Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Siempre fuiste mi meta por DeiitaElric

[Reviews - 28]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hii!!

Aquí os dejo el nuevo capítulo. Muchas gracias por el apoyo a la historia, sois geniales <3

Naruto parpadeó. Se estiró cual gato y su cuerpo chocó con algo bajo las sábanas. Se dio la vuelta rápidamente y dirigió una amplia sonrisa hacia la persona que sabía que encontraría allí.

- Al final va a resultar cierto que te gusta ver a la gente dormir.

- Dobe. - Sasuke se encontraba en la misma cama, bajo las sábanas, recostado contra el cabecero. La sonrisa del rubio no podía ser más ancha.

- ¿Cuánto he dormido?

- Algo más de un día.

- ¿Un día? ¿Y has estado ahí todo el rato, mirándome?

- Claro que no, usuratonkachi. Esta mañana me he pasado por tu piso para ver si todo estaba en orden y te he traído algunas cosas. – dijo señalando una mochila apoyada contra la pared, los ojos de Naruto brillaron - Además, he tenido una pequeña riña con el Hokage.

- ¿Con Kakashi-sensei? – el chico se inclinó para mirarlo y el moreno asintió. - ¿Por qué? ¿Qué has hecho?

- Serás… ¿Por qué asumes que ha sido culpa mía?

- Porque Kakashi-sensei no discute contigo por tonterías.

- He discutido con él por haberte dejado ir a una misión, tú solo, estando como estabas. – Naruto lo miró de reojo, sintiéndose culpable. – Pero ya me han dicho lo que ha pasado.

- Yo… No quería estar aquí solo. – se sentó en la cama con las piernas recogidas y se las abrazó.

- ¡¿Preferías ir a ponerte en peligro?! – había levantado un poco la voz y Naruto lo miró, enfadado.

- ¡Tú te fuiste solo! - Sasuke no pudo reprocharle nada ante aquello.

- Ya te he dicho que necesitaba hacerlo por mí mismo. Necesitaba probarle algo a esa mujer y probármelo a mí mismo. – Naruto lo miró atentamente, preguntando sin preguntar. - Ahora lo importante es que la he vencido. – evitó el Uchiha - Y he recuperado esto – Naruto vio el anillo de Itachi relucir en su mano. – Por esto he discutido con Kakashi. No me permitía quedármelo.

- ¿Cuándo…?

- Cuando le quité el otro brazalete y quedó inconsciente, el flujo de chakra que estaba atado a ellos se detuvo. Los anillos volvieron a aparecer y me lo quedé. – Naruto lo miraba pensativo y cuando acabó, este asintió.

- Entiendo por qué no quiere que te lo quedes, pero ¿qué harían con ellos?

- Quieren destruirlos.

- ¡Pero no pueden hacer eso así sin más!

- Lo saben. Están buscando información sobre ellos para averiguar si supone algún riesgo intentarlo. – el chico centró la mirada en el pequeño objeto - La he traído conmigo; la van a interrogar.

- ¿Han encontrado algo por ahora? – el moreno negó. – Si pueden destruirlos, no tendría sentido que te impidieran quedarte con ese.

- Dicen que puede que tengan características individuales. He intentado hacer algo con él puesto, pero no sucede nada. – el chico le daba vueltas al objeto con sus dedos - Creo que es inútil de por sí, solo una identificación dentro de Akatsuki.

- Pero si resulta que sí que tiene poder… - el rubio se movió para mirarlo a los ojos - ¿Qué harás?

- No lo sé. No quiero deshacerme de él. Es… importante para mí. – levantó los ojos del pequeño objeto y los centró en el otro chico. - Pero es probable que te atormenten a ti para convencerme a mí de entregarlo.

- No me importa, Itachi es importante para mí también. Si quieres quedártelo, quédatelo, te ayudaré a conservarlo.

