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90. Buscar y Seducir (04) por dayanstyle

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Gun Woo entró por el camino de entrada, Myoung Jae junto a él, con la nariz pegada en el iPad. No estaba seguro de por qué, pero su estómago se tensó, ante la idea de presentar a su hijo a Chaejin. ¿Qué pasaría si los dos no se llevaban bien? Los de seis años de edad eran raros. Era imposible saber si a Myoung Jae le gustaría Chaejin, o si Chaejin aceptaría a Myoung Jae.

Ellos se habían visto, brevemente en la mañana, cuando Chaejin había llegado a la casa de Gun Woo, pero no habían sido presentados y tampoco habían hablado, el uno al otro.

Estaciono su camión, apago el motor, y se frotó las palmas de las manos, sobre los muslos. —Vamos, chico. Vamos a encontrarnos con los amigos de papá —, Myoung Jae asintió, pero no levantó la vista.

Gun Woo rodó los ojos y colocó su mano sobre el iPad, evitando que Myoung Jae viera su juego de vídeo. Este finalmente lo miro. —¿Porque hiciste eso?

—Estamos aquí —, Gun Woo quitó la mano. —Vamos a decir hola.

—¿Ellos tuvieron hijos? —Myoung Jae volvió su iPad y lo colocó en su regazo.

—¿O voy a pasar el día con los adultos?

—Tienen—, corrigió Gun Woo. —Y sí, pero son bebés, así que no, no hay nadie de tu edad.

Myoung Jae arrugó la nariz. —¿Por qué no sólo dices que no?

—Sabelotodo —, dijo Gun Woo, cuando salió y cerró la puerta de la camioneta.

Vio a Chaejin sentado en la escalera de atrás, con los codos apoyados en los muslos, una botella de agua agarrado con una mano.

Gun Woo convenció a Myoung Jae, de conocer a Chaejin. Se detuvieron frente al elfo.

—Myoung Jae, él es Chaejin.

Myoung Jae metió el iPad bajo el brazo y miró a Chaejin.

—Tienes orejas puntiagudas.

 

Gun Woo arqueó una ceja.

 

Chaejin se enderezó, dejando que la botella de agua colgara entre las piernas.

—Es para oírte mejor —, Chaejin le respondió con un suave tono. Tomó un sorbo de agua y luego señaló a Myoung Jae, la botella todavía en la mano.

—Aunque me gusta tu corte de pelo. Es adecuado para ti.

—Mi papá dice que necesito cortarlo —, Myoung Jae no parecía demasiado feliz por eso. Se pasó la mano por el oscuro pelo, empujando las largas hebras de sus ojos. —Me gusta mucho.

—A mí también —, dijo Chaejin. —Tu papá solo es un viejo. No sabría cuál es la moda, aunque le mordiera el trasero...

Los ojos de Gun Woo se abrieron ligeramente, mientras le daba un gruñido. —No soy tan viejo.

—Eres un anciano —, dijo Myoung Jae con una risita. Cubrió los lados de su boca con las manos y dirigió sus siguientes palabras, a Chaejin. —Él es un lobo, por lo que es muy viejo.

Chaejin se echó a reír. Myoung Jae, comenzó a reírse tontamente. Gun Woo gimió. Había querido que su compañero e hijo se llevaran bien, pero no que estuvieran confabulando, contra él.

—No ataquen, en grupo, mi edad —dijo Gun Woo, mientras Myoung Jae caminaba por las escaleras y le hizo un gesto a una silla.

—Vamos, Myoung —, dijo Chaejin mientras se levantaba y se acercaba a las puertas del patio. —Tenemos algunos refrescos en la nevera y estoy seguro de que a Taeyang no le importará, si comes sus galletas Oreo.

—No ha cenado todavía —, dijo Gun Woo cuando los siguió. Se detuvo en la puerta, agarrando a Myoung Jae, antes de que su hijo entrara en la cocina. El suelo todavía no había sido sustituido y no había manera de que iba a permitir que su hijo navegara por las vigas.

 

—¿Qué? —Preguntó Myoung Jae, mientras miraba a Gun Woo. —Me comprometo a comer mi cena.

—Lo dudo mucho, pero no vas a entrar en la cocina, con el suelo de esa manera.

Myoung Jae apretó un dedo a los labios. —No es bueno hablar de la gente pobre. Gun Woo frunció el ceño. —¿Eh?

Su hijo clavó un dedo hacia el suelo.

—No pueden permitirse un piso, papá. No es agradable hablar de eso.

