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Albus Potter: Indeseable N. 1 por Stephanie Parker

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Notas del capitulo:

Here we go again...

 


La mesa de Griffindor se lleno de vítores, todos se encontraban muy emocionados, no paraban de golpear la mesa y armar revuelo. En Slytherin, no lo demostraban, pero también les entusiasmaba la posibilidad de participar.


Vi un brillo de interés en los ojos de Scorpius, sus pupilas se notaban más dilatadas que de costumbre, contrastando con el claro de sus ojos. Sabía lo que pensaba, si entraba en el torneo podría recuperar el prestigio al apellido Malfoy y si ganaba, ni que se diga.


Giro a verme, sus pupilas nunca redujeron de tamaño, asentí sin siquiera saber de que hablaba.


-Tu padre de seguro te dará permiso y veremos si alguno de los dos es elegido –dijo animoso


Volví a la realidad ¿Me interesaba realmente participar?


La cena transcurrió casi con normalidad, todos teníamos una semana para tener un permiso firmado por nuestros padres, Héctor Bagman le había dado a los prefectos de las respectivas casas Papeles anti-falsificación, debíamos enviar una lechuza con el permiso de nuestros padres y esperar.


Al terminar la cena, vi a mi padre con intenciones de llamar nuestra atención, pero sólo decidí seguir hacia las mazmorras, no quería saber nada más, ya era suficiente por ese día.


 


Y ahí estábamos, listos para dormir, Leopold platicaba con Carrow desde sus respectivas camas y Scorpius redactaba una carta pidiéndole permiso a su padre para participar en el torneo, yo ni siquiera me había molestado en pedirle a nuestra prefecta un permiso.


-Tú la tienes mucho más fácil –dijo guardando todo en un sobre de papel- Tu padre esta en el castillo y te dará tu permiso antes que ninguno de nosotros


-Puede que sólo le de permiso a James –dije metiéndome a las sabanas


-Si yo fuera Harry Potter, le daría permiso a James para ver si algún dragón se deshace de el –dijo Carrow


Todos soltamos una risita. Últimamente Carrow no paraba de mencionar e insultar a James para cualquier cosa, debía seguir muy molesto por lo del año pasado, Scorp tenía más detalles que yo, pero sé que había sido algo muy malo.


-Tengo algo para animarte –dijo Scorp con las manos en su espalda y acercándose a mi cama- directo de América


 


-¿Qué es?


-Cierra los ojos –susurro


Cubrí mis ojos con las manos. Sentí el roce suave de unas manos rodeando la mías y abriéndola un poco para depositar algo dentro de ellas. Cuando las retire por completo los vi.


-Son muñecos quitapesares, cuando sientas que no puedas más y no esté cerca para ayudarte, cuéntales tus preocupaciones. Ellos harán el resto –dijo subiendo a mi cama y recostándose al lado mío


-Scorp, no entiendo –dije con una risa nerviosa- esto es de Muggles


-Para ellos esto es magia –levantó una mano hacia mi rostro- a veces se necesita de toda la magia posible para hacer de todo mejor ¿No lo crees?


Deje los cuatro coloridos muñecos en la mesita de noche y me deje guiar por su mano y recostarme completamente.


-Gracias, yo no tengo nada que darte –dije nervioso


-Dame tu amistad, Al, sólo quédate conmigo y ese es el mejor regalo que me puedes dar.


Nos quedamos así un rato más, en silencio. Su mano floja aún seguía sobre mi cara, él se quedo dormido mucho antes que yo, no pude despertarlo para que fuera a su cama, sólo trate de arroparlo un poco.


En ese momento supe cual sería la primer preocupación que les contaría a mis muñecos, me preocupaba perder a Scorpius y que alguien prendiera la luz y se diera cuenta de lo sonrojado que me encontraba viendo, a través de la leve iluminación de la ventana, tan embelesado, el rostro de mi mejor amigo.


 


 


Aticus nos despertó con una almohada en la cara.