- Gracias, Naruto. – el aludido le sonrió, segundos antes de que sus tripas rugieran de manera ensordecedora. Sasuke soltó una pequeña carcajada, dejando a Naruto maravillado. – Iré a hacerte algo de comer, antes de que tu cuerpo nos deje sordos a ambos. - El moreno se levantó de la cama y salió por la puerta, no sin antes escuchar a Naruto gritarle que debía reírse más.

 

- Ah, estoy lleno, estoy lleno. – dijo el chico Uzumaki palmeándose la barriga. – Gracias, Sasuke, estaba todo delicioso.

Se levantó de la mesa, recogió la cocina y se dispuso a lavar los platos. Era lo mínimo que podía hacer. Sasuke vio a Naruto lavar mientras canturreaba una canción. Lo dejó allí y se dirigió hacia el cuarto, donde recogió la mochila que había cogido del piso de Naruto esa mañana y la llevó hasta el baño. De nuevo en su cuarto, recogió su capa y se dirigió hacia la entrada, listo para salir.

- Naruto, tienes tus cosas en el baño. Volveré en unas horas.

Naruto corrió hacia la entrada y vio al chico calzándose.

- Hey, ¿a dónde vas?

- No es nada oficial. – dijo quitándole importancia - Me pasaré para avisarles de que has despertado y que estás bien. Fijaré una hora para mañana, nos informarán de lo que hayan averiguado.

- Sasuke, esto no puede esperar a mañana.

El Uchiha se quedó callado un momento, con los ojos fijos en la nada.

- Está bien – concluyó – Cuando estés listo ve a avisar a Kakashi y nos vemos allí en unas dos horas.

- ¿A dónde irás?

- Tengo cosas personales que hacer. – Salió por la puerta y la cerró antes de que el rubio pudiera preguntarle nada más.

 

Una hora después Naruto estaba frente a Kakashi. Después de la riña con la que contaba y de pedir perdón una docena de veces, Naruto pudo oír como su antiguo maestro suspiraba.

- ¿Qué tal te encuentras?

- Muy bien, como nuevo. Sasuke vendrá en una hora, ¿hay algo que pueda hacer?

- Quizás deberías acercarte al hospital. Aún no has pasado por allí, ¿verdad? – el aludido se revolvió el pelo de la nuca - Además, Sakura ha estado preocupada por ti, deberías ir a verla.

- Está bien, pero estaré aquí en una hora y empezamos con ello de inmediato.

- Está bien, está bien – dijo el mayor agitando la mano para que se fuera. Naruto salió como una ráfaga de aire y se fue directo hacia el hospital. Al llegar preguntó en la recepción por Sakura.

- Lo siento, Haruno-san está ahora mismo con un paciente. Lo avisaré cuando acabe. – le contestó uno de los recepcionistas.

- Está bien, esperaré aquí.

Naruto se sentó en una de las incómodas sillas de la sala. Fue dirigiendo miradas de reojo al recepcionista, y cuando vio que este estaba ocupado, se fue de allí en busca de su amiga. Buscó la puerta de su consulta y se acercó, dispuesto a meterle prisa a quien fuera que estuviera dentro. Su mano se quedó paralizada en el pomo al reconocer la voz que provenía del interior. Las voces se acercaban a la puerta, y esta se abrió.

- Pásate otra vez en cuanto puedas, ¿vale? -  decía Sakura mientras salía, acompañando a una figura oscura.

- Está bien, solo… recuerda nuestro trato.

- Sí, sí, no decirle nada a Naruto.

Naruto se apretó más contra la pared detrás de la que se había refugiado, escondiendo su chakra. ¿Qué hacía Sasuke en la consulta de Sakura, y por qué él no debía saberlo? El chico esperó a que el Uchiha estuviera lo suficientemente lejos y salió de su escondite al encuentro de la médica.

- Sakura-chan, he venido para una revisión. ¿Te viene bien? – dijo apareciendo por el pasillo como si nada, antes de que la chica cerrara la puerta.

