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Siempre fuiste mi meta por DeiitaElric

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Notas del capitulo:

Hey!! A partir de ahora subiré dos veces por semana, yeyy!! He estado repasando todo y estoy a dos frases de terminar esta historia ya, así que calculo que habrá un total de 13 capítulos. Solo quedan 8!!!

Como siempre, espero que os guste <3

Sasuke estaba en un claro, sentado en la hierba verde. “¿Qué lugar es este?” Se levantó, curioso, no reconocía ese sitio. Investigó un poco por la zona y vio a una persona en una colina un poco más allá. Esa persona lo saludaba con una mano levantada. Escuchaba su voz a lo lejos, le estaba intentado decir algo. Se acercó a paso rápido, intentado captar lo que decía. Cuando estuvo lo suficientemente cerca, reconoció a Naruto, que empezó a correr hacia él. De un salto, el rubio se colgó de su cuello, abrazándolo. Sasuke le devolvió el abrazo, comprobando que tenía dos brazos con los que corresponder. Escuchó la voz del chico decir: “Sasuke, yo…” y su voz fue interrumpida por una fuerza que lo tiró al suelo. Naruto había desaparecido y él se sentía aplastado contra la hierba. Se despertó. Había sido muy real, tanto que aún se sentía aplastado. Intentó moverse y no pudo. Cuando sus ojos se acostumbraron a la oscuridad, vio al rubio medio acostado encima suya.

- Naruto. - No obtuvo respuesta. - ¡Naruto!

- Hmmmm – retozó el aludido.

- Naruto, quítate de encima.

- Hm, tengo sueño – oyó como murmuraba.

- Puedes seguir durmiendo, solo quítate de encima. – este seguía encima suya, removiéndose. Sasuke no podía quitárselo de encima, tenía el brazo apresado entre sus cuerpos. - ¡Naruto! – gritó.

- ¡Sí! ¿Qué? – el rubio se despertó bruscamente. Movía la cabeza de un lado a otro, buscando el origen del grito.

- Sal de encima y vuelve al futón. Ya.

Naruto miró debajo de él y vio un revoltijo de sábanas, y debajo de todo a Sasuke, medio aplastado. Susurró un “lo siento”, apartándose. Se movió hacia el borde de la cama, medio dejándose caer. Se metió en el futón y se acurrucó abrazando la almohada. Sasuke suspiró, y un par de minutos después volvía a estar dormido.

 