Chaejin se puso de pie en el mostrador, riendo tan fuerte, que estaba inclinado, con las manos sobre las rodillas. Taehyung entró en la cocina, mirando al elfo, como si el hombre hubiera perdido la cabeza.

—¿Qué es tan gracioso? —Preguntó Taehyung.

Gun Woo apoyó el hombro contra el marco de la puerta, su sonrisa fue tan amplia, que le dolían las mejillas. —Mi hijo piensa que eres demasiado pobre, para comprar un piso.

Taehyung rió, se dirigió a la puerta del patio, y saco la mano.

—Soy Taehyung, el pobre tipo que es dueño de esta casa.

Myoung Jae sacudió la mano del alfa. —Le dije a mi padre que no hablara de su piso.

—Me gusta —, dijo Taehyung.

Chaejin cruzó la habitación, cargo a Myoung Jae sobre sus hombros, y se dirigió a la nevera.

—Ahora tu padre no tiene que preocuparse de que te puedas lastimar.

Myoung Jae chilló y Gun Woo sonrió. Le gustaba oír el sonido de la risa de su hijo, y viendo Myoung Jae y Chaejin juntos, ese hecho le hizo sentir como si su mundo se había completado.

Observó como más hombres entraban a la cocina, presentándose a Myoung Jae.

 

 

—¿Todos ustedes viven aquí? —Preguntó Myoung Jae, antes de meterse una Oreo en la boca.

—Hey, —Taeyang dijo, cuando entró en la cocina,—esas son mis galletas.

—¿Qué galletas? —Preguntó Chaejin, mientras le daba otra Oreo a Myoung Jae.

Aún, sentado encima de los hombros de Chaejin, el hijo de Gun Woo agarró la galleta y la escondió detrás de su espalda, usando su otra mano para limpiar su boca. Fue inútil. Los lados de su boca estaban cubiertos de chocolate.

—Monstruo come galletas. —Taeyang se quejó, mientras recogía el paquete y se lo entregó a Myoung Jae.

—Whoa. —Gun Woo dijo, mientras navegaba a través de las vigas y le quitó el paquete. —Todavía, no ha comido su cena.

—Awww. —El labio inferior de Myoung Jae, se deslizó hacia afuera.

—Sí —, Chaejin dijo, quitándole a Gun Woo el paquete de galletas. —Awww.

—Veo que ustedes dos van a ser un puñado de problemas —, dijo Gun Woo a Chaejin.

—Él ya tiene dos caries.

—Pero Tommy me dijo que conseguiré, dientes nuevos.

—Eres lobo —, Taehyung dijo, mientras se apoyaba en el mostrador, cruzando los brazos sobre el pecho. —Tus dientes de leche se caen, ¿pero quieres que los nuevos estén podridos? Serán necesarios durante un tiempo muy largo.

Myoung Jae frunció el ceño. —Eso es lo que dijo mi madre.

Taehyung se encogió de hombros. —Conozco a un tipo que no cepillaba sus dientes y ahora usa sus encías para comer puré de manzana.

Los ojos de Myoung Jae se abrieron como platos. —Pero no me gusta el puré de manzana.

—Además,—dijo Chaejin, —desearas que tus dientes sean lindos, cuando hables con las niñas.

 

—Eww. —Myoung Jae se encogió. —¿Por qué querría hablar con ellas? Chaejin se rio. —En diez años, cantaras otra melodía.

—Pero yo no canto —, dijo Myoung Jae, y el comentario tuvo a todo el mundo riéndose.

Gun Woo tomó a Myoung Jae de los hombros de Chaejin y la Oreo, la arrojó la a la basura.

—Quería traerte aquí, para que conocieras a todos —, dijo, mientras colocaba a Myoung Jae sobre su espalda. Su hijo envolvió sus brazos y piernas alrededor suyo y el pensar que su hijo creciera, hizo doler su pecho.

—Somos una familia —, dijo Chaejin, cuando le dio un guiño a Gun Woo. —Estos son sus tíos.

—¿Cómo puede ser? —Preguntó Myoung Jae. —Tengo un primo Tommy, pero sólo tengo un tío.

Se refería al hermano de Jessica. Gun Woo sintió a Myoung Jae rebotar en la espalda.

—¿Recuerdas cuando hablamos de papá y Chaejin siendo compañeros?

—Todavía no entiendo eso —, confesó Myoung Jae. —¿Cómo pueden dos hombres ser compañeros?