- Ah, hola, Naruto. Pasa, tengo un rato libre ahora. – la chica abrió la puerta, dejándolo pasar y le pegó una pequeña colleja - Olvida el “chan” de una vez.

Naruto se disculpó agachando levemente a cabeza. Se adentró más en la sala y se quitó la chaqueta negra que Sasuke había rescatado de su armario. Recibió también una pequeña bronca de su amiga, aunque no fue dura con él.

- ¿Y qué tal has estado?

- Durmiendo.

- Eso es bueno, necesitabas reponerte. ¿Y ahora te encuentras bien?

- Estupendamente – contestó el chico saltando sobre la camilla. – Pero Kakashi-sensei me ha obligado a venir.

El rubio se tumbó y dejó a Sakura hacer su trabajo. Era extraño sentir un chakra por sus entrañas que no fuese el suyo y sin razón para hacerlo, ya que ya no estaba herido. Unos cuantos minutos fueron suficientes para la joven médica, que concluyó dándole un golpecito en el hombro a Naruto, indicándole que se podía levantar.

- Parece que todo está en orden. Y supongo que esas cicatrices en tu piel acabarán desapareciendo. – el chico asintió, nunca permanecían demasiado tiempo - Te haré un análisis de sangre, ya que has venido.

Naruto se levantó y se sentó delante de la mesa, estirando el brazo y ofreciéndole su sangre a su amiga. Mientras esta preparaba los materiales para hacer el análisis, Naruto no dejaba de darle vueltas al porqué de que Sasuke hubiera ido ahí sin decirle nada. La chica se acercó con la aguja, dispuesta a pinchar al distraído rubio.

- ¿Qué hacía Sasuke aquí? – la pregunta pilló por sorpresa a la chica, que clavó la aguja en el brazo moreno sin el menor cuidado. – ¡AY! ¿Podrías ser menos brusca?

- Lo siento, Naruto. Me has sorprendido.

- Bueno, tú me has atravesado una vena de un lado al otro.

- En serio, lo siento. – la chica lo miró – Naruto, no… no creo que deba ser yo quién te conteste a eso. Háblalo con él.

- Ay, no. No me digas que es algo súper serio y no me lo queréis decir.

- No es eso. Es solo que… no tengo derecho a hablar de eso si él no quiere que lo haga.

- Está bien, solo acaba y dime que todo está bien para que Kakashi-sensei me deje tranquilo.

- Sí, sí… - Sakura retiró la aguja y le puso un poco de algodón en su lugar. – Ahora espera aquí mientras llevo esto a analizar. Sé que no es lo tuyo, pero sé paciente, por favor.

El chico solo le sonrió a modo de respuesta. De todos modos, no le valdría de nada irse de allí sin el diagnóstico. La chica salió, y el rubio se levantó a fisgonear por la sala, tirando el algodón en una pequeña papelera. Dos segundos después de haber despegado su trasero de la silla, la puerta volvió a abrirse.

- Creo que es mejor que esperes fuera.

Sakura lo mandó salir y cerró su consulta con llave. Naruto maldijo para sí mismo y se dirigió hacia la recepción, donde unos ojos lo reprocharon en la distancia. Naruto le sonrió al recepcionista, en modo de disculpa. Cogió una revista de una pequeña mesa. Se sentó y se dedicó a pasar las hojas, aburrido, solo mirando las fotos. Llegó a una página de anuncios de venta y alquiler de casas y un pensamiento asaltó su mente. ¿Iba a seguir pasando cada noche con Sasuke? Después de todo, este le había llevado algunas de sus cosas. Sonrió amargamente. Demasiado bueno para ser cierto. Pero si lo fuera… Sus pensamientos se vieron interrumpidos por su amiga, que llegó con un papel en las manos.

- Parece que todo está perfecto, – Sakura le tendió unos papeles – dale esto al Hokage.

El rubio cogió los papeles, sin ni si quiera mirarlos.

- Gracias, Sakura-cha… Sakura – se corrigió rápidamente. La aludida le sonrió con aprobación. – Me voy ya.

