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90. Buscar y Seducir (04) por dayanstyle

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Gun Woo no iba a mentirse a sí mismo. Desesperadamente quería estar enterrado profundamente hasta las bolas, en Chaejin. El hombre se sentó frente a él, en el restaurante, llevaba una camisa oscura, pantalones vaqueros azules, y su chaqueta de cuero de costumbre. Parecía como si el hombre había tomado una ducha, justo antes de que reunirse con él en el restaurante. Su pelo oscuro, era despeinado por el viento y estaba un poco desordenado, los extremos cayendo suavemente contra el cuello del hombre. Incluso cuando el elfo trató de vestirse, parecía rudo, y Gun Woo quería domesticar al hombre salvaje.

Para que eso sucediera, sabía que tendría que trabajar por ello. No sería nada fácil, no cuando Chaejin parecía nervioso. El chico había estado mirando la salida, desde que había llegado.

—Hubiera sido bonito llegar a conocerlo —, dijo Chaejin. Tomó un trago de su refresco, mientras miraba a Gun Woo.       

Había dejado a Myoung Jae con Sabrina. Gun Woo quería conocer a Chaejin primero, antes de presentarlos. —No tenemos tiempo para eso.

Llevar a alguien a la vida de Myoung Jae, era una cosa seria para Gun Woo. No lo haría, a menos que el chico que estaba viendo hablara en serio, y hasta ahora, en los seis años que Myoung Jae había estado vivo, Gun Woo no había sido serio con alguien. Aun a sabiendo que Chaejin era su compañero, quería tomarse las cosas con calma, cuando se trataba de su hijo.

Rosé trajo su comida, y Gun Woo se dio cuenta de cómo era cálida y amable hacia él, mientras que con Chaejin tenía un modo frío. No estaba seguro de lo que estaba pasando, pero ya que Chaejin no había dicho nada al respecto, lo dejó pasar. Gun Woo no quería que nada arruinara su noche.

Cuando la camarera se alejó, Chaejin preguntó: —Entonces, ¿qué edad tienes?

La pregunta debería haberlo tomado por sorpresa, pero había estado esperándola.

Chaejin parecía joven, y Gun Woo tenía su pelo salpicado de cabello gris.

 

 

—¿Quieres años humanos o lobo? —Cogió una galleta y le dio un mordisco, al pan de mantequilla, que se fusiono en la boca.

—Ambos. —Chaejin cortó su carne y le dio un mordisco.

—¿Importa? —Preguntó Gun Woo. Se fijó en un pedazo de carne asada, mientras observaba los músculos de la garganta de Chaejin trabajar y su mente se quedó allí. Solo se enfocó allí. Se imaginaba la boca de Chaejin, chupando su polla y lo puso duro. Gracias a Dios, que estaba sentado y nadie vio su dureza debajo de la mesa.

—En realidad no —, dijo Chaejin.

Chaejin estaba lleno de mierda. Gun Woo vio la expresión curiosa de su compañero. Se moría por saber.

—Tengo cuatrocientos veintitrés años. —Gun Woo recogió su té helado y tomó un sorbo.

Chaejin se atragantó, con su refresco. Por un segundo, Gun Woo pensó que tendría que rescatar al hombre, pero Chaejin se recuperó, aunque ahora estaba mirándolo con los ojos muy abiertos. —Tienes que estar jodiéndome

—¿Demasiado viejo? —Bromeó Gun Woo.

—Es sólo que... se me acaba de ocurrir... wow. —Chaejin sonrió, sus ojos azules brillaban. —Eres muy, muy viejo.

Gun Woo le dio un guiño, a su compañero. —Estoy en mi mejor momento, cielo. Sólo di la palabra y te lo demostraré.

Rubor tiño las mejillas de Chaejin, el hombre había captado la insinuación sexual.

El resto de la comida, transcurrió con una ociosa conversación. Gun Woo se dio cuenta de que Chaejin estaba nervioso. Quería que se relajara. Si el chico seguía tenso, no llegarían a ninguna parte. Esto era para siempre, y Gun Woo quería que las cosas funcionaran entre ellos. No quería que Chaejin escondiera la cabeza y lo esquivara, a cada paso.

 

 

 

Una vez que la cuenta fue cancelada, salieron de la cafetería. El sol se había puesto y la noche se sentía viva. Era la hora favorita de Gun Woo. Había algo en la noche, que despertaba cosas dentro de él.

Si hubiera estado solo, habría ido a correr. No había dejado salir a su lobo, en un largo tiempo. Cada vez estaba más desesperado, pero podía esperar una noche más.