-Disculpen, que arruine su feliz matrimonio, pero se nos hace tarde


Talle mis ojos y vi a Scorpius mirándome más espabilado    que yo.


-Buen día


-B… Buen día –dije apenas


Se levanto enérgico hacia su baúl y comenzó a buscar lo que se pondría, para después ir a bañarse. Yo vi mi mesita de noche, ahí seguían los muñecos.


Antes de salir hacia el comedor, tome a uno de los muñecos y lo guarde en mi túnica, me hacia sentir de alguna manera más confiado, más seguro de que este podría ser un buen año.


Antes de entrar al gran comedor, unos metros antes, vi a mi padre esperándome junto con James y Lily, me disculpe con Scorp y fui con ellos.


Lily se encontraba muy molesta, ella quería participar y al parecer, papá no se lo permitiría. James se veía hastiado. Papá despidió a Lily para hablar sólo con mi hermano y conmigo.


-Quería darles esto –nos extendió un trozo de pergamino a cada uno- son sus permisos, después de discutirlo durante todas las vacaciones con su madre, hemos decidido darles permiso


El pergamino anti-falsificación lucia muy distinto una vez firmado, el que tenía ayer Scorpius lucia opaco y el mío, ya firmado, parecía recubierto por un brillo extraño, no sabía muy bien cómo funcionaba, pero lucia intimidante ese simple trozo de papel.


“Yo, Harry James Potter, doy fe de estar consciente de los riesgos que conlleva El Torneo de los Tres Magos y a mi hijo Albus Severus Potter


Autorizo el participar en el torneo”


Finalizando con la firma de mi padre.


James le dio las gracias y corrió a contarle a sus amigos la noticia.


-No sé si quiero participar –le dije tratando de devolver el pergamino con la cabeza baja


-¿Por qué no?


-No soy tan bueno


-Yo tampoco lo era a tu edad y con la ayuda de mis amigos, logre seguir con el torneo


-Yo tengo a Scorp… -dije volviendo a sonrojarme


-Y te tienes a ti, tú no eres igual a mi –levante la cabeza un poco- tú eres un Slytherin, eres astuto, eres determinado, Al


-Eres el primero que dice que podría ser mejor por ser Slytherin


-James es como yo, en cierto punto. Es impulsivo y lamento mucho haberle heredado eso –ambos sonreímos- tu estas aquí, considerando si es bueno o no tomarlo, y esperas tomar lo mejor


-¿Entonces…? –dije algo sonrojado por sus palabras


-Tómalo, si al final de la semana decides no presentar el pergamino, está bien, pero piénsalo ¿Sí?


 


Dude antes de tomarlo.


-De acuerdo –respondí al final


-Ahora ve a comer, que es tú primer día de clases –me apretó el hombro y me sonrió


Me fui casi saltando a la mesa de Slytherin, tal vez, papá realmente depositaba en mi su confianza.


Al llegar, les mostré mi permiso, todos quedaron bastante intrigados y creo que mi pergamino dio toda la vuelta a la mesa antes de volver a mí.


-Lástima que el torneo es entre escuelas –dijo Scorp viéndolo unos momentos más- sería interesante competir contra ti, Potter


-Aceptare un duelo, donde quieras y cuando quieras Malfoy


Ambos reímos.


 


Peeves, el poltergeist, pasó prácticamente todo el día molestando a los de primer año y a cualquier alumno desprevenido, entre ellos yo.


Salíamos de la clases de Pociones a Defensa contra las artes oscuras, los 4 seguíamos hablando entre descansos acerca de nuestras vacaciones, Carrow dijo que aprendió un montón de hechizos nuevos, y sin querer ser prejuicioso, presentía que no serían muy legales aquellos hechizos, Leopold aprendió mucho sobre criaturas mágicas y estuvo un tiempo tanto en Rumania como en otras partes de Europa aprendiendo acerca de ellas, Scorpius, no dio muchos detalles, sólo generalidades, sospechoso. Quería hondar más en el tema, pero fuimos interrumpidos.