Ahora estaba en una habitación oscura. Solo. Se movió a ciegas intentando encontrar una salida. Vio un poco de luz. Se acercó. Se encontró con unas rejas que le impedían el paso y se quedó allí, mirando hacia afuera. Escuchaba voces. A lo lejos, vio pasar a sus padres, a su hermano y a un Sasuke de unos 7 años. Intentó llamar su atención, pero comprobó que su voz no salía. Su familia desapareció en la oscuridad y delante suya aparecieron los cuerpos de sus padres, muertos. Vio a Itachi detrás de ellos, con las manos manchadas de sangre y lágrimas recorriendo su cara. Se vio a sí mismo, caminando por el distrito Uchiha. Estaba tan vacío como lo está en el presente. Sasuke sintió una soledad inmensa, la misma que había sentido casi todos los días desde la muerte de todo su clan. Sintió como el suelo cedía ante sus pies, y se vio caer en la oscuridad. Aterrizó en agua, oscura como el barro. Intentó nadar, salir a la superficie, encontrar luz en esa oscuridad. Empezaba a entrar en pánico cuando algo llamó su atención. Vio un punto de luz amarilla y radiante. Nadó hacia ella y apareció por detrás de la cascada del valle del fin. Vio a un Sasuke de 12 años luchando con Naruto. No escuchaba la conversación, solo le llegaban fragmentos, que le dolían como estacas. “¿Qué vas a saber tú? Has estado solo desde el principio” se escuchó decir. “¿Qué soy para ti?”. Algo empezó a tirar de él hacia atrás, de vuelta al agua, mientras se veía a si mismo caer de rodillas ante Naruto, quedando cara con cara. “Naruto, yo…”. Intentó avanzar hasta ellos, pero sintió como lo arrastraban con más fuerza hacia atrás, y volvió a caer mientras veía escenas de su entrenamiento con Orochimaru, cuando se enfrentó a él y cuando formó el equipo Hebi. Cayó en un suelo de piedra, donde se sentó intentando parar el mareo que se abalanzaba contra él. Delante de él vio una pequeña luz roja. Desvió su mirada hacia ella y vio a su hermano Itachi. Vio cómo luchaba contra un Sasuke poco menor que él. Lo vio toser sangre y lo vio morir después de decirle sus últimas palabras. Se vio a si mismo con manchas de sangre de su hermano en la cara y en las manos, mientras este estaba tirado en el suelo, inerte. Su luz se había apagado. Las lágrimas se agolpaban en sus ojos. Acercó las rodillas a la cara, encogiéndose sobre sí mismo. No quería ver más. Pero volvió a caer, rodeado de imágenes que no quiso ver. Cerró los ojos, y empezó a escuchar voces. Escuchó a Obito contarle la verdad sobre Itachi, y escuchó a su hermano decirle que siempre lo querría. Su corazón dolía. Aterrizó en el distrito Uchiha. Se levantó del suelo y caminó, intentando llegar a su casa, pero acabó en un claro del bosque. Todo estaba oscuro, la única luz provenía de Naruto, esa misma luz radiante que había visto antes. Estaba corriendo detrás de un Sasuke de 12 años, con el sello maldito medio activado, mientras este escapaba. Sasuke empezó a correr hacia Naruto, no quería que se llevara esa luz con él y volver a quedar a oscuras. Pero todo a su alrededor empezó a cambiar y apareció en una de las guaridas de Orochimaru. Todo volvía a estar oscuro, pero alcanzó a verse a sí mismo, esperando la llegada de alguien. Recordaba a quién esperaba. Cuando llegó Naruto corriendo, su luz lo envolvía de nuevo. Escuchó como hablaba de que, si no podía salvar a un compañero, no podía ser Hokage. Dolía haber interferido de esa manera en el sueño de Naruto. Entendía que sus acciones también habían afectado a la vida de Naruto, no solo la suya o la de su hermano. Se agarró el pecho, intentando sentir algo que no fuera ese dolor. Todo volvió a cambiar, y volvía a ver a Naruto con su luz, llegando para salvar a Sakura. Recordó que ella había ido ahí para intentar matarlo. También había interferido en su vida. Había interferido en más vidas de las que pensaba. Se acercó a Naruto, a la luz, intentando ver, pero todo era borroso; había estado prácticamente ciego en ese entonces y era como volver a estarlo. Escuchó a Naruto decir que, si tenía que morir, moriría con él. Al volver a escucharlo, supo que lo decía totalmente en serio y aquello oprimió su pecho. Naruto no se merecía nada de eso, nada de lo que le había hecho, ni nada de lo que le había dicho. Naruto no. Volvió a caer e intentó gritar, pero su voz no salía. “Seguiré tendiéndote mi mano hasta que la agarres”. Volvió a caer en agua. Estaba rodeado de oscuridad y ya no tenía fuerzas para nadar. Se estaba ahogando. De repente, una mano brillante surgió del agua, lo agarró por el cuello de la camisa y tiro de él hacia arriba. Cogió aire, no aguantaba más. Vio a Naruto atacarle y se defendió, pero no atacó. Tropezó y aterrizó en el suelo de espaldas. Naruto corría hacia él y Sasuke cerró los ojos, preparándose para el golpe, pero no sintió nada. Abrió los ojos y vio a Naruto tirado a su lado, brillando, como hacía siempre. Las palabras salían solas de su boca, y escuchó a Naruto contestarle “Porque eres mi amigo” y su corazón se encogió. Las lágrimas se agolparon en sus ojos. Apartó la mirada del rubio y las lágrimas al fin rodaron por sus mejillas. Se quedó allí tirado; aunque lo intentara, no podía moverse.

 

Naruto se despertó y se incorporó. Sasuke se retorcía entre sus sábanas y su cara era una máscara de miedo y dolor. Se levantó rápidamente e intento despertarlo, pero no respondía.

“Sasuke” escuchó el moreno como lo llamaban, pero sonaba tan lejos… Vio como la luz se apagaba, miró hacia el lado y volvía a estar solo. Vio su brazo destrozado y la sangre de Naruto junto a él. Cerró los ojos con fuerza. Quiso gritar. Volvió a oír su nombre, esta vez más alto. Abrió los ojos. Todo seguía oscuro. Quería parar aquello. Volvió a intentar gritar, y esta vez su voz sí salió.