—Pase un buen momento —, dijo Chaejin, sacando a Gun Woo de sus pensamientos.

Si el hombre pensaba que su noche había terminado, debía pensarlo de nuevo. Gun Woo no estaba todavía, a separar sus caminos —¿Qué tal un paseo?

La mirada de Chaejin, fue bruscamente de Gun Woo, a su motocicleta.

—No, no en eso. —Inclinó la cabeza hacia un lado. —En mi camioneta.

—¿No tienes que levantarte temprano? —Preguntó Chaejin.

No dejaría que su compañero escapara tan fácilmente. —Nop. Ahora deja de intentar escapar y ven a dar un paseo conmigo.

Chaejin vaciló y luego siguió a Gun Woo a su camioneta. Una vez que los dos tenían puesto el cinturón de seguridad, Gun Woo salió de la cafetería y se fue a un lugar, que había descubierto no hace mucho tiempo. Era un sitio que frecuentaban los adolescentes, al que había ido en muchas ocasiones, para ahuyentarlos. Ahora que estaba llevando a Chaejin era la única razón, para alejar a los chicos de allí

Además, tenía un infierno de vista.

No esperaba que Chaejin renunciara a la buena, pero besarse y acariciarse no estaría mal. Gun Woo sólo quería tocar a su compañero, besarlo, y llenar sus pulmones con el dulce aroma del hombre.

La frente de Chaejin se levantó, cuando Gun Woo se volvió hacia el camino de tierra, condujo otra media milla, y luego aparco.

—¿Me trajiste, hasta aquí, por algo? —Los hombros de Chaejin se sacudieron suavemente, mientras se reía entre dientes.

 

 

—Podríamos haber hecho esto, en el restaurante.

—Pero no tendríamos mucha privacidad. —Gun Woo desenganchó el cinturón de seguridad y luego se deslizó al asiento trasero.

—Pensé que habías dicho “sin presión”.

—No hay presión —, dijo Gun Woo y luego asintió con la cabeza, hacia el parabrisas.—Quería que echaras un vistazo a esta vista.

Chaejin no parecía convencido, pero volvió la cabeza y sonrió. Se sentaron en una cresta, los árboles a su alrededor.

El lago de abajo, se extendía por millas, y la luna proyectaba su resplandor sobre el agua, por lo que brillaban como mil diamantes extendidos por todo el lago. Era de lo más pintoresco.

—Agradable —, dijo Chaejin. —Romántico incluso.

—Está bien, me descubriste —, dijo Gun Woo con una sonrisa. —Tal vez te traje aquí para hacer algo, pero nada que sea intenso.

Chaejin desabrochó su cinturón y luego se volvió a Gun Woo.

—Esto no es un banco. ¿Cómo se supone que dos hombres musculosos, muevan sus manos, en un espacio tan estrecho?

Gun Woo tenía una solución para eso. Se levantó y rodeó la camioneta, abriendo la puerta de Chaejin. Le tendió la mano. —Vamos a dar un paseo.

—¿Estás seguro de que es seguro? Escuche que Jack el Destripador está en la zona.

Chaejin ignoró la mano de Gun Woo, mientras salía de la camioneta.

—Voy a tomar todas las oportunidades —Gun Woo cerró la puerta de la camioneta, antes de empezar a caminar hacia el bosque. —Además, sé cómo defenderme contra un elfo.

—Un semielfo, con locas habilidades quirúrgicas —, bromeó Chaejin.

 

 

Gun Woo se volvió y se detuvo. Chaejin acababa de empezar a caminar, y Dios, el hombre era simplemente impresionante. Sus orejas puntiagudas sobresalían de su largo cabello negro y le recordaba a Gun Woo a un pícaro, resistente y guapo guerrero. Con su chaqueta de cuero negro, pantalones vaqueros y botas, era el epítome de tipo duro y sexy, todo en uno.

—¿Qué? —Preguntó Chaejin, cuando se detuvo.

El tipo no tenía ni idea, de qué tan condenadamente hermoso era. En ese momento, Chaejin parecía inocente, como si estuviera inseguro de sí mismo y de toda la situación.

La vulnerabilidad, quitó el aliento de Gun Woo. De alguna manera sabía que Chaejin no era tan duro, como hacía creer a la gente. Había un lado más suave en el chico, que lo atraía como una polilla a la llama.

