Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Siempre fuiste mi meta por DeiitaElric

[Reviews - 28]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Las cosas se ponen un poco tensas aquí, pero qué le voy a hacer, me gustan los dramas ¯_( •_•)_/¯

 

Espero que os guste!! <3

El viaje continuó todo el día, haciendo un par de paradas para descansar y comer. Naruto por fin se había acercado a Sasuke, aunque solo para arrastrarlo a compartir su tiempo de comida con él. Junto a Sakura. Y Sai. Como siempre, sus negativas no cambiaron nada. Cuando empezó a oscurecer, buscaron un lugar para dormir. Al establecer turnos para hacer guardia, Naruto resultó ganador. Se subió a un árbol y se recostó contra el tronco. Intentaba no dejar a su cabeza atormentarle. Había sido una estupidez haberse dejado llevar. Se sentía culpable por haberse aprovechado de la vulnerabilidad de Sasuke. Una hora más tarde, ya estaba medio desquiciado. Se puso alerta segundos antes de que una sombra apareciera enfrente de él.

- Sasuke. – dijo al reconocerlo - ¿Qué haces aquí? Deberías dormir. - El moreno se sentó en la rama, dejando colgar sus piernas. Su perfil se silueteaba con la poca luz que les llegaba.

- No soy capaz. – murmuró - Estoy nervioso.

- Oh, el gran Sasuke-san está nervioso. Es algo que no se oye todos los días. - Sasuke lo miró con una mirada hostil.

- Hablo en serio, Naruto.

- Sí, lo sé. Yo también lo estoy. – Naruto se movió y se sentó a su lado. - Creo que todos estamos un poco intranquilos con esto. - Sasuke soltó un suspiro.

- ¿Crees que será cierto? – el rubio lo miró, sin entender – Me refiero a todo esto. ¿Crees que hay algo tan grande detrás?

- No sería la primera vez que nos vemos envueltos en cosas así. Pero no pasa nada, – el chico levantó un puño sonriendo - trabajando juntos podemos derrotar a cualquiera. – Sasuke apartó los ojos de él y los elevó al cielo nocturno que los cobijaba. El silencio apareció, pero era un silencio ameno y agradable. Naruto también levantó la vista al cielo. Estaba de un azul muy oscuro, casi negro. Las estrellas se amontonaban, como si quisieran estar todas juntas. Le pareció hermoso. Varios minutos pasaron hasta que vio una estrella fugaz y cuando iba a decírselo a Sasuke, notó un golpe en el hombro. Este se había quedado dormido contra él. Naruto sonrió. Apartó el pelo negro de su cara cariñosamente, dejando ver esa pálida piel que brillaba bajo la luz de la luna. No se podía creer que su relación hubiera cambiado tanto. Ya no eran unos niños, ya no estaban separados y Sasuke estaba… más accesible. Aunque quizá eso último podía llegar a resultar un problema para él. No podía parar de reprocharse haberse dejado llevar la noche anterior. Debía tener cuidado. Esa vez había tenido suerte y por alguna razón no parecía haber consecuencias. Ya fuera porque no lo recordaba o porque preferiría no hacerlo, Sasuke no le había dicho ni reprochado nada. Pero arriesgar su amistad era arriesgar demasiado. No quería perderlo, no podría soportarlo.

Por la mañana, emprendieron de nuevo el viaje. Aún les quedaban unas cuantas horas para llegar a la antigua guarida de Orochimaru. Todos se encontraban pensando en lo que podrían encontrar, en qué harían si encontraban al culpable, repasando las estrategias y las formaciones… Nadie quería meter la pata en una misión de ese calibre. Cuando llegaron, vieron que la antigua guarida de Orochimaru estaba destruida. Más bien, seguía destruida. No la habían reconstruido en absoluto. La entrada estaba bloqueada.

- Hay otra entrada en esa dirección – Anunció Hinata a sus demás compañeros.

Todos fueron hasta donde señalaba, y vieron que aquella entrada era reciente. Todos se miraron entre sí y asintieron. Alguien había hecho aquello para entrar, y era probable que aún siguiera dentro. Hinata seguía usando el byakugan, investigando todo lo posible de aquella guarida desde fuera. Mientras, Shino había mandado unos cuantos bichos en busca de algún chakra. Akamaru y Kiba empezaron a captar un olor desconocido.

