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89. Hermoso Rojo (03) por dayanstyle

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Xiao se paseaba, en su sala de estar, mientras trataba de descifrar este lío. Él le había dicho a Jay qué tipo de pareja quería, y el destino le había dado todo lo malditamente contrario.


Cuando había pensado en Hwan Hee, como un extraño, Xiao había jadeado como un gato en celo. No podía negar que el hombre era precioso, pero ahora que sabía que el tipo era su pareja... Tragó saliva y se pasó una mano por la frente. Esto no era bueno. Para nada bueno.
 
Agarró el teléfono y llamó a su amigo Jung Shin. El shifter cisne sabría qué hacer. Al menos eso esperaba, porque estaba perdido. Tenía una buena dosis de instinto de supervivencia, y este le estaba diciendo que corriera tan lejos como podía, de un hombre que quería chupar su sangre. Sólo la idea de perder su sangre, le daba ganas de desmayarse.
Mucho para su valentía recién descubierta.


—Te das cuenta de lo tarde que es—dijo Jung Shin adormilado, cuando contestó el teléfono, en el cuarto tono.
Echando un vistazo al reloj de la pared de su sala de estar, Xiao frunció el ceño. —Es un poco más de las ocho.
El sonido de las sábanas crujiendo, llegó a su oído, y luego Jung Shin dejó escapar un fuerte bostezo. —Eso es tarde para mí.
—Incluso mi abuela se queda despierta hasta más tarde que esto—dijo Xiao.
—Sí, bueno, cuando no se tiene una vida, ir a la cama temprano no importa. Dime que no llamaste para acosarme tan tarde en la noche.
—Tengo un problema—dijo Xiao y luego le explicó lo qué pasó en el café. Decirlo en voz alta, sólo lo hizo sonar peor. Se dejó caer en el sofá y se frotó la frente. Estaba tan perdido.
—¿Un vampiro? —Jung Shin sonaba sorprendido y completamente despierto.
—¿Es lindo?

Xiao arrugó la nariz. —¿Eso importa?
—Uh, sí —dijo Jung Shin. —Importa mucho. ¿Quieres estar atrapado con una pareja fea por toda la eternidad?
—No quiero estar atrapado con un vampiro por toda la eternidad—Xiao señaló, mareado. —Él querrá...
Cerró los ojos y dejó escapar un gemido de sufrimiento.
—¿Qué, querrá chupar tu sangre? —Jung Shin sonaba un poco soñador por teléfono. —¿Querrá agitar tu mundo? ¿Querrá inclinarte sobre la superficie plana más cercana y hacer todo su camino contigo?
 
—Deja de hacerlo sonar emocionante —Xiao se quejó, ¿aunque, no había estado buscando una aventura? ¿No había estado buscando darle sabor a su vida aburrida?
Así no. Luchar con un oso era una cosa. Estar acoplado a un vampiro era todo otro asunto.
—¿Te desmayaste cuando lo conociste?—Preguntó Jung Shin. —Apuesto a que lo hiciste, ¿verdad?
—No—dijo Xiao.
—¿No?
—Después —admitió.
Jung Shin rió entre dientes. —Tal vez si te hubieras desmayado, él te habría atrapado y llevado a su guarida, donde podría haberte hecho tantas cosas traviesas.
—¿Va a conseguir tu mente salir de la cuneta? —Preguntó Xiao.
—No puedo evitarlo—dijo Jung Shin. —Cuando estás solo y caliente, el sexo es la única cosa en la que piensas.
—Pensé que serías capaz de ayudarme —se quejó Xiao.
—Te estoy ayudando—dijo Jung Shin. —Echa un polvo y disfruta de ser chupa sangre. Yo lo haría.

—Estás desesperado.
—No—dijo Jung Shin. —Jong Bin está desesperado. Yo sólo estoy caliente.
Jong Bin, un hada con alas, un romántico empedernido y su amigo mutuo. Xiao habría llamado al tipo, pero lo único que este habría hecho. Era pintar alguna imagen de cuentos de hadas, con Xiao y Hwan Hee cabalgando hacia la puesta de sol mientras estaban desnudos, por supuesto. El tipo era una puta total y habría sido todavía menos ayuda, para Jung Shin.