Quería ver más de ese lado vulnerable. Nutrirlo y animar a que crezca. Extendió la mano. Chaejin vaciló y luego deslizó su mano en la de Gun Woo. Un rubor se abrió camino, a través de la cara del hombre, antes de que le diera al elfo un beso rápido, en la mejilla y luego le llevó más lejos en el bosque.

—Entonces, háblame de ti —, dijo Gun Woo, mientras se abrían camino hasta el borde del lago.

Chaejin se encogió de hombros. Gun Woo sintió, cómo la palma de la mano del hombre, estaba sudorosa. —No hay mucho que contar.

—Tengo la sensación, de que hay mucho que decir, acerca de ti —Gun Woo se detuvo y le hizo un gesto, para tomar asiento sobre la hierba a su derecha, la que tenía un suave aspecto.

Cuando se sentó Chaejin, dijo. —Vengo de una familia muy grande.

—¿Qué tan grande? —La familia era primordial para Gun Woo, y esperaba que fuera igual de importante para su compañero.

—Un pequeño ejército —, dijo Chaejin y Gun Woo escuchó el cariño en su voz. —Tíos chiflados.

 

 

 

Gun Woo se rió entre dientes. —Yo era hijo único. Mis padres eran buenos conmigo, pero siempre soñé con tener hermanos y hermanas, tías, tíos y primos.

—Confía en mí, a veces pueden ser un dolor en el culo —, dijo Chaejin.

—Siempre se meten en tus asuntos e interfieren en tu vida, quieras o no.

—¿Por qué te mudaste a Dalton Falls? —Preguntó Gun Woo.

—Necesitaba un cambio de ritmo —, admitió Chaejin, pero no dijo nada más. Gun Woo se le acercó más, hasta que sus muslos se tocaban. —¿Por qué?

Chaejin arrancó unas briznas de hierba y los hizo rodar entre sus dedos.

—Tengo un abuelo que es bien conocido y muy respetado. ¿Sabes lo que es vivir en la sombra de alguien?

—No se puede decir que lo hago —, dijo Gun Woo. —Me imagino que sería difícil.

—En Villa Kim, no era Chaejin. Sino el nieto de Jongin.

—¿El tipo grande, que vino a la ciudad, hace unos meses? —Preguntó Gun Woo.

Recordó los cambiaformas lobo. Fue cuando Sang Il y Chi Hoon habían gobernado la ciudad, intimidando a todo el mundo. Gun Woo había hecho todo lo posible, para lograr que esos dos hombres llenos de odio se fueran de la ciudad, pero tenían las escrituras de propiedad, de una gran cantidad de personas en Dalton Falls. Incluso la suya, pero eso no fue lo que hizo retroceder. Fue el hecho de que Sang Il había amenazado con hacerle daño a Myoung Jae, si Gun Woo no obedecía. Por mucho que hubiese querido disparar a Sang Il, entre sus ojos, este sabía dónde vivían Myoung Jae y Jessica. No quería que el tigre de Bengala fuera por su familia.

—Sí, él —, dijo Chaejin. —No es que no lo ame y respete, pero quería vivir en una ciudad donde la gente no supiera con quien estaba relacionado y no les importara, de saberlo.

—Hablando de eso —, dijo Gun Woo.—¿Qué pasa con Rosé?

Chaejin se encogió de hombros. —No tengo ni idea. Nunca le hice nada. Su compañero lo miró. —¿Por qué no eres el alfa de esta ciudad?

 

Era una pregunta, que muchos habían realizado durante los dos años en los que había sido jefe. —A pesar de que me encanta ser el jefe, no quiero la responsabilidad que conlleva ser un alfa. Demasiada política para mi gusto.

Chaejin rió suavemente. —Conozco la sensación.

La sonrisa en el rostro de su compañero, calentó el corazón de Gun Woo. Se inclinó y deslizó sus dedos alrededor del cuello de Chaejin, y tirando de él, para un beso. Chaejin se inclinó, hasta que se tensó, por un momento y luego se relajó, poco a poco. Los dos se fundieron en uno, cuando Gun Woo profundizó el beso. Su pene se espesó, mientras tragaba, degustando al hombre, su dulce olor, y la sensación de la cercanía de Chaejin.

Para su sorpresa y deleite, Chaejin comenzó a reclinarse, hasta que Gun Woo lo cubrió con su cuerpo. Había esperado que su compañero tratara de dominar la situación, pero no lo hizo. Era como si la magia de los bosques, la encantadora vista y la tranquilidad de la noche, culminaron en un lugar de ensueño que

permitía a Chaejin bajar la guardia. Su compañero agarró la parte delantera de la camisa de Gun Woo, encrespaba sus dedos, sobre el material, cuando el beso se volvió salvaje, casi frenético.