- Ahí vienen – gritó alguien.

- ¿Cuántos son? – preguntó alguien más.

- Tres.

De esa entrada improvisada salieron varias bombas de humo. Hinata gritó la posición de cada uno, solo habían salido dos e intentaban escapar. Naruto y Sasuke rápidamente salieron corriendo en direcciones opuestas, persiguiendo uno a cada uno. Mientras, Akamaru y Kiba se acercaban cuidadosamente a la entrada, esperando por el tercero.

- Ahí sale, Kiba.

- Déjamelo a mí. – gritó sonriente. El ninja salió y se situó en lo más alto de la cueva, la nube de humo aún impedía la visibilidad. Intentaba huir, pero Kiba podía olerlo. - Es el momento, Akamaru. – susurró dándole una leve caricia en el lomo a su compañero. – ¡Gatsuga!

El hombre recibió el ataque de lleno. Sin embargo, se levantó apresuradamente y volvió a intentar escapar. Kiba lanzó más ataques, y gracias al viento generado por ello, el humo se disipó del todo, dejando total visibilidad para el resto del grupo. Aquel ninja era realmente ágil y esquivó los ataques que le lanzaron, pero eran demasiados para él. Poco después lo tuvieron sometido, atado a un árbol e inundado en preguntas.

 

Naruto corría intentando alcanzarla, pero solo veía como la distancia entre ellos se hacía cada vez más y más grande. Era demasiado rápida. Entró en modo kyubi y por fin la distancia se hizo más pequeña. Consiguió ver que aquella mujer llevaba algo en las manos, una pequeña caja blanca. Sin duda, habían ido a buscar algo y lo habían encontrado. El rubio arrugó la cara y apresuró más el paso. Entonces vio como la ninja lo miraba por encima del hombro y cuando sus ojos se cruzaron, vio como le dedicaba una sonrisa. Los pelos de su nuca se erizaron. Movió las manos con una rapidez pasmosa, formando unos sellos tras de otros mientras sujetaba la caja con la boca. Naruto se preparó para el ataque, pero la ninja se dio la vuelta y continuó corriendo como si nada. El chico frunció el ceño, no había pasado nada. La distancia entre ellos volvió a aumentar, más rápido esta vez. Era imposible que fuera tan rápida. La diferencia era tanta que pronto la perdió de vista. Naruto seguía preguntándose cómo era posible que no pudiera alcanzarla, cuando vio que era él el que iba cada vez más despacio. Su cuerpo se paró por completo en una rama y no fue capaz de moverse más. Pasó más de diez minutos allí, rígido como un árbol. Fue recuperando la movilidad muy poco a poco y, como pudo, volvió con el resto del grupo. Uno de esos canallas estaba atado a un árbol, y Sasuke llegaba en ese momento con el otro. Parecía que él era el único que había fracasado.

- Naruto-kun – lo llamó Hinata – Estábamos a punto de ir a buscarte.

- Lo siento, no lo conseguí.

- ¿Cómo es posible que se le escapara un enemigo al gran héroe de Konoha? – se burló Kiba acercándose a él.

- Vamos, no es momento para esto – le regañó Sakura - ¿Qué ha pasado?

Sasuke dejó a su prisionero inconsciente con Hikari para que lo atara y se acercó a él.

- No lo sé. Estaba corriendo detrás de ella, cuando se dio la vuelta y formó unos cuantos sellos. Al principio no ocurrió nada, pero luego mi cuerpo fue inmovilizándose hasta que ya no pude moverme. – todos lo miraban extrañados, no era un jutsu que hubieran visto antes. Sasuke dio un paso hacia él, pero escuchó como lo llamaban. Después de hablar con Hikari, se agachó delante de uno de los ninjas inconscientes y lo abofeteó hasta que este empezó a abrir los ojos. En cuanto los tuvo abiertos del todo y lo miró, este usó su sharingan. El sujeto hizo un ruido extraño con la garganta y se derrumbó.

- ¿Qué le has hecho? – preguntó Shino, apareciendo de la nada.

- Nada – el moreno se levantó, frunciendo el ceño – Cuando mi sharingan empezó a actuar, se desmayó.

Sakura se acercó y examinó al hombre.

- Está muerto – concluyó.