- Hasta luego. Saluda a Kakashi-sensei de mi parte.

Naruto salió por la puerta como un rayo después de asegurarle a su amiga que lo haría.

 

Un toque en la puerta del despacho del Hokage, una invitación a pasar dentro y la puerta se abrió. Una puntiaguda cabeza negra se asomó, seguida de una expresión calmada. Dentro del despacho, Sasuke se encontró con Naruto entregándole unos papeles al Hokage. Sus ojos se encontraron.

- Muy bien, Naruto. Veo que estás perfectamente. Mandaré a alguien a avisar al personal en el edificio de inteligencia para que la tengan lista para el interrogatorio cuanto antes. - Los chicos se quedaron allí de pie. Kakashi los miró a ambos repetidas veces y acabó por sacudir una mano en dirección a la puerta. - Marchaos, ya os avisarán.

Ambos salieron del despacho y subieron a la azotea. El día estaba soleado, pero corría una refrescante brisa. Sasuke se apoyó contra la barandilla, mirando la villa desde la altura. Naruto lo miró y se mordió la cara interna del labio.

- Sasuke… - apenas susurró.

El moreno no hizo ninguna señal de haberlo oído, y el chico se dejó caer en el suelo, acostado sobre su espalda, con brazos y piernas extendidos. Miró las nubes pasar, pensando en si debía hablar de ello o no. Suspiró y cerró los ojos, siempre era difícil tratar con el Uchiha, no creía que se lo dijera así a la primera, y no tenía ganas de discutir antes del interrogatorio. El silencio los rodeó a los dos. Naruto abrió los ojos y cerró sus extremidades superiores al notar una sombra acercándose. Vio las ropas negras de su amigo descender sobre él, y lo contempló sentarse a su lado, tan cerca que una de sus rodillas rozaba uno de sus brazos morenos.

- Veo que hay algo de lo que quieres hablar. – Sasuke hablaba con los ojos negros fijos en el horizonte. – Suéltalo.

Naruto se incorporó, sentándose de la misma manera que su amigo, a su lado. Los dos miraban hacia el mismo punto perdido en el horizonte mientras el sol caía sobre ellos.

- Te he visto hoy en la consulta de Sakura-chan. - Un pequeñísimo suspiro escapó de los labios finos del moreno. – No necesito que me lo digas, solo quiero saber si tengo que preocuparme. - El otro se quedó en silencio tanto rato que el rubio temió lo peor. Por fin, Sasuke se giró hacia él y Naruto pudo volver a respirar cuando vio que estaba sonriendo levemente.

- No tienes nada de lo que preocuparte.

- Menos mal – suspiró el otro. Acto seguido lo empujó, regañándole – No tardes tanto en responder, teme. – el otro soltó una pequeña carcajada, disculpándose.

- Parece que he estado haciendo eso últimamente. Preocupándote, digo.

- Más que últimamente, diría yo. – soltó una risotada - Me haces esto a propósito, eh, teme.

- Claro, es a lo que dedico mis días, a pensar en cómo joderle la vida a Naruto Uzumaki.

- Eh, más te vale que eso sea sarcasmo – dijo señalándolo. El otro le dedicó una mueca. Naruto suspiró con una sonrisa y apartó los ojos de él. Tener a Sasuke de vuelta era…

- ¿Recuerdas que te dije que tenía que enfrentarme a Akao yo solo? – Naruto lo miró, sorprendido ante el comentario.

- Ahá. ¿Me vas a contar por qué?

Sasuke asintió y miró un momento a esos ojos azules. Se le hizo un nudo en garganta. Se levantó y volvió a acercarse a la barandilla. Buscó por dónde empezar y decidió empezar por el principio de todo.