Gun Woo rompió el beso, antes de tirar de su camiseta hacia arriba y meterla debajo de la cabeza de su compañero, dándole una almohada, antes alcanzar la cremallera de Chaejin.

—Whoa. —Chaejin le tomó la muñeca, con un agarre de muerte. Los ojos del hombre se ampliaron, mucho, y Gun Woo podía decir, que Chaejin estaba listo para saltar como un resorte y huir.

Gun Woo se inclinó hacia delante, tenían sus rostros muy cerca, tanto que podía sentir la respiración de Chaejin en sus labios.

—Estoy a punto de darle a la cabeza. ¿Realmente quieres parar?

El jadeo de Chaejin se intensificó, antes de que lentamente, estirara los dedos.

—Relájate —, dijo Gun Woo. Sonrió antes de morder el labio inferior de Chaejin.

 

 

 

El elfo gimió, casi cerrando sus ojos, aunque no por completo. Gun Woo se cernió sobre él, parpadeando, observando el hermoso rostro del elfo, inhalando su dulce aroma, se recordó, que con un movimiento en falso, Chaejin se pondría en marcha para huir.

Rozó con sus labios la mandíbula sin afeitar de Chaejin, mientras exploraban entre ellos, con su mano, soltando los pantalones vaqueros del elfo. Sus dedos temblaban de emoción, haciendo que fuera a tientas hasta que finalmente pudo desprender el botón y bajar la cremallera.

Sintió a Chaejin agitarse ligeramente, cuando logro alcanzar le tela que los separaba, que estaba sobre el vientre del hombre, envolviendo sus dedos alrededor de la dura circunferencia.

—Mmm, agradable —Gun Woo mordisqueó la mandíbula del hombre, sobre el rastrojo. Sonrió contra la mejilla de su compañero, cuando Chaejin levantó sus caderas y empujó sus pantalones, hasta los muslos.

Gun Woo quería inclinarse hacia atrás y echar un vistazo, pero se mantuvo cerca, el puño se envolvió fuertemente y con sus labios sobre los de Chaejin.

—¿Sólo vas a sostenerlo?

Gun Woo le dio una suave risa. —¿Qué quieres que haga con el?—Chaejin gruñó bajo, mordiendo el labio inferior de Gun Woo. El pene de este se sacudió, apretando aún más el puño. Chaejin respiró profundamente, gimió, y luego perforó, hacia adelante, con sus caderas.

—Joder, solo jugaras con mi pene

Gun Woo se rió un poco más, bombeando un par de veces, y luego mordió a Chaejin sobre el lóbulo de la oreja. —Apenas.

—Entonces haz algo. —Las tres palabras eran a la vez una demanda y una petición. Gun Woo sintió un gruñido sordo en su pecho. —¿Estás exigiendo o preguntando?

—¿Qué? — Chaejin parecía confundido, mientras miraba a Gun Woo. Agarró el pene de Chaejin y le metió la mano, una sola vez.

 

—¿ Estás exigiendo que haga algo o pidiéndolo?

Los labios del elfo se abrieron, mientras miraba a Gun Woo. Sabía que estaba abusando de su suerte, que Chaejin podría empujarlo y huir, pero había una posibilidad, y lo tomaría.

Su lobo exigía la sumisión, y Gun Woo lo hizo así. Él era el dominante entre los dos, y Chaejin tenía que aprender eso, aunque Gun Woo cedería cuando llegara el momento, pero eso era algo que no iba a pensar en este momento.

Las fosas nasales de Chaejin se ensancharon ligeramente, cuando sus labios se fruncieron. Gun Woo vio la obstinación en esos bonitos ojos azules. Empezó a moverse hacia abajo, manteniendo el pene de Chaejin en su agarre, mientras se colocaba entre las piernas del elfo.

Su lengua atacó, lamió el dulce néctar que se escapaba de la cabeza.

—¿Exiges o pides?

Chaejin gruño entre dientes, mientras sus manos se cerraban a los costados.

Sintió los muslos de Chaejin apretarse, como si luchara contra lo que Gun Woo quería.

La mandíbula de Chaejin se movía de lado a lado, como si rechinaran los dientes. Sus ojos se estrecharon, antes de decir entre dientes,

—Pidiendo.

—Entonces serás recompensado —Gun Woo le dio un guiño al elfo, antes de lamer un camino a largo del pene, del hombre.

