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87. Seducido por los Gemelos (01) por dayanstyle

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—Así que —dijo Taehyun, mientras se alejaba de la acera y se detenía en la luz roja. Era cerca de la una de la madrugada, y las calles estaban casi vacías.


—¿Tienes el hábito de tomar aventones de extraños? —Encendió la señal y luego giró a la derecha.


Ho Seok no estaba seguro de donde iba Taehyun con esa pregunta, pero no le gustó el tono acusatorio del tipo.


—No, y si no querías darme un aventón, deberías haberlo dicho.


Taehyun se encogió de hombros, mientras utilizaba la mano para girar otra esquina. No había manera de que el tipo no supiera a dónde iba. Si lo  hacía ¿por qué dejó que Ho Seok pensara que necesitaba dirección?


—Parecías muy ansiosos de subir al auto con nosotros—Él extendió la mano y agarró la rodilla de Ho Seok, dándole un apretón firme.


—¿Buscabas tener un buen rato con nosotros, gatito?


Ho Seok empujó la mano de Taehyun, lejos de él, cuando el pánico creció dentro de él. Su mirada se precipitó hacia el espejo lateral, para ver a Jun Yeon justo detrás de ellos, y se preguntó si algo salía mal en el interior de este automóvil Jun Yeon podría realmente hacer algo. No era como si su hermano pudiera volcar a Taehyun.


—¿Crees que no podemos perderlo?—Jimin preguntó desde el asiento trasero. La pregunta sonó como un reto.


—Dulzura, perder a tu hermano no sería un problema para ninguno de nosotros.


Para     probar      su    punto,     Taehyun      aceleró      y    cortó     algunas esquinas, zigzagueando, más allá, algunos autos, y pasando muy cerca de uno.

 

Todo el tiempo Ho Seok se sentó allí con la boca abierta, un grito silencioso   se  alojó  en  su  garganta.  Su  mirada  se  precipitó  hacia  el  espejo  lateral de nuevo, pero Jun Yeon ya no estaba detrás de ellos.  


Oh Dios. ¿Qué he hecho? ¿Están planeando matarme... o algo peor? Debería haber escuchado a Jun Yeon. Debería haber escuchado a la señora Bogart. Debería haber continuado caminando, en vez de entablar una conversación. Podría morir ahora, porque pensé que Taehyun tenía un buen culo.


Y ahora Ho Seok podría pagar el precio más alto por su necedad. Los padres golpeaban esas reglas en la cabeza de un niño por una razón. No importaba que ya no fuera un niño. Esas reglas todavía aplican. El hecho de que era  un adulto, no significaba que no podía ser secuestrado, pero había cosas mucho peores que serlo, y no quería saber cuáles eran esas cosas peores.


Taehyun condujo el Charger en un callejón oscuro y se estacionó. Apagó las luces, bañándolos en la oscuridad, antes de girarse hacia Ho Seok. Sus ojos grises ya no parecían increíbles. Eran francamente aterradores.


—¿Asustado?
Jimin se inclinó hacia delante, su mano tomando a Ho Seok en un agarre apretado.
—Por favor —Ho Seok le rogó, mientras trataba de dar un tirón para liberar su brazo. —Por favor no me hagas daño.


Jimin lo soltó y se sentó de nuevo. —Nadie va a hacerte daño, dulzura. Especialmente no uno de nosotros.


—¿Sientes ese miedo en lo más profundo de tu vientre? —Taehyun preguntó, mientras señalaba hacia el intestino de Ho Seok.
Ho Seok asintió rápidamente.


—Bueno—dijo Taehyun. —Recuerda ese miedo la próxima vez que le pidas a un extraño un aventón, o te juro que voy a ponerte sobre mi regazo  y azotar la mierda fuera de ti.

 

—Abre  la  boca,  para  preguntar  algo  y  voy a  luchar  con  Tae Hyun para hacerlo—Jimin amenazó.


—¿Sabes en que profundas dificultades habrías estado, si cualquiera de nosotros realmente quisiera hacerte daño?