 —Entonces ve a una cita con él—le dijo Jung Shin a Xiao, cuando este continuó en silencio, dejando formarse sus pensamientos. —Deberías saber, para el final de una cita, si deberías estacarlo en el corazón o si las cosas podrían estar bien, entre ustedes.


Una cita. Eso no sonaba tan mal. Podía tener una cita. Sólo tenía que encontrar la manera de ponerse en contacto con Hwan Hee. Tal vez debería conducir hasta el lugar de los Lee. ¿Parecería demasiado acosador? Xiao era plenamente consciente de que Taehyungg se reafirmaba como el nuevo alfa de esta ciudad. ¿Se enojaría si se presentaba sin antes llamar?
—Voy a tener que ir a casa de los Lee —dijo Xiao. —No tengo el número de teléfono de Hwan Hee.
—Entonces ve—dijo Jung Shin. —Ve a divertirte y déjame volver a dormir, donde puedo soñar que también estoy haciéndolo—El hombre bostezó.
—Ah, y lleva un Taser contigo. Si intenta algo que no te guste, electrocuta la mierda fuera de él.


Jung Shin, un shifter cisne, y el hombre más valiente que Xiao conocía, llevaba una Taser con él en todo momento. Incluso tenía una funda fabricada para la maldita cosa. Su tío, un shifter león acoplado a la tía de Jung Shin, una shifter cisne insistía en que Jung Shin lo llevara. Algunas parejas confundían a Xiao totalmente.
¿Cómo un ocelote y un vampiro? Negó con la cabeza, diciéndose que no hablara con sí mismo. —Está bien, vuelve a la cama. Voy a resolver esto.

—No hay nada que resolver. Ve a una cita, ten sexo con él, y lleva una brillante sonrisa, que voy a envidiar y haga que quiera golpear tu cara— dijo Jung Shin.
—Adiós, Jung Shin—Xiao colgó y chupó su labio inferior, preguntándose si era lo suficientemente valiente, como para llevar a cabo su plan. Él era un hombre nuevo, uno que quería aventura. Uno que quería cambiar las cosas.
Asintió con firmeza. Podía hacer esto.
 
Tal vez debería meter un poco de ajo en mi bolsillo. Nunca antes había conocido a un vampiro y no estaba seguro de que si utilizar el ajo era mito o realidad. A pesar de su resolución, y apenas con la confianza justa para sacarlo de la puerta, Xiao agarró las llaves del auto, metió un condón en el bolsillo delantero de sus pantalones cortos, y luego salió de su casa.


Condujo hasta la casa de los Lee, pero se detuvo al final de la calzada, perdiendo sus nervios, para dirigirse a la parte posterior y aparcar.
Xiao nunca antes había estado en la casa de Taehyung y Jimin, pero vio un par de autos aparcados en la parte posterior. Las luces estaban encendidas, en la gran casa de estilo victoriano, y la puerta principal estaba abierta, una suave luz ambarina se derrama hacia fuera, más allá de la puerta de malla.


Su corazón triplicó sus latidos, mientras sus palmas comenzaron a sudar.
¿Qué diablos había estado pensando? No podía seguir adelante con esto. No podía enfrentarse a Hwan Hee de nuevo, no cuando se había sentido tan consumido la primera vez.


“Esto es un gran error. No sé por qué escuché a ese maldito cisne”.
Había puesto el auto en reversa, listo para retirarse de la calzada, cuando una sombra apareció en el costado de la casa. Xiao se esforzó por ver quién era, cuando Hwan Hee estaba repentinamente en su puerta. Ni siquiera había visto la sombra moverse.
—¿Ya te vas?—Preguntó Hwan Hee, mientras colocaba un brazo en el techo del pequeño sedán de Xiao.

 

El aroma masculino, de cuero con un toque de cítricos, flotó hacia Xiao, a través de la ventanilla y llenó su nariz. La fragancia lo tenía dispuesto a hacer todo lo que Hwan Hee quería.
¡Contrólate!
—Di un giro equivocado —Xiao mintió, mientras tragaba ásperamente, la mirada fija en las oscuras piscinas líquidas. Una vez más, se sentía como si se estuviera ahogando en ellas. Tuvo que sacudirse y mirar hacia otro lado, antes de caer de nuevo bajo el hechizo del hombre.
 