Chaejin gimió y arqueó su espalda.

Cuando Chaejin comenzó a moverse, Gun Woo alzó la vista. Su compañero se había quitado la chaqueta de cuero y la echo a un lado. Sus manos se extendieron por el cabello de Gun Woo, rizándolo cuando este envolvió sus labios alrededor de la polla de Chaejin. No lo había llevado al bosque con la intención de chupar al hombre, pero no iba a dejar pasar la oportunidad.

—No juegas limpio. — Chaejin gruñó, antes de rodar sus caderas, forzando su miembro en la garganta de Gun Woo.

 

Gun Woo no pensaba que estaban luchando, pero no se apartó para contestarle al hombre. No quería que el hechizo de la noche se rompiera.

Su lengua lamió, se quedó en la cabeza, y luego se arremolinaba por el pene, antes de tomar a Chaejin con su garganta.

El hombre sacudió sus caderas y gimió, apretando los dedos en el cabello de Gun Woo. La sensación de la polla de Chaejin, en su boca, le hacía querer rodar los ojos.

—Joder, se siente tan bien —, se quejó Chaejin, y los ojos de Gun Woo se alzaron para mirar a su compañero.

La cara del elfo mostró toda la profunda pasión que Gun Woo sentía. Los ojos de Chaejin se centraron en él, con tal intensidad, que le quitó el aliento. Todo lo que podía hacer era abrir más su boca y tomar toda la polla de Chaejin.

Su lobo estaba volviéndose loco, gruñendo por liberarse, exigiéndole que tomara a Chaejin, que lo reclamara. Su pene palpitaba fuertemente, en sus pantalones, cuando Chaejin empujó su eje a la parte posterior de su garganta.

Gun Woo cerró sus manos, sobre las caderas de Chaejin, luchando contra el impulso de coger al hombre. En su lugar, le ahuecó las bolas y tiró suavemente del saco arrugado. El elfo gruñó y se resistió, sus espasmos hicieron que empezaran a temblar sus piernas, como si tratara de ampliarlas, pero sus vaqueros acortaban sus movimientos.

Sabía que Chaejin estaba cerca. Con cada impulso, hacia adelante, que daban sus caderas, el sabor de la esencia de su compañero se intensificaba en su boca. Agarró el pene duro de Chaejin con el puño, mirándolo, mientras succionaba la cabeza.

La espalda de Chaejin se arqueó, cuando sus bolas se apretaron y su pene creció más duro, en la boca de Gun Woo.

—Ya me vengo. —Chaejin gimió, cuando chorros calientes de su semilla pulsaba por la garganta de Gun Woo. El hombre se derrumbó, y Gun Woo se echó hacia atrás. Saco su dolorida polla y comenzó a acariciarse a sí mismo.

 

 

Chaejin se levantó la camisa, dándole algún lugar para apuntar, revelando su impresionante pecho y su plano abdomen, como una tabla.

Unas cuantas sacudidas duras y su semen estallo en cuerdas de color blanco perlado, que aterrizaron en el pecho y el vientre desnudo de Chaejin. Su liberación, pulso a través de él en forma de ondas de placer que lo lo despedazaron.

Gun Woo parpadeó un par de veces, cuando sus piernas temblaron. Dejó escapar un profundo suspiro, que estaba conteniendo, antes de ajustarse sus pantalones y luego sacara su camisa de debajo de la cabeza de Chaejin, usando la tela para limpiar el desorden del cuerpo de su pareja.

—Maldita sea —, dijo Chaejin, dejando escapar un tembloroso suspiro.

No ayudo a Chaejin a vestirse. El hombre levantó sus caderas, con experiencia y deslizó sus pantalones en su lugar, antes de cerrarlos.

—Tenemos que ir a dar una vuelta, más a menudo. —Chaejin se rió, antes de que Gun Woo se deslizara junto a su compañero, se volvió, y luego tomó firmemente la mandíbula del hombre. Se inclinó para un lento e íntimo beso. Gun Woo sabía que podía besar a este hombre una y otra vez, por el resto de su vida.

A medida que la intensidad del momento empezó a desvanecerse, Chaejin rompió el beso y se sentó, obligando a Gun Woo a alejarse.

—Creo que los dos necesitamos ponernos en marcha. Tenemos que ir al trabajo, por la mañana.

Gun Woo sintió la frialdad viniendo de Chaejin y sabía que el hombre se había cerrado. Suspiró, se puso de pie y se dirigió de nuevo a su camioneta, con Chaejin.

 

continuara...


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