- ¡NARUTO! - El rubio se asustó ante el grito ensordecedor.

- Sasuke – intentó tranquilizarlo tocándole el hombro – Sasuke, cálmate, estoy aquí.

El moreno giró la cabeza de golpe, y volvió a ver esa luz. Esos hermosos ojos azules mirándolo aterrado. A Naruto se le quebró el alma al verle la cara. Las lágrimas resbalaban por su pálida piel y tenía el pelo negro pegado a la frente por el sudor.

- ¡Na… Naruto! – Sasuke no pudo reprimir el impulso y lo abrazó. Se aferró fuerte a su camiseta, queriendo calmar el dolor. Naruto lo apretaba fuerte contra su cuerpo, acariciaba su cabeza y su espalda, mientras Sasuke seguía sollozando en su pecho. Naruto se sintió morir. No soportaba verlo así.

- Naruto…

- Sasuke, cálmate. Estoy aquí, estoy aquí. -  El rubio continuó acariciando su espalda, intentando calmarlo - No me voy a ir de tu lado.

- Lo siento. – susurró el moreno contra su ropa.

- No tienes que disculparte.

- No, sí tengo que disculparme, por… todo.

- Eso es cosa del pasado. Nada de eso importa ahora. – Naruto tiró de él para separarlo un poco y poder mirarlo - ¿Qué ha pasado?

Sasuke se secó las lágrimas con el dorso de la mano y se separó de Naruto, sentándose en la cama.

- Todo estaba tan oscuro… - se pasó la mano por la frente. – Me sentía tan solo… Ha sido horrible.

Naruto no sabía qué decir. Se limitó a sentarse enfrente del moreno y le pasó las manos por la cara, limpiándole los rastros de lágrimas que aún quedaban.

- Sasuke, – dijo poniendo las manos sobre sus pálidas mejillas – no importa lo solo que estuvieras, ¿vale? Ya no lo estarás más. Yo siempre estaré aquí, a tu lado.

- Lo sé – Sasuke levantó su mano y la puso sobre una de las que descansaban en su cara. Cerró los ojos, sintiendo su calidez.

Naruto acercó su cara, apoyó su frente contra la del otro y cerró los ojos también.

- Perdona por despertarte tan tarde y hacer que te preocupes. – medio susurró el Uchiha.

Naruto notó como el aliento del moreno chocaba contra sus labios. Se sentía embriagado en su aroma.

- Deja de disculparte, no te pega nada – le reprochó. Sasuke soltó una leve carcajada que llenó el silencio de la noche. Naruto entreabrió los ojos y vio una leve sonrisa en sus labios. - De verdad que deberías reírte más.

- Cállate.

- Ya vuelves a ser tú – sonrió aliviado – No me gusta verte así, prefiero que seas un bastardo como de costumbre.

- No me llames bastardo, usuratonkachi – le dijo con una voz seria, pero Naruto veía una pequeña sonrisa en sus labios. - Naruto…

- ¿Sí?

- Estás demasiado cerca – dijo Sasuke con la voz siendo apenas un susurro.

- ¿Te molesta? – respondió el rubio sin moverse.

- ¿No te molesta a ti?

- Ni lo más mínimo. – concluyó Naruto.

Sasuke abrió los ojos, estaban realmente cerca. Ya no veía esa luz envolviendo al rubio, pero sabía que esa luz siempre brillaría en él. “Eres tan puro que brillas con luz propia. Siempre lo he envidiado” pensó, volviendo a cerrar los ojos.

- ¿Qué dices? Yo siempre he perseguido tu luz. - Sasuke abrió los ojos y se echó hacia atrás al comprender que lo había dicho en voz alta.

- ¿Mi luz? A mí solo me rodea oscuridad. – sus ojos desconcertados miraban directamente a Naruto.