- ¡¿Qué?! – gritaron a la vez Kiba y Naruto.

- No puede ser – medio susurró Hinata.

- Interesante – mencionó Sai.

- Definitivamente, estos ninjas no son como los otros. – habló Hikari con los ojos puestos en el otro ninja inconsciente. - Uchiha-kun, no uses el sharingan en el otro, solo por si acaso. – miró al mencionado, y este asintió.

Los dos ambu se llevaron al prisionero que quedaba a un lugar apartado del bosque para intentar sonsacarle algo de información. Mientras el resto investigaba el terreno de alrededor, Sasuke y Naruto entraron en la cueva.

- ¿Sabes si… eso que buscan, estaba aquí? – Naruto miraba a su alrededor sin posar sus ojos en ningún sitio en concreto. El otro negó. – Pues sin duda algo se han llevado.

Recorrieron la cueva sin encontrar nada, la mitad estaba destruida, la otra mitad, vacía. Salieron e informaron al resto. El entorno no tenía nada fuera de lo normal. El ninja que quedaba vivo no había dicho nada, sólo se había reído con una mezcla de burla y repugnancia. Mandaron un mensaje con la información a Konoha, mientras tomaban un pequeño descanso.

Sasuke miró a Naruto y pudo ver la impotencia reflejada en sus ojos azules. Lo conocía y sabía que estaría enfadado consigo mismo por lo haber atrapado a esa ninja.

- ¿Estás bien? – preguntó. Naruto no respondió. Solo apretó los puños y la mandíbula. Sasuke lo agarró de un hombro y los dos se detuvieron.

- Soy el único que ha fallado.

- Vamos, no podías saber que te lanzaría ese tipo de jutsu. – dijo soltándole el hombro con un pequeño empujón, intentando animarlo.

- Lo sé, Sasuke. Pero esta misión es demasiado importante como para permitirnos fallos así. Esa malnacida llevaba algo en las manos. Era la más importante y yo la dejé ir. - Naruto se dejó caer al suelo al pie de un árbol. Sintió un golpe en su rubia cabeza.

- ¡Ay! ¿A que ha venido eso? – se quejó levantando la cabeza para mirar a su agresora.

- Ni se te ocurra desanimarte. – Sakura estaba enfrente de él con el puño todavía levantado. – Esta misión aún no ha acabado, ¿entiendes? Ya la atraparemos.

- Sakura-chan – el chico agrandó sus ojos e hizo un pequeño puchero mientras se acariciaba la zona adolorida de su cabeza - No era necesario agredirme.

- Te lo merecías, idiota – dijo tajante Sasuke. Naruto por fin levantó los ojos hacia él.

 - ¿A quién llamas idiota, bastardo?

- A ti, usuratonkachi.

- Sasuke, temeee – dijo Naruto levantándose, con el puño en alto. Sasuke soltó un bufido y Naruto incrementó su enfado. – Sasukeeeeee – Avanzó unos pasos hacia él, pero Sakura apareció entre ellos.

- Ya vale – sentenció mientras le clavaba una mano a cada uno entre las costillas. Los dos chicos se doblaron sobre sí mismos ahogando un grito.

- ¡Esto ha sido por tu culpa, idiota! – gritó Sasuke con la mano sobre sus costillas, intentando paliar el dolor.

- ¡Deja de llamarme idiota, bastardo! – Naruto se encontraba en la misma situación.

- No me llames bastardo, ¡dobe!

Sakura suspiró. Agarró al rubio de un brazo y empezó a tirar de él, arrastrándola con ella.

- No es momento para esto, idiotas. – miró amenazantemente al otro - Vamos junto al resto, tenemos que seguir con la misión.

Sakura dio un par de pasos hasta notar mucha resistencia por parte del chico. Paró de andar al escuchar un golpe sordo. Al mirar hacia atrás, vio a Naruto tirado en el suelo. Sai se acercó corriendo a él, pero fue interrumpido por Sasuke, que lo apartó antes de que llegara.

- Naruto – Sasuke se agachó y le dio un par de palmaditas en la mejilla. – Naruto, responde.

Bajó su cabeza y puso su cara junto la boca ajena. Respiraba, pero era una respiración débil. Puso una oreja sobre su pecho, su corazón palpitaba a un ritmo normal. Suspiró aliviado, pero su cara seguía siendo de desconcierto.

