scorpius y desviándose de su presagio de muerte del año, le respondió:

-Señor Malfoy, no esperaba verlo nuevamente en el curso, ya que si no recuerdo mal, su escepticismo sumado a la falta de un don en el arte de la adivinación lo hacía especialmente propenso a rechazar mis clases.

-¿Qué puedo decir? –Dijo Scorpius risueño- Me encontraba especialmente interesado en como Marte afectaría en mi vida

La clase continuo con una serie de malas miradas dirigidas a Scorpius por parte de la profesora. Al final de la clase, Albus se tomo unos minutos para arreglar el desastre de tinta que había hecho, Scorpius dijo que lo vería después de Ruinas antiguas, ya que Albus no tenía esa materia, tenía la hora libre para remediar su accidente.

Recordó un hechizo de limpieza que usaba su madre a menudo y lo aplico al mantel, que permaneció con unas fantasmales manchas, pero no quiso hacer más por ello.

Se dirigió a la profesora Trelawney, que se había quedado estática a mitad del aula y que parecía no prestarle ni la más mínima atención, entonces, Albus, decidió tomarle el hombro.

La encanecida profesora se volvió y tomo ella fuertemente por lo hombros a Albus y con voz muy grave dijo:

-El renacer del mal regresa a sus orígenes

Cobrando los pecados del padre y castigando a los descendientes

La muerte acecha el pantanoso destino y pero se verá frustrada

La magia de los antiguos habitara nuevamente mediante el sacrificio

El señor tenebroso ha muerto, pero no muerto su ideal reside en terrenos helados

El segundo deberá decidirse por su propia sangre o por derramar la ajena…

La profesora soltó una toz tremenda que termino con sus palabras

 

-¿Sigues aquí, mi niño? Ya puedes irte, lo arreglare por mi cuenta.

Albus no sabía que decir, así que optó por salir lo más rápido posible del aula.

 

Durante el almuerzo retomo las conversaciones con Scorpius hablando sobre lo exagerada que podía ser la profesora de adivinación y rieron un rato con las imitaciones de Nott y Carrow hacia ella.

El día lucia tranquilo, sólo las ansias por las visitas que tendrían este año ponían tan nerviosos a los alumnos, que al punto de las 6:30 p.m. ya se arremolinaban en la entrada del castillo esperando a los visitantes.

-Dicen que Durmstrang se encuentre en una fortaleza oculta, nadie más que sus alumnos sabe donde esta… -soltó una chica de Slytherin de tercero

-También dicen que son extremadamente apuestos sus alumnos… -dijo una Hufflepuff contestándole

-Y son extremadamente tramposos, ellos siguen estudiando las artes oscuras en su programa –dijo Arabela Brown, una Griffindor de 4to. Año que no hacía nada de gracia a Rose Weasly

La visita de los extranjeros provoco un gran revuela, especialmente entre las chicas de todos los cursos, lo que provocaban gestos entre celosos y ridículos de los chicos.

Entonces, el cielo se abrió con el ruido de relinchar de caballo y el alumnado y los profesores dirigieron su vista al cielo, donde caballos enormes de un blanco brillante surcaban el cielo arrastrando consigo un también enorme carruaje, tan grande como una casa.

Bajaron con gracia hasta las praderas del colegio, donde Hagrid ya los aguardaba para revisar a los corceles con un bebedero listo con licor de Malta sin diluir.

Del carruaje bajo una mujer de proporciones enormes, tan alta como Hagrid, con una mirada vivaz, lucia una cabellera plateada encanecida, pero con un porte elegante. Seguidos bajaron una docena de estudiantes con túnicas y sombreros azul celeste.

-¡Mira, Al! –dijo Rose llegando a un lado de los Slytherin- Es Louis

Albus dirigo la vista a los alumnos de Beauxbatons, era cierto, ahì con una mirada confiada se encontraba su primo, Louis Weasly. Era el hijo de su tio Bill y era el único que había preferido asistir a Beauxbatons, en lugar de Hogwarts como sus otras hermanas. Si llego a divisar la pelirroja melena de Rose o el alborotado azabache de Albus, no lo demostró porque lejos de mirarlos, admiraba el castillo. Albus se pregunto si se arrepintió en algún punto de no haber querido asistir a Hogwarts.

Inmediatamente, se escucho alboroto proveniente de el Lago Negro, las aguas se abrían, dando paso a un gran barco de velas blancas, donde ondeaba el escudo de Durmstrang. Tardaron un poco màs que los invitados franceses para llegar al punto de encuentro, pero valió toda la pena para Scorpius, que al ser un gran aficionado del Quidditch anhelaba ver al director de Durmstrang y ex jugador profesional, Viktor Krum.

Los directores de los tres colegios se encontraron y se saludaron efusivamente. Y la mayoría de los alumnos no dejaban de ver al húngaro director.

-Te pusiste hasta pálido, Scorp –dijo Al animadamente- sabía que admirabas mucho a Krum, pero no pensé que fuera para tanto.

Scorpius tardo un poco en responder sin dejar de ver en dirección a los representantes de los colegios y a sus directores.