- No, solo que no dejas que nadie la vea. La escondes detrás de tus malas palabras y tu hosca actitud, pero yo siempre he podido verla. Porque te entiendo, sé cómo te sientes y eso me permite ver a través. – Naruto lo miraba con sus grandes ojos azules - Siempre has brillado tanto que me deslumbrabas. Todo el mundo veía en ti un descendiente de un clan poderoso, un chico guapo, un genio ninja… Yo además de eso, veía tu luz. – apartó la vista, no pudiendo soportar la intensidad de esos ojos negros clavados en él. – Cuando te fuiste, temí no volver a ver otra vez esa luz, que la oscuridad la engullera. Entrené muy duro para poder ir en busca de esa luz, esa luz que me sacó de mi propia oscuridad incluso antes de que yo lo supiera. En todo el tiempo que estuve buscándote, cada vez que te veía, esa luz era más y más débil, y mi vida se iba a apagando junto a ella… - cada vez hablaba más y más bajo, hasta susurrar. Volvió a mirarlo – Pero ahora estás aquí, brillando justo enfrente de mis ojos.

- Naruto – Sasuke puso la mano en su mejilla, y Naruto se sorprendió ante el contacto. Sus ojos centelleaban. Los dos se miraron intensamente. – Gracias.

Naruto notó algo moverse en su interior y su cuerpo empezó a moverse solo. Deslizó una mano por la cara de Sasuke hasta acabar detrás de su cabeza, enredando los dedos en su pelo, mientras se acercaba. Avanzó los pocos centímetros que los separaban, muy despacio, hasta hacer chocar sus labios. Sasuke se había quedado completamente quieto al verlo acercarse. Cuando vio que Naruto cerraba los ojos, los suyos se cerraron por impulso. Y respondió al beso. Se besaron dulce y tiernamente, pero con el mismo punto de desesperación que había siempre en su relación. Los segundos pasaban, convirtiéndose en minutos, pero ninguno interrumpió aquel contacto. Las manos de Naruto recorrían el pelo y la espalda del moreno, mientras la mano de Sasuke descansaba enredada en el pelo del rubio. Cuando se separaron, volvieron a juntar sus frentes, con la respiración un poco agitada, mezclándose sus alientos. Ninguno de ellos dijo nada, ¿acaso había algo que pudieran decir? Solo se quedaron así, juntos, respirando el mismo aire. Unos minutos después, Naruto notó como la respiración de Sasuke cambiaba. Se había dormido.

- Sasuke, yo… - susurró Naruto – Siempre te he querido, lo sabes, ¿verdad?

Delicadamente lo colocó en la cama y le acarició la cara. Lo tapó bien con las sábanas y se tumbó a su lado.

- No puedo creer lo que acaba de pasar – susurró Naruto, pasando los dedos por sus propios labios. Deseo con todas sus fuerzas que aquello no fuera un sueño, y siguió haciéndolo hasta que el cansancio se apoderó de él, haciéndolo dormir profundamente.

 

Sasuke se despertó con una luz potente haciendo doler sus ojos. Ya era de día. Se revolvió bajo las sábanas, y pudo comprobar que había estado durmiendo sobre el pecho de Naruto y este lo tenía ligeramente abrazado. Su mente por fin despertó y reaccionó, apartándose.

- Naruto, despierta.

- Cinco minutos más – le gruñó el rubio.

- Naruto, la misión.

- ¿Qué misión? – dijo incorporándose.

- Idiota, salimos hoy después de la reunión, ¿recuerdas?

- Hmm – dijo frotándose los ojos, todavía medio dormido - ¿Qué hora es?

- Tarde. – respondió enfadado, tirándole la mochila. – Cámbiate. Vamos.

 

- El objetivo es una caja negra con el símbolo del clan Uchiha en la tapa. Iréis al país…

Los dos chicos entraron interrumpiendo a Shikamaru. Había dos ambu junto al chico, y también estaba Sai, en representación de Raíz.

- Menudas horas, chicos. – les reprochó Kakashi. Sasuke recordó la pesadilla que había tenido y un escalofrío recorrió su cuerpo.

- Una mala noche.

Nadie fue consciente de la cara de angustia que puso Naruto ante esas palabras, excepto Sai, que se acercó al chico y le puso una mano en el hombro, interrogante. Naruto sacudió la cabeza.

- Continúa Shikamaru – dijo Kakashi volviendo a centrar su atención en los papeles de la mesa enfrente de ellos.