Algunos de los hombres se aclararon la garganta y salieron de la cocina. Taehyung y Taeyang se quedaron, como si de verdad estuvieran interesados en cómo explicaría eso.

—Te lo diré, cuando tengas más edad —, dijo Gun Woo. No estaba preparado para esa conversación y, en su opinión, tampoco lo estaba Myoung Jae.

—Hey —, dijo Chaejin a Myoung Jae mientras palmeaba su espalda. —Estos no son los únicos tíos.

—¿No lo son? —Preguntó Myoung Jae.

Chaejin susurro, como si lo que tenía que decir, fuera alto secreto.

—No has conocido al resto de mi familia. Tienes una tonelada de tíos, abuelos y algunos son muy agradables. —Rió Chaejin. —Y una muy descarada abuela.

 

 

—¿Eh? —Gun Woo sólo había oído hablar de Jongin.

—Te los voy a presentar a todos —, dijo Chaejin. —Pero es Luhan, al que debes tener en cuenta, así que permíteme advertirte antes de tiempo. Él tiene los ojos de un ángel, pero en realidad es el diablo.

Gun Woo oyó el profundo afecto en la voz de Chaejin. Podría no querido estar bajo la sombra de Jongin, pero el hombre amaba de verdad a su familia.

—¿Listo para ir a comer? —Preguntó Gun Woo a Myoung Jae y luego se volvió a Chaejin.

—Vamos a Carla’s y realmente me gustaría que te nos unieras.

La sonrisa de Chaejin era cálida, genuina y tenía el corazón de Gun Woo aleteando de lo mucho que se preocupaba por el elfo. Ese profundo afecto, se volvió amor. Cuando fue eso, no estaba seguro. Había logrado colarse en él, pero no se podía negar que le gustaba Kim Chaejin.

—No me perdería la cena con dos finos muchachos—, dijo Chaejin. —Tal vez, después, podemos ver una película.

—¡Sí! —Myoung Jae rebotó, en la espalda de Gun Woo. —Me gusta, papá.

—A mí también. —Dijo Gun Woo, cuando los tres se pusieron en marcha.

 

A la mañana siguiente, Chaejin tomo prestado el Lexus para dirigirse al trabajo. Gozaba de un gran estado de ánimo, después de la noche que había tenido con Gun Woo y Myoung Jae. El chico era otra cosa, y Chaejin sonrió, cuando pensó en lo asustado que estado de ser padre. Padrastro. Lo que sea.

Myoung Jae era el niño más fresco, que jamás había conocido, y Chaejin quería pasar más tiempo con él.

Había salido esta mañana, temprano, porque quería ser el que trabajara en la camioneta de Gun Woo.

Los neumáticos necesitaban ser reemplazados, pero no había manera de saber que otro daño habían hecho.

Bostezó, antes de tomar un sorbo de su taza de café. Era demasiado pronto para malditamente estar despierto.

El sol aún no había salido, pero Chaejin estaba ansioso por empezar. También quería que su día fuera más rápido. Él, Gun Woo, y Myoung Jae tenían planes esta noche y esperaba por ellos.

Sus pensamientos cambiaron hacia el Adjunto. Por mucho que Chaejin odiara admitirlo, Byung Joo había tenido razón. Los problemas de Gun Woo fueron el resultado de enredarse con él. Había hablado con Gun Woo anoche, sobre dar marcha atrás, pero este no quería oír una palabra más. El hombre era tan terco como él y se negó a permitir que alguien mantuviera a su compañero lejos.

Chaejin no estaba de acuerdo, pero había cedido.

Mientras conducía a la ciudad, echó un vistazo a los campos de maíz, que lo flanqueaban por ambos lados. Estaban cubiertos de una fina niebla. Chaejin bajo la ventana teñida, no sólo para verlos mejor, sino también para oler el aire fresco del campo.

Entrecerró los ojos, cuando unas luces delanteras lo cegaron, desde atrás. No estaba mal, ya que el coche tenía vidrios polarizados, pero podía decir que alguien tenía sus luces altas. —Estúpido. Sé que ves mis luces traseras.

Era común el uso de las luces altas, en un tramo oscuro de la carretera, pero un poco de cortesía sería algo bueno. Frunció el ceño, cuando las luces se volvieron más brillantes. El que estaba detrás suyo, había acelerado, las luces de carretera se hacían más cercanas.

En cualquier otro momento, podría haber pensado, que era un idiota que iba tarde para el trabajo, que estaba muy cansado para notar que tenía sus luces altas. Dado que alguien estaba tras de él, Chaejin se enederezó. Las luces brillantes le impedían ver quién estaba detrás del volante.