-Si, c-claro… Krum

El azabache dirigió su vista nuevamente a los invitados húngaros, todos envueltos en piel, con un porte militar que impresionaba a cualquiera. Junto a Viktor Krum, un chico castaño con impresionantes ojos azules, que se apreciaban incluso a la distancia, conector con Albus y le dedico una mirada que él no supo interpretar como una mirada retadora o picara. Scorpius estaba igual o más pálido que antes, Carrow se ofreció a acompañarlo a la enfermería, pero este dijo que sólo necesitaba una buena cena.

Después de unas palabras de bienvenida, por parte de la profesora McGonagall, todos se adentraron al gran comedor, para un espectacular banquete que incluía platillos de las tres nacionalidades de los comensales.

James llamó la atención de su primo Louis e invito a que se sentaran en la mesa de Griffindor junto con otros chicos de Beauxbatons, el reencuentro entre primos lucia tan cálido que Albus no quiso interrumpirlos y permaneció en su mesa. Como si Rose hubiera adivinado sus pensamientos, susurro algo a los oídos de Louis y este volteo a la mesa tras de ellos buscando a Albus, que saludo muy sonrojado a su primo y donde este le dedico una amable mirada, no había salido tan mal.

Por su parte, el chico castaño de antes, se aproximo junto con uno de sus compañeros a la mesa de Slytherin. Tomo lugar justo a un lado de Albus y volvió a sonreírle como antes, haciendo que se sonrojara aún más de lo que ya estaba.

-Morrigan Steward –dijo tendiéndole la mano

-Al…Albus Potter –dijo aceptándolo nervioso

Pronto Scorpius aproximo su mano, arrebatando la mano de Al de entre las de Morrigan:

-Malfoy, Scorpius Malfoy –dijo cortante el rubio

El castaño soltó una risita y le respondió con un sencillo: “Un placer”

Se presento a los otros amigo de Albus y Carrow menciono:

-Tu acento luce bastante británico para ser húngaro

-Es porque nací en Inglaterra, pero mis padres se interesaron en Durmstrang cuando bajo la dirección de Viktor Krum empezó a aceptar alumnos mestizos en los alumnos

Aticus, que aún tenía los prejuicios de su familia le dijo:

-¿Padre o madre?

-Mi padre, es profesor de Historia en una universidad Muggle. Lo digo abiertamente y con mucho orgullo, porque ocultar también es otra forma de mentir –dijo esto último mirando a Albus y luego a Scorpius tan sospechosamente que incluso la despistada mente de Albus le pareció muy perturbador

-Vaya… -respondió Aticus con altivez

Después de la cena, la profesora McGonagall llamo la atención de todos en el podio.

-Hoy, con la venida de nuestros compañeros magos, damos inicio a una nueva edición del torneo de los tres magos, cuya última edición fue en 1994 con resultados poco agradables –hizo una pausa- no hay mejor persona para explicarlo que uno de los organizadores del torneo, Héctor Bagman

El aludido y regordete Director de Juegos y deporte mágicos tomo la palabra:

-Este año, siguiendo con la tradición, se llevara a cabo el torneo en la escuela de residencia de él ultimo campeón, en este caso al ser Harry Potter el ultimo en haber ganado la copa de Los Tres Magos, corresponde a Hogwarts y al Ministerio británico la organización de este.

>>Se escogerá por medio de un juez imparcial a un representante de cada escuela, el cual deberá depositar su permiso, con el papel anti falsificación antes proporcionado, en nuestro juez imparcial.

En ese momento dos trabajadores del ministerio trajeron al frente una enorme caja que descubrió un antiguo cáliz de donde un surgía un atrayente fuego azul.

-Si colocan un trozo de pergamino diferente al que les hemos dado –prosiguió Bagman- el cáliz sólo lo quemara, sin tomar en cuenta su nombre para el torneo. Si son seleccionados llevaran a cabo pruebas que sólo los magos más hábiles serán capaces de superar o posiblemente encontraran una muerte segura –dijo esto último ante la mirada molesta de los profesores y una atemorizada de los alumnos de los cursos más bajos

La profesora McGonagall decidió tomar el mando en ese momento:

-Claro que contamos con la seguridad proporcionada por el cuerpo de aurores encabezada por el señor Potter, que lamentablemente no pudo acompañarnos esta noche –y siguió un poco incomoda por las circunstancias- Tienen 48 hrs. Para depositar su permiso en el Caliz de fuego, donde después de el banquete nos serán revelados los nombres de nuestros campeones.

 

Al ver lo capacitados que lucían los chicos de los otros colegios, Albus dudo aún más en participar, al ser hijo de Harry Potter seguramente esperaban grandes cosas de él, cualidades que él no tenía. Y empezó a tomar sentido las manchas en la clase de adivinación y la interpretación de estas… “La segadora luz del rayo te somete a sus sombras” tal vez siempre estaría sometido a la sombra de su padre, tal vez esa era la interpretación correcta para lo que sucedió en la clase de adivinación.

Notas finales:

Nuestros invitados trajeron consigo muchas sorpresa e intriga, en especial nuestro visitante de Durmstrang y la sorpresiva revelaciòn de Sybill Trelawney

¿Alguna teoria? los leo

Travesura realizada...


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