- Su respiración es débil pero el corazón le late a un ritmo normal. – informó el moreno a la médico. Sakura reaccionó al fin. Empezó a examinar con su chakra el cuerpo de Naruto más a fondo, para descartar que tuviera algún daño.

- Tiene... algo extraño.

- ¿Qué? ¿Qué es? – preguntó Sasuke. La preocupación se podía intuir en sus ojos.

- No lo sé. Son como vibraciones en sus músculos.

- Eso no lo había visto antes – murmuró Sai, que se había acercado por el lado contrario al Uchiha.

Los demás se acercaron curiosos al ver a los chicos reunidos y vieron a Naruto en el suelo, inconsciente.

- ¡Naruto!

- Naruto-kun.

- ¿Qué le ha pasado a Uzumaki-kun? ¿Está bien? – Ryu se acercaba corriendo junto ellos.

- Debe ser por el jutsu. Se ha desmayado, – Informó Sakura – pero no tiene ningún daño.

- Busquemos un sitio donde descansar un poco, a ver si despierta. Si no, habrá que llevarlo de vuelta a Konoha. – concluyó Hikari.

 

Todos los ninjas recogieron sus cosas y buscaron un sito apartado para descansar. Sakura cargó a Naruto, mientras Sasuke y Kiba cargaban sus mochilas. Sasuke se mantenía cerca, atento a cualquier cambio. No es que lo necesitara, pero en esos momentos era cuando el Uchiha más echaba en falta su brazo. Encontraron un pequeño claro y se instalaron allí, algunos ninjas se desperdigaron por los árboles de alrededor, montando guardia. Sakura dejó a Naruto junto a un árbol, apartado del resto de la gente para que descansara tranquilo.

- ¿Puedes quedarte un momento? Iré a avisar a Sai o alguien más para que se quede con él. – dijo Sakura.

- Yo me quedaré con él. - Sasuke se sentó al lado de Naruto, en el suelo.

- ¿Estás seguro? – el chico asintió, sin mirarla – Okey. Avísame si hay algún cambio. Vendré en un rato.

El moreno se quedó a solas con el desfallecido rubio. Le quitó la bandana y apartó algunos mechones de su frente. Volvió a darle golpecitos en la cara para que despertara, pero no funcionó. Suspiró. Se quedó mirándolo un rato, viendo como las sombras de las hojas movidas por el viento bailaban por su cara. Los minutos seguían pasando.

- Vamos, Naruto, despierta. – sacudió un poco su cuerpo, intentando despertarlo. – Naruto, vamos. – Volvió a tocar su cara. Volvió a suspirar. – Naruto – insistió, agarrándole una mano y apretándola levemente. Echó un vistazo a su alrededor y vio que no había nadie cerca. Se llevo sus manos juntas a la frente y apretó la mano morena contra su piel. – Naruto, yo… Te necesito a mi lado. No puedo… hacer esto solo. Me siento… - suspiró - culpable por no haberlo protegido más. – Hizo una pequeña pausa, alejando las manos de su cara, cerrando los ojos con fuerza - Se acercaron a mi casa con la apariencia de mi hermano y yo… Salí corriendo detrás, pensando que podían haber vuelto a usar el Edo Tensei en él. Fui tan estúpido… Cuando volví, la caja ya no estaba. – abrió los ojos mirando sus manos juntas - Me lo quitaron delante de mis narices. – le apretó la mano más fuerte. – Sé que parece que no necesito ayuda, que no necesito a nadie… Pero te necesito a ti. Quiero que me ayudes en esto, Naruto. Por favor. - Naruto le devolvió el apretón de su mano.

- Estaré a tu lado en todo momento, Sasuke. Siempre he estado ahí y eso no va a cambiar. – dijo el chico, mirándolo fijamente. El moreno le sonrió. Una sonrisa sincera, provocada por sus palabras y por el alivio de verlo despierto. Vio cómo volvía a cerrar sus ojos, frunciendo el ceño - ¿Qué me ha pasado?

- Te caíste, sin más. Sakura dice que tienes una especie de vibración en los músculos.

- El jutsu. – abrió los ojos levemente.

- Probablemente utilice la vibración del aire.

- Por eso mis músculos dejaron de responder. – El moreno asintió. Naruto suspiró. – Tengo todo el cuerpo como entumecido.