 

 

El vehículo lo chocó por detrás. Chaejin maldijo, mientras trataba de mantener su coche bajo control y no caer en picada en las zanjas profundas, a ambos lados de la carretera.

El vehículo aceleró de nuevo y le embistió una vez más. Esta vez, Chaejin perdió el control. El vehículo se salió en la zanja, a la derecha, el extremo delantero golpeó el lado de la zanja.

Chaejin no tiene tiempo para sentarse allí y averiguar si tenía alguna herida. Lo habían sacado fuera de la carretera, a propósito. Empujó la puerta y salió, dejándose caer a la zanja, mientras su corazón emigraba a su garganta. Se puso a unos pocos pies de distancia, antes de atreverse a echar un vistazo. Un gruñido profundo y retumbante se abrió camino hasta su garganta, cuando vio el coche de policía.

Chaejin iba a golpear al adjunto. Había empezado a ponerse de pie, cuando oyó el chasquido de un rifle. Chaejin cayó, antes de que la bala diera en el blanco.

—¡Voy a matarte! Byung Joo—Chaejin grito y se fue hacia el campo de maíz, detrás de él. No tenía un arma, y aunque se consideraba un tipo duro, no podía patear el culo de una bala.

El sonido del rifle hizo eco a su alrededor, de nuevo, vio como las aves de un árbol cercano, levantaban vuelo. Chaejin se mantuvo agachado, mientras se abría camino a través del laberinto de maíz. No estaba seguro de a dónde debería correr. La casa se encontraba muy lejos, y el pueblo no estaba lo suficientemente cerca.

Tomó su teléfono celular y envío un texto rápido a Gun Woo. Habría llamado, pero sí estaba tratando con una criatura paranormal, no quería que el hijo de puta los escuchara. Nuevamente, envió un texto a Taehyung. Esperaba que uno de ellos lo viera a tiempo, para salvar su culo.

En el camino, Gun Woo le envió una respuesta.

“Mantente abajo y sigue en movimiento”.

 

 

Taehyung había enviado un mensaje de texto, más o menos a la misma vez. Chaejin estaba medio tentado a textar de vuelta. Se guardó el teléfono, en el bolsillo y corrió en forma de zigzag, su pulso latiendo con fuerza, en sus oídos. Sus heridas no habían sanado, lo suficiente, para poder funcionar de esta manera. Su pierna comenzó a latir, pero Chaejin sabía que no podía parar.

Oyó de nuevo el disparo de un rifle, lo hizo tambalearse, pero era demasiado tarde. El dolor explotó en su pierna derecha. Le habían dado desde el frente, lo que significaba que Byung Joo estaba delante de él. Se enederezó, los tallos de maíz dándole una palmada en la cara.

No iba a llegar muy lejos. Su pierna ya amenazaba con caérsele. ¿Por qué diablos el adjunto había apuntado otra vez a su pierna derecha? Si este juego del gato y el ratón continuaban por mucho más tiempo, Chaejin ya no tendría una pierna derecha, con la cual cojear.

Chaejin se sintió mareado, mientras se obligaba a ir hacia adelante. Estaba perdiendo demasiada sangre. Por favor, no me dejes morir, rodeado de maíz.

Sus pasos se hicieron más lentos, debido al dolor. Tenía que mantenerse en movimiento.

Se precipitó hacia su izquierda y cayó sobre su culo, cuando se detuvo. Chaejin gritó, al golpearse la pierna herida.

—No hay nadie que te salve en este momento —El cañón del rifle bajó, hasta que se centró entre los ojos de Chaejin.

—¡Tú! —Chaejin gritó y luego hizo una mueca. Se agarró el muslo, mientras apretaba los dientes.

—Está bien. ¿Pensaste en corromper a un buen hombre, como el jefe Lee? ¿Crees que podría dejar que un elfo infecte mi ciudad? —Chilló Rosé. —Los de tu clase, no son aptos para respirar el mismo aire que nosotros, la gente decente.

Sabía que la camarera en el restaurante no había sido aficionada a él, pero

¿Qué mierda? Chaejin no lo había visto venir. — Estás malditamente loca.

—¡No me llames loca! —Empujó el rifle en su mejilla, sus ojos verdes ardiendo.

—No estoy loca. Gun Woo es mío, y no voy a dejar que un idiota me lo quite.

Bien, ahora Chaejin estaba realmente enojado. —Llámame idiota de nuevo y meteré ese rifle en tu culo.