- Como iba diciendo, iréis al país de los campos de arroz, ya que es el sitio más probable para que se encuentre su guarida. Allí tenía Orochimaru asentada su pequeña “aldea”, pero según informes de hace unos años, esa guarida está derruida. – todos escuchaban con interés. – De ahí iréis alejándoos, cualquier montaña o colina grande podría tener una cueva. Os acompañarán varios integrantes del clan Hyuga por su habilidad, ellos podrán encontrar la guarida más fácilmente en caso de ser subterránea. También irán del clan Inuzuka y Aburame, por sus habilidades de rastreo. Además, contaréis con el apoyo de Yamanaka Ino desde el edificio de inteligencia, para que os podáis comunicar entre vosotros sin necesidad de preocuparse por el radio de frecuencia de los transmisores. – les enseñó un pequeño aparato - Uno de vosotros llevará un transmisor como este, y con ello podréis comunicaros entre vosotros pasando la información a través de ella. – todos asintieron.

- Como sabéis, Uchiha Sasuke, aquí presente, también irá, al igual que Uzumaki Naruto. – dijo señalando a los chicos – También contaréis con un equipo de tres médicos. Os dividiréis en dos grupos, compuestos por dos ambu, un equipo médico y un integrante de los tres clanes antes mencionados: Hyuga, Inuzuka y Aburame. Uzumaki y Uchiha irán en el equipo principal. El resto de los detalles los tenéis en esos pergaminos de ahí, donde hay un mapa del país y sus alrededores. – señaló una pequeña mesa con dos pergaminos - Coged uno por grupo. Eso es todo.

- Sasuke, ¿algo más que debamos saber sobre la caja? – preguntó el Hokage.

- No. Como te dije, solo hay una manera de abrirla, pero por lo demás es una simple caja.

- ¿Y sobre lo que contiene? – el chico negó con la cabeza, nada que decir.

- Bien, saldréis en una hora – Kakashi se sentó en su silla, mirando a todos los presentes. – Los demás integrantes de los grupos ya están siendo informados, os encontraréis con ellos en la entrada. Coged todo lo necesario y llevad suficiente, no sabéis cuánto tiempo estaréis fuera. Si en una semana no encontráis nada, volved. Si encontráis algo, avisad al otro grupo. No seáis imprudentes. No sabemos a lo que nos enfrentamos, asique estad siempre alerta.

Todos asintieron y cada ambu recogió un pergamino. Shikamaru recogió su propio mapa de la mesa y salió, despidiéndose de los chicos.

- ¿Qué hace ambu aquí? – preguntó el Uchiha una vez que todos los demás se fueron.

- Me encargué personalmente de escoger a los que conozco, son de confianza. Ahora preparaos y no volváis a llegar tarde o se irán sin vosotros.

 

Se encontraron en la puerta de la villa, donde se separaron en dos grupos. Naruto y Sasuke estaban en el grupo principal junto a sus antiguos compañeros. Además, los acompañaba dos ambu. Sasuke desvió la mirada hacia Naruto, que extrañamente no había saltado hacia él nada más verlo. Vio como Sai se acercaba a él y como los desordenados mechones rubios revolotearon cuando negó con la cabeza.

- Podéis llamarme Ryu – dijo uno de ambu, cuando ya todos estaban reunidos en círculo para ultimar detalles.

- Yo soy Hikari. Soy la capitana de la misión, y también la capitana de este grupo. Espero que podamos trabajar bien juntos. – acto seguido, instó a los demás a presentarse ante ellos, y estos fueron diciendo su nombre de uno en uno. Habían tenido suerte de haber podido contar con gran cantidad de jóvenes que encima ya se conocían entre ellos. Facilitaba mucho las cosas.

Dadas las últimas indicaciones, empezaron a correr por el bosque camino al país de los campos de arroz. No había tiempo que perder.

- A ti te leo mejor que a nadie, lo sabes. - Sai lo miraba fijamente, dejándole claro que no lo iba a dejar escurrir el bulto. El rubio suspiró. Abrió la boca y la volvió a cerrar al sentir como alguien más se unía al grupo.

- Hey– Naruto volvió a respirar al comprobar que era Sakura - Hacía tiempo que no os veía, ¿qué tal?

-  Pues… Más o menos… - respondió el rubio con una pequeña risa nerviosa, rascándose la nuca.

- ¿Qué ha pasado?

- Ayer casi mete la pata – respondió amablemente Sai por él.

- Puede que ayer metiera la pata del todo – suspiró Naruto.


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