- Estamos haciendo un descanso, aprovecha para recuperar fuerzas.

Naruto volvió a cerrar los ojos, sintiendo el sol sobre su piel. Sentía como si su cuerpo estuviera en un lugar lejano, y una calidez extraña subía por su brazo. ¿Se habría hecho daño en él? Abrió los ojos para asegurarse y se encontró con unos ojos negros mirándolo.

- Estoy bien. No… no hace falta que te quedes conmigo – dijo apartando la mirada hacia el cielo sobre ellos.

- ¿A qué viene eso? – frunció el ceño, ahí estaba otra vez esa sensación - Llevas actuando raro desde ayer.

- Solo digo que no hace falta que te quedes. – bajó los ojos, pero no lo miró. - Intento darte tu espacio, ¿vale? Sé que he estado un poco agobiante, sobre todo últimamente… Te he echado de menos y…

- No eres agobiante. Y yo también te he echado de menos. – encogió los hombros ligeramente, queriendo quitarle importancia. Decidió volver a su anterior táctica y meterse con él para recuperar la normalidad – Pero eso no te da carta blanca, ¿me oyes? Recuerdo haberte echado de mi cama y esta mañana volvías a estar ahí.

- ¡¿Eh?! No… - se incorporó rápidamente y notó como Sasuke se movía con él. Desvió la mirada y abrió mucho los ojos, confuso. Apartó su mano rápidamente – Woooaaahh, ¿te he cogido la mano? Lo siento muc…

- No has sido tú. – Sasuke frunció el ceño - En serio, ¿qué te pasa?

Naruto lo miró, todavía más confuso. En ese momento escuchó una voz y sus preguntas murieron en su garganta. Sasuke se levantó en el momento en que Sakura llegaba y se agachaba al lado de Naruto.

- ¡Naruto! ¿Qué tal te encuentras? ¿Te duele algo?

- No, solo estoy cansado. – respondió siguiendo al moreno con la mirada.

- Te revisaré de todos modos. - Naruto se incorporó y se sentó contra el árbol, dejándose hacer - Bien, las vibraciones son menores, supongo que en un rato ya no habrá ni rastro de ellas.

- Gracias, Sakura-chan.

- Deberías llamarme solo Sakura. Demasiado mayor para el “chan”.

El chico le dedicó una sonrisa de disculpa. Sakura le devolvió la sonrisa y se levantó.

- Iré a avisar de que estás bien. Creo que retomaremos la misión en unos minutos. – dijo antes de irse corriendo de vuelta al claro. – Cuídate.

En ese momento, Sasuke llegó cargando su mochila, la abrió y sacó una botella de agua. Se la dio y este se bebió casi todo el contenido de un golpe. Mientras, rebuscaba buscando algún aperitivo. Cuando encontró uno, se lo tendió a Naruto, y este le devolvió la botella, que volvió a guardar en la mochila. Sasuke apartó las cosas y se volvió a sentar donde había estado antes. El rubio se recostó de nuevo, comiendo una pequeña barra de cereales.

- ¿Me lo vas a decir?

- ¿Hm?

- Lo que te pasa.

- Ya te he dicho que intento darte tu espacio. – Sasuke lo miró a los ojos y vio como reflejaban esa tristeza que odiaba haberse costumbrado a ver.

- Ya. ¿Desde cuándo? – suspiró, ahogando su sarcasmo – Si quieres que te deje solo está bien, pero…

- No. Quiero decir…

- Pero – repitió – esto no es unidireccional, Naruto, yo también estoy aquí para ti.

La enorme sonrisa que recibió como respuesta no le sorprendió, a pesar de haber corrido el riesgo de quedarse ciego al mirarla directamente. Pero sus ojos… ¿Qué demonios? ¿Por qué seguía habiendo tristeza en ellos? Vio como los desviaba.

- Oye, ¿no te molesta? – preguntó mirándolo de reojo.

- ¿Tú? Sí.

- Idiota… - murmuró el rubio en respuesta.

- ¿El qué? – preguntó el Uchiha después de un breve silencio. Naruto estiró su brazo hasta rozar levemente su mano.

- Me has cogido la mano, y en público. – enunció, aunque casi sonó a pregunta.

- ¿Te molesta a ti?