—Creo que diste el correcto—abrió la puerta de Xiao y extendió una mano. —Vayamos a dar un paseo. Es una hermosa noche, y sería una pena desperdiciarla.
Sin pensarlo, Xiao puso su mano en la de Hwan Hee y dejó que el hombre lo sacara de su auto.
Una cita. Él podía ir a una cita.
 
—Parece como si fueras a correr en cualquier momento—Hwan Hee dijo, mientras sostenía la mano de Xiao, evitando así que el hombre hiciera precisamente eso. —Prometo no morder.
—¿Mi falta de valentía es tan transparente?—Preguntó Xiao, cuando desaceleró su ritmo, moviéndose un paso por detrás Hwan Hee. —Pensé que puse una buena fachada.
—Lo hiciste, Rojo—Hwan Hee miró a los ojos verde pálido del shifter gato y vio cuán desesperadamente Xiao quería parecer audaz. Él jugó con un mechón de pelo rojo del hombre, mientras se preguntaba cuan audaz sería Xiao después de unas nalgadas sensuales.
—¿Qué tan lejos vamos a ir en el bosque?—Preguntó Xiao, mientras su mano se sacudía la de Hwan Hee.

 

—Prometo dejar caer migas de pan para que no nos perdamos—Hwan Hee dio un suave tirón, y Xiao comenzó a caminar junto a él. —Sin embargo, esperemos que los pájaros no se las coman.
Una burbuja de risa nerviosa escapó de Xiao. Incluso en la oscuridad, Hwan Hee vio el rubor brillante que atravesaba las mejillas del hombre. Hwan Hee se inclinó y besó una de las suaves mejillas, antes de enderezarse y seguir caminando.
—¿Somos pareja?—Xiao preguntó bruscamente, como si necesitara saber la respuesta, antes de poder continuar.
—Lo somos—Hwan Hee dijo, mientras que la comisura de sus labios se arqueó.
 
 
—¿Por qué lo preguntas? ¿No sientes el tirón?
—Si—dijo Xiao. —Quería estar seguro.


El hombre mordió su labio inferior y desvió la mirada, y eso solamente intrigó más a Hwan Hee. Quería besar esos carnosos labios, morder el inferior, para extraer la sangre y beber del tímido shifter.


De cerca, Hwan Hee notó que había pequeñas pecas salpicadas a través de la nariz, coqueta, de Xiao, apenas perceptibles, estaban allí y eran sorprendentemente lindas. Mechones de pelo rojo, habían caído sobre el ojo izquierdo del hombre, dándole una apariencia casi perezosa de estar recién levantado, que era muy seductora.
—¿Querías asegurarte de estar apareado a un vampiro? —Preguntó Hwan Hee.
—¿No era tu primera opción en una pareja?


Xiao agachó la cabeza y apartó la mirada, y Hwan Hee sabía que era verdad. No podía culpar al hombre. Las criaturas dóciles no estaban ansiosas de estar acoplados a hombres dominantes. Sin embargo, había excepciones. Siempre había excepciones.
—¿Qué tipo de shifter eres?—Preguntó Hwan Hee, al pasar a través de un pequeño claro iluminado por la luna colgante.
—Ocelote—respondió Xiao. —Y, no, vampiro no habría sido mi primera opción.

 

Hwan Hee encontró la honestidad de Xiao refrescante. Le gustaba que su pareja que estaba obviamente asustado hubiera dicho la verdad. —¿Cuál habría sido tu primera opción?
Los hombros de Xiao, se levantaron en un pequeño encogimiento de hombros, su expresión era cautelosa. —No estoy tratando de hacerte enojar.
Su mirada saltó hacia Hwan Hee, antes de deslizarse lejos. —Estoy solo en el bosque contigo. No sería algo inteligente.
 
—En la mayoría de los casos, eso sería cierto—Hwan Hee se detuvo y enfrentó a su pareja. —No estoy acostumbrado a ser tan... —Hwan Hee buscó la palabra correcta y la única que se le ocurrió fue —cuidadoso.


Xiao liberó su mano y se movió unos pasos, hasta que su espalda chocó contra un árbol. Su mirada disparándose de izquierda a derecha, antes de decidirse por enfrentarse a Hwan Hee. El shifter gato parecía enfermo.
—¿Qué quieres decir, con cuidadoso?
Hwan Hee echó atrás la cabeza y soltó un agudo ladrido de risa.
—No estoy explicando esto bien.
Los labios de Xiao se retorcieron, como si quisiera sonreír o vomitar y no había decidido qué. —No, no lo estas, y me estás preocupando.