-Albus Potter… quítenle el permiso antes de que nos traicione a todos, un Slytherin nunca es de fiar –dijo sobrevolándonos


No quería darle importancia, sólo tratamos de seguir.


Al sentirse ignorado, se planto frente mío.


-En el último torneo un muerto hubo y diría sin tapujos, que el difunto será Potter… -dijo en una especie de cancioncita


-Tus rimas no me importan, Peeves


-Y son muy malas –me siguió Scorpius


Llegamos hasta el salón, aún no se encontraba el profesor y sólo habían algunos chicos de Griffindor con los que compartíamos la clase, entre ellos, Rose Weasly, mi prima. Nos sentamos un asiento detrás de ella, era de las más entusiastas durante las clases.


Peeves aprovecho el retraso del profesor para seguir con sus jugarretas.


-Malfoy, el último partido de la temporada –comenzó Peeves con cizaña- fue una gran suerte que aquel cazador se desviara en esa anotación, justo antes de que atraparas la snitch…


Lo sabía, Peeves, lo sabía…


-Gracias, Peeves –respondió el sin quitar la vista de su libro de DCAO


Peeves me dirigió una mirada santurrona, se podría decir que malvada.


-No fue tan afortunado para tu hermano ¿No? –se acerco peligrosamente a mi- cayo de su escoba, que afortunadamente alguien pudo detener su estrepitosa caída y le dio oportunidad a tu mejor amigo de tomar la snitch antes


-Sí, un mal augurio –conteste lo más calmado posible- la profesora de adivinación se lo dijo al inicio de esa semana


-Pero creo que hoy su suerte cambio –saco un frasco de la nada, aparentemente- hace unas horas, en pociones, tu hermano hizo una poción de invisibilidad, que al parecer salió muy bien


James era pésimo en cualquier cosa que no tuviera que ver con Quidditch, sobre todo en pociones, esa poción era de seguro un total fracaso que convertiría a alguien en algo desagradable, si no es que lo mata primero…


-¿Quieres probarla? –me la tendió con la misma sonrisa de antes


-No, gracias


-Ya que estas tan a la defensiva, conversare con tu amigo- giro tomando mechones rubios del cabello de Scorpius- hay muchas cosas interesantes que podríamos intercambiar


Scorpius, sólo manoteo un poco para que lo dejara en paz.


-Peeves, no


-Peeves… sí –volvió a tenderme la poción


La tome y quite el corcho, daba un color verdusco como el de un pantano, eran tan malo su olor que Scorpius no pudo evitar distraerse de su lectura


-Mmm… Al –dijo cubriendo su nariz con la túnica, todos alrededor lo hacían, de hecho


Trague aire y me dispuse a probarla.


-¡Albus¡ ¡No! –sólo escuche decir a Rose en un intento fallido por detenerme


Después de ese profundo y horrible trago, cerré los ojos esperando lo mejor, no me sentía diferente. Lentamente vi como me desvanecía, después de todo resulto.


-¡Llévenlo a la enfermería! –grito Rose nerviosa


Me di cuenta que no era sólo yo lo que me desvanecía precisamente en la invisibilidad, todo se borraba lentamente frente a mis ojos, todo daba vueltas.


Scorpius tomó mi rostro entre sus manos. La risa de Peeves se alejaba y una voz adulta, el profesor, seguramente se acercaba.


-Al… reacciona –decía Scorpius, pero mi mente ya no estaba ahí


Recordé el muñeco que llevaba en la túnica, si iba a contarle mis problemas debía tener un nombre… el chico que murió en el último torneo, Peeves lo menciono, mi padre también lo mencionaba en ocasiones…


Cedric Diggory, ese sería un buen nombre ¿No?


-¡Por Merlín! Albus, mírame –me sostenía con más fuerza Scorpius


 


Cedric, estoy listo para contarte mi primer preocupación de hoy… ¿Por qué me parecen tan hermosos los ojos de Malfoy cuando estoy a punto de la inconsciencia? No ¿Por qué siempre me han parecido tan hermosos?


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