- ¿Cómo podría? – ante tal contestación, Sasuke bufó. - ¿A qué viene eso, teme?

- A que ha sido una pregunta estúpida tratándose de ti.

- Oh… Supongo…– sonrió inocente revolviéndose el pelo. Se incorporó, sentándose con las piernas cruzadas. Fijó sus ojos en él y ladeó ligeramente la cabeza, frunciendo el ceño – Oye, ¿por qué siempre respondes de esa manera? Que evasivo.

Sasuke frunció el ceño, ladeando también la cabeza. ¿Cómo que siempre? ¿Cuándo había respondido así? El recuerdo de sus voces llegó sonando como en un sueño. “¿Te molesta?” “¿No te molesta a ti?” “Ni lo más mínimo”. Intentó recordar de dónde venía ese recuerdo, pero no era capaz de enfocarlo.

- Sasuke… - susurró el rubio, buscando su atención. La consiguió. Cuando sus ojos se encontraron, Naruto se olvidó de hablar. Había algo tras esos ojos. Se quedaron mirándose, sin decir nada, y la mente de Naruto no pudo evitar revivir el recuerdo del beso. Deseaba tanto volver a hacerlo que tenía que usar una fuerza de voluntad brutal para no repetirlo. Sasuke vio como Naruto se humedecía los labios, y él no pudo evitar tragar saliva con fuerza, volviendo a fruncir el ceño. ¿Qué era ese cosquilleo en sus labios? Una imagen intentó hacerse hueco y aflorar entre sus pensamientos mientras seguía mirando a Naruto.

- Uzumaki-kun ya está mejor. Volveremos a la misión en unos minutos. Prepararos. – gritó uno de los ambu para que todos lo oyeran. Los chicos interrumpieron la mirada, volviendo al mundo real. Sasuke sacudió la cabeza, intentado deshacerse de ese sentimiento de que estaba olvidando algo. Se levantó, y cuando Naruto hizo amago de ponerse en pie, este se lo impidió.

- Aprovecha para descansar hasta el último minuto. – le tendió la bandana que le había quitado antes y el rubio la recogió, mirando a su amigo desde donde se encontraba sentado. Cuando los demás ya estaban preparados, Sasuke le tendió una mano a Naruto para ayudarlo a levantarse.

- ¿Desde cuándo eres tan amable?

- Calla, dobe.

- Oh, ahí está.

- Usuratonkachi.

- Temeee – Naruto puso una mueca de fastidio, con el entrecejo y los labios arrugados. Sasuke sonrió levemente susurrando “imbécil” y eso remplazó la expresión de Naruto por una sonrisa. – Cada vez sonríes más.

- Cállate – replicó, pero seguía sonriendo levemente.

- Me gusta – dijo sonriente. Ese algo volvió a aparecer detrás de esos ojos negros que lo miraban fijamente. No sabía qué era, pero no era la primera vez, y le provocaba mucha curiosidad. – ¿Qué es lo que tus ojos intentan decirme?

Esas palabras pillaron por sorpresa a Sasuke. Sus ojos se agrandaron, sorprendidos, perdiendo lo que quiera que hubiera allí escondido.

- Nada, usuratonkachi – Se dio la vuelta, cargando su propia mochila y la de su compañero. – Vamos, no te quedes atrás.

Naruto refunfuñó algo inteligible y tiró de su mochila para arrebatársela al moreno. Este se resistió.

- Dámela, puedo cargar mi mochila yo mismo.

- Aún no sabemos cuánto puede afectar ese jutsu a tu cuerpo, mejor guarda tus fuerzas. – Sasuke se subió a una rama y Naruto lo imitó. Se pusieron en marcha, siguiendo al grupo.

- No tienes que preocuparte tanto por mí.

- ¿No me has escuchado antes? – hizo una pequeña pausa – Te necesito en esto.

- Te he escuchado. – El moreno lo miró – Precisamente por eso no entiendo por qué ahora te niegas a hablar.

- No soy el único, Naruto.

- Sasuke, vamos… Solo intento ser un buen amigo. Siempre te quejas de que esté molestando a tu alrededor, por eso dije que no tenías que quedarte.