Hwan Hee agarró las manos, que su pareja había apretado en puños y tiró del hombre hacia él, hasta que pudo envolver sus brazos alrededor de la cintura de Xiao. —Deja de preocuparte. Probablemente eres la única persona en esta tierra, o en cualquier otro reino, que está a salvo conmigo.
—Eso no es reconfortante—dijo Xiao, mientras tiraba, tratando de liberarse. Hwan Hee mantuvo un férreo control sobre el hombre.
—Debería serlo—La risa de Hwan Hee murió, mientras las emociones de las que podía prescindir, emergieron y las pesadillas persistentes, se levantaron en su mente.
—Se malditamente bien que debería serlo.

 

 
Xiao se echó hacia atrás, demasiado tarde, Hwan Hee se dio cuenta de que sus colmillos se habían alargado. Refrenó sus emociones, y su valiente pareja se inclinó un poco más cerca.
—Está bien—dijo Xiao, acariciando, tentativamente, el pecho de Hwan Hee, como si fuera un animal salvaje que necesitaba domesticar. —Bonito vampiro.
Agarrando la mano de Xiao, Hwan Hee dio un beso en los lisos nudillos. —No te preocupes, ¿recuerdas?
—Si tú lo dices.


 Hwan Hee sintió al hombre sacudirse. Había miedo, pero también un matiz de emoción. Estaba apenas allí, pero Hwan Hee olio la adrenalina, la conciencia de ello estaba aumentada por la cercanía, eso excitó mucho a Xiao.
—¿Cuál habría sido tu primera opción?—Hwan Hee regresó a su pregunta anterior.
—Alguien dulce—dijo Xiao. —Dócil. Alguien que sostuviera puertas para mí y...
—¿Complaciente? —Hwan Hee negó con la cabeza. —Ese definitivamente no soy yo.
—Lo sé—Xiao salió de los brazos de Hwan Hee y se movió unos pasos más adelante.


Hwan Hee quería tirar del shifter gato de nuevo en sus brazos. Resistió el impulso, permitiéndole a Xiao su espacio, mientras absorbía la idea de estar acoplado a una persona que estaba en el espectro opuesto de pasivo.
Durante los últimos diez años, Hwan Hee se había sentido inquieto, enfadado, y amargado, por lo que le había sucedido. Le desconcertaba que esas emociones caóticas se calmaran, mientras permanecía de pie, mirando a los ojos de color verde pálido. Su mente se quedó en silencio, su cuerpo laxo.
Una extraña sensación de serenidad lo envolvió, una que nunca había sentido antes, y era una sensación que él no quería terminar. Era como si Xiao fuera una especie de bálsamo para su alma.

 

 
—Entonces, ¿qué es lo que quieres hacer acerca de todo esto?—Preguntó Hwan Hee, mientras se acercaba, como si Xiao sostuviera una cuerda invisible que lo rodeaba.
—¿Sobre nosotros siendo pareja? —Xiao se mordió el labio inferior, y Hwan Hee comenzó a darse cuenta de que era una costumbre, cuando el hombre tenía dudas o estaba nervioso.
—No hay nada que podamos hacer al respecto. El destino ya decidió.
Incapaz de mantener su distancia, Hwan Hee caminó alrededor del shifter gato, inhalando su aroma, vibrando con necesidad.
 
—¿Te sientes decepcionado, Rojo? —Preguntó, mientras sus labios rozaban la suave piel de la nuca de Xiao.
Xiao se estremeció. —Ni siquiera te conozco —admitió. —Sin saber nada de ti, ¿cómo puedo saber si estoy decepcionado o no?


Hwan Hee pasó la mano por la espalda de Xiao y dejó que se detuviera sobre el culo redondeado del hombre. —Entonces, ¿cómo llegamos a conocernos?