- Años atrás me convencieron de que estar a tu lado me hacía débil y decidí dejarte e intentar destruir lo que teníamos. - El rubio lo miraba fijamente desde donde se encontraba sentado, confuso. - Pero después… tú me demostraste que eras más fuerte gracias a los vínculos que habías creado. Incluso el nuestro. – soltó una pequeña risa triste con la última frase - Y regresé contigo. Pero… no había comprobado por mí mismo si eso me hacía fuerte o débil, y era algo que no sabía cómo comprobar. – hizo una pequeña pausa, agarrando la barandilla – Esa duda se quedó dentro de mí y me encontraba… perdido. La pelea contra esa mujer me dio la oportunidad de comprobarlo, por eso decidí ir solo. Al derrotarla pude por fin probar por mí mismo que no me hace débil; me hace fuerte. – apretó la mano contra el metal hasta que sus nudillos palidecieron - Ni cuando pensaba que podías… haber muerto… no era fuerte porque quisiera vengarte, aunque quisiera hacerlo, era fuerte porque quería proteger lo que tú hubieras protegido. Y cuando supe que estabas bien, era fuerte porque también quería protegerte a ti… y regresar a tu lado.

- Así que ahora me entiendes. También en esto. – Naruto había aparecido a su lado. Este apoyó los brazos en la barandilla, mirando el horizonte.

- Supongo que sí. – se giró para mirarlo – ¿Y merece la pena?

- ¿Qué quieres decir?

- No puedo dejar de pensar en el dolor que supone… - no finalizó la frase, pero Naruto sabía a qué se refería - ¿Merece la pena?

- Esa es la pregunta que nos hemos hecho siempre, ¿no? – se recostó para apoyar su cabeza en sus brazos sobre la barandilla - ¿Duele más no tener nada o perder lo que tenías?

La luz dejaba una sombras en su cara que solo hacían acentuar el luminoso azul de sus ojos. Su expresión era algo como melancólica. ¿En qué estaría pensando? Sasuke apartó la mirada y los dos contemplaros el horizonte sin decir nada durante unos minutos.

-Gracias.

- ¿Hmm? – Sasuke lo miró por el rabillo del ojo, levantando una ceja, curioso.

- Por contármelo.

- Hubieras preguntado hasta saberlo, de todos modos. – y ante eso Naruto negó con la cabeza. – ¿Así que vas en serio con eso de darme espacio?

Naruto asintió.

- Si sabes que estaré siempre para escucharte y ayudarte con cualquier cosa, es suficiente. Quiero… ser un buen amigo. – el chico sonreía, pero sus ojos no expresaban lo mismo que sus labios.

- Eres un buen amigo, Naruto. – miró profundamente a esos ojos azules, intentando buscar la razón de ese sentimiento que reflejaban. - ¿Por qué…? ¿Qué…? – suspiró - ¿Por qué pareces… triste?

Naruto lo miró fijamente, incorporándose, y Sasuke pudo ver cómo iba a mentirle, pero pareció arrepentirse en el último momento. Se quedó callado, solo mirándolo.

- ¿Sigues sin poder hablar de ello? – el rubio desvió la mirada hacia el horizonte – Yo… siento haberme comportado como un imbécil aquel día. – Naruto abrió la boca para increparlo, pero Sasuke se adelantó - Quizá podamos hacer un pacto.

Naruto lo miró, confuso.

- ¿Qué clase de pacto?

- Hay cosas de las que yo también siento que no puedo hablar, así que… ¿Qué tal si las intercambiamos con la promesa de que nada afecte nuestra amistad?

Naruto pareció pensárselo un momento. En realidad, ya había decidido hablar con él, pero no se creía capaz de encontrar un momento para hacerlo. Y tener la promesa de que su relación no se iría por la borda sonaba demasiado bien. Adelantó una mano, ofreciéndosela y soltó un “hecho”. Y Sasuke tomó su mano con una expresión indescriptible.

Notas finales:

Bueno, pues nos vamos acercando al final, calculo tres capítulos más para el final!! Espero que os siga gustando y vuelvo a dar las gracias por el apoyo, hasta el finde!! <3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).