El chico parecía francamente cabreado, mientras Ho Seok se sentó allí temblando tan mal que no podía abrir la boca para hablar. ¿Qué tipo de juego enfermizo estaban estos dos jugando? Quería llegar a la manija de la puerta y saltar, pero algo le decía que no se lo permitirían, e incluso si lo consiguiera, no conseguirían ir lejos.


—Déjame salir—dijo Ho Seok con rabia, cuando Taehyun se inclinó más  cerca, su ceño se profundizó. Si Ho Seok trataba de abrir la puerta, Taehyun no tendría ningún problema, para detenerlo, antes de llegar al mango.


—Nunca vuelvas a ponerte en peligro—Taehyun advirtió, antes de acomodarse y arrancar el auto, poniéndolo en marcha y saliendo del callejón. Salieron de nuevo a la calle, y se dirigieron al oeste. Ho Seok no tenía ninguna duda, ahora, de que el conductor sabía a dónde iba.


Tan pronto como pudiera salir, Ho Seok no quería volver a ver a estos dos cabrones retorcidos de nuevo. No le importaba si lo estaban sermoneando sobre su estúpida decisión. No tenían que utilizar tal teatralidad extrema para probar su punto.


—¿Estás enojado con nosotros?—Preguntó Jimin, mientras se sentaba hacia delante, sonriéndole a Ho Seok. Colgó su brazo derecho sobre el asiento de este, sobre su hombro derecho.


—Vamos, cariño. Tenías que aprender la lección.

¿Apenas lograba respirar más allá de su miedo y Jimin se estaba burlando? —Los dos son unos grandes pendejos.
—Acostúmbrate a las duras verdades—dijo Taehyun, mientras salía de la carretera y tomaba la bifurcación a la izquierda, la que los llevaría a Dalton Falls.

 

—Saca algún truco estúpido y Tae Hyun o yo vamos a golpear tu culo.
 
El hombre gruñó. —O ambos lo haremos.     
El culo de Ho Seok se apretó ante la amenaza. —No tendrán que preocuparse. No pienso ver a ninguno de los dos de nuevo.


—Ahora es ahí donde te equivocas, botón de oro —dijo Jimin con una sonrisa maliciosa. —Vas a ver mucho de nosotros. Vamos a ser residentes permanentes.


—Deja de llamarme por esos nombres estúpidos—Ho Seok dijo bruscamente, sus nervios se retorcían apretados. —No me importa si se mudan a Dalton Falls. Jódanse ustedes mismos.


Jimin se rió entre dientes, mientras se acomodaba detrás.
—No sólo estamos mudándonos allí, sino que también lo están algunos de nuestros amigos. Compramos la tienda de reparación de automóviles en Kenworth Avenue.


El pánico de Ho Seok se disparó. —¿Ustedes son mecánicos?


¿Todo había sido un ardid para meterlo en su auto? Él era un idiota crédulo.
—Enseñados por los mejores —dijo Jimin con orgullo.


Había días, en que la necesidad de ahogar a alguien no se detenía en una sola persona. No sólo a su hermano, ahora también quería estrangular a los gemelos eso era si no lo estrangulaban a él primero.


—Entonces, ¿por qué mierda necesitaban ayuda?


—No la pedimos—dijo Taehyun, llamando la atención de Ho Seok lejos de Jimin. —Podría haber solucionado el problema, pero ¿quién soy yo para rechazar a un hombre guapo cuando se ofrece a ayudar?


—¿Me mentiste? —Preguntó Ho Seok.


—No—dijo Taehyun. —Sólo te ayudé con tu afán por coquetear con nosotros.

 

Seok se dio la vuelta, enojado de que había sido engañado. ¿Quiénes eran  estos dos? ¿Por qué lo habían engañado?


—No estaba coqueteando—se defendió.


—Ahora, ¿quién está mintiendo?—Preguntó Taehyun. —Me diste una mirada y decidiste que era carne de primera. Viste que había dos de mí y casi te viniste en los pantalones. ¿No?


—Tienes un gran puto ego—Ho Seok resopló, echando humo en su cabeza porque Taehyun había dado en el clavo. Ahora tampoco le gustaba mucho el hombre en ese momento. Ellos eran preciosos como el infierno, pero en serio gilipollas.