Pensó en muchas formas diferentes, muchas maneras traviesas que le traerían al shifter gato horas y horas de placer. Su mano flotó más abajo, sus dedos arrastrándose sobre el trasero de Xiao. Este saltó, antes de que se pusiera rígido. Sus dedos se curvaron hacia adentro, para hacerlos puños, mientras miraba al frente. —Yo no estoy seguro.
—¿Alguna vez has dejado que un vampiro se alimente de ti? —Hwan Hee rozó sus labios sobre el hombro de Xiao, deseando que el hombre estuviera sin camisa. Él los quería piel a piel, al pequeño shifter gato retorciéndose debajo de él, pidiéndole a Hwan Hee que lo jodiera.
—No—dijo Xiao. —Eres el primer vampiro que he conocido—Xiao giró y dio un paso hacia atrás.
Su pie tropezó con una raíz que sobresalía, y el shifter gato comenzó a caer. Hwan Hee lo atrapó y tiró de Xiao en sus brazos.
—Espera—Xiao golpeó, las palmas de sus manos, sobre el pecho de Hwan Hee.
—Dame espacio para respirar. No puedo pensar.

 
—¿Qué hay que pensar?
—Todo—dijo Xiao, mientras Hwan Hee lo soltaba. —Es solo... es solo... abrumador. Quiero regresar a mi auto.
—Muy bien—A pesar de que esa era la última cosa que Hwan Hee quería, él extendió el brazo, y Xiao metió el brazo alrededor del suyo. Caminaron lentamente, Hwan Hee bañándose en la sensación de serenidad que aún se aferraba a él.
—¿Sólo estas visitando a los Lee?
 —No—dijo Hwan Hee. —Estoy aquí para unirme a la manada recién formada de Taehyung.
Las cejas de color rojo oscuro de Xiao, se fruncieron. —Pero no eres un lobo.
Hwan Hee sonrió. —No, pero no tienes que ser un lobo para jurar tu lealtad a alguien. He conocido a Taehyung toda mi vida y creo que es muy capaz de dirigir a sus hombres.
—Así que, ¿estarás pegado alrededor?
—No es por ti—Hwan Hee hizo un guiño. —Sí, me quedo. Tengo que volver a casa y empacar, pero este será mi nuevo hogar.
—Aquí, ¿en Dalton Falls? —Xiao, una vez más comenzó a mordisquear su labio inferior.


Hwan Hee se detuvo y tomó la mano de Xiao, tirando de él cerca. Inclinó la cabeza hacia un lado y estudió la expresión perturbada del ocelote.
—¿No me quieres aquí?
—No es eso—dijo Xiao. —Es sólo que...
El hombre apartó la mirada, y luego levantó los hombros, encogiéndolos.
—Creo que nos veremos otra vez.
—Eso lo puedo garantizar—Hwan Hee ahuecó la mejilla suave de Xiao y frotó su pulgar, sobre la piel pálida del hombre, sorprendido, cuando el ocelote cerró los ojos y exhaló.

 
 
Sus colmillos dolían por hundirse en la carne del hombre, por beber de Xiao, para hacer al shifter gritar su nombre. —Será mejor que regreses a tu auto.
Los párpados de Xiao parpadearon para abrirse, y Hwan Hee se encontró perdido en esos ojos de color verde pálido. Se sacudió y dejó caer la mano. Tan mal como él quería a Xiao, sabía que el ocelote no estaba listo para ser reclamado.


—Está bien.
Xiao se giró y retiró su mano de la de Hwan Hee, antes de que apresurarse por el largo camino, manteniéndose un paso por delante. Hwan Hee permitió la distancia. El necesitaba tranquilizarse y recuperar su control. Estuvo a segundos de tirar la precaución al viento y tomar a Xiao allí mismo.
Se detuvo junto al auto de Xiao, cuando el shifter gato se deslizó dentro, cerrando la puerta del conductor. Hwan Hee apoyó los brazos en el marco, mientras miraba la vena latiendo en el cuello del hombre.


—Debería irme —dijo Xiao, mientras cerraba el cinturón de seguridad en su lugar. —Tengo que trabajar a primera hora de la mañana, Hwan Hee.
—Permanece a salvo—Hwan Hee dijo, mientras cepillaba un mechón de pelo caído, fuera de la cara de Xiao. —No voy a estar ausente mucho tiempo, y llámame Hwan Hee.
La mirada de Xiao giró hacia Hwan Hee, antes de que apartara la mirada.
—Entonces te veré cuando vuelvas.
Hwan Hee se enderezó, y luego el shifter gato arrancó su coche y giró por la calle. Se quedó allí y observó, hasta que el auto desapareció de su vista.
—Lo harás, gatito —Hwan Hee prometió antes de dirigirse adentro.
 
continuara....
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Notas finales:

dejen rws


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