- ¿Y por eso llevas desde ayer comportándote así? Casi ni me habías mirado hasta ahora. –  su mano se cerró en un puño – Si te pasa algo conmigo deberías decírmelo. Y no lo escuses en darme espacio. ¿Acaso te he reprochado algo así estos días? No eches la culpa en mí.

Naruto se quedó congelado en el sitio, con Sasuke mirándolo, molesto. Naruto apartó la mira, no podía mirarlo a los ojos.

- No me has reprochado nada porque no lo recuerdas…

- ¿Qué?

- Sasuke, no… - vio cómo este se acercaba a él.

- Mírame – Naruto no se movió – Naruto, mírame. – este levantó los ojos hasta encontrarse con aquella oscuridad tan cálida – Háblame.

- No puedo.

- ¿Qué?

- No puedo, no contigo, no…

Sasuke dio un paso atrás. Aquello era nuevo. ¿Rechazo? Buscó en los ojos de Naruto y encontró tantas cosas en ellos que no pudo enfocarse en una.

- Sasuke, no es… No eres tú… quiero decir, no es que no confíe en ti… - Naruto dio un paso hacia él. ¿Aquello que veía era duda? ¿Miedo, quizá? Sasuke lucía confuso y casi… indefenso. Dio un paso más y agarró sus hombros – Sabes que confío en ti. Me conoces, lo sabes. Es… – se estaba poniendo muy nervioso, y tener a Sasuke con esa cara, tan parecida a la vulnerabilidad que había visto la noche anterior no ayudaba. – Necesito mantener un poco las distancias.

Se dio la vuelta, soltándolo. Sasuke se movió rápido, dejando caer las mochilas a sus pies y agarrándolo del brazo, haciéndolo girar para volver a enfrentarlo.

- No. ¡No! Estoy harto de que todo el mundo me haga esto. Si vas a tratarme así, dime por qué.

Naruto había visto pocas veces a Sasuke así. Con las defensas bajas. Vulnerable. Se preguntaba si alguien más había visto ese lado de él de una manera tan sincera. Esperaba que no. Era algo que sentía que le pertenecía. Ese Sasuke era suyo. Ante el silencio, Sasuke apretó más su mano. Aquello iba a dejarle marca, y no era que le importara. Se maldijo a sí mismo mientras se humedecía los labios, ansiando besarlo. Levantó una mano y acarició la cara pálida del otro, apartando unos mechones de pelo negro y colocándolos detrás de la oreja. Entre la confusión en los ojos de Sasuke, Naruto pudo ver como volvía a aparecer ese algo. Deslizó la mano por la piel ajena, sin separar sus ojos. ¿Qué demonios estaba pasando? Había perdido el control de sí mismo. Sin dejar de mirarlo a los ojos, Naruto acercó la cara a la de su compañero, que no hizo nada invitándolo a seguir, pero tampoco hizo nada para evitarlo. Estaban tan cerca que respiraban el mismo aire. Estaban tan cerca. Volvió a humedecerse los labios y no lo soportó más. Eliminó los pocos centímetros que los separaban y pegó su boca a la contraria. Sasuke estaba tenso, y seguía aferrado a su brazo. Pero Naruto había dejado de pensar. Movió este brazo para envolver su cintura y acercarlo más a él. Cuando Sasuke lo soltó, el rubio apretó más el cuerpo del Uchiha al suyo, llegando a sentir las palpitaciones de su corazón. Sasuke dejó que su mano se enredara entre los rubios mechones. Después de unos instantes, se separaron levemente para coger aire. Naruto dio un pequeño paso atrás.

- Uaah, lo siento… - susurró cuando consiguió recuperar el oxígeno y empezó a pensar. Agrandó los ojos, aterrado. – LO SIENTO - Recibió una mirada tan oscura que su piel quiso erizarse. Se separó apresuradamente del dueño de esa mirada, no sabiendo dónde meterse. – AAHHH, LO SIENTO, SASUKE… No… no sé qué ha pasado… No quería… No debería haber…

Naruto vio como una mirada de odio hacía acto de presencia, más fulminante que nunca. Cerró la boca de inmediato, temiendo las represalias. Pero no llegaron. Sasuke apartó bruscamente la mirada de él, cogiendo su mochila, y se fue. Sin más. Naruto recogió su mochila lentamente y emprendió la marcha, a una distancia prudencial del enfadado Uchiha.

Notas finales:

Hasta el finde!! <3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).