—Tengo una buena dosis de confianza en mí mismo—Taehyun admitió.


—Pero el ego no tiene nada que ver con esto. Un hecho es un hecho.
—Te pusiste en peligro por una de polla—Jimin se quejó desde  el asiento trasero.


—¿Qué son ustedes, mi conciencia?—Ho Seok preguntó airadamente. —¿Ustedes van por ahí recogiendo chicos sólo para sermonearlos?


Si lo hicieran, estos dos necesitaban otro hobby. Había tenido bastantes sermones no sólo de Jun Yeon, sino también de su ex-novio. Sólo que Sang Il no le había dado un sermón sobre las reglas o la seguridad. Había sermoneado a Ho Seok una y otra vez sobre darle el culo y él todavía estaba agradecido de que no lo hizo. Sang Il hubiera sido un gran error.


—No—dijo Taehyun. —Nadie más es nuestra...
—No lo digas —Jimin le advirtió a su hermano.
Ho Seok se giró y miró al asiento trasero, para ver a Jimin fulminándolo con la mirada. Esto en cuanto al coqueteo juguetón.
—¿No digas qué?

 

Taehyun se lanzó hacia adelante, y antes de que Seok  pudiera retirarse, el hombre robó un beso rápido. Ho Seok se apartó, aturdido. Levantó su mano, pero frenó el impulso de abofetear al tipo.    

    
Entrecerró los ojos en su lugar. —No hagas eso de nuevo. Jimin le guiñó un ojo. —No puedo prometer eso, azúcar.


Se sentaron en silencio, durante los próximos veinticinco minutos, antes de que Taehyun tomara su salida y condujera por la pendiente. Se detuvo en el semáforo en rojo y luego lanzó una mirada a Ho Seok.


—¿En qué dirección se encuentra tu casa?


Ho Seok resopló su indignación, al contemplar en la luz roja parpadeando por encima de él. Era esa hora de la noche, cuando todos los semáforos dejaban de cambiar de colores y solo parpadeaban rojo.


—Como si le diría alguno de ustedes donde vivo.


—Podemos conducir alrededor toda la noche —dijo Jimin y luego se sentó de nuevo hacia delante, usando su dedo índice para rastrear el brazo de Ho Seok, justo donde terminaba la manga de su camisa. El toque ligero  logró hacer a Ho Seok estremecerse.


—Mírate —dijo Taehyun con voz ronca. —Enojado pero todavía afectado. Ho Seok sacudió su brazo. —Estás delirando.


—Puedes negarlo todo lo que quieras, pero tu reacción lo dice todo— añadió Jimin. —Ahora, ¿quieres que te deje en casa o mi hermano y yo deberíamos mostrarte cómo diferenciarnos?


—Me pueden dejar aquí, y voy a caminar—dijo Ho Seok mientras mantenía su brazo a distancia del dedo errante de Jimin.


—¿Otra vez tratas de ponerte en peligro? —Preguntó Taehyun, había hielo en su tono.
—¿Caminando a casa? —Preguntó Ho Seok. La carretera donde les dijo que lo dejaran, era un camino de cinco millas flanqueada por bosques.

 

Era demasiado tarde, y Seok sabía los peligros de estar por ahí solo en la  noche. Consciente de que no tenía otra opción y enojado porque tenía que    decirles dónde vivía le dio la dirección a Taehyun. Echó un vistazo en el espejo lateral y se preguntó dónde estaba Jun Yeon. No podía estar muy lejos detrás de ellos. Jimin se acercó más, su rostro justo en el hombro de  Ho Seok, mientras olfateaba. Una sonrisa se extendió por su rostro, mientras miraba a Ho Seok, la alegría bailando en sus ojos.


—Amo como hueles.


—Abajo chico—Ho Seok se apoyó en la puerta, tratando todo lo posible para poner la mayor distancia entre él y Jimin, como pudiera en los pequeños confines del auto.


Jimin se pasó la lengua por el labio inferior, su mirada cada vez más intensa. Tenía esa mirada que los lobos debían tener, mientras miraban un rebaño de ovejas. —Voy a dejarte... por ahora.