No estaba en condiciones de hacer nada, teniendo en cuenta el frío acero presionado su piel, pero al infierno si iba a dejar que lo llamaran por esos nombres. Si estaba a punto de morir, no se arrastraría a rogar por su vida.

—No estoy loca —, dijo entre dientes.

—Estoy seguro, de que tu psiquiatra no estaría de acuerdo.

Con la velocidad del rayo, Chaejin agarró el cañón del rifle y tiró el arma de sus manos. Su grito, casi le rompió el tímpano, mientras se abalanzó sobre él, arañándole la cara y el cuello. Su piel comenzó a picar, mientras se secaba la sangre.

Balanceándose a su izquierda, Chaejin tomo el rifle con ambas manos y luego se lanzó a su derecha, golpeando la culata del arma en el costado de su cabeza. Se dejó caer al suelo.

—¡Perra loca! —La empujó, lejos de él, su pulso seguía latiendo violentamente, por su segunda experiencia cercana a la muerte. Estaba tentado a golpear su cráneo con el rifle. O, mejor aún, dispararle.

Dejó caer el rifle y gritó, cuando se agarró, de la fresca herida en su muslo.

—¡Chaejin! —grito Gun Woo.

—Por aquí —, gritó de nuevo. No tenía la fuerza necesaria para levantarse.

Gun Woo apareció frente a él, y Chaejin nunca había sido más feliz de ver al hombre. En ese momento, supo que amaba al jefe y quería pasar la eternidad con el chico. Estar a punto de morir, hacía que las cosas se vieran en otra perspectiva. A Chaejin ya no le importaba que conocieran la dinámica de su relación. No iba a ocultar lo que sentía por Gun Woo, ya no.

 

—¿Qué demonios? —Gun Woo dijo, cuando salió del maíz y desvió su mirada hacia Rosé.

 

—¿No? —Dijo Chaejin con un gruñido. —La Perra loca estaba caliente por ti y pensó que yo estaba en su camino.

Gun Woo palideció ligeramente. —Me había abordado un par de veces, pero siempre la rechacé. No tenía idea, de que sus sentimientos por mí, fueran tan profundos.

—No sólo usted —, dijo Byung Joo cuando apareció ante sus ojos, empujando el maíz a un lado. — Había oído que era una mujer promiscua, pero sólo pensaba, que era una chica solitaria en busca de compañía.

—¿Solo? —Dijo Taehyung, mientras aparecía a la izquierda de Chaejin. —Por lo que sé, ella cogía con cualquier hombre.

—Es cierto —, dijo Byung Joo. — Pero no preste atención a los rumores.

—Y mientras ustedes están debatiendo sobre el tema, ¿quieren que me quede como un queso suizo? —Chaejin se quebró —La Perra chiflada me disparo. ¿Y porque demonios estaba conduciendo un coche de policía?

—Se lo robó, de la estación —, dijo Byung Joo y desvió la mirada, como si se avergonzara que algo así pasara frente a sus narices.

Gun Woo se dejó caer en su rodilla, para examinar la herida de Chaejin. No quería mirar. Chaejin estaba cansado de tener agujeros, con los que no había nacido. Todavía le dolía como una perra, y lo único que quería era sacar la bala.

—Necesitas un médico—, dijo Gun Woo.

Gun Woo metió las manos bajo las axilas de Chaejin y había empezado a levantarlo del suelo, cuando Rosé agarró el rifle desde el suelo, y apuntó a Chaejin.

Antes de que Chaejin tuviera tiempo de reaccionar, apareció un agujero en el centro de su frente. Chaejin se volvió, para ver la pistola agarrada en las manos de Byung Joo. Ella cayó de nuevo a la tierra, su mirada viendo hacia el cielo. No se levantaría después de eso.

 

Simplemente genial. El adjunto acababa de salvar su vida. Chaejin nunca olvidaría esto.

Gun Woo se quitó el cinturón y la ató alrededor de la pierna de Chaejin. El improvisado torniquete, tendría que servirle, hasta que estuviera sobre una camilla, en la sala de emergencias. Debería recibir millas de viajero frecuente, del pequeño hospital del condado.

—Vamos a llevarte a la camioneta. —Cuando Gun Woo lo levantó en sus brazos, no se quejó ni argumento. En cambio, miro hacia Byung Joo, antes de que su compañero lo sacara del campo de maíz. Eso podría haber sido un movimiento infantil, pero vio la sonrisa de Byung Joo. Bastardo, estaba a la espera de frotarle esto, en la cara.

 

continuara.....

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