¿Qué significa eso? Ho Seok no podía alejarse de estos dos lo suficientemente rápido. Los labios de Taehyun se torcieron en una sonrisa, como si él supiera de lo que Jimin estaba hablando y la idea le agradó.
Taehyun giró hacia Brooke Road. Ho Seok señaló a la derecha. —Ahí arriba.


Taehyun se detuvo en la acera, suavemente, antes de poner el Charger en el estacionamiento. Ho Seok agarró la manija y salió disparado del auto, dando un portazo. Corrió hacia la casa y nunca miró hacia atrás.
Lee Taehyun observó a Ho Seok correr hacia la entrada, antes de que el humano se deslizara dentro de la casa. Era una casa de estilo rural con un porche envolvente, plantas colgantes, y un columpio. La entrada era de grava, y un sauce llorón, crecía a la izquierda del camino, proporcionándole a la casa  un montón de sombra  durante el día.

 

Detrás de la casa, había un taller granero. Era pequeño, tenía una gran puerta de  entrada,  y estaba  hecho  de  madera natural.  Una  cortadora  de césped estaba colocada, sin vigilancia, a la derecha.   

        
—¿Crees que deberíamos haberlo asustado de esa manera? —Jimin le preguntó, mientras salía y se deslizaba en el asiento del pasajero.


—Byung Hyun y Chan Hee nos matarían si supieran cómo lo tratamos.—Va a pensarlo dos veces antes de meterse en otro auto, con un extraño —, dijo Taehyun, mientras se alejaba. Todavía no podía creer que su gemelo había reaccionado de la misma manera que él cuando había olido el acercamiento de Ho Seok. ¿Cuáles eran las probabilidades de que encontrara a su pareja corrección, su pareja en la acera donde el auto de Taehyun había estado estacionado o que vivirían en el mismo pequeño pueblo?


Su lobo gruñó, para que Taehyun fuera a la casa de Ho Seok y recuperara a su pareja. Lo haría, pero Ho Seok le había parecido lo suficientemente asustado...  y cabreado. Dejaría que el hombre se enfriara, antes de acercársele de nuevo.


—Ahora que sabemos que está seguro—dijo Taehyun, mientras se dirigía hacia la casa de campo de cuatro mil pies cuadrados, que él y su hermano habían comprado -podemos centrarnos en lo que hay que hacer.


—Es tiempo de que pongamos esto en movimiento—dijo Jimin.
—Ha pasado mucho tiempo.
Taehyun y Jimin habían sido un infierno sobre ruedas al crecer. A pesar de que había sido Taehyun quien se parecía a Byung Hyun, él había crecido sin esas características suaves gracias joder. No es que no amara a su padre con todo en él, pero Taehyun se había convertido en un macho alfa, y tener características suaves podría ser un poco espeluznante.


Esa era otra cosa. Se había vuelto muy dominante, y dos alfas bajo un mismo techo sólo estaban buscando problemas. Él y Jongin el alfa de Villa Kim habían chocado demasiadas veces como para contarlas, y Taehyun sabía que sus días en la guarida habían estado contados.

 

Aunque Jongin había utilizado una increíble paciencia con él, el   shifter lobo no iba a permitir que otro macho dominante gobernara sobre lo que era  suyo.  En  lugar  de  desafiar  a  Jongin  por  el  liderazgo,  Taehyun  y  Jimin habían decidido irse por su cuenta. Habían discutido su idea con el nieto de Jongin, Chaejin, y algunos otros chicos, como el hijo de Youngmin, Hwan Hee. Todos pensaban que era una buena idea salir de debajo de los techos de sus padres. No sólo eso, sino que si se hubieran quedado en el territorio, siempre serían conocidos como los niños de la Manada Kim.  Esa era una sombra bajo la que Taehyun no había estado dispuesto a vivir.


Uno de los padres de Chaejin era humano y tenía un pariente que vivía en Dalton Falls. Seven había llamado a su primo, y lo siguiente que Taehyun supo, es que él y su hermano iban a Dalton Falls a comprobar las cosas.


El primo de Seven vivía al norte de Villa Kim un buen viaje de cuatro  horas en una ciudad rural que tenía más campos de maíz que residentes. Taehyun y Jimin habían explorado la ciudad y encontraron una casa en venta.

También habían encontrado un taller de reparación, con un terreno grande con un garaje de cuatro bahías. Era el arreglo perfecto y no dolía que la ciudad estuviera llena de seres paranormales. No tendrían que  ocultar quiénes eran, no como lo hicieron en Villa Kim. Al instante habían caído enamorados de la pintoresca ciudad.


Pasaron por la calle principal, un camino que se llegaba a una glorieta, dividiéndose en cuatro direcciones. En el centro de la glorieta estaba una estatua de un hombre a caballo. Flores adornaban la base de la estatura, añadiéndose a la encantadora sensación de la ciudad.


Taehyun tomó la tercera salida, conduciendo más allá del departamento del sheriff local. Condujo más lejos y luego giró a la derecha en Webster Road, pasó otra milla, y luego se detuvo en el camino de entrada de su nuevo hogar.


Ya les habían llevado sus cosas, mediante una empresa de mudanzas, y Taehyun se alegraba de que su cama ya estuviera establecida. Estaba cansado y listo para dormir por unas buenas ocho horas seguidas.

 

—¿Acaso Hwan Hee dijo cuándo iba a venir?—Taehyun le preguntó, mientras  conducía  hacia  la  parte  posterior  de  la  gran  casa  de   campo,   a   un aparcamiento de grava que podría tener por lo menos dos docenas de autos.                                                                                                                                          
El estacionamiento estaba arbolado y tenía un gran lago que corría por la parte trasera de la propiedad y continuaba por millas. Ese había sido uno de los puntos de la venta. También había una Harley, aparcada allí, en el camino de entrada.


—Dijo que tenía algunas cosas que resolver primero—dijo Jimin mientras se estiraba y luego salió. Taehyun apagó el motor e hizo  lo mismo.


—Parece como si Chaejin no pudiera esperar—Taehyun dijo mientras inclinó su barbilla hacia la preciada posesión del hombre.


Como si supiera que estaban hablando de él, Chaejin salió a la gran terraza trasera, una botella de cerveza en la mano. La levantó en modo de saludo, mientras Taehyun y Jimin caminaron hacia él.


—Un infierno de lugar—dijo Chaejin. Aunque era mitad humano y mitad elfo, el tipo tenía el temperamento de su abuelo, cuando se le provocaba. Jongin había tenido una mano enorme en su crianza, y se notaba. Chaejin también tenía un lado juguetón, y eso era todo de parte de Luhan.


También era un cachondo. Su filosofía en la vida era “golpéalo y déjalo” Tenía más muescas en su cabecera, de los que Billy el Niño  tenía en su arma.
—No sabía que vendrías tan pronto —dijo Taehyun.
—Buscaba ser el primero en elegir las habitaciones. Chaejin levantó la botella y bebió un trago. 

 
—Sin embargo, no me quedaré. Todavía  tengo que   terminar de          empacar  todo. Jongin y  Luhan  no  están  demasiado  contentos  de  que  me  estoy mudando y no voy a comentar sobre mamá y mis papás.    


Chaejin se estremeció. —No les dije todavía. Mamá asusta la mierda fuera de mí cuando está enojada.


—Tienes que volver pronto—dijo Taehyun. —Tenemos que conseguir poner en funcionamiento ese garaje. Cada día que está cerrado es otro día que  perdemos dinero.


—Soy todo sobre el dinero—Chaejin dio un simple giro de su labio. Era su versión de una sonrisa.


—Dame tiempo para darle la noticia a mi mamá.


—Marica—Jimin bromeó.


—Sabes que Nana va a enloquecer cuando se entere de que te estás mudando tan lejos de ella. Me sorprende que Jongin no te tiene atado a su silla de escritorio.


Chaejin se encogió de hombros.


—En algún momento, tengo que crecer y seguir adelante. Todo el mundo  va a superarlo.
No se trataba tanto de alejarse de Villa Kim, lo que preocupaba a Taehyun era que los residentes de Dalton Falls los aceptaran.
 
continuara....


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